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The effects of inclusion of pea hulls (PH) in the diet on growth performance, development of the gastrointestinal tract and nutrient retention were studied in broilers from 1 to 18d of age. There were a control diet based on low fibre ingredients (69.3 total dietary fibre (16.1g crude fibre/kg)) and three additional diets that resulted from the dilution of the basal diet with 25, 50 and 75g PH/kg (81.2, 93.2, and 105.1g total dietary fibre/kg diet, respectively). Each treatment was replicated six times and the experimental unit was a cage with 12 chicks. Growth performance, development of the gastrointestinal tract and the coefficients of total tract apparent retention (CTTAR) of nutrients were recorded at 6, 12 and 18d of age. In addition, jejunal morphology was measured at 12 and 18d and the coefficients of apparent ileal digestibility (CAID) of nutrients at 18d of age. Pea hulls inclusion affected all the parameters studied. The inclusion of 25 and 50g PH/kg diet improved growth performance as compared to the control diet. The relative weight (g/kg body weight) of proventriculus (P≤0.01), gizzard (P≤0.001) and ceca (P≤0.05) increased linearly as the level of PH in the diet increased. The inclusion of PH affected quadratically (P≤0.01) villus height:crypt depth ratio with the highest value shown at 25g PH/kg. In general, the CTTAR and CAID of nutrients increased linearly and quadratically (P≤0.05) with increasing levels of PH, showing maximum values with PH level between 25 and 50g/kg diet. We conclude that the size of the digestive organs increases with increasing levels of PH in the diet. In general, the best performance and nutrient digestibility values were observed with levels of PH within the range of 25 and 50g/kg. Therefore, young broilers have a requirement for a minimum amount of dietary fibre. When pea hulls are used as a source of fibre, the level of total dietary fibre required for optimal performance is within the range of 81.2–93.2g/kg diet (25.6–35.0g crude fibre/kg diet). An excess of total dietary fibre (above 93.2g/kg diet) might reduce nutrient digestibility and growth performance to values similar to those observed with the control diet.
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A total of 200 (Landrace3Large White dam3Pietrain3Large White sire) gilts of 5063 days of age (23.361.47 kg BW) were used to investigate the effects of castration (intact gilt, IG v. castrated gilt, CG) and slaughter weight (SW; 106 v. 122 kg BW) on productive performance, carcass and meat quality. Four treatments were arranged factorially and five replicates of 10 pigs each per treatment. Half of the gilts were ovariectomized at 58 days of age (8 days after the beginning of the trial at 29.861.64 kg BW), whereas the other half remained intact. The pigs were slaughtered at 106 or 122 kg BW. Meat samples were taken at Musculus longissimus thoracis at the level of the last rib and subcutaneous fat samples were taken at the tail insertion. For the entire experimental period, CG had higher ( P,0.05) BW gain and higher ( P,0.001) backfat and Musculus gluteus medius fat thickness than IG. However, IG had higher ( P,0.05) loin and trimmed primal cut yields than CG. Meat quality was similar for IG and CG but the proportion of linoleic acid in subcutaneous fat was higher ( P,0.001) for IG. Pigs slaughtered at 122 kg BW had higher ( P,0.001) feed intake and poorer feed efficiency than pigs slaughtered at 106 kg BW. An increase in SW improved ( P,0.001) carcass yield but decreased ( P,0.05) trimmed primal cut yield. Meat from pigs slaughtered at the heavier BW was redder (a*; P,0.001) and had more ( P,0.01) intramuscular fat and less thawing ( P,0.05) and cooking ( P,0.10) loss than meat from pigs slaughtered at the lighter BW. In addition, pigs slaughtered at 122 kg BW had less ( P,0.01) linoleic acid content in subcutaneous fat than pigs slaughtered at 106 kg BW. Castration of gilts and slaughtering at heavier BW are useful practices for the production of heavy pigs destined to the dry-cured industry in which a certain amount of fat in the carcass is required. In contrast, when the carcasses are destined to fresh meat production, IG slaughtered at 106 kg BW is a more efficient alternative.
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A 12-wk experiment was conducted to investigate the effect of feeding program, dietary fiber, and CP content of the diet on productive performance of Ross broiler breeder hens (41 wk of age). There were 12 treatments arranged factorially with 2 levels of CP (14.5 vs. 17.4%), 3 fiber sources (0 vs. 3% inulin vs. 3% cellulose), and 2 levels of feed intake (160 vs. 208 g/d) that corresponded to restricted (R) or ad libitum (AL) feeding systems. The experimental diets contained 2,800 kcal ME with either 0.65 (14.5% CP) or 0.78% Lys (17.4% CP).
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The influence of the main cereal and supplemental fat of the diet on productive performance and egg quality was studied in 756 brown-egg laying hens from 22 to 54 weeks of age. The experiment was conducted as a completely randomized design with 9 treatments arranged factorially with 3 cereals (dented corn, soft wheat, and barley) and 3 types of fat [soy oil (SBO), acidulated soapstocks (AOS), and lard].
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In total of 504 Lohmann Brown hens were used to study the influence of the initial BW of the birds and the crude protein (CP) and fat content of the diet on performance and egg quality traits from 22 to 49 weeks of age. The experiment was completely randomized with 8 treatments arranged factorially with 2 initial BW (1,726 vs. 1,987g) and 4 diets with similar AMEn (2,750 kcal AMEn/ kg) and indispensable (lys, Met+Cys, Thr, and Trp) amino acid contents.
