996 resultados para Peregrinos y peregrinaciones-Roma
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Sign.: [calderon]8, 2[calderón]4, A-Nn8, Oo4
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En este capítulo se reflexiona sobre la evolución en el siglo XIX de lo que en Italia solían llamar scienza delle construzioni. En dos palabras: se trata de la aplicación de modelos de cálculo basados en la mecánica racional para determinar la seguridad de las construcciones. En este sentido, el XIX ofrece un cambio radical respecto al panorama de siglos anteriores, en los que lo fundamental era la experiencia constructiva y el proceso lento; lento tanto en la formación de técnicos como en la materialización de obras, donde la falta de herramientas de cálculo para prever comportamientos condujo en ocasiones al uso de modelos físicos a escala reducida para demostrar la seguridad de las construcciones o la factibilidad de su proceso edilicio. El capítulo se refiere exclusivamente a modelos abstractos (ni siquiera a los ensayos de laboratorio que pusieron de manifiesto nuevos fenómenos), a pesar de lo cual conviene arrancar con cuatro ejemplos reales, uno por cada cuarto de siglo que pongan de manifiesto los cambios de enfoques producidos en la construcción El primero es una celebrada estructura de madera cuya seguridad fue comprobada mediante ensayos sobre elementos a escala real. Insuperable en la elegancia de su diseño, el segundo, el viaducto de las Cabrillas (1851), fue proyectado y construido en piedra por Lucio del Valle en la cuesta de Contreras. El tercer ejemplo podría ser un puente colgante o «colgado», como se denominaban en la época, de los numerosos que se construyeron en España en la segunda mitad de siglo, pero, por su envergadura y tipología, se ha decidido escoger un caso más tardío: el viaducto del Salado, en la línea de ferrocarril Linares-Almería, proyecto de José Olano (1897) llevado a cabo por la compañía Fives-Lille. El proceso de lanzamiento por empuje hasta entroncar con el túnel del estribo izquierdo fue presenciado en enero de 1899 por un grupo de alumnos de la Escuela de Caminos encabezados por su director, Rogelio Inchaurrandieta, y diferentes profesores, entre los que se encontraban Serafín Freart, encargado de Mecánica Aplicada, y Luis Gaztelu, profesor de Puentes. Con sus pilas de alrededor de 110 m de altura y sus vanos de otro tanto, es un buen ejemplo de lo que] avier Mantero la llama «la gran invención de todo el siglo XIX: la viga en celosía, invención de tanta o mayor trascendencia que la bóveda de piedra para el arco" (Manterola, 2006. Aunque las cerchas de bronce del Panteón de Roma, debidas a Apolodoro de Damasco, o los esquemas de Palladio y las cubiertas de inglesias góticas son precursores de esta tipología (Mainstone, 1975), está laro que sólo en el siglo XIX el cálculo permitió racionalizar los diseños y alcanzar la simplicidad y efectividad que Manterola reconoce como invención. Finalmente, se hace referencia al puente de Golbardo en Santander, uno de los primeros de hormigón armado en España (1900). Este material llegará a su pleno desarrollo en el siglo XX, no sin vencer la desconfianza de sucesivas generaciones. En resumen, a los materiales clásicos, madera y piedra, se añaden en el siglo XIX los hierros y aceros, así como finalmente, el hormigón. Ello motiva una reconsideración de la tipología, de las ideas sobre seguridad estructural, sobre los métodos constructivos y sobre el cálculo que produce la gran eclosión en la representación abstracta del comportamiento de las construcciones, lo cual sólo es posible gracias al progreso de las ciencias. En este capítulo se intentará, en un primer apartado, resumir la experiencia teórica hasta que Coulomb escribe su magistral ensayo. A continuación se tratarán someramente las diferentes líneas de trabajo generadas en países extranjeros y, finalmente, se dará una visión personal de los esfuerzos llevados a cabo en España, que, aún disponiendo de centros docentes perfectamente conectados con lo que sucedía en el extranjero, no fue capaz de generar ninguna aportación original al debate internacional.
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Índice
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Colofón en h. 234 v.
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Texto paralelo del Breve en latín y español
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Mención de traducción consta en texto
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Pie de imp. consta en col
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Contiene: Apéndice de documentos al juicio imparcial sobre el Monitorio de Roma publicado contra las regalias de Parma.
