896 resultados para Emperadores romanos
Resumo:
Hay un ejemplar encuadernado con: Discret rahonament, quiexa formal que fan contra el Micalet de la Seu, la Torre de Espioca, y la Torre de Paterna, sobre la gran visita que éste tingué en lo dia cinc de Deembre [sic] ... per veure y admirar tan magnífica obra y deliciosa vista ... Carlos Quart (que Deu guart) y el señor Don Fernando de Borbó ... : (XVIII/1105).
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Hay un ejemplar encuadernado con: Discret rahonament, quiexa formal que fan contra el Micalet de la Seu, la Torre de Espioca, y la Torre de Paterna, sobre la gran visita que éste tingué en lo dia cinc de Deembre [sic] ... per veure y admirar tan magnífica obra y deliciosa vista ... Carlos Quart (que Deu guart) y el señor Don Fernando de Borbó ... : (XVIII/1105).
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La escalera de caracol es uno de los elementos que mejor define la evolución de la construcción pétrea a lo largo de nuestra historia moderna. El movimiento helicoidal de las piezas de una escalera muestra, con frecuencia, el virtuosismo que alcanzaron los maestros del arte de la cantería y la plasticidad, expresividad y ligereza de sus obras. A pesar de su origen exclusivamente utilitario y de su ubicación secundaria, se convertirán en signo de maestría y en elementos protagonistas del espacio que recorren y de la composición de los edificios, como es el caso de las grande vis de los Châteaux franceses del XVI como Blois, Chateaudun o Chambord o los schlosses alemanes como el de Hartenfels en Torgau. Este protagonismo queda patente en los tratados y manuscritos de cantería, elaborados fundamentalmente en España y Francia, a partir del siglo XVI que recogen un gran número de variantes de escaleras de caracol entre sus folios. Breve historia de la escalera de Caracol Los ejemplos más antiguos conocidos de escaleras de caracol en Occidente provienen de los primeros siglos de nuestra era y están asociados a construcciones de tipo conmemorativo, funerario o civil, romanas. Destaca de entre ellas la columna trajana, construida en el 113 por Apolodoro de Damasco en los Foros de Roma. Esta columna, conservada en la actualidad, fue profusamente representada por los tratados de arquitectura desde el Renacimento como el de Serlio, Caramuel, Piranesi, Rondelet y, más recientemente, Canina. Choisy describe en El arte de construir en Bizancio un grupo de escaleras de caracol cubiertas por bóvedas helicoidales y construidas entre el siglo IV y VIII; a esta misma época pertenecen otras escaleras con bóvedas aparejadas de forma desigual con sillarejos y sillares de pequeño tamaño sin reglas de traba claras, pensadas al igual que las de Choisy para ser revestidas con un mortero. Herederas de estas bóvedas de la antigüedad son las escaleras de caracol de la Edad Media. Así las describe Viollet le Duc: “compuestas por un machón construido en cantería, con caja perimetral circular, bóveda helicoidal construida en piedra sin aparejar, que se apoya en el machón y sobre el paramento circular interior. Estas bóvedas soportan los peldaños en los que las aristas son trazadas siguiendo los radios del círculo”. En esta misma época, siglos XI y XII, se construyen un grupo de escaleras de caracol abovedadas en piedra de cantería vista: las de la torre oeste de Notre Dame des Doms en Avignon, las de la tour de Roi, de Évêque y Bermonde de los Chateaux de Uzés, las gemelas de las torres de la Catedral Saint Théodorit de Uzés y la conocida escalera del transepto de la Abadía de Saint Gilles. Ésta última dará el nombre a uno de los modelos estereotómicos de mayor complejidad del art du trait o arte de la cantería: la vis Saint Gilles, que aparece en la mayoría de los textos dedicados al corte de piedras en España y Francia. La perfección y dificultad de su trazado hizo que, durante siglos, esta escalera de caracol fuera lugar de peregrinación de canteros y se convirtiera en el arquetipo de un modelo representado con profusión en los tratados hasta el siglo XIX. A partir del siglo XIII, será el husillo el tipo de escalera curva que dará respuesta a las intenciones de la arquitectura a la “moderna” o gótica. Estas escaleras con machón central se generalizarán, insertándose en un