449 resultados para phosphates
Resumo:
Con el conocimiento actual de la enfermedad de caries, los conceptos de tratamientos, originalmente invasivos y mutilantes, fueron evolucionando conjuntamente al conocerse que dicha lesión surge a raíz del desequilibrio producido en el proceso fisiológico desmineralización-remineralización (DES/REM) 10. Con la consolidación de la odontología adhesiva, la terapéutica actual se basa en 3 objetivos primordiales: diagnóstico precoz, tratamientos preventivos no invasivos o de invasión mínima y máxima conservación de los tejidos dentarios. La remineralización es un proceso de precipitación de calcio, fosfatos y otros iones en la superficie o dentro del esmalte parcialmente desmineralizado. En este artículo haremos una reseña de los métodos terapéuticos actuales de los que disponemos para realizar dicha remineralización.
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Como sabemos, la caries es una enfermedad infecciosa, transmisible de los dientes, que se caracteriza por la desintegración de sus tejidos calcificados. La lesión cariosa es definida como DINÁMICA. Es por esto que debemos establecer si el fenómenos DES/RES se encuentra en equilibrio o la desmineralización ha alcanzado un papel preponderante, dando como resultado pérdida de la porción mineral y la subsecuente disgregación de la parte orgánica. Así es como el diagnóstico finaliza, poniéndose en auge la función terapéutica. Durante el desarrollo de estos casos clínicos las lesiones de mancha blanca fueron tratadas con sustancias a base de fosfatos y calceinatos.
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In 2004, Integrated Ocean Drilling Program Expedition 302 (Arctic Coring Expedition, ACEX) to the Lomonosov Ridge drilled the first Central Arctic Ocean sediment record reaching the uppermost Cretaceous (~430 m composite depth). While the Neogene part of the record is characterized by grayish-yellowish siliciclastic material, the Paleogene part is dominated by biosiliceous black shale-type sediments. The lithological transition between Paleogene and Neogene deposits was initially interpreted as a single sedimentological unconformity (hiatus) of ~26 Ma duration, separating Eocene from Miocene strata. More recently, however, continuous sedimentation on Lomonosov Ridge throughout the Cenozoic was proclaimed, questioning the existence of a hiatus. In this context, we studied the elemental and mineralogical sediment composition around the Paleogene-Neogene transition at high resolution to reconstruct variations in the depositional regime (e.g. wave/current activity, detrital provenance, and bottom water redox conditions). Already below the hiatus, mineralogical and geochemical proxies imply drastic changes in sediment provenance and/or weathering intensity in the hinterland, and point to the existence of another, earlier gap in the sediment record. The sediments directly overlying the hiatus (the Zebra interval) are characterized by pronounced and abrupt compositional changes that suggest repeated erosion and re-deposition of material. Regarding redox conditions, euxinic bottom waters prevailed at the Eocene Lomonosov Ridge, and became even more severe directly before the hiatus. With detrital sedimentation rates decreasing, authigenic trace metals were highly enriched in the sediment. This continuous authigenic trace metal enrichment under persistent euxinia implies that the Arctic trace metal pool was renewed continuously by water mass exchange with the world ocean, so the Eocene Arctic Ocean was not fully restricted. Above the hiatus, extreme positive Ce anomalies are clear signs of a periodically well-oxygenated water column, but redox conditions were highly variable during deposition of the Zebra interval. Significant Mn enrichments only occur above the Zebra interval, documenting the Miocene establishment of stable oxic conditions in the Arctic Ocean. In summary, extreme and abrupt changes in geochemistry and mineralogy across the studied sediment section do not suggest continuous sedimentation at the Lomonosov Ridge around the Eocene-Miocene transition, but imply repeated periods of very low sedimentation rates and/or erosion.