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Gaspár de Bono fue beatificado en 1786
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Es, en el encuentro de los edificios con el terreno, donde el suelo como realidad se transforma en cualidad arquitectónica. La presente tesis aborda el estudio del plano del suelo, haciendo una revisión crítica de la arquitectura como mecanismo de pensamiento proyectual. Este análisis se enmarca a partir de los años sesenta, por considerar que es cuando comienza a evidenciarse la ruptura respecto a la herencia del Movimiento Moderno. Es entonces cuando la arquitectura marca un punto de inflexión, y empiezan a surgir diferentes actitudes metodológicas respecto al suelo, totalmente nuevas. Las clásicas acciones de encuentro como posar, elevar o enterrar fueron poco a poco sustituidas por otras más complejas como plegar, inclinar o esponjar. Utilizando como marco de restricción los encuentros o desencuentros del objeto arquitectónico con el terreno, se analiza el suelo como estrategia arquitectónica tratando de demostrar como su manipulación puede ser una eficaz herramienta con la que establecer relaciones específicas con el lugar. La capacidad que presenta el suelo, como elemento arquitectónico, de explorar y modificar las características de cada entorno, hacen de esta superficie una eficiente forma de contextualización. Por tanto, la manipulación del suelo que aquí se plantea, opera transcodificando los elementos específicos de cada lugar y actúa como estrategia arquitectónica que pone en relación al edificio con el contexto, modificando las particularidades formales de dicho plano. Frente a la tendencia que reduce la expresión arquitectónica a una simple apariencia formal autónoma, se plantea la manipulación del plano del suelo como mecanismo de enraizamiento con el lugar, enfatizando para ello la condición terrestre de la arquitectura. El plano del suelo es el que ata al edificio mediante la gravedad a la corteza terrestre. En realidad se trata de realzar el carácter mediador del suelo en la arquitectura, definiendo para ello el establecimiento de elementos comunes entre realidades distintas, potenciando el valor del suelo como herramienta que puede transcodificar el entorno, trasformando su datos en elementos arquitectónicos concretos. En este proceso de traducción de información, el suelo pasa de ser un objeto pasivo a ser uno operativo, convirtiéndose en parte activa de las acciones que sobre él se ejercen. La tesis tiene también como propósito demostrar cómo, la clave de la rápida evolución que el suelo como estrategia arquitectónica ha sufrido en los últimos años, mucho debe a la expansión del suelo en otras artes como en la escultura, y mas concretamente en el landart. Surgen entonces nuevas disciplinas, en las que se propone la comprensión del lugar en los proyectos desarrollando una visión integral del mundo natural, convirtiéndolo en un tejido viviente y conector que pone en relación las actividades que sustenta. También encontramos en Utzon, y sus plataformas geológicas, al precursor de la importancia que más tarde se le daría al plano del suelo en la arquitectura, ya que inicia cierta actitud crítica, que hizo avanzar hacia una arquitectura más expresiva que requería nuevos mecanismos que la relacionasen con el suelo que los soportaba, proponiendo con sus plataformas una transformación infraestructural del suelo. Con su interpretación transcultural de las estructuras espaciales arquetípicas mayas, chinas y japonesas, irá enriqueciendo el panorama arquitectónico, adquiriendo de este modo más valor el contexto que acabará por ser entendido de forma más compleja. Los proyectos de arquitectura en muchas ocasiones se han convertido en territorios propicios de especulación donde construir teoría arquitectónica. Desde este contexto se analizan cuatro estrategias de suelo a través del estudio de cuatro posiciones arquitectónicas muy significativas desde el punto de vista de la manipulación del plano del suelo, que construyen una interesante metodología proyectual con la que operar. Los casos de estudio, propuestos son; la Terminal Pasajeros (1996-2002) en Yokohama del estudio FOA, la Casa de la Música (1999-2005) de OMA en Oporto, el Memorial Judío (1998-2005) de Berlín de Peter Eisenman, y por último el Museo MAXXI (1998-2009) de Zaha Hadid en Roma. Descubrir las reglas, referencias y metodologías que cada uno nos propone, nos permite descubrir cuáles son los principales posicionamientos en relación al proyecto y su relación con el lugar. Las propuestas aquí expuestas abordan una nueva forma de entender el suelo, que hizo avanzar a la arquitectura hacia nuevos modos de encuentro con el terreno. Nos permite también establecer cuáles son las principales aportaciones arquitectónicas del suelo, como estrategia arquitectónica, que han derivado en su reformulación. Dichas contribuciones abren nuevas formas de abordar la arquitectura basadas en el movimiento y en la flexibilidad funcional, o en la superposición de flujos de información y circulación. También plantean nuevas vías desdibujando la figura contra el fondo, y refuerzan la idea del suelo como plataforma infraestructural que ya había sido enunciada por Utzon. Se trata en definitiva de proponer la exploración de la superficie del suelo como el elemento más revelador de las formas emergentes del espacio. ABSTRACT Where the building hits the ground, it is where the latter as reality becomes architectural quality. This thesis presents the study of the ground plane, making a critical review of architecture as a mechanism of projectual thought. This analysis starts from the sixties, because it is when the break begins to be demonstrated with regard to the inheritance of the Modern Movement. It is then when architecture marks a point of inflexion, and different, completely new methodological attitudes to the ground start to emerge. The classic meeting action like place, raise or bury are gradually replaced by more complex operations such as fold, bend or fluff up. Framing it within the meetings or disagreements between architectural