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Desentrañar los mecanismos de exclusión de las mujeres laicas como grupo subalternizado dentro de una estructura eclesial católica eminentemente patriarcal, es el tema central de esta investigación. A través de un acercamiento a la comunidad parroquial escogida como estudio de caso, se ha buscado conocer la magnitud del trabajo femenino dentro de ella, conocer la condición socio económica de las mujeres laicas que allí trabajan y establecer de qué manera esta condición influye o no en su participación dentro de la Iglesia; se ha intentado además, determinar en qué medida ellas han sido valoradas, incluidas o excluidas dentro de su comunidad eclesial, así como las formas en que se presentan esas exclusiones. El estudio se lo ha realizado con perspectiva de género y la novedad en él, es la utilización del aporte de la Teología Feminista como lugar de resistencia al discurso hegemónico eclesial. La fuente de recolección de datos para el análisis, ha sido el escuchar las voces de las mujeres agentes de pastoral, como principales actoras en el trabajo de la Iglesia, a través de las entrevistas a ellas realizadas. Como recurso metodológico, se ha adaptado el método pastoral propio de los católicos: ver, juzgar y actuar. En este método se parte de la realidad a investigar, se juzga esa realidad a la luz de la bibliografía escogida y se vuelve a ella con nuevos elementos para su transformación. Se analizan cuatro formas en las que se expresa el poder dentro de la Iglesia: la estructura jerárquica tanto a nivel de la Iglesia universal como de la parroquia en estudio, el discurso androcéntrico del aparato doctrinal católico que la legitima, la valoración del trabajo femenino en la comunidad eclesial y los espacios de poder (Diaconado, Sacerdocio, Episcopado y Pontificado) donde las mujeres no han sido incluidas. El resultado del estudio resumido en las conclusiones, gira en torno a la premisa confirmada: “una Iglesia sostenida con el trabajo de mujeres y gobernada por hombres”, se cierra con algunas recomendaciones recogidas de las propias entrevistadas durante el proceso de observación de la realidad, que se resumen en la necesidad de emprender con elementos de formación permanentes que hagan conciencia de la situación de marginación femenina en el campo eclesial, para lograr un real empoderamiento de las mujeres de la parroquia investigada.
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La cultura del libro impreso impregna la vida cotidiana de los lectores durante más de cinco siglos, y de esto, hábitos y significados a cerca del libro como medio de comunicación tienen sus raíces en la comunidad lectora, en una especie de contrato de lectura (VERÓN, 2004). Por lo tanto, creemos que es posible conjeturar que la aparición del libro digital puede cambiar las viejas prácticas en relación con el libro impreso y por eso mismo deben ser investigadas con el fin de entender este tiempo de productos reconfigurados. Consciente de ello, el tema central de nuestra investigación se basa en la comprensión de cómo los lectores de libros digitales realizan sus prácticas. Nuestro objetivo general es investigar las prácticas socioculturales de los lectores de libros digitales, con el fin de mostrar las continuidades y discontinuidades en el uso del libro en su formato impreso y digital. Con este fin, se busca 1) proponer una caracterización de la cultura del libro impreso, que es el apoyo a una asignación posible de las marcas de una cultura del libro digital, y 2) explorar los lugares de producción y oferta de los libros digitales, especialmente en Brasil, fin de delimitar en su primera configuración. Apoyamos, como propuesta metodológica, la sistematización de dimensiones culturales del libro impreso llamadas: ritualidad, simbología, materialidad y forma, lo que ayudará el enfoque del empírico. Nuestra propuesta se basa, en varios puntos, en los investigadores de la historia del libro, insertada en el campo de la Historia Cultural (BURKE, 2008; CHARTIER, 1992, 1994, 2006; DARNTON, 1990, 2006, 2010). Adoptamos como técnica de investigación el análisis de voces, registradas a través de entrevistas en profundidad, de lectores de libros en formato digital. Antes de eso, creemos apropiado emprender un estudio exploratorio basado en la aplicación de un cuestionario online. Nuestra delimitación incluye lectores de libros digitales del curso de Comunicación Social de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte. Entre las conclusiones de esta disertación, es posible señalar que el grupo de lectores investigados está sólidamente ligado a las experiencias con los libros impresos y esto afecta en gran medida las prácticas de los libros digitales
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Un criterio comúnmente utilizado para clasificar países -empleado, inclusive, por los países donantes del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD) de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)- es el que se basa en el ingreso per cápita como el principal factor para definir los grupos. Esta clasificación se relaciona con la idea de que los países deberían asumir la responsabilidad de su propio desarrollo luego de alcanzar un cierto nivel de ingresos (proceso denominado "graduación"). Sin embargo, el uso de límites arbitrarios de ingresos para definir categorías acarrea muchas consecuencias importantes. En primer lugar -sobre todo en el caso de los países que están cerca de la línea divisoria entre un grupo y otro-, la "graduación" se puede alcanzar simplemente debido a modificaciones marginales en las condiciones económicas, pero puede provocar cambios mayores en el área de la asistencia para el desarrollo, como la suma recibida por este concepto y las condiciones -la mayor o menor concesionalidad- en que esta se entrega. En segundo lugar, el proceso de ascender a una categoría de ingresos superior no es lineal, y muchas veces los países retroceden al estado anterior. Esto demuestra una vez más que el cambio de categoría puede no ser el resultado de transformaciones fundamentales en la realidad del desarrollo de los países, sino solo reflejar modificaciones marginales en las