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El objetivo general de esta Tesis Doctoral fue estudiar la influencia de diversos factores nutricionales y de manejo sobre la productividad y la calidad del huevo en gallinas ponedoras comerciales rubias. Los factores estudiados fueron: 1) Cereal principal y tipo de grasa en la dieta; 2) Nivel de proteína bruta y grasa en la dieta; 3) Nivel energético de la dieta; 4) Peso vivo al inicio del período de puesta. En el experimento 1, la influencia del cereal principal en la dieta y el tipo de grasa suplementada en la dieta sobre los parámetros productivos y la calidad del huevo fue estudiado en 756 gallinas rubias de la estirpe Lohmann desde la sem 22 hasta las 54 de vida. El experimento se realizó mediante un diseño completamente al azar con 9 tratamientos ordenados factorialmente, con 3 cereales bases (maíz, trigo blando y cebada) y 3 tipos de grasa que variaban en su contenido en ácido linoléico (aceite de soja, oleína vegetal mezcla y manteca). Todas las dietas satisfacian las recomendaciones nutricionales para gallinas ponedoras rubias según el NRC (1994) y FEDNA (2008). La unidad experimental fue la jaula para todas las variables. Cada tratamiento fue replicado 4 veces, y la unidad experimental estuvo formada por 21 gallinas alojadas en grupos de 7. Las dietas fueron formuladas con un contenido nutritivo similar, excepto para el ácido linoléico, que varió en función del tipo de cereal y grasa utilizado. Así, dependiendo de la combinación de estos elementos el contenido de este ácido graso varió desde un 0.8% (dieta trigo-manteca) a un 3.4% (dieta maíz-aceite de soja). Este rango de ácido linoléico permitió estimar el nivel mínimo de este nutriente en el pienso que permite maximizar el peso del huevo. Los parámetros productivos y la calidad del huevo se controlaron cada 28 días y el peso de las aves se midió individualmente al inicio y al final del experimento con el objetivo de estudiar la variación en el peso vivo de los animales. No se observaron interacciones entre el tipo de cereal y grasa en la dieta para ninguna de las variables productivas estudiadas. Los tratamientos experimentales no afectaron a las principales variables productivas (porcentaje de puesta, peso del huevo y masa de huevo). Sin embargo, la ganancia de peso fue mayor en gallinas alimentadas con maíz o trigo que las gallinas alimentadas con cebada (243 vs. 238 vs. 202 g, respectivamente; P< 0.05). En el mismo sentido, las gallinas alimentadas con manteca obtuvieron una mayor ganancia de peso que las gallinas alimentadas con aceite de soja u oleína vegetal (251 vs. 221 vs. 210 g, respectivamente; P< 0.05). En cuanto a las variables estudiadas en relación con la calidad del huevo, ninguna de las variables estudiadas se vio afectada por el tratamiento experimental, salvo la pigmentación de la yema. Así, las gallinas alimentadas con maíz como cereal principal obtuvieron una mayor puntuación en relación con la escala de color que las gallinas alimentadas con trigo y con cebada (9.0 vs. 8.3 vs. 8.3, respectivamente; P< 0.001). La pigmentación de la yema también se vio afectada por el tipo de grasa en la dieta, así, las gallinas alimentadas con manteca obtuvieron una mayor puntuación de color en relación con la escala de color que las gallinas alimentadas con aceite de soja u oleína vegetal (8.9 vs. 8.5 vs. 8.2, respectivamente; P< 0.001). La influencia del contenido en ácido linoléico respecto al peso de huevo y masa de huevo fue mayor a medida que el contenido de dicho ácido graso se redujo en la dieta. Así, la influencia de la dieta en los radios peso de huevo/g linoléico ingerido y masa de huevo/g linoléico ingerido fue significativamente mayor a medida que el contenido en dicho ácido graso disminuyo en la dieta (P< 0.001). Los resultados del ensayo indican que las gallinas ponedoras rubias no necesitan más de un 1.0% de ácido linoléico en la dieta para maximizar la producción y el tamaño del huevo. Además, se pudo concluir que los 3 cereales y las 3 grasas utilizadas pueden sustituirse en la dieta sin ningún perjuicio productivo o referente a la calidad del huevo siempre que los requerimientos de los animales sean cubiertos. En el experimento 2, la influencia del nivel de proteína bruta y el contenido de grasa de la dieta sobre los parámetros productivos y la calidad del huevo fue estudiado en 672 gallinas ponedoras rubias de la estirpe Lohmann entre las sem 22 y 50 de vida. El experimento fue conducido mediante un diseño completamente al azar con 8 tratamientos ordenados factorialmente con 4 dietas y 2 pesos vivos distintos al inicio de puesta (1592 vs. 1860g). Tres de esas dietas diferían en el contenido de proteína bruta (16.5%, 17.5% y 18.5%) y tenían un contenido en grasa añadida de 1.8%. La cuarta dieta tenía el nivel proteico más elevado (18.5%) pero fue suplementada con 3.6% de grasa añadida en vez de 1.8%. Cada tratamiento fue replicado 4 veces y la unidad experimental consistió en 21 gallinas alojadas dentro de grupos de 7 animales en 3 jaulas contiguas. Todas las dietas fueron isocalóricas (2750 kcal EMAn/kg) y cubrieron las recomendaciones en aminoácidos para gallinas ponedoras rubias (Arg, Ile, Lys, Met, Thr, Trp, TSAA y Val) según el NRC (1994) y FEDNA (2008). Los efectos de los tratamientos sobre las variables productivas y la calidad de huevo fueron estudiados cada 28 días. La dieta no afecto a ninguna de las variables productivas estudiadas a lo largo del período productivo. Sin embargo, el peso inicial origino que las gallinas pesadas consumieran más (120.6 vs. 113.9 g; P< 0.001), obtuvieran un porcentaje de puesta mayor (92.5 vs. 89.8%; P< 0.01) y un peso del huevo mayor (64.9 vs. 62.4 g; P< 0.001) que las gallinas ligeras. El peso inicial de las gallinas no afecto al IC por kg de huevo ni a la mortalidad, sin embargo, la ganancia de peso fue mayor (289 vs. 233 g; P< 0.01) y el IC por docena de huevos fue mejor (1.52 vs. 1.57; P< 0.01) en las gallinas ligeras que en las gallinas pesadas. En cuanto a la calidad del huevo, la dieta no influyó sobre ninguna de las variables estudiadas. Los resultados del ensayo muestran que las gallinas ponedoras rubias, independientemente de su peso vivo al inicio de la puesta, no necesitan una cantidad de proteína bruta superior a 16.5% para maximizar la producción, asegurando que las dietas cubren los requerimientos en AA indispensables. Asimismo, se puedo concluir que las gallinas con un peso más elevado al inicio de puesta producen más masa de huevo que las gallinas con un peso más bajo debido a que las primeras producen más cantidad de huevos y más pesados. Sin embargo, ambos grupos de peso obtuvieron el mismo IC por kg de huevo y las gallinas más livianas en peso obtuvieron un mejor IC por docena de huevo que las pesadas. En el experimento 3 la influencia de la