61 resultados para Anatomía patológica
Resumo:
La respiración, la circulación sanguínea, la contracción de un músculo o el mero pensamiento son fenómenos que obligan a que nuestro organismo esté en constante cambio, produciendo y consumiendo energía. La palabra metabolismo deriva del griego metabolé y significa"cambio". Entendemos como metabolismo a todo el conjunto de reacciones bioquímicas y procesos físicos que ocurren en la célula y en el organismo. Todos estos procesos metabólicos tienen lugar en dos fases. Una fase, llamada anabolismo, en la que se consume energía para transformar moléculas pequeñas (como los aminoácidos) en moléculas mayores (proteínas), y otra fase, llamada catabolismo o fase destructiva, en la que moléculas mayores (glucógeno) se transforman en otras más pequeñas (ácido pirúvico) liberando energía en el proceso. Estos dos procesos son conjugados y cada uno depende del otro. Estas reacciones bioquímicas están organizadas de forma que se siga siempre una determinada ruta metabólica, de tal forma que un sustrato determinado es transformado en un producto concreto, y éste a su vez es el sustrato para crear otro producto. Dentro de esta vía existen unas proteínas llamadas enzimas que posibilitan estas reacciones, comportándose como factores reguladores de estas rutas metabólicas. El siguiente cuestionario tiene la finalidad de profundizar en algunos conceptos importantes dentro de la fisiopatología del metabolismo.
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El sistema endocrino es un sistema indispensable para mantener el desarrollo, el crecimiento, la reproducción, el metabolismo y la homeostasis del organismo. Está constituido por células que liberan al torrente sanguíneo unas sustancias denominadas hormonas que actúan como «mensajeros químicos», de forma similar a los impulsos eléctricos que utiliza el sistema nervioso; producen efectos únicamente en las células diana, que son las que disponen de receptores específicos para dichas hormonas. Éstas son transportadas por el torrente circulatorio solas o asociadas a determinadas proteínas, y poseen un sistema de autorregulación a través de los ejes hipotalámico-hipofisoglandular utilizando mecanismos de retroalimentación; es decir, las hormonas segregadas por una glándula inhiben la liberación de las hipotalámicas y de las hipofisarias. En este contexto, es necesario recordar que al hacer referencia a las hormonas dentro del ámbito sanitario se utilizan siglas y abreviaturas derivadas del inglés con la intención de agilizar la comunicación científica. Los distintos síndromes endocrinos pueden deberse a dos mecanismos que no son excluyentes: la modificación del tamaño de la glándula y las modificaciones de la actividad funcional (hipofunción o hiperfunción), derivando sus manifestaciones clínicas del mecanismo causante. Las manifestaciones de hipo o hiperfunción vendrán dadas por el exceso o déficit de las acciones que fisiológicamente desempeñan las hormonas que están implicadas; además, un aumento de tamaño glandular podrá ocasionar lesión o compromiso de espacio en una localización anatómica o en sus estructuras próximas. Pese a que la alteración más común dentro del sistema endocrino es la diabetes mellitus, no se incluye en este cuestionario ya que su importancia radica en el síndrome metabólico que provoca. Debido a esto, se trató de ella dentro de la autoevaluación sobre fisiopatología del metabolismo, publicada en esta misma revista en el número 4 del volumen 29 (2011). A través del siguiente cuestionario se profundizará en algunos conceptos importantes dentro de la fisiopatología del sistema endocrino.
