928 resultados para Camino del cielo


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Preguntar acerca de los motivos por los cuáles aprenden los alumnos entraña siempre un interrogante muy difícil de ser resuelto, más aun si las respuestas provienen de las teorías pedagógicas que tanto se han ocupado de la enseñanza como del aprendizaje desde una perspectiva psicobiológica. Sin embargo, sólo si se comienza por comprender al sujeto, aunque no como la pedagogía y las teorías educativas sociales lo pretenden establecer, es que se pueden encontrar algunas respuestas de las verdaderas causas de los supuestos aciertos y errores en materia educativa. La creencia de que se puede intervenir sobre el destino de los alumnos, ha llevado a naturalizar la búsqueda de diversas estrategias de enseñanza que posibiliten al alumno un aprendizaje significativo a partir de experiencias gratificantes. La enseñanza se ha construido sobre supuestos que se afirman a partir de los procesos psíquicos y sociales en los que se asienta el aprendizaje. Bajo esta perspectiva, y entendiendo al aprendizaje como un hecho individual con base en lo social, la educación se traduce en el desarrollo de la personalidad del buen ciudadano que se aspira a formar. Lo individual y lo social pasan así a ser una misma cosa y conllevan una injerencia recíproca

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Preguntar acerca de los motivos por los cuáles aprenden los alumnos entraña siempre un interrogante muy difícil de ser resuelto, más aun si las respuestas provienen de las teorías pedagógicas que tanto se han ocupado de la enseñanza como del aprendizaje desde una perspectiva psicobiológica. Sin embargo, sólo si se comienza por comprender al sujeto, aunque no como la pedagogía y las teorías educativas sociales lo pretenden establecer, es que se pueden encontrar algunas respuestas de las verdaderas causas de los supuestos aciertos y errores en materia educativa. La creencia de que se puede intervenir sobre el destino de los alumnos, ha llevado a naturalizar la búsqueda de diversas estrategias de enseñanza que posibiliten al alumno un aprendizaje significativo a partir de experiencias gratificantes. La enseñanza se ha construido sobre supuestos que se afirman a partir de los procesos psíquicos y sociales en los que se asienta el aprendizaje. Bajo esta perspectiva, y entendiendo al aprendizaje como un hecho individual con base en lo social, la educación se traduce en el desarrollo de la personalidad del buen ciudadano que se aspira a formar. Lo individual y lo social pasan así a ser una misma cosa y conllevan una injerencia recíproca

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Preguntar acerca de los motivos por los cuáles aprenden los alumnos entraña siempre un interrogante muy difícil de ser resuelto, más aun si las respuestas provienen de las teorías pedagógicas que tanto se han ocupado de la enseñanza como del aprendizaje desde una perspectiva psicobiológica. Sin embargo, sólo si se comienza por comprender al sujeto, aunque no como la pedagogía y las teorías educativas sociales lo pretenden establecer, es que se pueden encontrar algunas respuestas de las verdaderas causas de los supuestos aciertos y errores en materia educativa. La creencia de que se puede intervenir sobre el destino de los alumnos, ha llevado a naturalizar la búsqueda de diversas estrategias de enseñanza que posibiliten al alumno un aprendizaje significativo a partir de experiencias gratificantes. La enseñanza se ha construido sobre supuestos que se afirman a partir de los procesos psíquicos y sociales en los que se asienta el aprendizaje. Bajo esta perspectiva, y entendiendo al aprendizaje como un hecho individual con base en lo social, la educación se traduce en el desarrollo de la personalidad del buen ciudadano que se aspira a formar. Lo individual y lo social pasan así a ser una misma cosa y conllevan una injerencia recíproca

