El nacionalismo frente a la cuesti��n social en Argentina (1930-1943) : Discursos, Representaciones y pr��cticas de las derechas sobre el mundo del trabajo

Nuestra investigaci��n se centr�� fundamentalmente en las distintas formas en que las derechas respondieron a los conflictos suscitados en el mundo del trabajo durante el per��odo de entreguerras. En primer lugar, advertimos que la cuesti��n social fue adquiriendo un rol protag��nico en la agenda nacionalista tal como puede verse, por ejemplo, a trav��s del an��lisis de los peri��dicos. En efecto, los diarios m��s importantes adscriptos al nacionalismo desarrollaron un discurso radical respecto a los problemas sociales e incluyeron secciones espec��ficas para tratar estas cuestiones y expresar una posici��n al respecto. Las respuestas del nacionalismo argentino frente a la cuesti��n obrera han sido m��ltiples y han abarcado distintas esferas de la vida social. Lejos de esperar que la soluci��n a los problemas sociales proviniera exclusivamente de las medidas restrictivas y represivas hacia el movimiento obrero, los nacionalistas elaboraron programas sociales, políticos, econ��micos y culturales que formaron parte de su proyecto de naci��n autoritaria y jer��rquica. Los proyectos sociales y las propuestas de organizaci��n sindical fueron en gran parte inspirados por los fascismos europeos los cuales incluyeron programas de contenci��n social dentro de un orden pol��tico totalitario. En este sentido los nacionalistas argentinos intentaron mediante sus propuestas imponer un orden que contemplara las necesidades b��sicas de los sectores populares y que preservara las jerarqu��as sociales limitando la participaci��n pol��tica o sindical de los trabajadores y eliminando definitivamente alas fuerzas de la izquierda revolucionaria. Las organizaciones obreras nacionalistas incluyeron todo tipo de trabajadores en sus filas y procuraron captar tanto a los afiliados de los sindicatos aut��nomos como a los trabajadores socialistas. Algunas de estas organizaciones fueron ef��meras mientras que otras tuvieron m��s ��xito y lograron atraer adherentes. Las mismas conformaron la corriente que hemos denominado nacionalismo sindicalista, la cual desarroll�� su propia doctrina social fuertemente influenciada por las enc��clicas papales. Las manifestaciones nacionalistas en el espacio p��blico porte��o han sido tambi��n analizadas in extenso. Existieron distintos tipos de manifestaciones para movilizar a los seguidores del nacionalismo y para captar nuevos adherentes, especialmente aquellos provenientes de los sectores populares. Las manifestaciones se convirtieron en el escenario de las disputas ideol��gicas mantenidas tanto contra la pol��tica liberal como contra la revolucionaria. La "revoluci��n nacionalista", seg��n la formulaban sus partidarios, implicaba trascender los aspectos políticos y econ��micos incorporando transformaciones en otras ��reas de la vida social: las costumbres, las formas de vida, los gustos culturales, los valores. Los nacionalistas advirtieron que para lograr este tipo de "revoluci��n" deb��an hacer usa de los medios de comunicaci��n masivos y dise��ar proyectos para regular las industrias culturales. El objetivo de representar a los sectores populares fracas�� rotundamente. El discurso nacionalista que condenaba la diversidad ��tnico-religiosa, que amenazaba con eliminar las distintas voces pol��ticas existentes, y que expresaba un odio visceral a sus enemigos (ya fueran jud��os, anarquistas, comunistas, o liberales) fue extremadamente desafortunado para quienes procuraron ensanchar las bases de un movimiento antidemocr��tico originalmente elitista que, a la luz del contexto internacional y de las condiciones locales, devino en populista

El nacionalismo frente a la cuesti��n social en Argentina (1930-1943) : Discursos, Representaciones y pr��cticas de las derechas sobre el mundo del trabajo

