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Resumo:
Investigar los mecanismos responsables del incremento en el estado de ansiedad y el deterioro en el rendimiento en situaciones evaluativas por parte de los sujetos con rasgo de ansiedad elevado. Construir un modelo cognitivo de tales fenómenos y sus determinantes. El proyecto consta de seis investigaciones experimentales. En el primer estudio (efectos del rasgo de ansiedad y de la información evaluativa sobre el rendimiento) participan 66 sujetos (42 mujeres y 24 varones) estudiantes de primer y segundo curso de Psicología de la Universidd de Salamanca. En el segundo estudio (mediadores cognitivos de los efectos del rasgo de ansiedad) participan 144 sujetos estudiantes de Psicología y-o Pedagogía de la Universidad de la Laguna. En el tercer estudio (extracción de representaciones evaluativas, estudio normativo) participan dos muestras de sujetos (121 sujetos en la fase 1 y 96 sujetos en la fase 2) estudiantes de Psicología de la Universidad de la Laguna. En el cuarto estudio (efectos de las representaciones evaluativas sobre la capacidad atencional) participan 64 sujetos (24 varones y 40 muejeres) alumnos de Psicología de la Universidad de la Laguna. En el quinto estudio (activación y recuperación selectiva de la información evaluativa almacenada I) participan 64 sujetos de quinto curso de Psicología de la Universidad de la Laguna. En el sexto estudio (activación y recuperación selectiva de la información evaluativa almacenada II) participan 51 sujetos alumnos de COU del INEM 'Andrés Bello' de Santa Cruz de Tenerife. La metodología experimental constituye el instrumento primordial para conseguir los objetivos planteados. La primera investigación intenta verificar los efectos del rasgo de ansiedad, en conjunción con la información evaluativa, sobre el rendimiento. La segunda examina la naturaleza y la responsabilidad en dichos efectos de mediadores cognitivos directos e indirectos. La tercera pretende descubrir representaciones cognitivas de contenido aversivo presentes en el procesamiento de los sujetos ansiosos durante las situaciones evaluativas. La cuarta comprueba el consumo atencional que imponen estas representaciones y, por tanto, sus efecto sobre el rendimiento. La quinta y sexta pretenden proponer el mecanismo por el que tales representaciones son activadas y aparecen en el canal central de procesamiento. Se utilizan diversas escalas para evaluar el rasgo de ansiedad general (STAI, State Trait Anxiety Inventory; IDARE, Inventario de Ansiedad: Rasgo-Estado) y el rasgo de anisedad evaluativa (TAI, Test Anxiety Inventory). Igualmente se evalúan variables como: las expectativas de rendimiento, la interferencia cognitiva, el rendimiento, satisfacción con el rendimiento, autoeficacia, escala de creencias y valores sobre los motivos de competencia y afiliación, entre otras. También se mide el tiempo de lectura y el tiempo de reacción ante una tarea secundaria como índices de decicación en el procesamiento de textos y se utilizan diversas pruebas de recuerdo. Se utilizan diversas pruebas estadísticas (análisis factorial, análisis de regresión múltiple, prueba t de Student, correlación de Pearson, análisis de varianza y covarianza, análisis de ítems y fiabilidad) con los paquetes estadísticos SPSS y BMDP. El rasgo de ansiedad y la información evaluativa influyen interactivamente sobre el rendimiento y el estado de ansiedad subjetiva. Existen datos que apoyan la hipótesis de que los sujetos con rasgo de ansiedad elevado sufren un déficit en su rendimiento en situaciones evaluativas debido a que atienden a representaciones irrelevantes a la tarea y a la disminución de recursos de procesamiento que impone atender a tales rpresentaciones. Y la interferencia cognitiva correlaciona negativamente con el rendimiento. Lo que tradicionalmente se viene denominando rasgo de anisedad parece contribuir al incremento del estado de ansiedad en función de características cognitivas que califican diferencialmente a los sujetos según su rasgo de ansiedad. Existen características directamente involucradas en el rendimiento y el estado de ansiedad (como la generación de y atención a representaciones aversivas) y características indirectamente responsables del rendimiento (ante exámentes académicos, por ejemplo) y el estado de ansiedad, pero determinantes de la generación y atención a representaciones aversivas, como los contenidos ansiógeneos almacenados y los mecanismos de recuperación de dichos contenidos.
