944 resultados para Siglo XIX
Resumo:
La historia de la escuela es paralela y reflecte la cultura de la sociedad de cada época. Por eso, la escuela constituye un objecto historiográfico, por lo cual la conceptualización del sistema educativo, la escolaridad, las instituciones escolares, corresponden a un continuo evolutivo de perspectivas pedagógicas, discursos y polÃticas. Si el estado en el siglo XIX deja la esculea a la incumbência de los municÃpios enl siglo XX será él a incumbirse de su manutención económica (problemática de la descentralización y de la centralización). En términos historiográficos hay tres interrogaciones de la evolución de la escuela publica: el enunciado legislativo (proyectos de ley e reformas educativas), explicación pedagógica (realidad educativa de la época) y las condiciones generales e especÃficas de las escuelas (organización escolar), formación del profesorado y red escolar. La literatura y las teorÃas pedagógicas estaban mas cercanas a la realidade (insuficiências) de las escuelas que el ordenamiento de la polÃtica educativa (legislación). La polÃtica y la pedagogia ni sempre se han puesto de acuerdo. Todos los processos de investigación histórica son multidimensionales y complejos, en una base interdisciplinar, por lo cual los historiadores buscan comprendery explicar la realidade educativa y las instituciones escolares en su organización y evolución. En nuestro trabajo haremos un balance histórico e evolutivo de la escuela publica (instrucción pública) y de la escolaridad en el siglo XIX basta meados del siglo XX. Haremos una sumula histórica de la escuela primaria en Portugal en ese perÃodo histórico.
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Este trabajo explora la historia escolar a inicios del siglo XXI analizando sus actuales propósitos, contenidos y prácticas con el fin de señalar sus cambios, conquistas y pérdidas respecto al siglo XX. Focaliza el nivel secundario de la provincia de Buenos Aires a través del análisis de fuentes áulicas, normativas y pedagógicas. El artÃculo indica que la historia escolar manifiesta el quiebre del código disciplinar configurado a fines del siglo XIX y desarrollado durante gran parte del siglo XX (caracterizado como civilizatorio, patriótico, elitista, fáctico, libresco, memorÃstico) y presenta cambios que muestran uno nuevo donde cobra relevancia lo contemporáneo y reciente, lo crÃtico y plural, y lo subjetivo. También señala que la historia escolar evidencia, por un lado, importantes conquistas -en relación con la perspectiva latinoamericana y la historia reciente-, y, por otro, ciertas pérdidas -en relación con la formación de una identidad colectiva y el carácter narrativo.
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Hacia fines del siglo XIX, el Estado argentino logró consolidarse a través de diversas acciones. En Tierra del Fuego el Estado tuvo una presencia más tardÃa y laxa. La instalación de autoridades y agencias estatales fue una de las formas de avance de la Nación sobre la región, lo cual abrió nuevos espacios a ser ocupados principalmente por migrantes internos. Sin embargo, cabe preguntarse si fueron los únicos que lograron insertarse en este ámbito. A partir del trabajo de fuentes provenientes de instituciones estatales procuraremos indagar sobre las posibilidades que tuvieron algunos sujetos indÃgenas para insertarse en la sociedad blanca como trabajadores del sector público a inicios del XX
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El Caribe ha sido reconocido por considerarse una pluralidad de espacios que simultáneamente son solo uno. Contrario al contexto de su fragmentada geografÃa, su segregada historia colonial y su diversidad racial y lingüÃstica, los intelectuales caribeños han establecido puentes de unidad cultural con la intención de configurar una identidad pan-caribeña. Por consiguiente, los ensayistas del siglo XX se enfrentan a la necesidad de examinar crÃticamente los factores que formulan sus respectivas identidades, en contraste con aquellas tradicionalmente impuestas bajo el discurso colonial y metropolitano. Desde el tercer cuarto del siglo, pensadores como Aimé Césaire (1913-2008), Fernando Ortiz (1881-1969), Fidel Castro (1926-), George Lamming (1927-), Kamau Brathwaite (1930-), Juan I. Jiménes-Grullón (1903-1983), Hubert Devonish (1953-), Edouard Glissant (1928-2011), Antonio BenÃtez-Rojo (1931-2005), Arcadio DÃaz Quiñones y Maryse Condé (1937-), entre otros, cuestionan el sistema colonial, los procesos étnicos y las propuestas lingüÃsticas, relacionándolos con conceptos tales como la hibridez, el sincretismo, la transculturación y la heterogeneidad. Estas teorÃas culturales, de alguna manera, reescriben ideas antecedentes en reacción a discursos hegemónicos previos como consecuencia de los cambios polÃticos que trajeron las guerras de independencia en América Latina durante el siglo XIX. En mi tesis demuestro que estos planteamientos delinean un mapa de modelos epistemológicos de la cultura del Caribe. Para indicar que estas propuestas constituyen metáforas que muestran una consciencia cultural, las proposiciones acerca de la cultura de Jorge Luis Borges (1899-1986) y Hayden White (1928-) sirven como marco teórico apropiado. AsÃ, a través de las representaciones literarias ensayÃsticas de los modelos metafóricos de la cultura caribeña, este trabajo redefine algunos aspectos importantes de la identidad cultural vis a vis la mirada parcial que usualmente se utiliza para estudiar el archipiélago antillano. Igualmente, incluso aunque estos modelos proponen una representación metafórica de la cultura pan-caribeña, la construcción de un modelo del Caribe puede ser utilizado en otras regiones y espacios culturales en el contexto de la globalización, ya que elucida una gnoseologÃa cultural que sirve para describir distintas realidades globales.