concentración energética sobre los parámetros productivos y la calidad del huevo fue estudiada en 520 gallinas ponedoras rubias de la estirpe Hy-Line en el período 24-59 sem de vida. Se utilizaron 8 tratamientos ordenados factorialmente con 4 dietas que variaron en el contenido energético (2650, 2750, 2850 y 2950 kcal EMAn/kg) y 2 pesos vivos distintos al inicio del período de puesta (1733 vs. 1606g). Cada tratamiento fue replicado 5 veces y la unidad experimental consistió en una jaula con 13 aves. Todas las dietas se diseñaron para que tuvieran una concentración nutritiva similar por unidad energética. Las variables productivas y de calidad de huevo se estudiaron mediante controles cada 28 días desde el inicio del experimento. No se observaron interacciones entre el nivel energético y el peso inicial del ave para ninguna de las variables estudiadas. Un incremento en la concentración energética de la dieta incrementó la producción de huevos (88.8 % vs. 91.2 % vs. 92.7 % vs. 90.5 %), masa de huevo (56.1 g/d vs. 58.1 g/d vs. 58.8 g/d vs. 58.1 g/d), y eficiencia energética (5.42 vs. 5.39 vs. 5.38 vs. 5.58 kcal EMA/g huevo) de forma lineal y cuadrática (P< 0.05) y afectó significativamente a la ganancia de peso (255 g vs. 300 g vs. 325 g vs. 359 g; P<0.05) . Sin embargo, un incremento en la concentración energética provocó un descenso lineal en el consumo de los animales (115 g vs. 114 g vs. 111 g vs. 110 g; P< 0.001) y un descenso lineal y cuadrático en el IC por kg de huevo (2.05 vs. 1.96 vs. 1.89 vs. 1.89; P< 0.01). En cuanto a la calidad del huevo, un incremento en el contenido energético de la dieta provocó una reducción en la calidad del albumen de forma lineal en forma de reducción de Unidades Haugh (88.4 vs. 87.8 vs. 86.3 vs. 84.7; P< 0.001), asimismo el incremento de energía redujo de forma lineal la proporción relativa de cáscara en el huevo (9.7 vs. 9.6 vs. 9.6 vs. 9.5; P< 0.001). Sin embargo, el incremento energético propició un incremento lineal en la pigmentación de la yema del huevo (7.4 vs. 7.4 vs. 7.6 vs. 7.9; P< 0.001). El peso vivo al inicio de la prueba afecto a las variables productivas y a la calidad del huevo. Así, los huevos procedentes de gallinas pesadas al inicio de puesta tuvieron una mayor proporción de yema (25.7 % vs. 25.3 %; P< 0.001) y menor de albumen (64.7 vs. 65.0; P< 0.01) y cáscara (9.5 vs. 9.6; P< 0.05) respecto de los huevos procedentes de gallinas ligeras. Consecuentemente, el ratio yema:albumen fue mayor (0.40 vs. 0.39; P< 0.001) para las gallinas pesadas. Según los resultados del experimento se pudo concluir que las actuales gallinas ponedoras rubias responden con incrementos en la producción y en la masa del huevo a incrementos en la concentración energética hasta un límite que se sitúa en 2850 kcal EMAn/kg. Asimismo, los resultados obtenidos entre los 2 grupos de peso al inicio de puesta demostraron que las gallinas pesadas al inicio de puesta tienen un mayor consumo y producen huevos más pesados, con el consecuente aumento de la masa del huevo respecto de gallinas más ligeras. Sin embargo, el IC por kg de huevo fue el mismo en ambos grupos de gallinas y el IC por docena de huevo fue mejor en las gallinas ligeras. Asimismo, la eficiencia energética fue mejor en las gallinas ligeras. Abstract The general aim of this PhD Thesis was to study the influence of different nutritional factors and management on the productivity and egg quality of comercial Brown laying hens. The factor studied were: 1) The effect of the main cereal and type of fat of the diet; 2) The effect of crude protein and fat content of the diet; 3) The effect of energy concentration of the diet; 4) The effect of initial body weight of the hens at the onset of lay period. In experiment 1, the influence of the main cereal and type of supplemental fat in the diet on productive performance and egg quality of the eggs was studied in 756 Lohmann brown-egg laying hens from 22 to 54 wk of age. The experiment was conducted as a completely randomized design with 9 treatments arranged factorially with 3 cereals (dented corn, soft wheat, and barley) and 3 types of fat (soy oil, acidulated vegetable soapstocks, and lard). Each treatment was replicated 4 times (21 hens per replicate). All diets were formulated according to NRC (1994) and FEDNA (2008) to have similar nutrient content except for linoleic acid that ranged from 0.8 (wheat-lard diet) to 3.4% (corn-soy bean oil) depending on the combination of cereal and fat source used. This approach will allow to estimate the minimum level of linoleic acid in the diets that maximizes egg weight. Productive performance and egg quality traits were recorded every 28 d and BW of the hens was measured individually at the beginning and at the end of the experiment. No significant interactions between main factors were detected for any of the variables studied. Egg production, egg weight, and egg mass were not affected by dietary treatment. Body weight gain was higher (243 vs. 238 vs. 202 g; P<0.05) for hens fed corn or wheat than for hens fed barley and also for hens fed lard than for hens fed soy oil or acidulated vegetable soapstocks (251 vs. 221 vs. 210 g; P< 0.05). Egg quality was not influenced by dietary treatment except for yolk color that was greater (9.0 vs. 8.3 vs. 8.3; P< 0.001) for hens fed corn than for hens fed wheat or barley and for hens fed lard than for hens fed soy oil or acidulated vegetable soapstocks (8.9 vs. 8.5 vs. 8.2, respectivamente; P< 0.001). The influence of linoleic acid on egg weight and egg mass was higher when the fatty acid was reduced in the diet. Thus, the influence of the diet in egg weight/g linoleic acid intake and egg mass/g linolec acid intake was higher when the amount of this fatty acid decreased in the diet (P< 0.001). It is concluded that brown egg laying hens do not need more than 1.0% of linoleic acid in the diet (1.16 g/hen/d) to maximize egg production and egg size. The 3 cereals and the 3 fat sources tested can replace each other in the diet provided that the linoleic acid requirements to maximize egg size are met. In experiment 2, the influence of CP and fat content of the diet on performance and egg quality traits was studied in 672 Lohmann brown egg-laying hens from 22 to 50 wk of age. The experiment was conducted as a completely randomized design with 8 treatments arranged factorially with 4 diets and 2 initial BW of the hens (1,592 vs. 1,860 g). Three of these diets differed in the CP content (16.5, 17.5, and 18.5%) and included 1.8% added fat. The fourth diet had also 18.5% CP but was supplemented with 3.6% fat instead of 1.8% fat. Each treatment was replicated 4 times and the experimental unit consisted of 21 hens allocated in groups of 7 in 3 adjacent cages. All diets were isocaloric (2,750 kcal AME/kg) and met the recommendations of brown egg-laying hens for