784 resultados para FROTIS VAGINAL
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Introduction: Cayler cardio-facial syndrome is a rare syndrome associated with asymmetric crying faces with congenital heart disease. We report a newborn that was diagnosed as case of Cayler Cardio-facial syndrome based on clinical features and was confirmed with FISH analysis. Case Presentation: A term male baby, born to non-consanguineous couple through normal vaginal delivery was diagnosed to have asymmetric crying faces with deviation of angle of mouth to left side at the time of birth. The baby had normal faces while sleeping or silent. Mother was known case of hypothyroidism and was on treatment. Baby was diagnosed as case of Cayler Cardio-facial Syndrome and was investigated with echocardiogram, brain ultrasound, total body X-ray examination, X-ray of cervico-thoracic vertebral column and fundus examination. Echocardiogram showed muscular VSD, brain ultrasound was normal and fundus examination showed tortuous retinal vessels. Whole body X-ray and lateral X-ray of cervico-thoracic vertebral column were not suggestive of any skeletal abnormalities. The other associated malformation was right ear microtia. Baby FISH karyotype analysis showed deletion of 22q11.2 deletion. Baby was discharged and now on follow-up. Conclusions: Cayler syndrome is a rare syndrome which must be suspected if a baby has asymmetrical cry pattern and normal facies when baby sleeps. Patient must be evaluated with echocardiography to find out associated cardiac malformations. These infants should undergo FISH analysis for 22q11.2 deletion syndrome.
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Se estudiaron a 235 pacientes comprendidas entre a 15 a 45 años, durante los meses mayo-julio del año 2007 a las cuales de les preguntó datos relacionados a su nivel de educación, antecedentes gineco-obstétricos, gravidez, higiene personal y anticoncepción, los mismos que fueron consignados en un formulario creado para este fin; luego de ser examinadas se tomó una muestra en fresco de la secreción vaginal, la misma que fue "leída" por el personal del departamento de laboratorio clínico. Resultados: la prevalencia encontrada fue de 39.1 para la vaginitis. El factor asociado higiene genital presenta una diferencia significativa. El X (cuadrado) es de 5.010 (valor p=0.025). La razón de prevalencia RP es de 1.442; con un intervalo de confianza IC al 95% entre 1.042 y 1.996. En tanto que los factores asociados: educación, antecedentes gineco-obstétricos, gravidez y anticoncepción no tuvieron significancia estadística por lo que no influyen directamente en esta patología. Conclusiones: se concluye que el aseo genital de una a dos veces por semana su factor de riesgo para la vaginitis y que el mayor número de veces de aseo genital (7/semana) determina menor presencia de casos de vaginitis, lo cual concuerda con resultados similares encontrados en otros estudios
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Determinar la prevalencia de malnutrición materna al parto, relacionar con el tipo de parto y la condición del recién nacido. Embarazadas al parto, departamento de obstetricia, Hospital Vicente Corral Moscoso, Abril - Julio 2007, Muestra: 650 parturientas. Al ingreso se peso y tomo la talla, clasificó según el nomograma de Rosso y Mardones. Se valoró el tipo de parto. Se clasificó según peso, edad gestacional y según riesgo de mortalidad neonal (Bataglia y Lunchenko), APGAR a los cinco minutos y el destino del recien nacido. La prevalencia de malnutrición es 68 por ciento. 27.4 por ciento son adolescentes. Parto vaginal 67.8 por ciento, cesárea el 32.2 por ciento. El recién nacido (RN) 70.9 por ciento es adecuado, 20.9 por ciento es pequeño y el 8.2 por ciento es grande para la edad gestacional. El 98.5 por ciento son vivos. El APGAR mayor 7 a los cinco minutos 93.3 por ciento. El 87 por ciento de RN el destino es su madre, 10.6 por ciento a neonatología. El peso bajo de la madre se asocia con el recién nacido pequeño (OR=1,695). El peso bajo de la madre es protector para el RN sea grande (OR=0,313; el sobrepeso (OR=2,098), la obesidad (OR=2,941) es asociación con el RN sea grande. La obesidad materna es asociación con el al APGAR menor 7 (OR=2,007). El parto por cesárea es asociación con el RN pequeño (OR=2,011), el destino a neonatología (OR=2,368) y APGAR menor 7 (OR=2,314)