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El dilema de la polÃtica acerca del sujeto universal de la revolución y del cambio social se mantiene en la forma de una pregunta nunca resuelta satisfactoriamente por las diversas organizaciones y expresiones de la izquierda vernácula: ¿liberación de las mujeres y los hombres o liberación de la "humanidad"? Este interrogante no es nuevo ni responde solamente a la complejización de la categorÃa "sujeto" propia de las filosofÃas más actuales; fue planteado por algunas mujeres al interior del anarquismo local de fines del siglo XIX. Respondiendo a la convocatoria masculina comprometida con la emancipación de la mujer, las anarquistas sostienen un diálogo en el que se evidencia la construcción de un sujeto de la polÃtica ineludiblemente generizado. Los términos de ese debate continúan siendo inquietantemente actuales. A partir de las más recientes crÃticas al pensamiento de la filosofÃa polÃtica clásica se vuelve difÃcil pensar un sujeto esencial de la historia, anterior a su entrada a la cultura, y ni siquiera un cuerpo biológico en espera de su significación social. En este sentido, la identidad es una práctica significante en un campo cultural determinado a partir de ciertas reglas, en parte derivadas de una matriz jerárquica que asocia diferenciaciones de género y heterosexualidad obligatoria. Esta asociación explicarÃa la centralidad de las discusiones acerca de la procreación, las relaciones afectivas o el ejercicio de la sexualidad tanto en el viejo anarquismo como en las más recientes expresiones anticapitalistas. Sin sujeto anterior al campo de disputa que lo constituye, la polÃtica se expande por sobre la representación o la búsqueda de reconocimiento y de derechos. En este sentido, una actividad polÃtica posible serÃa identificar las estrategias de repetición subversiva válidas para un campo determinado que provoquen desestabilización y desplazamientos.A fines del siglo XIX el anarquismo se supone una expresión de cambio radical. Sin reformas ni atenuantes propone la destrucción general del capitalismo y todas sus expresiones, desde la economÃa a las formas de relación afectiva. Los teóricos y propagandistas piensan en las mujeres y su necesaria emancipación de los roles a los que la crueldad del sistema las ha condenado. A esos modelos le oponen la mujer anarquista y para eso la llaman a la lucha. Sostenemos que la escritura por parte de las mujeres anarquistas en la Argentina del siglo XIX XX constituye una estrategia polÃtica, un ejercicio propiciado por un campo cultural especÃfico en el cual la prensa anarquista es el medio de difusión, concientización y llamado a la acción por excelencia. En ese contexto, el lenguaje escrito no es un instrumento más de la práctica constitutiva, sino el espacio privilegiado en el cual el ejercicio de la escritura por parte de las mujeres se revela como una práctica subversiva potenciada por el estilo revulsivo del discurso. Sin esa práctica, el debate sobre la construcción de un sujeto polÃtico ineludiblemente generizado se hubiera perdido, otra vez, en la falsa estabilidad de un sujeto universal
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Este trabajo explora la historia escolar a inicios del siglo XXI analizando sus actuales propósitos, contenidos y prácticas con el fin de señalar sus cambios, conquistas y pérdidas respecto al siglo XX. Focaliza el nivel secundario de la provincia de Buenos Aires a través del análisis de fuentes áulicas, normativas y pedagógicas. El artÃculo indica que la historia escolar manifiesta el quiebre del código disciplinar configurado a fines del siglo XIX y desarrollado durante gran parte del siglo XX (caracterizado como civilizatorio, patriótico, elitista, fáctico, libresco, memorÃstico) y presenta cambios que muestran uno nuevo donde cobra relevancia lo contemporáneo y reciente, lo crÃtico y plural, y lo subjetivo. También señala que la historia escolar evidencia, por un lado, importantes conquistas -en relación con la perspectiva latinoamericana y la historia reciente-, y, por otro, ciertas pérdidas -en relación con la formación de una identidad colectiva y el carácter narrativo.
