21 resultados para PRUDENCIA
em Memoria Académica - FaHCE, UNLP - Argentina
Resumo:
El proyecto del presente trabajo consiste en reflexionar sobre la constitución del sujeto ético-político en los Erga de Hesíodo. Trabajaremos desde una propuesta de matriz antropológica, en torno a los consejos de administración familiar que el poeta propone, recurriendo a Jenofonte cuando la comparación sea oportuna. Siguiendo el horizonte semántico del término chresis, indagaremos dos cuestiones fundamentales, la gestión del hogar, a partir de la problematización del matrimonio como cuestión afín, y la gestión de los vínculos personales, que van más allá del oikos, para convocar a otros actores, el hermano, el huésped, el amigo. En ambos niveles, el estrictamente familiar con la presencia del marido y la esposa en el centro de la escena, y el familiar, en sentido más amplio, los tópicos devuelven ciertas preocupaciones y reflexiones en torno a cuestiones que se repiten, el trabajo, la riqueza, la productividad, la prudencia, el honor, la convivencia, la tolerancia. Se plasma un universo antropológico que nos permite relevar, desde los topoi recortados, la pequeña familia intramuros y la gran familia extramuros, la preocupación habitual de la constitución de un sujeto temperante que en Hesíodo cobra distintas aristas. El modelo discursivo obedece a las reglas de formación que reconocemos en los Erga como matriz de discurso: recomendaciones, consejos, exhortaciones, que delinean dos topoi reconocibles, dos categorías de sujetos, dos registros de conductas, dos modelos de instalación en la vida. Hesíodo nos tiene acostumbrados a esos sistemas binarios que, a nuestro juicio, se inscriben en la lógica del linaje. Hombres, valores, conductas de matriz diurna o nocturna, positiva o negativa, luminosa o tenebrosa. La vida familiar y la comunitaria no parece escapar a esta lógica binaria y el corpus de consejos no hace otra cosa que vigorizar con su logos el aspecto diurno de la tensión
Resumo:
No resulta fácil desentrañar el pensamiento de un escéptico acerca de temas sobre los que prefiere abstenerse de formular juicios. Es el caso de David Hume y la religión.El filósofo escocés nacido en 1711 dejó varios escritos aludiendo al fenómeno, es decir, a la religión tal como existe de hecho, y manifestó su opinión crítica acerca de las distintas posturas intelectuales de su tiempo en torno a cuestiones religiosas. Pero siempre fue ambiguo e irónico cuando le tocó dejar asentado su propio juicio con respecto a este tema. La dificultad principal reside en que, para Hume, a quien podríamos considerar un ?escéptico mitigado?, los juicios correctos son aquellos que se ajustan a la estrecha capacidad del entendimiento humano, que no va más allá de los límites de la experiencia de la vida cotidiana. Muchos aspectos vinculados a la religión ?tales como la posibilidad de conocer de la esencia y los atributos divinos- exceden nuestras limitadas facultades y, si nos aventuramos a argumentar en ese ámbito, corremos el riesgo de caer en el error y la irracionalidad. Nuestra propuesta consiste en examinar cuál es la postura de Hume sobre los distintos problemas que presentan el conocimiento y la práctica vinculados con la religión. Respecto del conocimiento, las dificultades se plantean a la hora de determinar qué estatuto otorgarle a las creencias religiosas, cuál es el origen en nuestra mente de la religiosidad y cómo justificar por medio de argumentos la existencia y atributos de la divinidad. En cuanto a la práctica, Hume formula una serie de críticas a las actitudes e instituciones religiosas tal como se han dado históricamente a partir del análisis de las consecuencias que observa en la sociedad, de las que surge una contradicción entre un conjunto de principios respetables y un sinnúmero de acciones deplorables. Para examinar estas cuestiones es necesario tener en cuenta el punto de vista desde el que efectúa su análisis, que se vincula, como acabamos de mencionar, con el escepticismo mitigado. Finalmente, evaluaremos si es posible proponer alguna forma de religión que tenga el visto bueno de Hume y, en ese caso, qué características debería revestir. Para lograrlo, deberemos abrirnos paso entre su inteligente ironía y su excesiva prudencia.
