171 resultados para prosocial
Resumo:
1) Diseñar un programa de intervención basado en el juego cooperativo-creativo para niños y niñas de tercer ciclo de educación primaria, que tiene por finalidad promover la conducta prosocial. 2) Realizar una implementación experimental del programa durante un curso escolar. 3) Evaluar sus efectos en factores socio-emocionales del desarrollo infantil relacionados con la educación en valores y prevención de la violencia, así como sus efectos en factores cognitivos como la inteligencia o la creatividad. 86 sujetos (34 varones y 52 mujeres) de 10 a 11 años distribuidos en 4 grupos, 2 asignados aleatoriamente a la condición experimental (54 sujetos) y otros 2 grupos a la de control (32) pertenecientes a dos centros escolares de la provincia de Guipúzcoa. Los sujetos pertenecían a un ámbito socio-económico y cultural medio. Se utilizaron dos tipos de metodologías de evaluación: una evaluación pretest-postest, sumativa del resultado, del cambio producido por el programa de juego en el desarrollo y otra, una evaluación formativa, del proceso, una evaluación continua del programa mediante técnicas observacionales. El procedimiento de aplicación de los tests se llevó a cabo en 7 sesiones de evaluación de una hora de duración, en cada una de las fases. Se administraron las sesiones pretest al inicio del curso escolar y las postest durante las últimas semanas del curso. Los padres y los profesores recibieron los cuestionarios que debían cumplimentar disponiendo de 3 semanas para observar y responder en cada fase de la evaluación. En la fase postest se incorporó un cuestionario de evaluación del programa que tuvo por finalidad recoger la opinión y la percepción subjetiva del cambio de los miembros del grupo que participó en la experiencia de juego. 1)BAS 3. Batería de socialización (Silva y Martorell 1989) 2) AD. Cuestionario de conductas antisociales-delictivas (Seisdedos, 1988/1995). 3) CP. Cuestionario de conducta prosocial. (Weir y Duveen, 1981) (profesores y padres) 4) CS. Cuestionario Sociométrico: compañero prosocial y creativo (Moreno, 1934/1972) 5) CABS. Escala de comportamiento asertivo para niños. (Wood, Michelson y Fliynn, 1978/1983) 6) EIS. Cuestionario de estrategias cognitivas de resolución de situaciones sociales (Garaigordobil, 2000) 7) LAEA. Listados de adjetivos para la evaluación del autoconcepto global y creativo (Garaigordobil, en prensa-a) 8) DFH. El test del dibujo de la figura humana (Koppitz, 1976) 9) K-BIT. Test breve de inteligencia (Kaufman y Kaufman, 1994/1997) 10) EPC. Escala de Personalidad Creadora (Garaigordobil, en prensa-a). Evaluación padres profesores. Autoevaluación. 11)TAP. Test de asociación de palabras (Garaigordobil, en presa-a) 12) TPCT. Test de pensamiento creativo de Torrance. The Torrance test of creative thinking (Torrance, 1974/1990) 13) CC. Creación libre de un cuadro. Evaluación interjueces de un producto creativo. (Garaigordobil, en prensa-a). Se administraron 13 instrumentos de evaluación que disponen de adecuadas garantías psicométricas (fiabilidad, validez). La evaluación empleó multiinformantes (niños, padres y profesores), y multitécnicas para la valoración de las variables dependientes (autoinformes, técnicas subjetivas, cuestionarios abiertos). El programa de juego tuvo un impacto positivo tanto en factores sociales y emocionales como intelectuales. En cuanto al desarrollo social y emocional el programa potenció: 1) Un aumento de las conductas asertivas y una disminución de las conductas agresivas con otros niños en situaciones sociales normales. 2) Una disminución de las conductas antisociales y de las conductas delictivas. 3) Un incremento de las conductas de autocontrol, de respeto por las normas de la sociabilidad y de las conductas de liderazgo, ascendencia, asociadas al espíritu de servicio y la popularidad. 4) Un aumento de la conducta prosocial, desde la observación de los padres. 5) Una mejora de la imagen de los compañeros del grupo aumentado el número de compañeros que fueron considerados como prosociales. 6) Un aumento de las estrategias cognitivas asertivos y la cantidad total de estrategias disponibles para interactuar en situaciones sociales conflictivas. 7) Una elevación del autoconcepto global, aumentando los adjetivos positivos con los que definirse y disminuyendo los negativos, así como un aumento del autoconcepto creativo potenciando un incremento de la autoimagen como personas creativas. Un incremento de la estabilidad emocional evidenciado en la disminución de indicadores signo de problemas emocionales. En cuanto al desarrollo intelectual y de la creatividad potenció un incremento de: 1) La inteligencia verbal del CI verbal de la capacidad de conceptualización verbal. 2) La capacidad de pensamiento asociativo verbal en los indicadores fluidez de ideas y originalidad de las mismas, relacionadas con la creatividad verbal. 3) Las conductas características de las personas creadoras, autoevaluadas y evaluadas por los profesores y desarrollar rasgos de personalidad creadora. 4) El número de compañeros del grupo que son considerados personas creativas, es decir, se produce una mejora de la imagen de los iguales. 