754 resultados para Metabolic syndrome (MetS)
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Dyslipidemia is a major public health problem, and therefore, it is important to develop dietary strategies to diminish the prevalence of this disorder. It was recently reported that diet may play an important role in triggering insulin resistance by interacting with genetic variants at the CAPN10 gene locus in patients with metabolic syndrome. Nonetheless, it remains unknown whether genetic variants of genes involved in the development of type 2 diabetes are associated with variations in high-density lipoprotein cholesterol (HDL-C). The study used a single-center, prospective, cohort design. Here, we assessed the effect of four variants of the CAPN10 gene on HDL-C levels in response to a soy protein and soluble fiber dietary portfolio in subjects with dyslipidemia. In 31 Mexican dyslipidemic individuals, we analyzed four CAPN10 gene variants (rs5030952, rs2975762, rs3792267, and rs2975760) associated with type 2 diabetes. Subjects with the GG genotype of the rs2975762 variant of the CAPN10 gene were better responders to dietary intervention, showing increased HDL-C concentrations from the first month of treatment. HDL-C concentrations in participants with the wild type genotype increased by 17.0%, whereas the HDL-C concentration in subjects with the variant genotypes increased by only 3.22% (p = 0.03); the low-density lipoprotein cholesterol levels of GG carriers tended to decrease (-12.6%). These results indicate that Mexican dyslipidemic carriers of the rs2975762-GG genotype are better responders to this dietary intervention.
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An alarming rise of obesity in adolescents has been observed, placing them at risk of developing resistance to insulin (IR) and its adverse metabolic consequences such as diabetes mellitus type 2 (DM2), metabolic syndrome and cardiovascular disease. Objective: To know the prevalence of obesity, and the levels of glucose, insulin and HOMA-IR and its association with the BMIz, waist circumference and the pubertal stage in a random sample of adolescents. Materials and methods: 292 adolescents between 12 and 15 years (152 female and 140 male), whose anthropometric measurements (weight, height and waist circumference) were taken, body mass index calculated and Z-score determined. Blood glucose and insulin levels were evaluated from a sample of blood and their HOMA-IR was determined. Results: The results showed that 32.5% were obese, 22.3% were overweight and 23.6% showed adolescent central obesity. Glucose levels (p = 0.016), insulin (p = 0.0001) and HOMA-IR (p = 0.0001) showed significant differences in the group with obesity. Values of the three parameters were increased with the stage of puberty. We found significant differences in the levels of glucose (p = 0.0388), insulin (p = 0.0005) and HOMA-IR (p = 0.0001) between the prepubertal and postpubertal stages.
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Introducción: En la actualidad existe un incremento de la población adulta mayor en el Ecuador, donde las tres principales causas de muerte son: diabetes, enfermedades hipertensivas, enfermedades cerebrovasculares. Las mismas que se relacionan etiopatológicamente con el síndrome metabólico. Objetivo: Determinar la prevalencia del síndrome metabólico (SM) en adultos mayores en el cantón Cuenca, 2015. Método y materiales: Se trata de un estudio descriptivo, que se realizó en 387 adultos de ambos sexos mayores de 65 años, en las parroquias urbanas del cantón Cuenca. Se excluyó a los adultos mayores con deficiencia mental, alteraciones del estado de conciencia, impedimento físico o con evidencia de diabetes. Para el levantamiento de los datos se utilizó una encuesta y se realizó pruebas de glicemia en ayunas, colesterol, triglicéridos, lípidos de alta densidad (HDL, high density lipids) y medidas antropométricas, los datos obtenidos fueron analizados estadísticamente mediante EpiInfo, Microsoft Excel 2010 y el software SPSS, y se presentó mediante tablas y gráficos de estadística descriptiva de porcentajes y frecuencias. Resultados: La media de edad fue de 73 años, el 63.57% fueron mujeres y el 36.43% hombres y la mayoría 35.4% tenía un nivel de instrucción de primaria completa. La prevalencia del síndrome metabólico fue del 54.01%, en las mujeres 61.38% y en los hombres 41.13%, la mayoría entre 65 y 74 años con un 53.2% y un 58.14% con estudios incompletos. Según el IMC la mayoría de adultos mayores con SM tenían sobrepeso 49.72% y obesidad. El criterio ATP III más encontrado fue la obesidad abdominal 78.81%, seguido por la disminución sérica de colesterol HDL, 74.42% y presión arterial elevada, 48.32%.