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La presente entrega de la serie de Nursing sobre pruebas complementarias está dedicada a la gammagrafía. La gammagrafía es una técnica de diagnóstico por la imagen de medicina nuclear. Las exploraciones de medicina nuclear se pueden clasificar en medicina nuclear convencional (gammagrafía) y medicina nuclear por tomografía por emisión de positrones (PET), que se estudiará en la siguiente entrega de Nursing sobre pruebas complementarias. La gammagrafía es una técnica diagnóstica que utiliza sustancias radiactivas (isótopos) para estudiar la anatomía y el funcionalismo de diferentes órganos y tejidos del cuerpo. La gran ventaja de esta modalidad diagnóstica es su carácter funcional y su capacidad para evidenciar procesos pre-anatómicos de desarrollo patológico o anómalo que, junto con su elevada sensibilidad, permite diagnosticar alteraciones en fases muy precoces para poder ser tratadas. En el presente artículo se exponen las pruebas diagnósticas de gammagrafía más habituales, teniendo en cuenta que también existe la posibilidad de tratamientos terapéuticos que no son objeto de este trabajo. La enfermera, además del cuidado del paciente durante la preparación y después de la técnica, puede resolver las inquietudes relacionadas con las exploraciones gammagráficas, que normalmente tienen que ver con las características de cada prueba, la duración y el grado de molestia.
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Esta entrega de la serie de Nursing sobre las pruebas complementarias completa la dedicada a la radiografía de tórax. El tórax tiene estructuras anatómicas de densidad aérea y de partes blandas. Estas últimas, al ser atravesadas por la radiación X, muestran poca diferenciación de densidades, por lo que su interpretación es compleja, y la mayoría de veces su identificación se basa en signos indirectos. El objetivo de esta entrega es conocer las principales alteraciones de la normalidad y las imágenes radiológicas patológicas más usuales. Para ello es imprescindible conocer la anatomía y su traducción radiológica normal, que se presentó en la entrega anterior dedicada a la radiografía normal de tórax. La identificación de alteraciones y la detección de signos de alarma, junto con la exploración física, la anamnesia y las pruebas anteriores, proporcionan al profesional de enfermería la posibilidad de gestionar los cuidados de manera eficaz y con calidad para el paciente. En el contexto de estos artículos, y teniendo en cuenta que la imagen radiográfica del tórax es una de las más simples y a la vez más difíciles de interpretar, es útil visionar frecuentemente radiografías para mejorar la capacidad de distinguir las diferentes imágenes radiológicas presentes en la placa de tórax. Hay que tener presente que en muchos casos se visualizan diferentes alteraciones de la normalidad correspondientes a diferentes patologías presentes en un mismo paciente. Esto dificulta aún más el visionado de la imagen de tórax, ya de por sí compleja.
Resumo:
La presente entrega de la serie de Nursing sobre las pruebas complementarias está dedicada a la tomografía computarizada (TC). La TC fue pensada inicialmente para explorar el encéfalo en profundidad, pero su capacidad diagnóstica ha caracterizado su evolución desde sus inicios a principios de la década de los setenta, cuando el ingeniero británico Sir Godfrey Newbold Hounsfield ideó el primer prototipo de TC. En la actualidad se utiliza para la exploración y estudio de prácticamente la totalidad de órganos y tejidos. La TC se caracteriza por tener una elevada capacidad de discriminación en las estructuras anatómicas en función de su densidad. Esto permite diferenciar órganos, tejidos y sus lesiones, ofreciendo la posibilidad de obtener más información de la que mostraba la imagen radiológica convencional, que se caracterizaba por la obtención de una imagen general de la estructura a estudiar. En el caso de la TC, uno de los aspectos más destacados es la adquisición axial de la imagen, que permite estudiar porciones de anatomía. La capacidad de visión multiplanar de los nuevos equipos multicoronas, junto con la capacidad de diferenciar densidades, la convierten en una poderosa herramienta diagnóstica. Desde el punto de vista de atención al paciente, la enfermera explica e informa sobre la dinámica de las exploraciones que, dadas las características de la TC, hacen imprescindible el conocimiento de las preparaciones y los cuidados durante y después de la técnica para que se resuelvan de manera eficaz y sin molestias para el paciente.