digestible Arg, Ile, Lys, Met, Thr, Trp, TSAA, and Val. Productive performance and egg quality were recorded by replicate every 28-d. For the entire experimental period, diet did not affect any of the productive performance traits studied but the heavier hens had higher ADFI (120.6 vs. 113.9g; P< 0.001), egg production (92.5 vs. 89.8%; P< 0.01), and egg weight (64.9 vs. 62.4g; P< 0.001) than the lighter hens. Initial BW did not affect feed conversion per kilogram of eggs or hen mortality but BW gain was higher (289 vs. 233g; P< 0.01) and FCR per dozen of eggs was better (1.52 vs. 1.57; P< 0.01) for the lighter than for the heavier hens. None of the egg quality variables studied was affected by dietary treatment or initial BW of the hens. It is concluded that brown egg-laying hens, irrespective of their initial BW, do not need more than 16.5% CP to maximize egg production provided that the diet meet the requirements for key indispensable amino acids. Heavier hens produce more eggs that are larger than lighter hens but feed efficiency per kilogram of eggs is not affected. In experiment 3, the influence of AMEn concentration of the diet on productive performance and egg quality traits was studied in 520 Hy-Line brown egg-laying hens differing in initial BW from 24 to 59 wks of age. There were 8 treatments arranged factorially with 4 diets varying in energy content (2,650, 2,750, 2,850, and 2,950 kcal AMEn/kg) and 2 initial BW of the hens (1,733 vs. 1,606 g). Each treatment was replicated 5 times (13 hens per replicate) and all diets had similar nutrient content per unit of energy. No interactions between energy content of the diet and initial BW of the hens were detected for any trait. An increase in energy concentration of the diet increased (linear, P< 0.05; quadratic P< 0.05) egg production (88.8 % vs. 91.2 % vs. 92.7 % vs. 90.5 %), egg mass (56.1 g/d vs. 58.1 g/d vs. 58.8 g/d vs. 58.1 g/d), energy efficiency (5.42 vs. 5.39 vs. 5.38 vs. 5.58 kcal AMEn/g of egg), and BW gain (255 g vs. 300 g vs. 325 g vs. 359 g; P<0.05) but decreased ADFI (115 g vs. 114 g vs. 111 g vs. 110 g; P< linear, P< 0.001) and FCR per kg of eggs (2.05 vs. 1.96 vs. 1.89 vs. 1.89; linear, P< 0.01; quadratic P< 0.01). An increase in energy content of the diet reduced Haugh units (88.4 vs. 87.8 vs. 86.3 vs. 84.7; P< 0.01) and the proportion of shell in the egg (9.7 vs. 9.6 vs. 9.6 vs. 9.5; P< 0.001). Feed intake (114.6 vs. 111.1 g/hen per day), AMEn intake (321 vs. 311 kcal/hen per day), egg weight (64.2 vs. 63.0 g), and egg mass (58.5 vs. 57.0 g) were higher for the heavier than for the lighter hens (P<0.01) but FCR per kg of eggs and energy efficiency were not affected. Eggs from the heavier hens had higher proportion of yolk (25.7 % vs. 25.3 %; P< 0.001) and lower of albumen (64.7 vs. 65.0; P< 0.01) and shell (9.5 vs. 9.6; P< 0.05) than eggs from the lighter hens. Consequently, the yolk to albumen ratio was higher (0.40 vs. 0.39; P< 0.001) for the heavier hens. It is concluded that brown egg-laying hens respond with increases in egg production and egg mass, to increases in AMEn concentration of the diet up to 2,850 kcal/kg. Heavy hens had higher feed intake and produced heavier eggs and more egg mass than light hens. However, energy efficiency was better for the lighter hens.
Resumo:
El objetivo general de esta Tesis doctoral fue estudiar la influencia de diversos factores nutricionales sobre los parámetros productivos y el desarrollo del tracto digestivo de pollitas rubias destinadas a la producción de huevos comerciales. Para alcanzar este objetivo se realizaron tres experimentos donde se estudió el cereal principal, el tamaño de partícula del cereal y el nivel de energía y la presentación de los piensos. En el experimento 1 se estudió la influencia del cereal (piensos con enzimas) y la presentación del pienso sobre los parámetros productivos y las características del tracto digestivo en 576 pollitas rubias de 1 a 120 d de edad. De 1 a 45 d de la edad, se utilizaron 4 piensos experimentales organizados de forma factorial con 2 cereales al 50% de inclusión (maíz vs. trigo) y 2 presentaciones del pienso (harina vs. gránulo de 2- mm de diámetro). Cada tratamiento se replicó 6 veces (24 pollitas por réplica). De 46 a 120 d de edad todas las dietas (maíz o trigo) se ofrecieron en harina y por tanto, la única diferencia entre tratamientos fue el cereal utilizado. De 1 a 120 d de edad, las pollitas que recibieron los piensos basados en maíz tuvieron una ganancia de peso vivo (PV) superior (P < 0,05) que las que recibieron los piensos basados en trigo, pero el índice de conversión (IC) fue similar para ambos grupos. De 1 a 45 d de edad, las pollitas alimentadas con gránulo consumieron más pienso (P < 0,001) y tuvieron una ganancia de peso superior (P < 0,001) que las pollitas alimentadas con harina. Gran parte de los efectos beneficiosos de la granulación sobre los parámetros productivos se mantuvieron al final de la prueba (120 d de edad). A los 45 d de edad, el peso relativo de la molleja (PR; g/kg PV) fue superior (P < 0,01) en pollitas alimentadas con maíz que en pollitas alimentadas con trigo. La alimentación en gránulo redujo el PR del tracto gastro intestinal (TGI) y de la molleja (P < 0,001), así como la longitud relativa (LR; cm/kg PV) del intestino delgado (P< 0.01) a ambas edades (45 y 120 d de edad). El tipo de cereal utilizado no afectó al pH del contenido de la molleja a 120 d de edad pero fué inferior (P < 0,01) en las pollitas que recibieron el pienso en harina de 1 a 45 d de la edad que en las que recibieron el pienso en gránulo. Se concluye que el trigo puede substituir al maíz en piensos para pollitas si se acepta una ligera reducción en la ganancia de peso. Asímismo, la alimentación en gránulo de 1 a 45 d de edad aumentó la ganancia de peso a esta edad y al final de la prueba, así como el pH de la molleja a 120 d de edad. La presentación del pienso en gránulo redujo el PR de la molleja y la LR del TGI a 120 d de edad. En el experimento 2 se utilizaron un total de 864 pollitas rubias Hy-Line de 1 d de edad para estudiar la influencia del cereal de la dieta (500 g de maíz o trigo/kg) y el tamaño de partícula del mismo (molienda con molino de martillos con un diámetro de criba de 6, 8, o 10-mm) sobre los parámetros productivos y las características del TGI de 1 a 120 d de edad. Cada uno de los 6 tratamientos se replicó 6 veces (24 pollitas por réplica). De 1 a 45 d de edad, la ganancia de PV aumentó (P< 0,001) y el IC se mejoró (P < 0,05) al reducir el tamaño de partícula del cereal, pero no se observaron diferencias en el periodo crecimiento de 45 a 120 d de edad. A los 45 d de vida, las pollitas alimentadas con maíz tendieron (P < 0,10) a tener un mayor PR del TGI y del proventrículo y una mayor LR del intestino delgado que las pollitas alimentadas con trigo. Asímismo, el