814 resultados para Mythology, Germanic
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Paul Ricœur describes selfhood as the product of a communal narrative. Communal narratives structured as symbolic myths provide a narrative identity and an ethic of selfhood. The psychologist Jerome Bruner, for instance, places the source of such a narrative identity in the family, where ‘canonical stories’ are formed. ‘Home’ becomes a mode of discourse, a way of recognizing ourselves in the narratives given to us by others. This paper will draw on these concepts of narrative identity in order to investigate the problems to selfhood which face the character of The Doctor in the BBC series Doctor Who. I will identify The Doctor as a character who acts within a self-constructed narrative vacuum, reading the character by contrasting two types of personal myth-making, one ‘real’, as in a lived narrative, and one ‘counterfeit’; a conjured myth to replace and obscure the lived self. The paper will pay particular attention to the twenty-first century reincarnations of Doctor Who. I will argue that the writing of Russell T. Davis and later Steven Moffat in particular directly address this tension of myth and selfhood, as The Doctor struggles between his self-imposed role as a modern Prometheus and the insistent haunting and return of his own story. In these incarnations, his companions become mirrors to The Doctor, bringing with them their own narrative and ethical identities. In turn, it is through his companions that The Doctor is able to build his own lived narrative of sorts, which challenges his self-created ‘mythology’. In contrast to the weeping angels, whose horrific agency manifests only when not apprehended, the Doctor’s story continues to become more real the more he is ‘perceived’, both by the human race and by the viewer.
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The development of astrophysics in the nineteenth century drew mankind closer to the planets. For the first time, it was possible to give serious scientific consideration to the possibilities for life on other planets. The greatest leap, however, was in recognizing what was not known, and acknowledging the limits of human intuition. ‘Ideas,’ wrote Agnes M. Clerke, ‘have all at once become plastic’. As the scientific community tested the limits of scientific understanding, it became the role of science-fiction writers to imagine the universe beyond these limits. This paper will examine the ways in which nineteenth-century science fiction used the inheritance of the poetic language of Romanticism to reinstate the centrality of human being in the universe. I will explore the ways in which writers such as Edward Bulwer-Lytton (The Coming Race, 1871) and W. S. Lach-Szyrma (Aleriel, 1883) extended the Byronic hero to envisage extra-terrestrial utopias. The Hegelian systematic mythology described by Byron and Shelley had reimagined paradise and redemption on earth. Through science fiction, this mythology extended out towards the stars. A discourse on the possibilities of extra-terrestrial life became a Romantic discourse on the possibilities of being. The Byronic hero could now find a home not by escaping the shackles of religion, but as an angelic citizen of Venus or Mars. In this way, the paper will explore how science-fiction writers appropriated the language of Romantic poetry to build a bridge between the framework of scientific knowledge and the extent of human imagination.
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La obra de Marco Aurelio es la manifestación final de la ética estoica. El Emperador de Roma vive continuamente en medio de muchas guerras por la defensa de su territorio. Pueblos germánicos atacaban sus fronteras en el noreste cuando puso en orden para sus amigos muchos pensamientos o notas recopiladas durante años. Estas notas tienen forma de un cuaderno de notas o de un diario íntimo y contenido filosófico. Las teorías contemporáneas de la autobiografía han estudiado estas formas y definen sus rasgos con precisión, pero existen múltiples diferencias entre la personalidad de los hombres antiguos y modernos. Esto vuelve espinosa la interpretación de los pensamientos aurelianos si usamos solamente los conceptos actuales de la literatura íntima. Nuestro artículo muestra estas dificultades.
