985 resultados para Deseo de Freud


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La presente propuesta se propone interrogar la incidencia del deseo del analista en la construcción en psicoanálisis, entiendo la construcción en dos sentidos: -Como un medio para la transmisión clínica a través de la redacción de los casos, donde los mismos fueron adoptando diversas formas a la luz de una experiencia inicial enmarcada en un paradigma positivista que va adquiriendo paulatinamente, en ruptura con el modelo vigente, una respuesta concordante con una escucha particular y un edificio conceptual que atiende a la singularidad del malestar. -Como aquello que por no poder ser restituido vía desciframiento debe ser construido. La construcción suple la ausencia de un real -la verdad histórica que falta al discurso del sujeto por su carácter mítico o fantasmático- revelando una realidad recubierta por lo imaginario. Entonces, a la acción de recordar lo reprimido propia del analizante se le añade la operación del analista que construye conjeturas y las comunica a tiempo, siendo el efecto alcanzado en la cura lo que corrobora la veracidad o la inexactitud de lo supuesto. Es objetivo de este trabajo corroborar como en la construcción que un analista realiza del caso, en cualquiera de los dos sentidos expuestos, el deseo del analista es la clave, ya que es el que le permite sostener su posición. Deseo del analista no como un concepto teórico, objetivo u exterior al caso, sino deseo del analista que esta implicado en su acto. El deseo puede reflejarse en su decir del caso, en su inclusión, en la posición que adopta y, principalmente, en la lógica que organiza este encuentro con el analizante, ya que la lógica del caso es la lógica del deseo delanalista, resultando por lo tanto la construcción el efecto de un deseo que sostiene la apuesta. Para esto, y a la luz del deseo del analista, se realizara un recorrido por los casos paradigmáticos de Freud, procurando esclarecer cual fue el deseo que, en el mismo, motivo la construcción y publicación de los casos, entendiendo que si bien el deseo del analista constituye una noción posterior, se requirió del pasaje por otros deseos para que el deseo que sostiene la posición del analista opere como una función esencial para que el deseo alienado del paciente se haga presente. Concluyendo, dado que el deseo del analista se sostiene en una ética del deseo donde lo que lo causa se consolida como aquello que orienta la articulación significante, habitando la intención mas profunda de la acción, la construcción en psicoanálisis constituye un elemento simbólico que posibilita la tramitación de lo real a través de la posición del analista sostenida en el deseo del analista. Por un lado, permite hacer una lectura del caso que sitúe los puntos cruciales en la historia de un sujeto y el posicionamiento subjetivo adoptado por este, en conjunto con las permutaciones alcanzadas. Por otro, posibilita el desarrollo de la teoría a través de las inconsistencias que se verifiquen o la justificación de la misma. Además admite reconstruir una historia olvidada a partir de sus efectos en el presente del analizante. También se consolida como una herramienta de utilidad para la interrogación del posicionamiento del analista que dirige la cura y las coordenadas desde las cuales opera. Finalmente, constituye un medio eficaz para metabolizar lo escuchado y volverlo comunicable