Nuestra investigaci��n se centr�� fundamentalmente en las distintas formas en que las derechas respondieron a los conflictos suscitados en el mundo del trabajo durante el per��odo de entreguerras. En primer lugar, advertimos que la cuesti��n social fue adquiriendo un rol protag��nico en la agenda nacionalista tal como puede verse, por ejemplo, a trav��s del an��lisis de los peri��dicos. En efecto, los diarios m��s importantes adscriptos al nacionalismo desarrollaron un discurso radical respecto a los problemas sociales e incluyeron secciones espec��ficas para tratar estas cuestiones y expresar una posici��n al respecto. Las respuestas del nacionalismo argentino frente a la cuesti��n obrera han sido m��ltiples y han abarcado distintas esferas de la vida social. Lejos de esperar que la soluci��n a los problemas sociales proviniera exclusivamente de las medidas restrictivas y represivas hacia el movimiento obrero, los nacionalistas elaboraron programas sociales, políticos, econ��micos y culturales que formaron parte de su proyecto de naci��n autoritaria y jer��rquica. Los proyectos sociales y las propuestas de organizaci��n sindical fueron en gran parte inspirados por los fascismos europeos los cuales incluyeron programas de contenci��n social dentro de un orden pol��tico totalitario. En este sentido los nacionalistas argentinos intentaron mediante sus propuestas imponer un orden que contemplara las necesidades b��sicas de los sectores populares y que preservara las jerarqu��as sociales limitando la participaci��n pol��tica o sindical de los trabajadores y eliminando definitivamente alas fuerzas de la izquierda revolucionaria. Las organizaciones obreras nacionalistas incluyeron todo tipo de trabajadores en sus filas y procuraron captar tanto a los afiliados de los sindicatos aut��nomos como a los trabajadores socialistas. Algunas de estas organizaciones fueron ef��meras mientras que otras tuvieron m��s ��xito y lograron atraer adherentes. Las mismas conformaron la corriente que hemos denominado nacionalismo sindicalista, la cual desarroll�� su propia doctrina social fuertemente influenciada por las enc��clicas papales. Las manifestaciones nacionalistas en el espacio p��blico porte��o han sido tambi��n analizadas in extenso. Existieron distintos tipos de manifestaciones para movilizar a los seguidores del nacionalismo y para captar nuevos adherentes, especialmente aquellos provenientes de los sectores populares. Las manifestaciones se convirtieron en el escenario de las disputas ideol��gicas mantenidas tanto contra la pol��tica liberal como contra la revolucionaria. La "revoluci��n nacionalista", seg��n la formulaban sus partidarios, implicaba trascender los aspectos políticos y econ��micos incorporando transformaciones en otras ��reas de la vida social: las costumbres, las formas de vida, los gustos culturales, los valores. Los nacionalistas advirtieron que para lograr este tipo de "revoluci��n" deb��an hacer usa de los medios de comunicaci��n masivos y dise��ar proyectos para regular las industrias culturales. El objetivo de representar a los sectores populares fracas�� rotundamente. El discurso nacionalista que condenaba la diversidad ��tnico-religiosa, que amenazaba con eliminar las distintas voces pol��ticas existentes, y que expresaba un odio visceral a sus enemigos (ya fueran jud��os, anarquistas, comunistas, o liberales) fue extremadamente desafortunado para quienes procuraron ensanchar las bases de un movimiento antidemocr��tico originalmente elitista que, a la luz del contexto internacional y de las condiciones locales, devino en populista

Morphometry of Cyphocharax gouldingi in the Praquiquara river watershed, Apeu east, Eastern Amazon

Curimat��deos do g��nero Cyphocharax Fowler, 1906 distribuem-se amplamente nas bacias hidrogr��ficas da América do Sul, contudo essa ampla distribui����o inequivale a quantidade de trabalhos relacionados ao g��nero. Visto isso, objetivou-se contribuir ao conhecimento de Cyphocarax gouldingi (Vari, 1992) atrav��s da caracteriza����o morfom��trica de indiv��duos coletados na microbacia do rio Praquiquara, localizado no m��dio Ape��, Amaz��nia Oriental. Para a determina����o morfom��trica da esp��cie, utilizou-se o software Adobe Photoshop CS6 Extended, mensurando os respectivos caracteres mer��sticos: comprimentos total, padr��o, zool��gico, cabe��a e focinho, a medida da altura e o di��metro do olho de 178 exemplares capturados entre os meses setembro (2014) e maio (2015). Verificou-se uma correla����o forte positiva e alometria negativa, entre o comprimento total e as demais medidas externas, e observou a import��ncia do rio Praquiquara durante o ciclo de vida da esp��cie. Conclui-se que as medidas morfom��tricas de C. gouldingi (1) satisfazem a estima����o de comprimento total e (2) possibilitam o estudo sobre a din��mica de crescimento da esp��cie estudada.

