21 resultados para RELACIÓN TEORÍA Y PRÁCTICA

em Universidad Politécnica de Madrid


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Se intenta una presentación sintética y una caracterización de la secuencia de momentos diferentes que pueden identificarse en el período de referencia (1969-1989), tratando de encontrar el hilo conductor que explica el paso de unos a otros, en referencia a la relación existente entre los cuatro planos en que se ve reflejada la evolución: a) la realidad urbana y la forma de entenderla; b) las políticas urbanísticas en las que se inserta la actuación sobre esa realidad; e) las ideas y elaboraciones conceptuales (es decir, la teoría urbanística) sobre las que descansan las propuestas de intervención, y d) los instrumentos para realizar la intervención (es decir, fundamentalmente, los planes).

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En líneas generales la teoría del láser es bastante sim- ple. Las principales interrogantes se refieren a las propiedades de la coherencia y de la intensidad, frecuencia y fluctuaciones de la radiación. Para contestarlas se pueden seguir tres métodos de trabajo, que las resuelven en el mismo orden en que han sido planteadas, y que se basan, respectivamente. en ecuaciones de ve locidad, en ecuaciones semiclásicas y en ecuaciones totalmente .cuantificadas. Nuestro estudio llegará únicamente a la primera parte, pudiéndose encontrar detalles sobre los otros métodos en la bibliografía adjunta.

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El efecto Hall fue descubierto en 1879 por el físico americano del mismo nombre. Durante muchos años ha permanecido en la oscuridad hasta que, históricamente,ha adquirido importancia en el dominio de la física de semiconductores porque condujo a postular la existencia de los huecos y por tanto a construir nuevas teorías no basadas exclusivamente en el flujo electrónico. Actualmente es una prueba corriente en los laboratorios para la determinación de algunas características de los materiales.

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La Mezquita-Catedral de Córdoba es un edificio vivo. Un edificio que ha sido transformado sucesivamente por hombres de razas, culturas y religiones distintas durante sus más de 1.200 años de vida y que, a pesar de ello, no ha dejado de estar en uso ni uno solo de esos días de esa larga vida. De esta forma, el edificio se muestra ante el visitante como un complejo objeto arquitectónico, resultado de una continua transformación. La capacidad de la transformación de los edificios es algo inherente a su propia condición arquitectónica, no es un hecho exclusivo de la Mezquita-Catedral. Sin embargo, en este edificio esa transformación se produce con una gran intensidad y sin pérdida de su autenticidad. Tradicionalmente, los edificios se han adaptado a los nuevos requerimientos de cada época en un proceso que ha buscado en el propio edificio las leyes o principios que habían de regir la intervención. De esta forma, tanto las sucesivas ampliaciones de la Mezquita de Abd al-Rahman I como las siguientes intervenciones cristianas debieron asumir lo preexistente como material de trabajo. Así, los arquitectos del califa al-Hakam II dialogaron con sus antecesores complejizando el espacio que recibieron, así como los Hernán Ruiz consiguieron un nuevo organismo resultante de la introducción de su arquitectura luminosa en la trama hispanomusulmana. El siglo XIX confirmó el deseo por descubrir las huellas de un pasado esplendoroso que la intervención barroca había silenciado bajo un tratamiento homogéneo del espacio. La recuperación de esas huellas supuso, hace exactamente dos siglos, el inicio de la última gran etapa en la transformación del edificio, la de la restauración. La fábrica es considerada como objeto a conservar y los esfuerzos desde ese momento se centraron en la recuperación de la arquitectura omeya latente. De este modo, la práctica de la restauración como disciplina se encontró absolutamente influenciada por la Arqueología como única fuente de conocimiento. Las intervenciones buscaban lo original como modo de recuperar espacial y formalmente aquel pasado, concentrándose en los lugares del edificio considerados como esenciales. La declaración del edificio como monumento nacional en 1882 propició que el Estado se hiciera cargo de su mantenimiento y conservación, sustituyendo en esa tarea a los Obispos y Cabildos del siglo XIX, que tuvieron un entendimiento muy avanzado para su época. La llegada del arquitecto Velázquez Bosco en las últimas décadas del siglo XIX supuso un cambio trascendental en la historia del edificio, puesto que recibió un edificio con importantes deterioros y consiguió poner las bases del edificio que hoy contemplamos. El empeño por la recuperación material y espacial devolvió a la Mezquita-Catedral buena parte de su imagen original, reproduciendo con exactitud los modelos hallados en las exploraciones arqueológicas. La llegada de Antonio Flórez tras la muerte de Velázquez Bosco supuso la traslación al edificio del debate disciplinar que se desarrolló en las dos primeras décadas del siglo XX. Flórez procuró un nuevo entendimiento de la intervención, considerando la conservación como actuación prioritaria. En 1926 el Estado reformó la manera en que se atendía al patrimonio con la creación de un sistema de zonas y unos arquitectos a cargo de ellas. La existencia de un nuevo marco legislativo apuntaló esa nueva visión conservativa, avalada por la Carta de Atenas de 1931. Este modelo restauración científica huía de la intervención en estilo y valoraba la necesidad de intervenir de la manera más escueta posible y con un lenguaje diferenciado, basándose en los datos que ofrecía la Arqueología. Por tanto, se continuaba con la valoración del edificio como documento histórico, buscando en este caso una imagen diferenciada de la intervención frente a la actitud mimética de Velázquez. Resulta destacable la manera en la que el historiador Manuel Gómez-Moreno influyó en varias generaciones de arquitectos, arqueólogos e historiadores, tanto en el entendimiento científico de la restauración como en la propia estructura administrativa. La labor desarrollada en el edificio por José Mª Rodríguez Cano primero y Félix Hernández a continuación estuvo influida de manera teórica por el método de Gómez-Moreno, aunque en muchos aspectos su labor no representó una gran diferencia con lo hecho por Velázquez Bosco. La búsqueda de lo original volvió a ser recurrente, pero la carga económica del mantenimiento de un edificio tan extenso conllevó la no realización de muchos de los proyectos más ambiciosos. Esta obsesiva búsqueda de la imagen original del edificio tuvo su última y anacrónica etapa con la intervención de la Dirección General de Arquitectura en los 70. Sin embargo, el agotamiento del modelo científico ya había propiciado un nuevo escenario a nivel europeo, que cristalizó en la Carta de Venecia de 1964 y en una nueva definición del objeto a preservar, más allá del valor como documento histórico. Esta nueva posición teórica tuvo su traslación al modelo restaurador español en el último cuarto de siglo XX, coincidiendo con la Transición. El arquitecto Dionisio Hernández Gil defendió una interpretación distinta a la de los arqueólogos y de los historiadores, que había prevalecido durante todo el siglo. En opinión de Hernández Gil, los problemas de intervención debían enfocarse fundamentalmente como problemas de Arquitectura, abandonando la idea de que solamente podían ser resueltos por especialistas. Esta convicción teórica fue defendida desde la nueva Administración y deparó la utilización de unos criterios de intervención particularizados, provenientes del análisis multifocal de cada situación y no sólo desde el valor de los edificios como documentos históricos. Y este cambio tuvo su traslación a la Mezquita-Catedral con la práctica de Gabriel Ruiz Cabrero y Gabriel Rebollo. En consecuencia con esa nueva perspectiva, aceptaron el edificio que recibieron, sustituyendo la búsqueda de aquella página original por la aceptación de cada una de las páginas de su historia y el respeto a las técnicas constructivas del pasado. La búsqueda de soluciones específicas desde el propio objeto arquitectónico significó la renovada atención a la potente estructura formal-constructiva como origen de toda reflexión. Considerar la Mezquita-Catedral en primer lugar como Arquitectura implicaba la atención a todo tipo de factores además de los históricos, como medio para preservar su autenticidad. Esta tesis pretende demostrar que la práctica de la restauración realizada en la Mezquita-Catedral a lo largo del siglo XX ha evolucionado desde la búsqueda de lo original hasta la búsqueda de lo auténtico, como reflejo de una visión basada en lo arqueológico frente a una renovada visión arquitectónica más completa, que incluye a la anterior. La consideración de la intervención en este edificio como otra página más de su historia y no como la última, significa la reedición de un mecanismo recurrente en la vida del edificio y un nuevo impulso en ese proceso de continua transformación. ABSTRACT The Mosque-Cathedral of Cordoba is a living building. A building transformed by men of different races, cultures and religions during more than 1.200 years old and that, nevertheless, it has continued to be in use all days in that long life. Thus, the building shows to the visitor as a complex architectural object, the result of continuous transformation. This transformation capacity of the buildings is inherent in their own architectural condition, it’s not an exclusive fact of the Mosque-Cathedral. However, in this building that transformation happens with a great intensity, without losing their authenticity. Traditionally, buildings have been adapted to the new requirements of times in a process that looked for laws or principles in order to guide the intervention. Thus, both the successive enlargements of the Mosque of Abd al-Rahman and Christian interventions must assume the preexistence as a working material. So, the architects of the caliph al-Hakam II spoke to their predecessors, complexing the receiving space, as well as Hernan Ruiz got a new organism