object and ground, we analyzed it as architectural strategy trying to show how handling can be an effective tool to establish a specific relationship with the place. The capacity ground has, as an architectural element, to explore and modify the characteristics of each environment, makes this area an efficient tool for contextualization. Therefore, the manipulation of ground that is analyzed here, operates transcoding the specifics of each place and acts as architectural strategy that relates to the building with the context, modifying the structural peculiarities of such plane. Opposite to the reductive tendency of the architectural expression to a simple formal autonomous appearance, the manipulation of the ground plane is considered as a rooting mechanism place that emphasises the earthly condition of architecture. The ground plane is the one that binds the building by gravity to the earth’s crust. In fact, it tries to study the mediating character of the ground in architecture, defining for it to establish commonalities among different realities, enhancing the value of the ground as a tool that can transcode the environment, transforming its data into specific architectural elements. In this process of translating information, the ground goes from being a liability, to become active part of the actions exerted on the object. The thesis also tries to demonstrate how the key of the rapid evolution that the ground likes architectural strategy has gone through recently, much due to its use expansion in other arts such as sculpture. New disciplines arise then, in which one proposes the local understanding in the projects, developing an integral vision of the natural world and turning it into an element linking the activities it supports. We also find in Utzon, and his geological platforms, the precursor of the importance that later would be given to the ground plane in architecture, since it initiates a certain critical attitude, which advances towards a more expressive architecture, with new mechanisms that relate to the ground that it sits in, proposing with its platforms an infrastructural transformation of the ground. With his transcultural interpretation of the spatial archetypal structures, he will enrich the architectural discourse, making the context become understood in more complex ways. Architectural projects in many cases have become territories prone to architectural theory speculation. Within this context, four strategies are analyzed through the study of four very significant architectural positions, from the point of view of handling the ground plane, and the project methodology within which to operate. The case studies analyzed are; Passenger Terminal (1996-2002) in Yokohama from FOA, The House of the music (1999-2005) the OMA in Oporto, The Jew monument (1998-2005) in Berlin the Peter Eisenman, and finally the MAXXI Museum (1998-2009) the Zaha Hadid in Rome. Discovering the rules, references and methodologies that each of those offer, it allows to discover what the main positions are regarding the building and its relationship with the place where it is located. The proposals exposed here try to shed a different light on the ground, which architecture advancing in new ways on how meet it. The crossing of the different studied positions, allows us to establish what the main contributions of ground as architectural strategy are. Such contributions open up new approaches to architecture based on movement and functional flexibility, overlapping information flow and circulation, consider new ways that blur the figure against the background, and reinforce the idea of ground as infrastructural platform, already raised by Utzon. Summarizing, it tries to propose the exploration of the ground plane as the most revealing form of spatial exploration.
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Incipit : "Reverendissimo in Cristo... sedis Generalis Archiepiscopus Valentinus"
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La obra de Julio Lafuente es extraordinariamente abundante y heterogenea, de un experimentalismo tan admirable en casos particulares como difícilmente caracterizable en su conjunto. El inventario ha revelado la existencia de más de 360 proyectos, de los que cerca de 200 están construidos, e incluye obras de arquitectura, urbanismo, escenografía y mobiliario, muchas de ellas reconocidas internacionalmente y profusamente publicadas entre 1950 y 1980. Es decir, nos encontramos ante un panorama de producción, divulgación y reconocimiento de su obra en el pasado reciente que contrasta con el actual desconocimiento de la misma. Situación que esta tesis doctoral pretende revertir. La investigación se articula en dos partes. La primera de ellas constituye el núcleo argumental y se compone de cuatro capítulos que permiten comprender el carácter de la obra de Julio Lafuente: su biografía profesional, una panorámica contextualizada de su obra, el estudio en profundidad de dos obras escogidas y la revisión transversal de los aspectos más relevantes en su arquitectura. Este primer volumen incluye dos capítulos adicionales: una bibliografía exhaustiva de sus obras y la traducción de publicaciones específicas coetáneas, recogidas en un anexo. La segunda parte consiste en una catalogación de la obra de Julio Lafuente, inexistente hasta la fecha, desarrollada por la autora en paralelo a su participación en la realización del Archivo de Julio Lafuente en Roma, lo que ha facilitado el acceso directo a la documentación original. Una revisión panorámica de diversas obras de Lafuente en relación con otras obras y corrientes de pensamiento coetáneas ha permitido comprender la pertenencia inequívoca de la obra de Julio Lafuente a su contexto: fundamentalmente, la Italia del período comprendido entre 1950 y 1980, un contexto del que se nutre y al que contribuye sin descanso. La mayor parte de la abundante obra arquitectónica de Lafuente se dedica al desarrollo de edificios de vivienda, normalmente construidos en los ensanches de Roma. En el conjunto de esta prolija trayectoria sobresalen, sin embargo, algunos logros