984 resultados para FERNÁNDEZ DE OVIEDO, GONZALO, 1478-1557
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La autora lee la Brevísima, de Bartolomé de las Casas, en el contexto del auge del imaginario caballeresco en el siglo XVI español, propiciado por las empresas de la Conquista y la Colonia, y que alcanzó igualmente a las gestas religiosas. Estudia este reflejo caballeresco –ensombrecido tal vez por el dramatismo y la violencia de lo narrado, entre otras razones–, empezando por la promesa lascasiana de ennoblecer a campesinos pacíficos a cambio de que colonizaran con justicia, resalta el carácter cortés y pacífico de los indios, así como de sus valores de tinte caballeresco («lo mismo los varones que las mujeres, muertas antes que entregar su honra o faltar a sus esposos», destaca su respeto a la jerarquía, natural o adquirida, y a las responsabilidades de cada cual, incluidas las del buen rey, que protege a sus vasallos y defiende los límites de su territorio), incluso distingue su delicadeza corporal como signo de nobleza. El patrón narrativo de la Brevísima es similar al de muchas obras de la tradición caballeresca. Utiliza todos estos elementos en un retrato civilizado de los indios, presentados viviendo en sociedad y según las virtudes cristianas antes de la llegada de los españoles, en un equilibrio que sería amenazado por los afanes desmedidos de los conquistadores.
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Indice.
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Bibliografía.
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CCBE S. XVI,
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Resumen: Descripciones geográficas y etnológicas de las Indias en autores españoles del siglo XVI. Análisis de los escritos de Pedro Mártir de Anglería y Gonzalo Fernández de Oviedo en los aspectos siguientes: idea de un Nuevo Mundo, crítica y rechazo de las ideas antiguas (mirabilia, monstruos), descripción de plantas y animales, aplicación a las sociedades indígenas de las nociones de “edad de oro” y “bondad natural”, análisis comparativo y valoración de las culturas indígenas en relación con la europea.
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Las ilustraciones realizadas por el cronista oficial de Indias Gonzalo Fernández de Oviedo para sus apartados sobre la flora americana son las primeras de este tipo aparecidas mundialmente en una edición impresa. Entre los paradigmas del saber libresco medieval y el de la creciente valoración del testimonio de vista, el Veedor del Oro en el Nuevo Mundo, escritor y dibujante, recurre a las herramientas del lenguaje visual para, por un lado, ofrecer pruebas fehacientes de la naturaleza que estaba presenciando y, por el otro, para aprehenderla mediante las formas de discernimiento del discurso imperial. Sirviéndonos de un análisis de estas imágenes que Oviedo incorporó a sus impresos y manuscritos sobre las Indias, en este trabajo, demostramos cómo en ellas se concentran múltiples referencias sorprendentemente significativas en su conjunto: referencias a la realidad americana por mímesis y semejanza, referencias a los esquemas familiares de las tradiciones pictóricas de Occidente y, por último, a las jerarquías imperiales cristianas. Todo este complejo referencial se encuentra finalmente al servicio de la expansión imperial
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Las ilustraciones realizadas por el cronista oficial de Indias Gonzalo Fernández de Oviedo para sus apartados sobre la flora americana son las primeras de este tipo aparecidas mundialmente en una edición impresa. Entre los paradigmas del saber libresco medieval y el de la creciente valoración del testimonio de vista, el Veedor del Oro en el Nuevo Mundo, escritor y dibujante, recurre a las herramientas del lenguaje visual para, por un lado, ofrecer pruebas fehacientes de la naturaleza que estaba presenciando y, por el otro, para aprehenderla mediante las formas de discernimiento del discurso imperial. Sirviéndonos de un análisis de estas imágenes que Oviedo incorporó a sus impresos y manuscritos sobre las Indias, en este trabajo, demostramos cómo en ellas se concentran múltiples referencias sorprendentemente significativas en su conjunto: referencias a la realidad americana por mímesis y semejanza, referencias a los esquemas familiares de las tradiciones pictóricas de Occidente y, por último, a las jerarquías imperiales cristianas. Todo este complejo referencial se encuentra finalmente al servicio de la expansión imperial
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Las ilustraciones realizadas por el cronista oficial de Indias Gonzalo Fernández de Oviedo para sus apartados sobre la flora americana son las primeras de este tipo aparecidas mundialmente en una edición impresa. Entre los paradigmas del saber libresco medieval y el de la creciente valoración del testimonio de vista, el Veedor del Oro en el Nuevo Mundo, escritor y dibujante, recurre a las herramientas del lenguaje visual para, por un lado, ofrecer pruebas fehacientes de la naturaleza que estaba presenciando y, por el otro, para aprehenderla mediante las formas de discernimiento del discurso imperial. Sirviéndonos de un análisis de estas imágenes que Oviedo incorporó a sus impresos y manuscritos sobre las Indias, en este trabajo, demostramos cómo en ellas se concentran múltiples referencias sorprendentemente significativas en su conjunto: referencias a la realidad americana por mímesis y semejanza, referencias a los esquemas familiares de las tradiciones pictóricas de Occidente y, por último, a las jerarquías imperiales cristianas. Todo este complejo referencial se encuentra finalmente al servicio de la expansión imperial
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This paper studies the influence of cynic philosophy in the construction of the myth of the good savage. In the first part it studies the importance of cynicism in the XVI century and how the cynic influence of Erasmus, More and Montaigne was fundamental to the way that Europe approached the American indigenous. In the second part it studies the cynic motives that could have influenced in the construction of the myth of the good savage.
