999 resultados para SALUD OCUPACIONAL - INVESTIGACIONES - BOGOTA (COLOMBIA) - 2009
Resumo:
La creciente presencia de lesiones osteomusculares que afectan, alteran o transforman los patrones de movimiento de los trabajadores que realizan actividades industriales, plantean serios interrogantes para las disciplinas científicas que tratan de estudiar la naturaleza del movimiento humano. Conocedor de esta problemática, el Grupo de Investigación Salud, Cognición y Trabajo (GiSCYT) de la Facultad de Rehabilitación y Desarrollo Humano de la Universidad del Rosario, ha venido desarrollando herramientas para el estudio del movimiento en el trabajo, con el fin de identificar estrategias para la prevención de lesiones a través del análisis del gesto precursor de las mismas y poder así replantearlo en términos de funcionalidad y eficiencia. Las necesidades de coordinación, velocidad y fuerza requeridas en el desarrollo de las actividades productivas están relacionadas con los patrones de movimiento de los trabajadores; por lo tanto, cualquier alteración en dichos patrones puede traer consecuencias para el sistema de producción y para la salud. Para poder enfrentar estos problemas, los investigadores del GiSCYT, Juan Castillo y Alejandro Orozco, han logrado identificar las formas mediante las cuales los trabajadores logran la integración y desarrollo de habilidades para ejecutar movimientos bien orientados, con alto grado de precisión; movimientos que son de uso común en el mundo del trabajo y cuya importancia es frecuentemente subestimada. Cuando ocurren lesiones o daños en el aparato locomotor se presentan alteraciones en los patrones de movimiento humano, ésto trae como consecuencia problemas asociados a la autonomía y el control para desplazarse o ejercer fuerza y realizar movimientos. En algunas ocasiones incluso llega a limitar la capacidad individual para ejecutar las tareas domésticas y cotidianas más simples. Es así como se evidencia un vínculo entre estudio del movimiento y lesiones osteomusculares al tratar de comprender los mecanismos que operan en el control del movimiento y de la postura. A la par, también se hace evidente la importancia de las estrategias de control y de anticipación desarrolladas por los individuos, y que en muchos casos hacen la diferencia frente al riesgo de lesión o trauma.
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La interrelación e influencia entre la acción social y el sistema cultural determinan las percepciones colectivas de los individuos en una organización, las cuales se manifiestan en sus comportamientos sociales y en consecuencia se consideran fundamento en la descripción y caracterización de la cultura. Así lo advierte Carlos Eduardo Méndez Álvarez, profesor de la Facultad de Administración de la Universidad del Rosario, quien luego de verificar la interrelación e influencia de tales variables diseñó una metodología de carácter cuantitativo y cualitativo que permite abordar el estudio de la cultura de las organizaciones. Dicha metodología, que hace parte de una línea de investigación denominada cultura organizacional que se viene desarrollando desde hace una década en la Universidad del Rosario, ha sido aplicada en cerca de 55 empresas colombianas de diferentes sectores con el objetivo de validar este concepto de cultura, al igual que su validez y confiabilidad Cultura organizacional En el ámbito de la teoría sociológica aplicada a la organización, el profesor Méndez propone entender la cultura organizacional como la conciencia colectiva que se expresa en el sistema de significados compartidos por los miembros de la organización que los identifica y diferencia de otros, institucionalizando y estandarizando sus conductas sociales. Tales significados y comportamientos son determinados por el concepto que el líder de la organización tiene sobre el hombre, por la estructura, por el sistema cultural y por el clima de la organización así como por la interrelación y mutua influencia que existe entre estos. La organización y la cultura La organización es un sistema social humano donde existen condiciones que determinan patrones de comportamiento y significados compartidos por las personas que dan lugar a la conciencia colectiva. En tal contexto, el hombre se comporta y actúa en las condiciones propias de la estructura social de la organización y se ve influenciado por valores y significados que se expresa en sus formas de pensar, sentir y obrar, las cuales se hacen manifiestas en el desempeño de funciones y tareas, así como, en las relaciones sociales con sus compañeros de trabajo y otras personas para satisfacer sus necesidades individuales y cumplir con los objetivos organizacionales. De esta forma, responde a las expectativas de consenso que sobre su conducta ha construido la organización. Según el profesor Méndez, el estudio de la cultura organizacional que resulta de la conciencia colectiva, expresada en el sistema de significados compartidos por los miembros de la organización, exige conocer la causa de tales significados y conductas. Podría considerarse que estos son determinados por elementos de la acción social(el concepto que el líder de la organización tiene sobre el hombre, la estructura y el clima de la organización,) así como del sistema cultural que por su interrelación y mutua influencia permiten entender en una perspectiva integral elementos determinantes de la cultura organizacional y que pueden ser utilizados como referencia para describirla. Dentro de esta perspectiva, la cultura de la organización puede describirse teniendo en cuenta dichos elementos como variables que, por la sinergia que desarrollan, permiten alcanzar un nivel de comprensión suficiente para orientar acciones de fortalecimiento o transformación de cultura en la organización. Tales variables identificadas como influyentes en la construcción de la cultura de la organización permiten su descripción.