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La presente propuesta se propone interrogar la incidencia del deseo del analista en la construcción en psicoanálisis, entiendo la construcción en dos sentidos: -Como un medio para la transmisión clínica a través de la redacción de los casos, donde los mismos fueron adoptando diversas formas a la luz de una experiencia inicial enmarcada en un paradigma positivista que va adquiriendo paulatinamente, en ruptura con el modelo vigente, una respuesta concordante con una escucha particular y un edificio conceptual que atiende a la singularidad del malestar. -Como aquello que por no poder ser restituido vía desciframiento debe ser construido. La construcción suple la ausencia de un real -la verdad histórica que falta al discurso del sujeto por su carácter mítico o fantasmático- revelando una realidad recubierta por lo imaginario. Entonces, a la acción de recordar lo reprimido propia del analizante se le añade la operación del analista que construye conjeturas y las comunica a tiempo, siendo el efecto alcanzado en la cura lo que corrobora la veracidad o la inexactitud de lo supuesto. Es objetivo de este trabajo corroborar como en la construcción que un analista realiza del caso, en cualquiera de los dos sentidos expuestos, el deseo del analista es la clave, ya que es el que le permite sostener su posición. Deseo del analista no como un concepto teórico, objetivo u exterior al caso, sino deseo del analista que esta implicado en su acto. El deseo puede reflejarse en su decir del caso, en su inclusión, en la posición que adopta y, principalmente, en la lógica que organiza este encuentro con el analizante, ya que la lógica del caso es la lógica del deseo delanalista, resultando por lo tanto la construcción el efecto de un deseo que sostiene la apuesta. Para esto, y a la luz del deseo del analista, se realizara un recorrido por los casos paradigmáticos de Freud, procurando esclarecer cual fue el deseo que, en el mismo, motivo la construcción y publicación de los casos, entendiendo que si bien el deseo del analista constituye una noción posterior, se requirió del pasaje por otros deseos para que el deseo que sostiene la posición del analista opere como una función esencial para que el deseo alienado del paciente se haga presente. Concluyendo, dado que el deseo del analista se sostiene en una ética del deseo donde lo que lo causa se consolida como aquello que orienta la articulación significante, habitando la intención mas profunda de la acción, la construcción en psicoanálisis constituye un elemento simbólico que posibilita la tramitación de lo real a través de la posición del analista sostenida en el deseo del analista. Por un lado, permite hacer una lectura del caso que sitúe los puntos cruciales en la historia de un sujeto y el posicionamiento subjetivo adoptado por este, en conjunto con las permutaciones alcanzadas. Por otro, posibilita el desarrollo de la teoría a través de las inconsistencias que se verifiquen o la justificación de la misma. Además admite reconstruir una historia olvidada a partir de sus efectos en el presente del analizante. También se consolida como una herramienta de utilidad para la interrogación del posicionamiento del analista que dirige la cura y las coordenadas desde las cuales opera. Finalmente, constituye un medio eficaz para metabolizar lo escuchado y volverlo comunicable

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La presente propuesta se propone interrogar la incidencia del deseo del analista en la construcción en psicoanálisis, entiendo la construcción en dos sentidos: -Como un medio para la transmisión clínica a través de la redacción de los casos, donde los mismos fueron adoptando diversas formas a la luz de una experiencia inicial enmarcada en un paradigma positivista que va adquiriendo paulatinamente, en ruptura con el modelo vigente, una respuesta concordante con una escucha particular y un edificio conceptual que atiende a la singularidad del malestar. -Como aquello que por no poder ser restituido vía desciframiento debe ser construido. La construcción suple la ausencia de un real -la verdad histórica que falta al discurso del sujeto por su carácter mítico o fantasmático- revelando una realidad recubierta por lo imaginario. Entonces, a la acción de recordar lo reprimido propia del analizante se le añade la operación del analista que construye conjeturas y las comunica a tiempo, siendo el efecto alcanzado en la cura lo que corrobora la veracidad o la inexactitud