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La presente entrega de la serie de Nursing sobre pruebas complementarias está dedicada a la gammagrafía. La gammagrafía es una técnica de diagnóstico por la imagen de medicina nuclear. Las exploraciones de medicina nuclear se pueden clasificar en medicina nuclear convencional (gammagrafía) y medicina nuclear por tomografía por emisión de positrones (PET), que se estudiará en la siguiente entrega de Nursing sobre pruebas complementarias. La gammagrafía es una técnica diagnóstica que utiliza sustancias radiactivas (isótopos) para estudiar la anatomía y el funcionalismo de diferentes órganos y tejidos del cuerpo. La gran ventaja de esta modalidad diagnóstica es su carácter funcional y su capacidad para evidenciar procesos pre-anatómicos de desarrollo patológico o anómalo que, junto con su elevada sensibilidad, permite diagnosticar alteraciones en fases muy precoces para poder ser tratadas. En el presente artículo se exponen las pruebas diagnósticas de gammagrafía más habituales, teniendo en cuenta que también existe la posibilidad de tratamientos terapéuticos que no son objeto de este trabajo. La enfermera, además del cuidado del paciente durante la preparación y después de la técnica, puede resolver las inquietudes relacionadas con las exploraciones gammagráficas, que normalmente tienen que ver con las características de cada prueba, la duración y el grado de molestia.
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Esta entrega de la serie de Nursing sobre las pruebas complementarias completa la dedicada a la radiografía de tórax. El tórax tiene estructuras anatómicas de densidad aérea y de partes blandas. Estas últimas, al ser atravesadas por la radiación X, muestran poca diferenciación de densidades, por lo que su interpretación es compleja, y la mayoría de veces su identificación se basa en signos indirectos. El objetivo de esta entrega es conocer las principales alteraciones de la normalidad y las imágenes radiológicas patológicas más usuales. Para ello es imprescindible conocer la anatomía y su traducción radiológica normal, que se presentó en la entrega anterior dedicada a la radiografía normal de tórax. La identificación de alteraciones y la detección de signos de alarma, junto con la exploración física, la anamnesia y las pruebas anteriores, proporcionan al profesional de enfermería la posibilidad de gestionar los cuidados de manera eficaz y con calidad para el paciente. En el contexto de estos artículos, y teniendo en cuenta que la imagen radiográfica del tórax es una de las más simples y a la vez más difíciles de interpretar, es útil visionar frecuentemente radiografías para mejorar la capacidad de distinguir las diferentes imágenes radiológicas presentes en la placa de tórax. Hay que tener presente que en muchos casos se visualizan diferentes alteraciones de la normalidad correspondientes a diferentes patologías presentes en un mismo paciente. Esto dificulta aún más el visionado de la imagen de tórax, ya de por sí compleja.
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La presente entrega de la serie de Nursing sobre las pruebas complementarias está dedicada a la tomografía computarizada (TC). La TC fue pensada inicialmente para explorar el encéfalo en profundidad, pero su capacidad diagnóstica ha caracterizado su evolución desde sus inicios a principios de la década de los setenta, cuando el ingeniero británico Sir Godfrey Newbold Hounsfield ideó el primer prototipo de TC. En la actualidad se utiliza para la exploración y estudio de prácticamente la totalidad de órganos y tejidos. La TC se caracteriza por tener una elevada capacidad de discriminación en las estructuras anatómicas en función de su densidad. Esto permite diferenciar órganos, tejidos y sus lesiones, ofreciendo la posibilidad de obtener más información de la que mostraba la imagen radiológica convencional, que se caracterizaba por la obtención de una imagen general de la estructura a estudiar. En el caso de la TC, uno de los aspectos más destacados es la adquisición axial de la imagen, que permite estudiar porciones de anatomía. La capacidad de visión multiplanar de los nuevos equipos multicoronas, junto con la capacidad de diferenciar densidades, la convierten en una poderosa herramienta diagnóstica. Desde el punto de vista de atención al paciente, la enfermera explica e informa sobre la dinámica de las exploraciones que, dadas las características de la TC, hacen imprescindible el conocimiento de las preparaciones y los cuidados durante y después de la técnica para que se resuelvan de manera eficaz y sin molestias para el paciente.