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Implementar las 41 reglas, validadas por el Consenso de la Sociedad Internacional de Hematólogos de Laboratorio, revisando los resultados de biometrías automatizadas con estudio visual de sangre periférica en dos laboratorios de Ecuador; Investigación de tests diagnósticos en 502 sujetos, 395 de primera vez y 107 repeticiones. Las muestras de sangre y los extendidos en placa se obtuvieron y analizaron en Hematología-Laboratorio de Cuenca desde 22 de octubre hasta 12 de noviembre de 2007. El mismo día se envió las respectivas alícuotas y sus frotis a NetL@b en Quito para su revisión y homologación de procedimientos. Se hicieron chequeos delta, combinaciones para definir concordancia, tablas de verdad e indicadores de eficiencia diagnostica. Los deltas porcentuales establecieron datos con un nivel de repetibilidad superior al 90. Kappa dio valores inferiores al 40. Las medianas de los indicadores para los grupos de comparación fueron: sensibilidad, 76; falsos positivos, 17; falsos negativos, 4; valores predictivos positivos, 21; valores predictivos negativos, 81. La implementación de las reglas validadas por el Consenso de la International Society of Laboratory Hematologists fue viable así como las comparaciones entre los laboratorios participantes. La repetibilidad y concordancia fueron aceptables, reconociendo limitaciones tecnológicas y tomando en cuenta la baja prevalencia de enfermedad en los sujetos analizados. Es recomendable que los laboratorios participantes mantengan las reglas validadas en su trabajo diario. Otros laboratorios deberían adoptar las recomendaciones del Consenso
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Se realiza un estudio de tipo clínico-descriptivo con el objeto de determinar la presencia de pigmentos bilirrubinoides y la madurez pulmonar, comprado el Test de Clements con la edad gestacional y el estado clínico del recién nacido. Se tomó a cincuenta pacientes embarazadas entre 37 y 41 semanas de gestación, sin factores de riesgo y sus recién nacidos, atendidos mediante cesárea o parto vaginal, en el Centro Obstétrico del Hospital Vicente Corral Moscoso de la ciudad de Cuenca en 1999. Se realizaron las determinaciones basados en los parámetros recomendados a nivel internacional concluyendo que: 1 En las embarazadas a término de la gestación, la determinación de la presencia de pigmentos bilirrubinoides en líquido ammniótico corresponde a la zona 1 de la gráfica de Liley, interpretada como exenta de riesgo para los recién nacidos, de acuerdo con los parámetros que se registran en la literatura médica actual. 2. La prueba de Clements positiva guarda estrecha relación con la madurez del recién nacido expresada por Capurro y con una adecuada función respiratoria expresada por un puntaje normal de Silverman en todos los casos. 3. En caso de usarse la prueba de Clements, es la prueba de un tubo, suficiente para valorar la madurez pulmonar por su alta confiabilidad y bajo costo. 4. Por lo tanto los autores recomendamos que se incluya la aplicación de estas dos pruebas, que son de fácil realización, como parte del protocolo de atención materno-infantil en el Centro Obstétrico del Hospital Vicente Corral Moscoso