extraordinarios que han permitido apoyar el desarrollo argumental de la investigación. Entre ellos, se han escogido para su estudio en profundidad dos obras —el hotel en la roca (1967), en Gozo (Malta) y el hipódromo de Tor di Valle (1959), en Roma—, que constituyen sendos casos singulares en los que Lafuente alcanza las cotas más altas de coherencia, significación y calidad arquitectónica, y que caracterizan el marco en el que se desarrolla la investigación: entre la utopía y la construcción. Al mismo tiempo, se trata de dos obras complementarias que llevan al extremo algunos de los aspectos a los que Julio Lafuente presta más atención en el conjunto de su obra, como la relación con el lugar, la invención estructural o el cuidado de los detalles constructivos. Estos rasgos se han revisado de un modo transversal en el último capítulo, incidiendo en algunos casos particulares que, a modo de metonimia, han permitido tomar la parte por el todo. La investigación confirma el compromiso de la obra de Lafuente con la lógica constructiva, si bien la componente idealizada se reconoce, aunque en un tono menor respecto al empeño constructivo, en una gran parte su arquitectura. Esta tendencia a la idealización es, posiblemente, una de las razones que ha llevado a quienes hasta hoy han escrito sobre su obra, a especular con las ideas de invención y utopía en la arquitectura de Julio Lafuente. El catálogo inédito de la obra de Julio Lafuente constituye la segunda parte de la tesis doctoral y permite realizar consultas posteriores que puedan dar continuidad a la investigación aquí iniciada. ABSTRACT The architectural work of Julio Lafuente is extraordinary wide and heterogeneous, of so admirable experimentalism in particular cases as difficult to be characterized as a whole. The inventory of his work has revealed the existence of more than 360 projects, of which about 200 are built, including works of architecture, urban planning, scenery and furniture, many of which were internationally recognized and widely published between 1950 and 1980. This overview of production, spread and recognition of his work in the recent past hugely contrasts with the current lack of knowledge of it. Situation that this PhD thesis aims to reverse. The thesis is divided into two parts. The first part is the core argument and comprises four sections that provide insights into the nature of the work of Julio Lafuente: professional biography, a contextualized view of his work, in-depth study of two selected works and cross review of the most relevant aspects in his architecture. This volume includes an exhaustive bibliography and translation of contemporaneous specific publications, incorporated in an annex. The second part consists of a catalog of the work of Julio Lafuente, non-existent to date, developed in parallel with the participation of the author in the making process of the Archive of Julio Lafuente in Rome, which has provided access to the original documentation. Research develops a wide-ranging approach to the architecture of Julio Lafuente in its context. To this purpose, various of his works have been reviewed in relation to other contemporary works, which have revealed a direct attachment of Lafuente’s work to its context: mainly Italy, for the period between 1950 and 1980. Most of his wide architectural work is related to housing projects, usually built in the extensions of Rome. In this broad regular work, however, highlight some outstanding achievements which have given support to the research argumental line. Among them, two works have been selected for an in-depth study: the hotel in the Maltese rock of Gozo (1967) and the Tor di Valle racecourse building (1959) in Rome. Both are individual cases in which Lafuente reaches the highest levels of coherence, significance and architectural quality, and both characterize the frame in which this research takes place: between utopia and construction. These selected projects are two complementary works that embody some of the aspects to which Julio Lafuente pays more attention, such as the experiencing of place, the structural invention or concern for construction details, among others. These features have been reviewed through a transversal regard in the last chapter, focusing on some particular cases, in the way in which metonymy is used, allowing to take the part for the whole. Research confirms that the work of Julio Lafuente stands out for its commitment to construction logic, while the idealized component is recognized, although in a minor key with respect to constructive engagement, in most of his architecture from the beginning to his latest proposals. This tendency to idealization is probably one of the reasons that has often led to those who have written about him, to speculate on the ideas of invention and utopia in the work of Julio Lafuente. The unpublished catalog of the work of Julio Lafuente, which constitutes the second part of the thesis, presents the architectural work of Julio Lafuente and allows further research that could continue the one started here.
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La escalera de caracol es uno de los elementos que mejor define la evolución de la construcción pétrea a lo largo de nuestra historia moderna. El movimiento helicoidal de las piezas de una escalera muestra, con frecuencia, el virtuosismo que alcanzaron los maestros del arte de la cantería y la plasticidad, expresividad y ligereza de sus obras. A pesar de su origen exclusivamente utilitario y de su ubicación secundaria, se convertirán en signo de maestría y en elementos protagonistas del espacio que recorren y de la composición de los edificios, como es el caso de las grande vis de los Châteaux franceses del XVI como Blois, Chateaudun o Chambord o los schlosses alemanes como el de Hartenfels en Torgau. Este protagonismo queda patente en los tratados y manuscritos de cantería, elaborados fundamentalmente en España y Francia, a partir del siglo XVI que recogen un gran número de variantes de escaleras de caracol entre sus folios. Breve historia de la escalera de Caracol Los ejemplos más