5) La creatividad verbal, de la originalidad de tareas o actividades de creatividad verbal, es decir, de aportar ideas novedosas. 6) La creatividad gráfico-figurativa. El programa fue eficaz para los sujetos experimentales que antes de empezar el programa de juego tenían problemas de desarrollo socio-emocial y/o bajo nivel de desarrollo socio-emocional. También ha sido beneficioso para participantes con problemas de socialización, de desarrollo emocional, y de desarrollo intelectual, lo que pone de relieve el efecto terapéutico de esta intervención. En relación a la influencia de género en los efectos del programa los resultados muestran que apenas se observa un efecto diferencial de la intervención. El trabajo aporta evidencia empírica de las contribuciones de juego al desarrollo infantil y ratifica la propuesta de muchos profesionales de la psicología y la educación que enfatizan la inclusión de actividades lúdicas grupales como instrumento preventivo y de desarrollo en contextos clínicos y educativos. El trabajo valida el programa diseñado y aporta un instrumento de intervención psicológica para fomentar el desarrollo social, emocional e intelectual infantil en estos grupos de edad, donde se observa una gran ausencia de programas de este tipo y completa una línea de intervención con juego prosocial y creativo para estimular el desarrollo infantil de 6 a 14 años..
Resumo:
Definir la conducta prosocial-altruista. Revisar las diferentes teorías sobre ella. Proponer factores de los que dicha conducta depende. Ver la influencia real de esos factores en ella y el peso concreto de cada uno de ellos. 244 sujetos de ambos sexos, de quinto de EGB (10-12 años) en diversos centros de Málaga, Salamanca y País Vasco. Variable criterio: conducta altruista. Variables predictoras: 1) Capacidad de Role-Taking (nivel de condición social). 2) Tendencia a empatizar con los demás como rasgo de personalidad (empatía-rasgo). 3) Concepto de hombre. 4) Nivel de respuesta empática del sujeto ante una situación penosa (empatía situacional). Fundamentalmente cuestionarios. Prueba T de Student. Análisis discriminante. A) El nivel de cognición social influye significativamente en el altruismo. B) La empatía-rasgo sólo influye tendencialmente. C) El concepto de hombre no influye significativamente en el altruismo. D) La empatía situacional muestra una relación muy significativa con el altruismo. Las variables incluídas como predictores dan lugar a una función discriminante suficientemente potente como para afirmar que son eficaces como explicación de la conducta altruista. La variable que muestra más peso es capacidad de empatía situacional. 1) Los sujetos con mayor capacidad de cognición social son también los más altruistas. 2) Los sujetos con mayor capacidad empática son también los más altruistas. 3) La capacidad para captar respuestas empáticas es la que tienen más peso a la hora de explicar la conducta prosocial.
Resumo:
Se destacan tres objetivos (dos de ellos suponen una reelaboración y ampliación teórica de una investigación anterior ya entregada): revisar las teorías e investigaciones sobre la conducta personal; investigar los elementos predictores de la conducta prosocial que cumple los requisitos externos de la conducta altruista (empatía, toma de perspectiva, imagen del ser humano, apego, disciplina y modelos parentales); llevar a cabo un modelo de intervención educativa para promover conductas prosociales, evaluando los resultados obtenidos. Para los 2 trabajos de investigacion correlacional: 224 y 165 alumnos respectivamente de entre 10 y 12 años de edad. Para la intervención educativa: 101 alumnos de quinto y sexto de EGB, sin representatividad estadística. La descripción metodológica es completa y adecuada a los objetivos perseguidos (hipótesis, descripción de variables, métodos empleados, etc.). Para el primer objetivo, se realiza una amplia revisión bibliográfica referente a la conducta social. El resto incluye 2 trabajos de investigación correlacional para cumplir con el segundo objetivo. La intervención educativa se realiza con alumnos de EGB. Se emplea un modelo de evaluación del programa del tipo proceso-producto, a partir de pruebas específicamente elaboradas a tal fin y que figuran en los anexos. Prueba t de Student. Análisis discriminante. Existen dos grandes líneas de pensamiento que se han mantenido a lo largo de la historia como interpretación de la causa última de las conductas altruistas. Los factores considerados como posibles predictores de la conducta prosocial han demostrado su efectividad, siendo los mas importantes la 'empatía' y el 'apego'. También la 'concepción positiva del ser humano' y la 'inducción como técnica disciplinaria en el marco familiar' destacan como predictores relevantes. En cuanto a la intervención educativa, los resultados centrados tanto en el producto como en el proceso resultan positivos, aunque limitados por el propio modelo de evaluación. En general, los autores concluyen que la intervención educativa produjo mejora significativa en las conductas altruistas producidas en el aula, así como en el clima de la misma.
