Hernia perineal canina: reconstrucción del diafragma pélvico con malla de polipropileno a través de doble abordaje
Contribuinte(s) |
Sánchez Muela, Mercedes García Fernández, Paloma Mayenco Aguirre, Ana |
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Data(s) |
22/01/2016
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Resumo |
La hernia perineal es una patología que se presenta en el macho de la especie canina de forma casi exclusiva, apareciendo de forma muy esporádica en la hembra y el gato, pero no se presenta en las otras especies domésticas. Se ha descrito en la especie humana sobre todo asociada a cirugías agresivas del abdomen caudal y siempre en relación a trastornos del suelo pélvico. En el perro la hernia perineal se produce por un fallo del diafragma pélvico, en el que destaca la atrofia y a veces la total desaparición del M. elevador de ano de forma uni- o bilateral. La debilidad-ausencia-desaparición de este músculo conduce a un posicionamiento más caudal de todos los órganos contenidos en el canal pélvico, vejiga, próstata, uretra post prostática, grasa periprostática y recto. Aparece en un rango muy amplio de edades aunque su tendencia más frecuente es alrededor de los 7-8 años de edad. Las manifestaciones clínicas de la hernia varían en función de la gravedad y antigüedad del proceso; el síntoma más frecuente es el estreñimiento y la deformación (tumefacción) de la fosa isquiática, pero se han descrito también la diarrea paradójica, vómitos y hasta la anuria obstructiva. La etiología de la hernia perineal esta poco clara, aunque existen diferentes hipótesis relacionadas con fenómenos que producen estreñimiento como hipertrofia prostática, o la existencia de quistes prostáticos y/o paraprostáticos. También se ha relacionado con saculitis o con la existencia de hernias inguinales. Otras teorías han relacionado la hernia con trastornos hormonales, desequilibrios entre receptores de andrógenos/estrógenos. Recientemente se la ha relacionado con la producción de relaxina en los quistes prostáticos y por último se la ha relacionado con alteraciones neurológicas del plexo pudendo. Pero lo cierto es que los porcentajes de perros con enfermedad prostática son muy altos sobre todo a partir de los 7- 8 años de edad y la incidencia de la hernia es muy baja. Tampoco todos los animales que padecen la hernia tienen quistes prostáticos y existen muchos animales con grandes quistes que no la desarrollan. En resumen, esta afección parece ser multifactorial aunque la lesión es siempre la misma, la debilidad progresiva del diafragma y la falta de funcionalismo hace el resto. Respecto a la cirugía ofrece también dificultades, se han descrito varias técnicas y las que mejores resultados ofrecen son las basadas en la elevación del obturador interno. No obstante en ocasiones este músculo también se encuentra atrofiado y la restauración del plano anatómico no es todo lo sólida que se desearía por lo cual se añade a la elevación del obturador, la utilización de mallas de polipropileno, la sobreposición del m. glúteo caudal, del músculo semitendinoso o la fijación intrabdominal de la vejiga, colon y conductos deferentes. A pesar de todo las recidivas siguen presentándose, aunque cada vez en menor porcentaje según las técnicas desarrolladas con posterioridad. |
Formato |
application/pdf |
Identificador | |
Idioma(s) |
es |
Publicador |
Universidad Complutense de Madrid |
Relação |
http://eprints.ucm.es/38761/ |
Direitos |
info:eu-repo/semantics/openAccess |
Palavras-Chave | #Patología veterinaria |
Tipo |
info:eu-repo/semantics/doctoralThesis PeerReviewed |