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En el budismo existen dos tipos de meditación: analítica y de concentración. Teniendo en cuenta que la mente es la causa de todas las creaciones artísticas, y que la pintura es considerada por el budismo una práctica más de meditación, se analizarán los procesos que llevan a la realización de una pintura, pudiendo hacerse una división en dos grandes grupos y denominarlas “pinturas meditativas” de concentración, que siguen la escuela Chan, y “pinturas meditativas” analíticas, que siguen el resto de las escuelas Chinas. . Las pinturas de meditación de concentración suelen ser completadas en una sola sesión y con una sola tinta. De composiciones muy sencillas, libres y espontáneas son realizadas en la intimidad e igualmente contempladas en soledad. Analizaremos sus características, el proceso y la motivación con que fueron realizadas estas pinturas defendiendo la hipótesis de que eran para los monjes budistas, un ejercicio de meditación individual de atención plena cuyo medio y resultado es una creación artística. Las pinturas de meditación analítica son imágenes más complejas, que se realizan en varias sesiones y con la incorporación de más elementos y colores. Las hemos clasificado en: figurativas, ilustrativas y devocionales. Las figurativas se centran solo en la representación de las imágenes de manera individual y se realizan en su gran mayoría, sobre papel o seda. Las ilustrativas sirven para mostrar todo el universo budista, y se representan en diferentes soportes, incluidas las pinturas murales de templos, santuarios y monasterios. Y las devocionales, realizadas para infundir devoción a los fieles y utilizadas para ceremonias y rituales o realizadas por encargo de devotos que se hacen retratar junto a las deidades; también como muestra de respeto y devoción a los Maestros del Dharma. Básicamente, la diferencia entre las pinturas meditativas de concentración y las analíticas es el propósito de la práctica, el tiempo de realización y la técnica utilizada; y para demostrar esta hipótesis, se ha realizado un estudio comparativo de obras pictóricas que se han seleccionado cuidadosamente para este efecto. Desde el punto de vista budista, la contemplación puede ser introvertida (la mente que se contempla a sí misma) o extrovertida (la mente contempla el mundo exterior que nos rodea). Analizando las imágenes seleccionadas, podemos apreciar que la finalidad de las pinturas budistas es dar a conocer estos procesos que muestran los dos aspectos de la contemplación. Hablaremos de la percepción visual desde el punto de vista budista, que trata de analizar la naturaleza de la mente y los factores mentales que crean el universo pictórico; primero observando la realidad externa a través de las ventanas de los sentidos, luego interiorizando las formas que percibimos para finalmente pintarlas, utilizando las diferentes técnicas de representación. Presentamos una visión histórica de cómo el budismo se fue adaptando y sincretizando con las diferentes culturas que encuentra a su paso a través de la Ruta de la Seda hasta llegar a China. Se comentará el largo proceso de la traducción de los textos y de la creación de las escuelas budistas de origen Indio y Chino. Y se abordarán los periodos de auge, consolidación y declive del budismo a lo largo de la historia. En los últimos capítulos de la tesis detallaremos algunos de los santuarios budistas más importantes de la Ruta de la Seda, y finalmente hablaremos de los pintores chinos, entre los que encontramos monjes budistas o artistas profesionales .

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Importancia de la represa El Cajón, Honduras, una de la más importantentes de Centroamérica, con unos 190 MW de capacidad instalada.  Se evalúan sus beneficios económicos y políticos, pero también, el empeoramiento en el nivel de vida de los grupos sociales que vieron aumentar el desempleo abierto (21%), subempleo (60%)

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Según Juan Mayorga, el fin del teatro es provocar desconfianza en el espectador, en este sentido, podríamos decir que su teatro es un teatro de la sospecha. La verdad de lo que se representa no debe aparecer bajo la forma de la certeza sino más bien bajo la forma de la duda; en El jardín quemado y Camino del cielo (Himmelweg) ambas del año 2003, la construcción del espacio y el tiempo dramáticos permite modalizar la acción y orientarla hacia el interrogante. Que la sospecha se constituya sobre los ejes del tiempo y el espacio tiene sentido: en un teatro político que busca la recuperación de la conciencia y la memoria, la mayor sospechosa es la historia, que en esta obra es producto de la memoria, pero también del delirio y la enajenación. Analizaremos qué representaciones sociales y culturales vinculadas con una conceptualización de la historia y su relación con la memoria se evocan desde la funcionalidad del espacio y el tiempo en estas obras. Consideramos que en esta dramaturgia la complejidad espacial, unida a la complejidad temporal que aquí no profundizaremos pero tendremos en cuenta, sirve a la representación de algo que no refiere unos lugares más o menos precisos en el mundo, sino más bien "la imagen que los hombres se hacen de las relaciones espaciales en la sociedad en la que viven y de los conflictos subyacentes" (Ubersfeld, 1998).