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El dilema de la polÃtica acerca del sujeto universal de la revolución y del cambio social se mantiene en la forma de una pregunta nunca resuelta satisfactoriamente por las diversas organizaciones y expresiones de la izquierda vernácula: ¿liberación de las mujeres y los hombres o liberación de la "humanidad"? Este interrogante no es nuevo ni responde solamente a la complejización de la categorÃa "sujeto" propia de las filosofÃas más actuales; fue planteado por algunas mujeres al interior del anarquismo local de fines del siglo XIX. Respondiendo a la convocatoria masculina comprometida con la emancipación de la mujer, las anarquistas sostienen un diálogo en el que se evidencia la construcción de un sujeto de la polÃtica ineludiblemente generizado. Los términos de ese debate continúan siendo inquietantemente actuales. A partir de las más recientes crÃticas al pensamiento de la filosofÃa polÃtica clásica se vuelve difÃcil pensar un sujeto esencial de la historia, anterior a su entrada a la cultura, y ni siquiera un cuerpo biológico en espera de su significación social. En este sentido, la identidad es una práctica significante en un campo cultural determinado a partir de ciertas reglas, en parte derivadas de una matriz jerárquica que asocia diferenciaciones de género y heterosexualidad obligatoria. Esta asociación explicarÃa la centralidad de las discusiones acerca de la procreación, las relaciones afectivas o el ejercicio de la sexualidad tanto en el viejo anarquismo como en las más recientes expresiones anticapitalistas. Sin sujeto anterior al campo de disputa que lo constituye, la polÃtica se expande por sobre la representación o la búsqueda de reconocimiento y de derechos. En este sentido, una actividad polÃtica posible serÃa identificar las estrategias de repetición subversiva válidas para un campo determinado que provoquen desestabilización y desplazamientos.A fines del siglo XIX el anarquismo se supone una expresión de cambio radical. Sin reformas ni atenuantes propone la destrucción general del capitalismo y todas sus expresiones, desde la economÃa a las formas de relación afectiva. Los teóricos y propagandistas piensan en las mujeres y su necesaria emancipación de los roles a los que la crueldad del sistema las ha condenado. A esos modelos le oponen la mujer anarquista y para eso la llaman a la lucha. Sostenemos que la escritura por parte de las mujeres anarquistas en la Argentina del siglo XIX XX constituye una estrategia polÃtica, un ejercicio propiciado por un campo cultural especÃfico en el cual la prensa anarquista es el medio de difusión, concientización y llamado a la acción por excelencia. En ese contexto, el lenguaje escrito no es un instrumento más de la práctica constitutiva, sino el espacio privilegiado en el cual el ejercicio de la escritura por parte de las mujeres se revela como una práctica subversiva potenciada por el estilo revulsivo del discurso. Sin esa práctica, el debate sobre la construcción de un sujeto polÃtico ineludiblemente generizado se hubiera perdido, otra vez, en la falsa estabilidad de un sujeto universal
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El dilema de la polÃtica acerca del sujeto universal de la revolución y del cambio social se mantiene en la forma de una pregunta nunca resuelta satisfactoriamente por las diversas organizaciones y expresiones de la izquierda vernácula: ¿liberación de las mujeres y los hombres o liberación de la "humanidad"? Este interrogante no es nuevo ni responde solamente a la complejización de la categorÃa "sujeto" propia de las filosofÃas más actuales; fue planteado por algunas mujeres al interior del anarquismo local de fines del siglo XIX. Respondiendo a la convocatoria masculina comprometida con la emancipación de la mujer, las anarquistas sostienen un diálogo en el que se evidencia la construcción de un sujeto de la polÃtica ineludiblemente generizado. Los términos de ese debate continúan siendo inquietantemente actuales. A partir de las más recientes crÃticas al pensamiento de la filosofÃa polÃtica clásica se vuelve difÃcil pensar un sujeto esencial de la historia, anterior a su entrada a la cultura, y ni siquiera un cuerpo biológico en espera de su significación social. En este sentido, la identidad es una práctica significante en un campo cultural determinado a partir de