Resumo:
La finalidad de esta tesis es establecer un análisis de la metodología de entrenamiento de la resistencia especial en el futbolista. Su objetivo no está vinculado a realizar propuestas prácticas de entrenamiento, sino más bien, se tratará de abordar una posible justificación fisiológico - metabólica, a partir de la relevancia bioenergética de la creatina, en función de la creciente especialización que debe ir adquiriendo el proceso del entrenamiento deportivo a largo plazo, enfocado al logro de altos rendimientos deportivos. A partir del análisis de conceptos terminológicos de referencia, se asienta la idea general de este trabajo, es decir, la estructuración y desarrollo de la resistencia en los deportes de conjunto, como el fútbol. Los pilares de una adecuada planificación son el conocimiento y la aplicación de distintas leyes y principios del entrenamiento deportivo y su relación con los distintos medios y métodos de entrenamiento, como así también, los efectos de adaptación que provocan. Por lo tanto, a partir del análisis de los requerimientos morfológicos - funcionales de las competiciones de elite en fútbol, se pueden elaborar modelos que servirán de base y como objetivo final al cual debe ser orientado el proceso de entrenamiento. Es decir, que un entrenamiento multianual con miras a la formación de futbolistas de elite, debe respetar la especialización creciente de las cargas de entrenamiento, estableciendo una sucesión metodológica adecuada en función de los objetivos de cada etapa. En función de lo expuesto, se realiza un análisis que va desde la resistencia como capacidad física y su metodología de entrenamiento, recorriendo distintos conceptos y manifestaciones, pasando por el análisis de distintas zonas de intensidad o áreas funcionales, y desembocando en la metodología de entrenamiento intermitente de la resistencia o resistencia especial -en los deportes de conjunto-. Y es a partir de todo el análisis precedente que estamos en condiciones de abordar el entrenamiento específico en el fútbol, y más detalladamente la resistencia específica o intermitente que requiere este deporte. El entrenamiento intermitente puede ser considerado como una metodología cuyo énfasis es puesto en modificaciones que se producen a nivel muscular, por sobre factores centrales de rendimiento, presentándose como una variante óptima para el entrenamiento de la resistencia muscular local y específica del futbolista. Básicamente, el entrenamiento intermitente actuaría sobre dos puntos centrales: la mejora del sistema shuttle de la CrP, y sobre la rapidez de entrega de oxígeno al inicio del ejercicio. Aquí aparece la importancia de la suplementación con Cr: que al aumentar las concentraciones del sustrato, y junto con el entrenamiento, que mejora las reacciones enzimáticas implicadas, potenciaría las mejoras buscadas con este tipo de metodología. Queda por determinar cual es el preciso mecanismo de acción por el cual la recuperación de los fosfatos altamente energéticos se produce: si por biogénesis mitocondrial en las fibras reclutadas - generalmente FT -; o mediante el sistema de proteínas transportadoras de Cr - destacando la importancia de las ST - o por algún otro mecanismo no conocido. Su descubrimiento permitiría direccionar más precisamente el entrenamiento deportivo.
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La finalidad de esta tesis es establecer un análisis de la metodología de entrenamiento de la resistencia especial en el futbolista. Su objetivo no está vinculado a realizar propuestas prácticas de entrenamiento, sino más bien, se tratará de abordar una posible justificación fisiológico - metabólica, a partir de la relevancia bioenergética de la creatina, en función de la creciente especialización que debe ir adquiriendo el proceso del entrenamiento deportivo a largo plazo, enfocado al logro de altos rendimientos deportivos. A partir del análisis de conceptos terminológicos de referencia, se asienta la idea general de este trabajo, es decir, la estructuración y desarrollo de la resistencia en los deportes de conjunto, como el fútbol. Los pilares de una adecuada planificación son el conocimiento y la aplicación de distintas leyes y principios del entrenamiento deportivo y su relación con los distintos medios y métodos de entrenamiento, como así también, los efectos de adaptación que provocan. Por lo tanto, a partir del análisis de los requerimientos morfológicos - funcionales de las competiciones de elite en fútbol, se pueden elaborar modelos que servirán de base y como objetivo final al cual debe ser orientado el proceso de entrenamiento. Es decir, que un entrenamiento multianual con miras a la formación de futbolistas de elite, debe respetar la especialización creciente de las cargas de entrenamiento, estableciendo una sucesión metodológica adecuada en función de los objetivos de cada etapa. En función de lo expuesto, se realiza un análisis que va desde la resistencia como capacidad física y su metodología de entrenamiento, recorriendo