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Con el presente trabajo nos proponemos plantear la teoría dramática de Juan Mayorga (Madrid, 1965) a partir de algunas constantes textuales de sus obras como también de sus aportes críticos a través de ensayos, artículos y entrevistas. Una suerte de ética o moral sostiene todo este teatro, de contenido esencialmente intelectual, en el cual el eje discursivo (temas y motivos de la trama) se aborda desde lo filosófico en tanto el eje dramatúrgico (composición de la estructura dramática) se ordena desde el pensamiento científico. Ese contenido intelectual se expresa y manifiesta en un teatro histórico crítico, mediante ideas clave como la recuperación de la memoria histórica y una aguda reflexión sobre los autoritarismos y los comportamientos humanos que permita movilizar el pasado. En obras como Siete hombres buenos, El jardín quemado y la pieza breve El hombre de oro (Guerra civil), Cartas de amor a Stalin (stalinismo), El traductor de Blumemberg, y Himmelweg (Camino del Cielo) (nazismo), entre otras, Mayorga intenta fundir el teatro histórico con el teatro político como hizo Esquilo con Los persas, con el propósito de "mirar hacia atrás para ser útil hoy". Al representar formas de humillación del hombre por el hombre, dice, nos "fortalecemos en la vigilancia y en la resistencia ante formas de dominación actuales". Ideas, personajes, situaciones, proceden todos de la realidad, de su mirada sobre la realidad histórica, pasada o presente, y se plasman mediante una ilimitada operación de transtextualidad, hacia la "trascendencia textual del texto" (Genette), pocas veces vista en la dramaturgia española. Leer a Juan Mayorga en el drama o en la escena es internarse en un vasto espacio textual cuyas dimensiones asombran pero, a la vez, echan luz sobre una visión del mundo y una filosofía de la vida que se mantiene con notable coherencia formal e ideológica. Para él, el teatro, arte de la memoria, es también, y por eso mismo, "el lugar idóneo para examinar el mundo con ojo crítico y para imaginar utopías".

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Juan Mayorga (Madrid, 1965), filósofo y matemático, ha desarrollado una vasta labor como dramaturgo, tarea que realiza en paralelo con la docencia y la investigación teatral. Uno de los tópicos fundamentales de su teoría dramática tiene que ver con las referencias a la Poética de Aristóteles, que son frecuentes tanto en sus ensayos críticos como también en algunos procedimientos intertextuales y metateatrales en el interior de sus piezas (Camino del cielo- Cartas de amor a Stalin). Mayorga retoma la diferenciación realizada por el filósofo griego entre el rol del historiador y el del dramaturgo para constituir la base del planteo de su "teatro histórico". Del mismo modo, el autor español revisa también el concepto de "lo bello", definido como la armonía entre lo simple y lo complicado o la "sencillez compleja", que utiliza para proponer un teatro contemporáneo que busque el equilibrio entre lo culto y lo popular. Estos son los aspectos que intentaremos desarrollar, en primer lugar, desde los escritos teóricos del autor, para luego puntualizarlo en el análisis de las obras ya citadas.

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Según Juan Mayorga, el fin del teatro es provocar desconfianza en el espectador, en este sentido, podríamos decir que su teatro es un teatro de la sospecha. La verdad de lo que se representa no debe aparecer bajo la forma de la certeza sino más bien bajo la forma de la duda; en El jardín quemado y Camino del cielo (Himmelweg) ambas del año 2003, la construcción del espacio y el tiempo dramáticos permite modalizar la acción y orientarla hacia el interrogante. Que la sospecha se constituya sobre los ejes del tiempo y el espacio tiene sentido: en un teatro político que busca la recuperación de la conciencia y la memoria, la mayor sospechosa es la historia, que en esta obra es producto de la memoria, pero también del delirio y la enajenación. Analizaremos qué representaciones sociales y culturales vinculadas con una conceptualización de la historia y su relación con la memoria se evocan desde la funcionalidad del espacio y el tiempo en estas obras. Consideramos que en esta dramaturgia la complejidad espacial, unida a la complejidad temporal que aquí no profundizaremos pero tendremos en cuenta, sirve a la representación de algo que no refiere unos lugares más o menos precisos en el mundo, sino más bien "la imagen que los hombres se hacen de las relaciones espaciales en la sociedad en la que viven y de los conflictos subyacentes" (Ubersfeld, 1998).