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Estudio realizado con el objetivo de determinar la prevalencia de vulvovaginitis y factores de riesgo asociados en niñas de edad escolar del área urbana del cantón Cuenca. Resultados: la prevalencia de vulvovaginitis en escolares del área urbana del cantón Cuenca es de 49.0, en cuanto a la edad existe un ligero predominio en el grupo de 6-9 años. En lo que respecta a factores de riesgo, la mala higiene de los genitalres (RP. 1,420, IC 1,042- 1,701) representa un factor de riesgo con significancia estadística. Otros factores como el aseo de ropa interior (RP 2,211, IC 1,000-4,889)instrucción del padre o de la madre (RP 1,231, IC 0,593-2,555); estrato socioeconómico de excretas (RP 1,290, IC 0,739-2,250) constituyen factores estadísticamente significativos. En cuanto a los síntomas el prurito 130 (65) y el exudado vaginal 129 (64.5) son los más frecuentes. Conclusiones: 1) la prevalencia de vulvovaginitis en niñas escolares del cantón Cuenca 2004-2005 es del 49; 2) la vulvovaginitis es un problema que afecta en forma uniforme a las niñas entre los 6 y 12 años con un ligero predominio en el medio de estudio a los 6-9 años; 3) el principal factor de riesgo fue la mala práctica higiénica; 4) el germen aislado con mayor frecuencia fue el Escherricha coli afectando a 45 niñas (22.5); 5) la mayoría de las niñas fueron asintomáticas
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Con el objeto de valorar la eficacia y los efectos de la analgesia peridural lumbar con bupivacaina en la madre durante el parto el recién nacido, se realizó un estudio clínico experimental con una muestra de 60 multíparas dividido en 2 grupos de 30 cada uno: el primero recibió analgesia peridural con bupivacaína en concentraciones al 0.125 por ciento en el primer periodo y 0.25 por ciento en el segundo periodo del parto, y el otro que constituyó el grupo control que no recibió analgesia. Ambos grupos tuvieron cracterísticas similares en cuanto a edad, paridad, altura de fondo uterino, dilatación. El alivio del dolor fue estadísticamente significativo en comparación con el grupo control [p<0.001] tanto en el periodo de dilatación como en el expulsivo. La dosis media utilizada en el primer período del parto fue de 25.3 mgs. La duración del periodo de dilatación en el grupo con peridural fue menor con relación al grupo control [p<0.001]; igualmente fue menor en el periodo expulsivo aunque no estadísticamente significativo. En cada grupo el 3.3 por ciento terminó en cesárea. Durante el periodo expulsivo no se utilizó fórceps. No hubo diferencia estadística en la forma y tipo de alumbramiento en los dos grupos. El apgar en un minuto fue mejor en el grupo con epidural que en el control [p<0.005]. No hubo diferencia estadística a los 5 y 10 minutos. En el 6.8 por ciento de pacientes se presentó dolor dorso-lumbar en el puerperio, cefalea pulsátil en el 3.4 por ciento. En el resto [89.7 por ciento] no se presentó efecto alguno. El 100 por cien de los 29 pacientes que terminaron su parto por vía vaginal estivieron satisfechas con la analgesia peridural
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Antecedentes: La miomatosis es la neoplasia benigna más común en ginecología, presentándose en 20-30% en mujeres en edad fértil, es indicación frecuente de histerectomía entre los 35 y 54 años y puede producir infertilidad, coexistir con un embarazo y causar complicaciones en el mismo. Son tumores de fibras musculares lisas y tejido conectivo con manifestaciones clínicas variables dependiendo del tamaño, posición y número, aunque la mayoría son asintomáticos, es un diagnóstico común en ginecología y generan importantes gastos en salud. Objetivo: Determinar la frecuencia y las características clínico-ecográficas de la miomatosis uterina en las pacientes atendidas en el Hospital Vicente Corral Moscoso, periodo 2010- 2014 Metodología: Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo. El universo de estudio estuvo conformado por las historias clínicas de pacientes hospitalizadas en el departamento de ginecología del Hospital Vicente Corral Moscoso, periodo 2010-2014, los datos fueron analizados en la base de datos Excel 2010 y SPSS 20, los resultados fueron presentados en cuadros y gráficos, para las variables cualitativas se utilizó medidas de frecuencia absolutas y relativas; y para las variables cuantitativas medidas de tendencia central y dispersión. Resultados: Se obtuvieron 303 casos, se observó que el mayor número de casos (90.1%) se presentó en mujeres que tenían una edad mayor a 35 años con una media de 43.31 años y DS de 6.96. Los miomas más frecuentes fueron los intramurales (50.8 %); El síntoma de consulta más frecuente fue el sangrado transvaginal (74.6%)