Resumo:
Elaborar un modelo unificador e integrador de motivación cognitivo-social aplicado al contexto académico. Contruir una serie de escalas de autoinforme para evaluar: la expectativa de contingencia versus no contingencia, las atribuciones disposición-generalizadas del éxito-fracaso, la expectativa de autoeficacia percibida y la motivación intrínseca versus extrínseca. En un primer estudio (diseñado para construir las diferentes escalas de autoinforme) participan 739 sujetos, estudiantes de BUP, COU y primer curso de universidad. En un segundo estudio (diseñado para verificar el modelo teórico propuesto) participan 129 sujetos, estudiantes de primer curso de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación (sección de Psicología) de la Universidad de Salamanca. Los 104 ítems, correspondientes a las cuatro escalas del modelo propuesto, son aplicados a la muestra de 739 sujetos. Junto a las escalas señaladas también se incluyen otras diferentes: escala de deseabilidad social de Marlow-Crowne, PMA de Thurstone, escala de ansiedad evaluativa de Spielberger y escala de motivación de logro de Ray. Los sujetos del estudio segundo cumplimentan la escala de atribuciones disposicional-generalizadas del éxito y fracaso y un test de inteligencia (PMA). Una semana después cumplimentan las escalas: expectativas de contingencia versus no contingencia, expectativas de autoeficacia percibida y motivación intrínseca versus extrínseca. Cuatro semanas después, y el día anterior al primer examen, se aplica un cuestionario de persistencia en el estudio y otro sobre las expectativas de éxito. También se recogen los datos retrospectivos de la variable historia de reforzamiento o experiencias de éxito y fracaso. A los tres días del examen se administra un cuestionario de atribuciones situacionales, en el cual deben indicar la nota obtenida. Cuatro semanas después se vuelven a administrar las escalas: expectativas de contingencia versus no contingencia, expectativas de autoeficacia percibida y motivación intrínseca versus extrínseca. Y dos semanas después se vuelven a medir las expectativas de éxito para un segundo examen. El día anterior al segundo examen se mide la persistencia en el estudio. Se desarrollan cuatro escalas, autoaplicadas y con un formato tipo Likert de 0 a 9 puntos: escala de autoinforme para la medida de la expectativa de contingencia versus no contingencia (formada por 32 ítems), escala de autoinforme para la medida de las atribuciones disposicional-generalizadas del éxito-fracaso (formada por 30 ítems), escala de autoinforme para la medida de la expectativa de autoeficacia (formada por 10 ítems) y escala de autoinforme para la medida de la motivación intrínseca versus extrínseca (formada por 32 ítems). Se utilizan técnicas de análisis descriptivo, análisis de la fiabilidad (consistencia interna), análisis de correlaciones y análisis factorial. En el segundo estudio se verifican las relaciones causales postuladas mediante una metodología multivariada de 'análisis de vías'. Los resultados globales apoyan el modelo de motivación cognitivo-social propuesto. Si bien son necesarias más investigaciones que utilicen metodologías aún más sofisticadas que el análisis de vías, tales como los análisis de modelos estructurales de ecuaciones en orden a buscar un ajuste más fino de dicho modelo a la realidad. El modelo propuesto refleja la perspectiva interaccionista de la personalidad, presente en las formulaciones de Rotter y Bandura. En primer lugar, es un modelo aplicado a una situación específica, que es el contexto académico y las conductas relacionadas con el logro académico. En segundo lugar, las cuatro medidas que forman el modelo propuesto son medidas específicas del área o situación académica. Por otro lado, el modelo propuesto es dinámico y abiero a cualquier posible refinamiento.