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La comunicación entre los enfermeros y los pacientes oncológicos es fundamental en la construcción de la relación profesional y terapéutica y esencial para administrar unos cuidados realmente enfocados en la persona como ser holístico y no como entidad patológica. Diferentes estudios han demostrado la influencia positiva de la comunicación en la satisfacción del paciente e incluso se ha encontrado relación entre una comunicación efectiva y una mayor adherencia al tratamiento, mejor control del dolor y estado psicológico. La comunicación, como herramienta para establecer una relación terapéutica eficaz, a su vez básica para el cuidado de cualquier paciente, es entonces “la herramienta” y prerrequisito indispensable para cuidar estos pacientes desde una perspectiva holística. Pese a la centralidad en el cuidado enfermero, la comunicación no se emplea en modo correcto en muchos casos. Objetivos: Este trabajo tiene como objetivo individuar las principales habilidades (skills) para lograr una comunicación terapéutica eficaz y cómo emplearlas en la construcción y mantenimiento de la relación terapéutica con el paciente y su familia. Método: búsqueda bibliográfica con las siguientes palabras clave: comunicación, paliativos, enfermería. Se han incluido en la revisión 27 artículos de 17 revistas distintas. Resultados: Las habilidades y factores encontrados en la literatura han sido clasificados en: a. barreras a la comunicación terapéutica b. condiciones y habilidades facilitadoras de la comunicaciónvi c. habilidades de relación d. habilidades para solicitar información e. estrategias y modelos de comunicación Conclusiones: La comunicación es la herramienta principal del cuidado enfermero en cuidados paliativos, difiere de la comunicación social y tiene como objetivo aumentar la calidad de vida del paciente. La habilidad en comunicación no es un don innato sino que es el resultado de un proceso de aprendizaje continuo. Entre las habilidades más citadas y efectivas hay que recordar la escucha activa (entendida como conjunto de técnicas), el tacto terapéutico, el contacto visual, la empatía y la importancia fundamental de la comunicación no verbal. El modelo de comunicación COMFORT es el único centrado en el paciente y a la vez en su familia. Palabras clave: Habilidades comunicación, paliativos, enfermería
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Myotonic dystrophy 1 (DM1) is caused by a CTG expansion in the 3′-unstranslated region of the DMPK gene, which encodes a serine/threonine protein kinase. One of the common clinical features of DM1 patients is insulin resistance, which has been associated with a pathogenic effect of the repeat expansions. Here we show that DMPK itself is a positive modulator of insulin action. DMPK-deficient (dmpk−/−) mice exhibit impaired insulin signaling in muscle tissues but not in adipocytes and liver, tissues in which DMPK is not expressed. Dmpk−/− mice display metabolic derangements such as abnormal glucose tolerance, reduced glucose uptake and impaired insulin-dependent GLUT4 trafficking in muscle. Using DMPK mutants, we show that DMPK is required for a correct intracellular trafficking of insulin and IGF-1 receptors, providing a mechanism to explain the molecular and metabolic phenotype of dmpk−/− mice. Taken together, these findings indicate that reduced DMPK expression may directly influence the onset of insulin-resistance in DM1 patients and point to dmpk as a new candidate gene for susceptibility to type 2-diabetes.
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Myotonic dystrophy 1 (DM1) is caused by a CTG expansion in the 3′-unstranslated region of the DMPK gene, which encodes a serine/threonine protein kinase. One of the common clinical features of DM1 patients is insulin resistance, which has been associated with a pathogenic effect of the repeat expansions. Here we show that DMPK itself is a positive modulator of insulin action. DMPK-deficient (dmpk−/−) mice exhibit impaired insulin signaling in muscle tissues but not in adipocytes and liver, tissues in which DMPK is not expressed. Dmpk−/− mice display metabolic derangements such as abnormal glucose tolerance, reduced glucose uptake and impaired insulin-dependent GLUT4 trafficking in muscle. Using DMPK mutants, we show that DMPK is required for a correct intracellular trafficking of insulin and IGF-1 receptors, providing a mechanism to explain the molecular and metabolic phenotype of dmpk−/− mice. Taken together, these findings indicate that reduced DMPK expression may directly influence the onset of insulin-resistance in DM1 patients and point to dmpk as a new candidate gene for susceptibility to type 2-diabetes.
