19 resultados para Microrrelatos
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Memoria de máster (Universidad Antonio de Nebrija, 2009). Incluye anexo: Análisis de necesidades Nivel intermedio (B2). Resumen basado en el de la publicación
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El artículo pertenece a una sección dedicada a propuestas didácticas. - Material fotocopiable
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Resumen basado en el de la publicaci??n
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Desde la revolución ilustrada e industrial de finales del s. XVIII se ha venido desarrollando, con fuerza inigualada a lo largo de la historia, algo que es consustancial al hombre y que le ha permitido constituirse como tal frente al resto de animales: la técnica. Como sentencia Ortega, no hay hombre sin técnica. Pero, al mismo tiempo, va quedando cada vez más claro -como también nos señala Ortega- que el sentido y la causa de la técnica están fuera de ella, y que la técnica no es en rigor lo primero, sino que su finalidad le ha de ser prefijada por un deseo original pre-técnico. Si esto no fuera así el hombre perdería su propio sentido, pues el hombre es puro afán, un ente cuyo ser consiste no en lo que ya es, sino en la que aún no es. Sin embargo, el progresivo desencantamiento del mundo como consecuencia del desarrollo de la sociedad industrial vino a sustituir los viejos mitos por una interpretación racional y abstracta que renunciaba a cualquier búsqueda de sentido que trascendiese los hechos brutos. De este modo, la perdida de sentido del hombre frente a la técnica desarrollada por él mismo le dejaba desnortado y convertido en un sujeto pasivo en manos de un malentendido progreso. Frente a esta pérdida de sentido detectada ya a principios del siglo XX y denunciada con más fuerza a partir de la Segunda Guerra Mundial, el postmodernismo del último tramo del pasado siglo pudo no sólo oficializar su desaparición, sino consignar su deslegitimación. Ante a esto, sostenemos la necesaria existencia de sentido en cualquier arquitectura que se desarrolle plenamente y, especialmente, en la arquitectura de la modernidad -y aún de la modernidad tardía o postmodernidad- muchas de las veces no explicitado como tal frente al sobredimensionamiento técnico que ha venido marcando la pauta desde la revolución industrial. Al mismo tiempo, ya no se puede hablar de un único sentido, universalizable, sino de una pluralidad de sentidos que definirán distintas arquitecturas. Partiendo de la petitio principii de que el tema capital de la arquitectura en la modernidad ha sido la vivienda, el objeto arquitectónico que reúne las mejores características para desarrollar esta búsqueda de sentido lo hemos encontrado en la cabaña moderna, donde se cumple el aforismo corbusierano que señala que “quand l’économie est au maximum, l’intensité est au maximum”. Al mismo tiempo “al representar la plenitud a través de su misma negación”, la cabaña moderna se puede entender como una sublimación de la arquitectura a través de pequeños objetos donde han quedado destiladas las distintas esencias de la modernidad. Mediante el análisis de seis pequeñas construcciones situadas en archipiélagos arquitectónicos radicalmente distantes –el campamento de Ocatillo (F. Ll. Wright, 1929); la Caja (R. Erskine, 1942); el Cabanon (Le Corbusier, 1952); la casa cúpula en Carbondale (R. B. Fuller, 1960); el refugio en Oropesa (F. J. Sáenz de Oíza, c.1967-1977) y el pabellón de invitados en Kempsey (G. Murcutt, 1992)- la aparente aporía que supone la cabaña moderna, frente a la más lógica, en principio, cabaña primitiva, cobra sentido. Efectiva mente, el referente mítico de la cabaña primitiva, tal y como fue enunciado por Laugier, se correspondía con el estadio más primitivo de la modernidad, con sus orígenes, precisamente porque la crítica que se hacía en ella de la arquitectura se basaba en criterios exclusivamente técnicos que remitían a los orígenes constructivos de la arquitectura como fórmula para salir del entramado retórico en el que ésta se encontraba perdida. La cabaña moderna trasciende, sin embargo, aquella primitiva fase de la modernidad, de la que la cabaña de Laugier es paradigma, en la medida en que la crítica que se realiza ahora es doble, pues a la crítica de carácter técnico que encontramos en cada una de las cabañas se le añade una crítica de sentido que no se encuentra supeditada, en ninguno de los casos, a la componente técnica, tal y como sin embargo sucedía con Laugier, donde la pretendida regeneración moral de la arquitectura era consecuencia directa de su depuración técnica. En la cabaña moderna, al contrario, encontramos una pluralidad de sentidos que orientan y fuerzan el desarrollo de la techné en direcciones que llegan a ser radicalmente diferentes, construyendo