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Introducción: En la actualidad existe un incremento de la población adulta mayor en el Ecuador, donde las tres principales causas de muerte son: diabetes, enfermedades hipertensivas, enfermedades cerebrovasculares. Las mismas que se relacionan etiopatológicamente con el síndrome metabólico. Objetivo: Determinar la prevalencia del síndrome metabólico (SM) en adultos mayores en el cantón Cuenca, 2015. Método y materiales: Se trata de un estudio descriptivo, que se realizó en 387 adultos de ambos sexos mayores de 65 años, en las parroquias urbanas del cantón Cuenca. Se excluyó a los adultos mayores con deficiencia mental, alteraciones del estado de conciencia, impedimento físico o con evidencia de diabetes. Para el levantamiento de los datos se utilizó una encuesta y se realizó pruebas de glicemia en ayunas, colesterol, triglicéridos, lípidos de alta densidad (HDL, high density lipids) y medidas antropométricas, los datos obtenidos fueron analizados estadísticamente mediante EpiInfo, Microsoft Excel 2010 y el software SPSS, y se presentó mediante tablas y gráficos de estadística descriptiva de porcentajes y frecuencias. Resultados: La media de edad fue de 73 años, el 63.57% fueron mujeres y el 36.43% hombres y la mayoría 35.4% tenía un nivel de instrucción de primaria completa. La prevalencia del síndrome metabólico fue del 54.01%, en las mujeres 61.38% y en los hombres 41.13%, la mayoría entre 65 y 74 años con un 53.2% y un 58.14% con estudios incompletos. Según el IMC la mayoría de adultos mayores con SM tenían sobrepeso 49.72% y obesidad. El criterio ATP III más encontrado fue la obesidad abdominal 78.81%, seguido por la disminución sérica de colesterol HDL, 74.42% y presión arterial elevada, 48.32%.
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INTRODUCCIÓN: Si se valora a tiempo la Sensibilidad a la insulina, se evitara padecer diabetes tipo 2; en los adultos mayores hay cambios como el aumento de tejido adiposo y sarcopenia, relacionados con disminución de la sensibilidad a la insulina. OBJETIVO: Determinar la sensibilidad a la insulina mediante la prueba de tolerancia oral a la glucosa en la población adulta mayor del cantón Cuenca, en el año 2015. METODOLOGÍA: Estudio descriptivo en 120 adultos mayores del cantón Cuenca; 60 casos con síndrome metabólico según el criterio ATP III y 60 casos sin síndrome metabólico. Se trata de una muestra no probabilística por conveniencia debido al costo de las pruebas de laboratorio. Se tomaron dos muestras de sangre una en ayunas y otra postprandial y se dosifico glucosa e insulina. Los datos fueron analizados en SPSS 22, Excel empleando frecuencias, porcentajes, medidas de tendencia central como mediana, promedio, medidas de dispersión, desvío stándar. RESULTADOS: El 39,2 % de adultos mayores presentó insulinemia postprandial alterada. Según el método HOMA-IR el 42 % presenta baja sensibilidad a la insulina y según el método QUICKI el 91,7 % presenta sensibilidad disminuida a la insulina. La baja sensibilidad a la insulina según género, edad y estado civil no fue significativa; en cambio con el IMC elevado se tiene más probabilidad de padecer insulinorresistencia (p=0,03) .Siendo más significativo los pacientes con síndrome metabólico aumenta dos veces la probabilidad de padecer insulinorresistencia (p=0.02, OR 2.3 IC 95% 1.09 – 4.85)
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INTRODUCCIÓN: Alteraciones en el metabolismo de la glucosa son causantes de Síndrome Metabólico y diabetes en adultos mayores; la determinación de hemoglobina glucosilada es un indicador exacto de la glucemia de los individuos en los últimos tres meses permitiendo comprobar el estado de salud. OBJETIVO: Establecer la correlación entre glucosa basal y hemoglobina glucosilada y su asociación con Síndrome Metabólico en adultos mayores del cantón Cuenca. METODOLOGÍA: Estudio descriptivo en 126 adultos mayores. Para la obtención de la muestra se utilizó el calculador automático EPI INFO. De los participantes un grupo con Síndrome Metabólico cumplió el criterio de la Adult Treatment Panel (APT-III). Se aplicó una encuesta para recolección de información y se tomó muestras de sangre para determinar glucosa