as result the introduction of his luminous architecture into hispanic-muslim weft. The nineteenth century confirmed the desire to discover the traces of a glorious past that Baroque intervention had silenced, under a uniform space treatment. Exactly two centuries ago, the recovery of these traces meant the start of the last major phase in the transformation of the building: the restoration. The building was considered subject to conserve and since then, efforts focused on the recovery of latent Umayyad architecture. Thus, the practice of restoration as a discipline was absolutely influenced by Archaeology as the only source of knowledge. Interventions were seeking the original as the way to recover that past in a space and formal way, concentrating on essential sites of the building. The statement as a national monument in 1882 prompted the State take charge of its maintenance and preservation, replacing to the nineteenth century Bishops and Cabildos, which had a very advanced understanding for that time. The arrival of the architect Velazquez Bosco in the last decades of the nineteenth century involved a momentous change in the history of the building, since he received a building with significant damage and he achieved the foundations of the building that we can see today. Efforts to a material and space recover returned the Mosque-Cathedral to its original image, accurately reproducing the models found in archaeological explorations. The arrival of Antonio Florez after Velazquez’s death involved the translation of discipline debate, which was developed in the first two decades of the twentieth century. Florez tried a new understanding of the intervention, considering conservation as a priority action. In 1926, the State reformed the way in which heritage was attended, creating a zones system with a few architects in charge of them. The existence of a new legislative framework, underpinned this new conservative vision, supported by the Athens Charter of 1931. This scientific restoration model fleeing from intervention in style and it appreciated the need to intervene in the most concise way, with a distinct language based on the data offered by Archaeology. Therefore, it continued with the appraisement of the building as a historical document, seeking in this case a differentiated image of intervention, against Velazquez mimetic attitude. It is remarkable the way in which the historian Manuel Gomez-Moreno influenced several generations of architects, archaeologists and historians, both in the scientific understanding of the restoration and the administrative structure. The work of Jose Maria Rodriguez Cano first and then Felix Hernandez was theoretically influenced by the Gomez-Moreno’s method, although in many respects their work did not represent a great difference to Velazquez Bosco. The search of the original returned to recur, but the economic charge of maintaining such a large building led to the non-realization of many of the most ambitious projects. This obsessive search for the original image of the building had its last and anachronistic stage with the intervention of the Department of Architecture at 70’s. However, the exhaustion of the scientific model had already led to a new scenario at European level, which crystallized in the Venice Charter of 1964 and a new definition of the object to be preserved beyond the value as a historical document. This new theoretical position had its translation to Spanish restaurateur model in the last quarter of the twentieth century, coinciding with the Transition. The architect Dionisio Hernandez Gil defended a different interpretation from archaeologists and historians, that had prevailed throughout the century. According to Hernandez Gil, the problems of intervention should focus primarily as architectural issues, abandoning the idea that they could only be determined by specialist. This theoretical conviction was defended from the new administration and led to the use of particularized criteria, from a multifocal analysis of each situation. And this change had its translation to the Mosque with the practice of Gabriel Ruiz Cabrero and Gabriel Rebollo. Consistent with this new perspective, they accepted the receiving building, replacing the search on original page for acceptance of all historical pages and respecting the constructive techniques of the past. The search for specific solutions from the architectural object meant the renewed attention to the powerful formal-constructive structure as the origin of all thought. Consider the Mosque-Cathedral as Architecture, involved the attention to all kinds of factors in addition to the historical, as a means to preserve its authenticity. This thesis aims to demonstrate that the practice of restoration in the Mosque-Cathedral throughout the twentieth century has evolved from the search of the original to the search for the authentic, reflecting a vision based on the archaeological against a renewed more complete architectural vision, including the above. Consideration of intervention in this building as another page in its history and not the last one, means the reissue of an own mechanism and a new impetus in that continuous transformation process.

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La discontinuidad de Mohorovičić, más conocida simplemente como “Moho” constituye la superficie de separación entre los materiales rocosos menos densos de la corteza y los materiales rocosos más densos del manto, suponiendo estas capas de densidad constante del orden de 2.67 y 3.27 g/cm3, y es un contorno básico para cualquier estudio geofísico de la corteza terrestre. Los estudios sísmicos y gravimétricos realizados demuestran que la profundidad del Moho es del orden de 30-40 km por debajo de la Península Ibérica y 5-15 km bajo las zonas marinas. Además las distintas técnicas existentes muestran gran correlación en los resultados. Haciendo la suposición de que el campo de gravedad de la Península Ibérica (como le ocurre al 90% de la Tierra) está isostáticamente compensado por la variable profundidad del Moho, suponiendo un contraste de densidad constante entre la corteza y el manto y siguiendo el modelo isostático de Vening Meinesz (1931), se formula el problema isostático inverso para obtener tal profundidad a partir de la anomalía Bouguer de la gravedad calculada gracias a la gravedad observada en la superficie terrestre. La particularidad de este modelo es la compensación isostática regional de la que parte la teoría, que se asemeja a la realidad en mayor medida que otros modelos existentes, como el de Airy-Heiskanen, que ha sido históricamente el más utilizado en trabajos semejantes. Además, su solución está relacionada con el campo de gravedad global para toda la Tierra, por lo que los actuales modelos gravitacionales, la mayoría derivados de observaciones satelitales, deberían ser importantes fuentes de información para nuestra solución. El objetivo de esta tesis es el estudio con detalle de este método, desarrollado por Helmut Moritz en 1990, que desde entonces ha tenido poca evolución y seguidores y que nunca se ha puesto en práctica en la Península Ibérica. Después de tratar su teoría, desarrollo y aspectos computacionales, se está en posición de obtener un modelo digital del Moho para esta zona a fin de poder utilizarse para el estudio de la distribución de masas bajo la superficie terrestre. A partir de los datos del Moho obtenidos por métodos alternativos se hará una comparación. La precisión de ninguno de estos métodos es extremadamente alta (+5 km aproximadamente). No obstante, en aquellas zonas donde exista una discrepancia de datos significaría un área descompensada, con posibles movimientos tectónicos o alto grado de riesgo sísmico, lo que le da a este estudio un valor añadido. ABSTRACT The Mohorovičić discontinuity, simply known as “Moho” constitutes the division between the rocky and less thick materials of the mantle and the heavier ones in the crust, assuming densities of the orders of 2.67 y 3.27 g/cm3 respectively. It is also a basic contour for every geophysical kind of studies about the terrestrial crust. The seismic and previous gravimetric observations done in the study area show that the Moho depth is of the order of 30-40 km beneath the ground and 5-15 km under the ocean basin. Besides, the different techniques show a good correlation in their results. Assuming that the Iberian Peninsula gravity field (as it happens for the 90% of the Earth) is isostatically compensated according to the variable Moho depth, supposing a constant density contrast between crust and mantle, and following the isostatic Vening Meinesz model (1931), the inverse isostatic problem can be formulated from Bouguer gravity anomaly data obtained thanks to the observed gravity at the surface of the Earth. The main difference between this model and other existing ones, such as Airy- Heiskanen’s (pure local compensation and mostly used in these kinds of works) is the approaching to a regional isostatic compensation, much more in accordance with reality. Besides, its solution is related to the global gravity field, and the current gravitational models -mostly satellite derived- should be important data sources in such solution. The aim of this thesis is to study with detail this method, developed by Helmut Moritz in 1990, which hardly ever has it put into practice. Moreover, it has never been used in Iberia. After studying its theory, development and computational aspects, we are able to get a Digital Moho Model of the Iberian Peninsula, in order to study the masses distribution beneath the Earth’s surface. With the depth Moho information obtained from alternative methods, a comparison will be done. Both methods give results with the same order of accuracy, which is not quite high (+ 5 km approximately). Nevertheless, the areas in which a higher difference is observed would mean a disturbance of the compensation, which could show an unbalanced area with possible tectonic movements or potential seismic risk. It will give us an important additive value, which could be used in, at first, non related fields, such as density discrepancies or natural disasters contingency plans.

