5 resultados para Felipe II, Rey de España, 1527-1598
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
El presente trabajo se ocupa de los principales espacios públicos de ocio en Madrid entre 1561, momento en que Felipe II estableció la Corte en la Villa, y el final del reinado de Felipe III. Primeramente se hace una aproximación al significado y evolución de los paseos públicos en general, ocupándonos de algunos ejemplos españoles, de la América española y de Europa. Una interesante conclusión planteada es que el Prado de San Jerónimo responde a un tipo nuevo de espacio público para el paseo, surgido en los años inmediatamente posteriores al establecimiento de la Corte en Madrid en 1561, por voluntad de Felipe II, en tanto la mayoría de los paseos públicos cortesanos tanto españoles como americanos y europeos surgieron con posterioridad, la mayoría de ellos en los siglos XVIII yXIX, o bien fueron inicialmente espacios privados (jardines y parques de la nobleza y la realeza) y terminarían convirtiéndose en espacios públicos en esas mismas épocas. Salir al exterior de las poblaciones a pasear, a tomar el aire, fue una actividad considerada por los teóricos muy recomendable e incluso necesaria como medida profiláctica, por motivos higiénico-sanitarios. Pero nomenos importantes son las connotaciones sociales de la actividad del paseo, que en la época estudiada era propia, muy en especial, de las clases sociales más altas; estos paseos, como actividad y como espacios, tuvieron habitualmente un carácter predominantemente cortesano. Por su carácter público no había limitaciones para el acceso a los paseos cortesanos de miembros de grupos sociales menos favorecidos, como en cambio las había en los jardines y parques privados, pero el paseo de los caballeros en determinadas horas y épocas del año era de especial importancia en un sistema basado en redes familiares y clientelares. Por ello, el Prado de San Jerónimo tuvo un especial significado en unos años en que Madrid, no sin vacilaciones, terminó convirtiéndose en sede estable y definitiva de la Corte. Por otra parte, existían a la vez en Madrid espacios públicos para el ocio de carácter más popular, como fueron las Vistillas o las riberas del Manzanares, Leganitos y su entorno, la Cuesta de la Vega, aunque tampoco fuesen desdeñados por los caballeros de más elevada posición social. Uno de los elementos esenciales de los paseos cortesanos como fue el Prado de San Jerónimo, junto al agua (las fuentes y estanques) y la vegetación, y al que se dedica especial atención en este trabajo, fue la música; en la primera parte del estudio hacemos también una aproximación a la figura de los músicos, generalmente municipales, que amenizaban el paseo de los caballeros: ministriles, waits, Stadtpfeiferei, trompetas, a menudo desde lo alto de torres o balcones. Volvemos a ocuparnos de ellos, centrándonos en el caso de Madrid, al estudiar la torrecilla de música del Prado. La temprana aparición y el desarrollo del Prado de San Jerónimo son situados históricamente en el contexto del proceso de asentamiento de la Corte en Madrid y de consolidación de la Villa como su sede estable y definitiva tras el traslado a Valladolid entre 1601 y 1606. Por ello, se hace una aproximación al desarrollo de la villa y a las circunstancias históricas en los límites cronológicos señalados. Para realizar este estudio se ha recurrido a diversos fondos documentales, pero especialmente los del Archivo de Villa, y dentro de él los libros de acuerdos municipales.
Resumo:
Fueron las actuaciones que van de 1500 a 1516 las que hicieron destacar a la diplomacia y el ejército de la Monarquía Hispánica que en estos 16 años consiguieron la total incorporación de Nápoles a la Corona y una muy buena red diplomática y militar en Italia tan efectiva que logran derrotar dos veces a Luis XII de Francia. Baste con leer las palabras que Maquiavelo dedicó a Fernando el Católico en Il Principe en el capítulo XII dedicado a los príncipes que han sabido hacerse estimados. A Maquiavelo no se le ocurre un mejor ejemplo de una mezcla entre príncipe hereditario y príncipe nuevo, dado que hereda el reino de Aragón, pero él se convirtió en rey de España y por su gloria el primer rey de la Cristiandad. Bajo la lupa del embajador florentino, Fernando siempre ha hecho hazañas raras como la conquista de Granada, las guerras de África e Italia o ataques a Francia, y además Fernando el Católico las ha ido encdenando una tras otra de manera que ha conseguido poner los esfuerzos de sus súbditos en estas hazañas, sin dejarles tiempo para la conspiración.Además, la red diplomática y militar de Fernando, en manos de Carlos V y Felipe II, conseguirá, no el equilibrio italiano con el que Fernando soñaba, sino una verdadera hegemonía de la Monarquía Hispánica en la Península Italiana. La Biblioteca Histórica de Marques de Valdecilla es el lugar idóneo en el que desarrollar la exposición dado el fondo bibliográfico que tiene. Uno de los puntos fuertes son las distintas obras que tiene del propio fundador de la Universidad Complutense, el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, coetáneo a los hechos que queremos exponer. De hecho, es impresionante el ingente número de biografías del propio Cisneros que guarda la biblioteca. Además, fruto del apoyo de la monarquía y de la importancia misma de la Universidad Complutense, tenemos un alto número de historias de varios lugares y personajes. Además, los fondos provenientes del Colegio de los Jesuitas combinan bien con los fondos propios, con lo que se enriquece el resultado final de 60 obras estudiadas.Además, se demuestra el carácter internacional de los fondos, dado que se pueden encontrar obras en francés, italiano y catalán que ayudan a comprender la circulación de textos en diferentes idiomas desde el siglo XVI.