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Los niños y jóvenes de los colegios de Bogotá, principalmente en los estratos socioeconómicos más bajos, están registrando una gran prevalencia de problemas del neurodesarrollo y del aprendizaje, lo cual incide negativamente en su desempeño escolar. A esta conclusión llegó el Grupo de Investigación en Neurociencias (Neuros) de la Facultad de Medicina de la Universidad del Rosario, el cual evaluó la prevalencia de las enfermedades neuropediátricas dentro de las que se incluyen los trastornos de aprendizaje, neurodesarrollo y atención, entre otros, en la población infantil de 5 a 12 años de algunos colegios de primaria en las localidades de Barrios Unidos, Bosa, Ciudad Bolívar, Engativá y Usme. Según Alberto Vélez van Meerbeke, miembro del grupo de investigación, aunque la epilepsia y otras enfermedades neurológicas no tienen una prevalencia elevada, la carga de esta enfermedad es importante por cuanto son enfermedades crónicas que pueden por sí solas afectar el desarrollo social, psicológico e intelectual de las personas. En general, afirma Vélez, los niños estudiados no recibían un tratamiento para el problema diagnosticado, debido a que los colegios no están capacitados para atender a los niños con problemas del aprendizaje o no tienen un equipo terapéutico que los apoye. Sólo en colegios privados se encontraron equipos capacitados para esta labor, pero los padres de los niños de estratos más bajos no tienen los recursos para ingresar a dichas instituciones. Incluso, cuando los niños son enviados a la consulta médica, el personal de salud no conoce la problemática y por lo tanto los pacientes se quedan sin la posibilidad de un manejo adecuado. Es decir, que al no ser intervenidos, apoyados y estimulados, continuarán enfrentados a un fracaso continuo con problemas subsiguientes de tipo adaptativo y social. Según Claudia Talero Gutiérrez, investigadora del grupo Neuros, esta cadena lleva a que, en una sociedad que es cada vez más exigente, las expectativas laborales de estos niños al llegar a la vida adulta no vayan más allá de trabajos poco calificados, mal remunerados, inestables y con marginalidad, por lo cual se hace necesario que los niños con dificultades tengan un seguimiento y manejo apropiado de profesionales de la salud, familiares y educadores para garantizar un rendimiento escolar exitoso.