complejo sistema de circulaciones de servicio, que conectaban por completo, en horizontal y vertical, los edificios. Estos pasadizos horizontales y estas conexiones verticales, hábilmente incorporadas en el espesor de contrafuertes, machones, esquinas, etc, serán una innovación específicamente gótica, como señala Fitchen. La pieza de peldaño, que se fabrica casi “en serie” reflejará fielmente el espíritu racional y funcionalista de la arquitectura gótica. Inicialmente los peldaños serán prismáticos, sin labrar por su cara interior; después, éstos darán paso a escaleras más amables con los helicoides reglados formando su intradós. Insertos en construcciones góticas y en convivencia con husillos, encontramos algunos ejemplos de escaleras abovedadas en el siglo XIII y XIV. Estamos hablando de la escalera de la torre este del Castillo de Maniace en Siracusa, Sicilia y la escalera de la torre norte del transepto de la Catedral de Barcelona. En ambos casos, los caracoles se pueden relacionar con el tipo vis de Saint Gilles, pero incorporan invariantes de la construcción gótica que les hace mantener una relación tipológica y constructiva con los husillos elaborados en la misma época. En la segunda mitad del siglo XV aparecen, vinculadas al ámbito mediterráneo, un conjunto de escaleras en las que el machón central se desplaza transformándose en una moldura perimetral y dejando su lugar a un espacio hueco que permite el paso de la luz. Los tratados manuscritos de cantería que circulan en el XVI y XVII por España recogen el modelo con su denominación: caracol de Mallorca. Varios autores han mantenido la tesis de que el nombre proviene de la escalera situada en la torre noroeste de la Lonja de Palma de Mallorca. Los Manuscritos y tratados de Cantería y las escaleras de caracol Coincidiendo con la apertura intelectual que propicia el Renacimiento se publican algunos tratados de arquitectura que contienen capítulos dedicados al corte de las piedras. El primero de ellos es Le premier tome de l’Architecture de Philibert de L’Orme, publicado en 1567 en Francia. En España tenemos constancia de la existencia de numerosos cuadernos profesionales que circulaban entre los canteros. Varias copias de estos manuscritos han llegado hasta nuestros días. Los más completos son sin duda, las dos copias que se conservan del tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira, una en la Biblioteca Nacional y otra en la Biblioteca de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y el manuscrito titulado Cerramientos y trazas de Montea de Ginés Martínez de Aranda. Todas estas colecciones de aparejos, con excepción de la atribuida a Pedro de Albiz, presentan trazas de escaleras de caracol. En los siglos XVII y XVIII los textos en España más interesantes para nuestras investigaciones son, como en el XVI, manuscritos que no llegaron a ver la imprenta. Entre ellos destacan De l’art del picapedrer de Joseph Gelabert y el Cuaderno de Arquitectura de Juan de Portor y Castro. Estos dos textos, que contienen varios aparejos de caracoles, están claramente vinculados con la práctica constructiva a diferencia de los textos impresos del XVIII, como los del Padre Tosca o el de Juan García Berruguilla, que dedican algunos capítulos a cortes de Cantería entre los que incluyen trazas de escaleras, pero desde un punto de vista más teórico. Podemos agrupar las trazas recogidas en los manuscritos y tratados en cinco grandes grupos: el caracol de husillo, el caracol de Mallorca, los caracoles abovedados, los caracoles exentos y los caracoles dobles. El husillo, de procedencia gótica, permanece en la mayoría de nuestros textos con diferentes denominaciones: caracol de husillo, caracol de nabo redondo o caracol macho. Se seguirá construyendo con frecuencia durante todo el periodo de la Edad Moderna. Los ejemplares más bellos presentan el intradós labrado formando un helicoide cilíndrico recto como es el caso del husillo del Monasterio de la Vid o el de la Catedral de Salamanca o un helicoide axial recto como en el de la Capilla de la Comunión en la Catedral de Santiago de Compostela. La diferencia estriba en la unión del intradós y el machón central: una amable tangencia en el primer caso o un encuentro marcado por una hélice en el segundo. El segundo tipo