949 resultados para Labourd descripciones y viajes s.XIX
Resumo:
Fil: Sarmiento, Jacqueline. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
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Tabla de contenidos: Etapas de la historiografía latinoamericana. La imagen del pasado : Algunos debates. Tareas nacionalizadoras de la historia. La indagación del pasado. Historia narrativa versus historia filosófica. Cuestiones sobre el nombre específico de América. Las historias de América en el Siglo XIX. Historiadores de América anteriores a 1860. Historiadores de América en la segunda mitad del XIX.
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En la segunda mitad del siglo XIX se inició la conformación de un espacio historiográfico en Corrientes impulsado por diversos factores que contribuyeron a su delineación, comoel interés del Estado por reafirmar sus derechos sobre los territorios que habían pertenecido a las antiguas misiones y por reivindicar el lugar que sus elites dirigentes consideraban debía ocupar en el orden institucional creado por la Constitución de 1853. Ambos propósitos implicaban también un creciente interés por reforzar la identidad correntina frente al inicio de un proceso de construcción de una identidad nacional que comenzaba a esbozarse en los años ochenta.En este contexto surgen figuras notables como Ramón Contreras y Manuel Florencio Mantilla, quienes se volcarán a los estudios históricos para satisfacer estas demandas. A partir de sus obras seestablecieron vínculos con historiadores e instituciones de Buenos Aires y se desarrollaron debates y polémicas a través de la prensa, que permitieron ir definiendo un espacio historiográfico con sus autoridades y sus reglas de trabajo.
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Fil: Domínguez, María Carolina. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
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Los géneros literarios se constituyen a través de prácticas hipertextuales. El caso del género criminal tanto en España como en Hispanoamérica no es menos. Aunque nace con conciencia de género gracias a las primeras creaciones de Edgar Allan Poe, llega a la lengua hispana para establecerse y transculturalizarse sobre la base de las propias tradiciones autóctonas. A partir de las relaciones entre los escritores de ambos continentes, el género va a desarrollarse en las dos últimas décadas con un hibridismo y dinamismo que, sin ese movimiento, no sería posible. En esta ponencia se analizarán así las incursiones de novelas criminales que traspasan el océano en viajes de ida y de vuelta. Así, estudiaré los viajes del detective hispano Pepe Carvalho a Buenos Aires y México, pero también las investigaciones ficticias -metalépticas y póstumas- de Vázquez Montalbán en Muertos incómodos del Subcomandante Marcos y de Taibo II. Para, en segundo lugar, analizar de qué forma la literatura criminal hispanoamericana llega a España, centrándome en las novelas y otros textos narrativos de Raúl Argemí, que tratan temas de acá, para dejar sus huellas argentinas allá, desde la perspectiva de este congreso, detrás del charco.
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Fil: Bonatto, Adriana Virginia. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación; Argentina.
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El objetivo de este trabajo es acercarnos al conocimiento de los intermediarios culturales que habitaron el espacio fronterizo bonaerense en la primera mitad del siglo XIX. La elección de este período se fundamenta en que a lo largo del mismo se transitó por una compleja relación interétnica que derivó, a fines de la década de 1820, en la aplicación de una política indígena muy particular por parte del gobierno de Buenos Aires. Esta llevó, por un lado, al asentamiento de grupos nativos dentro del espacio provincial y, por otro, al establecimiento de alianzas con otras agrupaciones. Las cotidianas y constantes relaciones interétnicas que debieron llevarse a cabo a raíz de este proceso, produjeron la aparición de un gran número de personajes "intermediarios".
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Las tres edades que Tito Lucrecio Caro (99-55 a.C.) había reconocido en la Antigüedad para las épocas anteriores: Edad de Piedra, Edad del Bronce y Edad del Hierro, fueron asumidas en la primera mitad del siglo XIX para clasificar los objetos prehistóricos, cuando aún esta disciplina no era reconocida oficialmente y escasos investigadores la practicaban. Pero, frente a una clasificación tan estática, basada en los datos que hacían referencia exclusivamente a aspectos técnicos, con el desarrollo de nuevas disciplinas como la Geología y la Paleontología, que aportaban criterios de sucesión estratigráfica, se empezaron a observar algunas anomalías. Y más aún, después de la irrupción del paradigma darwinista, a partir de 1859, y la comprobación al mismo tiempo de que podían existir momentos intermedios o de transición (evolución sin ruptura) en el desarrollo cultural. La aparición de objetos de cobre puro, por ejemplo, permitiría plantear la existencia de una Edad del Cobre, situada entre la Edad de Piedra y la Edad del Bronce. El reconocimiento de la Edad del Cobre fue algo muy lento y el debate sobre su existencia o no llegó hasta bien entrado el siglo XX. El presente artículo se centra en el estudio historiográfico sobre cómo se llegó a aceptar la Edad del Cobre, que fue uno de los grandes temas de discusión del siglo XIX, y que hoy está injustificadamente olvidado en la literatura científica especializada.
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La comunicación pretende dar a conocer el valor constructivo de la piedra Pishilata como alternativa local al conjunto de las técnicas vernáculas de la sierra central del Ecuador, recurso que poco se ha estudiado y apenas ha sido valorado, tributando así un reconocimiento a quienes lo forjaron, en aras de fomentar su protección y conservación.