2 resultados para Táctica de sospecha
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
El síndrome de daño de la vía aérea por inhalación de humo consiste en la inspiración de gases calientes o vapor, así como de tóxicos que son a menudo productos incompletos que se producen en la combustión. Se produce por varios mecanismos: daño térmico de la vía aérea superior, afectación de las vías respiratorias inferiores y el parénquima pulmonar y toxicidad sistémica por intoxicación por monóxido de carbono o cianuros. La gravedad del daño por inhalación depende de si el fuego se produce en un ambiente cerrado, de la fuente de ignición, de la temperatura, la concentración y la solubilidad de los gases tóxicos generados. La incidencia de inhalación varía del 0.3-43% (13-18% de los ancianos con quemaduras graves). La diferencia de incidencia radica en una clara definición del síndrome de inhalación, y en considerar a paciente sólo con sospecha o a aquellos con confirmación diagnóstica. Es frecuente la aparición de síndrome de inhalación cuando la quemadura se produce por llama (en el 17% de los casos según la American Burn Association, ABA). El tratamiento del síndrome de inhalación es fundamentalmente de soporte, con control de la vía aérea, no existiendo un tratamiento específico. El síndrome de inhalación se asocia con mayor mortalidad y con peor pronóstico...
Resumo:
La simulación de enfermedad ha estado siempre asociada a la evitación de deberes militares. Tanto es así, que la etimología de la palabra malingering (simulación en inglés) proviene de la vida militar. De hecho, los principales manuales de diagnóstico psiquiátrico todavía mantienen los contextos militares como indicio para sospechar simulación. Además, esta forma de evitar obligaciones públicas se concebía como un intento de deserción y, en consecuencia, se identificaba con la cobardía y la deslealtad. Los Códigos de Justicia Militar de diferentes países así lo han contemplado y, en consecuencia, condenado. Debido a que la mayoría de los problemas psicológicos carecen de sustrato biológico, esta área de la salud ha estado inmersa en la subjetividad, favoreciendo que se relacionara, más que otras, con la sospecha de perfiles psicológicos deshonestos. En este contexto de arbitrariedad, los problemas mentales en población militar han sufrido un doble estigma. Por una parte, la fortaleza guerrera era incompatible con este tipo de problemas, convirtiéndolos en signo de debilidad. Mientras que, por otra, cualquier intento de evitación del servicio militar (como podían ser los problemas psicológicos aparentemente simulados) se asimilaba a un acto desleal. Por lo tanto, los soldados con problemas psicológicos -reales o simulados- eran estigmatizados, bien por debilidad, bien por cobardía o deslealtad. Así, ante las necesidades públicas de Defensa Territorial y/o Nacional, cristalizadas en una estricta cadena de mando cuyos objetivos eran incompatibles con la debilidad mental y la cobardía, la percepción de los problemas psicológicos partía de una visión intuitiva, cargada de connotaciones carentes de empatía y afianzada en este doble estigma. El problema para la sanidad militar –o los expertos de cada momento histórico- era determinar la veracidad de los cuadros psicopatológicos de los soldados, pero sin pruebas objetivas en las que basarse y bajo la presión de la cadena de mando...