La espacialidad radical: transmutando espacios de acci��n y reacci��n

RESUMEN. Tres casos de estudio: ���Take the square��� en la Plaza de Tahrir, El Cairo, ���Occupy Wall Street��� en la Plaza de Zuccotti Park en New York, y Kreuzberg, barrio subversivo de Berl��n; dos acontecimientos situados, una situaci��n que se ha ido consolidando. ��stos son los elementos que conforman una investigaci��n que pretende llegar a definir la espacialidad radical a trav��s de la espontaneidad y de una necesidad de ocupar un lugar por parte de las multitudes y cuerpos creados procesualmente. Aspectos políticos y sociales son el motor de acciones llevadas a cabo por las individuaciones que se materializan en un lugar, se espacializan y llegan a conformar sucesivamente un paisaje. Esto provoca la transmutaci��n de lugares, donde elementos f��sicos y qu��micos permiten una equivalencia. Las nuevas proyecciones en base a estas espacialidades radicales generar��an una serie de acontecimientos. ABSTRACT. Three case studies: ���Take the square��� in Cairo���s Tahrir square, ���Occupy Wall Street��� in Zuccotti Park, New York, and Kreuzberg, subversive neighbourhood in Berlin; two located events, one existent situation. These are the elements that conform a research, which try to define what radical spatiality could be through the spontaneity and the necessity to occupy a place by multitudes and corps created in base of process. Political and social aspects are the engine of actions done by individuations that materialize a place; they spatialize themselves and consequently conform a landscape. These facts commit into the transmutation of places, where elements like physics and chemicals are the tools that allow equivalence. The new projections base on these radical spacialities would generate a set of events.

A ADES��O PENTECOSTAL DE BANDIDOS E EX-BANDIDOS ��� UM ESTUDO SOBRE RELIGI��O E PERIFERIA NA FAVELA DO JARDIM S��O JORGE EM CIDADE ADEMAR - SP

A disserta����o preocupou-se em analisar as rela����es de bandidos e ex-bandidos com o pentecostalismo na Assembleia de Deus Fortificada em Cristo (ADFEC), situada na favela Jardim S��o Jorge, periferia da Cidade Ademar, regi��o Sul da capital de S��o Paulo. Interessou-nos compreender as intera����es desses agentes e de qual maneira a igreja desempenhou seu trabalho em um espa��o pentecostal. A pesquisa, teve como objetivo fundamental, examinar as aproxima����es da criminalidade e o pentecostalismo indicando suas rupturas e caracter��sticas peculiares. O trabalho de campo se dedicou em coletar dados que comprovassem atua����o da ADFEC juntos aos agentes do crime, e em que medida a filia����o religiosa dos agentes ganhava import��ncia. Por fim, buscamos refletir sobre a ades��o de bandidos e ex-bandidos ao pentecostalismo e a influ��ncia dessa ades��o no cotidiano da comunidade.

A SENSIBILIDADE CULTURAL DO ADVENTISMO COMO MODELO MISSIOL��GICO EM GRANDES CENTROS URBANOS: UMA AN��LISE DE IGREJAS ADVENTISTAS ��TNICAS NA CIDADE DE S��O PAULO

