4 resultados para Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca).

em Universidade Complutense de Madrid


Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

La prevalencia de consumo de tabaco en personas con trastornos mentales oscila entre un 42% y un 78% dependiendo del tipo de trastorno que padezcan (Solty, Crockford, White y Currie, 2009; Stockings et al., 2013), encontrándose las mayores tasas de consumo de tabaco y de dependencia a la nicotina en las personas con trastorno mental grave ingresadas en centros psiquiátricos (Lineberry, Allen, Nash, y Galardy, 2009). Es poco habitual que a los fumadores con psicopatología se les ofrezca tratamiento para disminuir o abandonar el consumo de tabaco, basándose en parte esta decisión en la creencia de que no están motivados para dejar de fumar. Sin embargo, se ha demostrado que muchos de estos fumadores muestran deseos de dejar de fumar, han realizado algún intento en el último año para conseguirlo y refieren que ya no disfrutan fumando, siendo una de sus principales motivaciones la preocupación por el propio estado de salud (Etter, Mohr, Garin y Etter, 2004; Mann-Wrobel, Bennett, Weiner, Buchanan y Ball, 2011)...

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Estudio de la importancia histórica del panteón real y los demás espacios que configuran el monasterio de san Lorenzo de El Escorial, construido a iniciativa de Felipe II entre 1563 y 1584, como lugar de creación y proyección de imagen funeraria de la monarquía de España, durante la Edad Moderna, a partir de la mentalidad ante la muerte de los soberanos españoles, sus consortes y familiares, y el depósito de sus restos mortales en el mismo, cuya custodia era confiada a su comunidad jerónima.

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Son tan notables y numerosos los testimonios literarios sobre el Monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial que convierten en temerario atrevimiento el intentar recogerlos en su totalidad. Por otra parte, quienes hayan tenido la oportunidad de consultar, por ejemplo, el libro de Saturnino Álvarez El Escorial en las letras españolas 1, pensarán que todo está dicho acerca de la literatura escurialense. Sin embargo, nada más lejos de esta apreciación. Cualquier estudio que ofrezca testimonios literarios del Real Monasterio podrá ser más o menos amplio pero no completo. En un principio, la idea para esta tesis surgió al contemplar desde el claustro de la torre de la Botica las diferentes dependencias donde se encuentran los fondos de la Biblioteca Real del Monasterio, observar el cuadro del primer bibliotecario jerónimo fray José de Sigüenza en el salón principal, y leer una obra del mismo titulada Fundación del Monasterio de El Escorial2 que me recomendó fray Luciano Rubio, siendo yo un joven novicio. En ella se historiaba la grandeza de un edificio único que resumía todos los parámetros del saber hasta la época. La elección de la literatura escurialense vino por sí sola al advertir que era un tema poco tratado en su conjunto y al comprobar que podía ser interesante ofrecer una visión objetiva de autores y obras que escriben sobre el Escorial, en los diferentes géneros literarios, a lo largo de los cuatro siglos y medio de existencia del Monasterio. Comentados estos preliminares, la introducción que ofrecemos pretende preparar el camino y marcar las pautas de todo lo que a continuación vamos a desarrollar. En los dictámenes o preceptiva del mundo clásico era aconsejable que la introducción de cualquier estudio debiera ser lo último que un autor escribiese. Aunque resulte contradictoria esta afirmación, parece lógica pues es al final de lo escrito cuando alguien puede tener una visión más completa de lo tratado...

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Hay figuras que se escapan de sus contemporáneos como el agua entre los dedos. Autores difícilmente clasificables, cuya magnitud es apenas intuida hasta pasados muchos años del nacimiento de su obra. Hay autores que trabajan para siempre. Es el caso de artistas como Federico García Lorca, Antonio Gaudí, Franz Kafka, Víctor Erice, Andrei Tarkowski o tantos otros. Autores que avanzan en la oscuridad. Autores que caminan sin red por la cuerda floja, sin conocer hacia dónde van. Autores que exploran nuevos territorios en nombre de la humanidad. Autores que rozan lo inefable, que nos asoman al abismo insondable. Y a esta clase pertenece también el cineasta granadino José Val del Omar. Y se dice cineasta porque ni él mismo logró encontrar una palabra que definiera lo que hacía. Cinemista, cinegrafía, mecamística… son términos que necesitó forjar porque en la oscuridad los objetos se vuelven ininteligibles, pero necesitamos poner nombre a las cosas para que existan. Val del Omar está mucho más cerca de Rimbaud que de Willy Wilder a pesar de que las categorías convencionales digan lo contrario. La naturaleza de su obra se resiste por definición a cualquier análisis o método de razonamiento lógicodeductivo, y sin embargo sentimos la necesidad de abordarlo en el intento de adentrarnos un poco más en esas imágenes oníricas que sin saber porqué nos fascinan misteriosamente como mariposas atraídas por la luz, que diría el propio protagonista de este trabajo. Val del Omar dedicó su vida a producir apenas 61 minutos de celuloide, de los cuales 21 son objeto de este estudio, y sin embargo escribió literalmente miles de páginas sobre ello. Para escribir durante toda una vida basta observar lo que sucede en un vaso de agua, decía Valéry, y José Val del Omar descubrió, y nos descubrió a nosotros que el misterio se encierra en las cosas pequeñas, o como diría el maestro, “en los pliegues de lo chiquito”. Quien se dedica a profundizar en su entorno sabe bien que ése vislumbre se produce en contadas ocasiones y es sólo el premio de muchas horas, días, meses incluso años de trabajo. El genio de Granada filmó una y otra vez las pequeñas cosas de su entorno hasta prácticamente el día de su muerte, buscando desvelar este misterio de las cosas. José Val del Omar ha sido comparado en numerosas ocasiones con San Juan de la Cruz y Santa Teresa, ha sido definido como un inventor adelantado a su tiempo, ha sido calificado de visionario, de ingeniero, de artista, poeta…, y lo cierto es que todos y ninguno tienen razón, pues Val del Omar se transformó en su propia obra hasta el punto de confundirse con ella. Su figura resulta pues tan impenetrable como sus propias cintas y tan enigmática y fascinante como ellas...