distintos conceptos y manifestaciones, pasando por el análisis de distintas zonas de intensidad o áreas funcionales, y desembocando en la metodología de entrenamiento intermitente de la resistencia o resistencia especial -en los deportes de conjunto-. Y es a partir de todo el análisis precedente que estamos en condiciones de abordar el entrenamiento específico en el fútbol, y más detalladamente la resistencia específica o intermitente que requiere este deporte. El entrenamiento intermitente puede ser considerado como una metodología cuyo énfasis es puesto en modificaciones que se producen a nivel muscular, por sobre factores centrales de rendimiento, presentándose como una variante óptima para el entrenamiento de la resistencia muscular local y específica del futbolista. Básicamente, el entrenamiento intermitente actuaría sobre dos puntos centrales: la mejora del sistema shuttle de la CrP, y sobre la rapidez de entrega de oxígeno al inicio del ejercicio. Aquí aparece la importancia de la suplementación con Cr: que al aumentar las concentraciones del sustrato, y junto con el entrenamiento, que mejora las reacciones enzimáticas implicadas, potenciaría las mejoras buscadas con este tipo de metodología. Queda por determinar cual es el preciso mecanismo de acción por el cual la recuperación de los fosfatos altamente energéticos se produce: si por biogénesis mitocondrial en las fibras reclutadas - generalmente FT -; o mediante el sistema de proteínas transportadoras de Cr - destacando la importancia de las ST - o por algún otro mecanismo no conocido. Su descubrimiento permitiría direccionar más precisamente el entrenamiento deportivo.
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La finalidad de esta tesis es establecer un análisis de la metodología de entrenamiento de la resistencia especial en el futbolista. Su objetivo no está vinculado a realizar propuestas prácticas de entrenamiento, sino más bien, se tratará de abordar una posible justificación fisiológico - metabólica, a partir de la relevancia bioenergética de la creatina, en función de la creciente especialización que debe ir adquiriendo el proceso del entrenamiento deportivo a largo plazo, enfocado al logro de altos rendimientos deportivos. A partir del análisis de conceptos terminológicos de referencia, se asienta la idea general de este trabajo, es decir, la estructuración y desarrollo de la resistencia en los deportes de conjunto, como el fútbol. Los pilares de una adecuada planificación son el conocimiento y la aplicación de distintas leyes y principios del entrenamiento deportivo y su relación con los distintos medios y métodos de entrenamiento, como así también, los efectos de adaptación que provocan. Por lo tanto, a partir del análisis de los requerimientos morfológicos - funcionales de las competiciones de elite en fútbol, se pueden elaborar modelos que servirán de base y como objetivo final al cual debe ser orientado el proceso de entrenamiento. Es decir, que un entrenamiento multianual con miras a la formación de futbolistas de elite, debe respetar la especialización creciente de las cargas de entrenamiento, estableciendo una sucesión metodológica adecuada en función de los objetivos de cada etapa. En función de lo expuesto, se realiza un análisis que va desde la resistencia como capacidad física y su metodología de entrenamiento, recorriendo distintos conceptos y manifestaciones, pasando por el análisis de distintas zonas de intensidad o áreas funcionales, y desembocando en la metodología de entrenamiento intermitente de la resistencia o resistencia especial -en los deportes de conjunto-. Y es a partir de todo el análisis precedente que estamos en condiciones de abordar el entrenamiento específico en el fútbol, y más detalladamente la resistencia específica o intermitente que requiere este deporte. El entrenamiento intermitente puede ser considerado como una metodología cuyo énfasis es puesto en modificaciones que se producen a nivel muscular, por sobre factores centrales de rendimiento, presentándose como una variante óptima para el entrenamiento de la resistencia muscular local y específica del futbolista. Básicamente, el entrenamiento intermitente actuaría sobre dos puntos centrales: la mejora del sistema shuttle de la CrP, y sobre la rapidez de entrega de oxígeno al inicio del ejercicio. Aquí aparece la importancia de la suplementación con Cr: que al aumentar las concentraciones del sustrato, y junto con el entrenamiento, que mejora las reacciones enzimáticas implicadas, potenciaría las mejoras buscadas con este tipo de metodología. Queda por determinar cual es el preciso mecanismo de acción por el cual la recuperación de los fosfatos altamente energéticos se produce: si por biogénesis mitocondrial en las fibras reclutadas - generalmente FT -; o mediante el sistema de proteínas transportadoras de Cr - destacando la importancia de las ST - o por algún otro mecanismo no conocido. Su descubrimiento permitiría direccionar más precisamente el entrenamiento deportivo.
