5 resultados para Alimentos bajos en grasas
em Scielo España
Resumo:
Introducción: La implementación de las nuevas Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) para la población chilena, requiere el diseño de estrategias innovadoras y efectivas. Objetivo: Determinar las motivaciones y barreras de niños y madres de preescolares ante los nuevos mensajes de las GABA, para identificar amenazas y oportunidades a considerar en el diseño de estrategias de comunicación e implementación aceptables para ellos. Métodos: Estudio cualitativo, con 12 grupos focales de niños de 9 a 13 años y 6 grupos focales de madres de preescolares en el norte, centro y sur del país, para analizar su reacción ante cada uno de los 11 mensajes de las GABA 2013. Resultados y discusión: Las respuestas de los niños y madres no mostraron diferencias por género (en el caso de los niños) o región del país. Se presentan los comentarios más frecuentes y representativos ante cada mensaje. Como amenazas para reducir el consumo de alimentos de alta densidad energética, altos en grasas, azúcares y sal se identificó la publicidad, gran oferta y bajos precios de este tipo de alimentos en las escuelas y en la calle. Las oportunidades identificadas incluyeron la publicidad de frutas, verduras y lácteos como facilitadoras de su consumo, así como la próxima implementación de la Ley 20.606, que se espera represente un apoyo efectivo a esta iniciativa. Conclusión: Los resultados del presente estudio indican que el diseño de estrategias basadas en los valores, deseos y necesidades de los distintos grupos contribuirá a optimizar la implementación de las GABA en el país.
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Introducción: La hipertensión arterial resistente o refractaria al tratamiento supone un serio problema de salud pública y aunque, no están claros los mecanismos por los que se produce esta resistencia, se sospecha que el consumo de sodio puede jugar un papel importante en el mantenimiento de la misma. Objetivo: Determinar si los pacientes con hipertensión resistente toman sodio oculto en los alimentos ingeridos en su dieta; así como relacionar este consumo con sus hábitos dietéticos. Pacientes y Métodos: Se estudiaron 32 pacientes con una media de edad de 74,25±6,38 años, (65,6% hombres y 34,4% mujeres). Se realizó un estudio descriptivo y transversal mediante entrevista estructurada sobre consumo de alimentos. Se estudió: edad, género, estado civil, presión arterial, responsable de la elaboración de las comidas, índice de masa corporal (IMC), consumo de sodio oculto en la dieta y percepción de los pacientes sobre su consumo de sodio. Resultados: Se encontró una ingesta media real de 3693,56±2330,97 mg de sodio. En el 59,4% de los casos las comidas las elaboraba otra persona diferente al paciente, siendo mayor el consumo de sodio en estos pacientes (3.709,44±529,37 frente a 3.677,69±649,27 mg. Respecto a la percepción sobre la cantidad de sodio ingerida, el 9,4% decían no tomar nada, el 56,3% poco, el 21,9% lo normal y el 12,5% bastante. Los que decían no tomar nada de sodio y lo normal, el mayor aporte lo hacían durante la cena; y los que decían tomar poco sodio y bastante, era en el almuerzo. Se encontró correlación significativa entre ingesta de sodio total e IMC (r=0,411, p & lt0,05). No se encontró relación entre consumo de sodio y hipertensión arterial. Conclusiones: Al menos en la muestra estudiada, no existe relación entre ingesta de sodio y presión arterial; existe una relación directa entre consumo de sodio y la persona que cocina. Por otro lado, la percepción que tienen estos pacientes respecto a su consumo de sodio es adecuada.