Resumo:
Mi investigación se orienta a mostrar de qué manera la noción de mímesis trágica de Aristóteles podría enmarcarse en una lectura que despliegue su dimensión ética y política, atendiendo a su estrecha relación con la práxis y el lógos, más allá de los 'silencios' de la Poética al respecto. En tal sentido, afirmo que esta obra, dedicada a la mímesis trágica, no sólo es un tratado sobre la poética, en términos técnicos, sino también una 'puerta abierta' hacia una problemática ético-política más amplia, derivada de la propia situación histórica en la que se ubica el estagirita y signada por una crisis particular del hombre y lo político. Mi interpretación es que el énfasis aristotélico por la generación de 'buenas tragedias', y el tono normativo que, en general, tienen sus consideraciones sobre la poética, podrían ser leídos como la búsqueda de una vía de resolución de dicha crisis. Así, la mímesis trágica posibilitaría, por un lado, la conformación de una comunidad política gracias al espectáculo, a la manera de 'poner ante los ojos' complejas cuestiones morales y políticas y, por otro, la ejercitación de la prudencia y la deliberación como principales herramientas prácticas para la vida en la pólis. De esta manera, podría verse en la mímesis trágica un aporte que, desde el ámbito del arte, permitiría reflexionar en torno a la fragilidad de la acción, en sus dimensiones tanto éticas como políticas. En el contexto contemporáneo, signado por una crisis del hombre y de la experiencia del mundo, la mímesis vuelve a aparecer en las más variadas discusiones. Autores como Walter Benjamin, Paul Ricoeur, Hannah Arendt, Philippe Lacoue-Labarthe, entre otros, recurren a la noción de mímesis, desde distintas perspectivas teóricas, para revisar los problemas que plantean la acción humana y su representación. En las conclusiones, me refiero en particular a la reapropiación de Arendt y Ricoeur, por considerar que en sus lecturas explotan los ?silencios? de Aristóteles y, al hacerlo, dan un nuevo sentido ético y político a la mímesis
Resumo:
El principal objetivo de este trabajo consiste en relacionar el concepto deleuziano de "cuerpo sin órganos" con el análisis que realiza Foucault, en Los anormales, del cuerpo poseído. Concretamente se intentará mostrar cómo es posible concebir al cuerpo poseído de Foucault como un cuerpo sin órganos deleuziano. El trabajo girará alrededor de tres grandes ejes: el organismo y el campo de intervención; la significancia y el dominio discursivo; la subjetivación y el saber. Finalmente se mencionará a la idea deleuziana de prudencia, entendida como arte común a los tres ejes.
Resumo:
José Hierro es recordado en la historia de la literatura española por la poetización en sus obras de posguerra de un claro yo autoral, que cobra sentido casi siempre en cuanto englobado en el nosotros de una generación concreta y real: los textos hierrianos dan la impresión de estar hablando siempre en clave personal, si bien las confesiones se quedan muchas veces en el ámbito de lo público, raras veces sumergiéndose en la introspección de lo íntimo, esfera que, como es sabido, el poeta solía respetar con abundante prudencia en todos los aspectos de su vida. Todo ello se construye con las oportunas marcas de realismo o realemas, que conducen al lector en la pista de una lectura más o menos realista, tendente a eliminar todo efecto de ficción, como era canónico en la época. La evolución de José Hierro le lleva a ir dejando de lado esta poética de razón histórica para adentrarse en otros caminos, que serían tan exitosos y productivos en los años subsiguientes. No es sorprendente, por tanto, que encontremos líneas evolutivas en un autor de cuya obra se extiende en tan largo período de tiempo -pensemos que se trata de más de cincuenta años-. Sin embargo, sí llama la atención que en sus últimos libros de poesía encontremos una peculiar manera de resolver el problema del pudor y de la identidad. Encontramos en ellos la imbricación de una creciente confesión íntima y un decreciente correlato autorial. No somos las primeras en advertir esta aparente paradoja, pero lo que queremos demostrar es que las frecuentes máscaras culturalistas ejercen una función múltiple en la obra hierriana; permitiéndole conectar con las jóvenes poéticas, el autor consigue dar cabida a las inquietudes íntimas sin sentirse violentado
Resumo:
El protagonista del Cantar de mio Cid es un héore mesurado, pero también afortunado, agraciado con auze o buenaventura y "en buen hora nado". Su fortuna es innata, pero también cultivada a través de la prudencia. La suma de templanza y osadía sirva para mantener el auze del Campeador, lo que, unido al optimismo del héroe afortunado, impregna el poema épico de un fuerte dinamismo.
