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Resumo:
Pós-graduação em Ciências Sociais - FFC
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Antecedentes 1.En años recientes se ha observado una renovada importancia de las políticas industriales en América Latina y un creciente interés por generar un nuevo equilibrio entre el Estado, el mercado y la sociedad (CEPAL, 2012). Esto ha puesto de relieve el papel de la innovación y el desarrollo del capital humano para reducir la brecha tecnológica y crear mayores oportunidades de empleo, sumar valor agregado a las producciones locales, prevenir la reprimarización y la dualidad productiva, y vigorizar la vinculación entre desempeño exportador y crecimiento económico a partir del incremento de la productividad empresarial, en general, y de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME), en particular. 2. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha puesto sobre la mesa la importancia que tiene el cambio estructural para un desarrollo económico y social con equidad. Este cambio se entiende como el tránsito hacia actividades y sectores más intensivos en conocimientos tecnológicos y un mayor dinamismo de la productividad (CEPAL, 2012). Es importante que las estructuras de producción y exportación de América Latina se orienten hacia los sectores más dinámicos, de mayor productividad o de alto contenido tecnológico. 3.El modo de producción moderna, basado en gran medida en la deslocalización productiva, ha abierto una oportunidad para la inserción de las empresas latinoamericanas, especialmente las pymes, en mercados de creciente valor y dinamismo. Este modo de producción facilitó la creación de cadenas globales de valor como patrón de producción basado en la deslocalización productiva, pero conectados con mercados finales dinámicos, que pueden ser nacionales (ubicados en los centros urbanos), regionales (países vecinos) o globales (principales mercados de consumo). Estas redes de producción, al estar integradas por cadenas de valor de firmas dispersas, abren una oportunidad de participación para las MIPYME, aunque con retos enormes, sobre todo en materia de productividad, calidad y estándares técnicos. 4.Por ello, se debe avanzar en el fortalecimiento de la participación de las empresas de la región en cadenas de valor locales y su inserción en globales, que permita aumentar la productividad y adecuar, de manera más competitiva, la participación de los países de la región en la actual división internacional del trabajo y la producción de la economía mundial. Entre los beneficios que podrían derivarse a nivel microeconómico del fortalecimiento de las cadenas de valor se destacan: nuevas asociaciones estratégicas entre empresarios, mejoras en la calidad de la producción, incremento de competitividad y de la capacidad exportadora de las empresas, y el aumento en el financiamiento de proyectos empresariales y de desarrollo económico local por el sector privado y por el público. 5.El papel de las políticas públicas es fundamental en este proceso destinado a estimular la competitividad, sobre la base de una planificación estratégica de sus actores. Se trata de un proceso incremental de adquisición de capacidades por parte de los participantes de la cadena, en el que se procuran innovaciones de producto y de proceso. 6.En este marco, la CEPAL está llevando a cabo procesos de acompañamiento técnico a los gobiernos de El Salvador y Guatemala para el fortalecimiento de cadenas de valor, en el marco del proyecto de cooperación técnica sInserción de PYME agroindustriales en las cadenas de valor en Centroamérica (GER 2007/12)", financiado por la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ). El objetivo central del proyecto es contribuir a la inserción de las PYME agroindustriales de países centroamericanos en las cadenas de valor mediante el fortalecimiento de políticas industriales, entendidas en sentido amplio como políticas productivas que abarcan incluso a los sectores primario y terciario. 7.La reunión de expertos a la que hace referencia este informe constituye un taller regional centroamericano para el intercambio de mejores prácticas y aprendizaje, con los siguientes objetivos: a) presentar y difundir la metodología de la CEPAL para el fortalecimiento de las cadenas de valor; b) diseminar los resultados obtenidos durante el proceso de acompañamiento técnico en El Salvador y Guatemala, y c) recibir comentarios y sugerencias que ayuden a fortalecer las acciones de la CEPAL en estos temas.
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Pós-graduação em Engenharia e Ciência de Alimentos - IBILCE
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La producción de shale gas o gas natural de lutita en los Estados Unidos ha sorprendido al mundo por su rápido desarrollo y repercusión en la disminución del precio del combustible y el aumento de reservas de hidrocarburos. Este desarrollo ha crecido junto con la oferta de petróleo y de condensados de gas natural. Se estima que los Estados Unidos serían autosuficientes en petróleo y superavitarios en gas natural en menos de 30 años. El renovado impulso de los hidrocarburos no-convencionales empieza a ser visto como una "revolución energética" que dará nuevo dinamismo a la economía de ese país. Por su novedad, la evaluación completa de estos desarrollos confronta dificultades metodológicas, estadísticas y de conocimiento científico, tecnológico, social y económico. Las regiones de los Estados Unidos y Canadá con yacimientos de shale gas comprobados son muchas. Sin embargo, dado lo novedoso de su explotación, no existe historial suficientemente largo para sacar conclusiones sobre procesos de exploración, picos y declives de producción y técnicas de recuperación de los recursos. Las analogías y extrapolaciones de las experiencias varían entre plays o conglomerados de yacimientos. Las dudas crecen ante la discordancia entre la creciente producción de gas y precios de mercado inferiores a los costos. También se escuchan advertencias sobre los potenciales efectos nocivos de su explotación en el medio ambiente y comunidades aledañas. Hay dudas sobre los posibles efectos de la técnica de "fracturamiento hidráulico" (fracking) y los disolventes químicos empleados en mantos freáticos y agua potable. Este documento se compone de cinco capítulos. En