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El deporte de la esgrima no siempre ha sido considerado como actualmente se conoce, ni tampoco el empleo de las armas ha sido el mismo en las diferentes épocas de la historia. Si nos centramos en la española, podemos decir que se hablaba de una forma particular de hacer esgrima, la cual era muy apreciada por el resto de los países europeos. También lo era la que se hacía en Italia. Como cualquier actividad que se desarrolla a lo largo del tiempo debe generarse desde unos comienzos. Estos comienzos siempre están en relación a alguna causa. Para centrarnos en nuestro estudio, los comienzos del manejo de la espada, de una manera lógica y razonada, se une en la persona y en la vida de Jerónimo Sánchez Carranza porque hasta que él no se decide a estudiar en profundidad la ciencia de las armas, no se ve con claridad si todo lo que se hacía con ellas era correcto o no y si todo lo que la inmensa mayoría hacía cuando tenía que utilizarlas estaba revestido de cierta coherencia y fundamento, es decir, tenía su verdad que se pudiera demostrar. Carranza estudia la esgrima que se empleaba en su época y en las anteriores y se da cuenta que tiene que dar una nueva visión de la forma de usar las armas, diferente a lo que la gran mayoría entendía hasta entonces. A Carranza se le ha considerado por muchos autores como el inventor de la esgrima española, hecho que se puede leer con bastante facilidad si se hojea algún tratado que hable de la esgrima española, sin embargo también se habla de Luis Pacheco de Narváez asignándole el mismo calificativo, aunn- ;o es posteriora Carranza. or tanto nuestro estudio se ha centrado en la vida de Jerónimo Sánchez Carranza y en ueva forma de emplear las armas por lo que hace que la tesis sea una tesis biográfica de dicho personaje, donde se ha resaltado mucho más el aspecto del manejo de las armas, de la Destreza. Partimos de las siguientes hipótesis: Carranza es el que sienta los principios técnicos dando forma y coherencia a la escuela de esgrima española gracias a sus aportaciones en los distintos aspectos metodológicos, técnicos y tácticos. La escuela de esgrima española tiene una estructura interna, responde a unas características determinadas y sirve de base a la esgrima que posteriormente se practica. Para que el estudio se pudiera llevar a cabo tuvimos que diseñar un esquema donde se pudieran recoger todos los aspectos que estuvieran relacionados con nuestro autor, de ahí surge el porqué de cada uno de los capítulos que hemos confeccionado. Dicho esquema responde a la visión actual de diferentes facetas de lo que hoy se estudia en diversas ciencias y que cuando Carranza vivía aún no se conocían. Para recoger información sobre su persona y su obra tuvimos en cuenta los distintos lugares donde se podía localizar la documentación necesaria, sobre todo Bibliotecas y Archivos, para ir confeccionando el método de trabajo que consistió en la recopilación de fuentes de todo tipo referidas al tema, pasando luego a la interpretación de las mismas. Esto nos dio una visión de conjunto que hizo que nos adentráramos en aquellos aspectos que más tarde tendríamos que analizar con mucho más detenimiento. En la tesis se puede observar dos partes bien diferenciadas que son las relacionadas; por un lado, a su vida y su tratado y, por otro, al contenido de sus teorías que son realmente las que se deben analizar necesariamente bajo unos conocimientos específicos de la actividad de la esgrima. En cuanto a su vida, se han destacado y estudiado los hechos más importantes de los que hay que resaltar, sobre todo, el que fuera considerado como el inventor de la destreza y de la manera tan particular de concebir dicho arte, diferente a lo que hasta ahora se venía haciendo y que dio paso a lo que se entendió por esgrima científica, quedando plasmada de tal manera que dio pie a la creación de una doctrina y una nueva forma de entender la esgrima la cual generó una línea de actuación que fue continuada por numerosos seguidores. Para todo ello tuvo mucho que ver el que Carranza fuera militar, la cultura y los estudios que poseía, así como la situación en la que se encontraba España además de la gente con quien se relacionaba, que por lo general, era gente culta y de clase social alta. Se ha estudiado también dentro del mismo apartado de su vida unos hechos que se le imputan y que en nuestra opinión son erróneos. Hemos considerado como más relevantes el que Carranza no fue quien riñó con Quevedo como se afirma en algunas de las obras que hemos tratado, sino que fue Pacheco quien tuvo dicha riña, ya que más bien Quevedo se mostraba partidario de las enseñanzas de Carranza, estando en contra de Pacheco. Tampoco fue quien inventó el florete como se dice en algunas ocasiones, ya que el florete aparece posteriormente como un arma de estudio de la técnica de la esgrima. Con respecto al apartado de su obra, se debe decir que tan solo escribió un único tratado que se publicó en 1582, aunque estaba acabado desde el año 1569. En el apartado de su escuela se debe destacar los fundamentos en los que basó sus postulados para que la destreza alcanzara el mismo nivel de las demás artes liberales y que lo hizo a través del estudio de la propia destreza. A lo largo del estudio que hemos realizado se puede apreciar cómo se está generando un arte que hasta ahora no había sido estudiado, viéndose los problemas que ello suponía, desde la organización de la materia a tratar, hasta cómo se debía enseñar, pasando a veces a tener que denominar conceptos de nueva aparición o renombrar y modificar antiguos que estaban anclados en puntos de partida equivocados, siendo éstos los que mayor trabajo le supuso. Diferencia bien dos aspectos básicos que debían existir en cualquier arte y más concretamente en la destreza que son: la teoría y la práctica, ambas deben estar en base a la razón ya que sería una de las formas por la que la destreza perduraría en el tiempo, junto con que esta razón estuviera apoyada en otras ciencias y con los principios de ellas. Carranza fue de la opinión de que el diestro debía conocer mediante el estudio, los elementos fundamentales con los que había que trabajar la destreza, estos elementos son el cuerpo del diestro y las armas, porque ambos van a intervenir en cualquier gesto o acción que se vaya a realizar. Del cuerpo estudió cada una de las partes que más importancia tiene cada vez que el diestro interviene y lo hace sobre todo en base a la medicina, relacionándolo con las matemáticas para poder sacar el máximo provecho, aconsejando que por el conocimiento del propio cuerpo, como el del contrario, se podrá emplear en determinadas situaciones, que si no se supiera de ello, no se sacaría el mismo resultado. De las armas lo que más resaltó fue, por un lado, que la espada debía ser el único arma que el diestro debía utilizar y, por otro, el hecho de que la espada la graduara para poder demostrar que no se hacia todo igual con las distintas partes de la misma porque no todo el arma tenía las mismas propiedades cuando se actuaba con ella. Una de las recomendaciones que dio fue que con la parte más próxima a la empuñadura se debía practicar la defensa por tener más fuerza con esta parte que con la punta y lo demostró con principios matemáticos. Se puede ver con la lectura de la tesis cómo Carranza aporta una nueva forma de trabajo en la que le da mucha importancia a la aplicación de los conocimientos, que previamente se han adquirido y para ello, es importante conocer bien los puntos fuertes y débiles del adversario. La adquisición de la práctica se debe realizar a través de la repetición para crear el hábito necesario que haga que el gesto salga fluido en cada uno de los movimientos que el diestro ejecute. Todo esto no sería posible si quien lo enseña no conoce cada uno de los elementos que intervienen en la destreza, por tanto, a la figura del maestro le da un lugar de una gran relevancia, ya que va a ser él quien tenga que guiar a los alumnos que enseñe. Lo primero que debe hacer los maestros es procurar saber lo máximo de la materia que va a enseñar, por lo que el maestro debe saber casi todo sobre la teoría y la práctica de la destreza, pero además esta teoría y práctica debe ser la correcta. Carranza persigue con su estudio, establecer los principios de la destreza, por lo menos, los más importantes, aunque fueran elementales, para que posteriormente se siguiera trabajando sobre ellos y poder conseguir que la destreza tenga cuerpo y forma de arte liberal, pudiéndose estudiar como cualquier otra, así de esta manera se haría un bien público, ya que los jóvenes se instruirían eficazmente en el uso de las armas, aunque el verdadero fin se encuentra en la conservación de la vida como manda la Fe Católica, siendo la destreza uno de los medios más eficaces para conseguirlo. Hemos dedicado un apartado de técnica y de táctica donde se refleja todo lo relacionado con las posiciones y movimientos que debe realizar el diestro para llegar a conseguir su objetivo, que es herir sin ser herido. Se han analizado las distintas tretas y el porqué de cada una desde el punto de vista del gesto y del movimiento. Si lo que se hace en destreza se relaciona con el adversario, nos adentramos en el terreno de la táctica donde se han estudiado como más importantes los conceptos del tiempo y la distancia, así como las energías que debe conservar el diestro para poder llevar a cabo un combate y del mismo salir victorioso sin llegar al agotamiento. Concluimos diciendo que de todo el estudio que se ha realizado, se ha podido comprobar que Carranza fue quien dotó a la destreza de unos principios