basal y hemoglobina glucosilada. La información obtenida se procesó en el programa SPSS versión 20.0, Excel y MedLab. Se clasificaron los valores de acuerdo a frecuencia por edad, sexo y su relación con Síndrome Metabólico. RESULTADOS: Se analizaron 126 pacientes entre 65 y 96 años, siendo más frecuentes adultos mayores de sexo femenino con 65,1%. La población con Síndrome Metabólico fue 50.8%. La media de glucosa fue 87,16 y de hemoglobina glucosilada 5,65%. Luego del análisis 92% se encontraron en el rango normal de glucemia y 92,8% de HbA1; se ubicó en el rango de prediabetes 4,8% y dentro del rango de diabetes el 2,4%. Mediante coeficiente de correlación de Pearson se determinó una correlación moderada de 0.418 entre glucemia basal y hemoglobina glucosilada. Se observó una ligera relación entre alteración del metabolismo de glucosa y Síndrome Metabólico pues 12,5% de pacientes con esta enfermedad presentaron hiperglucemia y 11% HbA1 alterada
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ANTECEDENTES: Desde el año 1987, el impacto y aumento del VIH/SIDA ha llevado a implementar e incrementar combinaciones de Antirretrovirales (ARV), consiguiendo una disminución de la mortalidad en un 35%; sin embargo, nos enfrentamos a otra problemática, la aparición de efectos adversos a largo plazo de estos medicamentos, englobándole al Síndrome Metabólico. OBJETIVO GENERAL: Determinar la prevalencia y factores de riego del Síndrome Metabólico en pacientes que usen Antirretrovirales en el Hospital Vicente Corral Moscoso. METODOLOGÍA: Se realizó un Estudio Analítico - Transversal de prevalencia. Se incluyó a todos los pacientes que pertenecen a la Unidad de Atención Integral para PVVS-HVCM, mayores de 18 años, que reciben tratamiento antirretroviral por más de un mes previa autorización. La información recolectada fue analizada mediante software SPSS 5. RESULTADOS: en una población de 211 pacientes, se encontró una prevalencia del Síndrome Metabólico de 30,3% (n=64) según criterios de IDF. Las variables relacionadas al síndrome metabólico fueron: Edad 42,86 (p 0,000); Sexo femenino 51.6% y masculino 48.4% (p 0,001); IMC: sobrepeso y obesidad 82,8 (p 0,000); Perímetro abdominal 100% (p 0,000); Perfil lipídico: hipertrigliceridemia 86% (p 0,000), hipercolesterolemia 53% (p 0,012), alteración de HDL 83% (p 0,000). CONCLUSIONES: Se encontró una elevada prevalencia de Síndrome Metabólico en pacientes HIV+/SIDA con tratamiento antirretroviral pero no se pudo encontrar relación estadísticamente significativa. Mientras que los factores de riesgo fueron: edad, sexo, IMC, Perímetro Abdominal y dislipidemias
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INTRODUCCIÓN: Si se valora a tiempo la Sensibilidad a la insulina, se evitara padecer diabetes tipo 2; en los adultos mayores hay cambios como el aumento de tejido adiposo y sarcopenia, relacionados con disminución de la sensibilidad a la insulina. OBJETIVO: Determinar la sensibilidad a la insulina mediante la prueba de tolerancia oral a la glucosa en la población adulta mayor del cantón Cuenca, en el año 2015. METODOLOGÍA: Estudio descriptivo en 120 adultos mayores del cantón Cuenca; 60 casos con síndrome metabólico según el criterio ATP III y 60 casos sin síndrome metabólico. Se trata de una muestra no probabilística por conveniencia debido al costo de las pruebas de laboratorio. Se tomaron dos muestras de sangre una en ayunas y otra postprandial y se dosifico glucosa e insulina. Los datos fueron analizados en SPSS 22, Excel empleando frecuencias, porcentajes, medidas de tendencia central como mediana, promedio, medidas de dispersión, desvío stándar. RESULTADOS: El 39,2 % de adultos mayores presentó insulinemia postprandial alterada. Según el método HOMA-IR el 42 % presenta baja sensibilidad a la insulina y según el método QUICKI el 91,7 % presenta sensibilidad disminuida a la insulina. La baja sensibilidad a la insulina según género, edad y estado civil no fue significativa; en cambio con el IMC elevado se tiene más probabilidad de padecer insulinorresistencia (p=0,03) .Siendo más significativo los pacientes con síndrome metabólico aumenta dos veces la probabilidad de padecer insulinorresistencia (p=0.02, OR 2.3 IC 95% 1.09 – 4.85).
