8 resultados para Pitagorismo


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Pythagoras was one of the most important pre-Socratic thinkers, and the movement he founded, Pythagoreanism, influenced a whole thought later in religion and science. Iamblichus, an important Neoplatonic and Neopythagorean philosopher of the third century AD, produced one of the most important biographies of Pythagoras in his work Life of Pythagoras. In it he portrays the life of Pythagoras and provides information on Pythagoreanism, such as the Pythagorean religious community which resembled the cult of mysteries; the Pythagorean involvement in political affairs and in the government in southern Italy, the use of music by the Pythagoreans (means of purification of healing, use of theoretical study), the Pythagorean ethic (Pythagorean friendship and loyalty, temperance, self-control, inner balance); justice; and the attack on the Pythagoreans. Also in this biography, Iamblichus, almost seven hundred years after the termination of the Pythagorean School, established a catalog list with the names of two hundred and eighteen men and sixteen women, supposedly Pythagoreans of different nationalities. Based on this biography, a question was raised: to what extent and in what ways, can the Pythagoreans quoted by Iamblichus really be classified as Pythagoreans? We will take as guiding elements to search for answers to our central problem the following general objectives: to identify, whenever possible, which of the men and women listed in the Iamblichus catalog may be deemed Pythagorean and specific; (a) to describe the mystery religions; (b) to reflect on the similarities between the cult of mysteries and the Pythagorean School; (c) to develop criteria to define what is being a Pythagorean; (d) to define a Pythagorean; (e) to identify, if possible, through names, places of birth, life, thoughts, work, lifestyle, generation, etc.., each of the men and women listed by Iamblichus; (f) to highlight who, in the catalog, could really be considered Pythagorean, or adjusting to one or more criteria established in c, or also to the provisions of item d. To realize these goals, we conducted a literature review based on ancient sources that discuss the Pythagoreanism, especially Iamblichus (1986), Plato (2000), Aristotle (2009), as well as modern scholars of the Pythagorean movement, Cameron (1938), Burnet (1955), Burkert (1972), Barnes (1997), Gorman (n.d.), Guthrie (1988), Khan (1999), Mattéi (2000), Kirk, Raven and Shofield (2005), Fossa and Gorman (n.d.) (2010). The results of our survey show that, despite little or no availability of information on the names of alleged Pythagoreans listed by Iamblichus, if we apply the criteria and the definition set by us of what comes to be a Pythagorean to some names for which we have evidence, it is possible to assume that Iamblichus produced a list which included some Pythagoreans

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La ricerca sul «Dionisismo nelle comunità fenicie e puniche: il caso di Mozia» prende in considerazione le diverse attestazioni del dionisismo quale si evidenziano, con le sue ricadute politiche e cultuali, nelle comunità fenicie e puniche della Sicilia, della Sardegna e della stessa Cartagine. Accanto ad una lettura testuale utile alla storicizzazione contestualizzata del fenomeno, fra cui lo stesso pitagorismo, si propone un corpus che comprende prodotti delle categorie artigianali che restituiscono iconografie di’ambientazione dionisiaca, testimonî dell'adozione sociale e pubblica di una cultualità la cui origine si mostra sempre più vicina a contesti vicino-orientali. Da una rilettura storicizzata del dionisismo, quindi, si mettono in evidenza con un approccio multidisciplinare e comparativistico le caratteristiche del culto, di cui si sottolinea fra l’altro la componente ctonia. In particolare il santuario tofet, con le sue recenti riletture di santuario cittadino e pluricultuale, sembra proporre analogie fra il mlk e la ritualità dionisiaca. Analogie che confermano la vocazione mediterranea ed interculturali delle comunità fenicie e puniche e che in più di un caso daranno luogo a sincretismi che si trasmetteranno sino ed oltre l’età romana. In questo colloquio interetnico Mozia svolge un ruolo non secondario insieme a Selinunte, vero e proprio laboratorio del sincretismo cultuale della Sicilia Occidentale pre-romana, dove i culti di Zeus Melichios e di Demetra si pongono come realtà rituali fra le più utili alla coesione sociale, quell’analoga coesione solciale elitaria perseguita dal dionisismo.