PR del TGI a esta edad, aumentó (P < 0,05) a medida que aumentaba el tamaño de partícula del cereal utilizado. A los 120 d de edad, el tratamiento no afectó el PR de ninguno de los órganos del TGI ni al pH de la molleja. Sin embargo, la LR del intestino delgado fue superior (P < 0,05) para las pollitas alimentadas con trigo que para las pollitas alimentadas con maíz. La LR del TGI se redujó (P < 0,05) al aumentar el tamaño de partícula del cereal. Se concluye que el trigo puede incluirse 500 g/kg en piensos de pollitas de 1 a 120 días de edad y que el tamaño de partícula de los cereales afecta el crecimiento de las pollitas durante los primeros 45 d de vida, pero no después. Por lo tanto, se recomienda moler el cereal utilizado al inicio del período de recría (1 a 45 d de edad) con una criba de diámetro igual o inferior a 8 mm. En el experimento 3 se utilizaron un total de 1.152 pollitas rubias Hy-Line de 1 d de edad para estudiar la influencia del nivel de energía de la dieta y la presentación del pienso sobre la productividad y las características del TGI. De 1 a 45 d de edad se utilizaron 6 piensos organizados de forma factorial con 3 concentraciones energéticas (baja: 11,44 MJ; media: 12,05 MJ y alta: 12,66 MJ/kg) y 2 presentaciones del pienso (harina vs. gránulo). De 45 a 120 d todos los piensos experimentales se suministraron en forma de harina y por tanto, la única diferencia entre tratamientos fue el nivel de EMAn utilizado. Cada uno de los 6 tratamientos se replicó 8 veces y la unidad experimental fue la jaula con 24 pollitas. De 1 a 120 d de edad, la ganancia de PV y el IC mejoraron a medida que aumentó la EMAn del pienso (P < 0,001). Las pollitas alimentadas con gránulo de 1 a 45 d de edad comieron mas y tuvieron una ganancia de peso superior (P < 0,001) que las alimentadas con harina. En el global de la prueba, la ganancia de PV fue mayor (P < 0,01) para las pollitas alimentadas con piensos en gránulo. A los 45 d de edad, el PR de todos los segmentos del TGI estudiados fue inferior para las pollitas alimentadas con piensos de alta energía que para las pollitas alimentadas con piensos de media o baja energía. A 120 d de edad, el PR de la molleja fue superior (P < 0,01) para las pollitas alimentadas con piensos de baja energía que con los otros piensos. Sin embargo, la LR del TGI no se vió afectada por el nivel de energía de los piensos. A los 45 d de edad, la alimentación con gránulo redujo el PR del proventrículo (P < 0,05), de la molleja (P < 0,001) y del TGI (P < 0.001), así como la LR del intestino delgado (P < 0,05) y de los ciegos (P < 0,001). A pesar de que las pollitas solo recibieron los piensos en gránulo durante los primeros 45 d de vida, la alimentación con gránulos redujo el PR de la molleja y del proventrículo a 120 d de edad. Se concluye que la alimentación con gránulos durante los primeros 45 d de vida mejora el consumo de pienso y el PV de las pollitas a 120 d de edad. Un aumento del nivel de energía de la dieta de 12,0 a 12,7 MJ/kg mejora los parámetros productivos de 1 a 120 d de edad pero reduce el tamaño del proventrículo y de la molleja. En base de estos resultados concluimos que maíz y trigo con enzimas pueden utilizarse indistintamente en piensos para pollitas de 1 a 120 d de edad con sólo una ligera disminución del PV final con trigo. La granulación y la reducción del tamaño de partícula del cereal del pienso de primera edad (1 a 45 d de vida) y el uso de piensos de alta densidad energética, mejoran los PV a 120 d de edad. Por lo tanto, es recomendable moler los cereales con cribas de no más de 8-mm de diámetro. También, la granulación del pienso y el uso de piensos de alta energía (pobres en fibra bruta) pueden reducir el desarrollo del TGI especialmente de la molleja, lo que puede perjudicar el consumo posterior de pienso durante el inicio del ciclo de puesta. ABSTRACT The general objective of this Thesis was to study the effect of different nutritional factors on productive performance and the development of the gastrointestinal tract (GIT) of commercial brown egg-laying pullets from 1 to 120 d of age. In this respect, the influence of type and particle size of the cereal, and feed form, and energy content of the die,t were studied in 3 experiments. In experiment 1, the influence of the main cereal and feed form of the diet on performance and GIT traits was studied in 576 brown-egg laying pullets from 1 to 120 d of age. From 1 to 45 d of age, 4 diets arranged factorially with 2 cereals (maize vs. wheat) and 2 feed forms (mash vs. pellets) were used. Each treatment was replicated 6 times (24 pullets per replicate). From 46 to 120 d of age, all diets were offered in mash form and therefore, the only difference among diets was the cereal used. Cumulatively, pullets fed the maize diets had higher body weight (BW) gain (P< 0.05) but similar feed conversion ratio (FCR) than pullets fed the wheat diets. From 1 to 45 d of age, pullets fed pellets consumed more feed (P < 0.001) and had higher BW gain (P < 0.001) than pullets fed mash. Most of the beneficial effects of pelleting on productive performance of the birds were still evident at 120 d of age. At 45 d of age, gizzard relative weight (RW; g/kg BW) was higher (P < 0.01) in pullets fed maize than in pullets fed wheat. Feeding pellets reduced the RW of the GIT and the gizzard (P < 0.001) as well as the relative length (RL; cm/kg BW) of the small intestine (SI, P < 0.01) at both ages. The pH of the gizzard contents at 120 d of age was not affected by the main cereal of the diet, but was lower in pullets fed mash from 1 to 45 d of age (P < 0.01) than in pullets fed pellets. We conclude that wheat supplemented with enzymes can be used in substitution of maize in pullet diets with only a slight reduction in BW gain at 120 d of age. Also, feeding pellets from 1 to 45 d of age increased BW gain and pH of the gizzard, and reduced the RW of the gizzard and the RL of the GIT at 120 d of age. In experiment 2, a total of 864 brown-egg laying pullets was used to study the effects of the main cereal of the diet (500 g maize or wheat/kg) and particle size of the cereal (hammer milled to pass through a 6, 8, and 10-mm screen) on growth performance and GIT traits from 1 to 120 d of age. Each of the 6 treatments was replicated 6 times (24 pullets per replicate). Type of cereal did not affect pullet performance at any age. From 1 to 45 d of age, BW gain was increased (P < 0.001) and FCR was improved (P < 0.05) as the particle size of the cereal was reduced, but no effects were observed after this age. At 45 d of age, pullets fed maize tended (P < 0.10) to have a heavier RW of the GIT and proventriculus and a higher relative length (RL, cm/kg BW) of the SI than pullets fed wheat. Also at this age, the RW of the GIT increased (P < 0.05) with increases in particle size of the