6 resultados para Iglesia Católica-Breviarios
em Ministerio de Cultura, Spain
Resumo:
Estudiar la acción de la Iglesia en la legislación educativa española de 1939 a 1953: comienzo de la guerra civil y firma del Concordato entre el Estado español y la Santa Sede. Concretamente, estudiar la influencia de la Iglesia en la reforma de la enseñanza media de 1938 y 1953. La investigación se divide en tres partes: la primera coincide en el tiempo con los últimos años de la actividad del cardenal Gomá hasta su muerte en 1940. Como temas de mayor interés destacan los aspectos más sobresalientes de la participación de Gomá en asuntos relacionados con la enseñanza, mediante los informes que envía a la Santa Sede, su entrevista con Franco y la relación que mantuvo con la Comisión de Cultura y Enseñanza. Se profundiza también en las dificultades y enfrentamientos de la Iglesia con la Falange para evitar cualquier intento de monopolio estatal, sobre todo, el de la enseñanza. La segunda parte comprende el período más largo que abarca desde finales de 1938 hasta el verano de 1951. Se han investigado las actuaciones falangistas en contra de la ley de 1938 y de los colegios privados, y la respuesta de las órdenes religiosas que se dedicaban a la enseñanza. En la tercera parte, se ha desarrollado con amplitud el período que se extiende desde julio de 1951, cuando Ruiz-Giménez se hace cargo del Ministerio de Educación y decide emprender la reforma de la Ley de 1938, hasta la publicación de la nueva ley de enseñanza media en febrero de 1953. Desde los primeros años de la guerra el cardenal Gomá denunció las pretensiones de Falange para conseguir la centralización del aparato educativo. La política educativa de Sainz Rodríguez supuso un freno importante a los intentos falangistas por apartar a la Iglesia del control del sistema de enseñanza. La Ley de Enseñanza Media de 1938 fue acogida con enorme satisfacción por la Iglesia. Aunque la Ley de 1938 no fue derogada hasta 1953, enseguida surgieron los primeros intentos de reforma. La Falange cuestionó siempre el control educativo de la Iglesia. El Ministerio de Educación Nacional inició reformas con el fin de corregir algunos defectos. Incluso en 1947 tenía ya preparado un Proyecto de Ley de Enseñanza Media que el ministro tuvo que archivar debido a la fuerte oposición de los religiosos. Los defensores de la enseñanza privada siempre creyeron que con la nueva Ley de Enseñanza Media de 1953 reaparecería el viejo concepto liberal napoleónico de que sólo el Estado era el que tenía el derecho y el deber de enseñar. La Conferencia de Metropolitanos desempeñó un papel fundamental en la tramitación del Proyecto de Ley de Enseñanza Media de 1953, pues a raíz de los incidentes originados por la declaración de 8 de diciembre sustituyó a la Comisión Episcopal de Enseñanza, que, durante algún tiempo, no volvió a contar con la confianza del Gobierno. La Ley de 1953 fracasó en su intento por acercar posiciones entre los defensores de la enseñanza privada y aquellos que pedían un mayor control estatal de la enseñanza media. Importó defender más el derecho de la Iglesia a enseñar su doctrina en los centros del Estado, que preocuparse por cómo se impartía su enseñanza, o las condiciones académicas e intelectuales de quienes lo hacían. A pesar de las fuertes tensiones y conflictos entre la Iglesia y el Estado durante los primeros años de franquismo, la jerarquía y el Gobierno estaban condenados a entenderse.
Resumo:
Resumen tomado de la revista
Resumo:
Estudia las relaciones entre la Iglesia y el Estado a lo largo del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. Abarca un largo periodo desde el Concordato de 1953 hasta la Ley de Libertad Religiosa de 1980. Este periodo de grandes transformaciones político-sociales aparece estructurado en dos partes. La primera se articula, a su vez, en cuatro capítulos: la Iglesia católica y la política educativa; la Iglesia católica y la gestión de Centros de Enseñanza y Formación; la capacidad de los Religiosos para la docencia; y la presencia de la Iglesia católica en las instituciones. La segunda parte se refiere a los contenidos del área religiosa, a la valoración de los mismos, y a la autorización y requisitos que los instrumentos didácticos empleados han de reunir para la enseñanza de estos contenidos. Las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado son el resultado de un proceso evolutivo de la vida social humana.
