955 resultados para Hegel, Nietzsche, Sartre
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En este trabajo se analizan algunos aspectos de la obra de Jean-Paul Sartre San Genet, comediante y mártir (1952), que permiten entender el interés y el impacto que esa lectura tuvo en un grupo de jóvenes que inician su respectivas trayectorias en la década del 50 y que marcan los límites de lo que se podrá pensar y decir sobre género y (homo)sexualidad en la primera mitad de los 60. Me refiero a Juan José Sebreli, Carlos Correas y Oscar Masotta. Me interesa indagar en qué medida el San Genet, en particular, y el existencialismo en general, permitieron articular nuevas formas incipientes de subjetividad y plantear la posibilidad de sacar a la luz, en ensayos y obras de ficción, personajes y experiencias que desafiaban la supuesta naturalidad de los modelos de identidad sexual hegemónicos
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En occidente, el verdadero elogio del trabajo comienza con Hesíodo en Los trabajos y los días. Han transcurrido al menos dos siglos y ya han quedado a un lado los temas clásicos de Homero. El culto del heroísmo, la nobleza del coraje, la gloria en la batalla, la honra de morir en el combate, todavía están vigentes, por supuesto; pero la joven cultura griega ya se ha abierto camino, ha definido algunas de sus fronteras y ahora, Grecia exige de sus habitantes una vida de trabajo. El poema didáctico y campesino de Hesíodo viene a decir, después de Homero, que no sólo de heroísmo vive el hombre o, lo que es aún mejor, que elheroísmo no se encuentra únicamente en los ruidosos combates de los caballeros nobles frente a Troya. También es heroica la lucha tenaz y silenciosa de los trabajadores con la dura tierra. En este sentido, sitúa en lo más alto la estimación del trabajo. Se trata de la areté del trabajador y, su contraparte, la condena de la pereza: Por otra parte, la Odisea de Homero es una hermosa metáfora del retorno de la conciencia occidental sobre sí misma. Las aventuras de Odiseo son, en este sentido, las peligrosas tentaciones que pueden desviar al sujeto de su lógica. Y, como los héroes de todas las novelas que le siguieron, Odiseo se abandona una y otra vez a las aventuras; se deja llevar, se zambulle, se pierde en ellas para reencontrarse. Si se trata de las toxicomanías, la aventura que nos interesa es una de las primeras de la Odisea, el encuentro del héroe con los lotófagos, los comedores de la flor de loto. Aquellos que prueban ese 'florido manjar' están perdidos. Para Hegel, son los animales quienes están fijados a una repetición sin cambio. Puesto que no pueden hacer otra cosa con el objeto que consumirlo directamente, están condenados a lo mismo. La sabiduría humana, en cambio, se encuentra en rechazar la inmediatez; esto es lo que lo hace hombre: el hecho de poder inhibir ese movimiento, poder rechazar el consumo directo del objeto y hacerlo entrar en la dialéctica del intercambio. A diferencia de la joven cultura griega, nuestra época de vieja cultura frita se inclina, cada vez más, por el consumo y, cada vez menos, por la ciudadanía. Cada vez más consumidores y menos ciudadanos, que son tiempos oscuros los nuestros y la felicidad se encuentra en una lata de gaseosa y no en el ágora discutiendo una política pública y mucho menos laborando la tierra. Hoy, más que antes, la cultura exige de nosotros el consumo, y su atontamiento, que hay que comprar un nuevo tacho de basura aunque el viejo tacho, todavía funcione! Es por eso que las toxicomanías se ofrecen como el símbolo privilegiado de nuestra época. En ellas, se lleva hasta las últimas consecuencias un rasgo común de nuestro siglo: el consumo. El toxicómano, desde este punto de vista, es un verdadero fundamentalista del mercado: se ha tomado muy en serio el slogan de que la felicidad se encuentra en los objetos que podemos incorporar. Sean lavarropas automáticos, detergentes biodegradables, pieles de zorros, cocaína o diacepam, solo se trata de ampliar el número de consumidores. Más allá del trabajo, cada vez más alienado de nuestra globalización, pero también más allá de la pereza del consumo directo y tosco de los objetos que la cultura de hoy nos propone, la obra freudiana pareciera disponer de ciertas claves para pensar la felicidad
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Durante las primeras décadas del siglo XX el propósito regeneracionista de algunos escritores españoles desembocará en una evaluación, difusa al principio pero inequívoca ya hacia 1914, de la Modernidad. Este fenómeno contribuyó decisivamente a que la cultura española se abriera a las vanguardias estéticas. Un buen exponente de ello se encuentra en el estilo barojiano, ya que presenta unos caracteres filosóficos, el vitalismo y la negatividad por ejemplo, en cuyo despliegue literario se advierten muchas novedades propias de la estética contemporánea. Entre éstas destacan la sutil reivindicación del fragmento y la evaluación de la catarsis.
