12 resultados para CUENTOS DE MI TÍA PANCHITA
em Andina Digital - Repositorio UASB-Digital - Universidade Andina Simón Bolívar
Resumo:
Uno de los principales objetivos del Programa Escuelas Lectoras desarrollado por la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, en el marco del Proyecto CECM, es desarrollar en los niños y las niñas la habilidad para producir textos escritos de manera autónoma y creativa. Para ello, los y las docentes ponen en práctica en el aula una estrategia de producción escrita que consiste de cuatro pasos: planifi cación, textualización, revisión y publicación. Durante el año lectivo 2008 – 2009, los niños y las niñas de las escuelas que forman parte de la Red de Escuelas por el Mejoramiento de la Calidad de la Educación Básica, impulsada por el Programa Escuelas Lectoras, tuvieron la oportunidad de participar en un concurso de cuento con producciones propias y originales. Este libro presenta los cuentos ganadores del concurso, en los cuales se puede apreciar la calidad de expresión escrita alcanzada por los y las estudiantes de segundo a séptimo años de educación básica. Paralelamente se realizó un concurso de fotografía con el tema “El placer de leer”, cuyas fotos ganadoras también se presentan en esta publicación.
Resumo:
Escribir este artículo ha sido para mí una oportunidad para intentar poner en orden varios sentimientos, reflexiones, preguntas, dudas y vivencias desde mi práctica como educadora en derechos humanos, que ciertamente están enriquecidos y contrastados por el voluntariado a favor de la paz como facilitadora de la Red de Propuestas Alternativas a la Violencia - PAV Ecuador y mis búsquedas de conexión conmigo misma desde la práctica del yoga y más recientemente de la meditación zen. Es, entonces, desde este terreno vivo que ha experimentado la sequedad, el desborde de aguas, el abono abundante, la maravilla del brote y el desprendimiento, que comparto estas palabras.
Resumo:
Si bien con la Edad Moderna el lenguaje dejó de ser un instrumento sagrado, desde fines del siglo XIX e inicios del XX se revela el carácter arbitrario del signo lingüístico, reafirmando el carácter secular de la palabra. La autora plantea que Juan Carlos Onetti reflexiona en su obra sobre el carácter y las funciones del lenguaje en el texto, desacralizándolo, alejándose de las pretensiones totalizadoras de la crítica. En los dos cuentos de Onetti («El posible Baldi» y «Luna llena») los personajes escriben. En el primero, Baldi remarca el carácter arbitrario de toda ficción (esta vez, de una ficción sobre sí mismo): destruye la tentación de convertirse en un héroe, al presentarse como un proxéneta y traficante, busca provocar el asco en una literata romántica, que ha sido seducida por la palabra, sin conseguirlo. El personaje del segundo cuento, Carmencita, siente que ha fracasado como escritora, y que su cuerpo envejecido la somete al riesgo del ridículo. A diferencia de Baldi, no se atreve a reír de esta posibilidad ni del asco, muere atrapada en una ficción que no deja de ser romántica. Se reflexiona sobre la finalidad del lenguaje en la «realidad» y en las ficciones que crean estos seres de ficción.
Resumo:
El autor revisa la manera en que se representa el discurso narrativo «a la manera del habla» en cuentos de Aguilera-Malta, Gallegos Lara, Gil Gilbert y De la Cuadra. Este «efecto de oralidad» se realiza mediante recursos diversos: con descripciones que apelan a mitos, o la presencia de refranes que transmiten la experiencia colectiva, con el uso de fórmulas del relato oral, como las equivalentes a aquella de «había una vez», a través de la prosopopeya (personificación, animación, metáfora sensibilizadora) y de la hipérbole, de la alternancia entre un narrador testigo y otro de carácter letrado, o la alternancia narrativo-conversacional en un mismo narrador. Por otro lado, también en ciertos motivos temáticos se encuentran rasgos de oralidad: en la recuperación del universo primigenio, en el que hombre y naturaleza eran uno solo, en el rol de los supuestos, sobreentendidos, habladurías o creencias (experiencia colectiva transmitida que, una vez que circula en la comunidad oral, adquiere el carácter de verdad). Todos estos recursos apuntan a redescubrir la riqueza expresiva del imaginario y los valores del mundo montuvio, en convivencia o disputa con aquellos de la cultura cristiana y de los entornos urbanos.
Resumo:
El autor revisa La navaja y otros cuentos, de Humberto Salvador. Son narraciones cortas de temática urbana, que critican las desigualdades y la deshumanización de la sociedad modernizada. Objetos diversos (navajas, linternas, autos, etc.) funcionan, metafóricamente, en oposición a esa deshumanización y el aislamiento, generándose con la violencia al menos un vínculo entre los seres humanos. Las relaciones entre las clases sociales altas y los individuos marginales –cuyas posibilidades de resistencia individual o de venganza recaen siempre en el azar–, resultan sombrías. Relatos altamente connotativos, de finales abiertos y cargados de sorpresa, mantienen un tono lúdico y esperanzado pese a su carga de denuncia social. El autor presenta a Salvador no solo como un compañero del vanguardista Pablo Palacio, sino como un precursor en el uso de ciertas nociones de la nueva narrativa en el país.
