2 resultados para lumbar disk hernia
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
PURPOSE: To compare disk halo size in response to a glare source in eyes with an aspheric apodized diffractive multifocal intraocular lens (IOL) or aspheric monofocal IOL. SETTING: Rementeria Ophthalmological Clinic, Madrid, Spain. DESIGN: Prospective randomized masked study. METHOD: Halo radius was measured using a vision monitor (MonCv3) with low-luminance optotypes in eyes that had cataract surgery and bilateral implantion of an Acrysof Restor SN6AD1 multifocal IOL or Acrysof IQ monofocal IOL 6 to 9 months previously. The visual angle subtended by the disk halo radius was calculated in minutes of arc (arcmin). Patient complaints of halo disturbances were recorded. Monocular uncorrected distance visual acutity (UDVA) and corrected distance visual acuity (CDVA) were measured using high-contrast (96%) and low-contrast (10%) logMAR letter charts. RESULTS: The study comprised 39 eyes of 39 subjects (aged 70 to 80 years); 21 eyes had a multifocal IOL and 18 eyes a monofocal IOL. The mean halo radius was 35 arcmin larger in the multifocal IOL group than the monofocal group (P<.05). Greater halo effects were reported in the multifocal IOL group (P<.05). The mean monocular high-contrast UDVA and low-contrast UDVA did not vary significantly between groups, whereas the mean monocular high-contrast CDVA and low-contrast CDVA were significantly worse at 0.12 logMAR and 0.13 logMAR in the multifocal than in the monofocal IOL group, respectively (P <.01). A significant positive correlation was detected by multiple linear regression between the halo radius and low-contrast UDVA in the multifocal IOL group (r = 0.72, P<.001). CONCLUSIONS: The diffractive multifocal IOL gave rise to a larger disk halo size, which was correlated with a worse low-contrast UDVA.
Resumo:
La hernia perineal es una patología que se presenta en el macho de la especie canina de forma casi exclusiva, apareciendo de forma muy esporádica en la hembra y el gato, pero no se presenta en las otras especies domésticas. Se ha descrito en la especie humana sobre todo asociada a cirugías agresivas del abdomen caudal y siempre en relación a trastornos del suelo pélvico. En el perro la hernia perineal se produce por un fallo del diafragma pélvico, en el que destaca la atrofia y a veces la total desaparición del M. elevador de ano de forma uni- o bilateral. La debilidad-ausencia-desaparición de este músculo conduce a un posicionamiento más caudal de todos los órganos contenidos en el canal pélvico, vejiga, próstata, uretra post prostática, grasa periprostática y recto. Aparece en un rango muy amplio de edades aunque su tendencia más frecuente es alrededor de los 7-8 años de edad. Las manifestaciones clínicas de la hernia varían en función de la gravedad y antigüedad del proceso; el síntoma más frecuente es el estreñimiento y la deformación (tumefacción) de la fosa isquiática, pero se han descrito también la diarrea paradójica, vómitos y hasta la anuria obstructiva. La etiología de la hernia perineal esta poco clara, aunque existen diferentes hipótesis relacionadas con fenómenos que producen estreñimiento como hipertrofia prostática, o la existencia de quistes prostáticos y/o paraprostáticos. También se ha relacionado con saculitis o con la existencia de hernias inguinales. Otras teorías han relacionado la hernia con trastornos hormonales, desequilibrios entre receptores de andrógenos/estrógenos. Recientemente se la ha relacionado con la producción de relaxina en los quistes prostáticos y por último se la ha relacionado con alteraciones neurológicas del plexo pudendo. Pero lo cierto es que los porcentajes de perros con enfermedad prostática son muy altos sobre todo a partir de los 7- 8 años de edad y la incidencia de la hernia es muy baja. Tampoco todos los animales que padecen la hernia tienen quistes prostáticos y existen muchos animales con grandes quistes que no la desarrollan. En resumen, esta afección parece ser multifactorial aunque la lesión es siempre la misma, la debilidad progresiva del diafragma y la falta de funcionalismo hace el resto. Respecto a la cirugía ofrece también dificultades, se han descrito varias técnicas y las que mejores resultados ofrecen son las basadas en la elevación del obturador interno. No obstante en ocasiones este músculo también se encuentra atrofiado y la restauración del plano anatómico no es todo lo sólida que se desearía por lo cual se añade a la elevación del obturador, la utilización de mallas de polipropileno, la sobreposición del m. glúteo caudal, del músculo semitendinoso o la fijación intrabdominal de la vejiga, colon y conductos deferentes. A pesar de todo las recidivas siguen presentándose, aunque cada vez en menor porcentaje según las técnicas desarrolladas con posterioridad.