Resumo:
Este trabajo analiza si es apropiada la lectura de Arendt acerca de la posibilidad de que Vico aplicase los principios universales de la Scienza Nuova al mundo civil. Se intentará mostrar la plausibilidad de las siguientes tesis: a) existe cierta afinidad entre la finalidad "práctica" de la poesía en Vico y la categoría de narratividad en Arendt; b) existe una marcada diferencia en cómo ambos autores conciben la posibilidad de intervención sobre el mundo civil. Vico propone la función de la prudencia basada en el sentido común para evitar la ruina de las naciones; Arendt apuesta al juicio reflexivo y al pensamiento como medios de conjurar las catástrofes políticas
Resumo:
Mi investigación se orienta a mostrar de qué manera la noción de mímesis trágica de Aristóteles podría enmarcarse en una lectura que despliegue su dimensión ética y política, atendiendo a su estrecha relación con la práxis y el lógos, más allá de los 'silencios' de la Poética al respecto. En tal sentido, afirmo que esta obra, dedicada a la mímesis trágica, no sólo es un tratado sobre la poética, en términos técnicos, sino también una 'puerta abierta' hacia una problemática ético-política más amplia, derivada de la propia situación histórica en la que se ubica el estagirita y signada por una crisis particular del hombre y lo político. Mi interpretación es que el énfasis aristotélico por la generación de 'buenas tragedias', y el tono normativo que, en general, tienen sus consideraciones sobre la poética, podrían ser leídos como la búsqueda de una vía de resolución de dicha crisis. Así, la mímesis trágica posibilitaría, por un lado, la conformación de una comunidad política gracias al espectáculo, a la manera de 'poner ante los ojos' complejas cuestiones morales y políticas y, por otro, la ejercitación de la prudencia y la deliberación como principales herramientas prácticas para la vida en la pólis. De esta manera, podría verse en la mímesis trágica un aporte que, desde el ámbito del arte, permitiría reflexionar en torno a la fragilidad de la acción, en sus dimensiones tanto éticas como políticas. En el contexto contemporáneo, signado por una crisis del hombre y de la experiencia del mundo, la mímesis vuelve a aparecer en las más variadas discusiones. Autores como Walter Benjamin, Paul Ricoeur, Hannah Arendt, Philippe Lacoue-Labarthe, entre otros, recurren a la noción de mímesis, desde distintas perspectivas teóricas, para revisar los problemas que plantean la acción humana y su representación. En las conclusiones, me refiero en particular a la reapropiación de Arendt y Ricoeur, por considerar que en sus lecturas explotan los ?silencios? de Aristóteles y, al hacerlo, dan un nuevo sentido ético y político a la mímesis
Resumo:
No resulta fácil desentrañar el pensamiento de un escéptico acerca de temas sobre los que prefiere abstenerse de formular juicios. Es el caso de David Hume y la religión.El filósofo escocés nacido en 1711 dejó varios escritos aludiendo al fenómeno, es decir, a la religión tal como existe de hecho, y manifestó su opinión crítica acerca de las distintas posturas intelectuales de su tiempo en torno a cuestiones religiosas. Pero siempre fue ambiguo e irónico cuando le tocó dejar asentado su propio juicio con respecto a este tema. La dificultad principal reside en que, para Hume, a quien podríamos considerar un ?escéptico mitigado?, los juicios correctos son aquellos que se ajustan a la estrecha capacidad del entendimiento humano, que no va más allá de los límites de la experiencia de la vida cotidiana. Muchos aspectos vinculados a la religión ?tales como la posibilidad de conocer de la esencia y los atributos divinos- exceden nuestras limitadas facultades y, si nos aventuramos a argumentar en ese ámbito, corremos el riesgo de caer en el error y la irracionalidad. Nuestra propuesta consiste en examinar cuál es la postura de Hume sobre los distintos problemas que presentan el conocimiento y la práctica vinculados con la religión. Respecto del conocimiento, las dificultades se plantean a la hora de determinar qué estatuto otorgarle a las creencias religiosas, cuál es el origen en nuestra mente de la religiosidad y cómo justificar por medio de argumentos la existencia y atributos de la divinidad. En cuanto a la práctica, Hume formula una serie de críticas a las actitudes e instituciones religiosas tal como se han dado históricamente a partir del análisis de las consecuencias que observa en la sociedad, de las que surge una contradicción entre un conjunto de principios respetables y un sinnúmero de acciones deplorables. Para examinar estas cuestiones es necesario tener en cuenta el punto de vista desde el que efectúa su análisis, que se vincula, como acabamos de mencionar, con el escepticismo mitigado. Finalmente, evaluaremos si es posible proponer alguna forma de religión que tenga el visto bueno de Hume y, en ese caso, qué características debería revestir. Para lograrlo, deberemos abrirnos paso entre su inteligente ironía y su excesiva prudencia.