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El presente artículo investiga algunas respuestas de la sociedad ante el pronóstico de calamidades comunitarias, estableciendo una comparación entre la respuesta de una comunidad antigua y algunas respuestas de la sociedad globalizada del siglo XXI ante los pronósticos científicos concernientes al cambio climático. En el campo disciplinar de la filología, se propone una lectura más compleja del Peán 9 de Píndaro (fr. 52k Maehler = A1 Rutherford), que busca dar cuenta del fenómeno del eclipse de sol, descrito por el poeta como un signo de catástrofes comunitarias, en el marco de los posibles conocimientos astronómicos de la época, y en la red de significados implícita en las formas de pensamiento simbólico propias de la Grecia arcaica. Tanto las actitudes antiguas como las actuales ante el anuncio de calamidades comunitarias se consideran desde una perspectiva antropológica apoyada en la investigación moderna sobre mitología.
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Desde que Europa se encontró con aquellos territorios que denominó «América», se ha venido desarrollando una historia de desencuentros y conflictos que aún no se detiene. Apelando a la recepción del “mito" en Occidente, se indaga sobre las influencias que este tendría en la conformación de las imágenes de identidad que a partir de él se hacen sobre América. Se fija la atención en la cuestión de las imágenes que proliferan y de las disputas en torno al modo de dar nombres a estos territorios, como un locus privilegiado desde donde rastrear las conflictividades implícitas en el ser que somos.
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Pan es un dios peculiar en muchos aspectos. Al contrario que los restantes dioses del panteón griego, él no es antropomorfo, sino que tiene patas, cola y cuernos de carnero. Un dios con características tan arcaicas sólo puede sobrevivir confinado a la Arcadia, una región que conserva numerosos arcaísmos religiosos. Sin embargo, a partir del 490 a.C. en que se instaura su culto en Atenas, el dios comienza a cambiar. En su evolución, Pan se asimila cada vez más a Dioniso. El acercamiento entre ambas figuras deja su huella en el mito, pero sobre todo en el culto. Así, un dios que en Arcadia era venerado en santuarios construidos por la mano del hombre, en el resto de Grecia recibe culto en parajes agrestes, fundamentalmente cuevas. No parece casual el hecho de que también fuera de Arcadia la gruta sea el lugar reservado a los cultos mistéricos, incluidos los dionisíacos
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El objetivo de este trabajo es investigar la historia de la monstruosidad femenina en la literatura griega antigua para recuperar algunas estructuras arquetípicas de pensamiento que se ocupan de la antigua y moderna conciencia colectiva sobre el problema del mal, su naturaleza, sus razones y también su falta de razones. De este modo yo repasé las "vidas paralelas" de tres famosas mujeres fatales de la mitología clásica que, colocadas en puntos decisivos de árboles genealógicos horribles llenas de 'maldiciones genéticas', son capaces de formar un tríptico bien definido de "medallones" enmarcados por un fil rouge de la monstruosidad ininterrumpida. Paradigmático de la dialéctica ambigua entre hombre-mujer, bien-mal, víctima-verdugo, normalidad-desviación, y de las dinámicas incontrolables entre los crímenes y los castigos, miedos ancestrales y deseo de descubrimiento, demonios buenos y malos, los mitos de Lamia, Circe y Empusa destacan la atracción irracional que, en la cultura griega antigua, tan racionalista, las personificaciones femeninas del mal son imaginadas moviéndose, con el fin de influir en la conducta humana en las principales etapas de la vida
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Pan es un dios peculiar en muchos aspectos. Al contrario que los restantes dioses del panteón griego, él no es antropomorfo, sino que tiene patas, cola y cuernos de carnero. Un dios con características tan arcaicas sólo puede sobrevivir confinado a la Arcadia, una región que conserva numerosos arcaísmos religiosos. Sin embargo, a partir del 490 a.C. en que se instaura su culto en Atenas, el dios comienza a cambiar. En su evolución, Pan se asimila cada vez más a Dioniso. El acercamiento entre ambas figuras deja su huella en el mito, pero sobre todo en el culto. Así, un dios que en Arcadia era venerado en santuarios construidos por la mano del hombre, en el resto de Grecia recibe culto en parajes agrestes, fundamentalmente cuevas. No parece casual el hecho de que también fuera de Arcadia la gruta sea el lugar reservado a los cultos mistéricos, incluidos los dionisíacos