Resumo:
Diseñar un programa de intervención para desarrollar la capacidad de cooperación y la creatividad infantil en niños de 8 a 10 años, implementarlo durante un curso escolar en 4 aulas y evaluar sus efectos en factores tales como: las conductas de ayuda, la conducta prosocial altruista, la asertividad, el autoconcepto, la comunicación intragrupo y la creatividad verbal y gráfico-figurativa. Hipótesis general: la participación en el programa de juego estimula una mejora significativa del desarrollo social y personal.. 154 sujetos distribuidos en 5 grupos (4 experimentales y 1 de control) de tercero y cuarto de educación primaria, de un centro escolar de Guipuzcoa.. 1. Realiza un diseño pretest-postest, con un programa de intervención consistente en 20 sesiones anuales de juego, de 60 a 90 minutos de duración. Cada sesión está constituida por tres fases: apertura, desarrollo de la secuencia de juego y cierre. En la planificación de la sesión, hay dos momentos: en primer lugar, la selección de 3, 4 o 5 actividades lúdicas de acuerdo con los aspectos de desarrollo sociales, afectivos, intelectuales y psicomotrices, y en segundo lugar, la organización de la secuencia de juego. Además, incluye una evaluación sumativa que se realiza a través de: a) un 'Diario' y b) la filmación de las sesiones. 2. Expone los resultados derivados del análisis de varianza múltiple y las conclusiones. Utiliza las siguientes variables: independientes: el programa de intervención, y dependientes: conducta altruista, conducta asertiva, comunicación intragrupo, autoconcepto, creatividad verbal y gráfico-figurativa.. Técnica experimental de evaluación de la conducta altruista: El dilema del prisionero, escala de comportamiento asertivo para niños, evaluación de la comunicación intragrupo: El juego de las siluetas, escala de sensibilidad social, evaluación del autoconcepto: adaptación del test 'The adjective check lists', batería de Guilford (test de los usos inusuales, test de las consecuencias, test de los círculos), test de 'Abreación' para evaluar la creatividad, 'Diario', cuestionario autoinforme de evaluación para niños y educadores.. Análisis de varianza múltiple. Baremos. Puntuaciones percentiles. Tablas.. La aplicación de un programa de juego amistoso y no competitivo tiene importantes beneficios en el desarrollo integral del niño, ya que estimula: 1. La capacidad de cooperación grupal, que se evidencia en la aparición de conductas altruistas intragrupo. 2. Una disminución de la conducta no asertiva en la interacción social con otros niños, potenciando a un tiempo la disminución de conductas agresivas y pasivas. 3. Un relevante incremento de los mensajes positivos, así como la casi desaparición de los mensajes negativos en relación a la comunicación intragrupo. 4. Una mejora del autoconcepto global. 5. Un incremento de la creatividad verbal en relación a los indicadores: fluidez, flexibilidad y originalidad. 6. Una mejora de la creatividad gráfico-figurativa con un aumento de la fluidez, la originalidad, la conectividad y la fantasía.. Esta experiencia de intervención psicoeducativa evidencia el papel positivo que desempeñan los juegos amistosos, cooperativos y creativos en el desarrollo integral del niño y en las relaciones intragrupo dentro del contexto escolar. Ello sugiere la importancia de incluir en el curriculum escolar experiencias estructurales que fomenten la creatividad y la capacidad de cooperación grupal..
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El artículo forma parte de una sección dedicada a Psicología Evolutiva y de la Educación
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Resumen basado en el de la publicación
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Monográfico con el título: 'Educación global y currículum social'. Resumen basado en el de la publicación
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[EN] This study examined the effectiveness of a school-based rugby introductory training course (“Rugby Project For Schools”) in a sample of one hundred and three Italian adolescents, sixty-three attending the program (rugby group), and forty not taking part in the project (control group).