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¿Qué ontología es más conveniente al psicoanálisis lacaniano? La razón de mi pregunta tiene que ver con un diagnóstico compartido entre varios colegas sobre la situación actual del psicoanálisis lacaniano. Para decirlo sencillamente, ese diagnóstico establece que los desarrollos formales de Lacan en torno al concepto de sujeto se han ido perdiendo en el lacanismo a consecuencia de haberse plegado a los términos clásicos de la metafísica. O, para decirlo aún más sencillamente, el concepto de sujeto de Lacan terminó por confundirse con la idea de individuo. ¿Por qué sucede esta cesura si, precisamente, Lacan se ocupó todo el tiempo de diferenciarlos? Conforme con ciertos desarrollos de la ciencia contemporánea, diremos que existe en Occidente una orientación hacia la substancialización de toda idea o concepto, a suponer para todo ente la presencia de una substancia material que da cuenta de su existencia en el mundo. La hipótesis que sostendré, entonces, y que intentará explicar dicha orientación reza de la siguiente manera: la ontología clásica (desde Aristóteles hasta avanzado el siglo XX) ha sidopensada y conceptualizada de tal forma que, en general, la ciencia devino con una fuerte orientación hacia el pensamiento substancial. ¿Por qué plantear el problema de la ontología? Porque considero que el psicoanálisis lacaniano, si pretende ser fiel a la novedad fundada por Lacan en torno al concepto de sujeto, hoy más que nunca debe repensar la ontología sobre la cual funcionan sus conceptos fundamentales. Por ejemplo, toda la potencialidad de lasubversión llevada a cabo por Lacan en torno al concepto de sujeto se vería reducida si su formalización se efectuara a partir de la ontología clásica. Porque la ontología clásica supone, entre otras consecuencias formales, las ideas de identidad y de profundidad (tridimensionalidad). Una orientación de pensamiento contraria a la que Lacan propuso para pensar su concepto de sujeto. Koyré sostuvo que nuestro sentido común es medieval, yo agregaría que nuestro sentido común supone formalmente una ontología clásica, es decir, euclidiana, aristotélica y substancialista. En lo relativo a la configuración de esta ontología clásica, euclidiana, que hace sentido común, no sólo juega un papel la consolidación del verbo ser como cópula en la estructura de las lenguas indoeuropeas sino que también incide el sistema nominativo acusativo. La estructura gramatical de las lenguas indoeuropeas establece a través de los universales cierta relación, quizá de semejanza, entre los verbos ser y estar. Serna Arango (2007) dice que este paso también es clave en la consolidación de la ontología euclidiana, y que podríamos remontar ese paso a través del estudio de tres maniobras acontecidas en la historia de Occidente. La primera fue a través del enunciado atributivo que tuvo lugar con la función sintáctica del verbo ser como cópula. La segunda, cuando Aristóteles postuló la relación del ser con la substancia, cuando en su metafísica preguntaba qué era el ente. Y esa pregunta equivalía a qué es la substancia. No ha sido una casualidad que el concepto de ousía derivara hacia el concepto de ser hasta homologarse. Benveniste, en Categorías del pensamiento y categorías de la lengua (1999), hace mención a que, sin duda, fue desde una reflexión filosófica sobre el ser de donde surgió el sustantivo abstracto derivado del ser. Ello es lo que hemos visto crearse en el curso de la historia, sostiene Benveniste, primero en el pitagorismo dorio y en Platón y después con Aristóteles. La tercera maniobra también alude a Aristóteles, a cuando este definió ousía como hipokeimenon, es decir, ousía como sujeto, como substrato último de toda cualidad y como género. En la Metafísica, Aristóteles expone que la 'substancia se dice en dos sentidos: el sujeto último, que ya no se predica de otro y lo que, siendo algo determinado, también es separable' (Aristóteles, 2007:248)