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El diagnóstico era claro: azúcar en la sangre, es decir, diabetes. Juan P., un hombre que durante cinco años enfrentó serios problemas de salud, creía haber encontrado la respuesta a su rosario de males. Pero la verdad era que su viacrucis hasta ahora comenzaba. Él, un colombiano de 45 años, trabajador de la construcción, que tenía problemas de obesidad, en 2003 empezó a tener cambios notorios en su salud: se cansaba fácilmente, no rendía en el trabajo, sentía mucha sed y orinaba con frecuencia. Síntomas que prendieron las alarmas. Angustiado, empezó la maratón de largas filas y de extenuantes madrugadas para lograr una cita médica. Finalmente, consiguió una fecha y hora para ser visto por el médico general. Tras una rápida valoración, vinieron los exámenes de laboratorio, los ayunos, las esperas y las inasistencias laborales. Luego de este ir y venir, por fin, Juan P. recibió sus resultados. Al parecer, tenía la respuesta en las manos: diabetes. El paciente, que finalmente sabía la causa de sus males, dio comienzo a una nueva vida basada en el tratamiento médico: una dieta sin harinas ni dulces por el resto de su vida. Pese a este estricto sistema, pasaba el tiempo y Juan P. no presentaba mejoría, todo estaba como al principio. Entonces, fue remitido a un especialista en endocrinología, quien le formuló un medicamento para controlar su azúcar. Otra vez, el paciente creía haber hallado la salida a su problema. Así pasaron tres años en tensa calma, pero un día, la paz se rompió otra vez. Empezó a tener una sensación de quemadura en la planta de sus pies, la cual se fue haciendo cada vez más intensa hasta impedirle dormir adecuadamente. Por tal razón, su rendimiento laboral fue disminuyendo hasta que, sin más remedio, fue despedido. Así, con los restos de esperanza que le quedaban, este hombre de 45 años siguió siendo valorado y tratado por múltiples especialistas, pero sin encontrar una respuesta certera. A pesar de que sus niveles de azúcar en la sangre (glicemia) estaban controlados, el dolor no cesaba, seguía ahí presente. Así vivió Juan P. varios años de su vida, siendo el reflejo de otros tantos colombianos que no saben que existe y que tienen una enfermedad llamada Neuropatía Diabética Dolorosa (NDD). Una patología de difícil diagnóstico y tratamiento.
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Nova et Vetera, ISSN 1692-5866, Año 4, No. 03 (Marzo 2 - Marzo 15 de 2009)
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El sector de la medicina prepagada inició su participación en la economía nacional a partir del año 1982, con las actividades de la empresa Colsanitas, de la Organización Sanitas. Desde allí, el sector inició con gran dinamismo con la aparición de compañías que consideraron una oportunidad su participación en un segmento desatendido para la mayoría de colombianos, apostándole a brindar servicios de salud bajo los mejores estándares de prestación y calidad que le permitieron llegar a un importante volumen de afiliados superior a 900.000 en el año 1992. Con la llegada del sistema general de seguridad social en salud, bajo las directrices de la Ley 100 de 1993, el sector tuvo que enfrentar retos de innovación, desarrollo tecnológico, factores diferenciales y variedad de opciones frente a la aparición de la cobertura universal; todo esto promovido por el esquema de aseguramiento obligatorio de los cotizantes y su grupo familiar.
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Para contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de quienes padecen la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y de sus familiares, así como para apoyar los programas de salud pública que buscan disminuir los impactos socioeconómicos que tiene esta enfermedad en Colombia, el Grupo de Investigación en Actividad Física y Desarrollo Humano de la Facultad de Rehabilitación de la Universidad del Rosario realizó una guía educativa que detalla los elementos básicos que deben ser tenidos en cuenta para su manejo. Según la profesora Diana Durán Palomino, coordinadora de la Especialización en Rehabilitación Cardiaca y Pulmonar de la Universidad del Rosario, esta tarea es de suma importancia, ya que, de acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EPOC es la causa de muerte de más rápido crecimiento en los países desarrollados y entre todas las patologías pulmonares, incluidas el asma y el cáncer de pulmón. Se estima que para 2020 será la tercera causa de muerte y la quinta causa de años de vida perdidos y/o con discapacidad. Este crecimiento vertiginoso se relaciona con el incremento del hábito de fumar (que representa cerca de un 90% del riesgo de desarrollar esta enfermedad), con el envejecimiento de la población (en general se diagnostica en personas mayores de 40 años que empiezan a manifestar síntomas respiratorios más frecuentes, pero que una vez diagnosticados aseguran haber querido comenzar antes un tratamiento) y con la mayor incidencia en mujeres (también relacionada con el consumo de tabaco). Los datos epidemiológicos acerca de la EPOC indican que la enfermedad está deficientemente diagnosticada y que su incidencia real no es clara, ya que muchos de los pacientes no reciben el manejo y tratamiento apropiados en las primeras fases de la enfermedad, porque cuando acuden al médico por presentar síntomas respiratorios importantes y repetitivos ya se encuentran en la fase incapacitante.