Resumo:
Estudio de la persona y la existencia terrenal de Cristo, de la verdad irrefutable de la religión cristiana, apoyada no sólo en las creencias de la Iglesia Católica, sino también en otras fuentes contemporáneas como la tradición talmúdica y otras fuentes no cristianas que dejaron testimonio de la existencia de Jesucristo. También existen otras ciencias dedicadas a probar la verdad del Cristianismo, entre las que destacan la liturgia, el derecho canónico, la historia de la Iglesia, la apologética y las disposiciones eclesiásticas, así como de la diferencia entre las cuestiones dogmáticas que son inmutables y las disciplinarias, que varían según las circunstancias y el juicio de las autoridades eclesiásticas.
Resumo:
Transcripción de la primera Encíclica publicada por S. S. Pablo VI, 'Ecclesiam Suam', en el año 1964, basada en una doctrina de comprensión y concordia frente al mundo moderno, el 'mandato' de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Consta de varias partes: I. La Conciencia de la Iglesia. II. La Renovación de la Iglesia. III. Diálogo de la Iglesia con el mundo.
Resumo:
Aportar una visión histórica de los centros de formación eclesiástica burgaleses desde las perspectivas actuales. Analizar la ideología y modelos a que han querido responder. Valorar la incidencia que han tenido en la sociedad y la historia. Cualificar las aportaciones de las personas que han sido el objetivo final de su funcionamiento. Visión panorámica de aspectos territoriales, jurisdiccionales y organizativos de la Diócesis. Historia de las instituciones docentes de la Iglesia. Exploración archivística. La ciudad y Diócesis de Burgos recibieron el mensaje de Trento, y desde el año 1565 el Seminario Conciliar de San Jerónimo fue el semillero de ciencia y adiestramiento con el que soñaron los padres del concilio tridentino que pretendía responder a la nueva situación provocada por la Reforma Protestante al enfrentarse a la Iglesia Romana. La Iglesia Católica decidió la creación del seminario como institución educativa propia para garantizar una formación teológica y espiritual de sus ministros en ese contexto. La formación del alma fue parte esencial de la tarea de gobierno de todos y cada uno de los veintiún pontificados que se produjeron en la centuria de la que se ocupa el estudio. Las preceptorías y colegios posibilitaron los primeros estudios de casi diez mil jóvenes, abriéndoles las puertas de la promoción cultural y ascenso en la pirámide social, también se evitó la pérdida de muchas vocaciones acercando las instituciones a los puntos mejor situados. Los rasgos esenciales de su funcionamiento quedan asegurados a través de las constituciones, estatutos y reglamentos que sirvieron para trazar el estilo de vida y la idiosincrasia formadora de las instituciones docentes eclesiásticas de Burgos. Durante el XIX, resultado del influjo de los distintos talantes episcopales se forma un nuevo tipo de clero para hacer frente a la nueva situación en que la iglesia se estaba desarrollando. Para contrarrestar las ideologías se desarrolló un sistema coherente de tipo moral, disciplinar y teológico que logró un tipo de sacerdocio más dócil. Con el transcurso de los años se continúa en este mismo reglamentarismo para formar un clero de extracción social desfavorecida, mayoritariamente rural. Se continúa manteniendo el terror contra lo que reafirme la iniciativa personal, tal vez porque el temor al hombre, a la propia persona, hundia profundas sus raices en la pedagogía eclesiástica. Se le cierra al estudiante cualquier atisbo por donde pudiera adivinar otro horizonte -prensa, vacaciones, diálogos...- Así la pasividad que degeneraba de ordinario en hipocresía o el camino de la rebeldía que le cerraba el futuro, son dos opciones, con frecuencia las únicas de la formación finisecular. Después de la etapa decimonónica, debido a las continuas intervenciones de los organismos romanos, se logró una formación más completa aunque bastante acéptica en los campos socio políticos. Aunque se advierte un deseo de apertura a los conocimientos intelectuales y culturales del momento y un esfuerzo para ajustarse al ritmo de vida laical.