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¿Qué ontología es más conveniente al psicoanálisis lacaniano? La razón de mi pregunta tiene que ver con un diagnóstico compartido entre varios colegas sobre la situación actual del psicoanálisis lacaniano. Para decirlo sencillamente, ese diagnóstico establece que los desarrollos formales de Lacan en torno al concepto de sujeto se han ido perdiendo en el lacanismo a consecuencia de haberse plegado a los términos clásicos de la metafísica. O, para decirlo aún más sencillamente, el concepto de sujeto de Lacan terminó por confundirse con la idea de individuo. ¿Por qué sucede esta cesura si, precisamente, Lacan se ocupó todo el tiempo de diferenciarlos? Conforme con ciertos desarrollos de la ciencia contemporánea, diremos que existe en Occidente una orientación hacia la substancialización de toda idea o concepto, a suponer para todo ente la presencia de una substancia material que da cuenta de su existencia en el mundo. La hipótesis que sostendré, entonces, y que intentará explicar dicha orientación reza de la siguiente manera: la ontología clásica (desde Aristóteles hasta avanzado el siglo XX) ha sidopensada y conceptualizada de tal forma que, en general, la ciencia devino con una fuerte orientación hacia el pensamiento substancial. ¿Por qué plantear el problema de la ontología? Porque considero que el psicoanálisis lacaniano, si pretende ser fiel a la novedad fundada por Lacan en torno al concepto de sujeto, hoy más que nunca debe repensar la ontología sobre la cual funcionan sus conceptos fundamentales. Por ejemplo, toda la potencialidad de lasubversión llevada a cabo por Lacan en torno al concepto de sujeto se vería reducida si su formalización se efectuara a partir de la ontología clásica. Porque la ontología clásica supone, entre otras consecuencias formales, las ideas de identidad y de profundidad (tridimensionalidad). Una orientación de pensamiento contraria a la que Lacan propuso para pensar su concepto de sujeto. Koyré sostuvo que nuestro sentido común es medieval, yo agregaría que nuestro sentido común supone formalmente una ontología clásica, es decir, euclidiana, aristotélica y substancialista. En lo relativo a la configuración de esta ontología clásica, euclidiana, que hace sentido común, no sólo juega un papel la consolidación del verbo ser como cópula en la estructura de las lenguas indoeuropeas sino que también incide el sistema nominativo acusativo. La estructura gramatical de las lenguas indoeuropeas establece a través de los universales cierta relación, quizá de semejanza, entre los verbos ser y estar. Serna Arango (2007) dice que este paso también es clave en la consolidación de la ontología euclidiana, y que podríamos remontar ese paso a través del estudio de tres maniobras acontecidas en la historia de Occidente. La primera fue a través del enunciado atributivo que tuvo lugar con la función sintáctica del verbo ser como cópula. La segunda, cuando Aristóteles postuló la relación del ser con la substancia, cuando en su metafísica preguntaba qué era el ente. Y esa pregunta equivalía a qué es la substancia. No ha sido una casualidad que el concepto de ousía derivara hacia el concepto de ser hasta homologarse. Benveniste, en Categorías del pensamiento y categorías de la lengua (1999), hace mención a que, sin duda, fue desde una reflexión filosófica sobre el ser de donde surgió el sustantivo abstracto derivado del ser. Ello es lo que hemos visto crearse en el curso de la historia, sostiene Benveniste, primero en el pitagorismo dorio y en Platón y después con Aristóteles. La tercera maniobra también alude a Aristóteles, a cuando este definió ousía como hipokeimenon, es decir, ousía como sujeto, como substrato último de toda cualidad y como género. En la Metafísica, Aristóteles expone que la 'substancia se dice en dos sentidos: el sujeto último, que ya no se predica de otro y lo que, siendo algo determinado, también es separable' (Aristóteles, 2007:248)