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El objetivo de este trabajo es investigar la historia de la monstruosidad femenina en la literatura griega antigua para recuperar algunas estructuras arquetípicas de pensamiento que se ocupan de la antigua y moderna conciencia colectiva sobre el problema del mal, su naturaleza, sus razones y también su falta de razones. De este modo yo repasé las "vidas paralelas" de tres famosas mujeres fatales de la mitología clásica que, colocadas en puntos decisivos de árboles genealógicos horribles llenas de 'maldiciones genéticas', son capaces de formar un tríptico bien definido de "medallones" enmarcados por un fil rouge de la monstruosidad ininterrumpida. Paradigmático de la dialéctica ambigua entre hombre-mujer, bien-mal, víctima-verdugo, normalidad-desviación, y de las dinámicas incontrolables entre los crímenes y los castigos, miedos ancestrales y deseo de descubrimiento, demonios buenos y malos, los mitos de Lamia, Circe y Empusa destacan la atracción irracional que, en la cultura griega antigua, tan racionalista, las personificaciones femeninas del mal son imaginadas moviéndose, con el fin de influir en la conducta humana en las principales etapas de la vida
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Pan es un dios peculiar en muchos aspectos. Al contrario que los restantes dioses del panteón griego, él no es antropomorfo, sino que tiene patas, cola y cuernos de carnero. Un dios con características tan arcaicas sólo puede sobrevivir confinado a la Arcadia, una región que conserva numerosos arcaísmos religiosos. Sin embargo, a partir del 490 a.C. en que se instaura su culto en Atenas, el dios comienza a cambiar. En su evolución, Pan se asimila cada vez más a Dioniso. El acercamiento entre ambas figuras deja su huella en el mito, pero sobre todo en el culto. Así, un dios que en Arcadia era venerado en santuarios construidos por la mano del hombre, en el resto de Grecia recibe culto en parajes agrestes, fundamentalmente cuevas. No parece casual el hecho de que también fuera de Arcadia la gruta sea el lugar reservado a los cultos mistéricos, incluidos los dionisíacos
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El objetivo de este trabajo es investigar la historia de la monstruosidad femenina en la literatura griega antigua para recuperar algunas estructuras arquetípicas de pensamiento que se ocupan de la antigua y moderna conciencia colectiva sobre el problema del mal, su naturaleza, sus razones y también su falta de razones. De este modo yo repasé las "vidas paralelas" de tres famosas mujeres fatales de la mitología clásica que, colocadas en puntos decisivos de árboles genealógicos horribles llenas de 'maldiciones genéticas', son capaces de formar un tríptico bien definido de "medallones" enmarcados por un fil rouge de la monstruosidad ininterrumpida. Paradigmático de la dialéctica ambigua entre hombre-mujer, bien-mal, víctima-verdugo, normalidad-desviación, y de las dinámicas incontrolables entre los crímenes y los castigos, miedos ancestrales y deseo de descubrimiento, demonios buenos y malos, los mitos de Lamia, Circe y Empusa destacan la atracción irracional que, en la cultura griega antigua, tan racionalista, las personificaciones femeninas del mal son imaginadas moviéndose, con el fin de influir en la conducta humana en las principales etapas de la vida
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Esta tesis, Edén: relato, imagen y proyecto. El concepto de Paraíso terrenal como generador de arquitecturas se realiza con el objetivo de estudiar los vínculos entre la idea de Edén, o Paraíso y la arquitectura. Siempre trabajando desde los tres niveles de representación, relato, imagen y proyecto. En la aproximación al objeto de estudio, se procede a estudiar el relato en sí, y se hallan, en la forma misma del relato, unas implicaciones relacionadas con el mundo mitológico y arquetípico. Estos resultados iniciales son la detección de que cada una de las partes que forman el conjunto edénico, han sido previamente objetos de culto en religiones corte pagano o chamánico, desde la prehistoria. El agua, los árboles, los animales, la tierra y los surcos del huerto, todos ellos han sido objetos de veneración desde tiempos inmemoriales. Trazando la genealogía de estos objetos de culto se acude al análisis arquetípico, que relaciona estos objetos venerados con el inconsciente y con la manifestación espontanea de los mismos en la realidad. Estos estudios