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A. Honneth diagnostica que tanto la filosofía social como la sociología luego de Nietzsche han expresado de diferentes formas particulares ("desencantamiento del mundo", "tragedia de la cultura", "anomia", etc.) el nihilismo presente en las sociedades modernas. Así y todo, el autor establece a la solidaridad que se da en el seno de la "comunidad de valores" compartidos en una sociedad (además del amor y el derecho) una instancia fundamental para que se produzca el reconocimiento intersubjetivo entre los individuos. A su vez, en la teoría desarrollada por Honneth aparece expresado un avance de las comunidades postradicionales en el marco de las sociedades modernas, las cuales posibilitarían un momento en donde el reconocimiento se daría con menos potencialidad de dolor y más relajamiento para el individuo en comparación con las sociedades estamentales tradicionales. De estas dos cuestiones: (1) "comunidad de valores" a pesar del nihilismo diagnosticado y (2) pasaje a las comunidades postradicionales como sustento de las sociedades modernas con su característica apertura radical del horizonte de valores, es necesario preguntarse: ¿Cómo es reconciliable el nivel ontológico del "vivir juntos" de la "comunidad de valores", en el marco de una sociedad moderna nihilista, la cual permite el aumento exponencial de las posibilidades de los grupos o individuos de generar nuevas formas de encontrar su necesario reconocimiento de manera facilitada, sabiendo que esto puede llegar a derivar en formaciones sociales con valores contrarios a los valores propios de la comunidad de valores?
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Según Dilthey, el análisis formalista llevado adelante por la gnoseología de Kant no logra comprender el mundo humano, por su parte, Hegel si aborda al hombre histórico, pero subsume su mundo al despliegue de la razón o el saber absoluto. El proyecto de una fundamentación de las ciencias del espíritu llevado adelante por Dilthey busca adentrarse en el mundo humano concibiéndolo como el conjunto de manifestaciones objetivadas de la vida. Kant y Hegel se convierten en sus interlocutores, pero también Comte con quien se enfrenta en pos de fundamentar la autonomía metodológica de las ciencias del espíritu. Sostengo que la noción tardía de «espíritu objetivo», que Dilthey toma de Hegel, pero que la concibe como el devenir de la vida política y cultural, permite releer toda la filosofía de Dilthey con otra perspectiva. El presente estudio no busca realizar un análisis comparativo entre Dilthey y Hegel, sino partir de la recepción que el primero hace del segundo a los efectos de comprender su filosofía. En este sentido, para Dilthey el «espíritu objetivo» está constituido por el conjunto de las organizaciones exteriores de la sociedad ?la estructura político-jurídica de la sociedad- y por las formas culturales como arte, religión y filosofía. El hombre es quien, según Dilthey, produce estas instituciones las cuales a su vez le anteceden y le sucederán en su existencia. En este sentido Dilthey concibe al hombre como un ser histórico y un «punto de cruce» de las distintas objetivaciones históricas. Este mundo compartido es el mundo histórico ?expresado a través de las nociones como Gemeinsamkeit, objektive Geist, verwebt y kreuzungspunkt-, aquel que contiene el conjunto de experiencia de vidas acumuladas y las expectativas de futuro. En síntesis, se sostiene que para Dilthey el mundo es manifestación objetiva de la vida ? fenomenología del espíritu-, siendo el espíritu objetivo o la vida objetivada, un producto del devenir de la vida humana. Es decir, en el mundo histórico actúan individuos dotados de voluntad- en una conexión estructural con su entorno, como «puntos de cruce» de las distintas objetivaciones. Es decir, la preocupación histórico sistemática diltheyana gira en torno al tema del hombre ?sujeto individual, «punto de cruce»- y lo socio-histórico ?mundo intersubjetivo y espíritu objetivo, manifestación objetivada de la vida-. Así, el hombre juega, para Dilthey, un papel central en la historia y en el despliegue de la vida. Todos los estudios gnoseológicos, epistemológicos, históricos y toda fundamentación sistemática es producto de las conexiones de vida. La importancia de los individuos, sus propias manifestaciones de vida y el «espíritu objetivo» -centros de análisis de las ciencias del espíritu-, permite comprender a la filosofía diltheyana como una filosofía de la intersubjetividad, en oposición a las interpretaciones clásicas que hacían que ella cayera en un psicologismo-empático. Asimismo, el plano de la exteriorización de las acciones individuales y sociales le permite a Dilthey encontrar un saber objetivo para las ciencias del espíritu