Resumo:
El autor reflexiona sobre el poema escrito por Bolívar en 1823. Plantea que, ante la sobrecogedora belleza del volcán, y enfrentado a un destino complejo y caótico, el héroe revive eternos temores. Serrano lo asimila al Cristo del sermón de la montaña, cuando pretende reencontrarse con los elementos, reinsertarse en el mundo que está redefiniéndose en los campos de batalla. En la cima del Chimborazo, Bolívar dialoga con el tiempo, voz en la que el autor destaca las resonancias bíblicas. Resalta que el héroe, perturbado por los acontecimientos políticos, está poseído por una “pasión violenta”, por un proyecto político que deviene en obsesión: la idea de construir una gran nación liberada. Serrano concibe a la voz del Viejo como la representante de un orden mítico que pervive (el guardián del mundo mineral y espiritual), que interpela a un sujeto que, otra vez como el Cristo, duda. El final abierto del texto, para el autor, sugiere que solo en el sueño o el delirio es posible reconocer nuestra condición de “míseros mortales”.
Resumo:
El propósito principal de nuestra tesis es estudiar, dentro de las tendencias de la nueva narrativa ecuatoriana, la marginalidad urbana en la novela El rincón de los justos, de Jorge Velasco M., y en los cuentos “leyendas olvidadas del reino de la tuentifor” y “el alma al diablo”, de Huilo Ruales H. Para ello, empezamos por describir el enfoque socio-político que vivió nuestro país en la década de los setenta, cuando, paralelamente a la gran riqueza económica que generó el auge petrolero, se fue gestando la marginalidad social, en especial, a partir de los desplazamientos migratorios que se produjeron hacia los principales polos de desarrollo económico-social: Quito y Guayaquil, y sus consecuencias más visibles como la formación de centros urbanos tugurizados y barrios periféricos. En este contexto y apoyándonos en las preocupaciones sociales que pudieron dar origen a los relatos seleccionados, en relación con esa época y una cultura determinadas, procuramos reflexionar sobre lo que constituye la marginalidad como problema social, para aproximarnos con este conocimiento al análisis de la propuesta de nuestros autores, que recrean lo marginal –un mundo de injusticia y violencia social– a través de personajes marginales que viven en la “otra” ciudad, la que aparece como zona de asentamiento de la migración rural, especialmente del suburbio guayaquileño o de los barrios populares de Quito. Esa “otra” ciudad, que se construye como infierno o “edén” –engendrada y, a la vez, marginada y condenada por la ciudad modernizada– y sus personajes, que crean sus propios códigos de convivencia, es el mundo marginal que nos cuentan Velasco Mackenzie y Ruales Hualca a través de su visión “estética” de esa realidad.
Resumo:
La presente investigación busca analizar a partir de las prácticas socio-culturales de las personas sordas,cómo en nuestra sociedad occidental operan los denominados regímenes discursivos sonoro visualescomo formas estructurantes de la realidad, los cuales constituyen sistemas de jerarquización y valoración, desde donde se produce la subalternizaciónde ciertas formas de percibir el mundo, ciertos saberes, ciertas formas comunicativas –como la lengua de señas-, además de la estigmatización de algunos grupos –como el caso de la comunidad de personas sordas- sobre los cuales se ejerce poder para operar, afianzarse y legitimarse a sí mismos como sistemas dominantes.
Resumo:
Seguir las huellas de la oralidad en algunos cuentos de la narrativa ecuatoriana de los treinta es, sin duda, una tarea compleja, porque no se trata de textos que se inscriben dentro de lo que Walter J. Ong llama oralidad primaria, es decir, “a la oralidad de una cultura que carece de todo conocimiento de la escritura o de la impresión”,1 sino de la literatura (letra) hecha, precisamente, por letrados, por escritores y constituida por textos fijados, hasta cierto punto, por la escritura, es decir, de la oralidad secundaria, de aquella que depende de la impresión y en general de la tecnología. Por lo tanto es necesario considerar, para este estudio, tanto la oralidad como la escritura –oralidad primaria y oralidad secundaria– como dos niveles dialógicos de análisis e interpretación, no excluyentes sino complementarios. Por esta razón sería más apropiado hablar de los efectos de la oralidad en textos escritos, que modelizan un tipo de cultura, en este caso, la del montubio de las primeras décadas del siglo XX – la de la época del cacao–. Entonces, la pregunta básica a la que vamos a tratar de responder es: ¿cómo se representa dicha cultura oral en los textos seleccionados? (“El cholo del cuerito e venao” y “El cholo que se castró”, de Demetrio Aguilera Malta; “El Guaraguao” y “La salvaje”, de Joaquín Gallegos Lara; “Mardecido llanto” y “El malo”, de Enrique Gil Gilbert; y “Banda de pueblo”, de José de la Cuadra.)