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Se comía plátano todos los días, pero los huevos escaseaban. El vino se usaba para curar males como la gripe, y el carbón para ungir a los enfermos. Se atendía a los más pobres y se salvaba la vida a los soldados sin que, al parecer, hubiera un médico. No es una historia mágica. Es lo que, a fines del siglo XVIII, realmente pasaba en el antiguo Hospital San Juan de Dios de Cartagena de Indias, una institución que a pesar de una enorme precariedad económica salvó la vida a miles de soldados y necesitados. Éstos son sólo retazos de la larga historia que se esconde detrás de un hospital que sobrevivió a las más duras batallas del siglo XVIII, época en la cual la Corona Borbónica Española intentaba llevar a cabo una reforma sanitaria, tanto en España como en sus colonias americanas. En la Nueva Granada, lo que se buscaba era sanear los espacios urbanos, sacar los cementerios de las ciudades, luchar contra las epidemias, reestructurar los hospitales, y hasta poner en circulación más libros sobre salud (Alzate, 2007). Esa nueva política de salud se dirigía, especialmente, a la población libre mestiza, juzgada “dispersa y desordenada”, que formaba lo esencial de la reserva de mano de obra de ese territorio. En síntesis, había que elevar el nivel de salud de los “vasallos”, para así evitar enfermedades y epidemias que reducían la población y destruían el poco excedente de la producción. Todo se trataba de aumentar la riqueza de la Corona.
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No todo tiempo pasado fue mejor. Descubrimientos médicos invaluables, un amplio portafolio de medicamentos y una inigualable dotación de equipos hacen que, en la actualidad, las alternativas para los pacientes sean más y mejores. La época en que los médicos se quedaban sin respuesta ante los enigmas de la salud ya es historia. Este disfrute de una medicina más certera se debe, en gran medida, a la ingeniería biomédica o bioingeniería, una ciencia que ha revolucionado al mundo. Gracias a ella, la humanidad ha sido testigo de magnánimos descubrimientos como el radio (elemento químico desarrollado por los esposos Curie), los rayos X (Roentgen) y el electrocardiógrafo (utilizado por primera vez en 1903 por Einthoven). Es tal el despliegue de tecnología que, de acuerdo con la Food and Drug Administration (FDA), organismo de los Estados Unidos que se encarga del registro, control y certificación de los dispositivos médicos, hoy en día existen más de 100 mil tipos de equipos médicos, sin olvidar que cada año se agregan a este arsenal 5 mil nuevos. Si bien este panorama luce como un triunfo para la humanidad, expertos aseguran que nada es tan perfecto como parece y que, en cambio, la tecnología médica tiene sus puntos en contra, sus mitos y realidades. Aunque no cabe la menor duda de que la tecnología médica ha contribuido a solucionar cientos de problemas de la humanidad y que ha ofrecido un sinnúmero de respuestas a las más grandes incógnitas, tampoco se puede ocultar que este mar de opciones no resulta tan benéfico, pues adquirir la tecnología adecuada, entre tanta diversidad, es un verdadero problema para los sistemas de salud, sobre todo si se tiene en cuenta que no todos los equipos son ciento por ciento seguros. El tema de los eventos adversos que presentan los dispositivos médicos no es nuevo. En 1970, Ralph Nader (activista y abogado estadounidense) denunció que alrededor de unos 1.200 norteamericanos podían ser electrocutados, cada año, por procedimientos rutinarios de diagnóstico y terapia (Nader, 1970, 176-179). Un año más tarde, el Instituto para la Investigación del Cuidado de Emergencia (ECRI, por sus siglas en inglés) emitió un reporte contundente: “una perturbadora cantidad de equipos médicos han demostrado ser inefectivos, peligrosos y de mala calidad” (Emergency Care Research Institute, 1971, 75-93). Más adelante, el Instituto Nacional de Medicina de los Estados Unidos encontró que alrededor de 44 mil a 98 mil norteamericanos mueren anualmente debido a errores médicos, situación que se da porque “el uso de tecnologías, cada vez más sofisticadas y complejas, es un factor contribuyente a la cantidad de errores encontrados” (Committee on Quality Health Care in America, 2000). Entonces, ¿esto se traduce en que la industria médica es insegura? Sí. Tal vez la menos segura de todas. Literalmente hablando, se puede decir que es mejor vivir al lado de una planta nuclear que entrar a un hospital. Una conclusión que, aunque perturbadora, es real. Así lo prueban los análisis que se hacen sobre niveles de “peligrosidad” (ver imagen) y en los cuales se registran la cantidad de vidas que se pierden por año (eje horizontal) versus la cantidad de sucesos ocurridos por instalación (eje vertical).