técnicos, tácticos y metodológicos, por su forma de concebir este nuevo arte, así como que por la manera en que estableció sus teorías hizo que la destreza que se practicaba en España disfrutara de una estructura interna coherente que perduró a través de los años. SUMMARY The sport of fencing has not always been the respected sport that we know it to be today ñor has the use of weapons been the same throughout history. If we concéntrate on Spainish weapons, we can say that one particular type of sword ¡s spoken about. this sword being very respected by outher European countries, it was also the one that was respected and used in Italy. As with any activity that develops in time, it must evlove from some simple beginnings. Such basics beginnings are always in relation to a cause. To concéntrate on our study, the beginnings are, the use of the sword in a reasoned and logical manner, brought together in the life and times of Jerónimo Sánchez Carranza because until he decided to study in depth the science of weapons, we cannot see with calrity if their use was correct or not and if the vast majority , when they had to use them, used any foundation or coherence, that ¡s to say if any exactness of logical use could be demonstrated. Carranza studied the sword used in his time and those that had gone before, bearing in mind that he had a new visión of the form of use of weapons, different to what the vast majority had until then understood. Carranza has been considered by many historians as the inventor of the Spanish sword, a fact which can be seen with relative ease if one flicks through any work which deals with the Spanish sword, however, they also speak of Luis Pacheco de Narváez affording him the same title, even though he followed Carranza. In ar H our study has been centred on the life of Jerónimo Sánchez Carranza and his ne-" use of weapons. In effect this thesis is a biographical thesis of the said wherein the aspect of the use of weapons stands out more than their mastery. Given the following hypothesis: It was Carranza who evolved the first techniques giving form and coherence to the .Spanish School of Fencing, thanks to his contributions to the different aspects of method, íechnique and tactic. The Spanish School of Fencing had an ¡nternal structure anaswerable to pre-detremined characteristics and served as a base for the fencing that was to, in later days, be practised. For this study to come to a head, we had to design a plan wherein we could collate all of the aspects we could, related to our inventor. From there springs the reason for each of the chapters that we have put together. The said plan responding to the actual visión of different facets that are studied today in different sciences, that were not known in Carranza's lifetime. To collect information on his person and his works we bore in mind the different places in which we could lócate the necessary documentation, above all in libraries and archives. Developing the work-method that consisted in extracing from every source, every thing relative to the theme, re-writing later our interpretation of the same. This brought us closer and made us focus of those aspects that much later we would have to analize in greater detail. In the thesis one can observe two defferent parts that are related; on the one hand his life and works and on the other his theories, which are those that should be really analised and as such, necessarily analised within the confines of a specific knowledge of fencing. In that his life has been isolated and studied the most important facts that stand out above all, is that he was considered to be the inventor of swordmanship and the particular manner of interpreting the said art, different to its interpretaion uptil then. It gave a footing to what they understood as scientific fencing, giving shape and form to the creation of a doctrine and a new form of fencing which developed a line of action that was continued by numerious followers. For all that, much had to do with the facts that Carranza was a military man, the culture, the level of studies he had and the situation in which he found himself. What's more the people with whom he mixed were, in general, cultured and of high social standing. We have also seen in the same article on his life some dubious facts which in our opinión are erróneos. We have considered the most relevent to be that it wasnt Carranza who was in dispute with Quevedo as is stated in some of the works with which we have dealt but rather it was with Pacheco he had such disputes. What's more Quevedo demonstrated his partiality to the teachings of Carranza, going against Pacheco ñor was it him who invented The Florete, a famous Spanish sword, as was said on some ocassions, eventhough the florete appeared later as a weapon in the study of fencing technique. With respect to the article on his works, we must say that there was only one article which was published in 1582, even though it was finished in 1569. In the article on his life one must distinguish between the foundations on which he based his teachings in which swordmanship reached the same levéis as other libral art forms and what he did through the study of the self same mastery. Throughout the study which we have done, one can appreciate how he was developing an art which uptill then had not been studied, seeing for himself the problems he had fortold, from the organisation of materials at hand to how it should be taught, at times having to domínate comparative concepts again or clarify and modify ones which were anchored in erróneos points of a fencing match, feeling these to be the main forseeable jobs-at-hand. Differenciating between two basic concepts which must exist in whatever arte form and more concretly in the skill that is; the theory and practice , both being fundamental to the reason why the skill endured through time, together with this reason he was supported by other sciences and the beginnings of such. Carranza was of the opinión that the swordsman must acquired by way of study, the fundemental elements with which he had to work, these elements being the body of the swordsman and the weapons, because both were going to intervene in whatever movement or action that was going to be taken. The body studied, each of the parts having more importance each time the skill intervened and above all what it did based on medicne relating it to matemathics to exact the máximum advantage, one could employ in certain circumstances, that if they were not employed, the same advantages would not result. On weapons, what resulted best was, on the one hand, the sword should be the only weapon that the swordsman should use and on the other hand, the sword should be graded to show that one cannot do the same with the different parts of the same because not all of the weapon had the same properties when used. One of the recomendations he made was that the part nearest to the hand-guard should be used for defence because one could use more forcé with it than the point and he demonstrated this with mathematical principies. One can see on reading this thesis how Carranza brought forth a new work form, in which he put much importance on the application of experience that had previously been acquired and because of it, it was important to know well the strenghts and weaknesses of an adversery. The acquisition of technique should be realised through repetition to form the habit necessary for movement to flow freely each time the swordsman executed a movement. None of this would be possible if whoever was teaching did not know each one of the elements that intervened, affording the fencing master a great reverence, in that it was he who had to guide the students he was to teach. The first thing that the master had to do was to make sure he had the maximun knowledge over which he was going to teach, to that end, the master had to know almost everything about the theory and practice of the skill of fencing but what's more that such theory and practice had to be the correct one. Carranza persued his studies, establishing the principies of technique, at least, the most important ones even though they were elementary, so that later they could continué working on them and it could be seen that the technique had a shape and form of any other art form, allowing it to be studied like any other form, as such it had a good following, even young people could be instructed in the correct use of weapons, however the real end could be found in the conservaron of life as ordered by the Catholic Church, feeling that skill with the sword was one of the most effective methods for assuring it. We have dedicated an article to technique and tactics wherein is reflected everything related to positions and movement that the swordsman must do to achieve his objective, that is, wound without being wounded. We have analised the different tricks and the reasons from every point of view of movement and action. If what is done by technique is related with the adversery we enter in the territory of tactics wherein we have studied, most importantly, the concepts of time and distance just as, the energy the swordsman muse conserve to bring to a head a bout and arrive victorious without being exhausted. We conclude by saying that everything that has been realised by this study, has shown that it was Carranza who gave to the skill, the first basic techniques, tactics and methodology, by his conception of this new art form, just as the manner in which he established his theories, made possible the tecnhiques practiced in Spain would enjoy an intemal coherent structure, which would endure throughout the years.

