937 resultados para Semântica lexical
Resumo:
En el presente trabajo, rebatimos la clásica distinción entre oraciones pasivas con SE e impersonales con SE . Abordamos el análisis de ambas construcciones desde la perspectiva del Programa Minimalista (Chomsky 1995, 2001, 2005) y de la Semántica Relacional (Mateu i Fontanals 2002). Presentamos evidencia semántica y sintáctica con el fin de demostrar que las oraciones pasivas con SE comparten, con las impersonales transitivas con SE , una misma estructura semántico-relacional. Por hipótesis, las pasivas con SE son un subtipo de las impersonales con SE , ya que ambas proyectan, en su constructo semántico relacional, un sujeto indefinido y genérico, invariablemente materializado por un pronombre nulo (pro), cuyos rasgos de persona y número concuerdan con la flexión verbal. Por el contrario, las pasivas morfológicas o perifrásticas no proyectan un sujeto de estas características. Aunque estas construcciones comparten una misma estructura semántico-relacional con las pasivas con SE , las primeras, a diferencia de la segundas, contienen un argumento externo destematizado interpretable como una entidad definida y no genérica, lo cual justifica en términos morfosintácticos la concordancia que establece la flexión verbal con el argumento interno. Postulamos que, mientras las oraciones pasivas con SE deberían ?en términos estrictamente gramaticales? presentar concordancia verbal con su sujeto nulo pro, la concordancia superficial que se establece con el sintagma nominal en posición de objeto directo sería consecuencia de ciertos fenómenos sintácticos y/o pragmáticos. Observamos, además, que esta concordancia no podría darse bajo ciertas condiciones morfosintácticas
Resumo:
En el marco de la gramática contrastiva entre inglés y castellano, asumimos la perspectiva generativista, según la cual la sintaxis humana resulta de procesos derivacionales que combinan, por medio de mecanismos innatos, elementos capaces de codificar significados primitivos. Trabajamos con datos, ya sea reales o inventados, que ilustran los distintos tipos de oraciones ?gramaticales? posibles en una lengua natural. Nos centramos en la noción de ?ergatividad?, utilizada por distintas teorías para explicar fenómenos sintácticos y semánticos no siempre coincidentes. Desde el Funcionalismo/Cognitivismo norteamericano, Scott DeLancey (2001) compara distintas lenguas y distingue morfológicamente los sujetos ?agentivos? en estructuras causadas de los sujetos ?afectados? en estructuras no causadas. Según la Lingüística Sistémica Funcional (Halliday 1985, 2004), la ergatividad abarca, no sólo la presencia o ausencia de Causa en un proceso particular, sino también la relación causal que vincula distintos procesos entre sí. El esquema ergativo de Halliday incluye, además de pares constituidos por eventos de cambio de estado no causados y de causa externa, eventos inergativos de causa externa, y eventos transitivos instigados por otro proceso, expresado lingüísticamente o bien inferido. Desde la perspectiva de la Semántica Relacional (Mateu, 2002), reducimos el número de ?constructos primitivos? disponibles de tres a dos. Consideramos dos alternancias: la ergativo-transitiva y la causa interna/externa con inergativos. No vinculamos ni sintáctica ni derivacionalmente las construcciones transitivas con los eventos inferidos que las instigan. Justificamos la relación derivacional que vincula las construcciones pasivas estáticas con las construcciones ergativas de verbos naturalmente alternantes, por un lado, y, con las construcciones transitivas de verbos de ?locatum? y de inergativos, por el otro. Reanalizamos, respecto de la bibliografía canónica, la naturaleza del clítico ?se? en las construcciones ergativas españolas. Este análisis orienta de manera teórica el abordaje de las construcciones pertinentes, y ofrece equivalencias posibles que pueden resultar útiles para la traducción
Resumo:
En el presente trabajo, rebatimos la clásica distinción entre oraciones pasivas con SE e impersonales con SE . Abordamos el análisis de ambas construcciones desde la perspectiva del Programa Minimalista (Chomsky 1995, 2001, 2005) y de la Semántica Relacional (Mateu i Fontanals 2002). Presentamos evidencia semántica y sintáctica con el fin de demostrar que las oraciones pasivas con SE comparten, con las impersonales transitivas con SE , una misma estructura semántico-relacional. Por hipótesis, las pasivas con SE son un subtipo de las impersonales con SE , ya que ambas proyectan, en su constructo semántico relacional, un sujeto indefinido y genérico, invariablemente materializado por un pronombre nulo (pro), cuyos rasgos de persona y número concuerdan con la flexión verbal. Por el contrario, las pasivas morfológicas o perifrásticas no proyectan un sujeto de estas características. Aunque estas construcciones comparten una misma estructura semántico-relacional con las pasivas con SE , las primeras, a diferencia de la segundas, contienen un argumento externo destematizado interpretable como una entidad definida y no genérica, lo cual justifica en términos morfosintácticos la concordancia que establece la flexión verbal con el argumento interno. Postulamos que, mientras las oraciones pasivas con SE deberían ?en términos estrictamente gramaticales? presentar concordancia verbal con su sujeto nulo pro, la concordancia superficial que se establece con el sintagma nominal en posición de objeto directo sería consecuencia de ciertos fenómenos sintácticos y/o pragmáticos. Observamos, además, que esta concordancia no podría darse bajo ciertas condiciones morfosintácticas
Resumo:
En el marco de la gramática contrastiva entre inglés y castellano, asumimos la perspectiva generativista, según la cual la sintaxis humana resulta de procesos derivacionales que combinan, por medio de mecanismos innatos, elementos capaces de codificar significados primitivos. Trabajamos con datos, ya sea reales o inventados, que ilustran los distintos tipos de oraciones ?gramaticales? posibles en una lengua natural. Nos centramos en la noción de ?ergatividad?, utilizada por distintas teorías para explicar fenómenos sintácticos y semánticos no siempre coincidentes. Desde el Funcionalismo/Cognitivismo norteamericano, Scott DeLancey (2001) compara distintas lenguas y distingue morfológicamente los sujetos ?agentivos? en estructuras causadas de los sujetos ?afectados? en estructuras no causadas. Según la Lingüística Sistémica Funcional (Halliday 1985, 2004), la ergatividad abarca, no sólo la presencia o ausencia de Causa en un proceso particular, sino también la relación causal que vincula distintos procesos entre sí. El esquema ergativo de Halliday incluye, además de pares constituidos por eventos de cambio de estado no causados y de causa externa, eventos inergativos de causa externa, y eventos transitivos instigados por otro proceso, expresado lingüísticamente o bien inferido. Desde la perspectiva de la Semántica Relacional (Mateu, 2002), reducimos el número de ?constructos primitivos? disponibles de tres a dos. Consideramos dos alternancias: la ergativo-transitiva y la causa interna/externa con inergativos. No vinculamos ni sintáctica ni derivacionalmente las construcciones transitivas con los eventos inferidos que las instigan. Justificamos la relación derivacional que vincula las construcciones pasivas estáticas con las construcciones ergativas de verbos naturalmente alternantes, por un lado, y, con las construcciones transitivas de verbos de ?locatum? y de inergativos, por el otro. Reanalizamos, respecto de la bibliografía canónica, la naturaleza del clítico ?se? en las construcciones ergativas españolas. Este análisis orienta de manera teórica el abordaje de las construcciones pertinentes, y ofrece equivalencias posibles que pueden resultar útiles para la traducción
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En el presente trabajo, rebatimos la clásica distinción entre oraciones pasivas con SE e impersonales con SE . Abordamos el análisis de ambas construcciones desde la perspectiva del Programa Minimalista (Chomsky 1995, 2001, 2005) y de la Semántica Relacional (Mateu i Fontanals 2002). Presentamos evidencia semántica y sintáctica con el fin de demostrar que las oraciones pasivas con SE comparten, con las impersonales transitivas con SE , una misma estructura semántico-relacional. Por hipótesis, las pasivas con SE son un subtipo de las impersonales con SE , ya que ambas proyectan, en su constructo semántico relacional, un sujeto indefinido y genérico, invariablemente materializado por un pronombre nulo (pro), cuyos rasgos de persona y número concuerdan con la flexión verbal. Por el contrario, las pasivas morfológicas o perifrásticas no proyectan un sujeto de estas características. Aunque estas construcciones comparten una misma estructura semántico-relacional