de lo supuesto. Es objetivo de este trabajo corroborar como en la construcción que un analista realiza del caso, en cualquiera de los dos sentidos expuestos, el deseo del analista es la clave, ya que es el que le permite sostener su posición. Deseo del analista no como un concepto teórico, objetivo u exterior al caso, sino deseo del analista que esta implicado en su acto. El deseo puede reflejarse en su decir del caso, en su inclusión, en la posición que adopta y, principalmente, en la lógica que organiza este encuentro con el analizante, ya que la lógica del caso es la lógica del deseo delanalista, resultando por lo tanto la construcción el efecto de un deseo que sostiene la apuesta. Para esto, y a la luz del deseo del analista, se realizara un recorrido por los casos paradigmáticos de Freud, procurando esclarecer cual fue el deseo que, en el mismo, motivo la construcción y publicación de los casos, entendiendo que si bien el deseo del analista constituye una noción posterior, se requirió del pasaje por otros deseos para que el deseo que sostiene la posición del analista opere como una función esencial para que el deseo alienado del paciente se haga presente. Concluyendo, dado que el deseo del analista se sostiene en una ética del deseo donde lo que lo causa se consolida como aquello que orienta la articulación significante, habitando la intención mas profunda de la acción, la construcción en psicoanálisis constituye un elemento simbólico que posibilita la tramitación de lo real a través de la posición del analista sostenida en el deseo del analista. Por un lado, permite hacer una lectura del caso que sitúe los puntos cruciales en la historia de un sujeto y el posicionamiento subjetivo adoptado por este, en conjunto con las permutaciones alcanzadas. Por otro, posibilita el desarrollo de la teoría a través de las inconsistencias que se verifiquen o la justificación de la misma. Además admite reconstruir una historia olvidada a partir de sus efectos en el presente del analizante. También se consolida como una herramienta de utilidad para la interrogación del posicionamiento del analista que dirige la cura y las coordenadas desde las cuales opera. Finalmente, constituye un medio eficaz para metabolizar lo escuchado y volverlo comunicable

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En la actualidad, son muchos los autores que se dedican a investigar las psicosis, tanto como la clínica psicoanalítica posible en este campo. La época de los alienistas supuestamente ya pasó. El psicoanálisis, desde Sigmund Freud, es uno de los discursos que sostiene el sujeto del síntoma, y, porque no decirlo, el sujeto de la locura. Tal discurso, en términos generales, da lugar al ser hablante, legitimando su palabra. La palabra del loco -subrayadas las diferencias entre locura y psicosis- se da a escuchar; y, nuevamente, interroga el lugar de aquél que en su escucha se propone a estar. Es a partir de este punto, que el presente escrito pretende avanzar. Para eso, hace falta retroceder y rescatar cierta intuición freudiana ante a las psicosis. Reconocemos que en el campo psicoanalítico aún persiste cierto modo de teorizar la psicosis que boicotea su propio avance: la psicosis muchas veces es leída desde el lugar de déficit. Pensamos que tal supuesto tiene como base la idea de que laestructura es una, y que es la de la neurosis. El contrapunto de la psicosis con la neurosis, por cierto tiempo, hizo consistir a las psicosis. Ciertamente cumplió una función, pero actualmente representa una suerte de traba al avance de la clínica de las psicosis. Necesitamos, cada vez más, profundizar en lo propio de la psicosis. Y, para eso, hace falta correrse del lugar de déficit. Freud, sostenido en su escucha clínica, interrogó los alienistas. Desde su postura investigativa y clínica, sostuvo el lugarde la psicosis, más allá de los límites impuestos por su propio desarrollo teórico. Entonces, nos interesa seguir la intuición clínica de