antiguos conocidos de escaleras de caracol en Occidente provienen de los primeros siglos de nuestra era y están asociados a construcciones de tipo conmemorativo, funerario o civil, romanas. Destaca de entre ellas la columna trajana, construida en el 113 por Apolodoro de Damasco en los Foros de Roma. Esta columna, conservada en la actualidad, fue profusamente representada por los tratados de arquitectura desde el Renacimento como el de Serlio, Caramuel, Piranesi, Rondelet y, más recientemente, Canina. Choisy describe en El arte de construir en Bizancio un grupo de escaleras de caracol cubiertas por bóvedas helicoidales y construidas entre el siglo IV y VIII; a esta misma época pertenecen otras escaleras con bóvedas aparejadas de forma desigual con sillarejos y sillares de pequeño tamaño sin reglas de traba claras, pensadas al igual que las de Choisy para ser revestidas con un mortero. Herederas de estas bóvedas de la antigüedad son las escaleras de caracol de la Edad Media. Así las describe Viollet le Duc: “compuestas por un machón construido en cantería, con caja perimetral circular, bóveda helicoidal construida en piedra sin aparejar, que se apoya en el machón y sobre el paramento circular interior. Estas bóvedas soportan los peldaños en los que las aristas son trazadas siguiendo los radios del círculo”. En esta misma época, siglos XI y XII, se construyen un grupo de escaleras de caracol abovedadas en piedra de cantería vista: las de la torre oeste de Notre Dame des Doms en Avignon, las de la tour de Roi, de Évêque y Bermonde de los Chateaux de Uzés, las gemelas de las torres de la Catedral Saint Théodorit de Uzés y la conocida escalera del transepto de la Abadía de Saint Gilles. Ésta última dará el nombre a uno de los modelos estereotómicos de mayor complejidad del art du trait o arte de la cantería: la vis Saint Gilles, que aparece en la mayoría de los textos dedicados al corte de piedras en España y Francia. La perfección y dificultad de su trazado hizo que, durante siglos, esta escalera de caracol fuera lugar de peregrinación de canteros y se convirtiera en el arquetipo de un modelo representado con profusión en los tratados hasta el siglo XIX. A partir del siglo XIII, será el husillo el tipo de escalera curva que dará respuesta a las intenciones de la arquitectura a la “moderna” o gótica. Estas escaleras con machón central se generalizarán, insertándose en un complejo sistema de circulaciones de servicio, que conectaban por completo, en horizontal y vertical, los edificios. Estos pasadizos horizontales y estas conexiones verticales, hábilmente incorporadas en el espesor de contrafuertes, machones, esquinas, etc, serán una innovación específicamente gótica, como señala Fitchen. La pieza de peldaño, que se fabrica casi “en serie” reflejará fielmente el espíritu racional y funcionalista de la arquitectura gótica. Inicialmente los peldaños serán prismáticos, sin labrar por su cara interior; después, éstos darán paso a escaleras más amables con los helicoides reglados formando su intradós. Insertos en construcciones góticas y en convivencia con husillos, encontramos algunos ejemplos de escaleras abovedadas en el siglo XIII y XIV. Estamos hablando de la escalera de la torre este del Castillo de Maniace en Siracusa, Sicilia y la escalera de la torre norte del transepto de la Catedral de Barcelona. En ambos casos, los caracoles se pueden relacionar con el tipo vis de Saint Gilles, pero incorporan invariantes de la construcción gótica que les hace mantener una relación tipológica y constructiva con los husillos elaborados en la misma época. En la segunda mitad del siglo XV aparecen, vinculadas al ámbito mediterráneo, un conjunto de escaleras en las que el machón central se desplaza transformándose en una moldura perimetral y dejando su lugar a un espacio hueco que permite el paso de la luz. Los tratados manuscritos de cantería que circulan en el XVI y XVII por España recogen el modelo con su denominación: caracol de Mallorca. Varios autores han mantenido la tesis de que el nombre proviene de la escalera situada en la torre noroeste de la Lonja de Palma de Mallorca. Los Manuscritos y tratados de Cantería y las escaleras de caracol Coincidiendo con la apertura intelectual que propicia el Renacimiento se publican algunos tratados de arquitectura que contienen capítulos dedicados al corte de las piedras. El primero de ellos es Le premier tome de l’Architecture de Philibert de L’Orme, publicado en 1567 en Francia. En España tenemos constancia de la existencia de numerosos cuadernos profesionales que circulaban entre los canteros. Varias copias de estos manuscritos han llegado hasta nuestros días. Los más completos son sin duda, las dos copias que se conservan del tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira, una en la Biblioteca Nacional y otra en la Biblioteca de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y el manuscrito titulado Cerramientos y trazas de Montea de Ginés Martínez de Aranda. Todas estas colecciones de aparejos, con excepción de la atribuida a Pedro de Albiz, presentan trazas de escaleras de caracol. En los siglos XVII y XVIII los textos en España más interesantes para nuestras investigaciones son, como en el XVI, manuscritos que no llegaron a ver la imprenta. Entre ellos destacan De l’art del picapedrer de Joseph Gelabert y el Cuaderno de Arquitectura de Juan de Portor y Castro. Estos dos textos, que contienen varios aparejos de caracoles, están claramente vinculados con la práctica constructiva a diferencia de los textos impresos del XVIII, como los del Padre Tosca o el de Juan García Berruguilla, que dedican algunos capítulos a cortes de Cantería entre los que incluyen trazas de escaleras, pero desde un punto de vista más teórico. Podemos agrupar las trazas recogidas en los manuscritos y tratados en cinco grandes grupos: el caracol de husillo, el caracol de Mallorca, los caracoles abovedados, los caracoles exentos y los caracoles dobles. El husillo, de procedencia gótica, permanece en la mayoría de nuestros textos con diferentes denominaciones: caracol de husillo, caracol de nabo redondo o caracol