Resumo:
Juan de Mariana (1536-1624) fue un autor español de la orden de los jesuitas que destacó por escribir el primer libro moderno de historia de España. Por encargo del rey Felipe II, publicó en latín Historia de rebus Hispaniae en 1592 y su propia traducción al español con el título Historia general de España en 1601. Esta investigación doctoral tiene como objetivo analizar sus principales obras de economía política De Rege et Regis Institutione (1599) y De Monetae Mutatione (1609), junto con su obra histórica, para contestar dos cuestiones importantes: si Juan de Mariana perteneció a la Escuela de Salamanca y, también, si podría considerarse un precursor del liberalismo que influyó en autores de los siglos XVII y XVIII. Con el objetivo de responder a la primera cuestión, la investigación propone dos agrupaciones posibles de los escolásticos tardíos españoles que permiten analizar en su conjunto las instituciones y los principios que defendieron. La primera clasificación agrupa a los autores en función de su vinculación a la Universidad de Salamanca y del uso del derecho de gentes (que es el derecho consuetudinario o “common law” inglés) y se denomina Escuela de Salamanca. Sin embargo, la segunda clasificación agrupa a los autores como un colectivo más amplio que fusiona la Escuela de Salamanca junto con los autores españoles sobre los que influyó y que, rápidamente, se extendió a todas las universidades españolas (Palencia, Valladolid, Alcalá de Henares, Valencia, Sevilla), vinculados por el uso genérico del derecho natural (como referirse a lo que “existe con independencia de la voluntad humana”); que emplearon en la identificaron de las instituciones y de los principios responsables del funcionamiento del orden de mercado o económico como, entre otros, los derechos de propiedad, los contratos privados, el comercio internacional, el principio de consentimiento, los principios tributarios, el precio del mercado, el origen del dinero y sus funciones, la necesidad de equilibrio en los presupuestos públicos, los impuestos bajos y el mínimo endeudamiento, el principio de la preferencia temporal, la tasa de interés de los préstamos, la importancia de las letras de crédito… Se han comparado las instituciones que defendió el padre Mariana con aquellas que argumentaron los autores de la Escuela de Salamanca, llegando a la conclusión de que no pertenece a la Escuela de Salamanca de Economía (ESE) porque no emplea el derecho de gentes y nunca estudió en la Universidad de Salamanca pero que, sin embargo, sí puede considerarse un heredero de la misma y que, de hecho, constituye uno de los máximos exponentes de un conjunto más amplio, denominado Escuela Española de Economía (EEE)...
Resumo:
El fútbol es el deporte rey en España. Los clubes nacionales siempre han cosechado grandes triunfos en Europa y en el mundo. Sin embargo, la selección española, históricamente, ha sido una decepción en todas las competiciones en las que participaba, en las que no lograba llegar a las finales, solo en la Eurocopa de 2008 y en pocas ocasiones más lo logró. Millones de personas iban a estar pendientes de Sudáfrica durante un mes: desde el 11 de junio, hasta el 11 de julio de 2010. Medios de comunicación de todo el globo desplegaron equipos a la zona para cubrir el evento futbolístico más importante del mundo. Tras la victoria española en 2008, la expectación por ver qué papel haría la selección en este Mundial aumentó considerablemente y, esta vez sí, aseguraban muchos, España podía volver con la Copa a casa. La prensa deportiva madrileña, Marca y As, tenía que hacer frente a la ilusión generada en la sociedad española, y el interés que por ello se despertaba en una época nada fácil, en la cual la crisis comenzaba ya a hacer mella en la población que utilizaba el fútbol, en muchos casos, para evadirse de los problemas. “Si no hubiera fútbol, la crisis la viviríamos con más tensión o de una forma más obsesiva”, asegura Santiago Álvarez de Món, profesor de la prestigiosa Escuela de Negocios IESE. “Sinceramente, prefiero una sociedad con fútbol que sin él. Al fin y al cabo, este deporte es un estado de ánimo”, dice este docente. Una sensación de euforia que se intensifica con las recientes victorias de la Selección Española, señala Miguel Ángel García Vega, autor del artículo “El fútbol, balón de oxígeno social”...
Resumo:
Estudio de la importancia histórica del panteón real y los demás espacios que configuran el monasterio de san Lorenzo de El Escorial, construido a iniciativa de Felipe II entre 1563 y 1584, como lugar de creación y proyección de imagen funeraria de la monarquía de España, durante la Edad Moderna, a partir de la mentalidad ante la muerte de los soberanos españoles, sus consortes y familiares, y el depósito de sus restos mortales en el mismo, cuya custodia era confiada a su comunidad jerónima.