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Conocer la concepción general que sobre la educación sexual poseen quienes asisten a programas de formación en este área. Realizar una valoración del funcionamiento de los programas (efecto a largo plazo), en base a la apreciación de las personas participantes. Se presentan dos estudios. En el primer estudio participan 675 personas, profesores no universitarios que participaron en programas de formación en educación sexual entre 1983 y 1988 y ofertados o aceptados desde los COFES de Navarra. En el segundo estudio participan 168 docentes (no universitarios), divididos en dos grupos: grupo no formado (docentes sin preparación previa en el área de la sexualidad) y grupo formado (personas que participaron en algún curso de formación o educación sexual). El primer estudio utiliza un método correlacional y descriptivo que trata de indagar acerca de la opinión sobre la educación sexual del profesorado que deseó formarse en este área. El segundo estudio, por una parte, utiliza una metodología correlacional con el fin de determinar qué características (variables personales y contextuales) se asocian con el nivel más globalizado de la intervención. Por otra parte, se realiza un análisis comparativo 'ex post facto', con grupo testigo aleatorio (grupo no formado en educación sexual versus grupo sí formado) con el fin de determinar el peso de la formación en la motivación para hacer educación sexual, la capacidad o habilidad para impartir esta materia, el grado de intervención en educación sexual y las características de dicha intervención. En el primer estudio se utilizan dos cuestionarios autoadministrados. El primer cuestionario consta de 20 ítems y se aplica antes de realizar o participar en el programa. Recoge la opinión o concepto de la educación sexual, el grado de información sobre sexualidad, valoración de la propia capacidad, satisfacción sexual y relación con el alumnado. El segundo cuestionario (compuesto por 19 ítems) se aplica al acabar el curso de formación y recoge las variables: valoración del programa, capacitación tras el programa, características de los cursos y datos sociodemográficos y profesionales. En el segundo estudio se utilizan un cuestionario autoadminstrado de 38 preguntas y dos escalas de actitudes hacia la sexualidad. Las variables recogidas son: la motivación para hacer educación sexual, la capacidad para esta tarea, la fuerza ambiental efectiva (factor contextual), la intervención en educación sexual y la formación o no en educación sexual. También se consideran las variables: edad, sexo, opción religiosa y política. En el primer estudio la descripción de los resultados se basa en la distribución de frecuencias absolutas y de porcentajes, la utilización de la prueba Chi cuadrado y coeficientes de correlación (de Spearman y biserial por rangos). En el segundo estudio se utilizan pruebas no paramétricas (Chi cuadrado y la prueba de contraste de Mann-Whitney) para evaluar la efectividad de la formación. También se utilizan análisis descriptivos y coeficientes de correlación (Pearson, biserial puntual y de Spearman). Los resultados obtenidos apoyan la idea de que la educación sexual recibe más apoyo verbal que fáctico. Sí hay, de todas formas, coincidencia en valorar firmemente la importancia de la educación sexual (lo considera asi el 98.66 por ciento). Sin embargo, la escuela es elegida como marco idóneo para la educación sexual sólo por el 7.11 por ciento. Igualmente, se asume que la moral de la educación sexual debe ser responsabilidad de la familia (33.18 por ciento). La valoración del funcionamiento de los programas de formación es altamente satisfactoria (el 91.63 por ciento de los participantes lo valoraron de forma positiva). La evaluación del impacto de la formación a largo plazo arroja los siguientes resultados. Los docentes que participaron en programas de formación mantienen una predisposición favorable para desarrollar la educación sexual. La formación también incide positivamente en el nivel de conocimientos, pero el efecto es menor en las actitudes sexuales y en las actitudes hacia la educación sexual. La formación debe orientarse no tanto hacia cursos de sensibilización, sino especialmente hacia la toma de conciencia del papel fundamental de la educación sexual en los ámbitos educativo y sociosanitario, con el fin de que sea asumida como parte de las tareas profesionales y priorizada en el curriculum escolar. Igualmente, la evaluación de los resultados y del impacto a largo plazo contribuye a determinar el progreso en conocimientos, actitudes, percepciones y habilidades.