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Con el presente trabajo nos proponemos plantear la teoría dramática de Juan Mayorga (Madrid, 1965) a partir de algunas constantes textuales de sus obras como también de sus aportes críticos a través de ensayos, artículos y entrevistas. Una suerte de ética o moral sostiene todo este teatro, de contenido esencialmente intelectual, en el cual el eje discursivo (temas y motivos de la trama) se aborda desde lo filosófico en tanto el eje dramatúrgico (composición de la estructura dramática) se ordena desde el pensamiento científico. Ese contenido intelectual se expresa y manifiesta en un teatro histórico crítico, mediante ideas clave como la recuperación de la memoria histórica y una aguda reflexión sobre los autoritarismos y los comportamientos humanos que permita movilizar el pasado. En obras como Siete hombres buenos, El jardín quemado y la pieza breve El hombre de oro (Guerra civil), Cartas de amor a Stalin (stalinismo), El traductor de Blumemberg, y Himmelweg (Camino del Cielo) (nazismo), entre otras, Mayorga intenta fundir el teatro histórico con el teatro político como hizo Esquilo con Los persas, con el propósito de "mirar hacia atrás para ser útil hoy". Al representar formas de humillación del hombre por el hombre, dice, nos "fortalecemos en la vigilancia y en la resistencia ante formas de dominación actuales". Ideas, personajes, situaciones, proceden todos de la realidad, de su mirada sobre la realidad histórica, pasada o presente, y se plasman mediante una ilimitada operación de transtextualidad, hacia la "trascendencia textual del texto" (Genette), pocas veces vista en la dramaturgia española. Leer a Juan Mayorga en el drama o en la escena es internarse en un vasto espacio textual cuyas dimensiones asombran pero, a la vez, echan luz sobre una visión del mundo y una filosofía de la vida que se mantiene con notable coherencia formal e ideológica. Para él, el teatro, arte de la memoria, es también, y por eso mismo, "el lugar idóneo para examinar el mundo con ojo crítico y para imaginar utopías".

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Juan Mayorga (Madrid, 1965), filósofo y matemático, ha desarrollado una vasta labor como dramaturgo, tarea que realiza en paralelo con la docencia y la investigación teatral. Uno de los tópicos fundamentales de su teoría dramática tiene que ver con las referencias a la Poética de Aristóteles, que son frecuentes tanto en sus ensayos críticos como también en algunos procedimientos intertextuales y metateatrales en el interior de sus piezas (Camino del cielo- Cartas de amor a Stalin). Mayorga retoma la diferenciación realizada por el filósofo griego entre el rol del historiador y el del dramaturgo para constituir la base del planteo de su "teatro histórico". Del mismo modo, el autor español revisa también el concepto de "lo bello", definido como la armonía entre lo simple y lo complicado o la "sencillez compleja", que utiliza para proponer un teatro contemporáneo que busque el equilibrio entre lo culto y lo popular. Estos son los aspectos que intentaremos desarrollar, en primer lugar, desde los escritos teóricos del autor, para luego puntualizarlo en el análisis de las obras ya citadas.

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Juan Mayorga (Madrid, 1965), filósofo y matemático, ha desarrollado una vasta labor como dramaturgo, tarea que realiza en paralelo con la docencia y la investigación teatral. Uno de los tópicos fundamentales de su teoría dramática tiene que ver con las referencias a la Poética de Aristóteles, que son frecuentes tanto en sus ensayos críticos como también en algunos procedimientos intertextuales y metateatrales en el interior de sus piezas (Camino del cielo- Cartas de amor a Stalin). Mayorga retoma la diferenciación realizada por el filósofo griego entre el rol del historiador y el del dramaturgo para constituir la base del planteo de su "teatro histórico". Del mismo modo, el autor español revisa también el concepto de "lo bello", definido como la armonía entre lo simple y lo complicado o la "sencillez compleja", que utiliza para proponer un teatro contemporáneo que busque el equilibrio entre lo culto y lo popular. Estos son los aspectos que intentaremos desarrollar, en primer lugar, desde los escritos teóricos del autor, para luego puntualizarlo en el análisis de las obras ya citadas.

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Según Juan Mayorga, el fin del teatro es provocar desconfianza en el espectador, en este sentido, podríamos decir que su teatro es un teatro de la sospecha. La verdad de lo que se representa no debe aparecer bajo la forma de la certeza sino más bien bajo la forma de la duda; en El jardín quemado y Camino del cielo (Himmelweg) ambas del año 2003, la construcción del espacio y el tiempo dramáticos permite modalizar la acción y orientarla hacia el interrogante. Que la sospecha se constituya sobre los ejes del tiempo y el espacio tiene sentido: en un teatro político que busca la recuperación de la conciencia y la memoria, la mayor sospechosa es la historia, que en esta obra es producto de la memoria, pero también del delirio y la enajenación. Analizaremos qué representaciones sociales y culturales vinculadas con una conceptualización de la historia y su relación con la memoria se evocan desde la funcionalidad del espacio y el tiempo en estas obras. Consideramos que en esta dramaturgia la complejidad espacial, unida a la complejidad temporal que aquí no profundizaremos pero tendremos en cuenta, sirve a la representación de algo que no refiere unos lugares más o menos precisos en el mundo, sino más bien "la imagen que los hombres se hacen de las relaciones espaciales en la sociedad en la que viven y de los conflictos subyacentes" (Ubersfeld, 1998).

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