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Dissertação (mestrado)—Universidade de Brasília, Faculdade de Ciências da Saúde, Programa de Pós-Graduação em Ciências da Saúde, 2015.
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L’insuffisance rénale chronique (IRC) est caractérisée par de multiples déséquilibres homéostatiques tels que la résistance à l’insuline. Peu d’études se sont intéressées aux mécanismes sous-jacents à cette résistance à l’insuline en IRC. De plus, il est méconnu si cette résistance à l’insuline peut mener au développement d’un diabète de type II chez des patients prédisposés. Dans un modèle d’IRC, le rat Sprague-Dawley (CD) néphrectomisé 5/6e, on observe une corrélation entre la gravité de l’atteinte rénale, évaluée par la créatinine sérique, et l’hyperglycémie, évaluée par la fructosamine sérique (R2 = 0.6982, p < 0.0001). Cependant, cet état hyperglycémique n’est pas observable lors d’une glycémie à jeun. Lors d’un test de tolérance au glucose, on observe une plus grande élévation de la glycémie (AUC 1.25 fois, p < 0.0001) chez le rat atteint d’IRC. Par contre, la sécrétion d’insuline au cours de ce même test n’augmente pas significativement (AUC ≈ 1.30 fois, N.S.) en comparaison aux rats témoins. Malgré une élévation des taux d’insuline en IRC suivant un bolus de glucose, les tissus périphériques ne montrent pas d’augmentation de la captation du glucose sanguin suggérant un défaut d’expression et/ou de fonction des transporteurs de glucose chez ces rats. En effet, on observe une diminution de ces transporteurs dans divers tissus impliqués dans le métabolisme du glucose tel que le foie (≈ 0.60 fois, p < 0.01) et le muscle (GLUT1 0.73 fois, p < 0.05; GLUT4 0.69 fois, p < 0.01). En conséquence, une diminution significative du transport insulinodépendant du glucose est observable dans le muscle des rats atteint d’IRC (≈ 0.63 fois, p < 0.0001). Puisque les muscles sont responsables de la majorité de la captation insulinodépendante du glucose, la diminution de l’expression du GLUT4 pourrait être associée à la résistance à l’insuline observée en IRC. La modulation de l’expression des transporteurs de glucose pourrait être à l’origine de la résistance à l’insuline en IRC. Cela dit, d’autres mécanismes peuvent aussi être impliqués. En dépit de cette importante perturbation du transport du glucose, nous n’avons pas observé de cas de diabète de type II chez le rat CD atteint d’IRC. Dans un modèle de rat atteint d’un syndrome métabolique, le rat Zucker Leprfa/fa, l’IRC provoque une forte hyperglycémie à jeun (1.5 fois, p < 0.0001). De plus, l’IRC chez le rat Zucker provoque une réponse glycémique (AUC 1.80 fois, p < 0.0001) exagérée lors d’un test de tolérance au glucose. Une forte résistance à l’insuline est mesurée au niveau des muscles puisque la dose usuelle d’insuline (2mU/mL) n’est pas suffisante pour stimuler la captation du glucose chez le rat Zucker atteint d’IRC. De plus, une modulation similaire des transporteurs de glucose peut être observée chez ces deux espèces. Par contre, environ 30% (p < 0.001) des rats Zucker atteints d’IRC avaient une glycosurie. L’IRC en soi ne mènerait donc pas au développement d’un diabète de type II. Par contre, lorsqu’une résistance à l’insuline est présente antérieurement au développement d’une IRC, cela pourrait précipiter l’apparition d’un diabète de type II chez ces patients prédisposés.