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Drilling at Site 534 in the Blake-Bahama Basin recovered 268 m of Lower Cretaceous, Berriasian to Hauterivian, pelagic carbonates, together with volumetrically minor intercalations of claystone, black shales, and terrigenous and calcareous elastics. Radiolarian nannofossil pelagic carbonates accumulated in water depths of about 3300 to 3650 m, below the ACD (aragonite compensation depth) but close to the CCD (calcite compensation depth). Radiolarian abundance points to a relatively fertile ocean. In the Hauterivian and Barremian, during times of warm, humid climate and rising sea level, turbiditic influxes of both terrigenous and calcareous sediments, and minor debris flows were derived from the adjacent Blake Plateau. The claystones and black shales accumulated on the continental rise, then were redeposited onto the abyssal plain by turbidity currents. Dark organic-rich and pale organic-poor couplets are attributed to climatic variations on land, which controlled the input of terrigenous organic matter. Highly persistent, fine, parallel lamination in the pelagic chalks is explained by repeated algal "blooms." During early diagenesis, organic-poor carbonates remained oxygenated and were cemented early, whereas organic-rich intervals, devoid of burrowing organisms, continued to compact later in diagenesis. Interstitial dissolved-oxygen levels fluctuated repeatedly, but bottom waters were never static nor anoxic. The central western Atlantic in the Lower Cretaceous was thus a relatively fertile and wellmixed ocean basin.
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This data set contains measurements of inorganic phosphorus in samples of soil solution collected in 2006 from the main experiment plots of a large grassland biodiversity experiment (the Jena Experiment; see further details below) that have been aggregated to seasonal values. In the main experiment, 82 grassland plots of 20 x 20 m were established from a pool of 60 species belonging to four functional groups (grasses, legumes, tall and small herbs). In May 2002, varying numbers of plant species from this species pool were sown into the plots to create a gradient of plant species richness (1, 2, 4, 8, 16 and 60 species) and functional richness (1, 2, 3, 4 functional groups). Plots were maintained by bi-annual weeding and mowing. Glass suction plates with a diameter of 12 cm, 1 cm thickness and a pore size of 1-1.6 µm (UMS GmbH, Munich, Germany) were installed in April 2002 in depths of 10, 20, 30 and 60 cm to collect soil solution. Manual soil matric potential measurements were used to regulate the vacuum system. Manual soil matric potential measurements were used to regulate the vacuum system. The sampling bottles were continuously evacuated to a negative pressure between 50 and 350 mbar, such that the suction pressure was about 50 mbar above the actual soil water tension. Thus, only the soil leachate was collected. Cumulative soil solution was sampled biweekly and analyzed for dissolved inorganic P (PO4P). Here volume-weighted mean values are provided as aggregated seasonal values (spring = March to May, summer = June to August, fall = September to November, winter = December to February) for 2006 in spring. To calculate these values, the sampled volume of soil solution is used as weight for P concentrations of the respective sampling date. Inorganic phosphorus concentrations in the soil solution were measured photometrically with a continuous flow analyzer (CFA Autoanalyzer [Bran&Luebbe, Norderstedt, Germany]). Ammonium molybdate catalyzed by antimony tartrate reacts in an acidic medium with phosphate and forms a phospho-molybdic acid complex. Ascorbic acid reduces this complex to an intensely blue-colored complex. As the molybdic complex forms under strongly acidic conditions, we could not exclude the hydrolysis of labile organic P compounds in our samples. Furthermore, the molybdate reaction is not sensitive for condensed phosphates. The detection limits of both TDP and PO4P were 0.04 mg P l-1 (Autoanalyzer, Bran&Luebbe).
