58 resultados para Borbones
Resumo:
Aunque el desarrollo urbano en América no fue privativo de la colonización europea, la fundación de pueblos y ciudades constituyó una política específica de conquista y dominación colonial. Durante la segunda mitad del siglo XVIII y bajo el gobierno de los Borbones, las políticas establecidas parecieron acompañar el aumento y crecimiento de las ciudades y los pueblos en Hispanoamérica, e incentivar la urbanización de las zonas de frontera de su Imperio. Dos interrogantes articulan este trabajo. ¿Pueden ubicarse las propuestas formuladas por las autoridades coloniales para Buenos Aires dentro de la política de urbanización propuesta por los Borbones para zonas de frontera en Hispanoamérica? Si esto fue así, ¿qué nivel de concreción ha tenido dicha política durante las últimas décadas de vínculo colonial? Se estudiará el establecimiento de pueblos para el caso de Buenos Aires durante las últimas décadas del siglo XVIII.
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Este trabajo tiene el propósito de analizar la dinámica interna y las pautas de funcionamiento de las Juntas de Comercio en el Río de la Plata en la segunda mitad del siglo XVIII. A través de ellas se puede analizar las estrategias de los actores locales para la defensa de sus intereses colectivos ante la Corona y el resto de los actores corporativos. Las Juntas como recurso de acción colectiva fueron conocidas desde 1749 y conformarían una institución semiformal con sus autoridades permanentes desde 1779. En este sentido, las Juntas conformarían una organización mercantil compleja con sus propias particularidades y pautas de comportamiento y no meramente el origen del Consulado de Comercio fundado en 1794. Así, y en el contexto de los cambios impulsados por los Borbones en el siglo XVIIII, las Juntas conformarían un ámbito específico de elaboración de estrategias controlado por una elite mercantil que a cambio de beneficios mercantiles aseguraba a la Corona la obtención de ingresos.
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El objetivo general de este trabajo es analizar la conformación de los sectores dominantes en el Río de la Plata a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Para ello, el objetivo específico es acercarse a través del estudio de las corporaciones de comerciantes: Las Juntas y Consulado. El análisis esta centrado en las estrategias corporativas de comerciantes al interior del grupo frente a la Corona y al cuerpo de los hacendados. Este estudio abarca desde 1748 -surgimiento de las Juntas de comercio- hasta 1809, momento en que se produce el conflicto entre comerciantes y hacendados que deriva en la sanción del Reglamento de comercio libre. Es decir, que se estudiará el surgimiento, el desarrollo y el declive de la corporación mercantil. Para analizar este objeto, se propone utilizar como matriz de análisis un concepto que intenta transformarse en un eje articulador del sistema político a fines del Antiguo Régimen en Hispanoamérica: la centralización corporativa. Este concepto permite entender la centralizaron borbónica desde las experiencias de los actores locales. La elite mercantil conformada al interior del cuerpo asume la dirección de la corporación lo que le permite negociar con la Corona los beneficios corporativos. Este proceso fue la forma en la cual la Corona enfrentó su propia debilidad en América. La Corona promovió la formación de cuerpos locales para, a través ellos y de sus elites representativas, negociar los términos del vínculo en beneficio de ambos. Las Juntas de Comercio pueden definirse como las reuniones del conjunto de comerciantes que tenían como propósito la resolución de problemas que afectaban tanto al conjunto, como a una fracción de la comunidad mercantil. El consulado como la institucionalización legal de la corporación fue creado en 1794 y se manifestó como interlocutor local de la Corona hasta por lo menos 1806. En dicho año perderá su posición de canal de diálogo con los actores poderosos siendo desplazado por el cabildo. El declive del consulado ya se venia manifestando desde comienzos del siglo XIX con un resurgimiento de las juntas de comercio. En el interior de estas corporaciones mercantiles se desarrolló una elite capaz de recaudar dinero para la Corona a través de préstamos y donativos, a cambio recibía como contraprestación una serie de beneficios como el reconocimiento, la visibilidad como elite, una serie de derechos como la posibilidad de recaudar impuestos, la exención de las milicias y lo más importante transformarse en articulador entre el mundo externo y el interno, con ello la Corona legitimaba su posición de intermediarios. A su vez la comunidad mercantil consensuaba su poder para obtener una serie de derechos y dilaciones en el pago de la alcabala de segunda venta