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Identificar el patrón de rendimiento neuropsicológico exhibido por los sujetos con algún tipo de alteración orgánica o funcional y diferenciarlo del patrón neuropsicológico que exhiben los sujetos normales. Identificar y diferenciar el patrón neuropsicológico que presentan los sujetos con trastornos funcionales del patrón neuropsicológico que presentan los sujetos con un trastorno orgánico. Participan 80 sujetos divididos en cuatro grupos: grupo epiléctico (20 niños con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años), grupo disléxico (20 niños con edades comprendidas entre los 8 y los 11 años), grupo normal (20 niños sin ningún tipo de alteración neurológica ni psicológica y con un mismo rango de edades al de los grupos anteriores) y grupo con CI bajo (20 niños con edades entre los 8 y 11 años y con un cociente intelectual total con un rango de 65 a 90). Se procede de forma individual, durante varios días, a la aplicación de las pruebas: primero el test WISC y a continuación la batería Luria-DNI. El test WISC se utiliza para obtener el cociente intelectual total (CIT), el CI manipulativo y el CI verbal de cada sujeto. También se utiliza este test para el estudio de la lateralidad cerebral. La batería Luria-DNI es un procedimiento de evaluación o diagnóstico neuropsicológico infantil inspirado en Luria. Es un instrumento útil para la evaluación neuropsicológica de niños entre 7 y 10 años. Consta de 195 ítems agrupados en 19 subtests que, a su vez, pertenecen a 9 pruebas. También se recoge otro tipo de medidas clínicas, farmacológicas y electroencefalográficas. Se utilizan los análisis estadísticos siguientes: análisis de varianza y el análisis discriminante. Los resultados confirman que el perfil de rendimiento neuropsicológico que muestran los niños epilépticos es inferior al perfil de los niños del grupo control en 18 de los 19 subtests que componen la batería Luria-DNI. Además, en las escalas de inteligencia de Wechsler, presentan un CI verbal y un CI total ligeramente inferior al grupo normal. Estos resultados demuestran que los niños epilécticos, cuanto menos, presentan déficits neuropsicológicas específicas en las áreas relacionadas con el habla, la lectura y la aritmética. Los niños disléxicos puntúan por debajo de los niños normales en 17 de los 19 subtests de la batería Luria-DNI; también muestran una puntuación significativamente inferior en CI verbal y en CI total. Niños epilépticos y niños disléxicos comparten semejanzas en ciertas funciones neuropsicológicas deficitarias y que hacen referencia a los procesos lingüísticos receptivos y expresivos, perceptivo-visuales y de cálculo. La Neuropsicología nos permite estudiar de forma pormenorizada las funciones mentales, complementando la evaluación tradicional de las funciones intelectuales a través de los tests clásicos (como el WISC).
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Construir dos pruebas estructuradas, válidas y fiables destinadas a la evaluación de conocimientos y actitudes hacia la sexualidad, respectivamente, para adolescentes. Participan dos muestras diferentes de sujetos, alumnos de séptimo y octavo de EGB de distintos centros educativos de Salamanca y Burgos. 191 sujetos masculinos y femeninos contestan el cuestionario que incluye la escala de conocimientos sobre sexualidad y 185 cumplimentan el cuestionario que incluye la escala de actitudes hacia la sexualidad. La aplicación del cuestionario se realiza en el horario escolar, en las mismas aulas y grupos de los sujetos. Todos los sujetos cumplimentan los dos cuestionarios, pero el número de cuestionarios obtenidos difiere dado que deben ser anulados algunos de éstos (por ejemplo, por contener demasiadas preguntas sin contestar). Los alumnos cumplimentan los cuestionarios por sí solos ya que tienen un formato autoaplicado. Los investigadores permanecen en el aula para resolver cualquier duda. El cuestionario inicial para evaluar los conocimientos sobre sexualidad consta de 52 ítems de elección múltiple (con cuatro opciones cada uno); a efectos de corrección se consideran dicotomizados (acertado, no acertado u omisiones). El instrumento desarrollado finalmente, tras el estudio, consta de 28 ítems. El cuestionario inicial para evaluar las actitudes hacia la sexualidad consta de 50 ítems. El formato de respuesta de cada ítem es una escala Likert de cinco puntos. La mitad de los ítems se formulan en forma 'positiva' y la otra mitad en forma 'negativa'. El instrumento desarrollado finalmente, tras el estudio, consta de 25 ítems. Se utiliza el programa SPSS y se realizan análisis de frecuencias, análisis de la fiabilidad (consistencia interna), análisis de correlación y comparación de medias para evaluar la validez de los ítems. La fiabilidad incial del cuestionario de conocimientos sobre sexualidad es adecuada (0.78) y los ítems oscilan entre 0.06 y 0.90 en cuanto al índice de dificultad. La fiabilidad (consistencia interna) del cuestionario inicial sobre actitudes hacia la sexualidad es adecuada (0.80) y también presenta una adecuada validez de constructo. Las dos escalas finalmente construidas arrojan una fiabilidad y una validez aceptable y se adaptan fácilmente a los programas de educación sexual para los alumnos de sétimo y octavo de EGB. Estas escalas pueden ser aplicadas en la evaluación de la educación sexual.