ciertas reglas, en parte derivadas de una matriz jerárquica que asocia diferenciaciones de género y heterosexualidad obligatoria. Esta asociación explicarÃa la centralidad de las discusiones acerca de la procreación, las relaciones afectivas o el ejercicio de la sexualidad tanto en el viejo anarquismo como en las más recientes expresiones anticapitalistas. Sin sujeto anterior al campo de disputa que lo constituye, la polÃtica se expande por sobre la representación o la búsqueda de reconocimiento y de derechos. En este sentido, una actividad polÃtica posible serÃa identificar las estrategias de repetición subversiva válidas para un campo determinado que provoquen desestabilización y desplazamientos.A fines del siglo XIX el anarquismo se supone una expresión de cambio radical. Sin reformas ni atenuantes propone la destrucción general del capitalismo y todas sus expresiones, desde la economÃa a las formas de relación afectiva. Los teóricos y propagandistas piensan en las mujeres y su necesaria emancipación de los roles a los que la crueldad del sistema las ha condenado. A esos modelos le oponen la mujer anarquista y para eso la llaman a la lucha. Sostenemos que la escritura por parte de las mujeres anarquistas en la Argentina del siglo XIX XX constituye una estrategia polÃtica, un ejercicio propiciado por un campo cultural especÃfico en el cual la prensa anarquista es el medio de difusión, concientización y llamado a la acción por excelencia. En ese contexto, el lenguaje escrito no es un instrumento más de la práctica constitutiva, sino el espacio privilegiado en el cual el ejercicio de la escritura por parte de las mujeres se revela como una práctica subversiva potenciada por el estilo revulsivo del discurso. Sin esa práctica, el debate sobre la construcción de un sujeto polÃtico ineludiblemente generizado se hubiera perdido, otra vez, en la falsa estabilidad de un sujeto universal
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La pintura de paisaje surge como corriente pictórica a finales del siglo XIX como un producto de una suma de intereses tanto académicos como cientÃficos que desembocan en el interés por la naturaleza. Se enmarca dentro de un pensamiento polÃtico que sitúa a nuestro paÃs en las expectativas de una nueva estructura socio cultural que pone énfasis en la libertad y en los derechos humanos, el derecho a la propiedad privada y sobre todo abre sus horizontes a la integración social y cultural, se ve la necesidad de comunicar e inspirarse en la propia tierra. En ésta investigación se pretende inquirir en los diferentes procesos que experimentan los artistas al contacto con la naturaleza; que se interiorizan a través de las distintas experiencias que tienen con las técnicas de proceso artÃstico, dentro de las cuales se capturan la luz, el espacio, la cromática, la vivencia que capta el espectador de las obras y las expectativas que tiene del artista. Este proceso puede o no ser artÃstico: algunas veces guiado por el academicismo, otras veces por encargo, con expectativas que muchas veces tienen fines polÃticos (poniendo en desmedro del valor académico, el tema). Obras que se traducen en una exigencia de la técnica, ya que se trata de captar la naturaleza, que de por sà es perfecta, en un prolijo uso casi perfeccionista de la misma, sin llegar a comprender que los individuos como las huellas dactilares, son diferentes en su interior; por lo que captarán la esencia de la naturaleza de acuerdo a las numerosas experiencias que hayan tenido con ella. La idea de pintar paisaje ya no está relacionada solamente con la observación sino con la perspectiva de representar el entorno de acuerdo a la manera muy particular y especial de cada artista.
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Es abundante la bibliografÃa de estudios regionales de Antioquia que hacen referencia al auge y desarrollo de su comercio en el siglo XIX y de su industrialización en las tres primeras décadas del siglo XX. Se trata de un amplio abanico de investigaciones referido a la cosa comercial, industrial y empresarial. Parece un asunto agoÂtado. Arriesgaremos a mirar un tema poco tratado: el lujo y el confort; ello desde la filosofÃa fenomenológica para los años en mención. Lo primero que hay que decir es que el lujo trata de un asunto moral y material, el cual presenÂtamos como una tragedia melancólica en dos actos.