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Durante el último siglo, el país ha planteado alternativas para la configuración institucional y estructural del campo, y para lograr que la tierra sea más productiva y equitativa, pero no lo ha logrado. Al contrario, pareciera que este largo periodo ha significado para el campo el deterioro de cualquier institucionalidad que fomente la permanencia, la productividad y una tenencia pacífica. Varias razones pueden contarse para este penoso resultado en las políticas de tierra. Algunos expertos advierten una discrepancia entre las políticas, el arreglo institucional vigente y la perspectiva de país que se tenía en mente. El corto plazo alentó la formulación de políticas públicas de tierra bajo un esquema institucional excluyente y cargado de tensiones y poderes políticos. Ante esta situación, el éxito de la reforma agraria hubiese sido una coincidencia prácticamente imposible. Es decir, el país ha alcanzado lo que ha podido, dado el panorama institucional. Juanita Villaveces Niño, profesora de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, plantea que la política de tierras y la reforma agraria sean revisadas desde una perspectiva dinámica, en la cual se incluyan no sólo las estrategias de política, sino el entorno institucional, el bagaje cultural de los actores que intervienen directa e indirectamente en la política y el peso de la historia. De acuerdo con este esquema, la profesora Villaveces propone una revisión a la lógica detrás de la política de tierra en Colombia y subraya que sus múltiples enfoques pueden ser percibidos de distinta manera por los hacedores de políticas públicas. En el país se han implementado políticas de tierra, distribución y uso, con la intención aparente con la intención de crear una organización rural compuesta por pequeños y grandes propietarios con miras a fomentar la producción agrícola y la industria; sin embargo, los resultados de los distintos intentos no parecen ser los esperados. Algunos expertos señalan que se han ensayado prácticamente todos los modelos de reforma agraria en Colombia, pero no se ha contado con la organización institucional adecuada ni se ha puesto la voluntad política indispensable para hacerlas efectivas.
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La línea de Investigación en Estrategia, perteneciente al Grupo de Investigación en Perdurabilidad (GIPE) de la Facultad de Administración de la Universidad del Rosario, se ha dedicado en los últimos cinco años a estudiar la forma como las empresas enfrentan la turbulencia del entorno. En los años 2010 y 2011 se han llevado a cabo estudios en sectores como el automotriz, lácteos, bebidas no alcohólicas, cosméticos, farmacéutico, alimentos, postres, aire acondicionado, salud, cines, químicos; etc. Los hallazgos encontrados han mostrado que para enfrentar la turbulencia de industria, las empresas acuden, principalmente, al desarrollo de capacidades dinámicas. Dando continuidad a esta investigación, el presente documento, elaborado en coautoría con estudiantes de pregrado de la Facultad de Administración, detalla la manera como algunas empresas del sector cementero enfrentaron la turbulencia presentada en el período que comprende los años de 2000 a 2010.
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El presente documento hace parte de la investigación realizada por la Facultad de Administración de la Universidad del Rosario en el proyecto de turbulencia empresarial en Colombia. Ya han sido publicados estudios de sectores como el arrocero, el comercio, los concesionarios, la medicina prepagada, las ensambladoras de vehículos, los insumos químicos, la bisutería industrial, el financiero, el cementero, el tabacalero, así como los cines, restaurantes, hoteles, laboratorios fitoterapéuticos, y parques temáticos. Este documento, desarrollado de forma conjunta por los profesores Natalia Malaver y Hugo Rivera de la asignatura Estrategia de Empresa I y con estudiantes de la Facultad de Administración de la Universidad del Rosario, permite comprender de un modo más amplio el comportamiento del sector de las empresas prestadoras de servicios de salud (EPS). Actividad que viene presentando en la actualidad una serie de cuestionamientos por parte de la sociedad debido a las irregularidades cometidas por algunas de las empresas del sector. Este estudio pretende contribuir al trabajo del grupo de investigación en perdurabilidad de la Facultad de Administración de la Universidad del Rosario. Para ello se realiza un análisis estratégico del sector en el período comprendido entre los años 2006 y 2010;haciendo énfasis en el estudio de turbulencia, identificando los elementos de incertidumbre, complejidad y dinamismo del sector, y la manera como las empresas enfrentan la turbulencia. Como complemento se efectúa el análisis de las fuerzas del mercado.