Esta pesquisa objetiva analisar o desenvolvimento da miss��o adventista na cidade de S��o Paulo em busca de um modelo missiol��gico para centros urbanos. S��o Paulo, uma das maiores metr��poles do mundo tem uma forma����o cultural plural, n��o apenas pelas for��as atuantes da moderniza����o, seculariza����o, globaliza����o e p��s-modernidade. A composi����o da popula����o da cidade possui uma g��nese ��tnica plural. Al��m da matriz aut��ctone ind��gena, do colonizador branco europeu e dos escravos africanos, desde o in��cio do s��culo XIX chegaram outros imigrantes, europeus e asi��ticos. Nas primeiras d��cadas do s��culo XX, o Brasil foi o pa��s que mais recebeu imigrantes em todo o mundo. Estima-se que nos anos de 1920, apenas um ter��o da popula����o na cidade de S��o Paulo fosse de brasileiros, o restante era composto por imigrantes. A inser����o do adventismo em S��o Paulo se deu por mission��rios imigrantes que trabalharam primeiro com outros imigrantes antes de evangelizar e desenvolver a miss��o adventista com os brasileiros nacionais. De alguma forma, esse in��cio deixou marcas na miss��o adventista paulistana. S��o Paulo �� hoje a cidade com o maior n��mero total de adventistas no mundo e a ��nica com Igrejas Adventistas ��tnicas que atendem cinco grupos ��tnicos distintos: japoneses, coreanos, judeus, ��rabes e bolivianos/peruanos. Esta pesquisa busca investigar a forma����o de uma sensibilidade cultural no adventismo paulistano que lhe permitiu dialogar com a pluralidade cultural da metr��pole paulistana.

Fontes e formas para uma disciplina jur��dica comunit��ria / Jorge Fontoura. --

A integra����o econ��mica da América do Sul, imp��e aos quadros jur��dicos, inadi��vel reflex��o sobre a necessidade de uma disciplina jur��dica.

Proibi����o de bombas de auto-servi��o em postos de gasolina e de catracas eletr��nicas em ��nibus: limites e possibilidades da inger��ncia estatal na empresa privada

Bibliografia

Ch��vez p��e regi��o em risco, diz Sarney

Para ex-presidente, 'corrida armamentista ' pode colocar em risco a paz da América do Sul, 'o continente mais pac��fico da face da Terra'.

Descri����o morfol��gica e posicionamento filogen��tico de um lagarto (Reptilia, Squamata) do Mioceno Inferior da Forma����o Chich��nales, General Roca, Prov��ncia de R��o Negro, Argentina

Embora os escamados sejam comumente encontrados em s��tios fossil��feros cenoz��icos sul−americanos, materiais esquel��ticos completos s��o raros. Apenas alguns poucos exemplares assim foram registrados, com a maioria dos achados representando materiais fragment��rios de cr��nio e mand��bulas ou v��rtebras isoladas. Dentre as localidades provedoras de vertebrados f��sseis na América do Sul, a Forma����o Chich��nales se destaca pela recente descoberta, em seus sedimentos, de um cr��nio quase completo de um lagarto tei��deo previamente desconhecido. Dada a fauna associada, a idade da forma����o �� definida como Mioceno Temprano (Colhuehuapense). No presente estudo, conclui−se, atrav��s de uma an��lise filogen��tica contendo 39 esp��cies viventes e f��sseis de escamados e 149 caracteres osteol��gicos, que este material pertence a uma nova esp��cie do g��nero contempor��neo Callopistes. Uma descri����o morfol��gica detalhada do f��ssil, obtida atrav��s de an��lises estereosc��picas e de microtomografia computadorizada de alta resolu����o (CT Scan), tamb��m �� apresentada. A matriz morfol��gica foi analisada com o aux��lio do software TNT Vers��o 1.1, seguindo o princ��pio de m��xima parcim��nia, com todos os caracteres tratados com a mesma pesagem, resultando em quatro ��rvores igualmente parcimoniosas, que foram ent��o utilizadas para a constru����o de uma ��rvore de consenso estrito. Em todas as quatro ��rvores, o novo t��xon posicionou−se dentro da fam��lia Teiidae como um membro do clado formado pelas demais esp��cies viventes de Callopistes. Entretanto, n��o foi poss��vel estabelecer uma rela����o de grupo−irm��o inequ��voca entre as duas esp��cies de Callopistes presentes na an��lise e o f��ssil. A atual distribui����o das duas esp��cies viventes de Callopistes e a localidade de onde foi recuperado o f��ssil em estudo indicam que esse g��nero possu��a uma distribui����o muito mais ampla no passado, chegando a ��reas patag��nicas cis−Andinas, diferentemente das ��reas trans−Andinas de altitude onde as duas esp��cies atuais est��o restritas

La declaraci��n conjunta en la Cumbre de Par��s para el Mediterr��neo. Un documento claramente mejorable en asuntos de seguridad.