cereal. At 120 d of age, dietary treatment did not affect the RW of any of the organs studied or gizzard pH, but the RL of the SI was higher (P < 0.05) for pullets fed wheat than for pullets fed maize. Also, the RL of the SI was reduced (P < 0.05) as the particle size of the cereal increased. We conclude that 500 g wheat/kg can be included in pullet feeds from 1 to 120 d of age, and that particle size of the cereal affects pullet performance during the first 45 d of life but not thereafter. Therefore, it is recommended to grind the cereal used in this period with a screen size of no more than 8-mm. In experiment 3, a total of 1,152 one-day-old Hy-Line Brown egg laying pullets were used to study the influence of the energy content of the diet and feed form on productive performance and on several GIT traits. From 1 to 45 d of age, there were 6 diets arranged factorially with 3 concentrations of AMEn (low: 11.66 MJ/kg, medium: 12.05 MJ/kg and high: 12.66 MJ/kg) of the diet and 2 feed forms (mash vs. pellets). From 45 to 120 d all diets were fed in mash form and therefore, the only difference among treatments in this period was the energy content of the diets. Each of the 6 treatments was replicated 8 times and the experimental unit was formed by 24 pullets. Cumulatively, BW gain and FCR improved as the AMEn of the diet increased (P < 0.001). Also, pullets fed pellets from 1 to 45 d of age had higher feed intake and BW gain (P < 0.001) in this period and higher cumulative BW gain (P < 0.01) than pullets fed mash. At 45 d of age, the RWof all the segments of the GIT was lower for pullets fed the high- than for pullets fed the medium- or low- energy diets. At 120 d of age, the RW of the gizzard was higher (P < 0.01) for pullets fed the low energy diets than for pullets fed the other diets. However, the RL of the GIT was not affected by the energy content of the diet. Feeding pellets reduced the RW of the proventriculus (P < 0.05), gizzard (P < 0.001), and GIT (P < 0.001), as well as the RL of the small intestine (P < 0.05) and the ceaca (P < 0.001) at 45 d of age. The effects of feeding pellets on RW of gizzard and proventriculus were still evident at 120 d of age. We concluded that feeding pellets from 1 to 45 d of age improved feed intake and BW of pullets at 120 d of age and that an increase in the energy content of the diet increased pullet performance at all ages but reduced the RW of the proventriculus and gizzard. We conclude that maize and wheat can be used indistinctly in diets for egg laying pullets from 1 to 120 d of age, with only a slight reduction in final BW when wheat is used. Also, particle size of the cereal affects pullet performance during the first 45 d of life but not thereafter. Pelleting of the feeds, and grinding the cereal with a screen size of no more than 8-mm from 1 to 45 d of age, and the use of high density energy diets are recommended in order to achieve adequate target BW at 120 d of age. However, pelleting of the feed, very fine grinding, and the use of high AMEn diets might hinder the development of the GIT, especially that of the gizzard, which might affect feed intake of laying hens especially at the beginning of the production cycle.
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The influence of CP content and ingredient complexity, feed form, and duration of feeding of the Phase I diets on growth performance and total tract apparent digestibility -TTAD- of energy and nutrients was studied in Iberian pigs weaned at 28 d of age. There were 12 dietary treatments with 2 type of feeds -high-quality, HQ; and low-quality, LQ-, 2 feed forms -pellets vs. mash-, and 3 durations -7, 14, and 21 d- of supply of the Phase I diets.
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Influencia de cereal principal y el tamaño medio de partícula de la dieta sobre el desempeño productivo y calidad de los huevos de las gallinas marrones para puesta.
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Lo virtual es el lugar donde todo empieza, el germen de la imaginación productiva, un ámbito de pulsiones inaugurales y preexistencias sin forma donde todo convive, a la espera de ser diferenciado. Lo virtual es el sitio donde nacen las primeras exploraciones de cualquier acto de concepción, incluida la creación artística o el proyectar arquitectónico. Sin embargo, en las últimas tres décadas de revolución digital, el término ha sido utilizado de forma abusiva para referirse a todo tipo de entornos simulados informáticamente, es decir, a ficciones cerradas, programadas, controladas por el software y sus rutinas, radicalmente actualizadas, acabadas, completas, formalizadas. Paradójicamente, lo virtual ha servido para nombrar construcciones profundamente anti-virtuales. La telemática está propiciando el acceso del ser humano a un nuevo tipo de irrealidad cotidiana sustentada en prácticas espaciales cada vez menos vinculadas con la física y la biología. Esta condición fantasmagórica del habitar digital exige nuevos espacios de diálogo entre arquitectura y tecnología que se centren en el hecho imaginario. Para ello esta tesis propone —a partir de la recuperación del término griego arquitectónica— llevar el alcance de la disciplina hasta el hecho global del habitar. Y, al mismo tiempo, devolver al adjetivo virtual su auténtico significado preliminar, entendiendo que los verdaderos mundos virtuales no pueden simular nada, representar nada, formalizar nada, porque ellos son el origen infinito y amorfo de todo mundo. ABSTRACT The virtual is where it all starts, the seed of productive imagination, an area of inaugural impulses and formless preexistences that beat together, waiting to be differentiated. The virtual is the birthplace of any creative exploration, including those of the architectural project. However, in the last three decades of digital revolution, the term has been mostly misused to refer to all types of computer simulated environments; shut, finished, complete, formalized, radically actualized fictions controlled by software routines. Paradoxically, the virtual has been giving name to profoundly anti-virtual constructions. Telematics is allowing humans to access to a new kind of unreality, based on everyday spatial practices that are increasingly detached from physics and biology. This spectral condition of the digital living demands new dialectics between architecture and technology, focused on the imaginary. This thesis proposes — beginning by recovering the Greek word architectonics— to extend the scope of the discipline beyond edification to the overall fact of inhabiting. And, at the same time, to return to the adjective virtual its authentic preliminary meaning, realizing that the true virtual worlds cannot simulate, represent or formalize anything because they are the amorphous and endless source of every world.