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La escalera de caracol es uno de los elementos que mejor define la evolución de la construcción pétrea a lo largo de nuestra historia moderna. El movimiento helicoidal de las piezas de una escalera muestra, con frecuencia, el virtuosismo que alcanzaron los maestros del arte de la cantería y la plasticidad, expresividad y ligereza de sus obras. A pesar de su origen exclusivamente utilitario y de su ubicación secundaria, se convertirán en signo de maestría y en elementos protagonistas del espacio que recorren y de la composición de los edificios, como es el caso de las grande vis de los Châteaux franceses del XVI como Blois, Chateaudun o Chambord o los schlosses alemanes como el de Hartenfels en Torgau. Este protagonismo queda patente en los tratados y manuscritos de cantería, elaborados fundamentalmente en España y Francia, a partir del siglo XVI que recogen un gran número de variantes de escaleras de caracol entre sus folios. Breve historia de la escalera de Caracol Los ejemplos más antiguos conocidos de escaleras de caracol en Occidente provienen de los primeros siglos de nuestra era y están asociados a construcciones de tipo conmemorativo, funerario o civil, romanas. Destaca de entre ellas la columna trajana, construida en el 113 por Apolodoro de Damasco en los Foros de Roma. Esta columna, conservada en la actualidad, fue profusamente representada por los tratados de arquitectura desde el Renacimento como el de Serlio, Caramuel, Piranesi, Rondelet y, más recientemente, Canina. Choisy describe en El arte de construir en Bizancio un grupo de escaleras de caracol cubiertas por bóvedas helicoidales y construidas entre el siglo IV y VIII; a esta misma época pertenecen otras escaleras con bóvedas aparejadas de forma desigual con sillarejos y sillares de pequeño tamaño sin reglas de traba claras, pensadas al igual que las de Choisy para ser revestidas con un mortero. Herederas de estas bóvedas de la antigüedad son las escaleras de caracol de la Edad Media. Así las describe Viollet le Duc: “compuestas por un machón construido en cantería, con caja perimetral circular, bóveda helicoidal construida en piedra sin aparejar, que se apoya en el machón y sobre el paramento circular interior. Estas bóvedas soportan los peldaños en los que las aristas son trazadas siguiendo los radios del círculo”. En esta misma época, siglos XI y XII, se construyen un grupo de escaleras de caracol abovedadas en piedra de cantería vista: las de la torre oeste de Notre Dame des Doms en Avignon, las de la tour de Roi, de Évêque y Bermonde de los Chateaux de Uzés, las gemelas de las torres de la Catedral Saint Théodorit de Uzés y la conocida escalera del transepto de la Abadía de Saint Gilles. Ésta última dará el nombre a uno de los modelos estereotómicos de mayor complejidad del art du trait o arte de la cantería: la vis Saint Gilles, que aparece en la mayoría de los textos dedicados al corte de piedras en España y Francia. La perfección y dificultad de su trazado hizo que, durante siglos, esta escalera de caracol fuera lugar de peregrinación de canteros y se convirtiera en el arquetipo de un modelo representado con profusión en los tratados hasta el siglo XIX. A partir del siglo XIII, será el husillo el tipo de escalera curva que dará respuesta a las intenciones de la arquitectura a la “moderna” o gótica. Estas escaleras con machón central se generalizarán, insertándose en un complejo sistema de circulaciones de servicio, que conectaban por completo, en horizontal y vertical, los edificios. Estos pasadizos horizontales y estas conexiones verticales, hábilmente incorporadas en el espesor de contrafuertes, machones, esquinas, etc, serán una innovación específicamente gótica, como señala Fitchen. La pieza de peldaño, que se fabrica casi “en serie” reflejará fielmente el espíritu racional y funcionalista de la arquitectura gótica. Inicialmente los peldaños serán prismáticos, sin labrar por su cara interior; después, éstos darán paso a escaleras más amables con los helicoides reglados formando su intradós. Insertos en construcciones góticas y en convivencia con husillos, encontramos algunos ejemplos de escaleras abovedadas en el siglo XIII y XIV. Estamos hablando de la escalera de la torre este del Castillo de Maniace en Siracusa, Sicilia y la escalera de la torre norte del transepto de la Catedral de Barcelona. En ambos casos, los caracoles se pueden relacionar con el tipo vis de Saint Gilles, pero incorporan invariantes de la construcción gótica que les hace mantener una relación tipológica y constructiva con los husillos elaborados en la misma época. En la segunda mitad del siglo XV aparecen, vinculadas al ámbito mediterráneo, un conjunto de escaleras en las que el machón central se desplaza transformándose en una moldura perimetral y dejando su lugar a un espacio hueco que permite el paso de la luz. Los tratados manuscritos de cantería que circulan en el XVI y XVII por España recogen el modelo con su denominación: caracol de Mallorca. Varios autores han mantenido la tesis de que el nombre proviene de la escalera situada en la torre noroeste de la Lonja de Palma de Mallorca. Los Manuscritos y tratados de Cantería y las escaleras de caracol Coincidiendo con la apertura intelectual que propicia el Renacimiento se publican algunos tratados de arquitectura que contienen capítulos dedicados al corte de las piedras. El primero de ellos es Le premier tome de l’Architecture de Philibert de L’Orme, publicado en 1567 en Francia. En España tenemos constancia de la existencia de numerosos cuadernos profesionales que circulaban entre los canteros. Varias copias de estos manuscritos han llegado hasta nuestros días. Los más completos son sin duda, las dos copias que se conservan del tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira, una en la Biblioteca Nacional y otra en la Biblioteca de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y el manuscrito titulado Cerramientos y trazas de Montea de Ginés Martínez de Aranda. Todas estas colecciones de aparejos, con excepción de la atribuida a Pedro de Albiz, presentan trazas de escaleras de caracol. En los siglos XVII y XVIII los textos en España más interesantes para nuestras investigaciones son, como en el XVI, manuscritos que no llegaron a ver la imprenta. Entre ellos destacan De l’art del picapedrer de Joseph Gelabert y el Cuaderno de Arquitectura de Juan de Portor y Castro. Estos dos textos, que contienen varios aparejos de caracoles, están claramente vinculados con la práctica constructiva a diferencia de los textos impresos del XVIII, como los del Padre Tosca o el de Juan