La iniciativa Uni��n para el Mediterr��neo adoptada en julio de 2008 en Paris y que fue acogida de una forma bastante favorable, supone un cambio significativo en aspectos fundamentales con respecto al proceso de Barcelona. El cap��tulo de aspectos políticos y de seguridad ha quedado profundamente devaluado. Esto podr��a tener sentido dentro de un contexto te��rico bien articulado en fases y reaseguros que dimanara del documento. Este no es el caso. Las importantes innovaciones introducidas, con la inclusi��n de proyectos comunes como l��nea vertebral y la densa institucionalizaci��n del proceso no quedan bien articuladas en un conjunto arm��nico y te��ricamente consistente en los tres tradicionales cestos o cap��tulos que se mantienen en la Uni��n para el Mediterr��neo.

Climatic evolution of eastern South America during the last deglaciation: a paleoceanographic approach

Para dar suporte ao atual debate sobre as consequ��ncias clim��ticas da libera����o antropog��nica de CO2 na atmosfera, o refinamento do conhecimento sobre mudan��as clim��ticas e oceanogr��ficas no passado �� necess��rio. A Circula����o de Revolvimento Meridional do Atl��ntico (CRMA) tem papel fundamental na oceanografia e clima das ��reas sob influ��ncia do Oceano Atl��ntico, controlando diretamente a estratifica����o e distribui����o de massas d\'��gua, a quantidade de calor transportada pelo oceano e os ciclo e armazenamento de compostos qu��micos, como o CO2 em mar profundo. A forma����o e circula����o da ��gua Intermedi��ria Ant��rtica (AIA), envolvida no transporte de calor e sal para o giro subtropical do Hemisf��rio Sul e nas teleconex��es clim��ticas entre altas e baixas latitudes, �� componente importante do ramo superior da CRMA. A reconstru����o de propriedades de massas de ��gua intermedi��rias ��, portanto, importante para a compreens��o dos sistemas de retroalimenta����o entre oceano-clima. No entanto, informa����es quanto a evolu����o da AIA continuam limitadas. Oscila����es da CRMA e consequentes mudan��as na distribui����o de calor tem implica����es importantes para o clima Sul Americano, influenciando a disponibilidade de umidade para o Sistema de Mon����es Sul Americano (SMSA), via temperatura da superf��cie marinha e posicionamento da Zona de Converg��ncia Intertropical. Neste trabalho n��s reconstru��mos a assinatura isot��pica da AIA durante os est��gios isot��picos marinhos 2 e 3 (41-12 cal ka AP) usando is��topos de carbono e oxig��nio de foramin��feros bent��nicos (g��neros Cibicidoides e Uvigerina) de um testemunho de sedimentos marinhos datados por radiocarbono (1100 m de profundidade e a 20��S na costa do Brasil). Conclu��mos que propriedades f��sicas e qu��micas da AIA mudaram durante os estadiais Heinrich 3 e 4, provavelmente como consequ��ncia de enfraquecimento da CRMA durante estes per��odos. Tamb��m reconstru��mos as condi����es continentais do leste brasileiro entre o ��ltimo m��ximo glacial e a deglacia����o (23-12 cal ka AP) baseadas em raz��es Ti/Ca de nosso testemunho de sedimentos marinhos como indicadoras de aporte terr��geno do Rio Doce. A maior parte da chuva que cai na Bacia do Rio Doce est�� relacionada a atividade do SMAS. Nosso registro de Ti/Ca em conjunto com \'\'delta\' POT.18\'O de espeleotemas da Caverna Lapa Sem Fim, tamb��m no leste do Brasil, sugere diminui����o marcante da chuva durante o interestadial B��lling-Aller��d, provavelmente relacionada a enfraquecimento do SMAS. Ademais comparamos as raz��es de Ti/Ca com dados de sa��da da rodada SYNTRACE do modelo clim��tico CCSM3 com for��antes transientes para a ��ltima deglacia����o. Os registros geoqu��micos e a sa��da do modelo mostram resultados consistentes entre si e sugerem que o leste da América do Sul passou pelo seu per��odo mais seco de toda a ��ltima deglacia����o durante o interestadial B��lling-Aller��d, provavelmente relacionado ao enfraquecimento do SMAS.