macho. Se seguirá construyendo con frecuencia durante todo el periodo de la Edad Moderna. Los ejemplares más bellos presentan el intradós labrado formando un helicoide cilíndrico recto como es el caso del husillo del Monasterio de la Vid o el de la Catedral de Salamanca o un helicoide axial recto como en el de la Capilla de la Comunión en la Catedral de Santiago de Compostela. La diferencia estriba en la unión del intradós y el machón central: una amable tangencia en el primer caso o un encuentro marcado por una hélice en el segundo. El segundo tipo de caracol presente en casi todos los autores es el caracol de Mallorca. Vandelvira, Martínez de Aranda, y posteriormente Portor y Castro lo estudian con detenimiento. Gelabert, a mediados del siglo XVII, nos recordará su origen mediterráneo al presentar el que denomina Caracol de ojo abierto. El Caracol de Mallorca también estará presente en colecciones de aparejos como las atribuidas a Alonso de Guardia y Juan de Aguirre, ambas depositadas en la Biblioteca Nacional y en las compilaciones técnicas del siglo XVIII, de fuerte influencia francesa, aunque en este caso ya sin conservar su apelación original. El Caracol que dicen de Mallorca se extiende por todo el territorio peninsular de la mano de los principales maestros de la cantería. Los helicoides labrados con exquisita exactitud, acompañados de armoniosas molduras, servirán de acceso a espacios más representativos como bibliotecas, archivos, salas, etc. Es la escalera de la luz, como nos recuerda su apelación francesa, vis a jour. Precisamente en Francia, coincidiendo con el renacimiento de la arquitectura clásica se realizan una serie de escaleras de caracol abovedadas, en vis de Saint Gilles. Los tratados franceses, comenzando por De L’Orme, y siguiendo por, Jousse, Derand, Milliet Dechales, De la Hire, De la Rue, Frezier, Rondelet, Adhémar o Leroy, entre otros, recogen en sus escritos el modelo y coinciden en reconocer la dificultad de su trazado y el prestigio que adquirían los canteros al elaborar este tipo de escaleras. El modelo llega nuestras tierras en un momento histórico de productivo intercambio cultural y profesional entre Francia y España. Vandelvira, Martínez de Aranda y Portor y Castro analizan en sus tratados la “vía de San Gil”. En la provincia de Cádiz, en la Iglesia Mayor de Medina Sidonia, se construirá el más perfecto de los caracoles abovedados de la España renacentista. También en la provincia de Cádiz y vinculadas, posiblemente, a los mismos maestros encontramos un curioso grupo de escaleras abovedadas con generatriz circular horizontal. A pesar del extenso catálogo de escaleras presentes en la tratadística española, no aparece ninguna que muestre una mínima relación con ellas. Desde el punto de vista de la geometría, estamos ante uno de los tipos de escaleras que describe Choisy en El arte de construir en Bizancio. Se trata de escaleras abovedadas construidas por hojas y lechos horizontales. Los caracoles abovedados tendrán también su versión poligonal: la vis Saint Gilles quarré o el caracol de emperadores cuadrado en su versión vandelviresca. Las soluciones que dibujan los tratados son de planta cuadrada, pero la ejecución será poligonal en los raros ejemplos construidos, que se encuentran exclusivamente en Francia. Su geometría es compleja: el intradós es una superficie reglada alabeada denominada cilindroide; su trazado requiere una habilidad extrema y al ser un tanto innecesaria desde el punto de vista funcional, fue muy poco construida. Otro tipo de escalera habitual es la que Vandelvira y Martínez de Aranda denominan en sus tratados “caracol exento”. Se trata de una escalera volada alrededor de un pilar, sin apoyo en una caja perimetral y que, por lo tanto, debe trabajar en ménsula. Su función fue servir de acceso a espacios de reducidas dimensiones como púlpitos, órganos o coros. Encontramos ejemplos de estos caracoles exentos en el púlpito de la catedral de Viena y en España, en la subida al coro de la Iglesia arciprestal de Morella en Valencia. El largo repertorio de escaleras de caracol prosigue en los tratados y en las múltiples soluciones que encontramos en arquitecturas civiles y religiosas en toda Europa. Hasta varios caracoles en una sola caja: dobles e incluso triples. Dobles como el conocido de Chambord, o el doble husillo del Convento de Santo Domingo en Valencia, rematado por un caracol de Mallorca; triples como la triple escalera del Convento de Santo Domingo de Bonaval en Santiago de Compostela. La tratadística española recogerá dos tipos de caracoles dobles, el ya comentado en una sola caja, en versiones con y sin machón central, definidos por Martínez de Aranda, Juan de Aguirre, Alonso de Guardia y Joseph Gelabert y el caracol doble formado por dos cajas diferentes y coaxiales. Vandelvira lo define como Caracol de Emperadores. Será el único tipo de caracol que recoja Cristobal de Rojas en su Teoría y Práctica de Fortificación. No hay duda que las escaleras de caracol han formado parte de un privilegiado grupo de elementos constructivos en constante evolución e investigación a lo largo de la historia de la arquitectura en piedra. Desde el cantero más humilde hasta los grandes maestros catedralicios las construyeron y, en muchos casos, crearon modelos nuevos en los pergaminos de sus propias colecciones o directamente sobre la piedra. Estos modelos casi experimentales sirvieron para encontrar trabajo o demostrar un grado de profesionalidad a sus autores, que les hiciera, al mismo tiempo, ganarse el respeto de sus compañeros. Gracias a esto, se inició un proceso ese proceso de investigación y evolución que produjo una diversidad en los tipos, sin precedentes en otros elementos similares, y la transferencia de procedimientos dentro del arte de la cantería. Los grandes autores del mundo de la piedra propusieron multitud de tipos y variantes, sin embargo, el modelo de estereotomía tradicionalmente considerado más complejo y más admirado es un caracol de reducidas dimensiones construido en el siglo XII: la Vis de Saint Gilles. Posiblemente ahí es donde reside la grandeza de este arte.