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Antecedente. La ruptura prematura de membranas (RPM) es causa importante de morbimortalidad materno fetal por asociarse a complicaciones riesgosas como la corioamnionitis. Objetivo. Establecer la prevalencia de ruptura prematura de membranas y la vía de terminación del parto según la variante de ruptura. Material y métodos. Con un diseño transversal se recopiló información de 360 historias clínicas de maternas atendidas en el Servicio de Obstetricia y Ginecología del hospital Vicente Corral Moscoso de Cuenca, durante el 2014. Resultados. La prevalencia de RPM fue del 8.2% (7.4 – 9.05). La edad promedio fue de 24.0 ± 6.2 años entre un rango de 14 a 44. El 46% cursó la secundaria, el 69% se dedica a actividades domésticas y el 61% reside en zona urbana. La rotura de membranas a término ocurrió en el 66%, la rotura prolongada en el 20% y la rotura pre-término en el 12%. El 71% terminó su parto vía vaginal y el 28% mediante cesárea. El parto vaginal fue más frecuente en rotura de membranas a término (P = 0.0005) y la cesárea en rotura pre-término (P = 0.002). En rotura prolongada, la frecuencia fue similar. Conclusión. La prevalencia de rotura prematura de membranas y la vía de terminación del parto, están dentro de las cifras reportadas por la literatura en estudios similares nacionales y extranjeros. Las variantes de RPM no parecen influenciar sobre la terminación del parto
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L’infection au VIH s’accompagne souvent de dérégulations du compartiment des lymphocytes B qui nuisent à la génération de réponses efficaces. En effet, détectées tôt après l’infection, ces dérégulations perdurent, ne sont pas totalement restaurées par la thérapie, et mènent souvent à des manifestations auto-immunes et lymphomes. Une étude longitudinale de notre groupe, effectuée avec des cellules mononucléées du sang circulant provenant de patients VIH+ avec différents types de progression clinique, a démontré qu’un niveau élevé de BLyS chez des individus VIH+ progresseurs était associé à une dérégulation des fréquences de populations de cellules B avec augmentation de cellules innées de la zone marginale (MZ) présentant des caractéristiques d’immaturité et d’activation. Au contraire, chez des individus VIH+ non-progresseurs avirémiques ou contrôleurs d’élite, les niveaux de BLyS étaient dans la normale et ce sont les fréquences de cellules B MZ plus matures qui étaient diminuées. La résistance au VIH pourrait aussi impliquer le contrôle de BLyS et son impact sur les cellules B. De ce fait, nous avons préalablement recruté une cohorte de travailleuses du sexe (TS) à Cotonou (Bénin) dans laquelle nous avons identifié des femmes qui demeurent séronégatives malgré une exposition soutenue au virus. Nous avons mesuré les niveaux de BLyS dans le sang et dans les lavages cervico-vaginaux (CVL) de TS VIH- et les avons comparés à ceux mesurés chez des TS VIH+ et un groupe contrôle de non-TS VIH- . Nous avons trouvé que les niveaux de BLyS dans le sang et le CVL des TS VIH- étaient inférieurs à ceux des TS VIH+ et des non-TS VIH-. Le niveau d’expression de BLyS à la surface des lymphocytes T, monocytes et cellules dendritiques de TS VIH- était augmenté, mais à un niveau moindre que les TS VIH+. Chez les TS VIH+, les hauts niveaux de BLyS étaient concomitants avec une dérégulation du compartiment B caractérisée par une hyperglobulinémie, une augmentation de la fréquence de populations avec un profil immature/inné et une plus grande proportion de plasmablastes IgG vs IgA. Au contraire, les niveaux inférieurs de BLyS dans le sang des TS VIH- coïncident avec un compartiment B préservé, révélant que les lymphocytes B MZ peuvent être impliqués dans l’immunité naturelle au VIH. Ces résultats démontrent l’importance du contrôle des niveaux de BLyS et du maintien de l’intégrité du compartiment B dans la résistance au VIH.