Pontes protendidas de Eucalipto citriodora

O conceito de pontes de madeira em tabuleiro laminado protendido surgiu na d��cada de 70, no Canad��, como forma de reabilita����o para tabuleiros laminados pregados. Diversas pesquisas foram desenvolvidas para verificar o desempenho estrutural e a durabilidade do sistema, e estes estudos comprovaram a efic��cia do m��todo. Devido ao enorme d��ficit de pequenas e m��dias pontes em todo o seu territ��rio, o Brasil tem buscado cada vez mais materiais e tecnologias alternativas economicamente competitivas para sua constru����o. Partindo de pesquisas desenvolvidas em outros pa��ses, desde 1993 come��aram a ser desenvolvidas pesquisas nacionais para verificar a viabilidade em se utilizar madeiras brasileiras para constru����o de pontes, e a resposta, mais uma vez, foi positiva. Este trabalho tem como objetivos o estudo te��rico e experimental das pontes de eucalipto protendidas transversalmente, atrav��s do projeto e constru����o da primeira ponte protendida de madeira da América do Sul. Por meio de provas de carga, foi avaliado o desempenho da ponte e a influ��ncia dos guarda-rodas e defensas na rigidez do tabuleiro. Os resultados mostram que o sistema protendido de eucalipto �� uma ��tima alternativa para o Brasil.

Sistem��tica de Sericothripinae (Thysanoptera, Thripidae) e revis��o taxon��mica das esp��cies neotropicais

Esta tese �� dividida em duas partes: tra��ar a filogenia de Sericothripinae Karny, 1921 e realizar uma revis��o taxon��mica das esp��cies neotropicais. Para a an��lise filogen��tica, estados de caracteres morfol��gicos foram examinados entre Sericothripinae e Thysanoptera-Terebrantia relacionados, e as rela����es gen��ricas e supragen��ricas foram exploradas. O monofiletismo de Sericothripinae foi recuperado, mas o formato do metasterno, usado na classifica����o dos g��neros, provavelmente n��o reflete a filogenia. De acordo com estudos moleculares recentes, o grupo gen��rico Scirtothrips em conjunto com o g��nero Echinothrips Moulton, 1911 foram recuperados como intimamente relacionados aos Sericothripinae, mas, neste trabalho, Psilothrips Hood, 1927 e Pseudothrips Hinds, 1902 foram recuperados como n��o relacionados com Sericothripinae. Muitos estados de caracteres morfol��gicos entre os Sericothripinae s��o considerados homopl��sticos e, na aus��ncia de an��lises moleculares adequadas, altera����es formais de nomenclatura n��o foram realizadas. Na revis��o taxon��mica, 14 novas esp��cies de Sericothripinae da regi��o Neotropical s��o descritas. Chaves ilustradas foram elaboradas para as f��meas de sete esp��cies de Hydatothrips Karny, 1913 e 41 esp��cies de Neohydatothrips John, 1929, principalmente do Brasil, mas incluindo todas as esp��cies registradas do sul da fronteira entre o M��xico e os EUA at�� o extremo sul da América do Sul. Esp��cies de plantas em que associa����es-hospedeiras foram registradas s��o indicadas sempre que poss��vel, coment��rios s��o elencados para as poucas esp��cies de import��ncia econ��mica e uma chave para imaturos de segundo instar de cinco esp��cies �� proposta. Neohydatothrips burungae (Hood, 1935) stat. rev. e N. aztecus Johansen, 1983 stat. rev. s��o retiradas de sinon��mia com N. signifer (Priesner, 1932), ao passo que Sericothrips denigratus De Santis, 1966 syn. n. �� sinonimizada com N. burungae. Hydatothrips williamsi (Hood, 1928) comb. n. �� realocado de Neohydatothrips e, com isso, houve um caso de hom��nimo no g��nero. Para resolver esse problema, H. tareei nom. nov. �� proposto para H. williamsi Mound e Tree, 2009, da Austr��lia.