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Analizar si durante la época de exámenes varía la ansiedad experimentada por los sujetos de la muestra (estudiantes universitarios) y si hay diferencias entre las muestras de las distintas carreras en esa variación (ciencias y letras). Participan en la investigación estudiantes de segundo y último curso de carreras de ciencias 8Químicas, Medicina y Biológicas) y carreras de letras (Psicología, Filosofía y Derecho) de la Universidad de Salamanca. Las carreras analizadas son seleccionadas al azar y los sujetos que toman parte en la investigación se prestan voluntariamente. La muestra inicial (175) queda reducida finalmente (73) ya que muchos estudiantes que participan en la primera parte de la investigación no cumplimentan los cuestionarios administrados en una segunda pasación. Se utiliza un diseño mixto inter-intra, en el que el tratamiento (factor intra) viene dado por el momento de pasación de los cuestionarios (en época de exámenes o tres meses antes) y siendo el factor inter el tipo de carrera (de ciencias o de letras). Los sujetos (en dos momentos diferentes) deben cumplimentar dos cuestionarios de autoevaluación, obteniéndose diferentes medidas de la ansiedad. Se utilizan dos instrumentos de medida de la ansiedad: a) el STAI (State-Trait Anxiety Inventory) que comprende escalas separadas para la ansiedad-estado y la ansiedad-rasgo: y, b) el ISRA (Inventario de Situaciones y Respuestas a la Ansiedad) que evalúa las respuestas de ansiedad a tres niveles: cognitivo, fisiológico y motor. El análisis estadístico se lleva a cabo para comprobar si existen diferencias entre los dos momentos de evaluación en la ansiedad (prueba t de Student). También se emplea el análisis de varianza para comprobar si existen diferencias en ansiedad entre carreras. Se observa que la ansiedad aumenta de manera significativa en época de exámenes y que las carreras denominadas de ciencias aportan más problemas a los estudiantes que las carreras de letras. Mientras que antes de los exámenes las muestras de ciencias y letras no se diferencian significativamente en ninguna de las medidas, durante la época de exámenes los sujetos de las carreras de ciencias muestran un incremento significativamente mayor en el estado de ansiedad que los sujetos de las carreras de letras. Queda justificada la necesidad de desarrollar e intentar perfeccionar técnicas para solucionar los problemas asociados a la ansiedad experimentada durante la época de éxamenes, ya que la ansiedad tiene efectos negativos en el rendimiento en situaciones evaluativas.