arrojan resultados con implicaciones espaciales, arquitectónicas y se concluye que más que un ideal o un lugar en concreto, en el mito o en la realidad, lo que definitivamente parece (y demuestra) ser, es una tipología arquitectónica relacionada en su estructura formal y teórica con la del jardín cerrado. La manifestación en imagen de estos resultados y la investigación misma, llevan a acudir a unas de las imágenes más primitivas del Jardín del Edén, y que de hecho son previas a la “invención” del Hortus Conclusus como tal. Estas son las representaciones mozárabes del Paraíso Terrenal como lugar cierto en la tierra, que aparecen en los mappaemundi incluidos en los Códices de los Beatos. En el estudio de los mismos se comprende la estructura formal y teórica de lo que son las arquitecturas paradisíacas. Su calado en la cultura occidental hace que estos documentos sirvan como exoesqueletos del proyecto paradisíaco. Además, por su variedad arrojan gran número de resultados de índole espacial. Los resultados arrojados por el estudio de las representaciones edénicas de los Beatos llevan la investigación a otro momento e imágenes de la historia de la arquitectura donde, por su radicalidad de planteamientos y tabula rasa con las arquitecturas previas son necesarios nuevos lenguajes de aproximación al tema proyectual por el deseo globalizador que implican estas arquitecturas, esto es en el periodo de la arquitectura moderna. Se utiliza como elemento calibrador El poema del ángulo recto de Le Corbusier. Este documento gráfico no sólo nos da la clave que bullía en este periodo con respecto a una nueva aproximación a la superficie terrestre y al medio. Este instrumento también sirve de catalizador entre lo real y lo ideal y es una síntesis de operaciones arquitectónicas, que mediante la comparación y/o oposición con los resultados previos del estudio arquetípico y de los Beatos, genera grandes grupos de características que se hallan entrelazadas en los proyectos paradisíacos. Gracias a estos documentos se puede concluir con una síntesis de características que comparten los proyectos paradisiacos, que en todo caso son esto, proyectos en plural. No existe la unicidad, ya que se infiere de este estudio que son, en conjunto, una forma de hacer ciertas arquitecturas. Tienen características medibles y reproducibles y unas condiciones tipológicas y de generación de campos que permiten producir muchos tipos de proyectos, todos ellos de tipología paradisíaca. ABSTRACT This thesis, Eden: Tale, Image and Project. The Concept of Terrestrial Paradise as a Generator of Architectures, is carried out with the objective of studying the relations between the idea of Eden or Paradise and architecture. In every case working from the three levels of representation, tale, image and project. On the approximation to the object of study, the investigation is centered on the tale itself, and in the same core of it, are found some implications that relate it with the world of mythology and archetype. These initial results consist of detecting that each one of the parts that form the edenic set; have previously been objects of cult in religions of a pagan or shamanic nature, since pre-historic times. Water, animals, earth and the grooves of the orchard, have all been objects of reverence since the dawn of time. Tracing the genealogy of these objects an archetypal type of analysis is taken on, which relates the revered objects with the subconscious and with the spontaneous manifestation of these in reality. These studies also provide results with spatial and architectonic implications, and it is concluded that more than an ideal or a concrete place, in myth or reality, what it definitely seems (and shows to be) is an architectonic typology, related in its formal and theoretical structure with that of the enclosed garden. The manifestation in image of these results, and the investigation itself, lead to reach for one of the most primitive set of images of the Garden of Eden, and that are in fact previous to the “invention” of the Hortus Conclusus as such. A collection of mozárabe representations of the Terrestrial Paradise as a concrete place on Earth. These are the mappaemundi included in the Codexes of the Beatos. By their study, the formal and theoretical structure of paradisal architectures is understood. Their importance in occidental culture makes these documents bring out their side as exoskeletons of the paradisal Project. Also, for their variety, they cast a great number of results of a spatial nature. The results released by the study of the edenic representations