190 resultados para Endeudamiento


Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Si bien las economías de América Latina y el Caribe crecieron menos en 2011 que en 2010, se lograron algunos avances en el ámbito laboral y los trabajadores se beneficiaron de un desempeño económico satisfactorio, en un contexto externo cada vez más complejo.La tasa de desempleo descendió de un 7,3% en 2010 a un 6,7% en 2011, debido a un aumento de medio punto porcentual de la tasa de ocupación urbana. Ambas tasas están en niveles inéditos desde hace mucho tiempo. También aumentó la proporción de los puestos de trabajo formales que cuentan con protección social y bajó el subempleo. Los salarios, tanto medios como mínimos, aumentaron en términos reales, aunque moderadamente.El desempeño económico y los resultados laborales fueron muy diferentes entre las subregiones. En América del Sur la tasa de desempleo cayó 0,6 puntos porcentuales, mientras en los países del norte de América Latina cedió 0,4 puntos porcentuales y en los países del Caribe subió 0,2 puntos porcentuales.Por otra parte, los datos muestran que en los mercados laborales persisten importantes brechas y graves problemas de inserción laboral, sobre todo para las mujeres y los jóvenes, que continúan padeciendo niveles desfavorables en cuanto a la tasa de desempleo y a otros indicadores laborales.En la segunda parte de este informe se revisa si los frutos del crecimiento económico y de los aumentos de productividad han sido distribuidos en forma equitativa entre trabajadores y empresas.Entre 2002 y 2008, el período del ciclo económico expansivo más reciente, de los 21 países de la región cuyos datos están disponibles, disminuyó la participación de las remuneraciones en el PIB en 13 de ellos, mientras que solo aumentó en 8. Esto indicaría una redistribución desfavorable a los trabajadores, que resulta preocupante en una región que se caracteriza por tener la distribución de ingreso más desigual del mundo.Esta evolución se explica porque a nivel mundial los salarios han crecido menos que la productividad. Más allá de la dimensión ética del tema, esto pone en peligro la sostenibilidad social y económica del crecimiento. Por ejemplo, una de las raíces de la reciente crisis financiera fue que, ante las pérdidas de ingresos de los asalariados estadounidenses, los hogares financiaron su consumo y su vivienda con un mayor endeudamiento, lo cual demostró no ser sostenible en el largo plazo. La persistencia de este fenómeno debilita tanto la contribución del mercado laboral a la asignación eficiente de los recursos como su función distributiva, con consecuencias negativas para la gobernabilidad democrática.En el debate a nivel global, entre las causas atribuibles a dicho empeoramiento distributivo se destacan la desregulación de los mercados y su impacto en la globalización financiera, un cambio tecnológico que favorece el capital frente al trabajo, así como el debilitamiento de las instituciones laborales. Se requiere, en consecuencia, un esfuerzo de políticas públicas que contribuyan a que los aumentos salariales no queden rezagados frente a los aumentos de productividad. En algunos países de la región, especialmente en América del Sur, se observan progresos interesantes durante la segunda mitad de la década pasada, reflejados en un positivo cambio de tendencia en la participación de las remuneraciones en el producto. Por ejemplo, en el Brasil se aprecia una recuperación de la participación de las remuneraciones en el PIB y se estima que la política de salarios mínimos orientada a la dinámica del mercado interno es una de las razones de este aumento.La región necesita crecer más y mejor. Se requiere incrementar continuamente su productividad como base de mejoras sostenidas del bienestar de la población y para reducir la brecha externa que separa a las economías de América Latina y el Caribe de las más avanzadas. También es imperativo reducir la desigualdad, lo que podría lograrse mediante una reducción de la brecha de productividad entre las empresas más modernas y la gran cantidad de empresas de baja productividad.Como se expone en este informe, durante el período entre 2002 y 2010 la región logró algunos avances, con un incremento anual de la productividad laboral del 1,5%. Estos progresos, sin embargo, están por debajo de los logros de otras regiones, como África subsahariana (2,1%); y, sobre todo, Asia oriental (8,3%, excluidos el Japón y la República de Corea);. Además, en muchos países de la región estas ganancias no se han distribuido de manera equitativa. De ahí la relevancia de asumir este doble reto: avanzar en los incrementos de la productividad y fortalecer los mecanismos para una distribución de las ganancias correspondientes que estimule la inversión y fortalezca los ingresos de los trabajadores y sus hogares.En 2012, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT); estiman que habrá un crecimiento económico regional levemente más bajo que en 2011, en el contexto de una economía mundial caracterizada por el enfriamiento de varios de sus principales motores económicos y una elevada incertidumbre relacionada, sobre todo, con las perspectivas de la zona del euro. Se prevé que la región continúe resistiendo bien en este contexto más adverso, gracias a las políticas que aprovecharon los períodos de un entorno más favorable. Esto se expresaría también en los mercados laborales, por lo que proyectamos un leve descenso de la tasa de desempleo, en un rango de hasta dos décimas de un punto porcentual, hasta alcanzar un 6,5%.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Incluye Bibliografía