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A crop management and precision agriculture software application facilitates the flow of information between disparate software/equipment and the network of individuals that work with them. A new generation of farmers are using precision technology to help them more efficiently manage their roplands. By measuring precisely the way their fields reflect and emit energy at visible and infrared wavelengths, precision farmers can monitor a wide range of variables that affect their crops,such as soil moisture, surface temperature, photosynthetic activity, and weed or pest infestations. Over thirty years have passed since Nelson and Winter put the concept of routines firmly at the center of the analysis of organizational and economic change. Taken as the central unit of analysis, routines would help understand energy and agriculture economy evolution.
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The effects of fiber inclusion, feed form, and energy concentration of the diet on the growth performance of pullets from hatching to 5 wk age were studied in 2 experiments. In Experiment 1, there was a control diet based on cereals and soybean meal, and 6 extra diets that included 2 or 4% of cereal straw, sugar beet pulp (SBP), or sunflower hulls (SFHs) at the expense (wt/wt) of the whole control diet. From hatching to 5 wk age fiber inclusion increased (P < 0.05) ADG and ADFI, and improved (P < 0.05) energy efficiency (EnE; kcal AMEn/g ADG), but body weight (BW) uniformity was not affected. Pullets fed SFH tended to have higher ADG than pullets fed SBP (P = 0.072) with pullets fed straw being intermediate. The feed conversion ratio (FCR) was better (P < 0.05) with 2% than with 4% fiber inclusion. In Experiment 2, 10 diets were arranged as a 2×5 factorial with 2 feed forms (mash vs. crumbles) and 5 levels of AMEn (2,850, 2,900, 2,950, 3,000, and 3,050 kcal/kg). Pullets fed crumbles were heavier and had better FCR than pullets fed mash (P < 0.001). An increase in the energy content of the crumble diets reduced ADFI and improved FCR linearly, but no effects were detected with the mash diets (P < 0.01 and P < 0.05 for the interactions). Feeding crumbles tended to improve BW uniformity at 5 wk age (P = 0.077) but no effects were detected with increases in energy concentration of the diet. In summary, the inclusion of moderate amounts of fiber in the diet improves pullet performance from hatching to 5 wk age. The response of pullets to increases in energy content of the diet depends on feed form with a decrease in feed intake when fed crumbles but no changes when fed mash. Feeding crumbles might be preferred to feeding mash in pullets from hatching to 5 wk age.
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The effects of fiber inclusion, feed form, and energy concentration of the diet on the growth performance of pullets from hatching to 5 wk age were studied in 2 experiments. In Experiment 1, there was a control diet based on cereals and soybean meal, and 6 extra diets that included 2 or 4% of cereal straw, sugar beet pulp (SBP), or sunflower hulls (SFHs) at the expense (wt/wt) of the whole control diet. From hatching to 5 wk age fiber inclusion increased (P < 0.05) ADG and ADFI, and improved (P < 0.05) energy efficiency (EnE; kcal AMEn/g ADG), but body weight (BW) uniformity was not affected. Pullets fed SFH tended to have higher ADG than pullets fed SBP (P = 0.072) with pullets fed straw being intermediate. The feed conversion ratio (FCR) was better (P < 0.05) with 2% than with 4% fiber inclusion. In Experiment 2, 10 diets were arranged as a 2×5 factorial with 2 feed forms (mash vs. crumbles) and 5 levels of AMEn (2,850, 2,900, 2,950, 3,000, and 3,050 kcal/kg). Pullets fed crumbles were heavier and had better FCR than pullets fed mash (P < 0.001). An increase in the energy content of the crumble diets reduced ADFI and improved FCR linearly, but no effects were detected with the mash diets (P < 0.01 and P < 0.05 for the interactions). Feeding crumbles tended to improve BW uniformity at 5 wk age (P = 0.077) but no effects were detected with increases in energy concentration of the diet. In summary, the inclusion of moderate amounts of fiber in the diet improves pullet performance from hatching to 5 wk age. The response of pullets to increases in energy content of the diet depends on feed form with a decrease in feed intake when fed crumbles but no changes when fed mash. Feeding crumbles might be preferred to feeding mash in pullets from hatching to 5 wk age.