de caracol presente en casi todos los autores es el caracol de Mallorca. Vandelvira, Martínez de Aranda, y posteriormente Portor y Castro lo estudian con detenimiento. Gelabert, a mediados del siglo XVII, nos recordará su origen mediterráneo al presentar el que denomina Caracol de ojo abierto. El Caracol de Mallorca también estará presente en colecciones de aparejos como las atribuidas a Alonso de Guardia y Juan de Aguirre, ambas depositadas en la Biblioteca Nacional y en las compilaciones técnicas del siglo XVIII, de fuerte influencia francesa, aunque en este caso ya sin conservar su apelación original. El Caracol que dicen de Mallorca se extiende por todo el territorio peninsular de la mano de los principales maestros de la cantería. Los helicoides labrados con exquisita exactitud, acompañados de armoniosas molduras, servirán de acceso a espacios más representativos como bibliotecas, archivos, salas, etc. Es la escalera de la luz, como nos recuerda su apelación francesa, vis a jour. Precisamente en Francia, coincidiendo con el renacimiento de la arquitectura clásica se realizan una serie de escaleras de caracol abovedadas, en vis de Saint Gilles. Los tratados franceses, comenzando por De L’Orme, y siguiendo por, Jousse, Derand, Milliet Dechales, De la Hire, De la Rue, Frezier, Rondelet, Adhémar o Leroy, entre otros, recogen en sus escritos el modelo y coinciden en reconocer la dificultad de su trazado y el prestigio que adquirían los canteros al elaborar este tipo de escaleras. El modelo llega nuestras tierras en un momento histórico de productivo intercambio cultural y profesional entre Francia y España. Vandelvira, Martínez de Aranda y Portor y Castro analizan en sus tratados la “vía de San Gil”. En la provincia de Cádiz, en la Iglesia Mayor de Medina Sidonia, se construirá el más perfecto de los caracoles abovedados de la España renacentista. También en la provincia de Cádiz y vinculadas, posiblemente, a los mismos maestros encontramos un curioso grupo de escaleras abovedadas con generatriz circular horizontal. A pesar del extenso catálogo de escaleras presentes en la tratadística española, no aparece ninguna que muestre una mínima relación con ellas. Desde el punto de vista de la geometría, estamos ante uno de los tipos de escaleras que describe Choisy en El arte de construir en Bizancio. Se trata de escaleras abovedadas construidas por hojas y lechos horizontales. Los caracoles abovedados tendrán también su versión poligonal: la vis Saint Gilles quarré o el caracol de emperadores cuadrado en su versión vandelviresca. Las soluciones que dibujan los tratados son de planta cuadrada, pero la ejecución será poligonal en los raros ejemplos construidos, que se encuentran exclusivamente en Francia. Su geometría es compleja: el intradós es una superficie reglada alabeada denominada cilindroide; su trazado requiere una habilidad extrema y al ser un tanto innecesaria desde el punto de vista funcional, fue muy poco construida. Otro tipo de escalera habitual es la que Vandelvira y Martínez de Aranda denominan en sus tratados “caracol exento”. Se trata de una escalera volada alrededor de un pilar, sin apoyo en una caja perimetral y que, por lo tanto, debe trabajar en ménsula. Su función fue servir de acceso a espacios de reducidas dimensiones como púlpitos, órganos o coros. Encontramos ejemplos de estos caracoles exentos en el púlpito de la catedral de Viena y en España, en la subida al coro de la Iglesia arciprestal de Morella en Valencia. El largo repertorio de escaleras de caracol prosigue en los tratados y en las múltiples soluciones que encontramos en arquitecturas civiles y religiosas en toda Europa. Hasta varios caracoles en una sola caja: dobles e incluso triples. Dobles como el conocido de Chambord, o el doble husillo del Convento de Santo Domingo en Valencia, rematado por un caracol de Mallorca; triples como la triple escalera del Convento de Santo Domingo de Bonaval en Santiago de Compostela. La tratadística española recogerá dos tipos de caracoles dobles, el ya comentado en una sola caja, en versiones con y sin machón central, definidos por Martínez de Aranda, Juan de Aguirre, Alonso de Guardia y Joseph Gelabert y el caracol doble formado por dos cajas diferentes y coaxiales. Vandelvira lo define como Caracol