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This data set contains measurements of dissolved phosphorus (total dissolved nitrogen: TDP, dissolved inorganic phosphorus: PO4P and dissolved organic phosphorus: DOP) in samples of soil water collected in 2003 from the main experiment plots of a large grassland biodiversity experiment (the Jena Experiment; see further details below). In the main experiment, 82 grassland plots of 20 x 20 m were established from a pool of 60 species belonging to four functional groups (grasses, legumes, tall and small herbs). In May 2002, varying numbers of plant species from this species pool were sown into the plots to create a gradient of plant species richness (1, 2, 4, 8, 16 and 60 species) and functional richness (1, 2, 3, 4 functional groups). Plots were maintained by bi-annual weeding and mowing. Glass suction plates with a diameter of 12 cm, 1 cm thickness and a pore size of 1-1.6 mm (UMS GmbH, Munich, Germany) were installed in April 2002 in depths of 10, 20, 30 and 60 cm to collect soil solution. Manual soil matric potential measurements were used to regulate the vacuum system. The sampling bottles were continuously evacuated to a negative pressure between 50 and 350 mbar, such that the suction pressure was about 50 mbar above the actual soil water tension. Thus, only the soil leachate was collected. Cumulative soil solution was sampled bi-weekly, in 2003 at the 07.03.2003; 24.03.2003; 07.04.2003; 22.04.2003; 07.05.2003; 20.05.2003; 03.06.2003; 28.07.2003; 12.09.2003; 22.09.2003; 07.10.2003; and 21.10.2003, and analyzed for dissolved inorganic P (PO4P) and total dissolved phosphorus (TDP). Inorganic phosphorus concentrations in the soil solution were measured photometrically with a continuous flow analyzer (CFA SAN++, Skalar [Breda, The Netherlands]). Ammonium molybdate catalyzed by antimony tartrate reacts in an acidic medium with phosphate and forms a phospho-molybdic acid complex. Ascorbic acid reduces this complex to an intensely blue-colored complex. Total dissolved P in soil solution was analyzed by irradiation with UV and oxidation with K2S2O8 followed by reaction with ammonium molybdate (Skalar catnr. 503-553w/r). As the molybdic complex forms under strongly acidic conditions, we could not exclude the hydrolysis of labile organic P compounds in our samples. Furthermore, the molybdate reaction is not sensitive for condensed phosphates. The detection limits of both TDP and PO4P were 0.02 mg P l-1 (CFA, Skalar). Dissolved organic P (DOP) in soil solution was calculated as the difference between TDP and PO4P. In a low number of samples, TDP was equal to or smaller than PO4P; in these cases, DOP was assumed to be zero.
