3 resultados para socialización
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
Las cárceles bolivianas, entre sus muchas peculiaridades, condensan a niños de diferentes edades que, sin haber cometido delito alguno, se encuentran recluidos junto con sus progenitores. Según datos de las autoridades de Régimen Penitenciario Boliviano, en todas las cárceles del país se ha contabilizado la existencia de al menos 1.500 niños y niñas. Estos niños, lejos de la vida de parques y juegos, se ven confinados a las paredes hacinadas de los penales, conviviendo con asesinos reincidentes, narcotraficantes, violadores, atracadores a mano armada y una vasta gama de delincuentes. Las duras realidades familiares y económicas de sus progenitores les han obligado a recluirse junto con sus hijos, en muchas ocasiones más de uno, puesto que la única otra alternativa es poner a sus niños a disposición del Estado, ya que en la mayoría de los casos no disponen, ya sea por estigmas o condiciones socioeconómicas, de la ayuda de familiares y amigos que puedan hacerse cargo. Esto ocasiona una situación muy sui generis dentro del contexto carcelario boliviano, ya que no solo se puede encontrar niños dentro de los penales, sino familias enteras conviviendo, transformando las cárceles en una especie de gueto donde se normalizan ciertos procesos de socialización. La gran mayoría de los reclusos en Bolivia se encuentran encerrados en prisión preventiva, es decir, sin tener una sentencia, y por tanto si tener una certeza sobre cuánto tiempo deberán permanecer en ese lugar, esta situación se debe especialmente a la retardación de la justicia boliviana. Lo que, lejos de contribuir a una rehabilitación de los reclusos, los centros penitenciarios bolivianos se constituyen en depósitos de personas, donde conviven hacinadas varios cientos, e incluso miles, de personas privadas de libertad, junto con sus familiares, en condiciones totalmente precarias...
Resumo:
La reciente caracterización de nuestra época como la “era del movimiento permanente” comporta el encumbramiento de la movilidad como un nuevo paradigma. La consecuente promoción de la “vida móvil” en tanto que objeto emergente de atención da lugar a múltiples campos de investigación: ya sea acerca de las evoluciones de la movilidad en relación a los desafíos y las exigencias de un desarrollo sostenible; ya sea sobre las comunidades transnacionales a tenor de la diversificación de las movilidades migrantes; ya sea acerca del derecho a la movilidad, dada la existencia de desigualdades en el acceso a los desplazamientos, etc. Cuestiones todas ellas que, sin ir más lejos, se concitan en nuestra actual cultura urbana, sometida a la redefinición en sus potencialidades, condiciones y modalidades. A su vez, ese despliegue de flujos y redes que caracterizan a la movilidad transforma las disciplinas a ella aplicadas, en especial la sociología quizá por la menor vigilancia de su normalización discursiva. No hay en ello falta de rigor, sino incorporación lúcida de las transformaciones, por cuanto se acepta que la movilización misma socava las fronteras terminológicas, los grados y las formas de su articulación, y la necesidad consiguiente de acuñar metáforas, términos y hasta explicaciones inéditas que llegan a recuperar elementos originales de la conformación de la sociología misma, como la literatura de viajes, o incluso su fecundación mutua con actividades “artísticas” como la fotografía.
Resumo:
Tradicionalmente, las ciencias sociales han considerado a las familias monoparentales como una desviación de la familia nuclear y, en consecuencia, como un modelo negativo para la sociedad y los individuos, al tiempo que han destacado su incapacidad para educar a los niños de una manera normalizada. El interaccionismo simbólico y la realización de entrevistas en profundidad han constatado la existencia de una serie de ventajas y desventajas de la socialización en las familias monoparentales derivadas de la propia estructura de tales familias, sin implicar necesariamente ninguna patología. Muchos de los problemas asociados a estas familias en la educacibn de los hijos parecen ser generados por situaciones de desventaja económica y riesgo de pobreza, y no tanto por la estructura familiar per se. Además existen otros factores como la comunicación y la afectividad, fundamentales para el desarrollo personal de los niños.