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El cáncer del cuello uterino (CCU), considerado como la segunda causa de muerte por neoplasias malignas a nivel mundial, afecta principalmente a mujeres en edad fértil. Colombia no escapa a esta realidad, puesto que la incidencia anual de CCU se estima entre 32,9 y 36,4 casos en 100 mil mujeres. Para tratar de contrarrestar estas cifras, algunas investigaciones se han orientado al desarrollo de métodos complementarios a la citología a fin de detectar el Virus del Papiloma Humano, agente causante de esa enfermedad. Investigadores colombianos han realizado estudios que apuntan hacia ese objetivo. Uno de éstos ha reclutado, hasta el momento, a 40mil mujeres provenientes de 16 departamentos. Con los datos obtenidos, se ha logrado establecer que en nuestro país hay un gran número de mujeres infectadas por el VPH, las cuales, en su mayoría viven en regiones con altas tasas de morbilidad mortalidad y no tienen fácil acceso a los servicios de salud.
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La permanencia de las empresas en el tiempo, de manera exitosa, se constituye en un tema de preocupación para el Gobierno, las empresas y la academia de la Administración. Se han realizado varias investigaciones, materializadas en libros, artículos y ponencias, tratando de explicar por qué unas organizaciones perduran y otras desaparecen.
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La Facultad de Administración de la Universidad del Rosario viene adelantando desde el año 2004 una serie de estudios orientados a comprender, de una mejor manera, la perdurabilidad empresarial. Una diversidad de sectores han sido analizados: financiero, salud, comercio, confecciones y aeronáutico, entre otros. La principal herramienta implementada ha sido el Análisis Estructural de Sectores Estratégicos (AESE), cuya metodología permite percibir, de una mejor manera, el estado del sector a través de cuatro pruebas: hacinamiento, panorama competitivo, análisis de fuerzas de mercado y estudio de competidores. En la primera fase de la investigación se realizaron estudios en diferentes sectores económicos; la siguiente fase consistirá en realizar un análisis cruzado entre sectores y entre países, el cual permitirá aportar elementos para la generación de una teoría sobre la perdurabilidad empresarial. De manera paralela, se seguirán realizando estudios de sectores con estudiantes de pregrado y posgrado. El presente estudio fue desarrollado, conjuntamente, con estudiantes de la Especialización en Gerencia de Negocios Internacionales del convenio Universidad del Rosario-Universidad CES, y es resultado del trabajo elaborado para la asignatura Análisis Estratégico, coordinada por el profesor Hugo Alberto Rivera, director de la línea de investigación en perdurabilidad empresarial. El sector estudiado es el de las empresas de alimentos balanceados para animales, base del sector pecuario en Colombia; estas se encargan de convertir materias primas de origen agrícola en alimento para la producción de animales. La producción de alimentos balanceados ha mantenido una dinámica importante en el país durante los últimos años, jalonada, principalmente, por el incremento en el consumo de carne de pollo, y, en menor proporción, el de otras líneas de producción (peces y codornices, entre otros). Las turbulencias indicadas en el presente informe exponen la complejidad, dinamismo e incertidumbre que se tiene al momento de reflejar la toma de decisiones en cuanto a inversión, ventas, fusiones e integraciones. Esto se debe a que el sector estudiado es un sector donde la incertidumbre sobre los eventos futuros está dada por factores exógenos que no son atribuibles al control humano, sino al control de la naturaleza; para esto, las empresas ajustan sus condiciones de producción y estrategias de venta de acuerdo a las necesidades de sus consumidores finales, evidenciando así un alto componente de investigación y desarrollo junto a la versatilidad de adaptación a los cambios del entorno, y desencadenando, a su vez, una imitación de las empresas pequeñas frente a las tradicionales y representativas del sector. Para poder realizar un correcto análisis, es necesario partir de las diferentes especies que tienen explotación pecuaria en Colombia, agrupándolas en grandes grupos representativos con la finalidad de reconocer las potencialidades de cada uno de los actores y poder hacer una evaluación con un mayor grado de certeza. A lo largo del documento, se podrá evidenciar una lectura crítica, basada en los datos analizados y con opiniones fundamentadas en la lectura del mercado y en la literatura proporcionada por las agremiaciones y entes reguladores.