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Many 16th century Spanish chroniclers and missionaries, arriving at what they interpreted as a New World, saw the Devil as a “hermeneutic wildcard” that allowed them to comprehend indigenous religions. Pedro Cieza de León, a soldier in the conquest of Peru, is a case in point. Cieza considers the Devil responsible for the most aberrant religious practices and customs of the Indians, although he views the natives in a positive light, as men susceptible to divine salvation. From a providentialist perspective of the history of the conquest, Cieza interprets that the evangelization and conversion of the Indians and the implantation of Christian civilization by the Spanish Crown, were able to defeat the Devil.
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Las primeras esmeraldas colombianas fueron descubiertas, el año de 1514, en Santa Marta, Costa Norte, por el Capitán General Pedro Arias de Ávila. Durante la conquista se requisaron muchas a los indios y también se recogieron en placeres, lo que ponía en evidencia la riqueza de este país. En 1535, el naturalista Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557) nos señala en la Historia Natural y General de Indias (1535) que desde Tierra Firme 'se han llevado muchas (esmeraldas) en cantidad de diversas estimaciones, é precio', oferta tal que llevó a la caída de precios en Europa.
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La presente Tesis muestra una visión en conjunto de la evolución de la cartografía geológica en España desde sus orígenes hasta el año 1864, cuando aparecieron, de forma simultánea, los dos mapas geológicos completos de España. El estudio se divide en doce capítulos. El primero es una introducción, con los objetivos y metodología del trabajo, así como en los antecedentes de estos trabajos. El segundo capítulo aborda la representación temprana del paisaje y de los elementos geológicos, desde las piedras grabadas de Abauntz, de hace 13.000 años, que se han interpretado como un mapa geomorfológico y de recursos naturales o el mapa con el volcán Çatalhöyuc en Turquía de 6.600 a.C., hasta las primeras representaciones cartográficas que surgieron con el desarrollo de las primigenias sociedades urbanas. El Papiro de Turín es un mapa del 1.150 a.C. con contenido geológico real que muestra con precisión la distribución geográfica de los distintos tipos de roca en la que se incluye información sobre minería. El tercer capítulo trata sobre cómo se establecieron las bases para la representación científica de la superficie terrestre en el Mundo clásico. Se hace un somero repaso a como se desarrollaron sus concepciones filosóficas sobre la naturaleza y de la cartografía en la Antigua Grecia y el Imperio Romano. En el cuarto capítulo se sintetiza la evolución de los conceptos cartográficos en el mundo medieval, desde las interpretaciones teológicas del mundo en los mapamundis en O-T de Las Etimologías del siglo VIII, o los Beatos, al nacimiento de una representación cartográfica verdaderamente científica en los siglos XIII y XIV, como son los portulanos, destacando el especial interés de la "Escuela Mallorquina". En el quinto capítulo se estudia el Renacimiento y la Edad Moderna, incidiendo en la importancia de la cartografía en los viajes de los descubrimientos, que marcan el mayor avance conceptual en la comprensión de la Tierra. La carta de Juan de la Cosa (1500) es la primera representación de América y además es el primer exponente de la cartografía producida por la Casa de la Contratación de Sevilla. Se presta especial atención a la representación de fenómenos volcánicos, con el ejemplo de las observaciones geológicas que realizó Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), en las que se encuentran varios croquis sobre los volcanes de Nicaragua. Finalmente, se estudian las representaciones del subsuelo en la minería, que en esa época inauguraron un nuevo lenguaje pictórico, y las técnicas y saberes mineros en el ámbito hispanoamericano. El capítulo sexto es muy amplio, estudia el contexto científico internacional donde nacieron los primeros mapas geológicos, desde los primeros cortes geológicos realizados a principios del siglo XVIII, hasta el primer mapa geológico del mundo de Amí Boué (1843). En este estudio se estudian también los distintos avances científicos que se fueron produciendo y que permitieron que se levantaran los mapas geológicos. Se analiza la importancia del desarrollo de la cartografía topográfica, que permitió que se pudieran representar distintos elementos geológicos sobre ellos, dando lugar a los primeros mapas temáticos, como por ejemplo, el mapa de los recursos mineros del obispado de Salzburgo (1716). Se dedica un amplio capítulo a la influencia de la Academia de Minas de Freiberg, dónde Abraham G. Werner (1749-1817) impartía clases. Werner sistematizó los materiales geológicos que componen el edificio terrestre dividiéndolo en grandes unidades, de este modo se sentaron las bases que propiciaron la representación cartográfica. A partir de este momento se levantaron un buen número de mapas geognósticos. A principios del siglo XIX, las teorías de Werner empezaron a perder aceptación internacional, incluso entre sus discípulos, como Leopold von Buch (1774-1853) que desarrolló una teoría sobre el levantamiento de las montañas a partir del empuje causado por intrusiones ígneas. Desde la historiografía de la cartografía geológica, se considera un hito la aparición del mapa geológico de Inglaterra, Gales y Escocia, Smith (1815), sin embargo, desde el punto de vista conceptual, el mapa de Cuvier y Brogniart (1808) representa un verdadero mapa geológico con un claro relato histórico. Después se repasan las distintas ideas sobre los mecanismos orogénicos, en especial las de Élie de Beaumont, que ejercieron una gran influencia entre los geólogos de nuestro país. A continuación se trata la figura de Lyell y el desarrollo del actualismo. Finalmente se analiza el primer mapa geológico del mundo, obra de Boué (1843). El capítulo séptimo trata sobre las primeras representaciones gráficas de la Geología española que tuvieron lugar en la época del Reformismo Borbónico. Se empieza con un repaso al estado de la Geología en España en esa época a la que sigue un estudio de los principales hitos en la representación cartográfica con indicaciones geológicas. De este modo se analizan los escasos planos mineros realizados en América que representen los filones, los cortes mineros de Guadalcanal y Cazalla de Hoppensack, (1796) y la utilización de la cartografía en la remediación de los desastres naturales. Los cortes geológicos de Teruel al Collado de la Plata, Herrgen y Thalacker (1800), suponen la primera descripción moderna de un terreno que se realizó en España. A continuación, se menciona la importancia de las cartografías geognósticas, financiadas por la Corona española, realizadas en los Alpes por Carlos de Gimbernat a principios del siglo XIX. Por último, se estudian los caracteres geológicos de los planos para la investigación del carbón en Mallorca, de Taverns (1811). El capítulo octavo constituye el núcleo principal de la presente tesis, y se ha titulado la Época Histórica de la Geología española, en el que se estudian el desarrollo de la cartografía geológica en nuestro país, en el periodo comprendido entre la promulgación de la Ley de Minas de 1825, hasta la constitución de la Carta Geológica de Madrid y General del Reino, en 1849. Se hace primero un repaso a las circunstancias políticas del país, a continuación se sintetiza el estado de la Geología en España en dicho periodo, las instituciones, y las publicaciones. Después se estudia la contribución de los autores extranjeros al conocimiento de la Geología en España, como Charpentier, que en su mapa de los Pirineos está cartografiando parte del territorio español, o Leopold von Buch, Lyell, Silvertop, Cook, Haussmann, entre otros. A continuación se estudia ya la cartografía de distintas cuencas mineras o regiones de España. Se analizan los mapas por separado, estudiando las memorias que las acompañan y la biografía de sus autores. Se empieza por las tempranas contribuciones con estudios de las cuencas carboníferas en los que ya se encuentran cortes geológicos formales. Se incide con mucho mayor detalle en el análisis de las tres cartografías geológicas que aparecieron simultáneamente hacia 1834: las de La Mármora en Baleares, de Le Play en Extremadura y de Schulz en Galicia, tres productos muy distintos, pero que fueron los pilares fundantes de esta disciplina en España. Por una parte, la primera tiene un interés exclusivamente científico, mientras que las otras dos, se enmarcan en un proyecto de cartografía geológica nacional, de un carácter más aplicado. A continuación se aborda el estudio del conjunto de cartografías que van apareciendo sobre la Geología de España, empezando por la de Naranjo (1841) en Burgos, de Collette (1848) en Vizcaya, de Prado (1848) en el Noreste de León; Rodríguez (1849) en Teruel y de Luxan (1850) en el Suroeste de España. La última parte del capítulo analiza dos cartografías (todavía parciales) del conjunto del país, que aparecieron en Alemania hacia 1850: la de Ezquerra (1851) y la de Willkomm (1852). El capítulo noveno trata sobre la institucionalización de la cartografía geológica en España, que se inicia con la fundación de una comisión, en 1849, para levantar el mapa geológico del Reino. Durante este periodo, de todas formas, la Comisión sufrió diversos avatares, aunque, en resumen se puede considerar que se produjeron tres proyectos de cartografía: el primero es la serie de cartografías geológicas provinciales a escala 1:400.000, que se iniciaron con la de Madrid; el segundo son los estudios de cuencas carboníferas, gracias a los cuales se levantaron mapas geológicos en Sant Joan de les Abadeses, Maestre, (1855) y el Norte de la provincia de Palencia, Prado (1861), el tercero y último es el mapa geológico general de España, Maestre (1865). De todas formas, en este periodo también aparecieron cartografías geológicas realizadas por la Dirección General de Minas. El hito cartográfico final de esta tesis es doble, entre 1864 y 1865, se publicaron, por fin, dos mapas geológico completos de España: el de Verneuil y Collomb (1864) y el de Maestre (1865). Finalmente, en el décimo y último capítulo se analizan en conjunto todas las producciones cartográficas que se han ido estudiando a lo largo del trabajo y se exponen, a modo de conclusiones, las principales aportaciones de esta Tesis.