916 resultados para Violencia filio-parental
Resumo:
Resumen basado en el de la publicación
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Las investigaciones sobre la violencia filio-parental (VFP) son escasas y llegan a conclusiones diversas. El estudio de caso como estrategia metodológica puede ser útil para conocer en profundidad un fenómeno del que aún sabemos poco, entendiendo su realidad como proceso y permitiendo su comprensión de forma holística.
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La violencia filio-parental es un fenómeno social que define todo tipo de violencia de hijos a padres. Es necesaria una intervención conjunta para el abordaje del problema.
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La Violencia Filio-Parental (VFP) es un fenómeno que permanece oculto dentro del ámbito familiar, lo que ha producido que no se haya podido dimensionar ni investigar adecuadamente. Es en los últimos años cuando se ha empezado a presentar interés en clínicos e investigadores por el creciente número de casos y denuncias que se han producido. La VFP es aquella violencia ejercida por un menor o un adulto joven, que no está madurando adecuadamente, contra sus padres o las personas que ejercen dicha función, a través de agresiones verbales, daño material o económico, amenazas, agresiones físicas y psicológicas para obtener el poder del ambiente familiar, donde la víctima siente desesperanza e impotencia y donde el agresor se encuentra en un permanente estado de insatisfacción, se siente incomprendido e intenta pasar el menor tiempo posible con sus víctimas a las que considera responsables de la situación. La VFP tiene diferentes manifestaciones además de la violencia física, también están presentes la violencia verbal, psicológica, material y económica. En el presente trabajo se recogen la evolución producida en el estudio de la VFP, los estudios epidemiológicos que se han ido realizando y los modelos teóricos propios y que se pueden utilizar para explicar el origen y mantenimiento de la misma. La víctima principal de este tipo de violencia suele ser la madre aunque no se puede calificar como un tipo de violencia de género. El agresor es el hijo varón, especialmente en el caso de la violencia física, pero no existen diferencias significativas entre chicos y chicas a la hora de ejercer VFP. Los adolescentes que ejercen VFP viven en una sociedad que justifica el uso de la violencia como un recurso válido a la hora de solucionar los conflictos, presentan problemas de salud mental, consumo de drogas y otras conductas disruptivas, además pueden haber sido víctimas de abusos por parte de sus progenitores o iguales (Bullying) e incluso haber sido testigos y víctimas de violencia doméstica. Ninguna de estas situaciones justifica totalmente el origen y el mantenimiento de la VFP. Los progenitores padecen un elevado sufrimiento por la situación y por la incomprensión social de la misma; tienen dificultades en sus relaciones de pareja, les cuesta imponer la autoridad de formas razonables, pueden presentar estilos educativos dispares e inadecuados; además pueden presentar problemas de salud mental y consumo de sustancias...
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Resumen tomado de la publicación
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El síndrome de alienación parental (SAP) es aquel proceso realizado por el progenitor consistente en programar una conducta de rechazo al otro progenitor sin una justificación objetiva. La conducta alienante la realiza el progenitor con el derecho a la tenencia del hijo; sin embargo, el otro progenitor ante tal conducta, cuando tiene acceso al hijo (a través de su derecho a la visita) suele realizar la misma conducta criticable y comienza a generar en el hijo una situación de inestabilidad dado que le exigen una conducta de fidelidad/rechazo que le es imposible de cumplir (conflicto de lealtades). En la mayoría de casos la conducta de los progenitores alienantes, provoca una reacción de temor en el otro, el cual consideramos “progenitor débil”, por cuanto es víctima de violencia familiar (tanto física como psicológica).
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Resumen tomado de la publicaci??n
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Resumen tomado de la publicaci??n
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Resumen tomado del autor. Este art??culo est?? basado en la ponencia presentada el d??a 21 de noviembre de 2008 en el I Congreso Estatal sobre la defensa del menor en las crisis de pareja, organizado por la Oficina de Defensa de los Derechos del Menor de las Islas Baleares
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Cada vez más autores destacan la necesaria incorporación de la infancia en el estudio de la violencia de género y, en concreto, de la violencia contra la mujer por parte del compañero íntimo (VCI). Tal incorporación puede facilitar no sólo una menor invisibilidad y desprotección de niños y niñas, sino también una mejor comprensión de la propia violencia, sus características y dinámicas. Partiendo de estas consideraciones, en este artículo se presentan los resultados de un análisis secundario de los datos obtenidos en la última macroencuesta sobre violencia contra las mujeres en España. La información disponible permite analizar: 1) la presencia de menores expuestos a VCI; 2) la posible relación entre esta presencia y la formulación de denuncias; y 3) la percepción que tienen las mujeres víctimas de VCI en torno al rol parental de los agresores.
