980 resultados para 1[Hume]


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No resulta fácil desentrañar el pensamiento de un escéptico acerca de temas sobre los que prefiere abstenerse de formular juicios. Es el caso de David Hume y la religión.El filósofo escocés nacido en 1711 dejó varios escritos aludiendo al fenómeno, es decir, a la religión tal como existe de hecho, y manifestó su opinión crítica acerca de las distintas posturas intelectuales de su tiempo en torno a cuestiones religiosas. Pero siempre fue ambiguo e irónico cuando le tocó dejar asentado su propio juicio con respecto a este tema. La dificultad principal reside en que, para Hume, a quien podríamos considerar un ?escéptico mitigado?, los juicios correctos son aquellos que se ajustan a la estrecha capacidad del entendimiento humano, que no va más allá de los límites de la experiencia de la vida cotidiana. Muchos aspectos vinculados a la religión ?tales como la posibilidad de conocer de la esencia y los atributos divinos- exceden nuestras limitadas facultades y, si nos aventuramos a argumentar en ese ámbito, corremos el riesgo de caer en el error y la irracionalidad. Nuestra propuesta consiste en examinar cuál es la postura de Hume sobre los distintos problemas que presentan el conocimiento y la práctica vinculados con la religión. Respecto del conocimiento, las dificultades se plantean a la hora de determinar qué estatuto otorgarle a las creencias religiosas, cuál es el origen en nuestra mente de la religiosidad y cómo justificar por medio de argumentos la existencia y atributos de la divinidad. En cuanto a la práctica, Hume formula una serie de críticas a las actitudes e instituciones religiosas tal como se han dado históricamente a partir del análisis de las consecuencias que observa en la sociedad, de las que surge una contradicción entre un conjunto de principios respetables y un sinnúmero de acciones deplorables. Para examinar estas cuestiones es necesario tener en cuenta el punto de vista desde el que efectúa su análisis, que se vincula, como acabamos de mencionar, con el escepticismo mitigado. Finalmente, evaluaremos si es posible proponer alguna forma de religión que tenga el visto bueno de Hume y, en ese caso, qué características debería revestir. Para lograrlo, deberemos abrirnos paso entre su inteligente ironía y su excesiva prudencia.

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No resulta fácil desentrañar el pensamiento de un escéptico acerca de temas sobre los que prefiere abstenerse de formular juicios. Es el caso de David Hume y la religión.El filósofo escocés nacido en 1711 dejó varios escritos aludiendo al fenómeno, es decir, a la religión tal como existe de hecho, y manifestó su opinión crítica acerca de las distintas posturas intelectuales de su tiempo en torno a cuestiones religiosas. Pero siempre fue ambiguo e irónico cuando le tocó dejar asentado su propio juicio con respecto a este tema. La dificultad principal reside en que, para Hume, a quien podríamos considerar un ?escéptico mitigado?, los juicios correctos son aquellos que se ajustan a la estrecha capacidad del entendimiento humano, que no va más allá de los límites de la experiencia de la vida cotidiana. Muchos aspectos vinculados a la religión ?tales como la posibilidad de conocer de la esencia y los atributos divinos- exceden nuestras limitadas facultades y, si nos aventuramos a argumentar en ese ámbito, corremos el riesgo de caer en el error y la irracionalidad. Nuestra propuesta consiste en examinar cuál es la postura de Hume sobre los distintos problemas que presentan el conocimiento y la práctica vinculados con la religión. Respecto del conocimiento, las dificultades se plantean a la hora de determinar qué estatuto otorgarle a las creencias religiosas, cuál es el origen en nuestra mente de la religiosidad y cómo justificar por medio de argumentos la existencia y atributos de la divinidad. En cuanto a la práctica, Hume formula una serie de críticas a las actitudes e instituciones religiosas tal como se han dado históricamente a partir del análisis de las consecuencias que observa en la sociedad, de las que surge una contradicción entre un conjunto de principios respetables y un sinnúmero de acciones deplorables. Para examinar estas cuestiones es necesario tener en cuenta el punto de vista desde el que efectúa su análisis, que se vincula, como acabamos de mencionar, con el escepticismo mitigado. Finalmente, evaluaremos si es posible proponer alguna forma de religión que tenga el visto bueno de Hume y, en ese caso, qué características debería revestir. Para lograrlo, deberemos abrirnos paso entre su inteligente ironía y su excesiva prudencia.