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Globalización y equidad, asuntos trascendentes y definitorios para el futuro de nuestros pueblos, son, desafortunadamente términos que reflejan profundas contradicciones, ya que no es la equidad precisamente lo que caracteriza la actual globalización, que con signo neoliberal es propia del mundo de hoy, como expresión contemporánea de la internacionalización de la producción asociada al capitalismo altamente desarrollado. La globalización, en lo que se ha llamado su tercera etapa, se sustenta en significativos avances de las comunicaciones y la informática, que ofrecen amplias posibilidades para el desarrollo. Sin embargo, obtener los beneficios de ese proceso supone una participación equitativa de los avances científico-técnicos que la hacen posible, entendiendo por equidad el acceso en igualdad de condiciones a todo aquello a lo que se tiene derecho, de acuerdo a normas universales de justicia social. Semejantes premisas no están presentes hoy y diríamos que históricamente el concepto moderno de equidad no se ha desarrollado en esa dirección. Desde las tesis liberales de Adam Smith, que concebían el libre juego del mercado como el medio ideal para compatibilizar la búsqueda del beneficio individual con el mayor beneficio social, asistimos a la singular transfiguración del egoísmo personal en una virtud social, dando a la equidad, así concebida en los marcos de la concurrencia, un sello de igualdad de dudosa validez. Precisamente serían los socialistas utópicos primero y los marxistas después, los que cuestionarían el concepto de equidad así sustentado, llegando a la conclusión de que era necesario alcanzar una nueva forma de organización social si se quería lograr un mundo realmente equitativo. Ciento cincuenta años después, en la conciencia de la humanidad se abren paso de forma creciente los principios de equidad y justicia social propugnados por el pensamiento socialista, que impulsan la globalización de la solidaridad en contraposición a la globalización neoliberal. Este debate no solamente se ha desarrollado en Cuba. En el plano internacional tiene una historia más reciente, pero no menos contrapuesta. Después del reparto colonial del mundo y pasadas dos guerras mundiales, los propios intereses del desarrollo capitalista generaron la necesidad de superar el empleo de la fuerza como medio de dominación. La liberación de las antiguas colonias y los nuevos mecanismos de sometimiento neocolonial que la seguirían pusieron de manifiesto como nunca antes la desigualdad en el ejercicio del derecho al desarrollo y la inequidad del orden económico internacional existente. La experiencia de la posguerra demostró que si bien el capitalismo podía propiciar el crecimiento económico, no aseguraba con ello el acceso equitativo a sus frutos, y mucho menos a un desarrollo social adecuado. El debate internacional sobre estos temas tomó el rumbo del derrame sobre el desarrollo de los resultados del progreso, por la vía de un acelerado intercambio comercial que pondría de manifiesto en los años 60 y 70 del siglo pasado el hoy poco mencionado fenómeno del intercambio desigual y la necesidad de promover un nuevo orden económico internacional más justo. La expansión de los flujos financieros internacionales y su contradictorio devenir en los 80, se manifestarían con fuerza en la crisis de la deuda externa y los debates que la compañaron, hoy sepultados bajo la aparentemente infinita capacidad de movimiento del capital financiero especulativo, con sus soluciones salvadoras de corto plazo que no han hecho más que agudizar las contradicciones del endeudamiento creciente del Tercer Mundo, tema que se pretende ignorar hasta en las conferencias financieras más recientes.

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Includes bibliography

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Includes bibliography

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Includes bibliography

Relevância:

10.00% 10.00%

Publicador:

Resumo:

Describe la actual coyuntura economica internacional y sus efectos sobre la periferia en general y America Latina en particular, estos ultimos referidos a la reduccion de la tasa de crecimiento, la caida de los terminos del intercambio, el aumento de la deuda externa, el deterioro de la situacion fiscal y el agravamiento de las condiciones sociales. Sugiere politicas para enfrentar esta crisis, en tres niveles: mundial, regional y nacional y dentro de este ultimo hace hincapie en el endeudamiento externo y las politicas arancelarias, cambiarias y del gasto publico.