Resumo:
El principal objetivo de este trabajo consiste en relacionar el concepto deleuziano de "cuerpo sin órganos" con el análisis que realiza Foucault, en Los anormales, del cuerpo poseído. Concretamente se intentará mostrar cómo es posible concebir al cuerpo poseído de Foucault como un cuerpo sin órganos deleuziano. El trabajo girará alrededor de tres grandes ejes: el organismo y el campo de intervención; la significancia y el dominio discursivo; la subjetivación y el saber. Finalmente se mencionará a la idea deleuziana de prudencia, entendida como arte común a los tres ejes.
Resumo:
José Hierro es recordado en la historia de la literatura española por la poetización en sus obras de posguerra de un claro yo autoral, que cobra sentido casi siempre en cuanto englobado en el nosotros de una generación concreta y real: los textos hierrianos dan la impresión de estar hablando siempre en clave personal, si bien las confesiones se quedan muchas veces en el ámbito de lo público, raras veces sumergiéndose en la introspección de lo íntimo, esfera que, como es sabido, el poeta solía respetar con abundante prudencia en todos los aspectos de su vida. Todo ello se construye con las oportunas marcas de realismo o realemas, que conducen al lector en la pista de una lectura más o menos realista, tendente a eliminar todo efecto de ficción, como era canónico en la época. La evolución de José Hierro le lleva a ir dejando de lado esta poética de razón histórica para adentrarse en otros caminos, que serían tan exitosos y productivos en los años subsiguientes. No es sorprendente, por tanto, que encontremos líneas evolutivas en un autor de cuya obra se extiende en tan largo período de tiempo -pensemos que se trata de más de cincuenta años-. Sin embargo, sí llama la atención que en sus últimos libros de poesía encontremos una peculiar manera de resolver el problema del pudor y de la identidad. Encontramos en ellos la imbricación de una creciente confesión íntima y un decreciente correlato autorial. No somos las primeras en advertir esta aparente paradoja, pero lo que queremos demostrar es que las frecuentes máscaras culturalistas ejercen una función múltiple en la obra hierriana; permitiéndole conectar con las jóvenes poéticas, el autor consigue dar cabida a las inquietudes íntimas sin sentirse violentado
Resumo:
El protagonista del Cantar de mio Cid es un héore mesurado, pero también afortunado, agraciado con auze o buenaventura y "en buen hora nado". Su fortuna es innata, pero también cultivada a través de la prudencia. La suma de templanza y osadía sirva para mantener el auze del Campeador, lo que, unido al optimismo del héroe afortunado, impregna el poema épico de un fuerte dinamismo.