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¿Qué ontología es más conveniente al psicoanálisis lacaniano? La razón de mi pregunta tiene que ver con un diagnóstico compartido entre varios colegas sobre la situación actual del psicoanálisis lacaniano. Para decirlo sencillamente, ese diagnóstico establece que los desarrollos formales de Lacan en torno al concepto de sujeto se han ido perdiendo en el lacanismo a consecuencia de haberse plegado a los términos clásicos de la metafísica. O, para decirlo aún más sencillamente, el concepto de sujeto de Lacan terminó por confundirse con la idea de individuo. ¿Por qué sucede esta cesura si, precisamente, Lacan se ocupó todo el tiempo de diferenciarlos? Conforme con ciertos desarrollos de la ciencia contemporánea, diremos que existe en Occidente una orientación hacia la substancialización de toda idea o concepto, a suponer para todo ente la presencia de una substancia material que da cuenta de su existencia en el mundo. La hipótesis que sostendré, entonces, y que intentará explicar dicha orientación reza de la siguiente manera: la ontología clásica (desde Aristóteles hasta avanzado el siglo XX) ha sidopensada y conceptualizada de tal forma que, en general, la ciencia devino con una fuerte orientación hacia el pensamiento substancial. ¿Por qué plantear el problema de la ontología? Porque considero que el psicoanálisis lacaniano, si pretende ser fiel a la novedad fundada por Lacan en torno al concepto de sujeto, hoy más que nunca debe repensar la ontología sobre la cual funcionan sus conceptos fundamentales. Por ejemplo, toda la potencialidad de lasubversión llevada a cabo por Lacan en torno al concepto de sujeto se vería reducida si su formalización se efectuara a partir de la ontología clásica. Porque la ontología clásica supone, entre otras consecuencias formales, las ideas de identidad y de profundidad (tridimensionalidad). Una orientación de pensamiento contraria a la que Lacan propuso para pensar su concepto de sujeto. Koyré sostuvo que nuestro sentido común es medieval, yo agregaría que nuestro sentido común supone formalmente una ontología clásica, es decir, euclidiana, aristotélica y substancialista. En lo relativo a la configuración de esta ontología clásica, euclidiana, que hace sentido común, no sólo juega un papel la consolidación del verbo ser como cópula en la estructura de las lenguas indoeuropeas sino que también incide el sistema nominativo acusativo. La estructura gramatical de las lenguas indoeuropeas establece a través de los universales cierta relación, quizá de semejanza, entre los verbos ser y estar. Serna Arango (2007) dice que este paso también es clave en la consolidación de la ontología euclidiana, y que podríamos remontar ese paso a través del estudio de tres maniobras acontecidas en la historia de Occidente. La primera fue a través del enunciado atributivo que tuvo lugar con la función sintáctica del verbo ser como cópula. La segunda, cuando Aristóteles postuló la relación del ser con la substancia, cuando en su metafísica preguntaba qué era el ente. Y esa pregunta equivalía a qué es la substancia. No ha sido una casualidad que el concepto de ousía derivara hacia el concepto de ser hasta homologarse. Benveniste, en Categorías del pensamiento y categorías de la lengua (1999), hace mención a que, sin duda, fue desde una reflexión filosófica sobre el ser de donde surgió el sustantivo abstracto derivado del ser. Ello es lo que hemos visto crearse en el curso de la historia, sostiene Benveniste, primero en el pitagorismo dorio y en Platón y después con Aristóteles. La tercera maniobra también alude a Aristóteles, a cuando este definió ousía como hipokeimenon, es decir, ousía como sujeto, como substrato último de toda cualidad y como género. En la Metafísica, Aristóteles expone que la 'substancia se dice en dos sentidos: el sujeto último, que ya no se predica de otro y lo que, siendo algo determinado, también es separable' (Aristóteles, 2007:248)

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Alison Margaret Gill y Peter Denham Smithson son, o eran, ambos murieron hace ya algunos años, dos arquitectos. Así dicho, esto suena a obviedad. Sin embargo no lo es, porque siempre han sido compactados en una unidad proyectual, bien bajo las siglas Alison y Peter Smithson, o bien, más puntualmente todavía, como los Smithson. Cuando Leibniz en 1696 le dice a la princesa electora Sofía que en algo tan puntual y homogéneo aparentemente como una gota de agua, vista al microscopio, resulta haber más de un millón de animales vivos, se puede empezar a vislumbrar el resultado de la Tesis. El resultado de este trabajo no se contempla un millón de