Freud, dejarnos llevar por sus inquietudes. ¿Qué función cumple el 'no analizable' de la psicosis en la obra de Freud? Entendemos que analizar el lugar que ocupa las psicosis en la obra de Freud es interrogar las posibles funciones de lo 'no analizable' en su desarrollo teórico; remarcando, a partir de ahí, las huellas de su intuición clínica en este particular campo. Si la neurosis es el objeto freudiano de estudio, ¿por qué el autor escribe tanto sobre las psicosis al desarrollar la constitución psíquica del sujeto? ¿Qué busca Freud en las psicosis? Sostenemos que, por un lado, Freud le confiere a la psicosis el particular lugar de garante de la teoría psicoanalítica; y, por otro, denuncia, a partir de su escucha clínica, las huellas de cierta suposición de saber o posición subjetiva. Con relación al saber en la psicosis, a veces tal saber alcanza tamaña verdad que dialoga de igual a igual con el investigador. Buscaremos sostener tal lectura de la obra de Freud, en el campo de la psicosis, a partir del análisis de algunos textos freudianos, dedicados a la constitución psíquica del sujeto. Entendemos que es un desafío avanzar en el campo de la psicosis sin remitirse al déficit. Un desafío que nos convoca diariamente en la clínica con estos sujetos; y que, por su complejidad, sostiene de modo particular el deseo del analista

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El presente trabajo se inscribe en un trabajo interno en el marco de la cátedra Teoría Psicoanalítica de la universidad Nacional de La Plata. En él nos proponemos realizar un recorrido por lo que S. Freud designó como 'ombligo del sueño' y el anudamiento de este punto de indecible, límite a la interpretación, con los conceptos de deseo y pulsión, para lo cual nos vamos a servir de la respuesta que le da J. Lacan a una pregunta que le realiza Marcel Ritter. La propuesta será avanzar en primer lugar en una lectura del capítulo VII del texto La interpretación de los sueños que se orientará por la sugerencia freudiana de tratar a los sueños como una urdimbre, hacer entonces de este texto un tejido. 'La Psicología de los procesos oníricos' titula Freud a este capítulo; y en la introducción del mismo articula su 'proyecto' de trabajo: 'obtener o fundamentar, una inferencia acerca de la construcción y el modo de trabajo del instrumento anímico'. 'Proyecto' decimos porque al leer este capítulo encontramos las trazas de ese texto sofocado, con el que sin lugar a dudas conversa: El proyecto de Psicología para neurólogos, al que tal vez podamos referirnos para esclarecer algunos puntos. 'Aun en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco, han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos oníricos con que nos topamos a raíz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbordar en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio'. Avanzaremos tomando esta cita freudiana como punto de partida, para esclarecer este concepto oscuro y pocas veces referido por Freud, realizando un rodeo por los diferentes apartados del texto en el intento de situar el ombligo del sueño en este primer ordenamiento metapsicológico. En segundo lugar proponemos una lectura del concepto de ombligo del sueño a partir de la elaboración teórica de J. Lacan. En enero del año 1975 se lleva a cabo una jornada de trabajo en Estrasburgo, es en el marco de esa actividad que Marcel Ritter interviene realizando una aclaración sobre el término freudiano \'Das Unerkannte\', el cual es posible traducirlo como \'lo no-reconocido\', y que Freud lo articula al \'ombligo del sueño\'. Proponemos trabajar una pregunta que le hace M. Ritter a J. Lacan en el marco de esas jornadas. Proponemos descomponer esa pregunta y trabajarla en tres partes: 1 ? ¿en este no ? reconocido, podemos ver ahí lo real no simbolizado? 2 - ¿de qué real se trata, es lo real pulsional? 3- ¿qué relaciones hay entre éste real con el deseo, ya que Freud articula el ombligo del sueño con el deseo?