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Tabla de contenidos: Nota introductoria / Emir Reitano, Paulo Possamai. Del Tajo al Amazonas y al Plata. Las repercusiones atlánticas de las 12 guerras entre las coronas española y portuguesa en la Edad Moderna / Juan Marchena Fernández. El presidio de Buenos Aires entre los Habsburgo y los Borbones: el ejército regular en la frontera sur del imperio español / Carlos María Birocco. Los soldados indígenas del Rey Católico: los misioneros en las guerras por la Colonia del Sacramento / Paulo César Possamai. Ataque de la flota combinada anglo portuguesa a la Colonia del Sacramento.El hundimiento del navío Lord Clive (1763) / Marcelo Díaz Buschiazzo. Travessías difíceis: Portugal, Colónia do Sacramento e o projeto Montevidéu (1715-1755) / Victor Hugo Abril. Beresford e D. Joao VI ? Uma inesperada confluencia / Fernando Dores Costa. La guerra: una situación límite. Una aproximación al tema: Batalla de India Muerta, noviembre 1816 / Juan Carlos Luzuriaga. Fortalezas imperiais: Arquitetura e cotidiano (Fronteira Oeste da América Portuguesa, século XVIII) / Otávio Ribeiro Chaves. Resistência e cotidiano da tropa militar do presídio de Miranda: Aspectos da defesa da fronteira sul da capitania de Mato Grosso (1797-1822) / Bruno Mendez Tulux. Os índios Payaguá: guerra e comércio na fronteira oeste da América portuguesa / Maria De Jesus Nauk. De Yatay a Cerro- Corá. Consenso e Dissenso na resistência militar paraguaia / Mario Maestri. Extraños en los confines del imperio: los portugueses ante la corona española en el Río de la Plata / Emir Reitano. Incidências da guerra en uma fronteira imperial: Rio Grande de Sao Pedro (1750-1825) / Helen Osorio. Armas y control. El ?negro delito de la deserción? en la Banda Oriental (1811-1816) / Daniel Fessler. Cruzar fronteiras, conectar mundos. As missoes austrais na pampa bonaerense (Século XVIII) / María Cristina Martins. Las guerras coloniales en la historiografía uruguaya de orientación nacionalista / Tomás Sansón. Las estatuas al Almirante Brown y la ?construcción de la Nación Argentina? / Diego Téllez Alarcia.
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Tratamos aquí el largo proceso de acontecimientos experimentados por la propiedad comunal indígena en Venezuela desde sus orígenes en el siglo XVI, la política anticorporativa de los Borbones, hasta su extinción o supresión, al institucionalizarse la propiedad individual en el siglo XIX, con referencia particular a la Mérida venezolana. El análisis comprende los factores que intervinieron en su progresivo deterioro, propiciadores de la aplicación de la legislación que determinó su liquidación para culminar una etapa del dilema individuo versus comunidad que caracterizó la política agraria del siglo XIX
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Si bien se han ido realizando análisis sistemáticos desde el punto de vista arquitectónico de los diferentes jardines nacionales europeos, el jardín clásico español, a pesar del importante incremento de bibliografía operado en la última década, no ha sido todavía estudiado desde los criterios compositivos y espaciales propios de la disciplina arquitectónica. Responde el jardín clásico español a una organización perspectiva que proviene de las construcciones espaciales originadas y desarrolladas en Italia durante los siglos XV y XVI; establece, además, una importante conexión con la arquitectura de jardines contemporánea, es decir, las grandes corrientes europeas –desde el jardín renacentista italiano al barroco francés-, que asume, interpreta e incluso supera en cuanto a organización unitaria e integración con su entorno en varios ejemplos señeros. Pero esta imbricación europea se ve puntualizada por una influencia primordial: el concepto islámico del espacio arquitectónico, caracterizado por la fragmentación y la pérdida de la axialidad, que en España se extiende de forma generalizada. Fusionada con los principios perspectivos provenientes de Italia, esta concepción espacial proporciona a los jardines –y demás edificios- una gran riqueza espacial que, poco analizada y mal comprendida, se ha considerado habitualmente como falta de pericia compositiva. Este hecho ha negado a los jardines españoles originalidad alguna –otorgada, en cambio, a los hispanomusulmanes- y una clasificación periférica en la historia de la disciplina. El jardín clásico español presenta tres etapas principales: una primera, durante los siglos XVI y XVII, que se podría denominar renacentista; una segunda, en la primera mitad del siglo XVIII, de ascendencia barroca francesa, y, por último, en la segunda mitad del Ochocientos, el jardín neoclásico, que en buena medida retoma la organización formal de la primera etapa