García Berruguilla, que dedican algunos capítulos a cortes de Cantería entre los que incluyen trazas de escaleras, pero desde un punto de vista más teórico. Podemos agrupar las trazas recogidas en los manuscritos y tratados en cinco grandes grupos: el caracol de husillo, el caracol de Mallorca, los caracoles abovedados, los caracoles exentos y los caracoles dobles. El husillo, de procedencia gótica, permanece en la mayoría de nuestros textos con diferentes denominaciones: caracol de husillo, caracol de nabo redondo o caracol macho. Se seguirá construyendo con frecuencia durante todo el periodo de la Edad Moderna. Los ejemplares más bellos presentan el intradós labrado formando un helicoide cilíndrico recto como es el caso del husillo del Monasterio de la Vid o el de la Catedral de Salamanca o un helicoide axial recto como en el de la Capilla de la Comunión en la Catedral de Santiago de Compostela. La diferencia estriba en la unión del intradós y el machón central: una amable tangencia en el primer caso o un encuentro marcado por una hélice en el segundo. El segundo tipo de caracol presente en casi todos los autores es el caracol de Mallorca. Vandelvira, Martínez de Aranda, y posteriormente Portor y Castro lo estudian con detenimiento. Gelabert, a mediados del siglo XVII, nos recordará su origen mediterráneo al presentar el que denomina Caracol de ojo abierto. El Caracol de Mallorca también estará presente en colecciones de aparejos como las atribuidas a Alonso de Guardia y Juan de Aguirre, ambas depositadas en la Biblioteca Nacional y en las compilaciones técnicas del siglo XVIII, de fuerte influencia francesa, aunque en este caso ya sin conservar su apelación original. El Caracol que dicen de Mallorca se extiende por todo el territorio peninsular de la mano de los principales maestros de la cantería. Los helicoides labrados con exquisita exactitud, acompañados de armoniosas molduras, servirán de acceso a espacios más representativos como bibliotecas, archivos, salas, etc. Es la escalera de la luz, como nos recuerda su apelación francesa, vis a jour. Precisamente en Francia, coincidiendo con el renacimiento de la arquitectura clásica se realizan una serie de escaleras de caracol abovedadas, en vis de Saint Gilles. Los tratados franceses, comenzando por De L’Orme, y siguiendo por, Jousse, Derand, Milliet Dechales, De la Hire, De la Rue, Frezier, Rondelet, Adhémar o Leroy, entre otros, recogen en sus escritos el modelo y coinciden en reconocer la dificultad de su trazado y el prestigio que adquirían los canteros al elaborar este tipo de escaleras. El modelo llega nuestras tierras en un momento histórico de productivo intercambio cultural y profesional entre Francia y España. Vandelvira, Martínez de Aranda y Portor y Castro analizan en sus tratados la “vía de San Gil”. En la provincia de Cádiz, en la Iglesia Mayor de Medina Sidonia, se construirá el más perfecto de los caracoles abovedados de la España renacentista. También en la provincia de Cádiz y vinculadas, posiblemente, a los mismos maestros encontramos un curioso grupo de escaleras abovedadas con generatriz circular horizontal. A pesar del extenso catálogo de escaleras presentes en la tratadística española, no aparece ninguna que muestre una mínima relación con ellas. Desde el punto de vista de la geometría, estamos ante uno de los tipos de escaleras que describe Choisy en El arte de construir en Bizancio. Se trata de escaleras abovedadas construidas por hojas y lechos horizontales. Los caracoles abovedados tendrán también su versión poligonal: la vis Saint Gilles quarré o el caracol de emperadores cuadrado en su versión vandelviresca. Las soluciones que dibujan los tratados son de planta cuadrada, pero la ejecución será poligonal en los raros ejemplos construidos, que se encuentran exclusivamente en Francia. Su geometría es compleja: el intradós es una superficie reglada alabeada denominada cilindroide; su trazado requiere una habilidad extrema y al ser un tanto innecesaria desde el punto de vista funcional, fue muy poco construida. Otro tipo de escalera habitual es la que Vandelvira y Martínez de Aranda denominan en sus tratados “caracol exento”. Se trata de una escalera volada alrededor de un pilar, sin apoyo en una caja perimetral y que, por lo tanto, debe trabajar en ménsula. Su función fue servir de acceso a espacios de reducidas dimensiones como púlpitos, órganos o coros. Encontramos ejemplos de estos caracoles exentos en el púlpito de la catedral de Viena y en España, en la subida al coro de la Iglesia arciprestal de Morella en Valencia. El largo repertorio de escaleras de caracol prosigue en los tratados y en las múltiples soluciones que encontramos en arquitecturas civiles y religiosas en toda Europa. Hasta varios caracoles en una sola caja: dobles e incluso triples. Dobles como el conocido de Chambord, o el doble husillo del Convento de Santo Domingo en Valencia, rematado por un caracol de Mallorca; triples como la triple escalera del Convento de Santo Domingo de Bonaval en Santiago de Compostela. La tratadística española recogerá dos tipos de caracoles dobles, el ya comentado en una sola caja, en versiones con y sin machón central, definidos por Martínez de Aranda, Juan de Aguirre, Alonso de Guardia y Joseph Gelabert y el caracol doble formado por dos cajas diferentes y coaxiales. Vandelvira lo define como Caracol de Emperadores. Será el único tipo de caracol que recoja Cristobal de Rojas en su Teoría y Práctica de Fortificación. No hay duda que las escaleras de caracol han formado parte de un privilegiado grupo de elementos constructivos en constante evolución e investigación a lo largo de la historia de la arquitectura en piedra. Desde el cantero más humilde hasta los grandes maestros catedralicios las construyeron y, en muchos casos, crearon modelos nuevos en los pergaminos de sus propias colecciones o directamente sobre la piedra. Estos modelos casi experimentales sirvieron para encontrar trabajo o demostrar un grado de profesionalidad a sus autores, que les hiciera, al mismo tiempo, ganarse el respeto de sus compañeros. Gracias a esto, se inició un proceso ese proceso de investigación y evolución que produjo una diversidad en los tipos, sin precedentes en otros elementos similares, y la transferencia de procedimientos dentro del arte de la cantería. Los grandes autores del mundo de la piedra propusieron multitud de tipos y variantes, sin embargo, el modelo de estereotomía tradicionalmente considerado más complejo y más admirado es un caracol de reducidas dimensiones construido en el siglo XII: la Vis de Saint Gilles. Posiblemente ahí es donde reside la grandeza de este arte.