con las pasivas con SE , las primeras, a diferencia de la segundas, contienen un argumento externo destematizado interpretable como una entidad definida y no genérica, lo cual justifica en términos morfosintácticos la concordancia que establece la flexión verbal con el argumento interno. Postulamos que, mientras las oraciones pasivas con SE deberían ?en términos estrictamente gramaticales? presentar concordancia verbal con su sujeto nulo pro, la concordancia superficial que se establece con el sintagma nominal en posición de objeto directo sería consecuencia de ciertos fenómenos sintácticos y/o pragmáticos. Observamos, además, que esta concordancia no podría darse bajo ciertas condiciones morfosintácticas
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Recent research indicates that individuals with nonthalamic subcortical (NS) lesions call experience difficulties processing lexical ambiguities in a variety of contexts. This study examined how prior processing of a lexical ambiguity influences subsequent meaning activation in 10 individuals with NS lesions and 10 matched healthy controls. Subjects made speeded lexical decisions oil related or unrelated targets following homophone primes. Homophones were repealed with different targets biasing the same or different meanings oil the second presentation. The effects of prime-target relatedness, interstimulus interval (200 or 1250 ms), and same vs different meaning repetition were examined Both the patient and control groups showed printing when the same homophone meaning was biased oil repetition. When a different meaning was biased on the second presentation. no priming was evident in the controls, while facilitation remained present for the NS group, consistent with aberrant meaning selection and deactivation processes. These findings are discussed in terms of age and task-related repetition effects and current conceptions of frontal-subcortical involvement in cognition.
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Although developmental increases in the size of the position effect within a mispronunciation detection task have been interpreted as consistent with a view of the lexical restructuring process as protracted, the position effect itself might not be reliable. The current research examined the effects of position and clarity of acoustic-phonetic information on sensitivity to mispronounced onsets in 5- and 6-year-olds and adults. Both children and adults showed a position effect only when mispronunciations also differed in the amount of relevant acoustic-phonetic information. Adults' sensitivity to mispronounced second-syllable onsets also reflected the availability of acoustic-phonetic information. The implications of these findings are discussed in relation to the lexical restructuring hypothesis. (c) 2006 Elsevier Inc. All rights reserved.
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Spoken word production is assumed to involve stages of processing in which activation spreads through layers of units comprising lexical-conceptual knowledge and their corresponding phonological word forms. Using high-field (4T) functional magnetic resonance imagine (fMRI), we assessed whether the relationship between these stages is strictly serial or involves cascaded-interactive processing, and whether central (decision/control) processing mechanisms are involved in lexical selection. Participants performed the competitor priming paradigm in which distractor words, named from a definition and semantically related to a subsequently presented target picture, slow picture-naming latency compared to that with unrelated words. The paradigm intersperses two trials between the definition and the picture to be named, temporally separating activation in the word perception and production networks. Priming semantic competitors of target picture names significantly increased activation in the left posterior temporal cortex, and to a lesser extent the left middle temporal cortex, consistent with the predictions of cascaded-interactive models of lexical access. In addition, extensive activation was detected in the anterior cingulate and pars orbitalis of the inferior frontal gyrus. The findings indicate that lexical selection during competitor priming is biased by top-down mechanisms to reverse associations between primed distractor words and target pictures to select words that meet the current goal of speech.