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Intestinal infection with Salmonella enterica serotype Enteritidis, a food-borne infection spread to humans especially through contaminated eggs and egg-products as well as undercooked contaminated fresh meat, is the most common cause of intestinal inflammation in the European Union. Enteritis caused by Salmonella Enteritidis is characterized by fever, diarrhoea and abdominal pain. The disruption of the intestinal epithelial barrier function contributes to diarrhoea and is responsible for the perpetuation of the inflammatory process. In this sense, oxidative stress and the proinflammatory cytokines TNF-α, IFN-γ and IL-1β are described to induce the disorganization of the tight junctions (TJ), the most apical epithelial intercellular junctions and responsible for the paracellular permeability. The interest of this chapter relies not only in the investigation dealing with the mechanisms of TJ regulation but also in the contribution to the development of new tools for the prevention of epithelial barrier disruption in enteritis caused by Salmonella Enteritidis.
Resumo:
El propósito de este estudio fue caracterizar la anatomía de los conductos radiculares de dientes premolares superiores e inferiores provenientes de pacientes españoles. Fueron seleccionados 200 dientes premolares permanentes sometidos a diafanización. Para el estudio de los conductos radiculares se empleó la clasificación de Vertucci. La incidencia de conducto tipo I (un conducto) para los primeros premolares superiores fue de 5.88%, mientras que un 88.22% presentó dos conductos (de tipo II a tipo VI). Sólo el 5.88% de los primeros premolares superiores fueron tipo VIII (tres conductos). En los segundos premolares superiores, la incidencia de un conducto (tipo I) fue de 39.65%, y el 60.31% presentaron dos conductos (de tipo II a tipo VII). La incidencia de un conducto (tipo I) fue de 68.18% para los primeros premolares inferiores, y un 31.8% presentó dos conductos (de tipo II a tipo V). En los segundos premolares inferiores, la incidencia de tipo I (un conducto) fue de 73.91%, mientras que el 26.08% presentó dos conductos (de tipo IV a V). Salvo en el caso del segundo premolar inferior, nuestros resultados coincidieron con los de trabajos previos hechos en otras poblaciones.
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El propósito de este estudio fue caracterizar la anatomía de los conductos radiculares de dientes premolares superiores e inferiores provenientes de pacientes españoles. Fueron seleccionados 200 dientes premolares permanentes sometidos a diafanización. Para el estudio de los conductos radiculares se empleó la clasificación de Vertucci. La incidencia de conducto tipo I (un conducto) para los primeros premolares superiores fue de 5.88%, mientras que un 88.22% presentó dos conductos (de tipo II a tipo VI). Sólo el 5.88% de los primeros premolares superiores fueron tipo VIII (tres conductos). En los segundos premolares superiores, la incidencia de un conducto (tipo I) fue de 39.65%, y el 60.31% presentaron dos conductos (de tipo II a tipo VII). La incidencia de un conducto (tipo I) fue de 68.18% para los primeros premolares inferiores, y un 31.8% presentó dos conductos (de tipo II a tipo V). En los segundos premolares inferiores, la incidencia de tipo I (un conducto) fue de 73.91%, mientras que el 26.08% presentó dos conductos (de tipo IV a V). Salvo en el caso del segundo premolar inferior, nuestros resultados coincidieron con los de trabajos previos hechos en otras poblaciones.
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Los dientes de los vertebrados, y especialmente de los mamíferos, muestran una gran diversidad de formas como resultado de las adaptaciones ecológicas y alimentarias de las especies en función del hábitat y las condiciones ecológicas. La anatomía dental es de gran utilidad para definir especies y caracterizar poblaciones, y se ha utilizado extensamente para definir nuevos taxones y establecer relaciones filogenéticas. Nuestras investigaciones sobre la evolución morfológica de la dentición de los homininos han puesto de relieve la importancia de los dientes en la caracterización de las adaptaciones ecológicas de nuestros antepasados. El presente trabajo es el primero de una serie de tres trabajos que nos planteamos sobre la importancia de las características anatómicas en la interpretación de la evolución de nuestro linaje. En él se describen los principales eventos evolutivos que dieron origen a los dientes y su diversificación.