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This data set contains measurements of dissolved phosphorus (total dissolved nitrogen: TDP, dissolved inorganic phosphorus: PO4P and dissolved organic phosphorus: DOP) in samples of soil water collected in 2004 from the main experiment plots of a large grassland biodiversity experiment (the Jena Experiment; see further details below). In the main experiment, 82 grassland plots of 20 x 20 m were established from a pool of 60 species belonging to four functional groups (grasses, legumes, tall and small herbs). In May 2002, varying numbers of plant species from this species pool were sown into the plots to create a gradient of plant species richness (1, 2, 4, 8, 16 and 60 species) and functional richness (1, 2, 3, 4 functional groups). Plots were maintained by bi-annual weeding and mowing. Glass suction plates with a diameter of 12 cm, 1 cm thickness and a pore size of 1-1.6 µm (UMS GmbH, Munich, Germany) were installed in April 2002 in depths of 10, 20, 30 and 60 cm to collect soil solution. Manual soil matric potential measurements were used to regulate the vacuum system. The sampling bottles were continuously evacuated to a negative pressure between 50 and 350 mbar, such that the suction pressure was about 50 mbar above the actual soil water tension. Thus, only the soil leachate was collected. Cumulative soil solution was sampled bi-weekly, in 2004 at the 15.01.2004; 30.01.2004; 12.02.2004; 27.02.2004; 09.03.2004; 25.03.2004; 21.04.2004; 07.05.2004; and 24.05.2004, and analyzed for dissolved inorganic P (PO4P) and total dissolved phosphorus (TDP). Inorganic phosphorus concentrations in the soil solution were measured photometrically with a continuous flow analyzer (for samples collected until spring 2004: CFA SAN++, Skalar [Breda, The Netherlands]; for samples collected later: CFA Autoanalyzer [Bran&Luebbe, Norderstedt, Germany]). Ammonium molybdate catalyzed by antimony tartrate reacts in an acidic medium with phosphate and forms a phospho-molybdic acid complex. Ascorbic acid reduces this complex to an intensely blue-colored complex. Total dissolved P in soil solution was analyzed by irradiation with UV and oxidation with K2S2O8 followed by reaction with ammonium molybdate (Skalar catnr. 503-553w/r). As the molybdic complex forms under strongly acidic conditions, we could not exclude the hydrolysis of labile organic P compounds in our samples. Furthermore, the molybdate reaction is not sensitive for condensed phosphates. The detection limits of both TDP and PO4P were 0.02 mg P l-1 (CFA, Skalar) and 0.04 mg P l-1 (Autoanalyzer, Bran&Luebbe). Dissolved organic P (DOP) in soil solution was calculated as the difference between TDP and PO4P. In a low number of samples, TDP was equal to or smaller than PO4P; in these cases, DOP was assumed to be zero.
Resumo:
This data set contains measurements of inorganic phosphorus in samples of soil solution collected in 2004 from the main experiment plots of a large grassland biodiversity experiment (the Jena Experiment; see further details below) that have been aggregated to seasonal values. In the main experiment, 82 grassland plots of 20 x 20 m were established from a pool of 60 species belonging to four functional groups (grasses, legumes, tall and small herbs). In May 2002, varying numbers of plant species from this species pool were sown into the plots to create a gradient of plant species richness (1, 2, 4, 8, 16 and 60 species) and functional richness (1, 2, 3, 4 functional groups). Plots were maintained by bi-annual weeding and mowing. Glass suction plates with a diameter of 12 cm, 1 cm thickness and a pore size of 1-1.6 µm (UMS GmbH, Munich, Germany) were installed in April 2002 in depths of 10, 20, 30 and 60 cm to collect soil solution. Manual soil matric potential measurements were used to regulate the vacuum system. Manual soil matric potential measurements were used to regulate the vacuum system. The sampling bottles were continuously evacuated to a negative pressure between 50 and 350 mbar, such that the suction pressure was about 50 mbar above the actual soil water tension. Thus, only the soil leachate was collected. Cumulative soil solution was sampled biweekly and analyzed for dissolved inorganic P (PO4P). Here volume-weighted mean values are provided as aggregated seasonal values (spring = March to May, summer = June to August, fall = September to November, winter = December to February) for 2004 in spring, fall, and winter. To calculate these values, the sampled volume of soil solution is used as weight for P concentrations of the respective sampling date. Inorganic phosphorus concentrations in the soil solution were measured photometrically with a continuous flow analyzer (for samples collected until spring 2004: CFA SAN++, Skalar [Breda, The Netherlands]; for samples collected later: CFA Autoanalyzer [Bran&Luebbe, Norderstedt, Germany]). Ammonium molybdate catalyzed by antimony tartrate reacts in an acidic medium with phosphate and forms a phospho-molybdic acid complex. Ascorbic acid reduces this complex to an intensely blue-colored complex. As the molybdic complex forms under strongly acidic conditions, we could not exclude the hydrolysis of labile organic P compounds in our samples. Furthermore, the molybdate reaction is not sensitive for condensed phosphates. The detection limits of both TDP and PO4P were 0.02 mg P l-1 (CFA, Skalar) and 0.04 mg P l-1 (Autoanalyzer, Bran&Luebbe).