el primero se aborda el tema de la explotación de shale gas, desde el origen, la producción, la economía y los impactos de la exploración y producción de shale gas, hasta algunas peculiaridades del entorno de negocios y de los sistemas legal, financiero e impositivo. Dada su vasta experiencia en producción de hidrocarburos, los Estados Unidos cuentan con numerosas empresas proveedoras de bienes y servicios para la exploración y explotación de shale gas. Legisladores y autoridades de todos los niveles aplican instrumentos legales y procesan debates y opiniones para ir encontrando soluciones a los retos y cuestionamientos relacionados. En el capítulo II se presenta un análisis de escenarios y proyecciones al año 2035. Se discuten las dinámicas que pueden convertir a los Estados Unidos en exportador neto de gas natural. Se asume que el energético menos costoso termina dominado el mercado. Sin embargo, el shale gas tiene un largo proceso por recorrer antes de desbancar a las grandes industrias de energía con muchas décadas en el mercado. Se revisa el crecimiento de reservas y producción en abasto a una demanda creciente, que a su vez requerirá que los sistemas de transporte, almacenamiento y distribución de combustible se sigan expandiendo y que los precios de mercado continúen bajos o aumenten lentamente, mientras los del crudo serían sustancialmente mayores. Esta diferencia de precios está motivando la sustitución de combustibles. Las tecnologías de "gas a líquidos", "gas comprimido", "celdas de gas metano" y otras seguirán abriendo espacio, hasta sustituir las tecnologías basadas en hidrocarburos líquidos que han dominado el desarrollo energético por más de un siglo. La etapa de transición hacia lo que los teóricos consideran que será la era de los energéticos renovables se está volviendo realidad. Pero no hay indicios de que los combustibles tradicionales simplemente desaparecerán para dar paso a los energéticos renovables. Más bien, el shale gas se desarrolla como una nueva capa tendiente a envolver todo el mercado, sobre la cual se irá acomodando gradualmente el resto de los energéticos renovables. Así está sucediendo ya en la industria eléctrica debido a la flexibilidad de los ciclos combinados basados en gas natural, en especial su capacidad de reducir e incrementar su carga, conservando altos rendimientos térmicos. Esta flexibilidad permitirá que el resto de las fuentes alternativas (eólica, solar, mareomotriz y las que se vayan incorporando), cuya capacidad de generación es variable, se acomoden en forma combinada. En el III capítulo se describe la situación del gas natural en México, donde los bajos precios del combustible, el avance tecnológico, el manejo político del marco legal ambiental y social, además de la expansión de las redes de transporte, almacenamiento y distribución, también están cambiando. Se espera que el shale gas sea una nueva fuente de riqueza y de energía a bajo costo, pero, el proceso tomará varios años o décadas antes de que las expectativas se hagan realidad. Existen dudas sobre la forma de materializar este potencial en el país. Un primer problema para México es su propia definición constitucional de la propiedad y explotación de los hidrocarburos por un monopolio de Estado, Pemex. Este modelo resulta inadecuado para explotar shale gas a gran escala. Otro problema está representado por los altos costos de logística presionados por la rapidez del ciclo de producción, cuyos picos y declives se alcanzan a pocas semanas de iniciada la perforación. El declive puede ser tan rápido hasta volver incosteable mantener los equipos en un solo lugar por demasiado tiempo. Pemex no parece adaptada para trabajar en una dinámica logística de gran velocidad, en la que los equipos de perforación y de trabajadores deben desplazarse entre numerosas operaciones. Por estas razones, México parece destinado a experimentar una primera etapa consumiendo shale gas barato importado de los Estados Unidos. Para ello se construyen redes de gasoductos a lo largo de la frontera, por donde se irá recibiendo el gas y acostumbrándose a él. Después vendrán los grandes debates nacionales para decidir quiénes serán los protagonistas de este nuevo desarrollo, si Pemex o empresas privadas. Las reformas resultantes deberán plasmarse en la Constitución y reglamentarse en leyes secundarias; se diseñarán nuevos modelos impositivos y regulatorios. A esto se agregará la preocupación por los impactos sociales y ambientales de esta industria, la escasez de proveedores especializados y la necesidad de capacitar gran número de trabajadores, los cuales podrían ser contratados por Pemex o por el sector privado, dependiendo del modelo que se adopte en las reformas. El ritmo de aprovechamiento del shale gas mexicano será lento. Este reto no ha sido discutido en México. Se habla de los reacomodos del mercado de gas natural como fenómeno de corto plazo, referido a los precios presentes. Mientras tanto, el desabasto de gas natural se convierte en tema central de la política industrial. ¿Quién pagará el sobreprecio del gas natural licuado (LNG) en las escasas terminales de regasificación del país? En el capítulo IV se presenta el balance de exportaciones e importaciones de gas natural de América del norte. El reto de México a mediano plazo se perfila como la necesidad de desarrollar su propia industria gasera y extender las redes de gasoductos y de electricidad, hasta unir el sur y el norte del país, desarrollando simultáneamente la región oeste en la costa del Pacífico. Con el gas natural como punta de lanza, la industria energética irá configurando una nueva geografía industrial. Ahora corresponde al sistema político crear las condiciones institucionales para que esa dinámica se extienda por todo el territorio nacional. En el capítulo V se abordan algunas implicaciones y retos para los países de Centroamérica. Se discute la posibilidad de consolidar consorcios regionales sólidos, capaces de negociar contratos con México para abastecer gas natural a largo plazo, además de financiar los gasoductos necesarios. También se analizan algunos escenarios favorables en el caso de la negociación de suministros de gas natural en el marco de los tratados de libre comercio que los países de dicha subregión tienen con los Estados Unidos.
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