unos relatos que habrán de ser, por tanto, necesariamente parciales, pero de los que la arquitectura, en cualquier caso no podrá prescindir si es que quiere seguir siendo fiel a sí misma, tal y como, efectivamente, lo comprendieron Wright, Erskine, Le Corbusier, Fuller, Sáenz de Oíza y Murcutt, cuando se esforzaron por que estas pequeñas arquitecturas que hemos visitado, tan sólo unas cabañas, fueran unas cabañas con sentido, unas cabañas modernas. ABSTRACT Since the illustrated and industrial revolution of the XVIII century it has been developing, with unequally strength through history, something that is inherent to man and that has allowed him to become himself against the rest of animals: technique. As Ortega says, there is no man without technique. But, at the same time, it is becoming increasingly clear –as Ortega also says- that the sense and the cause of the technique are beyond technique itself, and that technique is not actually the first thing, but that its purpose must be predefined by a pre-technique original desire. If it were not like this, man would lose his own sense, because man is pure desire, an entity whose being is not what already is, but what still doesn’t is. However, the progressive disenchantment of the world as the result of the development of the industrial society came to change the old myths by a rational and abstract interpretation that renounced to any search of meaning that transcended the brute facts. Thereby, the loss of sense of man against the technique developed by man himself let him aimless and converted in a passive object in the hands of a misunderstood progress. Against this loss of sense already detected at the beginning of the XX century and denounced in a stronger way since the Second World War, the postmodernism of the late decades of the last century could not only formalize its disappearance, but also consign its delegitimization. On the contrary, we maintain the necessary existence of sense in any architecture that is fully developed and, specially, in the modern architecture –and even in the late Modernism or Postmodernism- many times not made explicit as such against the technique oversizing that has been setting the pattern since the industrial revolution. At the same time, we can not talk about an only and universal sense, but about a plurality of senses that will define different architectures. On the basis of the petitio principii that dwelling has been the capital issue of modern architecture, the architectonic object that possesses the best features for developing this search of sense has been found in the modern hut, where is fulfil the Corbusieran aphorism that says that “quand l’économie est au maximum, l’intensité est au maximum”. At the same time, “representing plenitude through its own negation” the modern hut can be understood as a sublimation of architecture through small objects where the different essences of modernity have been distilled. Through the analysis of six small buildings located in radically distant architectonic archipelagos –the Ocatillo dessert camp (F. Ll. Wright, 1929); the Box (R. Erskine, 1942); the Cabanon (Le Corbusier, 1952); the dome-home in Carbondale (R. B. Fuller, 1960); the retreat in Oropesa (F. J. Sáenz de Oíza, c. 1967-1977) and the guest house in Kimpsey (G. Murcutt, 1992)- the apparent aporia that represents the modern hut, against the, initially, more logical primitive hut, makes sense. Indeed, the mythical reference of the primitive hut, as it was enunciated by Laugier, belonged to the most primitive state of modernity, with its origins, precisely because the criticism of the architecture that was made there was based in exclusively technique criteria, referring to the constructive origins of architecture as the formula to get out of the rhetoric labyrinth in which architecture was lost at the moment. However, the modern hut transcends that primitive phase of modernity, of which Laugier’s hut is paradigm, since the criticism that is made is double, because to the criticism on the technique that we find in every hut we must add a criticism on the sense that is never subordinated to the technique component, as it was the case in Laugier, where the intended architectonic moral regeneration was a direct consequence of its technical depuration. In the modern hut, on the contrary, we find a plurality of senses that guides and drives the development of techné in radically different directions, building narratives that must be, then, necessarilly partial, but of which architecture could never leave aside if it still wants to be faithful to itself, as Wright, Erskine, Le Corbusier, Fuller, Sáenz de Oíza and Murcutt seemed to understand when they tried hardly to make these small architectures that we have visited, these huts, huts full of sense, modern huts.