de Emperadores. Será el único tipo de caracol que recoja Cristobal de Rojas en su Teoría y Práctica de Fortificación. No hay duda que las escaleras de caracol han formado parte de un privilegiado grupo de elementos constructivos en constante evolución e investigación a lo largo de la historia de la arquitectura en piedra. Desde el cantero más humilde hasta los grandes maestros catedralicios las construyeron y, en muchos casos, crearon modelos nuevos en los pergaminos de sus propias colecciones o directamente sobre la piedra. Estos modelos casi experimentales sirvieron para encontrar trabajo o demostrar un grado de profesionalidad a sus autores, que les hiciera, al mismo tiempo, ganarse el respeto de sus compañeros. Gracias a esto, se inició un proceso ese proceso de investigación y evolución que produjo una diversidad en los tipos, sin precedentes en otros elementos similares, y la transferencia de procedimientos dentro del arte de la cantería. Los grandes autores del mundo de la piedra propusieron multitud de tipos y variantes, sin embargo, el modelo de estereotomía tradicionalmente considerado más complejo y más admirado es un caracol de reducidas dimensiones construido en el siglo XII: la Vis de Saint Gilles. Posiblemente ahí es donde reside la grandeza de este arte.
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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Colección de diez cromos numerados en romanos. Al verso de los cromos aparece impreso un texto alusivo a la escena representada
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O seguinte trabalho desenvolve o tema da violência contra o movimento popular na Galiléia, segundo o texto de Lucas 13,1-5. Esse texto não tem paralelo nas outras duas fontes sinóticas, nem em João, nem em Tomé, nem no grupo Galileu que escreveu a fonte Q; quanto a esses eventos históricos que narra o texto, não há referência nem em Flávio Josefo, nem em outros historiadores da época. Isso quer dizer, que estes versículos são uma fonte própria de Lucas, uma fonte autônoma, chamada por alguns como fonte L (ou fonte S). A abordagem deste texto de Lucas, feita por grande parte de pesquisadores na área bíblica, preocupa-se com os temas de pecado e arrependimento, deixando na margem a situação das vítimas e as ameaças de Jesus para seus ouvintes. Neste sentido, este trecho de Lucas é de grande importância. Estes versículos expressam a realidade sócio -política. Seu conteúdo é um sinal de conflito e de denúncia contra o sistema imperial romano que não passou desapercebido para o redator do texto e nem para o seu auditório. Trata-se, portanto, da memória das vítimas da opressão. Apresentamos a seguir, a pesquisa em três capítulos esboçados brevemente. O primeiro descreve o agir específico dos procuradores ou governadores romanos, nas províncias comandadas por eles; ao mesmo tempo, a reação do povo e os seus protestos. A nossa ênfase recairá sobre o procurador romano Pôncio Pilatos. Nos valeremos das fontes bíblicas, extra-bíblicas e pseudo-epígrafas. No final, destacaremos a relevância e o papel central do texto Lucas 13,1-5. No segundo capítulo, o centro será a exegese de Lucas 13,1-5, relacionando-o com o contexto maior que, em nosso caso, é chamado itinerário de viagem para Jerusalém , e com um contexto imediato que é o capitulo 13 de Lucas. No final, perguntaremos pelo grupo ou grupos que podem estar por trás destes versículos, e a importância da fonte L, como fonte primeira que se insere no Evangelho de Lucas. O texto de Lucas 13,1-5 aparece como texto autônomo, memória das vítimas; ele contrasta com a visão moderada dos relatos da Paixão nos sinóticos, frente a uma realidade de opressão. O terceiro capítulo constitui-se num ensaio de articulação destes dois capítulos com a realidade atual, especificamente com a situação de guerra, violência e morte na Colômbia, junto aos esforços atuais por reconstruir a memória das vítimas do povo colombiano, memória que dá sentido e dignifica a oferenda de suas vidas.(AU)