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Según Nietzsche, a partir de la Revolución Francesa tenemos que estar preparados para 'conmociones fundamentales'; desde entonces se producen acontecimientos que anuncian modificaciones infra y superestructurales para el próximo milenio, con lo cual, el orden social se ajustará al rumbo de las ?nuevas ideas?. En la actualidad, los triunfos y logros de la civilización ponen en peligro el desarrollo mismo de la cultura; son tiempos de procesos políticos extraordinarios o en otras palabras, de grandes luchas por el dominio de la tierra. Es así que se aproxima el 'ocaso de los ídolos', es decir, la ruina de las verdades antiguas pues casi todo lo que hasta el presente se llama verdad es sólo mentira y, cuando la nueva realidad se enfrente a las fabulaciones milenarias, nuestra cosmovisión sufrirá terribles sacudidas; las guerras serán inevitables y todas las instituciones basadas en el engaño y la ilusión caerán ante el asombro de los sobrevivientes. Nietzsche inicia la desacralización o 'desenmascaramiento' de las verdades eternas y la transmutación de todos los valores que son, en definitiva, procesos ineluctables. Asimismo, no hay fenómenos morales sino una 'interpretación moral de los fenómenos' o, en todo caso, una falsa interpretación. Y la moral no es otra cosa que una coacción prolongada. En la medida en que la Humanidad se aleja de la fe, más se acerca a la Ciencia, porque mientras la primera significa no querer saber qué es la verdad, la segunda nos asemeja a Dios. Según Nietzsche, estamos en ese camino. Día tras día el Hombre se perfecciona mediante la investigación de la Naturaleza; forma un cuerpo físico, mental y espiritual cada vez más enaltecido, realiza experimentos para mejorar la nutrición, el modo de vivir, la manera de interpretar los fenómenos de la Naturaleza y la expansión de la conciencia; pero en última instancia, no se trata del Hombre, pues éste tiene que ser superado. En consecuencia con lo dicho, el propósito del presente trabajo consiste en brindar una interpretación de la propuesta nietzscheana de 'Autosuperación del Hombre' en relación con los diferentes períodos de la vida intelectual de Nietzsche; la misma se inscribe en el marco de una teoría política contraria a las doctrinas antes mencionadas: la filosofía de la historia hegeliana, el socialismo, el nacionalismo, el anarquismo, la democracia y el cristianismo
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Las actuales modalidades socioculturales "postmodernas" y las restricciones de la globalización económica conducen a reflexionar acerca de la configuración de transformaciones en la Orientación , comprometidas con los conceptos "libertad", "saberes epistemológicos", "competencias del sujeto educando" y nuevos roles de la institución escolar. Esta investigación de carácter exploratorio, tiene por objeto recuperar el concepto "libertad" desde enunciados de los filósofos existenciales Heidegger y Sartre y presentar la temática de las "competencias" desde la teoría social de Habermas. La finalidad es establecer nuevos lazos entre la Orientación y los lineamientos filosóficos señalados: la libertad de los sujetos y la posibilidad de desarrollo de aquellas "competencias" que permitan establecer interrelaciones epistemológicas, éticas y sociales en el marco de la Orientación Vocacional que promuevan una mayor solidaridad frente a la "era del vacío" de la Postmodernidad sostenida por Lipovetsky.
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"We are not jealous of gods, we do not serve them, we do not fear them, but at the risk of our lives, we attest for their multiple existence, and are stirred to be of their chancy keeping when they are no more remembered of". What could mean such a sentence written by René Char? Is it still possible to think and to experiment, here and now, after centuries of monotheism, something like a plurality of gods? What is it to be a pagan? Rereading Homer, and then Plato, Nietzsche and Lyotard, we could risk the following de´Çü nition: pagan is someone able to suppose, between performance and cosmos, that the one coming up to him is, may be, some god.
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El presente trabajo analiza las categorías utilizadas por M. Foucault para estudiar el funcionamiento del poder en las sociedades modernas: represión ("hipótesis Reich"), soberanía ("hipótesis Hobbes"), lucha, guerra, dominación ("hipótesis Nietzsche") y "gubernamentalidad". Esta última, que describe las sociedades de normalización y las sociedades de biopoder, desplaza metodológicamente a la "hipótesis Nietzsche" de "Il faut défendre la société". En este punto el trabajo de Foucault se cruza con el de G. Agamben, especialmente, con los conceptos de "vida desnuda" y del "estado de excepción". A partir de los escritos de Agamben, el presente trabajo avanza hacia esa zona que quedó singularmente en la sombra en la obra de Foucault, la relación entre "soberanía" y "vida".
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The present "post modern" socio-cultural modalities and the restrictions of the economic globalization lead us to reflect about the configuration of the transformations in the Vocational Guidance, committed to the concepts of "freedom", "epistemological knowledge", "competences of the subject and new roles of the school. This first exploratory incursion if the research has the purpose of retrieving the concept of freedom from the existential philosophers Heidegger and Sartre and of introducing the subject of "competences" from the social theory of Habermas. The aim is to establish new bonds between the Vocational Guidance and the above-mentioned philosophical lineaments: the freedom of the subjects and the possibility of development of those "competences" that allow to establish social, ethical and epistemological interrelations in the sphere of the Vocational Guidance, that promote a greater solidarity facing the "era of emptiness" of the post-modernity supported by Lipovestky.