partículas pero sí dos. La obra de Alison y Peter Smithson esta conformada desde su inicio probablemente por la particularidad de que en ella intervienen tanto Gill como Smithson, aunque cada uno sea en mayor o menor medida la o el responsable de un proyecto. Puesto al microscopio el proyecto del que se ocupa la Tesis, el concurso de 1953 para la ampliación de la Universidad de Sheffield, se estima que está compuesto de dos partes diferentes y que como Los Smithson o como una gota de agua, su unidad es una mera convención, una forma de designarlo y tratarlo, que falsea en algo su apreciación, aunque, como se verá, es lo que provoca el extraño efecto que como imagen ejerce. El Capítulo I descubre la duplicidad. Reyner Banham fijó en 1955, en el artículo The New Brutalism, el modo de encarar el proyecto de Sheffield cuando proyectó sobre él lo más novedoso que en el campo de la pintura ocurría en ese momento, el Art Autre. Michel Tapié ve en el informalismo presente en las obras que él engloba como un <> rasgos que puede presentar a la luz de conceptos que extrae de Riemann, matemático del s. XIX, introductor de una nueva geometría. La Tesis remonta por tanto hasta Riemann, a la búsqueda del concepto del que penden tanto Tapié como Banham. El concepto es la variedad continua; un conjunto, cuyos elementos pueden recorrer la extensión de la variedad mediante una deformación continua, como si dijéramos, diluyéndose unos en otros sin cortes entre sí. Los ejemplos del informalismo serían, por tanto, los puntos de la variedad, formas inestables o detenciones aleatorias en este transitar continuo de un mismo objeto. La visión de cuerpos en cortes aleatorios a la evolución otorga a sus formas cualesquiera la condición de extrañeza o perturbación, produciendo un impacto en la mente que lo graba instintivamente en la materia de la memoria. Así, es la memorabilidad, dada precisamente por el impacto que supone ver cuerpos en estado evolutivo, sin una forma precisa, la propiedad que gobierna a los objetos que caen bajo el Art Autre, y es la memorabilidad el rasgo distintivo de Sheffield para Banham. Este sentido evolutivo que se puede asociar a los elementos de una variedad entra en consonancia con una variedad de estados en evolución en el marco de las especies orgánicas. No sólo como individuo sino también como especie. La coincidencia no sólo es formal, también es temporal entre el descubrimiento de Riemann de la variedad continua y el de Darwin de la evolución de las especies. Ve Darwin que algunos ejemplares presentan en su cuerpo conformaciones normales de especies diferentes, que puede entenderse como una anormalidad o defecto evolutivo, lo que él llama <>. Un ejemplar monstruoso no es capaz de abrir una escisión de la variedad y en este sentido rompe su cadena evolutiva. Es un elemento, por tanto extraño a la variedad. Lo peculiar que expone Darwin, es que la monstruosidad puede ser provocada artificialmente por motivos estéticos, como ocurre en determinados animales o plantas ornamentales. Bien, esto es exactamente lo que descubre la Tesis en el proyecto de Sheffield. La unión en un solo proyecto de dos conformaciones de naturaleza diferente. El Capítulo II indaga en la naturaleza dual de Sheffield. Y la descubre en la aplicación de dos principios que tienen múltiples derivas, pero interesante en una en particular, referida al espacio. Uno es el Principio de Posición. Bajo él se contempla la situación del concurso dada en su globalidad, en una visión totalizadora que permite buscar y destacar posiciones singulares y tener un control preciso del proyecto desde el inicio. Se dice que es la opción normal en arquitectura comprender el espacio en su conjunto y que el trazado de ejes y el reparto del espacio obedecen a este principio. Son así vistos la propuesta ganadora del equipo GMW y fundamentalmente el trazado de ejes en la obra de Le Corbusier. Una parte de Sheffield es un producto típico de este modo de proceder. Hay un segundo principio que es el Principio de Transición Continua. En los términos expuestos para la variedad de Riemann, sería como si en lugar de ver cuerpos en estados concretos, por deformados que pudieran ser, nos introdujéramos dentro de