of the Beatos take the investigation to another moment and set of images within the history of architecture, where the radicality of the approaches to architecture, and the tabula rasa in relation to previous architectures make it necessary to invent new languages of approximation to the subject of project. This happens because of the globalizing tones that imply these architectures. The lapse of time referred to would be during the general practice of modern architecture. The object of calibration would be The Poem of the Right Angle, by Le Corbusier. The graphic document not only gives us the key of what flowed during that time when a new approximation to the surface of earth and to the environment was retrieved. This instrument also serves as a catalyst between real and ideal, and it is a synthesis of architectural operations that by comparison and/or opposition with the previous results of the archetypal study, and of the Beatos, generates large groups of characteristics that are intertwined in the paradisal project. Due to these documents we can conclude the investigation with a series of characteristics that share the paradisal projects, which in any case are this, projects, in plural. There is no uniqueness. From these findings, it can be inferred that a Paradisal Project is a way to undertake a project, and certain kinds of architecture. They are measurable and are underlaid by a consistent pattern, they also have typological conditions and of field generation, that make it possible to produce many kinds of projects, all of a paradisal typology.
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Según Heidegger, la esencia de la arquitectura, de la construcción, descansa en un no espacio: en la materia con que se construyen las fronteras que otorgan espacios, irradiando sobre ellos aquello que los caracteriza. Si hay alguna materia, de las utilizadas por la arquitectura a lo largo de su historia para construir fronteras, que haya mantenido una especial relación con la luz y la visión, dando un carácter inconfundible a los espacios aviados por ellas, esta es el vidrio; algunas de las etimologías de su nombre: zakû (ser claro), hyalos (diáfano) o vitrum (ver), así lo evidencian. Posiblemente, sea la pregnancia de este modo fascinante de relacionarse con la luz, la que ha hecho del vidrio, a lo largo del tiempo que lleva siendo usado en arquitectura, y aún antes, el material que ha provocado en el imaginario humano la ilusión de ser aquel en que, en último término, podrían llegar a sublimarse todos los demás, dando lugar con ello a lo que en la tesis hemos denominado el sueño de la arquitectura de cristal. Siendo la luz, siempre, energía, consideraremos en la tesis luz-energía, a aquella que ilumina y calienta; es una luz científica y mesurable. Cuando la luz se “hace visible”, desvelando un mensaje “contenido” en el vidrio, hablaremos de luz-información. Esta luz, no puede medirse científicamente. La luz-energía y la luz-información, se manifiestan al conjuro de la arquitectura de vidrio. Es la segunda la que ha conformado las fronteras de vidrio enmascarado, y la que se estudia con más detenimiento en la tesis. Los distintos modos de usar en arquitectura la infinita combinatoria de las propiedades de absortancia, reflectancia, transmitancia y translucencia del vidrio, ha condicionado al hombre en su manera de “ver” el mundo. Unas veces, “inmerso” en él, puesto que solo lo separa del mismo, una frontera transparente, y “deseadamente” invisible: ese modo de usar el vidrio, ha sido el sueño imposible de una parte importante de la arquitectura del siglo XX. Otras veces, para “aislarse” de él, el hombre ha manipulado la luz y el vidrio para construir mundos diferentes. Las fronteras de vidrio enmascarado de color, mosaicos, vidrieras, pantallas y lo que hemos llamado vidrios complejos (con un cometido similar al que Schiller atribuía al coro en la tragedia griega, aislar a esta del “mundo real”, para mantener su libertad poética), son las fronteras que han construido el sueño posible de la arquitectura de cristal. Ambas actitudes, en distintos momentos de la historia de la arquitectura, han sido dos formas de querer materializar un mismo sueño. La capacidad del vidrio para adaptarse a tantos modos de presentarse ante nosotros, y a poder ser interpretado de tantas formas diferentes, es la que ha servido para dar título a la tesis, pues hasta en su faceta más transparente, el vidrio, de una forma o de otra, se ha mostrado siempre como un material enmascarado en el más amplio sentido de la palabra: se enmascara, incluso cuando