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As part of an evaluation of the braconid parasitoid Diachasmimorpha longicaudata (Ashmead) as a biocontrol agent of Ceratitis capitata (Wiedemann) in Brazil, the aims in the current study were to find the best parental ratio of females to males in the rearing cages in order to get the highest female biased offspring in the parasitoid rearing process, and to verify the parasitism efficiency on C. capitata according to parental female densities. Three treatments were assessed: T1 (20 females: 20 males), T2 (60 females: 20 males) and T3 (100 females: 20 males). Ten late-third instars of C. capitata were offered daily to each female parasitoid from the 1st to the 12th d of age. The parental female productivity, fecundity, offspring sex ratio, percentage of parasitoid emergence, and daily mortality of parental females and males at different female/male densities were evaluated. The results indicated that numbers higher than 20 parental females did not affect offspring sex ratio, overall offspring production, nor the percent parasitism. Female biased offspring occurred in all three parental female/male ratios analyzed in this study, except that predominately males developed from parasitoid eggs laid in the age interval 1-2 d post emergence. Higher parasitoid female productivity and fecundity were found at the 1:1 female/male per cage density whereas lower productivity and fecundity were recorded at the 5:1 female/male ratio. Higher female/male ratio in the parental cages increased the mortality rate of females but did not influence the number of parental male deaths. The results may facilitate advancement of an optimum mass-rearing system to aid in control of C. capitata in Brazil.
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Survival models involving frailties are commonly applied in studies where correlated event time data arise due to natural or artificial clustering. In this paper we present an application of such models in the animal breeding field. Specifically, a mixed survival model with a multivariate correlated frailty term is proposed for the analysis of data from over 3611 Brazilian Nellore cattle. The primary aim is to evaluate parental genetic effects on the trait length in days that their progeny need to gain a commercially specified standard weight gain. This trait is not measured directly but can be estimated from growth data. Results point to the importance of genetic effects and suggest that these models constitute a valuable data analysis tool for beef cattle breeding.
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Sixty-seven children aged 7 to 14 who met diagnostic criteria for an anxiety disorder were assigned to conditions according to parental anxiety level. Within these conditions, children were randomly assigned to I of 2 treatments: child-focused cognitive-behavioral therapy (CBT) or child-focused CBT plus parental anxiety management (CBT + PAM). At posttreatment, results indicated that within the child-anxiety-only condition, 82% of the children in the CBT condition no longer met criteria for an anxiety disorder compared with 80% in the CBT + PAM condition. Within the child + parental anxiety condition, 39% in the CBT condition no longer met criteria compared with 77% in the CBT + PAM condition. At follow-up, these differences were maintained, with some weakening over time. Results were not consistent across outcome measures. The interpretation and potential clinical implications of these findings are discussed.
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The aim of this research was to examine, from a stress and coping perspective, the effects of resources (both personal and environmental) and coping strategies on parental reactions to infant death. One hundred and twenty-seven parents (60 fathers, 67 mothers) participated in the study. The predictors of parental distress (background factors, resources, coping methods) were initially assessed at 4-6 weeks post-loss. Parental distress (assessed using a composite measure of psychiatric disturbance, physical symptoms, and perinatal grief) was further assessed at 6 months post-loss and at 15 months postloss. After control for the stability in adjustment across time, there was consistent evidence that higher levels of education were associated with lower levels of parental distress over time. Among mothers, the number of friends in whom mothers had the confidence to confide emerged as a positive predictor of adjustment to infant death. A reliance on problem-focused coping was associated with greater maternal distress at 6 months post-loss, whereas coping by seeking support was associated with less distress at 15 months post-loss. There is no evidence that background factors and resources influenced parental distress through coping.
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A longitudinal study of 144 patents (65 fathers, 79 mothers) was conducted to evaluate the effectiveness of a program of intervention in relieving the psychological distress of parents affected by infant death. Participants were assessed in terms of their psychiatric disturbance, depression, anxiety, physical symptoms, dyadic adjustment, and coping strategies. The experimental group (n = 84) was offered an intervention program comprising the use of specially designed resources and contact with a trained grief worker. A control group (n = 60) was given routine community care. Parental reactions were assessed at four to six weeks postloss (prior to the implementation of the intervention program), at six months postloss, and at 15 months postloss. A series of multivariate analyses of valiance revealed that the intervention was effective in reducing the distress of parents, particularly those assessed prior to the intervention as being at high-risk of developing mourning difficulties. Effects of the intervention were noted in terms of parents' overall psychiatric disturbance, marital quality, and paternal coping strategies.