7 resultados para Arabismos


Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

El objetivo principal es que el alumnado conozca una civilización histórica, la islámica, que ha tenido gran importancia en la cultura española. Para ello, se confeccionan paneles explicativos que recogen las características de la civilización islámica, en los que intervienen varias áreas. En Historia se estudia la economía, la sociedad y la política islámica; en Matemáticas, la ciencia; en Lengua, arabismos y poesía arábigo andaluza; y en Religión, el Islam. Además se prepara la representación de un cuento de las Mil y una noches, El Dormido Despierto. En cuanto a la evaluación, se pasan encuestas a profesores y alumnos sobre la valoración del trabajo. Algunos modelos de estas encuestas se incluyen en la memoria..

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

El estudio de las combinaciones léxicas según su grado de fijación y su distinción en combinaciones libres, colocaciones y locuciones ha sido realizado desde la perspectiva sincrónica. Planteamos la posibilidad de aplicar las pautas para distinguir estos tipos de estructuras en materiales de tipo diacrónico. Concretamente, nos basamos en los documentos que componen el Corpus del Español del Reino de Granada (CORDEREGRA) para valorar los materiales de este corpus histórico-lingüístico y comprobar si los criterios sincrónicos se pueden aplicar al estudio de documentos de otros siglos.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

La berenjena (Solanum melongena L.) es una planta solanácea de múltiples variedades, cuyos ancestros salvajes se sitúan en Indochina y el este de África. Su cultivo fue muy temprano en zonas de China e India. Aun así, no se extendió al Occidente antiguo ni apenas se conoció, de ahí su ausencia en los textos clásicos de botánica y farmacología. Fueron los árabes quienes llevaron el cultivo de la planta por el Norte de África y Al-Andalus, de donde pasó ya a Europa. Los primeros testimonios occidentales de la berenjena aparecen en traducciones latinas de textos árabes, para incorporarse luego a la literatura farmacológica medieval y, más tarde ya, a la del Renacimiento, que empezó a tratar de ella por su posible parecido con una especie de mandrágora. Pese a que se le reconocían algunas virtudes medicinales, siempre se la tuvo bajo sospecha por ser de sabor poco agradable, indigesta y causante de algunas afecciones. Solo los botánicos de finales del Renacimiento describirían la planta y sus variedades con criterios más «científicos» y botánicos, ya sin apenas intereses farmacológicos.