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Este artÃculo pretende mostrar algunos de los cambios sociales que se dieron en MedellÃn al finalizar el siglo XIX e iniciar XX, momento en el que la ciudad vivió un proceso de crecimiento urbano no experimentado antes y que provocó la progresiva adecuación de nuevos organismos e instituciones para suplir las demandas económicas y sociales que también se fueron incrementanÂdo. Organizar e higienizar el espacio urbano, acorde con las ideas de ciudad y de ciudadano que se estaban impleÂmentando en Europa, fueron algunas de las metas que se establecieron para planear la ciudad y, a la vez, tratar de mitigar el impacto del crecimiento deÂmográfico que acusaba problemáticas de tipo social. Casas de beneficencia, manicomios, orfelinatos, hospitales, cárceles, patronatos, teatros, universiÂdades, entre otras, fueron algunas de aquellas alternativas que se idearon con el fin de prevenir estas problemáÂticas, asà como también propendieron por moralizar, distraer y castigar los comportamientos que se calificaban de inadecuados por parte de las élites.
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385 p.
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A lo largo del siglo XVIII Cádiz fue configurándose como una ciudad de caracterÃsticas únicas en la España de la época. Su privilegiada situación geográfica en las rutas marÃtimas comerciales y el traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla (1717), vinieron a hacer de esta ciudad el centro comercial más importante entre Europa y el Nuevo Mundo. Este esplendor se dejó sentir en casi todos los aspectos sociales de la misma. A medida que avanzaba el siglo, fue emergiendo una nueva clase social: la burguesÃa que adquirirÃa un peso especÃfico en la vida cultural de la ciudad. Otro importante colectivo dinamizador fue la población extranjera que se asentó en la ciudad atraÃda por su intensa vida comercial. La confluencia de tantas nacionalidades en el recinto de la ciudad, dotó a Cádiz de un carácter abierto, liberal y acogedor y de un ambiente próspero y tolerante que propició la proliferación de lugares destinados a la diversión y el ocio. Durante algunos años del siglo XVIII Cádiz contó con tres teatros que funcionaron de manera simultánea: la Casa de Comedias (creada en el siglo XVII), el Coliseo de Ópera (1761-1779) y el Teatro Francés (1769-1779). Las caracterÃsticas de la sociedad gaditana unidas a la amplia infraestructura teatral de la ciudad convirtieron a Cádiz en un centro de gran predisposición para albergar uno de los espectáculos que mayor importancia estaba adquiriendo en aquellos años: la ópera. Durante los años de vida del Coliseo de Ópera llegaron a Cádiz un gran número de compañÃas italianas portando el repertorio más en boga del momento, pudiendo disfrutar asà los gaditanos de las tendencias musicales imperantes en el resto de Europa. Con la clausura de este teatro y el regreso de las compañÃas italianas a su paÃs, la actividad operÃstica en España entró en crisis; no serÃa hasta el año 1787 que comenzarÃa el movimiento de restauración de la ópera, en el que Cádiz participarÃa de manera muy activa. Los primeros años del siglo XIX (1802-1808), se caracterizaron por la incorporación de repertorios de autores franceses (Dalayrac, Boieldieu, Della-Maria, Isouard), y por el intento de creación de un modelo de ópera propiamente español. En estos años Cádiz se mantuvo como ciudad de referencia del mundo operÃstico; la presencia de Manuel GarcÃa y Esteban Cristiani fue decisiva para que en la ciudad se conocieran las primeras obras de estos emblemáticos compositores...