renacentista. Las tres influencias preponderantes en el jardín renacentista español son la hispanomusulmana, procedente de la ocupación islámica en España desde el siglo VIII hasta el XV, cuya estela se mantiene durante todo el desarrollo del jardín clásico; una flamenca, de menor calado y cuyo origen está en los contactos políticos de la corona española con Flandes, y, por último, la italiana, de donde procederá la espacialidad perspectiva propia del Renacimiento, extendida por toda Europa y conocida en España asimismo por vínculos políticos y culturales. El jardín hispanomusulmán va a proporcionar los rasgos distintivos de la jardinería española posterior, derivados de la necesaria adaptación compositiva a un medio físico poco idóneo para la implantación de jardines. Esta cuestión se soluciona tradicionalmente de forma perfecta con el patio y el apoyo de una serie de elementos arquitectónicos de carácter ligero articulados aleatoriamente con la vivienda para organizar su entorno, operación que produce un organismo superior asimétrico y estructurado a partir de pequeños fragmentos ordenados por ejes quebrados, cuyo crecimiento no presupone un cambio en las cualidades espaciales del jardín. Esta ordenación quebrada y la fragmentación espacial tienden a embarazar la unidad perspectiva renacentista, de tal forma que el jardín español no presenta grandes ejes visuales ni espacios fugados, sino pequeñas piezas independientes –adaptadas mejor a la corrección climática y al riego- que se agregan sin intención de regularidad o simetría, pues buscan la ambigüedad espacial mediante la ofuscación de la percepción y orientación en el jardín, como sucedía en las obras hispanomusulmanas. El jardín renacentista español tendrá una doble vertiente dependiendo del medio físico donde se asiente: si este es poco propicio a la implantación de jardines, se recuperará la ordenación espacial medieval musulmana como respuesta compositiva a dicho entorno remiso, pues los ensayos de jardines basados en elementos arquitectónicos, ante la dificultad de estructurar el espacio del jardín en España con las componentes naturales –topografía, vegetación y agua-, se realizaron con éxito y se reutilizaron en siglos posteriores, e incluso alcanzan el momento actual; contemporáneamente, en territorios propicios a la creación de jardines –generalmente, riberas de ríos-, se podrá desarrollar el espacio perspectivo unitario italiano, que producirá ejemplos de gran calidad. Así, Felipe II creará de forma simultánea jardines muy diferentes según su ubicación. Entre los de carácter más medieval destacan los del Alcázar de Madrid y Valsaín –con el antecedente de Yuste, promovido por Carlos V-, y de los plenamente renacentistas, la Casa de Campo, El Escorial y Aranjuez, éstos últimos de Juan Bautista de Toledo. Los dos primeros se organizan con varios recintos independientes articulados por ejes quebrados y ordenados a partir de elementos ligeros –galerías, torreones, miradores- que se proyectan hacia el exterior para dar forma al entorno inmediato del palacio. Los últimos, en cambio, utilizan las posibilidades del medio natural para estructurar los jardines, y establecen magníficos ejes de raigambre renacentista, origen de espacios perspectivos unitarios de gran interés, dado su tamaño y temprana fecha de creación. Así, en la Casa de Campo la villa se articula con un jardín llano cuya unidad espacial no tiene parangón en la Italia del momento; en Aranjuez, el Jardín de la Isla, independiente en su trazado del palacio que lo propicia, presenta una superposición de dos ejes con gradientes en sentido contrario, y una ordenación a escala territorial, las Huertas de Picotajo, con una malla focalizada de doble simetría adaptada a un difícil meandro del río Jarama y con capacidad de extensión ilimitada en la vega de Aranjuez, que es contemporánea pero mucho más evolucionada que los primeros tridentes creados en Italia y anterior en un siglo a las formalizaciones de Versalles. Frente a estas realizaciones reales, en España los jardines nobiliarios responden a una clara influencia medieval, como los del duque de Alcalá en Bornos, el marqués de Mondéjar, Bellaflor en Sevilla, la Casa del Rey en Arganda o el cigarral de Buenavista en Toledo. Pero en paralelo con éstos y promovidos por nobles conectados con Italia, se están implantando jardines de hispanomusulmana-, en fechas incluso anteriores a los construidos por la corona. Así, el marqués de Villena construye en Cadalso de los Vidrios un jardín con una tempranísima ordenación en terrazas que se integra con su entorno; el duque de Alba en Abadía realiza la misma operación con mayor desarrollo espacial; y en Béjar por el duque de esta ciudad salmantina se establece otro jardín de clara espacialidad italiana, pero con la casa