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En la actualidad, son muchos los autores que se dedican a investigar las psicosis, tanto como la clínica psicoanalítica posible en este campo. La época de los alienistas supuestamente ya pasó. El psicoanálisis, desde Sigmund Freud, es uno de los discursos que sostiene el sujeto del síntoma, y, porque no decirlo, el sujeto de la locura. Tal discurso, en términos generales, da lugar al ser hablante, legitimando su palabra. La palabra del loco -subrayadas las diferencias entre locura y psicosis- se da a escuchar; y, nuevamente, interroga el lugar de aquél que en su escucha se propone a estar. Es a partir de este punto, que el presente escrito pretende avanzar. Para eso, hace falta retroceder y rescatar cierta intuición freudiana ante a las psicosis. Reconocemos que en el campo psicoanalítico aún persiste cierto modo de teorizar la psicosis que boicotea su propio avance: la psicosis muchas veces es leída desde el lugar de déficit. Pensamos que tal supuesto tiene como base la idea de que laestructura es una, y que es la de la neurosis. El contrapunto de la psicosis con la neurosis, por cierto tiempo, hizo consistir a las psicosis. Ciertamente cumplió una función, pero actualmente representa una suerte de traba al avance de la clínica de las psicosis. Necesitamos, cada vez más, profundizar en lo propio de la psicosis. Y, para eso, hace falta correrse del lugar de déficit. Freud, sostenido en su escucha clínica, interrogó los alienistas. Desde su postura investigativa y clínica, sostuvo el lugarde la psicosis, más allá de los límites impuestos por su propio desarrollo teórico. Entonces, nos interesa seguir la intuición clínica de Freud, dejarnos llevar por sus inquietudes. ¿Qué función cumple el 'no analizable' de la psicosis en la obra de Freud? Entendemos que analizar el lugar que ocupa las psicosis en la obra de Freud es interrogar las posibles funciones de lo 'no analizable' en su desarrollo teórico; remarcando, a partir de ahí, las huellas de su intuición clínica en este particular campo. Si la neurosis es el objeto freudiano de estudio, ¿por qué el autor escribe tanto sobre las psicosis al desarrollar la constitución psíquica del sujeto? ¿Qué busca Freud en las psicosis? Sostenemos que, por un lado, Freud le confiere a la psicosis el particular lugar de garante de la teoría psicoanalítica; y, por otro, denuncia, a partir de su escucha clínica, las huellas de cierta suposición de saber o posición subjetiva. Con relación al saber en la psicosis, a veces tal saber alcanza tamaña verdad que dialoga de igual a igual con el investigador. Buscaremos sostener tal lectura de la obra de Freud, en el campo de la psicosis, a partir del análisis de algunos textos freudianos, dedicados a la constitución psíquica del sujeto. Entendemos que es un desafío avanzar en el campo de la psicosis sin remitirse al déficit. Un desafío que nos convoca diariamente en la clínica con estos sujetos; y que, por su complejidad, sostiene de modo particular el deseo del analista

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El presente trabajo se inscribe en un trabajo interno en el marco de la cátedra Teoría Psicoanalítica de la universidad Nacional de La Plata. En él nos proponemos realizar un recorrido por lo que S. Freud designó como 'ombligo del sueño' y el anudamiento de este punto de indecible, límite a la interpretación, con los conceptos de deseo y pulsión, para lo cual nos vamos a servir de la respuesta que le da J. Lacan a una pregunta que le realiza Marcel Ritter. La propuesta será avanzar en primer lugar en una lectura del capítulo VII del texto La interpretación de los sueños que se orientará por la sugerencia freudiana de tratar a los sueños como una urdimbre, hacer entonces de este texto un tejido. 'La Psicología de los procesos oníricos' titula Freud a este capítulo; y en la introducción del mismo articula su 'proyecto' de trabajo: 'obtener o fundamentar, una inferencia acerca de la construcción y el modo de trabajo del instrumento anímico'. 'Proyecto' decimos porque al leer este capítulo encontramos las trazas de ese texto sofocado, con el que sin lugar a dudas conversa: El proyecto de Psicología para neurólogos, al que tal vez podamos referirnos para esclarecer algunos puntos. 'Aun en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco, han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos oníricos con que nos topamos a raíz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbordar en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio'. Avanzaremos tomando esta cita freudiana como punto de partida, para esclarecer este concepto oscuro y pocas veces referido por Freud, realizando un rodeo por los diferentes apartados del texto en el intento de situar el ombligo del sueño en este primer ordenamiento metapsicológico. En segundo lugar proponemos una lectura del concepto de ombligo del sueño a partir de la elaboración teórica de J. Lacan. En enero del año 1975 se lleva a cabo una jornada de trabajo en Estrasburgo, es en el marco de esa actividad que Marcel Ritter interviene realizando una aclaración sobre el término freudiano \'Das Unerkannte\', el cual es posible traducirlo como \'lo no-reconocido\', y que Freud lo articula al \'ombligo del sueño\'. Proponemos trabajar una pregunta que le hace M. Ritter a J. Lacan en el marco de esas jornadas. Proponemos descomponer esa pregunta y trabajarla en tres partes: 1 ? ¿en este no ? reconocido, podemos ver ahí lo real no simbolizado? 2 - ¿de qué real se trata, es lo real pulsional? 3- ¿qué relaciones hay entre éste real con el deseo, ya que Freud articula el ombligo del sueño con el deseo?