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En esta tesis, analizamos la praxis polÃtica entre 1902 y 1930 poniendo en tensión el espacio bonaerense con un microcosmos: el de la localidad del interior provincial Benito Juárez. Partimos de considerar que dicha praxis se caracterizó por una multiplicidad de actuaciones (algunas conocidas, otras novedosas) dotadas de sentido y articuladas por el clientelismo polÃtico. Nuestro estudio aborda los modos en que los actores entendieron, configuraron y practicaron la polÃtica por aquellos años. En ese sentido, el clientelismo y el imaginario social en torno a la polÃtica son dos conceptos centrales de esta investigación. La tesis se estructura en tres partes: la primera, dedicada a aspectos teórico- metodológicos, está compuesta por dos capÃtulos en los que realizamos un bosquejo por las principales caracterÃsticas del perÃodo y los modos en que pueden entenderse nuestros conceptos (vinculándolos a las hipótesis); damos cuenta también allà de las fuentes empleadas y la metodologÃa. En la segunda parte nos detenemos en el juego polÃtico bonaerense. Compuesta por tres capÃtulos, en ella abordamos las leyes electorales provinciales vistas en perspectiva con los preceptos de la legislación reformista (desde el último tercio del siglo XIX hasta 1930) y la contribución al imaginario epocal de la Revista Argentina de Ciencias PolÃticas (1910-1928) y el semanario Caras y Caretas (1898-1930). En la última parte de la tesis, consideramos la vida sociopolÃtica en el municipio de Benito Juárez, a partir de la trayectoria de un polÃtico preeminente: Pedro DÃaz Pumará. A lo largo de dos capÃtulos, estudiamos el imaginario social en torno a la polÃtica local, los procesos electorales, las estrategias desarrolladas por Don Pedro asà como las de quienes conformaron su base social de apoyo y de quienes resistieron a su liderazgo. Finalmente, en las conclusiones sistematizamos las consideraciones de cada capÃtulo considerando para ello nuestra 2hipótesis heurÃstica y las que de ella se desprenden. Planteamos la conformación del clientelismo polÃtico en actos domésticos cotidianos, el carácter bifronte de un lÃder frente a los asuntos provinciales y locales, la novedosa legitimidad en torno a las urnas desde 1912, la construcción de leyes que permiten accionares ya conocidos, la heterogeneidad de las bases sociales de apoyo, las lógicas de quienes se oponen a un caudillo y las estrategias desarrolladas por los participantes de la vida polÃtica
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En esta tesis, analizamos la praxis polÃtica entre 1902 y 1930 poniendo en tensión el espacio bonaerense con un microcosmos: el de la localidad del interior provincial Benito Juárez. Partimos de considerar que dicha praxis se caracterizó por una multiplicidad de actuaciones (algunas conocidas, otras novedosas) dotadas de sentido y articuladas por el clientelismo polÃtico. Nuestro estudio aborda los modos en que los actores entendieron, configuraron y practicaron la polÃtica por aquellos años. En ese sentido, el clientelismo y el imaginario social en torno a la polÃtica son dos conceptos centrales de esta investigación. La tesis se estructura en tres partes: la primera, dedicada a aspectos teórico- metodológicos, está compuesta por dos capÃtulos en los que realizamos un bosquejo por las principales caracterÃsticas del perÃodo y los modos en que pueden entenderse nuestros conceptos (vinculándolos a las hipótesis); damos cuenta también allà de las fuentes empleadas y la metodologÃa. En la segunda parte nos detenemos en el juego polÃtico bonaerense. Compuesta por tres capÃtulos, en ella abordamos las leyes electorales provinciales vistas en perspectiva con los preceptos de la legislación reformista (desde el último tercio del siglo XIX hasta 1930) y la contribución al imaginario epocal de la Revista Argentina de Ciencias PolÃticas (1910-1928) y el semanario Caras y Caretas (1898-1930). En la última parte de la tesis, consideramos la vida sociopolÃtica en el municipio de Benito Juárez, a partir de la trayectoria de un polÃtico preeminente: Pedro DÃaz Pumará. A lo largo de dos capÃtulos, estudiamos el imaginario social en torno a la polÃtica local, los procesos electorales, las estrategias desarrolladas por Don Pedro asà como las de quienes conformaron su base social de apoyo y de quienes resistieron a su liderazgo. Finalmente, en las conclusiones sistematizamos las consideraciones de cada capÃtulo considerando para ello nuestra 2hipótesis heurÃstica y las que de ella se desprenden. Planteamos la conformación del clientelismo polÃtico en actos domésticos cotidianos, el carácter bifronte de un lÃder frente a los asuntos provinciales y locales, la novedosa legitimidad en torno a las urnas desde 1912, la construcción de leyes que permiten accionares ya conocidos, la heterogeneidad de las bases sociales de apoyo, las lógicas de quienes se oponen a un caudillo y las estrategias desarrolladas por los participantes de la vida polÃtica