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Social capital, or social cohesion or group connectedness, can influence both HIV risk behavior and substance use. Because recent immigrants undergo a change in environment, one of the consequences can be a change in social capital. There may be an association among changes in social capital, and HIV risk behavior and substance use post immigration. The dissertation focused on the interface of these three variables among recent Latino immigrants (RLIs) in South Florida. The first manuscript is a systematic review of social capital and HIV risk behavior, and served as a partial background for the second and third manuscripts. Twelve papers with a measure of social capital as an independent variable and HIV risk as the dependent variable were included in the analysis. Eleven studies measured social capital at the individual level, and one study measured social capital at the group level. HIV risk was influenced by social capital, but the type of influence was dependent on the type of social capital and on the study population. Cognitive social capital, or levels of collective action, was protective against HIV in both men and women. The role of structural social capital, or levels of civic engagement/group participation, on HIV risk was dependent on the type of structural social capital and varied by gender. Microfinance programs and functional group participation were protective for women, while dysfunctional group participation and peer-level support may have increased HIV risk among men. The second manuscript was an original study assessing changes in social capital and HIV risk behavior pre to post immigration among RLIs in South Florida (n=527). HIV risk behavior was assessed through the frequency of vaginal-penile condom use, and the number of sexual partners. It was a longitudinal study using secondary data analysis to assess changes in social capital and HIV risk behavior pre immigration to two years post immigration, and to determine if there was a relationship between the two variables. There was an 8% decrease in total social capital (p ˂ .05). Reporting of ‘Never use’ of condoms in the past 90 days increased in all subcategories (p ˂ .05). Single men had a decrease in number of sexual partners (p ˂ .05). Lower social capital measured on the dimension of ‘friend and other’ was marginally associated with fewer sexual partners. The third manuscript was another original study looking at the association between social capital and substance use among RLIs in South Florida (n=527). Substance use with measured by frequency of hazardous alcoholic drinking, and illicit drug use. It was a longitudinal study of social capital and substance-use from pre to two years post immigration. Post-immigration, social capital, hazardous drinking and illicit drug use decreased (p˂.001). After adjusting for time, compared to males, females were less likely to engage in hazardous drinking (OR=.31, p˂.001), and less likely to engage in illicit drug use (OR=.67, p=.01). Documentation status was a moderator between social capital and illicit drug use. ‘Business’ and ‘Agency’ social capital were associated with changes in illicit drug use for documented immigrants. After adjusting for gender and marital status, on average, documented immigrants with a one-unit increase in ‘business’ social capital were 1.2 times more likely to engage in illicit drug use (p˂.01), and documented immigrants with one-unit increase in ‘agency’ social capital were 38% less likely to engage in illicit drug use (p˂.01). ‘Friend and other’ social capital was associated with a decrease in illicit drug use among undocumented immigrants. After adjusting for gender and marital status, on average, undocumented immigrants with a one-unit increase in ‘friend and other’ social capital were 45% less likely to engage in hazardous drinking and 44% less likely to use illicit drugs (p˂.01, p˂.05). Studying these three domains is relevant because HIV continues to be a public health issue, particularly in Miami-Dade County, which is ranked among other U.S. regions with high rates of HIV/AIDS prevalence. Substance use is associated with HIV risk behavior; in most studies, increased substance use is associated with increased chances of HIV risk behavior. Immigration, which is the hypothesized catalyst for the change in social capital, has an impact on the dynamic of a society. Greater immigration can be burdensome on the host country’s societal resources; however immigrants are also potentially a source of additional skilled labor for the workforce. Therefore, successful adaption of immigrants can have a positive influence on receiving communities. With Florida being a major receiver of immigrants to the U.S, this dissertation attempts to address an important public health issue for South Florida and the U.S. at large.