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No resulta fácil desentrañar el pensamiento de un escéptico acerca de temas sobre los que prefiere abstenerse de formular juicios. Es el caso de David Hume y la religión.El filósofo escocés nacido en 1711 dejó varios escritos aludiendo al fenómeno, es decir, a la religión tal como existe de hecho, y manifestó su opinión crítica acerca de las distintas posturas intelectuales de su tiempo en torno a cuestiones religiosas. Pero siempre fue ambiguo e irónico cuando le tocó dejar asentado su propio juicio con respecto a este tema. La dificultad principal reside en que, para Hume, a quien podríamos considerar un ?escéptico mitigado?, los juicios correctos son aquellos que se ajustan a la estrecha capacidad del entendimiento humano, que no va más allá de los límites de la experiencia de la vida cotidiana. Muchos aspectos vinculados a la religión ?tales como la posibilidad de conocer de la esencia y los atributos divinos- exceden nuestras limitadas facultades y, si nos aventuramos a argumentar en ese ámbito, corremos el riesgo de caer en el error y la irracionalidad. Nuestra propuesta consiste en examinar cuál es la postura de Hume sobre los distintos problemas que presentan el conocimiento y la práctica vinculados con la religión. Respecto del conocimiento, las dificultades se plantean a la hora de determinar qué estatuto otorgarle a las creencias religiosas, cuál es el origen en nuestra mente de la religiosidad y cómo justificar por medio de argumentos la existencia y atributos de la divinidad. En cuanto a la práctica, Hume formula una serie de críticas a las actitudes e instituciones religiosas tal como se han dado históricamente a partir del análisis de las consecuencias que observa en la sociedad, de las que surge una contradicción entre un conjunto de principios respetables y un sinnúmero de acciones deplorables. Para examinar estas cuestiones es necesario tener en cuenta el punto de vista desde el que efectúa su análisis, que se vincula, como acabamos de mencionar, con el escepticismo mitigado. Finalmente, evaluaremos si es posible proponer alguna forma de religión que tenga el visto bueno de Hume y, en ese caso, qué características debería revestir. Para lograrlo, deberemos abrirnos paso entre su inteligente ironía y su excesiva prudencia.

