Evaluación de programas de formación de educación sexual para profesionales en Navarra.


Autoria(s): Miqueo Miqueo, Pilar
Contribuinte(s)

López Sánchez, Félix

Universidad de Salamanca. Facultad de Psicología;

Data(s)

22/05/2013

22/05/2013

1996

01/05/1990

Resumo

Conocer la concepción general que sobre la educación sexual poseen quienes asisten a programas de formación en este área. Realizar una valoración del funcionamiento de los programas (efecto a largo plazo), en base a la apreciación de las personas participantes. Se presentan dos estudios. En el primer estudio participan 675 personas, profesores no universitarios que participaron en programas de formación en educación sexual entre 1983 y 1988 y ofertados o aceptados desde los COFES de Navarra. En el segundo estudio participan 168 docentes (no universitarios), divididos en dos grupos: grupo no formado (docentes sin preparación previa en el área de la sexualidad) y grupo formado (personas que participaron en algún curso de formación o educación sexual). El primer estudio utiliza un método correlacional y descriptivo que trata de indagar acerca de la opinión sobre la educación sexual del profesorado que deseó formarse en este área. El segundo estudio, por una parte, utiliza una metodología correlacional con el fin de determinar qué características (variables personales y contextuales) se asocian con el nivel más globalizado de la intervención. Por otra parte, se realiza un análisis comparativo 'ex post facto', con grupo testigo aleatorio (grupo no formado en educación sexual versus grupo sí formado) con el fin de determinar el peso de la formación en la motivación para hacer educación sexual, la capacidad o habilidad para impartir esta materia, el grado de intervención en educación sexual y las características de dicha intervención. En el primer estudio se utilizan dos cuestionarios autoadministrados. El primer cuestionario consta de 20 ítems y se aplica antes de realizar o participar en el programa. Recoge la opinión o concepto de la educación sexual, el grado de información sobre sexualidad, valoración de la propia capacidad, satisfacción sexual y relación con el alumnado. El segundo cuestionario (compuesto por 19 ítems) se aplica al acabar el curso de formación y recoge las variables: valoración del programa, capacitación tras el programa, características de los cursos y datos sociodemográficos y profesionales. En el segundo estudio se utilizan un cuestionario autoadminstrado de 38 preguntas y dos escalas de actitudes hacia la sexualidad. Las variables recogidas son: la motivación para hacer educación sexual, la capacidad para esta tarea, la fuerza ambiental efectiva (factor contextual), la intervención en educación sexual y la formación o no en educación sexual. También se consideran las variables: edad, sexo, opción religiosa y política. En el primer estudio la descripción de los resultados se basa en la distribución de frecuencias absolutas y de porcentajes, la utilización de la prueba Chi cuadrado y coeficientes de correlación (de Spearman y biserial por rangos). En el segundo estudio se utilizan pruebas no paramétricas (Chi cuadrado y la prueba de contraste de Mann-Whitney) para evaluar la efectividad de la formación. También se utilizan análisis descriptivos y coeficientes de correlación (Pearson, biserial puntual y de Spearman). Los resultados obtenidos apoyan la idea de que la educación sexual recibe más apoyo verbal que fáctico. Sí hay, de todas formas, coincidencia en valorar firmemente la importancia de la educación sexual (lo considera asi el 98.66 por ciento). Sin embargo, la escuela es elegida como marco idóneo para la educación sexual sólo por el 7.11 por ciento. Igualmente, se asume que la moral de la educación sexual debe ser responsabilidad de la familia (33.18 por ciento). La valoración del funcionamiento de los programas de formación es altamente satisfactoria (el 91.63 por ciento de los participantes lo valoraron de forma positiva). La evaluación del impacto de la formación a largo plazo arroja los siguientes resultados. Los docentes que participaron en programas de formación mantienen una predisposición favorable para desarrollar la educación sexual. La formación también incide positivamente en el nivel de conocimientos, pero el efecto es menor en las actitudes sexuales y en las actitudes hacia la educación sexual. La formación debe orientarse no tanto hacia cursos de sensibilización, sino especialmente hacia la toma de conciencia del papel fundamental de la educación sexual en los ámbitos educativo y sociosanitario, con el fin de que sea asumida como parte de las tareas profesionales y priorizada en el curriculum escolar. Igualmente, la evaluación de los resultados y del impacto a largo plazo contribuye a determinar el progreso en conocimientos, actitudes, percepciones y habilidades.

Identificador

p. 411-430

http://hdl.handle.net/11162/90173

CL T.D. 85

Idioma(s)

spa

Direitos

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Palavras-Chave #formación de formadores #formación de profesores #educación sexual #evaluación #encuesta #análisis de correlación
Tipo

Tesis doctoral