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Fundamento de la tesis: Al comienzo del siglo XX, el interés por el turismo unido a la necesidad de restaurar un abundante patrimonio histórico, posibilitó en España que los poderes públicos se embarcaran en una singular experiencia: la creación de una infraestructura hotelera a partir de la rehabilitación de edificios históricos. La preservación, mantenimiento e incluso rentabilidad de una gran parte del patrimonio español se haría efectiva a través de la innovadora fórmula patrimonio‐turismo, cuya máxima expresión se materializó en la Red de Paradores desde su fundación en la segunda década del siglo pasado hasta nuestros días. Sorprendentemente, este tema no ha sido todavía investigado en su vertiente arquitectónica pese a que España ha sido pionera y modelo en la cuestión de la hotelería pública. Este trabajo aborda el estudio del caso más significativo de todos los edificios de la red, en tanto que el patrimonio que ha servido de base a los fines hoteleros del Estado ha contado con un total de seis tipos arquitectónicos a lo largo de su historia, dentro de los cuales la arquitectura militar despunta con su mayoritaria presencia dentro del contexto de los edificios históricos de la red. El carácter arquetípico de los castillos y fortalezas, arraigado en el inconsciente colectivo, les hizo especialmente atractivos como alojamiento turístico al permitir evocar la remota época medieval, pese a ser el tipo arquitectónico más comprometido para la rehabilitación hotelera. El estudio de las intervenciones operadas en estos inmuebles se revela de forma clara como escaparate de los distintos criterios de intervención patrimonial que se han sucedido en el siglo XX, hasta enlazar con la perspectiva interdisciplinar actual. La tesis abarca en, primer lugar, diferentes aspectos generales relativos al promotor hotelero, la hotelería pública de ámbito nacional e internacional, y la caracterización de los inmuebles de la red estatal española, desde el punto de vista hotelero y arquitectónico, entendida esta última en sus tres escalas de influencia: la arquitectónica, la urbana o paisajística, y la del interiorismo. Se analiza en segundo término la arquitectura militar dentro del contexto de la Red de Paradores, desde la consideración de su transformación hotelera, para lo cual ha sido necesario realizar una clasificación propia, que abarca tanto edificios que respondieron a una estructura de cuartel, como castillos‐palacio, o fortalezas que habían servido a los fines de una orden religiosa militar, además de considerarse las intervenciones en recintos históricos de carácter militar, donde se hacía obligatorio construir de nueva planta. En tercer y último lugar, se analiza a lo largo de las distintas etapas del organismo turístico las rehabilitaciones realizadas en estas construcciones militares, a la vez que se tienen en cuenta las intervenciones en los restantes edificios históricos, para evitar la descontextualización. Este recorrido comienza con la promoción de los dos primeros paradores a cargo del Comisario Regio, el marqués de la Vega‐Inclán, que sirvieron para sentar las bases de los conceptos e ideas que habrían de desarrollarse en las siguientes décadas. Posteriormente, se desarrolló y tomó forma la red con el Patronato Nacional del Turismo, en la que las primeras intervenciones en tipos militares se tradujeron en reformas interiores de locales. La etapa clave de la red, y en particular de la arquitectura militar, tuvo lugar con el Ministerio de Información y Turismo, marcada por la “repristinación” de monumentos, tras un período preparatorio con la Dirección General del Turismo en el que lo militar había quedado de telón de fondo de otros tipos arquitectónicos. Tras el auge del Ministerio llegó el período de decadencia en el que los castillos y fortalezas desaparecieron de los intereses de las Secretarias de Turismo, hasta llegar a las inauguraciones de los novedosos establecimientos del siglo XXI y el resurgimiento del tipo militar con el parador de Lorca. Metodología empleada: Este trabajo de investigación se ha servido fundamentalmente de documentación inédita, procedente de diversos archivos, además de una muy extensa toma de datos in situ. Dentro del patrimonio analizado, los inmuebles que responden al tipo arquitectónico militar se han dividido en tres grandes grupos: inmuebles rehabilitados que entraron en funcionamiento en la red, inmuebles en proceso de transformación hotelera, e inmuebles que fueron adquiridos con fines hoteleros pero que no llegaron a rehabilitarse. Para cada uno de ellos ha sido necesario determinar en qué estado llegaron a manos de la Administración Turística, cuál fue el mecanismo a través del cual se adquirieron, en qué consistió su primera rehabilitación hotelera, y cuáles fueron las ampliaciones o reformas más significativas que se realizaron posteriormente. Estos datos se han sintetizado en fichas y se han extraído conclusiones al comparar cada unidad con el conjunto. Simultáneamente se introdujeron dos factores externos: la historia del turismo que permitió hacer una ordenación cronológica de los inmuebles según etapas, y la historia de la teoría y práctica de la intervención patrimonial en España que permitió comparar los criterios patrimoniales de la Administración competente respecto de las intervenciones de la Administración Turística, cuyo contacto se haría obligatorio a partir del Decreto, de 22 de abril de 1949, que dejaba bajo la tutela del Estado a todos los castillos y fortalezas. Aportación de la tesis: Con carácter general, la tesis centra una ordenación y sistematización completa del patrimonio inmobiliario de la red, desde el punto de vista de los tipos hoteleros y arquitectónicos, además de poner por primera vez en conexión distintos modelos de hotelería pública, para constituirse en el sustrato de futuras investigaciones. El estudio realizado se ha hecho extensivo a las distintas escalas que inciden de forma interconectada en la implantación de un parador: la arquitectónica, la urbana y la del interiorismo, hasta ahora referenciado desde la exclusiva visión arquitectónica. Se han definido las etapas de la historia de la red, no ya sólo a partir del hilo conductor de la cadena sucesiva de organismos turísticos, sino que por primera vez se hace en razón de la evolución que sufren las intervenciones patrimoniales a lo largo del tiempo, a la vez que se entra en conexión con la teoría y praxis de la restauración monumental. Con carácter particular, la arquitectura militar dentro del contexto de los paradores se destaca en el período del Ministerio, en el que se experimentaron todas las posibilidades que presentaba su rehabilitación. En este sentido se ha puesto de manifiesto en este trabajo un tipo híbrido de parador, a caballo entre la rehabilitación y la edificación de nueva planta, las dos formas básicas de establecimiento creadas en la Comisaría Regia, al que se ha denominado edificación de nueva planta en recinto histórico militar. Esta nueva caracterización se ha valorado como la forma más eficiente de implantar paradores, cuyas pautas arquitectónicas abarcaron un abanico de posibilidades: imitación de modelos arquitectónicos históricos con utilización de elementos patrimoniales prestados que dieran el valor de la historia, utilización de un lenguaje moderno, o la inspiración en la arquitectura vernácula. La amalgama de elementos, estilos e intervenciones sucesivas de ampliación fue la característica común tanto para la implantación de un parador en un edificio como en un recinto amurallado. La arquitectura militar transformada en establecimiento hotelero evidencia la vocación escenográfica de las intervenciones patrimoniales, secundada por el interiorismo, además de su aportación a la arquitectura hotelera en lo referente al confort, organización y funcionamiento de sus instalaciones. La tesis ahonda en los diversos aspectos de la rehabilitación hotelera apuntados de forma parcial por algunos autores, y pone de manifiesto la “ambientación medieval” operada en la arquitectura militar, que llegó a tener su máxima expresión con el criterio de la “unidad de estilo” del Ministerio de Información y Turismo. La rehabilitación hotelera dentro del contexto de la Red de Paradores, queda caracterizada en la tesis en relación a intervenciones en construcciones militares, cuya sistematización puede ser extrapolable a otros tipos arquitectónicos o cadenas hoteleras de titularidad pública, a partir del estudio que se ha avanzado en este trabajo. Thesis basis: At the beginning of the 20th century the interest in tourism added to the plentiful heritage in Spain enabled the authorities to embark on a singular experience: the creation of a hotel infrastructure from the restoration of historic buildings. Preservation, maintenance, and even profitability of a large part of the Spanish heritage would be effective through the innovative formula heritage-tourism. Its greatest expression materialized in the Paradores Network since its foundation in last century’s second decade to the present day. Surprisingly, this subject has not yet been investigated in its architectural aspect, even though Spain has been a pioneer and a model in the matter of public hotel business. This project tackles the study of the most significative case of all the network’s buildings, since the heritage which has served throughout history as a base for the State hotel purposes has altogether six architectural types, among which military architecture stands out with its majority presence in the context of the historical buildings of the network. The archetypal character of castles and fortresses, ingrained in the collective subconscious, made them specially attractive for tourist accommodation, as it allowed the evocation of far medieval times, despite being the most awkward architectural type for hotel restoration. The study of the interventions in these buildings clearly reveals itself as a showcase of the different criteria of heritage intervention along the 20th century, connecting to the present interdisciplinary perspective. Firstly, the thesis covers different general aspects regarding the hotel developer, the domestic and international public hotel business, and the description of the Spanish state network buildings from a hotel business and an architectural point of view, the latter from its three influence scales: architectural, urban or landscape, and interior design. Secondly, the transformation of the military architecture in the