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L’insuffisance rénale chronique (IRC) est caractérisée par de multiples déséquilibres homéostatiques tels que la résistance à l’insuline. Peu d’études se sont intéressées aux mécanismes sous-jacents à cette résistance à l’insuline en IRC. De plus, il est méconnu si cette résistance à l’insuline peut mener au développement d’un diabète de type II chez des patients prédisposés. Dans un modèle d’IRC, le rat Sprague-Dawley (CD) néphrectomisé 5/6e, on observe une corrélation entre la gravité de l’atteinte rénale, évaluée par la créatinine sérique, et l’hyperglycémie, évaluée par la fructosamine sérique (R2 = 0.6982, p < 0.0001). Cependant, cet état hyperglycémique n’est pas observable lors d’une glycémie à jeun. Lors d’un test de tolérance au glucose, on observe une plus grande élévation de la glycémie (AUC 1.25 fois, p < 0.0001) chez le rat atteint d’IRC. Par contre, la sécrétion d’insuline au cours de ce même test n’augmente pas significativement (AUC ≈ 1.30 fois, N.S.) en comparaison aux rats témoins. Malgré une élévation des taux d’insuline en IRC suivant un bolus de glucose, les tissus périphériques ne montrent pas d’augmentation de la captation du glucose sanguin suggérant un défaut d’expression et/ou de fonction des transporteurs de glucose chez ces rats. En effet, on observe une diminution de ces transporteurs dans divers tissus impliqués dans le métabolisme du glucose tel que le foie (≈ 0.60 fois, p < 0.01) et le muscle (GLUT1 0.73 fois, p < 0.05; GLUT4 0.69 fois, p < 0.01). En conséquence, une diminution significative du transport insulinodépendant du glucose est observable dans le muscle des rats atteint d’IRC (≈ 0.63 fois, p < 0.0001). Puisque les muscles sont responsables de la majorité de la captation insulinodépendante du glucose, la diminution de l’expression du GLUT4 pourrait être associée à la résistance à l’insuline observée en IRC. La modulation de l’expression des transporteurs de glucose pourrait être à l’origine de la résistance à l’insuline en IRC. Cela dit, d’autres mécanismes peuvent aussi être impliqués. En dépit de cette importante perturbation du transport du glucose, nous n’avons pas observé de cas de diabète de type II chez le rat CD atteint d’IRC. Dans un modèle de rat atteint d’un syndrome métabolique, le rat Zucker Leprfa/fa, l’IRC provoque une forte hyperglycémie à jeun (1.5 fois, p < 0.0001). De plus, l’IRC chez le rat Zucker provoque une réponse glycémique (AUC 1.80 fois, p < 0.0001) exagérée lors d’un test de tolérance au glucose. Une forte résistance à l’insuline est mesurée au niveau des muscles puisque la dose usuelle d’insuline (2mU/mL) n’est pas suffisante pour stimuler la captation du glucose chez le rat Zucker atteint d’IRC. De plus, une modulation similaire des transporteurs de glucose peut être observée chez ces deux espèces. Par contre, environ 30% (p < 0.001) des rats Zucker atteints d’IRC avaient une glycosurie. L’IRC en soi ne mènerait donc pas au développement d’un diabète de type II. Par contre, lorsqu’une résistance à l’insuline est présente antérieurement au développement d’une IRC, cela pourrait précipiter l’apparition d’un diabète de type II chez ces patients prédisposés.
