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Resumo:
Resumen Con este trabajo la División de Recursos Naturales e Infraestructura (DRNI) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, hace un aporte al desarrollo conceptual de las políticas mineras del continente. Es el producto tanto de una búsqueda inicial sistemática como de una dispendiosa labor de seguimiento y actualización de los cambios que se han producido en las legislaciones mineras de los países de América Latina y el Caribe Al presentar este documento la DRNI busca apoyar la investigación sobre la minería y la sociedad y el desarrollo de conceptos claros que orienten la cooperación técnica en esta materia.Para tal efecto, se tomaron los aspectos centrales de la legislación minera, identificando los temas sustantivos en cada ley, las que a su vez son la materialización de la política minera de cada país, enfocadas la mayoría de ellas, en un principio, a incentivar y capturar la inversión privada, en particular la internacional. Hoy, se quieren introducir en ellas cambios que tengan en cuenta a la sociedad civil.En el pasado reciente este material ha sido solicitado estudiado y pedido por gobiernos, universidades, investigadores, promotoras de inversión, congresistas y por supuesto por las empresas mineras interesadas en la selección de alternativas de inversión. Se pretende con el documento, precisar y ordenar las leyes de minería vigentes, dejando de lado el estudio y análisis de su aplicación y modus operandi, habida cuenta de las constantes modificaciones de procedimiento y reglamentarias que se registran. Este compendio sistemático incluye ahora las legislaciones de catorce países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Se ha tratado preservar en cada párrafo la identificación de la ley y el número del artículo correspondiente, con lo cual puede el investigador remitirse al cuerpo legal respectivo para un examen en mayor profundidad. Sólo como una referencia general, se ha mantenido incluído el capítulo séptimo, sobre Incentivos y Garantías a la Inversión Privada, la regulación de la inversión extranjera en los países de la región estudiados, aunque se da por descontado que los cambios en esta materia son tan drásticos y ocurren tan rápido que algunas de las normas citadas pueden haber sido reemplazadas ya sin conocimiento nuestro.Es interesante destacar dos aspectos en los nuevos cambios mineros de tercera generación, fruto de los nuevos conceptos constitucionales desarrollados en América Latina, nos referimos a los conceptos de zonas mineras indígenas y zonas mineras negras, y el tema de la océano - minería o minería marina, ambos insertados en la reciente legislación colombiana. La recopilación inicial de leyes ha sido retomada por el señor Eduardo Chaparro Avila, oficial de Asuntos Económicos, quien mantiene un registro completo y comunicación con los países seleccionados, con el propósito de consignar las modificaciones de carácter general que se introduzcan en cada ley o de introducir nuevas normas de otros paises que se sumen a los seleccionados en un principio, en el trabajo base que fue elaborado por el señor Jorge Berríos por encargo expreso de esta División. La utilización de este texto deberá acogerse con todo rigor a las disposiciones y consideraciones de derecho sobre registro y protección de la propiedad intelectual. La CEPAL continuará actualizando este documento, basándose para ello en las sugerencias, informaciones o cambios sugeridos por los lectores, introduciéndolos en el texto y citando la fuente de origen de la modificación.