Resumo:
Diseñar un sistema de evaluación docente en el cual el profesorado universitario encuentre información efectiva sobre el conjunto del proceso de enseñanza-aprendizaje desempeñado, como recurso de perfeccionamiento. Planificar un mecanismo formativo de retroalimentación que ayude al profesor a mejorar su desempeño, contribuyendo a la mejora de la enseñanza. Analizar el actual instrumento de evaluación utilizado en el Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON), en México. Conocer las repercusiones de los procesos de desarrollo curriculares que se están efectuando en el ITSON con relación al desarrollo del personal docente. Conocer los factores determinantes de la calidad de la enseñanza: Las actividades de formación del docente y los mecanismos de evaluación que se están realizando en las distintas universidades. Diseñar un sistema de evaluación docente centrada en la autoformación del docente universitario, y proponer un proceso de metaevaluación para el sistema diseñado. 682 docentes del ITSON, seleccionados de forma aleatoria en todos los estratos de los departamentos académicos. Fases del proceso: 1. Diagnóstico de la situación, 2. Elaboración del instrumento y selección de técnicas cualitativas, 3. Aplicación de una prueba piloto, 4. Reestructuración del instrumento, 5. Aplicación en el ITSON, 6. Procesamiento de la información, 7. Análisis y elaboración de conclusiones. Escalas, cuestionario de evaluación y entrevistas personales. Análisis de varianza. Se analiza como punto de partida los principios teóricos aplicados sobre la realidad educativa y se hace una reflexión sobre las consecuencias de la evaluación para enriquecer el conocimiento inicial. El profesorado es considerado un profesional responsable y autónomo, capaz de participar activamente en la evaluación de su propia función docente y en la evaluación de los componentes del proceso didáctico. En la búsqueda de nuevas propuestas para el logro de estrategias dirigidas a la mejora de la calidad de la educación surge la propuesta del Modelo Sistémico para la Autoformación del Docente. La investigación presenta una propuesta integradora dentro del marco de la investigación-acción, que refuerza los aspectos colaborativos del profesorado y la evaluación como reflexión, donde se enfatiza que durante el trabajo práctico se va reflexionando y desarrollando los conocimientos, actitudes y habilidades de los profesionales implicados. Los elementos constituyentes de la propuesta han sido: 1. Definir el concepto de calidad que se quiere alcanzar dentro del ITSON, así como los principales objetivos a lograr, 2. Elaboración de planes de acción y de instrumentos técnicos que mejoren el nivel de calidad a través de la evaluación y formación didáctica de los protagonistas, 3. Determinar un modelo de profesor y un perfil de sus tareas que determinen las metas y medios a emplear en su formación, 4.Trabajar por departamentos la realización del sistema de evaluación, 5. Aplicación del sistema de evaluación según las líneas proyectadas, 6. Detectar las necesidades de formación a través del sistema de evaluación, 7. Diseñar un sistema de formación para las necesidades detectadas, 8. Puesta en marcha del sistema de formación, 9. Evaluación y metaevaluación del sistema. Toda esta metodología de trabajo ha sido implementada en el ITSON como institución particular. El trabajo recoge las dificultades que se produjeron en la puesta en marcha de la investigación, como consecuencia de la resistencia de muchos profesores a la evaluación de su desempeño; dejando a un lado las dificultades, el proceso de evaluación del profesorado puede aportar mucho en el desarrollo profesional de los docentes al constituir un reto para la investigación educativa, tanto por la complejidad del objeto de análisis como por los fines perseguidos en la evaluación, dentro de un contexto social e institucional concreto. El proceso ha de ser visto y aceptado por todos los implicados, para la propia mejora de la calidad de la institución, de ahí que la investigación comience recogiendo los criterios que considera el profesorado han de utilizarse en la evaluación, involucrando a toda la institución. La evaluación interviene en el proceso de autoformación del maestro que le lleva a asumir otros roles y a considerar la posibilidad de cambios en sus prácticas educativas, constituyendo procesos de innovación en la autoformación y en el trabajo profesional, donde se manifiesta la necesidad de un trabajo colaborativo entre el profesorado. A pesar de las dificultades que lleva implícita la evaluación, el sistema de evaluación descrito podría y debería servir para poner en marcha mecanismos de formación orientados a la mejora de la calidad de la enseñanza, incorporando la evaluación como un recurso más dentro del plan educativo, proporcionando una mejora para el desarrollo profesional del docente como en la calidad de la enseñanza.