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Objective: To assess the epidemiological evidence on dietary fiber intake and chronic diseases and make public health recommendations for the population in Romania based on their consumption. Populations that consume more dietary fiber from cereals, fruits and vegetables have less chronic disease. Dietary Reference Intakes recommend consumption of 14 g dietary fiber per 1,000 kcal, or 25 g for adult women and 38 g for adult men, based on epidemiologic studies showing protection against cardiovascular disease, stroke, hypertension, diabetes, obesity, metabolic syndrome, gastrointestinal disorders, colorectal -, breast -, gastric -, endometrial -, ovarian - and prostate cancer. Furthermore, increased consumption of dietary fiber improves serum lipid concentrations, lowers blood pressure, blood glucose leads to low glycemic index, aids in weight loss, improve immune function, reduce inflammatory marker levels, reduce indicators of inflammation. Dietary fibers contain an unique blend of bioactive components including resistant starches, vitamins, minerals, phytochemicals and antioxidants. Dietary fiber components have important physiological effects on glucose, lipid, protein metabolism and mineral bioavailability needed to prevent chronic diseases. Materials and methods: Data regarding diet was collected based on questionnaires. We used mathematical formulas to calculate the mean dietary fiber intake of Romanian adult population and compared the results with international public health recommendations. Results: Based on the intakes of vegetables, fruits and whole cereals we calculated the Mean Dietary Fiber Intake/day/person (MDFI). Our research shows that the national average MDFI was 9.8 g fiber/day/person, meaning 38% of Dietary Requirements, and the rest of 62% representing a “fiber gap” that we have to take into account. This deficiency predisposes to chronic diseases. Conclusions and recommendations:The poor control of relationship between dietary fiber intake and chronic diseases is a major issue that can result in adverse clinical and economic outcomes. The population in Romania is at risk to develop such diseases due to the deficient fiber consumption. A model of chronic diseases costs is needed to aid attempts to reduce them while permitting optimal management of the chronic diseases. This paper presents a discussion of the burden of chronical disease and its socio-economic implications and proposes a model to predict the costs reduction by adequate intake of dietary fiber.
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Disruptions to circadian rhythm in mice and humans have been associated with an increased risk of obesity and metabolic syndrome. The gut microbiota is known to be essential for the maintenance of circadian rhythm in the host suggesting a role for microbe-host interactions in the regulation of the peripheral circadian clock. Previous work suggested a role for gut bacterial bile salt hydrolase (BSH) activity in the regulation of host circadian gene expression. Here we demonstrate that unconjugated bile acids, known to be generated through the BSH activity of the gut microbiota, are potentially chronobiological regulators of host circadian gene expression. We utilised a synchronised Caco-2 epithelial colorectal cell model and demonstrated that unconjugated bile acids, but not the equivalent tauro-conjugated bile salts, enhance the expression levels of genes involved in circadian rhythm. In addition oral administration of mice with unconjugated bile acids significantly altered expression levels of circadian clock genes in the ileum and colon as well as the liver with significant changes to expression of hepatic regulators of circadian rhythm (including Dbp) and associated genes (Per2, Per3 and Cry2). The data demonstrate a potential mechanism for microbe-host crosstalk that significantly impacts upon host circadian gene expression. Disruptions to circadian rhythm in mice and humans have been associated with an increased risk of obesity and metabolic syndrome. The gut microbiota is known to be essential for the maintenance of circadian rhythm in the host suggesting a role for microbe-host interactions in the regulation of the peripheral circadian clock. Previous work suggested a role for gut bacterial bile salt hydrolase (BSH) activity in the regulation of host circadian gene expression. Here we demonstrate that unconjugated bile acids, known to be generated through the BSH activity of the gut microbiota, are potentially chronobiological regulators of host circadian gene expression. We utilised a synchronised Caco-2 epithelial colorectal cell model and demonstrated that unconjugated bile acids, but not the equivalent tauro-conjugated bile salts, enhance the expression levels of genes involved in circadian rhythm. In addition oral administration of mice with unconjugated bile acids significantly altered expression levels of circadian clock genes in the ileum and colon as well as the liver with significant changes to expression of hepatic regulators of circadian rhythm (including Dbp) and associated genes (Per2, Per3 and Cry2). The data demonstrate a potential mechanism for microbe-host crosstalk that significantly impacts upon host circadian gene expression.