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La tesis plantea el estudio de la figura de Fernando García Mercadal (1896- 1985) y su obra, en el contexto del proyecto moderno perteneciente a la racionalidad teórica colectiva de la segunda generación del Movimiento Moderno en Europa, y explora la vida y circunstancias de un arquitecto que aunque nacido en el XIX, trajo la modernidad a España. El Movimiento Moderno en España, se articula en las décadas de los años 20 y 30 a través del GATEPAC y un grupo de arquitectos racionalistas en Madrid que Carlos Flores denomina Generación del 1925. Fernando García Mercadal, primero de su promoción en 1921 y pensionado en Roma, pertenece a ambos y pronto se convierte junto con Josep Lluis Sert, en una de las figuras más relevantes del panorama moderno español. Único miembro fundador del GATEPAC que había nacido en el siglo XIX, publica habitualmente en la revista AC (1931-1937), y en la revista Arquitectura desde 1920. Organiza en la Residencia de Estudiantes, entre 1928 y 1932, un famoso ciclo de Conferencias que imparten Le Corbusier, Mendelsohn, Van Doesburg, Gropius y Giedion. También asiste a la reunión constituyente de los CIAM en La Sarraz en 1928, al CIAM II en Frankfurt en 1929 y al CIAM III en Bruselas en 1930. Fue profesor en la Escuela de Arquitectura de Madrid y Arquitecto Jefe de la Oficina de Urbanismo y de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid, cargo al que accede por oposición en 1932. Tras la guerra fue depurado e inhabilitado profesionalmente, hasta que en 1946 comienza a trabajar en el Departamento de Arquitectura del I.N.P. donde continúa hasta los años 70. En 1979 es nombrado Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y muere en Madrid en 1985. Estos son los datos conocidos y aunque en la tesis se aportan nuevos datos inéditos, es en las premisas para su interpretación donde este trabajo de investigación pone el acento. En la historiografía de nuestra arquitectura moderna, pervive una tendencia a suponer una desconexión entre la vanguardia arquitectónica en los años 20 y 30 y el movimiento moderno internacional. El manto de silencio que cayó sobre la generación anterior a la guerra, una vez terminada esta, contribuye a reforzar la idea, cuyo origen y causas exceden el ámbito de trabajo, aunque se tratarán tangencialmente por ser ineludible hacerlo. La tesis pone en cuestión ese planteamiento desde el convencimiento fundamentado en los datos y en la consulta de fuentes originales, que la arquitectura española anterior a la guerra, aun con las circunstancias particulares del país, estuvo en sintonía con la europea, siendo esta la hipótesis de partida de la investigación. Las aportaciones más significativas que, a mi entender, presenta la tesis doctoral, y tienen mayor originalidad, son las siguientes; 1.Puesta en valor de la arquitectura de FGM, antes y después de la guerra, abandonando la idea de su supuesta renuncia a las ideas modernas a partir de los 30; 2. Puesta en valor, con aportación de datos concretos, de la Intensa relación mantenida por FGM y otros arquitectos españoles del Movimiento Moderno con los arquitectos de igual tendencia en el resto de Europa, a través de contactos recíprocos y continuos; 3. Estudio de la obra de FGM en el marco del Movimiento Moderno como una nueva arquitectura basada no tanto en la epidermis, como en una forma de hacer y encarar los problemas donde el proceso es tan importante como el resultado; con el Urbanismo como una nueva ciencia, y con el desarrollo de nuevos programas funcionales acordes a las necesidades de la sociedad contemporánea como el Rincón de Goya y el Hospital de Zaragoza. Se manejan tres métodos de trabajo. Los dos primeros aportan un nuevo enfoque al análisis crítico de FGM y su obra, situándole en el contexto internacional, además del español. El tercero, de carácter instrumental, permite el manejo y sistematización de la documentación. El primer método, consiste en aplicar el criterio generacional de Pevsner o Giedion entre otros, al Movimiento Moderno en España, situando a Fernando García Mercadal como arquitecto de la segunda generación, para hacer un análisis crítico comparativo de su trayectoria con otros arquitectos europeos de la misma, que permita establecer semejanzas y diferencias. El segundo método, complementario al anterior, consiste en estudiar las relaciones internacionales de FGM con las figuras más próximas a él y sus posibles influencias. Por último, y en relación con la documentación de obras y proyectos, se manejan a su vez dos criterios. Para la obra completa, y debido a la inexistencia de originales del Legado García Mercadal, se utiliza con carácter general el material ya publicado, disperso en libros y revistas. En el caso de las cinco obras seleccionadas, se completa con búsqueda en archivos, toma de datos in situ actualizados cuando es posible, y una recopilación de su repercusión en prensa escrita de su momento. ABSTRACT This research study focuses on Fernando Garcia Mercadal (1896-1985) and his work in the context of the Modern project as part of the collective theoretical rationality of the second generation of European Modern architecture. It explores the life and circumstances of the architect, who