la propia variedad acoplándonos al curso de la evolución misma, en un acto de unión interior con la marcha de la evolución. Para ejercer esta acción se toma como punto inicial el extremo del edificio universitario existente, el Firth Court, y se lleva cabo un estiramiento continuo. En esto radica lo que la Tesis distingue como la ampliación, el cuerpo que se enrosca paulatinamente. Para exponer este concepto, la Tesis se apoya en un ejercicio llevado a cabo por Raymond Unwin en Hampstead, el close, o estiramiento lateral del borde de un viario para hacer surgir el espacio útil residencial. A partir del concepto de close, se deriva en la urbanística americana de principios del s. XX el concepto de cluster, que pasa a ser uno de los argumentos principales de la teoría de Alison y de Peter Smithson en los años 50. El Capítulo III plantea la dificultad de mantener la dualidad de Sheffield a primeros de los 50, sometido el proyecto de arquitectura a la unicidad que impone el criterio hegemónico de Rudolf Wittkower desde “Los Fundamentos de la Arquitectura en la Edad del Humanismo”. Como en el Capítulo I, la obligación que se traza la Tesis es remontar los orígenes de las cosas que se tratan, y en este caso, entrar en las fuentes del principio proporcional. Se descubren así los fundamentos de la proporción aritmética y geométrica en el seno del pitagorismo, sus problemas y su evolución. La postura de los dos arquitectos frente a Wittkower es de admiración, pero también de libertad. Esta libertad suya es la que defiende la Tesis. Cotejando lo que da de sí la arquitectura basada en los principios proporcionales con otra arquitectura estancada en el paso del Renacimiento al Barroco como es la arquitectura perspectiva y proyectiva, la arquitectura oblicua, recuperada a la sazón por medio de la intervención en la Tesis de Panofsky, se dirimen aspectos colaterales pero fundamentales de una renovación de los planteamientos: hay planteamientos que se dicen esencialistas y objetivos y otros funcionales y que derivan en subjetivos y relacionales. Sobre estas dos marcos de categorías el propósito que persigue la Tesis es dar cuenta de los dos principios que rigen lo visto en el Capítulo II, el Principio de Posición y el Principio de Transición Continua, responsables ambos, al 50%, de la monstruosidad detectada en Sheffield, que no es negativa, sino, como decía Darwin, la combinación en un solo cuerpo de conformaciones normales en animales de especies diferentes, incluso con fines estéticos. En Sheffield existe, y esta dibujada, la figura de una cabeza escultural con un doble rostro. Todo el trabajo de la Tesis se encamina, en definitiva, a explicar, con toda la claridad y extensión que me ha sido posible, en qué consiste ese doble rostro. ABSTRACT Peter and Alison Smithson’s work is, is from its start, very influenced by both Alison Margaret Gill and Peter Denham Smithson. The matter of study of this Thesis, the 1953 competition for the expansion of the University of Sheffield, estimated after its exam, which is composed by two different parts, which, together produce a strange effect as an image. Reyner Banham in 1955 described the image in his article “The New Brutalism” as the key argument (most iconic) for the Sheffield’s project. The way his image powerfully influences sensitivity, by perturbation, makes this a singular and memorable image. This feature, only present in Sheffield, over any other building of the time, even from the same architects, allow Banham to associate the project to Art Autre, thought by Michel Tapié as a new artistic movement, to which Sheffield will belong, in the architecture part. Tapié sees in the informalism of works considered Art Autre some aspects that can bring concepts he extracts from Riemann, XIX Century mathematician, father of the new geometry. This Thesis discovers Riemann’s concept of continuous variety, a set whose elements are able to go through variety by a continuous deformation, diluting themselves without touching each other. Examples of informalism would be, points of that variety, unstable forms or random detentions in the continuous transit of the same object. Therefore, the condition of memorability comes precisely