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Si bien las economías de América Latina y el Caribe crecieron menos en 2011 que en 2010, se lograron algunos avances en el ámbito laboral y los trabajadores se beneficiaron de un desempeño económico satisfactorio, en un contexto externo cada vez más complejo.La tasa de desempleo descendió de un 7,3% en 2010 a un 6,7% en 2011, debido a un aumento de medio punto porcentual de la tasa de ocupación urbana. Ambas tasas están en niveles inéditos desde hace mucho tiempo. También aumentó la proporción de los puestos de trabajo formales que cuentan con protección social y bajó el subempleo. Los salarios, tanto medios como mínimos, aumentaron en términos reales, aunque moderadamente.El desempeño económico y los resultados laborales fueron muy diferentes entre las subregiones. En América del Sur la tasa de desempleo cayó 0,6 puntos porcentuales, mientras en los países del norte de América Latina cedió 0,4 puntos porcentuales y en los países del Caribe subió 0,2 puntos porcentuales.Por otra parte, los datos muestran que en los mercados laborales persisten importantes brechas y graves problemas de inserción laboral, sobre todo para las mujeres y los jóvenes, que continúan padeciendo niveles desfavorables en cuanto a la tasa de desempleo y a otros indicadores laborales.En la segunda parte de este informe se revisa si los frutos del crecimiento económico y de los aumentos de productividad han sido distribuidos en forma equitativa entre trabajadores y empresas.Entre 2002 y 2008, el período del ciclo económico expansivo más reciente, de los 21 países de la región cuyos datos están disponibles, disminuyó la participación de las remuneraciones en el PIB en 13 de ellos, mientras que solo aumentó en 8. Esto indicaría una redistribución desfavorable a los trabajadores, que resulta preocupante en una región que se caracteriza por tener la distribución de ingreso más desigual del mundo.Esta evolución se explica porque a nivel mundial los salarios han crecido menos que la productividad. Más allá de la dimensión ética del tema, esto pone en peligro la sostenibilidad social y económica del crecimiento. Por ejemplo, una de las raíces de la reciente crisis financiera fue que, ante las pérdidas de ingresos de los asalariados estadounidenses, los hogares financiaron su consumo y su vivienda con un mayor endeudamiento, lo cual demostró no ser sostenible en el largo plazo. La persistencia de este fenómeno debilita tanto la contribución del mercado laboral a la asignación eficiente de los recursos como su función distributiva, con consecuencias negativas para la gobernabilidad democrática.En el debate a nivel global, entre las causas atribuibles a dicho empeoramiento distributivo se destacan la desregulación de los mercados y su impacto en la globalización financiera, un cambio tecnológico que favorece el capital frente al trabajo, así como el debilitamiento de las instituciones laborales. Se requiere, en consecuencia, un esfuerzo de políticas públicas que contribuyan a que los aumentos salariales no queden rezagados frente a los aumentos de productividad. En algunos países de la región, especialmente en América del Sur, se observan progresos interesantes durante la segunda mitad de la década pasada, reflejados en un positivo cambio de tendencia en la participación de las remuneraciones en el producto. Por ejemplo, en el Brasil se aprecia una recuperación de la participación de las remuneraciones en el PIB y se estima que la política de salarios mínimos orientada a la dinámica del mercado interno es una de las razones de este aumento.La región necesita crecer más y mejor. Se requiere incrementar continuamente su productividad como base de mejoras sostenidas del bienestar de la población y para reducir la brecha externa que separa a las economías de América Latina y el Caribe de las más avanzadas. También es imperativo reducir la desigualdad, lo que podría lograrse mediante una reducción de la brecha de productividad entre las empresas más modernas y la gran cantidad de empresas de baja productividad.Como se expone en este informe, durante el período entre 2002 y 2010 la región logró algunos avances, con un incremento anual de la productividad laboral del 1,5%. Estos progresos, sin embargo, están por debajo de los logros de otras regiones, como África subsahariana (2,1%); y, sobre todo, Asia oriental (8,3%, excluidos el Japón y la República de Corea);. Además, en muchos países de la región estas ganancias no se han distribuido de manera equitativa. De ahí la relevancia de asumir este doble reto: avanzar en los incrementos de la productividad y fortalecer los mecanismos para una distribución de las ganancias correspondientes que estimule la inversión y fortalezca los ingresos de los trabajadores y sus hogares.En 2012, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT); estiman que habrá un crecimiento económico regional levemente más bajo que en 2011, en el contexto de una economía mundial caracterizada por el enfriamiento de varios de sus principales motores económicos y una elevada incertidumbre relacionada, sobre todo, con las perspectivas de la zona del euro. Se prevé que la región continúe resistiendo bien en este contexto más adverso, gracias a las políticas que aprovecharon los períodos de un entorno más favorable. Esto se expresaría también en los mercados laborales, por lo que proyectamos un leve descenso de la tasa de desempleo, en un rango de hasta dos décimas de un punto porcentual, hasta alcanzar un 6,5%.
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