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L’infection au VIH s’accompagne souvent de dérégulations du compartiment des lymphocytes B qui nuisent à la génération de réponses efficaces. En effet, détectées tôt après l’infection, ces dérégulations perdurent, ne sont pas totalement restaurées par la thérapie, et mènent souvent à des manifestations auto-immunes et lymphomes. Une étude longitudinale de notre groupe, effectuée avec des cellules mononucléées du sang circulant provenant de patients VIH+ avec différents types de progression clinique, a démontré qu’un niveau élevé de BLyS chez des individus VIH+ progresseurs était associé à une dérégulation des fréquences de populations de cellules B avec augmentation de cellules innées de la zone marginale (MZ) présentant des caractéristiques d’immaturité et d’activation. Au contraire, chez des individus VIH+ non-progresseurs avirémiques ou contrôleurs d’élite, les niveaux de BLyS étaient dans la normale et ce sont les fréquences de cellules B MZ plus matures qui étaient diminuées. La résistance au VIH pourrait aussi impliquer le contrôle de BLyS et son impact sur les cellules B. De ce fait, nous avons préalablement recruté une cohorte de travailleuses du sexe (TS) à Cotonou (Bénin) dans laquelle nous avons identifié des femmes qui demeurent séronégatives malgré une exposition soutenue au virus. Nous avons mesuré les niveaux de BLyS dans le sang et dans les lavages cervico-vaginaux (CVL) de TS VIH- et les avons comparés à ceux mesurés chez des TS VIH+ et un groupe contrôle de non-TS VIH- . Nous avons trouvé que les niveaux de BLyS dans le sang et le CVL des TS VIH- étaient inférieurs à ceux des TS VIH+ et des non-TS VIH-. Le niveau d’expression de BLyS à la surface des lymphocytes T, monocytes et cellules dendritiques de TS VIH- était augmenté, mais à un niveau moindre que les TS VIH+. Chez les TS VIH+, les hauts niveaux de BLyS étaient concomitants avec une dérégulation du compartiment B caractérisée par une hyperglobulinémie, une augmentation de la fréquence de populations avec un profil immature/inné et une plus grande proportion de plasmablastes IgG vs IgA. Au contraire, les niveaux inférieurs de BLyS dans le sang des TS VIH- coïncident avec un compartiment B préservé, révélant que les lymphocytes B MZ peuvent être impliqués dans l’immunité naturelle au VIH. Ces résultats démontrent l’importance du contrôle des niveaux de BLyS et du maintien de l’intégrité du compartiment B dans la résistance au VIH.
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Ovine enzootic abortion, caused by Chlamydia abortus, leads to important economic losses worldwide. In addition to reproductive failures, infection may impact lamb growth during the first weeks after birth, yet this effect has not been well characterized. Vaccination can help to control the disease but variable efficacy values have been described, possibly related with factors associated with the host, the vaccine, the parameter used for efficacy determination and the challenge conditions. In this context, we evaluated the efficacy of an inactivated standard commercial vaccine and a 1/2 diluted dose in pregnant sheep challenged with C. abortus by examining multiple indicators ofvaccine effect (including incidence of reproductive failures, bacterial excretion, and evolution of weight gain of viable lambs during the first month of life). Three groups of ewes [control non-vaccinated, C (n = 18); vaccinated with standard dose, SV (n = 16) and vaccinated with 1/2 dose, DV (n = 17)], were challenged approximately 90 days post-mating and tested using direct PCR (tissue samples and vaginal swabs) and ELISA (serum) until 31 days post-reproductive outcome. There were not significant differences in the proportions of reproductive failures or bacterial shedding after birth/abortion regardless the vaccination protocol. However, a beneficial effect of vaccination on offspring growth was detected in both vaccinated groups compared with the controls, with a mean increase in weight measured at 30 days of life of 1.5 and 2.5 Kg (p = 0.056) and an increase in the geometric mean of the daily gain of 8.4 and 9.7% in lambs born from DV and SV ewes compared to controls, respectively. Our results demonstrate the effect of an inactivated vaccine in the development of the offspring of C. abortus-infected ewes at a standard and a diluted dose, an interesting finding given the difficulty in achieving sufficient antigen concentration in the production of EAE-commercial vaccines.