from the impact that seeing bodies in state of evolution creates. That evolutive sense that can be associated to elements of a variety, comes together with a variety of states of evolution in the world of organic species. Not only as an individual, but as well as a species. Coincidence between Riemann and Darwin’s discoveries is not only formal, but as well temporary. Darwin observes that some individuals of concrete species present on their bodies some features, typical of other species, which may be interpreted as evolutive failure. But the most peculiar part of what Darwin exposes is that monstrosity can indeed be artificially made for aesthetical purposes, like it happens in certain animals and plants. Well, this is what the Thesis discovers in Sheffield’s project. The union in a single project of two different nature forms, of which none on the parts is a deformation of the other, but they are both irreducible. Once both parts are collated, a new system which adapts well is discovered. It is a system created by Leibniz in the XVII Century, created to distinguish to principles that clear the difference between the equation methods and differential calculus. This principles are the Principle of Position and the Principle of Continuity. This two principles, translated to the spatial analysis field are key for the two parts of the project. On the one hand, the part developing in a lineal axis belongs to the Principle of Position. This means that that there is a global vision of space after which it is decided which operation to follow, which in this case consists of establishing an axis between two singular positions of the university area. The part which is being deformed while it goes is studied as a continuous action of stretching an existing building, the Firth Court, in which there is no previous spatial analysis. The only way to understand and to explain this action is by the Principle of Continuity. So, all in all, the Thesis changes the view of Sheffield from an Art Autre work to a “monstrosity”, without the negative meaning of it, just as a combination of two different nature formations, which, at the same time, justifies its power as iconic image. Finally, I would like to point out that in the Sheffield’s project there is (drawn and also physically) a sculptural head which has the feature of representing both, a man and a woman’s face. All the work of this Thesis leads to explaining the double nature of the project, taking this double expression head as inspiration.

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Os modelos gregos clássicos de associações são fundamentalmente de dois tipos: o thíasos e a hetairía. Enquanto o primeiro está mais diretamente ligado à prática comum de cultos, à partilha de ritos e saberes mistéricos, a hetairía está mais ligada à idéia de uma associação de philoí, no sentido político de aliados e confrades que se encontram em um clube privado. A comunidade pitagórica é quase que unanimamente considerada pela tradição uma hetairía, e todavia muitas de suas características remeteriam mais claramente para o modelo do thíasos. Ambas as definições não parecem dar conta das singularidades da koinonía, que caracteriza o modo de vida pitagórico. ______________________________________________________________________________________ ABSTRACT

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A história do termo arché parece apontar para uma redefinição platônico-aristotélica de um conceito arcaico, ligado inicialmente ao uso jônico do termo para expressar um ponto-de-partida cronológico. Aristóteles, em Metafísica A, transforma o significado das archaí que a passam a significar princípios explicativos do real, e neste sentido, equivalentes ao termo aitíai (causas). Apesar da maioria dos estudiosos atribuir a Aristóteles a descoberta desse uso, um estudo comparativo do termo no Corpus Hipocraticus, nos fragmentos originários do pitagórico Filolau, datados na segunda metade do V século, revela-se que esta literatura antecipa o uso da arché no sentido de princípios metodológicos para a pesquisa filosófica. ______________________________________________________________________________________________ ABSTRACT