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El presente trabajo recoge los resultados de una investigación sobre la «vivienda productiva», es decir, de la casa como lugar de trabajo. Dicha investigación se ha ocupado de explorar cómo influyen las cotidianeidades doméstico-laborales actuales —junto con sus arquitecturas y los urbanismos que estas generan— en la sociedad, en especial en temas sociales centrales como la construcción de las subjetividades, y de una vida en comunidad. Asimismo, explora cómo podrían influir en un futuro. La hipótesis sobre la que se trabaja, y que finalmente se intenta demostrar, consiste en que, en la territorialidad múltiple de lo laboral, la vivienda, como plataforma doméstica multiusos, productiva y reproductiva de la que muchas personas disponen, desempeña un papel nodal, y es posible que en el futuro su papel sea aún más importante y más visible. La vivienda productiva funciona como una infraestructura urbana desde la cual se construyen diferentes tipos de bienes materiales e inmateriales, pero sobre todo formas de relación, sociales y productivas con otros, además de imaginarios y afectos. La vivienda como infraestructura productiva y reproductiva es tanto «fábrica fundamental de lo social», como nos enseña Silvia Federici, como «fábrica de lo urbano». El trabajo en casa, como parte de diferentes dinámicas «dispersas» del trabajo que se dan en la actualidad, presenta tanto problemáticas y desafíos importantes, como capitales y posibilidades sociales. Por un lado, puede facilitar una absorción de tipo «24/7» vinculada a las lógicas de producción dispersa y consumo dominantes además de la que se da por las dinámicas patriarcales tradicionales, y en múltiples casos situaciones de evidente asimetría y de explotación laboral. También puede propiciar situaciones socialmente extendidas o impuestas de soledad y aislamiento. Sin embargo, está asimismo vinculado al surgimiento de espacios de experimentación tanto en soledad como en compañía, de cooperación y de intercambio, además de a la evidente posibilidad de construir rutinas propias y, por tanto, una subjetividad laboral propia. Por otro lado, frente a la idea general y homogénea del trabajador casero como un sujeto mayoritariamente aislado de su entorno, las jornadas de trabajo de los trabajadores caseros estudiados presentan una gran diversidad. Estas pueden conllevar aislamiento y exclusión, así como acompañar diferentes formas de construcción de una ciudadanía activa, tanto en solitario, como mediante formas de participación activa en la construcción de una vida en comunidad. En esta investigación se analizan, pues, desafíos y oportunidades de estas espacialidades del trabajo y, a través de este análisis, se indaga en el papel de los marcos físicos, organizativos y simbólicos actuales para la vivienda y para la ciudad pensada desde los trabajadores caseros. Al mismo tiempo se exploran nuevos tipos de vivienda y urbanismos que puedan quizás acompañar procesos sociales de inclusión, así como de emancipación, cooperación e intercambio y, en general, nuevas formas de vecindad y bienestar compartido en los ámbitos doméstico-productivos. Metodológicamente, las singularidades presentes en las realidades estudiadas invitan además a explorar protocolos de análisis, métodos de diseño, de gestión y gobierno que, desde lo micro, puedan dialogar con lo cotidiano y sus singularidades. Diego Barajas, autor de la tesis, es arquitecto dedicado a la práctica, a la investigación y la docencia. Su trabajo se focaliza en explorar el carácter mediador de la arquitectura frente a lo cotidiano y sus microrrealidades. Es profesor de proyectos de urbanismo en la IE School of Architecture y es miembro de Husos, una plataforma de investigación y diseño orientada a la innovación en arquitectura y urbanismo, con sede en Madrid. Es el autor del libro Dispersion, A Study of Global Mobility and the Dynamics of a Fictional Urbanism (Episode Publishers, Róterdam, 2003). Sus trabajos teóricos y de investigación han aparecido en libros y revistas internacionales tales como The Domestic and The Foreign in Architecture (010 Publishers, 2008), Public Spheres, a Europan Discussion (Europan9, 2007), Photoespaña 05 (La Fábrica, Madrid, 2005), Domus, Volume, Abitare, Architese, Plot, y Summa+. Su trabajo se ha expuesto en la Bienal de Venecia (selección principal), la Bienal de Róterdam, la Fundación Tapies, Photoespaña, entre otros y es parte de la colección permanente del FRAC Centre en Orleans y del Historisch Museum de Róterdam entre otros. Antes de estudiar en Róterdam, se gradúa con Honores en la Universidad de los Andes en 1999 y su tesis de grado de arquitectura recibe la máxima distinción como proyecto de Grado Meritorio. ABSTRACT The present study records an investigation into the «productive house», or the home as a workplace. This investigation looks at how working from home, its architectures, and the urban dynamics generated around it influence daily life and the construction of society. It also explores what influences home-based work might have in the future, particularly in central themes such as the biopolitical construction of subjectivities and community life. The central hypothesis revolves around the idea that the home, as a multi-use infrastructure that most of us have access to, plays a fundamental role in the contemporary work sphere, due to —or even in spite of— the omnipresence of work in practically every moment and area of our daily lives, and might play a main role in the future. The home functions as a kind of hub from which we create different kinds of material and immaterial goods, but above all relationships with others, both social and productive, as well as imaginaries and affections. The home, as a machine for production and reproduction, is as much a main «factory of the social» as Silvia Federici describes it, as a «factory of the urban». Working from home, as one of several «dispersed» work dynamics that are part of the contemporary world of work, presents as many important problematics and challenges as it does possibilities and social capital. On the one hand, it can contribute to kind of «24/7» absorption linked both to the logistics of the current dispersed production and consumption, and to that of traditional patriarchal dynamics, and in some cases even clearly asymmetrical situations that exploit the workforce. It can also lead to the socially widespread phenomena of isolation and loneliness, at times imposed upon home-based workers. However, by the same token, it is also linked to the growth of experimental spaces of cooperation and exchange, both solitary and in company, as well as the clear possibility of constructing individualised routines and, therefore, a personal laboural subjectivity. On the other hand, contrary to the generalised, homogenous idea of a home-based worker who is mostly isolated from his or her environment, the working days of those we studied went hand in hand with different ways of building subjectivities. This could be as much in exclusion and isolation as through building an active citizenship, at times in solitary and at times actively participating in the construction of communal life. In this investigation, therefore, the challenges and opportunities of the home as workplace have been analysed, and through this analysis we have inquired into the role of current physical, organisational and symbolic frameworks for the home and for the city from the perspective of home workers. At the same time we have explored new types of homes and of town planning that could perhaps accompany social processes of diversity and inclusion as well as emancipation, cooperation and exchange and, in general, new forms of shared welfare in productive domestic environments. Methodologically, the singularities present in the cases studied also invite us to explore protocols of analysis, methods of design, management and government that, from the micro level, could dialogue with the peculiarities of day-to-day life. The author of this thesis, Diego Barajas, is an architect dedicated to practice, investigation and teaching. His work is focussed on exploring the mediating nature of architecture and the built environment in terms of daily life and its microrealities. He is professor of urban projects at the IE School of Architecture and member of Husos, a platform for investigation and town planning based in Madrid. He is the author of the book Dispersion, A Study of Global Mobility and the Dynamics of a Fictional Urbanism (Episode Publishers, Rotterdam, 2003) and his theoretical works and investigations have appeared in books such as The Domestic and The Foreign in Architecture (010 Publishers, 2008), Public Spheres, a Europan Discussion (Europan9, 2007), Photoespaña 05 (La Fábrica, Madrid, 2005), and in international magazines such as Domus, Volume, Abitare, Architese, Plot and Summa+. His work has been exhibited in places such as the Venice Biennial (main selection), the Rotterdam Biennial, the Tapies Foundation and Photoespaña, among others, and forms part of the permanent collection of the FRAC Centre in Orleans and the Historisch Museum of Rotterdam. Before studying in Rotterdam, he graduated with Honours from the University of the Andes in 1999, and his architecture degree thesis received the maximum distinction of Meritorious Graduation Project.