854 resultados para Scientific labour market
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Prólogo de Alicia Bárcena
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Este primer boletín, producido conjuntamente por la CEPAL y la OIT, busca ofrecer un panorama sobre la forma en que la crisis afecta los mercados laborales de la región. En medio de una situación caracterizada por turbulencias y falta de certezas, es importante para los gobiernos y los interlocutores sociales contar con insumos para la definición de políticas públicas orientadas a aumentar los niveles de empleo y bienestar de la población. El boletín recoge los indicadores más recientes disponibles y los analiza para establecer tendencias y detectar cambios. Se ofrecen estadísticas del primer trimestre, estimaciones sobre lo que podría suceder este año, así como un recuento de las políticas anunciadas por los gobiernos.Temas tratados en este boletín:Evolución reciente de los mercados de trabajo de la regiónPolíticas frente a la crisis: la importancia de las medidas anticíclicas y de las políticas del mercado laboral y la protección social en América LatinaConclusiones y perspectivas
Resumo:
Tal como se había previsto en el primer boletín conjunto preparado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT);, la crisis económica continuó golpeando a los países de América Latina y el Caribe durante el segundo trimestre de 2009. Los mercados internacionales se mantuvieron débiles, lo que afectó las exportaciones regionales de bienes y servicios, las remesas y la inversión extranjera directa continuaron cayendo, el crédito perdió dinamismo y la masa salarial se contrajo, sobre todo por la pérdida de empleo. En consecuencia, las proyecciones de crecimiento de muchos países debieron corregirse a la baja. Por otra parte, desde fines del año pasado, aunque con marcadas diferencias entre los países de la región, se viene implementando una política contracíclica para compensar con el gasto público la debilidad de la inversión y el consumo privados y estimular la reactivación de la demanda agregada.En este segundo boletín, la CEPAL y la OIT señalan cómo se ha profundizado el impacto de la crisis en los mercados de trabajo de la región en el primer semestre de este año y analizan las opciones y los avances de la inversión pública en infraestructura y de los programas de empleo de emergencia para contrarrestar los efectos de la crisis en el mercado de trabajo.Prácticamente en todos los países se registró un aumento de la tasa de desempleo en comparación con el año anterior y esta situación empeoró en el segundo trimestre respecto del primero. En el segundo trimestre, el desempleo urbano superó la tasa del mismo período del año anterior en un punto porcentual (un 8,5% frente a un 7,5%);, mientras que en el primero esta brecha fue de 0,6 puntos porcentuales. Además, algunos indicadores muestran un aumento de la informalidad, un debilitamiento del empleo con protección social y una contracción del empleo de jornada completa.Si se analiza la evolución de los mercados laborales en el primer semestre y se considera la proyección de una caída del producto regional del 1,9% en 2009, se estima que la tasa de desempleo urbano regional rondará el 8,5% en el promedio anual. Esta proyección es ligeramente menos pesimista que la adelantada en el primer boletín, lo que tendría su principal explicación en la caída de la tasa de participación que se observa en el primer semestre y se mantendría vigente durante todo el año. Si no se diera esta reducción de la oferta laboral, que en buena parte se debería a un efecto de "desaliento", el promedio anual de la tasa de desempleo urbano se ubicaría entre el 8,8% y el 8,9%. De esta manera,el número de desempleados abiertos urbanos aumentaría 2,5 millones, pero, si se incluye a los "desalentados", el número de personas adicionales que no encuentran espacio en el mercado laboral urbano crecería a 3,2 millones.Sin embargo, como ocurre a nivel mundial, algunas señales indican que la crisis económica en la región habría tocado fondo a mediados de año. En muchos países se ha detenido la caída de la producción y hay indicios de una incipiente recuperación que motiva un cauto optimismo, ya que esto favorecería la evolución de los mercados laborales en el cuarto trimestre. Sin embargo, consideramos que la recuperación será gradual y no se dará de manera homogénea en todos los países de la región.Es importante destacar que los problemas laborales no se resolverán con el retorno a un sendero ascendente de crecimiento. En primer lugar, es de esperar que la recuperación del empleo se dé con un cierto rezago respecto de la actividad económica. En segundo término, con un crecimiento económico que a corto plazo continuará siendo moderado y no volverá a las tasas registradas entre fines de 2003 y mediados de 2008, la demanda laboral seguirá débil y eso repercutirá en la generación de empleo de buena calidad. Por lo tanto, los países no deben desistir de los esfuerzos para estimular la defensa y la creación de puestos de trabajo decente y deben reforzar la efectividad y eficiencia de los instrumentos disponibles. De esta manera, la región no solo enfrentará mejor los desafíos de la recuperación económica, sino que también fortalecerá las bases para lograr la inclusión social y poder avanzar en mejores condiciones hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Resumo:
Tras un período de cinco años durante el cual América Latina y el Caribe registró un desempeño económico y social sin precedentes en las últimas décadas, sobrevino una crisis económica y financiera global que no solo afectó las variables macroeconómicas, sino que también tuvo un marcado impacto en los mercados laborales de los países de la región. En efecto, mientras que entre 2003 y 2008 las tasas de ocupación en general, y especialmente los niveles de empleo formal, registraron significativos incrementos acompañados de un descenso de la tasa de desempleo regional, la crisis puso marcha atrás en estas tendencias.No obstante, la región estaba mejor preparada que en crisis anteriores, ya que gozaba de una buena situación en materia fiscal y de reservas internacionales y registraba un bajo nivel inflacionario. Esto significó que las autoridades pudieron disponer de espacios para aplicar políticas contracíclicas, tanto fiscales como monetarias. De todas maneras, frente a la peor crisis a nivel global desde la Gran Depresión de los años treinta, estas medidas solo pudieron atenuar el impacto en las economías de la región, pero no evitarlo. Además, la crisis golpeó con marcadas diferencias a las subregiones y los países, según las características de su inserción comercial, y no todos los países disponían del espacio fiscal necesario para instrumentar enérgicas políticas contracíclicas.Como se destaca en este tercer boletín conjunto de la CEPAL y la OIT, el impacto de la crisis en los mercados laborales de la región no fue tan fuerte como se temía a inicios del año pasado, debido a la implementación de políticas públicas orientadas al ámbito laboral que hemos revisado en los dos boletines previos. A ellas se agrega en este boletín un análisis desde la perspectiva de la igualdad de género. Además, algunos países de la región, entre los que se destaca el Brasil, lograron estabilizar y repuntar rápidamente su crecimiento económico, con resultados positivos en las variables laborales.Aun así, no se puede ignorar que millones de latinoamericanos y caribeños perdieron su trabajo o se vieron obligados a asumir un empleo más precario y peor remunerado.Los datos macroeconómicos indican que la recuperación está en marcha, incluso con mayor celeridad y fuerza de lo previsto un año atrás. De hecho, es probable que el crecimiento regional de 2010 supere la tasa del 4,1% proyectada a fines del año pasado. Por lo tanto, si bien esperamos una moderada caída de la tasa de desempleo, esta no sería suficiente para alcanzar los niveles registrados antes de la crisis.De todas maneras, la reactivación muestra pautas muy divergentes en los distintos países de la región. En algunos, sobre todo de América del Sur, la recuperación se benefició del dinamismo de las economías asiáticas, cuya demanda de recursos naturales provoca importantes repuntes en las exportaciones de estos productos, tanto en volumen como en precio. Con cierto rezago y menor dinamismo, los países cuyas economías están más integradas a la economía estadounidense se están beneficiando de la reactivación del país del norte. Por otra parte, varios países todavía sufren importantes desequilibrios que dificultan su vuelta a un sendero de crecimiento. Finalmente, Chile y Haití han sido golpeados por devastadores terremotos al inicio del año, por lo que enfrentan retos adicionales de reconstrucción, más allá de la reactivación económica.Cabe señalar que, a pesar de las perspectivas relativamente favorables para el crecimiento regional de 2010, sigue reinando una elevada incertidumbre respecto de la reactivación de la economía global, lo que afecta las perspectivas económicas de la región en un plazo más largo. La fragilidad de la reactivación en algunas regiones y las dudas sobre su sostenibilidad en otras, así como los choques que han afectado a los mercados financieros internacionales, representan luces de alerta que deben someterse al continuo escrutinio de las autoridades de la región, dado su grado de integración a la economía mundial.Por otra parte, la recuperación del crecimiento no se traduce directa ni mecánicamente en mayor empleo, y menos aún en condiciones de trabajo decente. Si bien desde fines del año pasado se observa una evolución relativamente favorable en algunos indicadores laborales, los países continúan enfrentando importantes retos para mejorar la inserción laboral de millones de latinoamericanos y caribeños que no se están beneficiando del repunte del crecimiento. Para ello es importante aprovechar las lecciones de las políticas aplicadas durante la crisis para contrarrestar su impacto en los mercados laborales.Con este tercer boletín conjunto, la CEPAL y la OIT continúan fieles a su propósito de proveer a la región de información y análisis oportunos y útiles para enfrentar estos retos, tanto sobre la evolución de los mercados laborales de la región, como sobre las opciones de políticas correspondientes.
Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe: recuperación del empleo. Hacia un modelo sostenible
Resumo:
Los efectos negativos de la crisis económica y financiera global, la peor desde los años treinta, sobre América Latina y el Caribe han sido bastante menores a los que inicialmente se habían temido. Si bien en 2009 se interrumpió un período de expansión y el producto regional se contrajo un 1,9%, el impacto de la crisis fue acotado debido a la aplicación de políticas fiscales y monetarias contracíclicas por parte de muchos gobiernos de la región. La recuperación de nuestras economías, sobre todo en América del Sur, va de la mano de la rápida reactivación de las economías emergentes de Asia con sus consecuencias favorables para el comercio mundial. Algo similar se puede constatar respecto del impacto de la crisis en los mercados laborales de América Latina y el Caribe. Si bien millones de personas sufrieron la pérdida de empleo o tuvieron que asumir un puesto de trabajo de menor calidad, la caída de los niveles de empleo -incluido el empleo formal-- fue menor que la prevista inicialmente. Por otra parte, los salarios reales subieron levemente en el contexto de una inflación decreciente. De esta manera, el mercado laboral estabilizó la demanda interna, lo que favoreció la reactivación iniciada en muchos países hacia fines de 2009.La mejora de las condiciones comerciales y financieras internacionales, así como el repunte de la demanda interna impulsada por las políticas macroeconómicas, hacen posible que las estimaciones de crecimiento de la economía de la región para 2010 se sitúen -según diversas fuentes- en torno al 6%.Como se detalla en la primera parte de este Boletín, a nivel regional esta reactivación se ha expresado en la generación de empleo formal, el aumento de la tasa de ocupación, el descenso del desempleo y la subida moderada de los salarios reales. Específicamente, se estima que la tasa de desempleo regional bajará 0,6 puntos porcentuales, del 8,1% en 2009 al 7,5% en 2010.Cabe señalar, sin embargo, que el desempeño de los países y subregiones ha sido muy desigual. Por un lado, destaca el Brasil, donde el elevado crecimiento económico se acompañó de una dinámica generación de empleo formal y la tasa de desempleo descendió a niveles no registrados desde hacía mucho tiempo. Otros países de América del Sur se han beneficiado de la fuerte demanda de recursos naturales por parte de los países asiáticos. Ello, sumado al aumento de la demanda interna, elevó su crecimiento económico y tuvo un impacto positivo en los indicadores laborales. Por otro lado, en algunos países y subregiones, sobre todo en el Caribe, la reactivación todavía es muy débil y los indicadores laborales continúan deteriorándose.De esta manera, la reactivación de la economía regional en 2010 puede caracterizarse como dinámica pero desigual. Para 2011 las estimaciones de crecimiento son menos favorables. Los riesgos relacionados con los desequilibrios de la economía mundial y el término de los paquetes fiscales contracíclicos incidirían en un crecimiento económico regional más acotado en 2011. En consecuencia, para 2011 se espera una leve reducción adicional de la tasa de desempleo, de entre 0,2 y 0,4 puntos porcentuales.Sin embargo, estos indicadores de recuperación no garantizan un crecimiento con trabajo decente a largo plazo. Para reforzar la mejora de los indicadores laborales y generar más empleo productivo y trabajo decente, los países de la región deben fortalecer sus políticas macroeconómicas, mejorar la coordinación de políticas a nivel regional y global, identificar y eliminar cuellos de botella en el mismo mercado laboral y reforzar los instrumentos que promuevan una mayor igualdad.Adicionalmente, la región -al igual que el resto del mundo- enfrenta el reto de transformar su manera de producir para desarrollar economías sustentables en el largo plazo. El cambio climático y el reto correspondiente de desarrollar y fortalecer patrones de producción y consumo bajos en emisión de carbono también afectarán la manera de trabajar. Hay un gran desafío en la generación de empleos verdes que combinen trabajo decente con su inserción en pautas productivas ambientalmente sostenibles. Con esta perspectiva, en la segunda parte de este boletín se discute el enfoque de los empleos verdes, aportando algunos antecedentes acerca de los retos y oportunidades que permitirían transitar hacia una economía sostenible en la región y se presentan, además, un conjunto de opciones para abordar los temas ambientales y las repercusiones del cambio climático en el mundo del trabajo.Aunque el debate en torno al concepto de empleos verdes es relativamente reciente en la región, ya existen ejemplos concretos y varios países han avanzado en la aplicación de políticas y programas en ese ámbito. Por ejemplo, Costa Rica ha formulado una Estrategia Nacional de Cambio Climático y entre sus mayores logros se encuentra la formación profesional en el ámbito de la gestión de recursos naturales. En el Brasil, se ha incrementado la producción de combustibles a partir de la biomasa y se están construyendo viviendas sociales con paneles solares. Varios otros países de la región están avanzando en áreas como el ecoturismo, la agricultura sostenible, la infraestructura para la adaptación al cambio climático y la formalización de las personas que trabajan en el reciclaje de residuos domésticos.La transformación hacia una economía medioambientalmente más sostenible puede llevar a la destrucción de empleos en algunos sectores económicos y a la creación en otros. Inevitablemente, el mundo del trabajo experimentará cambios importantes. Enfocando el tema a través del diálogo social y de políticas públicas apropiadas existe la oportunidad de crear más empleos decentes a través de esta transformación, contribuyendo así al crecimiento de la economía, la construcción de mayores niveles de igualdad y la protección del medio ambiente.