Perspectiva estadística del cultivo del olivo en la República Argentina

Observando el aumento extraordinario de las plantaciones de olivo en el país, se considera necesario determinar la cantidad de plantas suficientes para abastecer nuestro consumo, alterado por la interrupción del comercio internacional de aceite de oliva. Las plantaciones existentes en 1948 (5.238.760) y las implantadas en ese año y en 1949, son suficientes, de acuerdo con el rendimiento mínimo establecido de 12 kilogramos por planta, de más de 7 años, para producir dicha cantidad en el año 1955. Los olivos que se planten en el futuro tienen un porvenir incierto si es que no se logra alimentar el consumo o fomentar la exportación. La importación de aceite de oliva expresado en aceitunas, en los países sudamericanos, alcanza las 52.250 toneladas, y en EE. UU., 208.793 toneladas. Dicha circunstancia facilitaría la colocación de nuestro posible excedente, especialmente en América del Norte, donde el consumo, en el decenio anterior a la guerra, se ha mantenido dentro de límites más estables que en el nuestro.

Stable oxygen isotope ratios and grain size analyses of sediment cores from the Propeller Mound, Northeast Atlantic

The first detailed stratigraphic record from a deep-water carbonate mound in the Northeast Atlantic based on absolute datings (U/Th and AMS 14C) and stable oxygen isotope records reveals that its top sediment sequences are condensed by numerous hiatuses. According to stable isotope data, mainly sediments with an intermediate signal are preserved on the mound, while almost all fully glacial and interglacial sediments have either not been deposited or have been eroded later. The resulting hiatuses reduce the Late Pleistocene sediment accumulation at Propeller Mound to amounts smaller than the background sedimentation. The hiatuses most likely result due to the sweeping of the mound in turn with the re-establishment of vigour interglacial circulation patterns after sluggish current regimes during glacials. Thus, within the discussion if internal, fluid-driven or external environmentally driven processes control the evolution of such carbonate mounds, our findings for Propeller Mound clearly point to environmental forcing as the dominant mechanism shaping deep-water carbonate mounds in the NE Atlantic during the Late Pleistocene and Holocene.