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Background: Obesity is not a new disease, with roots that can be traced back to 400 BC. However, with the staggering increase in individuals that are overweight and obese since the 1980s, now over a quarter of individuals in Europe and the Americas are classed as obese. This presents a global health problem that needs to be addressed with novel therapies. It is now well accepted that obesity is a chronic, low-grade inflammatory condition that could predispose individuals to a number of comorbidities. Obesity is associated with cardiovascular diseases (CVDs) and type 2 diabetes (T2D) as part of “the metabolic syndrome,” and as first identified by Dr Vauge, central distribution of white adipose tissue (WAT) is an important risk factor in the development of these diseases. Subsequently, visceral WAT (vWAT) was shown to be an important factor in this association with CVDs and T2D, and increasing inflammation. As the obese WAT expands, mainly through hypertrophy, there is an increase in inflammation that recruits numerous immune cells to the tissue that further exacerbate this inflammation, causing local and systemic inflammatory and metabolic effects. One of the main types of immune cell involved in this pathogenic process is pro-inflammatory M1 adipose tissue macrophages (ATMs). MicroRNAs (miRNAs) are a species of small RNAs that post-transcriptionally regulate gene expression by targeting gene mRNA, causing its degradation or translational repression. These miRNAs are promiscuous, regulating numerous genes and pathways involved in a disease, making them useful therapeutic targets, but also difficult to study. miR-34a has been shown to increase in the serum, liver, pancreas, and subcutaneous (sc)WAT of patients with obesity, non- alcoholic fatty liver disease (NAFLD) and T2D. Additionally, miR-34a has been shown to regulate a number of metabolic and inflammatory genes in numerous cell types, including those in macrophages. However, the role of miR-34a in regulating vWAT metabolism and inflammation is poorly understood. Hypothesis: miR-34a is dysregulated in the adipose tissue during obesity, causing dysregulation of metabolic and inflammatory pathways in adipocytes and ATMs that contribute to adipose inflammation and obesity’s comorbidities, particularly T2D. Method/Results: The role of miR-34a in adipose inflammation was investigated using a murine miR-34a-/- diet-induced obesity model, and primary in vitro models of adipocyte differentiation and inflammatory bone marrow-derived macrophages (BMDMs). miR-34a was shown to be ubiquitously expressed throughout the murine epididymal (e)WAT of obese high-fat diet (HFD)-fed WT mice and ob/ob mice, as well as omental WAT from patients with obesity. Additionally, miR-34a transcripts were increased in the liver and brown adipose tissue (BAT) of ob/ob and HFD-fed WT mice, compared to WT controls. When miR-34a-/- mice were fed HFD ad libitum for 24 weeks they were significantly heavier than their WT counterparts by the end of the study. Ex vivo examinations showed that miR-34a-/- eWAT had a smaller adipocyte area on chow, which significantly increased to WT levels during HFD-feeding. Additionally, miR-34a-/- eWAT showed basal increases in cholesterol and fatty acid metabolism genes Cd36, Hmgcr, Lxrα, Pgc1α, and Fasn. miR-34a-/- iBAT showed basal reductions in Cebpα and Cebpβ, with increased Pgc1α expression during HFD- feeding. The miR-34a-/- liver additionally showed increased basal transcript expression of Pgc1α, suggesting miR-34a may broadly regulate PGC1α. Accompanying the ex vivo changes in cholesterol and fatty acid metabolism genes, in vitro miR-34a-/- white adipocytes showed increased lipid content. An F4/80high macrophage population was identified in HFD-fed miR-34a-/- eWAT, with increased Il-10 transcripts and serum IL-5 protein. Following these ex vivo observations, BMDMs from WT mice upregulated miR-34a expression in response to TNFα stimulation. Additionally, miR-34a-/- BMDMs showed an ablated CXCL1 response to TNFα. Conclusion: These findings suggest miR-34a has a multi-factorial role in controlling a susceptibility to obesity, by regulating inflammatory and metabolic pathways, potentially through regulation of PGC1α.