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En la actualidad, son muchos los autores que se dedican a investigar las psicosis, tanto como la clínica psicoanalítica posible en este campo. La época de los alienistas supuestamente ya pasó. El psicoanálisis, desde Sigmund Freud, es uno de los discursos que sostiene el sujeto del síntoma, y, porque no decirlo, el sujeto de la locura. Tal discurso, en términos generales, da lugar al ser hablante, legitimando su palabra. La palabra del loco -subrayadas las diferencias entre locura y psicosis- se da a escuchar; y, nuevamente, interroga el lugar de aquél que en su escucha se propone a estar. Es a partir de este punto, que el presente escrito pretende avanzar. Para eso, hace falta retroceder y rescatar cierta intuición freudiana ante a las psicosis. Reconocemos que en el campo psicoanalítico aún persiste cierto modo de teorizar la psicosis que boicotea su propio avance: la psicosis muchas veces es leída desde el lugar de déficit. Pensamos que tal supuesto tiene como base la idea de que laestructura es una, y que es la de la neurosis. El contrapunto de la psicosis con la neurosis, por cierto tiempo, hizo consistir a las psicosis. Ciertamente cumplió una función, pero actualmente representa una suerte de traba al avance de la clínica de las psicosis. Necesitamos, cada vez más, profundizar en lo propio de la psicosis. Y, para eso, hace falta correrse del lugar de déficit. Freud, sostenido en su escucha clínica, interrogó los alienistas. Desde su postura investigativa y clínica, sostuvo el lugarde la psicosis, más allá de los límites impuestos por su propio desarrollo teórico. Entonces, nos interesa seguir la intuición clínica de Freud, dejarnos llevar por sus inquietudes. ¿Qué función cumple el 'no analizable' de la psicosis en la obra de Freud? Entendemos que analizar el lugar que ocupa las psicosis en la obra de Freud es interrogar las posibles funciones de lo 'no analizable' en su desarrollo teórico; remarcando, a partir de ahí, las huellas de su intuición clínica en este particular campo. Si la neurosis es el objeto freudiano de estudio, ¿por qué el autor escribe tanto sobre las psicosis al desarrollar la constitución psíquica del sujeto? ¿Qué busca Freud en las psicosis? Sostenemos que, por un lado, Freud le confiere a la psicosis el particular lugar de garante de la teoría psicoanalítica; y, por otro, denuncia, a partir de su escucha clínica, las huellas de cierta suposición de saber o posición subjetiva. Con relación al saber en la psicosis, a veces tal saber alcanza tamaña verdad que dialoga de igual a igual con el investigador. Buscaremos sostener tal lectura de la obra de Freud, en el campo de la psicosis, a partir del análisis de algunos textos freudianos, dedicados a la constitución psíquica del sujeto. Entendemos que es un desafío avanzar en el campo de la psicosis sin remitirse al déficit. Un desafío que nos convoca diariamente en la clínica con estos sujetos; y que, por su complejidad, sostiene de modo particular el deseo del analista

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Nuestra época se caracteriza por ser una época de «seducción». Lo es, en la medida en que el imperativo actual se ha tornado hacia el goce. Por esta causa me parece de suma importancia estar advertidos de los peligros que esta época conlleva tales como: el hedonismo, el individualismo, la cosificación, la bancarrota del saber, la homogeneización. Síntomas actuales que ponen en entredicho la función de la ética. El psicoanálisis ha hecho grandes aportaciones a la ética. El descubrimiento freudiano ha subvertido la concepción filosófica del ser humano de siglos de pensamiento produciendo un verdadero corte en el pensamiento clásico o moderno donde se le otorgaba a «la razón» un valor muy importante pero que con el descubrimiento de «lo inconsciente» la razón, se vio puesta en jaque. Cuando Freud descubre «lo inconsciente» da cuenta de que «la razón» es sólo una parte de la consciencia y que por lo tanto «no somos dueños de nuestra propia casa», como antes se pensó...