Paradores Network into hotels is analyzed. For that purpose it was necessary to create a specific classification, which included barrack-structured buildings, castle-palaces, or fortresses which served the purposes of military-religious orders. The interventions in those military historical places where new building became compulsory were also taken into consideration. Thirdly and lastly, the thesis analyses the restorations in these military constructions through the different stages of the tourist organization. In order to avoid decontextualization, interventions in other historical buildings were also considered. This route begins with the promotion of the two first Paradores by the Royal Commissioner, the marquis of Vega-Inclán, which paved the way for the concepts and ideas that were developed in the following decades. Subsequently, the network was developed and took shape with the National Tourism Board. The first interventions on military types were inside refurbishments. The Network’s key period, and in particular of its military architecture, took place with the Ministry of Information and Tourism, a time marked by the “restoration to its original state” of monuments. This stage arrived after a preparatory period with the State Tourist Office, when the military type was left as a backdrop for other architectural types. After the Ministry’s boom arrived a decline, in which castles and fortresses disappeared from the Tourist Department’s interests up to the opening of the 21st century new establishments and the resurgence of the military type with Lorca’s Parador. Methodology: The present research project has mainly used unpublished documentation from several archives and has done an extensive in situ data-gathering. Within the heritage analyzed, military buildings have been divided into three main groups: restored buildings that began to operate in the network, those in process of hotel transformation, and those acquired for hotel purposes, but which did not become restored. In each case, it has been necessary to determine the condition in which they arrived to the Tourist Administration, the procedure by which they were acquired, what their first hotel restoration consisted of, and which their subsequent most significative enlargements and alterations were. These facts have been synthesized in cards, and conclusions were drawn by comparing each unit with the whole. Simultaneously, two external factors were introduced: the history of tourism, that allowed establishing a chronological order according to different periods, and the history of Spanish heritage intervention’s theory and practice, that permitted to compare the heritage criteria from the competent Administration with those of the Tourist Administration’s interventions. Both Administrations came compulsorily into contact after the Decree of 22nd April 1949, by which all castles and fortresses became under the protection of the State. Thesis contribution: In general, the thesis focuses on a complete order and systematization of the network’s heritage buildings from the hotel and architectural types points of view, besides connecting for the first time different public hotel business models, becoming the substratum for future investigations. The study has included the different scales that impact interconnected on the establishment of a Parador: architectural, urban and interior design, only referenced to date from an architectural point of view. The Network’s history stages have been defined according to not only a consecutive series of tourist organizations, but also, and for the first time, to the evolution of heritage interventions over time, thus connecting with the theory and praxis of monumental restoration. In particular, within the Paradores, military architecture stands out in the Ministry’s period, in which all kind of restoration possibilities were explored. In this sense, the present project puts forth a hybrid type of Parador between restoration and new building, the two basic ways of establishment created in the Royal Commission, termed new building in military historic enclosure. This new characterization has been evaluated as the most efficient for establishing Paradores, whose architectonic guidelines include a wide range of possibilities: the imitation of historical architectonic models with use of borrowed heritage components that provide historical value, the use of modern language, or the inspiration in vernacular architecture. The amalgam of elements, styles and consecutive enlargement interventions was the common feature of the establishment of a Parador, both in a building or in a walled enclosure. The military architecture transformed into a hotel establishment gives proof of the scenographic vocation of heritage interventions, supported by interior design, as well as of its contribution to hotel architecture, related to its comfort, organization and the functioning of its facilities. The thesis delves into the diverse aspects of hotel restoration, partially pointed out by several authors, and puts forth the creation of a “medieval atmosphere” in military architecture, which came to its highest expression with the “unitary style” criteria of the Ministry of Information and Tourism. Hotel restoration within the context of the Paradores’ Network is defined in this thesis in relation to interventions in military constructions, whose systemization can be extrapolative to other architectural types or public hotel chains, based on the study which has been put forward in this project.

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Es conocido el papel que desempeñó la revista Arquitectura en la difusión en España de las diferentes manifestaciones de la arquitectura moderna. Sus páginas recogen obras de los más conocidos arquitectos: Breuer, Brinkman, Van der Vlugt, De Klerk, Dudok, Gropius, Le Corbusier, Mendelsohn, Meyer, Mies van der Rohe, Oud, Poelzig, Rietveld, Scharoun, Stam, Taut, Tessenow, Van Doesburg, Van Eesteren? Algunas de estas obras hoy son cánones reconocidos por la historiografía, pero casi desconocidas para la mayoría de los arquitectos españoles hasta que Arquitectura no las publicara. En esa labor informativa es justo reconocer la figura de Mercadal, totalmente imbuido por la novedosa plasticidad de las imágenes de Le Corbusier, Gropius, Mies, De Stijl..., que difundía en Arquitectura. La búsqueda de una imagen de múltiples rostros: Art Déco, Mendelsohn, Wright, Cubismo, Le Corbusier, De Stijl, Bauhaus..., fue una constante para él y para muchos arquitectos españoles de los años veinte y treinta, que acabó en moda lo mismo que para sus mayores los estilos precedentes. Del historicismo barroco, plateresco o mudéjar, se pasó al sincretismo moderno con esos idiomas a su disposición. El racionalismo, sinónimo de la vanguardia, que nació con vocación antiestilística, terminó por ser un estilo internacional. De esta forma, los arquetipos de la arquitectura moderna en muchos casos se trivializaron, convirtiéndose en meras recetas. Hacer un elenco de esos arquetipos y analizar como los aplicaron los arquitectos españoles ?casi siempre superficialmente y sin el menor análisis conceptual? es el objetivo que pretendemos. Las imágenes más impactantes desde el punto de vista plástico, formaron como un catálogo para los arquitectos que querían estar a la moda y hacer lo que se estilaba: terrazas planas, pilotes, ventanas corridas, imágenes de arquitectura naval, etc.; pero también para los estudiantes de arquitectura siempre ávidos de novedades y prestos al consumo de nuevas imágenes. Fueron pocas las excepciones entre los arquitectos con oficio que supieron adaptar esas influencias a una arquitectura de calidad. En este escenario Mercadal representa la búsqueda incansable de una imagen moderna; Gutiérrez Soto, la práctica permeable a todas las influencias; el Capitol de Feduchi y Eced, la mejor interpretación del expresionismo mendelsohniano; Fernández-Shaw, la vanguardista vital; Aizpurúa, la esperanza trágicamente frustrada; y el GATEPAC, lo más ?corbusierano?.

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Aunque los láseres de semiconductor constituyen la antítesis de lo que convencionalmente es la imagen de un láser, su uso y aplicaciones comienzan a estar tan extendidos que es seguro que dentro de muy pocos años el número de los que estarán en funcionamiento será superior al de todas las otras familias láser actualmente conocidas. La razón de lo anterior es que constituyen, como veremos, la base de los sistemas de comunicaciones ópticas que se están desarrollando en todo el mundo, así como de muchos sistemas de control y, posiblemente, de algunas fases de los computadores ópticos que puedan desarrollarse en el futuro. El láser de semiconductor no emite, por lo general, el típico haz casi perfectamente paralelo que se propaga en línea recta sin apenas divergencia, ni incluso puede llegar a verse, ya que, normalmente, va a trabajar en el infrarrojo. Pero a pesar de ello, o mejor dicho, gracias a ello, es la fuente luminosa idónea para trabajar en conjunción con las fibras ópticas. El desarrollo, por otra parte, de toda la tecnología microelectrónica que puede ser aplicada a él de manera inmediata, hace que no sea necesario desarrollar nuevas técnicas para obtener de él lo que se desee. Finalmente, su tamaño y consumo de potencia, hacen de él el elemento más asequible para poder ser introducido dentro de una serie de sistemas donde esos dos parámetros sean imprescindibles. Su estudio, su desarrollo y cómo utilizarlo constituyen en consecuencia, necesidades que pueden ser esenciales en múltiples ocasiones

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El propósito del presente estudio es comparar dos modelos de distribución de la práctica a la hora de enseñar las disciplinas de salto de longitud y lanzamiento de jabalina. El modelo 1 será el de “práctica distribuida” y el modelo 2 será el de “práctica masiva”. Durante un mesociclo de 6 semanas se llevarán a cabo dos tipos de programación con dos grupos heterogéneos pero iguales entre ellos, y se intentará demostrar cuál de las dos es más adecuada en función de los resultados conseguidos, tanto cualitativos como cuantitativos, en una competición final. Además, un mes después se les realizará a los alumnos de manera individual un cuestionario verbal con las preguntas con las que fue evaluada su actuación práctica para conocer si los resultados obtenidos en la realización práctica se corresponden con el aprendizaje teórico de la prueba en cuestión.