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En 1932, Carlos Vega publica Agua, una colección de microrrelatos o, mejor, “cuentos mínimos”, según aparece en el subtítulo de la obra. Antes de Agua, Vega ya había dado a conocer Hombre (1926) y Campo (1927), dos libros de poesía. Éstas fueron las únicas obras literarias de Carlos Vega que se editaron en forma de libro, pero sabemos que más allá de estos textos, se conservan inéditas varias obras de teatro, algunos poemas sueltos y un puñado de narraciones.
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Esta tesis consta de varias investigaciones con el objetivo de diseñar una propuesta didáctica para desarrollar la competencia escrita mediante una metodología innovadora: la reescritura de microrrelatos.. La propuesta recogida en esta investigación incorpora el todos los contenidos gramaticales, textuales y propios del lenguaje literario del español, y puede ser empleada en diferentes circunstancias docentes, en el contexto de la enseñanza del español como lengua materna o como lengua extranjera. Para demostrar su eficacia, la propuesta didáctica es sometida a una experimentación como programa de intervención didáctica en la Educación Secundaria Obligatoria. También puede servir como instrumento para la enseñanza de la expresión escrita a alumnos universitarios y como herramienta en la enseñanza del español como lengua extranjera. Este trabajo contiene: un análisis de la situación de la enseñanza y el aprendizaje de la competencia escrita en el sistema educativo español, una descripción de la técnica de la reescritura, un estudio del género del microrrelato y de su potencial didáctico, la propuesta didáctica, la experimentación de la propuesta didáctica en un centro de secundaria, experimentaciones anexas en otros contextos educativos, una interpretación de los resultados, sobre todo, de los obtenidos en la experimentación principal, y una presentación de conclusiones. Los datos obtenidos confirman la validez y eficacia del método y de la propuesta didáctica.
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Este artículo pertenece a una sección monográfica de la revista dedicada a audiencias y pantallas en América
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Memoria de m??ster (Universidad de M??laga, 2012)
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El acercamiento crítico a “Botánica del caos" de Ana María Shua se decide, fundamentalmente, desde el análisis de su paratexto en el que, siguiendo a Genette, se pone de manifiesto la dimensión pragmática de la obra, su relación con el lector. Se intenta dar a conocer la función de algunos de los elementos constitutivos en particular y en relación con el todo integrado. Los ingredientes del paratexto se disponen a la manera de cajas chinas y contienen misterios secretos desplegados en diferentes planos y dimensiones. Las conexiones del entramado perfecto de la estructura de la obra revelan una consideración minuciosa por parte de la autora que demuestra su oficio de acuerdo con los rasgos característicos del género que practica: el microrrelato.