fuera de la ordenación. El siglo XVII supone, en los escasos ejemplos construidos, la prolongación de la espacialidad renacentista introducida por Juan Bautista de Toledo. Hay una clara continuidad en los jardines aterrazados, como La Zarzuela y La Florida, mientras en el ejemplo llano principal, el Buen Retiro, se atiende más a la fragmentación hispana y a una adaptación de los sistemas de extensión al aumento de escala. Así había sucedido en Italia, donde los jardines de malla ortogonal se convirtieron en grandes parques focalizados, con avenidas arboladas y remates perspectivos, elementos que se repiten en el jardín madrileño, aunque sin la unidad conseguida en los precedentes mediante la focalización. El siglo XVIII va a conocer la nueva dinastía de los Borbones y el jardín barroco francés, que supondrá un cambio radical en la concepción espacial del jardín, aunque la influencia hispana no dejará de producirse. El tamaño de estos jardines, su coste de implantación y mantenimiento y la falta de adaptación al medio físico español serán los factores principales del escaso desarrollo que el jardín de Le Nôtre alcanzó en España. A pesar de los proyectos realizados - algunos de gran calidad, como los de Robert de Cotte para el Buen Retiro, los del Palacio Real Nuevo, el de Riofrío y el del castillo de Villaviciosa de Odón-, sólo se van a construir escasos parterres de los denominados urbanos. Entre ellos hay que destacar los del Buen Retiro, Aranjuez y palacios de Liria, Buenavista y Altamira en Madrid, Piedrahita para los duques de Alba, el convento de Santa Bárbara, Migas Calientes –algunos de éstos quedaron en proyecto-, a los que se añade un gran jardín con todos los componentes, que es San Ildefonso de La Granja. En La Granja se puede encontrar un parque completo a la francesa, que responde en mayor medida a los principios establecidos en el tratado de Dezallier d'Argenville que a la influencia directa de las obras de Le Nôtre. Pero la ordenación canónica de jardín barroco francés se particulariza mediante los dispositivos proyectuales de origen hispano, pues se desjerarquizan los ejes principales impidiendo su continuidad, que queda truncada por desarrollos paralelos, interrupciones perspectivas y ejes quebrados. En la segunda mitad del siglo XVIII, los propios monarcas Borbones recuperarán los jardines regulares de los Austrias, cuyos tipos llano y aterrazado tuvieron un importante desarrollo con Felipe II y Juan Bautista de Toledo y gozaban de un merecido prestigio. Ya con Fernando VI se introdujeron ordenaciones de inspiración renacentista, como en el Jardín del Príncipe de Aranjuez; pero será con su hermano Carlos III cuando se revisen las actuaciones filipinas. Juan de Villanueva fue el autor de los principales jardines del momento -entre ellos, las Casitas realizadas para el príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV y su hermano el infante Don Gabriel- aunque Ventura Rodríguez realizó en esos años un magnífico epílogo del jardín aterrazado en España: el palacio para el infante Don Luis en Boadilla del Monte, así como proyectos para el parque del Palacio Real Nuevo. En las Casitas de El Escorial –en menor medida en El Pardo-, Villanueva recoge una larga tradición de jardines aterrazados que, además, inserta magistralmente en su entorno, dentro de la secular tradición española de adaptación al medio físico. Lejos de presentar una lectura canónica, aunque utilizando todos los recursos del tipo, el arquitecto consigue la ambigüedad espacial hispana mediante la superposición en el eje longitudinal de dos gradaciones de dirección contraria, accesos quebrados e interrupción de las visuales y el viario, sin prescindir de una ordenación clásica. También de Villanueva son el proyecto definitivo del Jardín Botánico, de gran claridad compositiva y orden científico, y, para el Palacio Real Nuevo y su entorno, el jardín previo a las Reales Caballerizas y una remodelación de la Casa de Campo y su acceso.
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Durante la guerra de la independencia los sectores ultra-realistas construyeron la imagen de que el mundo anterior había sido atacado en sus bases y destruidos los elementos que lo sustentaban. Una amplia publicística fue creciendo en este contexto. Sin embargo, ante el inminente regreso del rey en 1814, vieron la oportunidad de recuperar el poder perdido y cambiaron de estrategia. El mito de la recuperación del orden perdido mediante la restauración de los Borbones va a ser el instrumento del que los realistas se valdrán para negar la magnitud de los cambios vividos durante aquellos años. El presente artículo intenta explicar la importancia que tuvo la construcción del mito de la restauración para sustentar el golpe contrarrevolucionario de mayo de 1814.