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To investigate the stability of trace reactivation in healthy older adults, 22 older volunteers with no significant neurological history participated in a cross-modal priming task. Whilst both object relative center embedded (ORC) and object relative right branching (ORR) sentences is-ere employed, working memory load was reduced by limiting the number of wordy separating the antecedent front the gap for both sentence types. Analysis of the results did not reveal any significant trace reactivation for the ORC or ORR sentences. The results did reveal, however, a positive correlation between age and semantic printing at the pre-gap position and a negative correlation between age and semantic printing at the gap position for ORC sentences. In contrast, there was no correlation between age and priming effects for the ORR sentences. These results indicated that trace reactivation may be sensitive to a variety of age related factors, including lexical activation and working memory. The implications of these results for sentence processing in the older population arc discussed.
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Derivational morphology proposes meaningful connections between words and is largely unrepresented in lexical databases. This thesis presents a project to enrich a lexical database with morphological links and to evaluate their contribution to disambiguation. A lexical database with sense distinctions was required. WordNet was chosen because of its free availability and widespread use. Its suitability was assessed through critical evaluation with respect to specifications and criticisms, using a transparent, extensible model. The identification of serious shortcomings suggested a portable enrichment methodology, applicable to alternative resources. Although 40% of the most frequent words are prepositions, they have been largely ignored by computational linguists, so addition of prepositions was also required. The preferred approach to morphological enrichment was to infer relations from phenomena discovered algorithmically. Both existing databases and existing algorithms can capture regular morphological relations, but cannot capture exceptions correctly; neither of them provide any semantic information. Some morphological analysis algorithms are subject to the fallacy that morphological analysis can be performed simply by segmentation. Morphological rules, grounded in observation and etymology, govern associations between and attachment of suffixes and contribute to defining the meaning of morphological relationships. Specifying character substitutions circumvents the segmentation fallacy. Morphological rules are prone to undergeneration, minimised through a variable lexical validity requirement, and overgeneration, minimised by rule reformulation and restricting monosyllabic output. Rules take into account the morphology of ancestor languages through co-occurrences of morphological patterns. Multiple rules applicable to an input suffix need their precedence established. The resistance of prefixations to segmentation has been addressed by identifying linking vowel exceptions and irregular prefixes. The automatic affix discovery algorithm applies heuristics to identify meaningful affixes and is combined with morphological rules into a hybrid model, fed only with empirical data, collected without supervision. Further algorithms apply the rules optimally to automatically pre-identified suffixes and break words into their component morphemes. To handle exceptions, stoplists were created in response to initial errors and fed back into the model through iterative development, leading to 100% precision, contestable only on lexicographic criteria. Stoplist length is minimised by special treatment of monosyllables and reformulation of rules. 96% of words and phrases are analysed. 218,802 directed derivational links have been encoded in the lexicon rather than the wordnet component of the model because the lexicon provides the optimal clustering of word senses. Both links and analyser are portable to an alternative lexicon. The evaluation uses the extended gloss overlaps disambiguation algorithm. The enriched model outperformed WordNet in terms of recall without loss of precision. Failure of all experiments to outperform disambiguation by frequency reflects on WordNet sense distinctions.
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In a group of adult dyslexics word reading and, especially, word spelling are predicted more by what we have called lexical learning (tapped by a paired-associate task with pictures and written nonwords) than by phonological skills. Nonword reading and spelling, instead, are not associated with this task but they are predicted by phonological tasks. Consistently, surface and phonological dyslexics show opposite profiles on lexical learning and phonological tasks. The phonological dyslexics are more impaired on the phonological tasks, while the surface dyslexics are equally or more impaired on the lexical learning tasks. Finally, orthographic lexical learning explains more variation in spelling than in reading, and subtyping based on spelling returns more interpretable results than that based on reading. These results suggest that the quality of lexical representations is crucial to adult literacy skills. This is best measured by spelling and best predicted by a task of lexical learning. We hypothesize that lexical learning taps a uniquely human capacity to form new representations by recombining the units of a restricted set.