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Narrar significa seleccionar la materia digna de ser referida y admitir huecos en la trama. En la tradición oral esos intersticios son colmados por el narrador, técnica que se conserva en las primeras novelas impresas. Cuando más tarde ni el autor ni el editor cumplen con esa tarea, el mismo lector se ve obligado a completar el texto sirviéndose de asociaciones propias que escapan al control del autor. Desde que la colocación de los capítulos se ha vuelto aleatoria como en Rayuela de Julio Cortázar los complementos imaginados por el lector para rellenar los intersticios resultan más individuales. Ese fenómeno se acentúa cuando los relatos son brevísimos y todos ofrecen contenidos diferentes como pasa en las antologías de microrrelatos o en ciertas novelas recientes. De acuerdo con la tendencia contemporánea a la ?fragmentación de una totalidad de sentido? recordada por Lauro Zavala a propósito del microrrelato, el lector de Bartleby y compañía por ejemplo se queda como abrumado por la diversidad de las anécdotas referidas y los huecos consecuentes en la narración. Ese fuego nutrido al que le expone Enrique Vila-Matas sugiere al lector un sinnúmero de asociaciones y lo transforman en co-autor
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Entre los relatos de Antonio Muñoz Molina, quizá sea Ventanas de Manhattan (2004) aquel que explora con mayor intensidad un motivo recurrente en su obra: la observación del entorno y de las huellas del pasado. En este texto híbrido, que participa de la crónica periodística, el libro de viajes, el ensayo y la novela, dividido en secuencias que a veces constituyen verdaderos microrrelatos, Nueva York se presenta como el espacio del anonimato y la indiferencia, donde "estar viendo y no mirar es un arte supremo"; sin embargo, el sujeto que la recorre se empeña en asomarse a otras vidas y en buscar a través de ellas una suerte de iluminación o autoconocimiento. Cobra una relevancia especial la observación de diversas manifestaciones artísticas (como la arquitectura urbana, los espectáculos musicales, la pintura, la fotografía y la escultura), lo que permite acceder en ocasiones a otro espacio y a otro tiempo y volver a plantear el tema de las vidas posibles. De esta forma, se lleva a cabo a través de la observación de lo externo una exploración de las inclinaciones del sujeto mismo: sus afectos, sus sensaciones, sus sentimientos. Es decir, de la propia intimidad.
Resumo:
En Bartleby y compañía Enrique Vila-Matas reúne un gran número de relatos breves y brevísimos de escritores que en cierto momento de su vida dejaron de escribir. La autonomía de estos 'microrrelatos' es parecida a la de los relatos orales que los autores/editores de los siglos XV y XVI reunían en antologías y colecciones de cuentos o libros de caballería y de pastores. Mientras que la invención de la imprenta facilita el desarrollo de texturas más enredadas y un sutil sistema de subordinaciones que confieren una creciente coherencia a amplios conjuntos narrativos, Enrique Vila-Matas opta por una estructura esencialmente paratáctica. Mediante un juego de alusiones a una multitud de hipotextos, esta estructura sugiere un estado de fragmentación y una libertad de asociación que ilustra la temática central del libro, el rechazo de una 'literatura alimenticia' a favor de la literatura del No.
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En Bartleby y compañía Enrique Vila-Matas reúne un gran número de relatos breves y brevísimos de escritores que en cierto momento de su vida dejaron de escribir. La autonomía de estos 'microrrelatos' es parecida a la de los relatos orales que los autores/editores de los siglos XV y XVI reunían en antologías y colecciones de cuentos o libros de caballería y de pastores. Mientras que la invención de la imprenta facilita el desarrollo de texturas más enredadas y un sutil sistema de subordinaciones que confieren una creciente coherencia a amplios conjuntos narrativos, Enrique Vila-Matas opta por una estructura esencialmente paratáctica. Mediante un juego de alusiones a una multitud de hipotextos, esta estructura sugiere un estado de fragmentación y una libertad de asociación que ilustra la temática central del libro, el rechazo de una 'literatura alimenticia' a favor de la literatura del No.
Resumo:
Narrar significa seleccionar la materia digna de ser referida y admitir huecos en la trama. En la tradición oral esos intersticios son colmados por el narrador, técnica que se conserva en las primeras novelas impresas. Cuando más tarde ni el autor ni el editor cumplen con esa tarea, el mismo lector se ve obligado a completar el texto sirviéndose de asociaciones propias que escapan al control del autor. Desde que la colocación de los capítulos se ha vuelto aleatoria como en Rayuela de Julio Cortázar los complementos imaginados por el lector para rellenar los intersticios resultan más individuales. Ese fenómeno se acentúa cuando los relatos son brevísimos y todos ofrecen contenidos diferentes como pasa en las antologías de microrrelatos o en ciertas novelas recientes. De acuerdo con la tendencia contemporánea a la ?fragmentación de una totalidad de sentido? recordada por Lauro Zavala a propósito del microrrelato, el lector de Bartleby y compañía por ejemplo se queda como abrumado por la diversidad de las anécdotas referidas y los huecos consecuentes en la narración. Ese fuego nutrido al que le expone Enrique Vila-Matas sugiere al lector un sinnúmero de asociaciones y lo transforman en co-autor