Motion for a Resolution tabled by the following Members: van Aerssen, Adonnino, Aigner, Alber, Albers, von Alemann, Almirante, Ansquer, Antoniozzi, Arndt, Baduel-Glorioso, Bangemann, Barbagli, Barbi, Battersby, Baudis, Berkhouwer, Bersani, Lord Bethell, Bettiza, Beumer, Beyer de Ryke, von Bismarck, Bocklet, Bombard, Bonaccini, Boot, Bord, Bournias, Boyes, Brok, Calvez, Cerettoni Romagnoli, Casanmagnano-Cerretti, Sir Fred Catherwood, Cecovini, Chanterie, Clinton, Colleselli, Collins, Collomb, Costanzo, Couste, Cronin, Croux, Curry, Dalsass, D'Angelosante, Davern, De Gucht, Delatte, Del Duca, Deleau, Delorozoy, Deschamps, Diana, Diligent, Lord Douro, Dury, Eisma, Lady Elles, Enright, Estgen, Ewing, Fellermaier, Fergusson, de Ferranti, Ferrero, Ferri, Fich, Filippi, Fischbach, Flanagan, Focke, Franz, Ingo Friedrich, Fruh, Karl Fuchs, Fuillet, Gabert, Gaiotti de Biase, Gallacher, Awronski, Gerokostopoulos, Geursten, Ghergo, Giavazzi, Glinne, de Goede, Gontikas, Goppel, Gouthier, Gredal, Haagerup, Habsburg, Hansch, Hahn, Lord Harmar-Nicholls, von Hassel, Helms, Herklotz, Herman, van den Heuvel, Hoff, K.H. Hoffmann, Hooper, Hopper, Hord, Hume, Ippolito, Irmer, Israel, Robert Jackson, Jakobsen, Janssen van Raay, Johnson, Jonker, Jurgens, Kallias, Kaloyannis, Katzer, Kazazis, Kellett-Bowman, M. Elaine Kellett-Bowman, Key, Klepsch, Klinkenborg, Kuhn, Lagakos, Langes, Lecanuet, Lega, Lemmer, Lentz-Cornette, Lenz, Leonardi, Ligios, Louwes, Lucker, Luster, Macario, McCartin, Maher, Maij-Weggen, Majonica, Malangre, de la Malene, Marck, Mart, Simone Martin, Mertens, Michel, van Minnen, Modiano, Moller, Mommersteeg, Moorhouse, Jacques Moreau, Moreland, Mouchel, Muller-Hermann, Muntingh, Narducci, Newton Dunn, J.B. Nielsen, Calliopi Nikolaou, Konstantinos Nikolaou, Nord, Normanton, Notenboom, Nyborg, O'Donnel, Lord O'Hagan, d'Ormesson, Paisley, Pennella, Papaefstratiou, Patterson, Paulhan, Pauwelyn, Decaestecker, Pearce, Pedini, Pelikan, Penders, Pery, Pesmazoglou, Peters, Pfennig, Pflimlin, Phlix, Plaskovitis, Pottering, Poniatowski, Price, Protopapadakis, Pruvot, Purvis, Rabbethge, Sir Brandon Rhys Williams, Rieger, Rinsche, Ripa di Meana, Roberts, Rogalla, Rogers, Ruffolo, Rumor, Ryan, Salzer, Sassano, Prinz Sayn Wittgenstein-Berleburg, Schall, Schieler, Schinzel, Schleicher, Schmid, Schnitker, Karl Schon, Konrad Schon, Schwencke, Sir James Scott-Hopkins, Scrivener, Seal, Seefeld, Seeler, Segre, Seibel-Emmerling, Seitlinger, Seligmann, Sherlock, Sieglerschmidt, Simmonds, Simonnet, Simpson, Spencer, Spicer, Spinelli, Squarcialupi, Stella, Sir John Stewart-Clark, Sutra, Tolman, Travaglini, Tuckman, Turner, Tyrrell, Vandewiele, Sir Peter Vanneck, van Rompuy, Vergeer, Veronesi, Verroken, Vetter, von der Vring, Walz, Sir Fred Warner, Wawrzik, Weber, Wedekind, Welsh, Wieczorek-Zeul, von Wogau and Zecchino, pursuant to Rule 47 of the Rules of Procedure on the foundation of a Euro-Arab University for postgraduate students at one of the traditional meeting places of Islamic and European culture on Spanish Soil, Working Documents 1982-1983, Document 1-515/82, 16 July 1982

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The paper reports phase evolution in mechanically driven Ag-15 at. pct Sn alloy powder starting with elemental powders in order to establish the feasibility of designing nanocomposites of a Ag-Sn solid solution. This alloy lies in the phase field of the hexagonal zeta-phase which is a well-known Hume-Rothery electron compound with an electron-to-atom ratio of about 1.45 and hexagonal crystal structure (a = 0.2966 nm, c = 0.4782 nm). Through a systematic use of X-ray diffraction and transmission electron microscopy, the results establish the formation of the zeta-phase which co-exists with the Ag solid solution during the initial phase of milling. Mechanical milling for long duration (55 hours) destabilizes the zeta-phase. A complete solid solution of Ag with a grain size of similar to 8 nm could be achieved after 60 hours of milling. Additional milling can induce decomposition of the solid solution that results in a reappearance of zeta-phase. We present a detailed thermodynamic calculation which indicates that complete Ag solid solution of the present alloy composition would be possible if the crystallites size can be reduced below a certain critical size. In particular, we show that both Ag and zeta-phase grain sizes need to be taken into account for determining the metastable equilibrium and the phase change that has been experimentally observed. Finally, we argue that recrystallization processes set a limit to the achievable size of the nanoparticles with metastable Ag solid solution.