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Background and Purpose. Electrical stimulation of the pelvic floor is used as an adjunct in the conservative treatment of urinary incontinence. No consensus exists, however, regarding electrode placements for optimal stimulation of the pelvic-floor musculature. The purpose of this study was to compare two different bipolar electrode placements, one suggested by Laycock and Green (L2) the other by Dumoulin (D2), during electrical stimulation with interferential currents of the pelvic-floor musculature in continent women, using a two-group crossover design. Subjects. Ten continent female volunteers, ranging in age from 20 to 39 years (X̅=27.3, SD=5.6), were randomly assigned to one of two study groups. Methods. Each study group received neuromuscular electrical stimulation (NMES) of the pelvic-floor musculature using both electrode placements, the order of application being reversed for each group. Force of contraction was measured as pressure (in centimeters of water [cm H2O]) exerted on a vaginal pressure probe attached to a manometer. Data were analyzed using a two-way, mixed-model analysis of variance. Results. No difference in pressure was observed between the two electrode placements. Differences in current amplitude were observed, with the D2 electrode placement requiring less current amplitude to produce a maximum recorded pressure on the manometer. Subjective assessment by the subjects revealed a preference for the D2 electrode placement (7 of 10 subjects). Conclusion and Discussion. The lower current amplitudes required with the D2 placement to obtain recordings comparable to those obtained with the L2 technique suggest a more comfortable stimulation of the pelvic-floor muscles. The lower current amplitudes required also suggest that greater increases in pressure might be obtained with the D2 placement by increasing the current amplitude while remaining within the comfort threshold. These results will help to define treatment guidelines for a planned clinical study investigating the effects of NMES and exercise in the treatment of urinary stress incontinence in women postpartum.
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Objective: Vulvovaginal atrophy (VVA), caused by decreased levels of estrogen, is a common problem in aging women. Main symptoms of VVA are vaginal dryness and dyspareunia. First-line treatment consists of the application of local estrogen therapy (ET) or vaginal moisturizer. In some cases however, symptoms and signs persist despite those interventions. This case study describes a 77-year-old woman with severe VVA symptoms despite use of local ET and the addition of pelvic floor muscle (PFM) training to her treatment. Methods: A patient with stress urinary incontinence and VVA was referred to a randomized clinical trial on PFM training. On pretreatment evaluation while on local ET, she showed VVA symptoms on the ICIQ Vaginal Symptoms questionnaire and the ICIQ-Female Sexual Matters associated with lower urinary tract Symptoms questionnaire, and also showed VVA signs during the physical and dynamometric evaluation of the PFM. She was treated with a 12-week PFM training program. Results: The patient reported a reduction in vaginal dryness and dyspareunia symptoms, as well as a better quality of sexual life after 12 weeks of PFM training. On posttreatment physical evaluation, the PFMs' tone and elasticity were improved, although some other VVA signs remained unchanged. Conclusions: Pelvic floor muscle training may improve some VVA symptoms and signs in women taking local ET. Further study is needed to investigate and confirm the present case findings and to explore mechanisms of action of this intervention for VVA.