apela a la transparencia o se convierte en espejo, para hacernos caer en la ilusión de que no está presente. Cuando el hombre construyó fronteras de vidrio e incluso antes, cuando soñó que con él podría llegar a construirlas, condensó en ellas toda la mítica, la mística y la epistemología en torno a la luz y la visión, dando lugar a una serie de arquetipos arquitectónicos. En la iglesia bizantina, la luz sobre, o la luz desde, los mosaicos, construyó una frontera titilante; y en la catedral gótica, la luz a través de las vidrieras construyó una frontera radiante; en ambos casos con el fin de alcanzar anagógicamente lo Inteligible. En el siglo XIX, con el descubrimiento de la electricidad y su incorporación a la arquitectura, las fronteras se vuelven fulgurantes, aviando, en este caso, el espacio urbano. Poco antes, en este mismo siglo, el espíritu del gótico tiene un efímero resurgir del que se nutrirá, a comienzos del siglo XX, el expresionismo cristalino, en el que la luz anagógica se hace laica. El espacio urbano fulgurante prefigurado por este movimiento y presente en las ciudades desde principios del siglo XX, fue potenciado a mediados de ese siglo con la aparición de las pantallas, extendiéndose desde entonces, imparable, por todo el planeta. La reciente emergencia de los vidrios complejos, ha abierto la posibilidad de construir fronteras a la carta (de vidrios de propiedades múltiples, seleccionadas de forma voluntaria y variable en cada momento). En principio, se pensó que, el uso de estos vidrios como cerramiento, podría llegar a constituirse como la panacea de los problemas del material relacionados con la luz-energía, sin necesidad de recurrir a “prótesis”, y manteniendo por tanto la seductora tersura de la fachada; aunque parece que, por ahora, esa posibilidad es, cuando menos, lejana. Sin embargo, en el campo de las megapantallas urbanas (y ,en general, en el de las pantallas de información), ubicuas actualmente en nuestras vidas, los vidrios complejos ayudan a construir los espesos velos de ilusión, que según Lefebvre sirven para mantener el capitalismo, siendo el último estadio de un desarrollo tecnológico, impuesto por el principio de economía del hombre, que como un metrónomo inexorable, y a modo de contrapunto, ha acompañado siempre (de nuevo en palabras de Lefebvre), a la necesidad del gasto, del juego, de la lucha, del arte, de la fiesta. La tecnología y el arte forman parte de la cultura producida por la sociedad y como señala Lévi-Strauss, esa cultura imprime orden; por el contrario, la sociedad, entendida como el conjunto de relaciones que los hombres mantienen entre sí, produce desorden. Del equilibrio entre esos extremos, surge el progreso, incluido el de la arquitectura. Las fronteras de vidrio que analizamos en la tesis –que avían espacios para la espiritualidad, el fasto y el espectáculo o, desde otro punto de vista, para las distintas manifestaciones del poder: la iglesia, la monarquía, el estado o el mercado– también han surgido de esa concomitancia entre el desorden y el orden; y forma parte de ese desorden, la aventura que ha impulsado al genio individual de místicos, alquimistas, geómetras, abades, reyes, inventores, poetas y arquitectos, a explorar, como escribe Apollinaire, vastos y extraños territorios donde el misterio en flor, se ofrece a quien quiera cogerlo, hogueras nuevas de colores nunca vistos, mil fantasmas imponderables a los que dar cuerpo. ABSTRACT According to Heidegger, the essence of architecture, building, lies in a non-space: the material that creates the boundaries from which something begins its presencing, radiating onto them that which characterizes them. If there is any single material amongst all those used throughout the history of architecture to build boundaries which has maintained a special relationship with light and vision, which has bestowed a distinctive character on spaces avid for them, it is glass. This is evidenced in some of its etymologies: zakû (to be clear), hyalos (transparent), vitrum (see). The rich potential of this fascinating way of relating to light in the history of the architectural use of glass, and even before, is possibly what has triggered the illusion in human imagination of being something that can ultimately sublimate all others, giving rise to what in this thesis we call The Dream of Crystal Architecture. Given that light is always energy, in this thesis we consider energy-light to be that which illuminates and warms. This is scientific, measurable light. When light "becomes visible" and reveals a message “contained” in glass, we speak of