even though born in 19th century introduced Modern architecture in Spain. Modern architecture (Modern Movement) in Spain covered two decades between 20's and 30's through GATEPAC and a group of rationalists in Madrid that Carlos Flores named “generation of '25”. Fernando Garcia Mercadal, top of his class in 1921 and granted with the scholarship in Rome, belonged to both groups and early in his career he became, along with Josep Lluis Sert, one of the most relevant figures of Modern Architecture in Spain. He was the only member of GATEPAC who was born in 19th century. He frequently published on the magazine “AC” (1931-1937) and on “Arquitecture” magazine since 1920. He organized a series of famous lectures at “Residencia de Estudiantes” (Madrid) between 1928 and 1932 in which Le Corbusier, Mendelsohn, Van Doesburg, Gropius or Giedion took part. He was a member of the constituent meeting of CIAM in La Sarraz in 1928, CIAM II in Frankfurt in 1929 and CIAM III in Brussels in 1930. Mercadal was a teacher at Escuela de Arquitectura de Madrid and the Chief of the Urban Planning, Parks and Gardens Office of the Council of Madrid. He earned his position by public examination in 1932. After the civil war he was disqualified professionally until 1946, when he started working at the Architecture Department at INP until 70's. In 1979 he was elected as an academic member of “Real Academia de Bellas Artes de San Fernando” and later died in 1985. These are the well-known facts and even though this research study provides unpublished facts, it focuses on the premises to interpret them. Throughout the historiographical discourse of Spanish Modern architecture there is a tendency to assume a disconnection between the Avant-garde architecture movements in 20's and 30's and International Modern architecture (Modern Movement). The generation preceding the war remained silent in regard to this issue and once the war was over, they contributed to support the disconnection. The origin and cause exceed the frame of this work, even though they are incidentally commented due to its importance. This research study questions the approach explained above, based on the facts and the original sources. Its first hypothesis states that Spanish architecture before the civil war was, under its own circumstances, in tune with European architecture. The most important and original contributions of this research study are the following under my point of view: 1. To highlight the architecture of FGM, before and after the war, leaving behind his reputed withdrawal of Modernity after 30's; 2. To highlight the intense relationship between FGM and other Modern Spanish architects and other European architects sharing the same ideas, providing detailed facts; 3. Study of FGM's work in the context of Modern architecture as a new architecture based on its know-how and the way problems are faced. The process is as important as the result, not so much based on the dermis; with urban planning as the new science and with the development of the new functional programs based on the needs of contemporary society as in Rincón de Goya or Hospital de Zaragoza. Three work methods are used. The first two add a new vision of the critical analysis related to FGM and his work, positioning him in the international context in addition to Spain. The third is used as an instrument to manage and systematize the documentation. The first method applies the generational criteria of Pevsner or Giedion (among others) to Modern architecture in Spain, positioning Fernando Garcia Mercadal as a second generation architect. A critical-comparative analysis of his career and contemporary European architects is made to establish similarities and differences. The second method is complementary to the previous one and studies the international relationships of FGM with other recognised architects that were close to him and their possible influences. At last, in relation to his works and projects, two methods are used. For the complete works, due to the lack of originals, published material found on magazines and books is used as the source. In the case of the five selected buildings, it is complemented with archive search, onsite data collection when possible and the impact on the press at that moment.
Resumo:
La posición de la Santa Sede ante el conflicto español que se desencadena tras el golpe de estado fallido del 17 de julio de 1936 fue de gran cautela, cautela que no fue entendida por los refugiados católicos en Roma que habían huido de la tremenda persecución religiosa desatada en la zona republicana, ni por la diplomacia del bando nacional que desplazó a Roma al Marqués de Magaz y consiguió desplazar al Embajador de la República Luis Zulueta. El pésimo hacer diplomático del Marqués de Magaz, unido a la actuación expeditiva del gobierno nacional contra el obispo de Vitoria y el fusilamiento sumario por el bando nacional de varios sacerdotes que apoyaban al Partido Nacionalista Vasco hizo que en la Santa Sede se empezase a considerar a los dos bandos de forma bastante similar. En esta situación, el viaje a Roma en diciembre de 1936 del Cardenal Isidro Gomá consiguió enderezar la situación en un sentido algo más favorable para el bando nacional