Resumo:
Este trabajo analiza si es apropiada la lectura de Arendt acerca de la posibilidad de que Vico aplicase los principios universales de la Scienza Nuova al mundo civil. Se intentará mostrar la plausibilidad de las siguientes tesis: a) existe cierta afinidad entre la finalidad "práctica" de la poesía en Vico y la categoría de narratividad en Arendt; b) existe una marcada diferencia en cómo ambos autores conciben la posibilidad de intervención sobre el mundo civil. Vico propone la función de la prudencia basada en el sentido común para evitar la ruina de las naciones; Arendt apuesta al juicio reflexivo y al pensamiento como medios de conjurar las catástrofes políticas
Resumo:
El proyecto del presente trabajo consiste en reflexionar sobre la constitución del sujeto ético-político en los Erga de Hesíodo. Trabajaremos desde una propuesta de matriz antropológica, en torno a los consejos de administración familiar que el poeta propone, recurriendo a Jenofonte cuando la comparación sea oportuna. Siguiendo el horizonte semántico del término chresis, indagaremos dos cuestiones fundamentales, la gestión del hogar, a partir de la problematización del matrimonio como cuestión afín, y la gestión de los vínculos personales, que van más allá del oikos, para convocar a otros actores, el hermano, el huésped, el amigo. En ambos niveles, el estrictamente familiar con la presencia del marido y la esposa en el centro de la escena, y el familiar, en sentido más amplio, los tópicos devuelven ciertas preocupaciones y reflexiones en torno a cuestiones que se repiten, el trabajo, la riqueza, la productividad, la prudencia, el honor, la convivencia, la tolerancia. Se plasma un universo antropológico que nos permite relevar, desde los topoi recortados, la pequeña familia intramuros y la gran familia extramuros, la preocupación habitual de la constitución de un sujeto temperante que en Hesíodo cobra distintas aristas. El modelo discursivo obedece a las reglas de formación que reconocemos en los Erga como matriz de discurso: recomendaciones, consejos, exhortaciones, que delinean dos topoi reconocibles, dos categorías de sujetos, dos registros de conductas, dos modelos de instalación en la vida. Hesíodo nos tiene acostumbrados a esos sistemas binarios que, a nuestro juicio, se inscriben en la lógica del linaje. Hombres, valores, conductas de matriz diurna o nocturna, positiva o negativa, luminosa o tenebrosa. La vida familiar y la comunitaria no parece escapar a esta lógica binaria y el corpus de consejos no hace otra cosa que vigorizar con su logos el aspecto diurno de la tensión
Resumo:
No resulta fácil desentrañar el pensamiento de un escéptico acerca de temas sobre los que prefiere abstenerse de formular juicios. Es el caso de David Hume y la religión.El filósofo escocés nacido en 1711 dejó varios escritos aludiendo al fenómeno, es decir, a la religión tal como existe de hecho, y manifestó su opinión crítica acerca de las distintas posturas intelectuales de su tiempo en torno a cuestiones religiosas. Pero siempre fue ambiguo e irónico cuando le tocó dejar asentado su propio juicio con respecto a este tema. La dificultad principal reside en que, para Hume, a quien podríamos considerar un ?escéptico mitigado?, los juicios correctos son aquellos que se ajustan a la estrecha capacidad del entendimiento humano, que no va más allá de los límites de la experiencia de la vida cotidiana. Muchos aspectos vinculados a la religión ?tales como la posibilidad de conocer de la esencia y los atributos divinos- exceden nuestras limitadas facultades y, si nos aventuramos a argumentar en ese ámbito, corremos el riesgo de caer en el error y la irracionalidad. Nuestra propuesta consiste en examinar cuál es la postura de Hume sobre los distintos problemas que presentan el conocimiento y la práctica vinculados con la religión. Respecto del conocimiento, las dificultades se plantean a la hora de determinar qué estatuto otorgarle a las creencias religiosas, cuál es el origen en nuestra mente de la religiosidad y cómo justificar por medio de argumentos la existencia y atributos de la divinidad. En cuanto a la práctica, Hume formula una serie de críticas a las actitudes e instituciones religiosas tal como se han dado históricamente a partir del análisis de las consecuencias que observa en la sociedad, de las que surge una contradicción entre un conjunto de principios respetables y un sinnúmero de acciones deplorables. Para examinar estas cuestiones es necesario tener en cuenta el punto de vista desde el que efectúa su análisis, que se vincula, como acabamos de mencionar, con el escepticismo mitigado. Finalmente, evaluaremos si es posible proponer alguna forma de religión que tenga el visto bueno de Hume y, en ese caso, qué características debería revestir. Para lograrlo, deberemos abrirnos paso entre su inteligente ironía y su excesiva prudencia.