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Introducción: la hiperglicemia es la característica principal de la diabetes (DM). La restricción de CHO en la dieta presenta el mayor efecto en la disminución de los niveles de glucosa en sangre tanto en DM 1 y 2. Objetivo: asociar la ingesta de macro y micronutrientes con el control metabólico de pacientes con diabetes tipo 2. Material y métodos: se entrevistó a 714 pacientes diabéticos tipo 2 de ambos sexos, entre 27 y 90 años, en centros de salud familiar de Santiago de Chile. Se les aplicó una encuesta alimentaria y una evaluación antropométrica. Se realizó prueba de regresión logística, se estimó además el valor del Odds Ratio (OR) y su correspondiente intervalo de confianza (IC). Resultados: el IMC promedio fue de 30,8 ± 5,7 kg/m², el 29,8% de los sujetos tenía una HbA1c compensada. Se puede observar que solo la ingesta elevada de carbohidratos (percentil 75) se asoció con un incremento en el riesgo de tener HbA1c elevada OR = 2,7 (IC 95% 1,5-4,8; p < 0,001). Conclusiones: la ingesta elevada de carbohidratos de rápida absorción, altos en sacarosa y bajos en fibra se asocia como factor de riesgo en el incremento de HbA1c. La ingesta total de energía y el patrón de alimentación saludable se debe priorizar sobre la distribución de macronutrientes. Es importante la asesoría de un experto en nutrición especializado en diabetes quien, en colaboración con el equipo médico, debe determinar el tratamiento para cumplir con los objetivos individuales del paciente.
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El elevado consumo de azúcar en la infancia contribuye a la actual epidemia de caries dental y de obesidad infantil, además de influir de forma negativa en las bajas tasas de lactancia materna. Entre las medidas para controlar este consumo está la determinación, por parte de las autoridades sanitarias, de la cantidad máxima de azúcar existente en los alimentos infantiles elaborados por la industria alimentaria. El presente artículo inspecciona las normas que regulan en Europa y en España la presencia de azúcar en alimentos infantiles distintos a fórmulas lácteas (preparados para lactantes o preparados de continuación): la Directiva 2006/125/CE y el Real Decreto 490/1998. Tras revisar la técnica legislativa y de compilación o refundición de normas, el respeto de plazos y la idoneidad de los procedimientos, podemos concluir que la falta de rigor es patente. Con respecto a las cifras de azúcares permitidos en alimentos infantiles, distan mucho de ser idóneas, hasta el punto de que pueden considerarse un factor obesogénico y de promoción de malos hábitos alimentarios en la infancia. Por ello, cabe preguntarse a quién protege la legislación, si a la salud infantil, o más bien a los intereses de la industria alimentaria.
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Las hojas de Stevia rebaudiana y sus glucósidos recientemente se han comenzado a utilizar de manera importante como edulcorantes. Sin embargo, existen reportes acerca del efecto antihiperglucemiante de extractos y un componente glucósido. El objetivo de este trabajo fue cuantificar los glucósidos de S. rebaudiana, evaluar la citotoxicidad y el efecto de la administración aguda y crónica del extracto sobre la glucemia en modelos animales como en humanos. Los glucósidos de los extracto de las variedades Morita II y Criolla se cuantificaron por HPLC, empleando una columna C18 (250 mm x 4.6 mm y tamaño de partícula de 5μm), con detector UV a 210 nm, fase móvil de acetonitrilo/amortiguador fosfato de sodio 10 mmol/L, pH 2.6 (32:68 v/v). Se realizó un estudio de citotoxicidad en células Vero, una prueba de tolerancia a la glucosa intraperitoneal y ensayo de consumo crónico (4 semanas) en un modelo animal de diabetes y finalmente, se determinó el índice glicémico (I.G) en individuos sanos. El contenido de glucósidos fue mayor en la variedad Morita II aunque la CC50 en ambas es >300 μg/mL. Las áreas bajo la curva de la IPGTT así como la glucosa en ayuno de los animales no fueron significativamente diferentes (p>0.05) y el I.G. del extracto fue 11.11%, lo cual lo clasifica como I.G. bajo. El extracto de S. rebaudiana Morita II es de bajo índice glicémico y, en las dosis evaluadas, no es citotóxico ni posee efecto agudo o crónico sobre la glucemia, lo cual lo hace un edulcorante inocuo.