Adequabilidade ambiental dos biomas brasileiros �� ocorr��ncia do lobo-guar�� (Chrysocyon brachyurus) e efeitos da composi����o da paisagem em sua ecologia espacial, atividade e movimenta����o

O lobo-guar�� �� uma esp��cie de ampla distribui����o na América do Sul, tendo no Brasil sua maior ��rea de ocorr��ncia. No entanto, as modifica����es das ��reas naturais principalmente destinadas �� agropecu��ria tornam a esp��cie vulner��vel �� extin����o. A investiga����o objetivou conhecer em larga escala a ��rea de distribui����o potencial gerada por atributos ambientais favor��veis e ��reas adequadas �� sua ocorr��ncia nos biomas brasileiros e investigar como a esp��cie responde �� estrutura da paisagem, avaliando os efeitos de ambientes modificados pelo homem na sua ecologia espacial, nos padr��es de atividade e na movimenta����o. Modelos de distribui����o de esp��cie foram gerados pelo Maxent, utilizando uma base de pontos de localiza����o de presen��a a partir de 2000 para o Cerrado (Ce), Pantanal (Pa), Mata Atl��ntica (MA) e Pampas (Pp) e um conjunto de onze vari��veis ambientais n��o correlacionadas (topogr��ficas, clim��ticas e paisag��sticas). Para an��lises de ecologia espacial, das atividades e de movimenta����o, utilizou-se localiza����es de telemetria (GPS) de animais habitantes de ��reas protegidas (AP), e indiv��duos em paisagens modificados (AM). An��lises de ��reas de vida (AV) foram realizadas utilizando o estimador AKDE e associadas com classifica����o da paisagem local. Os modelos de distribui����o do lobo-guar�� apresentaram uma ��rea de distribui����o potencial de 78% do total dos biomas. Apesar de possu��rem grandes propor����es de ��reas adequadas (Ce, 90%; Pa, 93%; MA, 65% e Pp, 6%), somente um pequeno percentual (4,4% do Ce e 4,7% da MA) possui adequabilidade ambiental acima de 50%. Dos atributos que favorecem sua presen��a, a altitude (para todos os biomas), a precipita����o (Ce e Pa), diferen��as de temperatura e uso e cobertura do solo (Ma e Pp) foram os mais importantes. Em n��vel local, animais apresentaram m��dia de AV de 90Km2 em AP e 41Km2 em AM, uma diferen��a significativa (p<0,01) com ��reas diretamente proporcionais ao percentual de ��reas naturais na paisagem. Ainda, apesar dos padr��es regulares de atividade n��o mostrarem grandes mudan��as, o per��odo de repouso foi significativamente maior (p<0,01) entre os animais AM (46% do dia) que em animais AP (25% do dia). Lobos-guar��s de AP e AM n��o apresentaram grandes diferen��as no deslocamento di��rio com m��dia geral de 14km caminhados por dia, com comprimentos de passos de 1Km. Diferen��as no comprimento de passo foram relacionadas �� composi����o da diversidade de contato de classes da paisagem com a propor����o de ambientes naturais no passo (quanto maior as vari��veis, maior o passo). Passos menores refletem menor persist��ncia de movimento interferindo no deslocamento di��rio. Com os resultados desse estudo identificou-se a MA e Pa muito importantes, mas o Ce como bioma mais adequado �� esp��cie. Foram encontrados ind��cios de que a estrutura de suas AV, o uso da paisagem, as atividades e movimenta����o s��o afetados pela paisagem modificada. Isso pode comprometer a viabilidade populacional, interferindo na presen��a em uma ��rea e refletindo no seu potencial de distribui����o. As estrat��gias de manejo de uso do solo, e a recupera����o e conex��o de ��reas adequadas s��o urgentes e necess��rias para que o lobo-guar�� permane��a presente e funcional nas paisagens dos biomas brasileiros.