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Distinguishing between physical and social aggression, this study examined whether the predictive effect of aggression on resource control a) is moderated by prosocial behavior and b) corresponds to a linear or a curvilinear trend. Moderating effects of children’s social preference among peers and child sex in this context were also tested. Based on a sample of 682 kindergarten children (348 girls; average age 72.7 months, 3.6 SD), multilevel regressions revealed additive linear effects of social preference and prosociality on resource control. Moderate (but not high) levels of social aggression also facilitated resource control for disliked children. There was no such threshold effect for well liked children, who increasingly controlled the resource the more socially aggressive they were. In contrast, physical aggression hampered resource control unless used very modestly. The present study has a number of positive features. First, the distinction between physical and social aggression improves our understanding of the relation between aggression and social competence and sketches a more differentiated picture of the role of different forms of aggression in resource control. Second, this study combines the concept of resource control with the concept of social preference and investigates curvilinear effects of aggression. Third, the direct observation of resource control in the Movie Viewer increases the internal validity of this study.
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This study examined emotional responding (sympathy and distress) and prosocial behavior as well as their relations across four cultures in a specific context. Preschool children (N = 212) from two Western cultures, Germany and Israel, and two South-East Asian cultures, Indonesia and Malaysia, participated in this study. Children's emotional reactions and prosocial behavior were observed when interacting with an adult in a quasi-experimental situation. Results showed that children from the two South-East Asian cultures, as compared to children from the two Western cultures, displayed more self-focused distress and less prosocial behavior. Across cultures, a positive relation between sympathy and prosocial behavior and a negative relation between self-focused distress and prosocial behavior were found. The strengths of these relations were moderated by culture. These results are discussed with regard to their cultural meaning in the specific experimental situation as well as to general culture-specific characteristics.
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Gamma-hydroxybutyrate (GHB) is a GHB-/GABAB-receptor agonist. Reports from GHB abusers indicate euphoric, prosocial, and empathogenic effects of the drug. We measured the effects of GHB on mood, prosocial behavior, social and non-social cognition and assessed potential underlying neuroendocrine mechanisms. GHB (20mg/kg) was tested in 16 healthy males, using a randomized, placebo-controlled, cross-over design. Subjective effects on mood were assessed by visual-analogue-scales and the GHB-Specific-Questionnaire. Prosocial behavior was examined by the Charity Donation Task, the Social Value Orientation test, and the Reciprocity Task. Reaction time, memory, empathy, and theory-of-mind were also tested. Blood plasma levels of GHB, oxytocin, testosterone, progesterone, dehydroepiandrosterone (DHEA), cortisol, aldosterone, and adrenocorticotropic-hormone (ACTH) were determined. GHB showed stimulating and sedating effects, and elicited euphoria, disinhibition, and enhanced vitality. In participants with low prosociality, the drug increased donations and prosocial money distributions. In contrast, social cognitive abilities such as emotion recognition, empathy, and theory-of-mind, and basal cognitive functions were not affected. GHB increased plasma progesterone, while oxytocin and testosterone, cortisol, aldosterone, DHEA, and ACTH levels remained unaffected. GHB has mood-enhancing and prosocial effects without affecting social hormones such as oxytocin and testosterone. These data suggest a potential involvement of GHB-/GABAB-receptors and progesterone in mood and prosocial behavior.
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Frontline employee (FLE) attitudes and behaviours during service encounters influence customers’ perceptions of service quality and customer satisfaction. The identification of variables that influence FLEs service behaviours is, therefore, important. Much remains unknown about the factors affecting prosocial service behaviours (PSBs). This thesis answers the following questions: What are the antecedents of PSBs in a travel service setting? It is argued that managerial strategies indirectly influence PSBs via their direct influence on job attitudes. This thesis represents an attempt towards an increased knowledge about the antecedents of PSBs by seeking answers to the question. A conceptual model was developed from the literature. Briefly stated, the hypothesised model proposed that job attitudes mediate the relationship between managerial strategies and the PSBs. In-depth interviews provided initial support for the conceptual model. Structural equation modelling techniques were then used to test these relationships on data from 179 travel service employees. Partial support for the mediational role of job attitudes was found. More specifically, the relationship between professional development and extra-role customer service is mediated by job satisfaction and organisational commitment, but not in-role customer service and cooperation. The managerial strategies influence PSBs directly. Internal communication influences extra- and in-role customer service behaviours positively. The relationship between professional development and the three PSBs constructs is negative. Empowerment influences in-role customer service and cooperative behaviours positively.
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Frontline employee attitudes and behaviours during service encounters influence customers' perceptions of service quality. For this reason, the identification of variables that influence service behaviours is important. Much remains unknown about the factors affecting service behaviours in service settings. This study investigates service employees' attitudinal (job satisfaction and organisational commitment) and behavioural (prosocial service behaviours) responses to management strategies (internal communication, professional development and empowerment). One hundred and eighty-eight service employees contributed data, which were analysed using a structural modelling methodology. The authors found that management strategies influence service behaviours directly but the mediating role of job attitudes is not supported.