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O seguinte trabalho desenvolve o tema da violência contra o movimento popular na Galiléia, segundo o texto de Lucas 13,1-5. Esse texto não tem paralelo nas outras duas fontes sinóticas, nem em João, nem em Tomé, nem no grupo Galileu que escreveu a fonte Q; quanto a esses eventos históricos que narra o texto, não há referência nem em Flávio Josefo, nem em outros historiadores da época. Isso quer dizer, que estes versículos são uma fonte própria de Lucas, uma fonte autônoma, chamada por alguns como fonte L (ou fonte S). A abordagem deste texto de Lucas, feita por grande parte de pesquisadores na área bíblica, preocupa-se com os temas de pecado e arrependimento, deixando na margem a situação das vítimas e as ameaças de Jesus para seus ouvintes. Neste sentido, este trecho de Lucas é de grande importância. Estes versículos expressam a realidade sócio -política. Seu conteúdo é um sinal de conflito e de denúncia contra o sistema imperial romano que não passou desapercebido para o redator do texto e nem para o seu auditório. Trata-se, portanto, da memória das vítimas da opressão. Apresentamos a seguir, a pesquisa em três capítulos esboçados brevemente. O primeiro descreve o agir específico dos procuradores ou governadores romanos, nas províncias comandadas por eles; ao mesmo tempo, a reação do povo e os seus protestos. A nossa ênfase recairá sobre o procurador romano Pôncio Pilatos. Nos valeremos das fontes bíblicas, extra-bíblicas e pseudo-epígrafas. No final, destacaremos a relevância e o papel central do texto Lucas 13,1-5. No segundo capítulo, o centro será a exegese de Lucas 13,1-5, relacionando-o com o contexto maior que, em nosso caso, é chamado itinerário de viagem para Jerusalém , e com um contexto imediato que é o capitulo 13 de Lucas. No final, perguntaremos pelo grupo ou grupos que podem estar por trás destes versículos, e a importância da fonte L, como fonte primeira que se insere no Evangelho de Lucas. O texto de Lucas 13,1-5 aparece como texto autônomo, memória das vítimas; ele contrasta com a visão moderada dos relatos da Paixão nos sinóticos, frente a uma realidade de opressão. O terceiro capítulo constitui-se num ensaio de articulação destes dois capítulos com a realidade atual, especificamente com a situação de guerra, violência e morte na Colômbia, junto aos esforços atuais por reconstruir a memória das vítimas do povo colombiano, memória que dá sentido e dignifica a oferenda de suas vidas.(AU)
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Inclui notas explicativas, bibliográficas e bibliografia
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El movimiento 15M se caracterizaba, entre otras cosas, por una fuerte crítica a los partidos políticos y el sistema actual de representación política. Sin embargo, el ciclo de movilización ha derivado en un proceso de institucionalización creciente y complejo en el que los activistas del movimiento han participado de manera relativamente visible y continuada en el surgimiento y el desarrollo de nuevos partidos (Partido X, Ganemos y Podemos). Este artículo analiza el papel desempeñado por las nuevas tecnologías en este proceso bajo la hipótesis de que la apropiación de herramientas digitales diseñadas para deliberar, interaccionar o generar formas diversas de participación política en los nuevos partidos reproduce valores y prácticas esenciales del movimiento, allanando con ello el camino para una identificación entre los activistas y los partidos. La mediación tecnológica ha modulado el paso del movimiento al partido al generar un entorno de deliberación horizontal, participación distribuida y estructura descentralizada que reduce las diferencias visibles entre ambos. El desarrollo de las herramientas digitales se ha visto acompañado a su vez de un cambio en los marcos de interpretación de los movimientos sociales con respecto a la tecnología como factor político. De esta forma, las nociones de representación o participación clásicas quedan redibujadas permitiendo una transición suave entre las plazas y los parlamentos. El artículo rastrea la construcción de marcos tecnófilos que, influidos por la presencia del software libre y el código abierto, ayudan a entender la organización de los nuevos partidos-movimiento y la transición entre las diversas formas de acción colectiva. Igualmente, se perfilan y describen algunas de estas herramientas y las funciones que han cumplido de cara a forjar unos modelos de organización originales en estos partidos-movimiento.