condiciones económicas. Finalmente, lo más importante es que el uso de límites de ingresos conduce a agrupar los países de un modo que no captura la compleja naturaleza del desarrollo y la diversidad de situaciones que existen en cada grupo y en cada miembro de esos grupos. En particular, los países de renta media considerados como un grupo constituyen un pilar fundamental de la economía mundial; representan una gran proporción de la actividad económica y el comercio, y son el hogar de la mayoría de la población del mundo y de la mayoría de los pobres del mundo. No obstante, si se observa más detenidamente a este grupo, llama la atención la heterogeneidad existente entre los países que lo componen. Al agrupar a los países según el nivel de ingresos, no se toma en cuenta el amplio rango de capacidades y necesidades diferentes que existen entre los países de renta media. En América Latina y el Caribe, casi el 90% de los países pertenecen a la categoría de renta media. Las diferencias de un país a otro se presentan en un amplio rango de variables, no solo relacionadas con el tamaño y la situación de la economía, sino también con la situación social y las condiciones estructurales vinculadas al potencial de desarrollo y al desempeño productivo. Sin embargo, los países donantes y los organismos multilaterales rara vez toman en cuenta esta amplia diversidad de capacidades y necesidades al establecer prioridades para la asignación de asistencia oficial para el desarrollo (AOD). La lógica seguida en las últimas décadas fue canalizar la mayor parte de la asistencia hacia los países de más bajos ingresos, incluidos los clasificados como países menos desarrollados, en detrimento de los países de renta media. Se presume que, dado que estos últimos tienen un ingreso medio más elevado, sus necesidades deben de ser menores. Para una región de renta media como América Latina y el Caribe, esto ha implicado que su participación en los flujos de asistencia para el desarrollo cayera desde un monto ya bajo (9%) en 1990 a uno todavía inferior (7%) en 2009, en contraste con África y Asia, que reciben la mayor proporción (un 37% y un 30%, respectivamente). Si bien es esperable que el sistema de cooperación internacional se centre en nivelar el campo de juego de las economías de bajos ingresos y reducir la brecha del desarrollo con respecto a los países más avanzados, su mandato no debería limitarse a este objetivo. El sistema de cooperación internacional debería buscar una respuesta integral y amplia para el problema del desarrollo que no solo se oriente a las necesidades de los países de bajos ingresos, sino que también considere las diversas necesidades y vulnerabilidades presentes en los países de renta media. Para que esto sea posible, es fundamental tener un conocimiento integral, en cada caso, de las áreas que presentan mayor necesidad y son más vulnerables, e identificar las principales brechas entre las necesidades y las posibilidades, de modo que la asistencia para el desarrollo pueda asignarse adecuadamente. Un paso crucial en esta dirección sería la revisión de los métodos utilizados para clasificar países y la sustitución de los criterios actuales (basados en los ingresos) por nuevos indicadores que sean más adecuados para esta clasificación. Estos nuevos indicadores deberían ser capaces de captar la naturaleza multifacética del problema del desarrollo y, por lo tanto, permitir la formación de grupos de países menos heterogéneos entre sí. Más específicamente, los indicadores deberían reflejar los desafíos estructurales y las áreas vulnerables existentes en los países de renta media y que no son captados por el criterio del ingreso per cápita. En el caso de los países de renta media de América Latina y el Caribe, estos desafíos de largo plazo y áreas vulnerables pueden resumirse en lo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó como brechas clave que deben cerrarse para evitar caer en la "trampa de la renta media" y avanzar hacia un proceso de desarrollo sostenible y dinámico que tenga como eje central la equidad (CEPAL, 2010a). Estas son: la brecha del financiamiento, la brecha de la desigualdad y la protección social, la brecha del capital humano y la brecha de la productividad y la inversión. Además de elaborar mejores criterios para la asignación de AOD, la comunidad internacional debe persistir en la tarea de aumentar los recursos disponibles para el financiamiento para el desarrollo. El nivel actual de financiamiento otorgado a los países en desarrollo por medio de la AOD es claramente insuficiente y, por lo tanto, en ocasiones se aumenta la asistencia a ciertos países o regiones a expensas de otros -como los países de renta media- que también tienen importantes necesidades. A pesar de los esfuerzos por parte de los países donantes para elevar el monto de AOD, los niveles de asistencia en 2010 alcanzaron un promedio de apenas un 0,32% de su ingreso nacional bruto (INB), muy por debajo de la meta del 0,7% acordada internacionalmente. Asimismo, las finanzas públicas de muchos donantes se deterioraron sustancialmente como consecuencia de la crisis mundial, lo que hace menos probable el incremento de los niveles de asistencia. Dado que el escenario posterior a la crisis ha agregado nuevas áreas de vulnerabilidad a las que tradicionalmente enfrentan ciertos países en desarrollo, persistirá la tensión entre la escasez de recursos y las grandes necesidades. Por estos motivos, es de vital importancia que la comunidad internacional aúne sus fuerzas para encontrar formas innovadoras de movilizar recursos para el desarrollo que sean adicionales, y no sustitutos, de los flujos de AOD. Los países del norte y del sur se han unido en diferentes ocasiones para elaborar mecanismos de financiación innovadora para el desarrollo. Las propuestas abarcan desde impuestos globales específicos hasta mecanismos para facilitar las donaciones voluntarias privadas de un individuo a otro. Algunas de las propuestas ya se están llevando a cabo, y los resultados son alentadores. No obstante, aún queda mucho por hacer, por lo que la comunidad internacional debería emprender una seria labor en este sentido.
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