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Este artigo visa explicitar as concepções freudiana e husserliana de “vivência” (Erlebnis). Por “vivência” entende-se genericamente um tipo fundamental de experiência do mundo. Esse tema, ainda que não diretamente explorado por Freud, tornou-se necessário em sua teoria desde a descoberta da etiologia da histeria no início dos anos 1890 à luz do método catártico: a da vivência traumática. Por outro lado, Husserl, a partir do problema filosófico de garantir a possibilidade do conhecimento universal e necessário, se viu obrigado a combater o naturalismo das ideias, em 1900, e o naturalismo da consciência, em 1913, em ambos os casos partindo de uma análise das vivências (intencionais). Mostrarei que a abordagem freudiana (natural-científica) visa explicar metapsicologicamente a vivência, ao passo que a abordagem husserliana pretende descrever a estrutura da vivência (intencional). Por fim, apontarei para algumas das grandes diferenças entre ambas as abordagens desse tema.

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O presente estudo hipotetiza que as diferentes matrizes clínicas que Freud encontrava em sua prática, e que lhe possibilitavam acréscimos teóricos, direcionaram seus distintos olhares sobre a cultura, fazendo-o privilegiar alguns elementos éticos em detrimento de outros. Desse modo, indicaremos: (1) como a histeria gerou a questão do conflito entre sexualidade e moral na civilização; (2) como a neurose obsessiva possibilitou a entrada dos temas da agressividade e do ódio como entraves contra os quais a cultura se esforça por lutar, assim como a presença marcante no psiquismo da consciência moral e do sentimento de culpa; (3) por fim, como as ditas afecções narcísicas trouxeram a Freud o papel do egoísmo e da destrutividade como inimigos da cultura. Nesse percurso nos aproximaremos das questões ligadas à problematização ética na "psicologia" freudiana e, a partir daí, do destaque que terá a dimensão moral na concepção freudiana do sujeito.

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Em geral, a tradição do pensamento metafísico entende que no desenvolvimento histórico da razão há um progresso. A existência do progresso requer o sacrifício do indivíduo ao longo da história. A filosofia de Theodor W. Adorno realiza um exame crítico do processo de esclarecimento vivido no Ocidente. Os estudos de Adorno mostram que a associação entre o “progresso” e o sacrifício da individualidade resulta na barbárie. Deste modo, Adorno evidencia os momentos do irracional conservados na sociedade racionalizada e que ameaçam o processo civilizatório. Neste trabalho, investigamos a influência de Sigmund Freud no pensamento de Adorno. Defendemos que a leitura adorniana de Freud é essencial para a explicação dos fatores subjetivos da personalidade autoritária. No entanto, a razão subjetiva não explica inteiramente os determinantes do caráter autoritário. Por isso, no primeiro capítulo nós apresentamos os pressupostos marxianos da razão objetiva. Além disso, indicamos a relação entre razão objetiva e razão subjetiva. No segundo capítulo, buscamos compreender a teoria de Freud e assinalamos como suas categorias manifestam as condições objetivas assinaladas por Adorno. No terceiro capítulo, examinamos a interpretação marxista realizada por Adorno sobre os determinantes psicológicos que favorecem a manifestação do caráter autoritário. Ao final, nós debatemos os resultados da recepção adorniana de Freud.