information-light. This light cannot be measured scientifically. Energy-light and information-light are manifested under the spell of glass architecture. The latter is what has shaped the boundaries of coloured glass, which is studied in this thesis. Architecture's different ways of using the infinite combinations of the absorptance, reflectance, transmittance and translucency of glass has affected the way we humans "see" the world. Sometimes we are "immersed" in it, since only an invisible, transparent boundary separates us from it: this use of glass has characterized a considerable part of 20th century architecture. In other cases, in order to "isolate" us from it, we have manipulated light and glass to build different worlds: the boundaries of glass "masked" by colour, mosaics, stained glass, screens and what we have called complex glazing, which plays a similar role to what Schiller attributed to the chorus in Greek tragedy, isolating it from the "real world" in order to maintain its poetic license. These are the boundaries that have built the viable dream of crystal architecture. These two approaches have been different ways of making same dream come true at different times in the history of architecture. The ability of glass to adapt to so many forms of manifestation, and interpretation, is what has given rise to the title of the thesis. Even in its most transparent facet, glass has one way or another always been a masking material in the broadest sense of the word: it is masked even when it invites transparency or becomes a mirror, triggering the illusion that it is not present. When man began to build glass boundaries, and even before, when he dreamed that he could build them, he condensed in them all the mythology, mysticism and epistemology concerning light and vision, which gave rise to a series of architectural archetypes. In the Byzantine church, light on or from mosaics created tenuous boundaries. In Gothic cathedrals, the light through the stained glass windows constructed radiant boundaries. In both cases the aim was to achieve, in an anagogical way, the Intelligible. In the 19th, the discovery of electricity and its use in architecture led to the production of dazzling boundaries, in this case employed in urban spaces. Earlier in the same century, the Gothic spirit had a short-lived revival, which in the early 20th century drew from crystalline expressionism in which anagogic light became secular. The dazzling urban space prefigured by this movement, present in cities since the early 20th century, was intensified in the mid-century with the emergence of screens, and since then it has spread unstoppably across the world. The recent emergence of complex glasses has made it possible to build boundaries on demand in glass with multiple properties, chosen at will and at whim at any time. Initially it was thought that the use of this glass as a wall could eventually become the panacea for the material problems related to energy-light, without needing to resort to "prosthesis" and thereby maintain the seductive smoothness of the facade. For now, that possibility seems remote, to say the least. In the realm of urban megascreens and information screens in general, now ubiquitous in our lives, complex glasses help to build the thick veils of illusion which, according to Lefebvre, serve to maintain capitalism. Like an inexorable metronome, in counterpoint, this ultimate state of technological development imposed by man's principle of economy has in fact always accompanied (again in the words of Lefebvre), the need to spend, play, fight, art, and party. Technology and art are part of the culture produced by society. As Levi-Strauss says, this culture imposes order. On the contrary, society, understood as a set of relationships amongst people, produces disorder. Progress, including that of architecture, arises from the balance between these two extremes. The glass boundaries analyzed in this thesis, which propitiate spaces for spirituality, pomp and spectacle or, from a different perspective, for the various manifestations of power: the church, the monarchy, the state and the market, have also emerged from the concomitance of order and disorder. One aspect of this disorder is the adventure that has inspired the individual genius of mystics, alchemists, surveyors, abbots, kings, inventors, poets and architects to explore, as Apollinaire says, vast, strange domains where flowering mystery offers itself to whoever wishes to pluck it, new fires, colours you have never seen before, a thousand intangible phantasms still awaiting reality.