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Durante el siglo XVIII, la viruela alcanzó su máxima expresión como enfermedad devastadora, y se convirtió en la primera causa de mortalidad infantil. En su deambular como azote mundial, diezmaba la población afectando a todas las clases sociales. Las monarquías europeas sufrieron la virulencia de la enfermedad, y se produjeron cambios notables en el devenir de las casas reales por el fallecimiento de reyes o príncipes herederos. La introducción de la inoculación como remedio preventivo contra la viruela fue apoyada por las monarquías, pero no se aplicó de manera sistemática, lo que redujo su impacto en las estadísticas de mortalidad. Revisamos los efectos de la viruela en la Corte española, enfermedad que llevó a la extinción de la Casa de Austria y afectó también a los borbones; de manera tardía, estos aceptaron la inoculación y contribuyeron a la propagación de la vacuna.
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Los agentes de corte y chancillerías surgieron de las mestas locales medievales y pasaron a formar parte de la Cabaña Real a principios del siglo xvi. Fueron el resultado de la mayor actividad procesal en los diferentes tribunales y de la creciente conflictividad en el campo. El oficio no tenía las funciones bien definidas porque se vio arrastrado por las disfunciones institucionales y la oposición de las chancillerías. Los Borbones se dieron cuenta de la importancia del cargo en la recuperación de la mesta y en el desarrollo de la trashumancia y elaboraron un detallado plan para desacreditarlo, suprimir el empleo de Granada, restarle atribuciones y sólo adjudicarles asuntos internos y sin relevancia. Paulatinamente fue sustituido en sus facultades y comisiones por el procurador general de corte.
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Nueva España aportó la mayor parte de los recursos que sostuvieron a las fuerzas armadas españolas durante la guerra contra Gran Bretaña que se desarrolló en el Caribe entre 1779 y 1783. En el artículo se analizan las medidas a las que recurrieron las autoridades reales para obtener recursos extraordinarios del Consulado y varios mercaderes de la ciudad de México. Asimismo se exponen algunas de las contraprestaciones que negociaron a cambio de dichos servicios financieros y se plantean diversas hipótesis acerca de los motivos económicos, sociales y políticos que los llevaron a colaborar con el monarca, teniendo en cuenta los negocios que realizaban durante el conflicto bélico y la forma en que eran afectados por la reciente apertura comercial.
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En la presente tesis se pretende editar la obra, hasta hoy en su gran mayoría inédita, de Juan Vélez de León, poeta y escritor que desempeñó cargos administrativos en el reinado de Carlos II. A inicios del setecientos, el advenimiento de los borbones significó para Vélez de León el fin de su carrera cortesana, pero en modo alguno el de su actividad intelectual, que siguió desarrollando en Madrid, la ciudad en que nació en 1655, hasta su muerte, en 1736. Puesto que la vida de Vélez de León ocupa la etapa fundamental en la historia de nuestro país en la que se da el cambio de dinastía austrias-borbones, y en la que se definen las líneas estratégicas que España jugará en Europa durante el siglo, una vez perdida de manera definitiva su hegemonía militar y política, esta tesis plantea en primer lugar examinar el contexto histórico en que Vélez de León hubo de desarrollar su labor política y literaria, especialmente en el periodo que va de 1680 hasta 1736. Una vez realizada la descripción y examen del contexto histórico, esta investigación se centra en trazar, aportando la mayor documentación posible, la peripecia vital de Vélez de León, tanto en su etapa italiana como española. La segunda parte de esta tesis aborda la catalogación de la obra velezana, abundante y heterogénea, así como la dilucidación de los problemas de atribución de muchas de estas composiciones a través del estudio sistemático de los distintos manuscritos (y algunos impresos) velezanos. Una vez realizado este catálogo, se estudiarán aspectos importantes de esta obra, como las academias literarias y la poesía de circunstancia, la política (con especial atención a Francia e Italia), la traducción velezana de El Príncipe de Maquiavelo y la presencia de las bellas artes en la obra velezana. La tercera parte de este estudio se centra en la edición de la obra completa, en prosa y en verso, de Juan Vélez de León. El estudio se cierra con un índice de primeros versos para facilitar la búsqueda y lectura de los versos de este autor.
Resumo:
Assinala-se a importância do livro no contexto da historiografia sobre Ordens Militares no espaço da Península Ibérica e em particular no que se refere às Ordens castelhanas. É uma trabalho que parte da noção de economia da mercê e que dá revelo à importância dos serviços militares e dos municipais na análise da atribuição de insígnias destes institutos. Destacam-se ainda várias outras novidades do livro, como o estudo do custo da mercê e da sua plasticidade em matéria de atribuição/circulação/alienação.