960 resultados para Culto del gaucho
Resumo:
En occidente, el verdadero elogio del trabajo comienza con Hesíodo en Los trabajos y los días. Han transcurrido al menos dos siglos y ya han quedado a un lado los temas clásicos de Homero. El culto del heroísmo, la nobleza del coraje, la gloria en la batalla, la honra de morir en el combate, todavía están vigentes, por supuesto; pero la joven cultura griega ya se ha abierto camino, ha definido algunas de sus fronteras y ahora, Grecia exige de sus habitantes una vida de trabajo. El poema didáctico y campesino de Hesíodo viene a decir, después de Homero, que no sólo de heroísmo vive el hombre o, lo que es aún mejor, que elheroísmo no se encuentra únicamente en los ruidosos combates de los caballeros nobles frente a Troya. También es heroica la lucha tenaz y silenciosa de los trabajadores con la dura tierra. En este sentido, sitúa en lo más alto la estimación del trabajo. Se trata de la areté del trabajador y, su contraparte, la condena de la pereza: Por otra parte, la Odisea de Homero es una hermosa metáfora del retorno de la conciencia occidental sobre sí misma. Las aventuras de Odiseo son, en este sentido, las peligrosas tentaciones que pueden desviar al sujeto de su lógica. Y, como los héroes de todas las novelas que le siguieron, Odiseo se abandona una y otra vez a las aventuras; se deja llevar, se zambulle, se pierde en ellas para reencontrarse. Si se trata de las toxicomanías, la aventura que nos interesa es una de las primeras de la Odisea, el encuentro del héroe con los lotófagos, los comedores de la flor de loto. Aquellos que prueban ese 'florido manjar' están perdidos. Para Hegel, son los animales quienes están fijados a una repetición sin cambio. Puesto que no pueden hacer otra cosa con el objeto que consumirlo directamente, están condenados a lo mismo. La sabiduría humana, en cambio, se encuentra en rechazar la inmediatez; esto es lo que lo hace hombre: el hecho de poder inhibir ese movimiento, poder rechazar el consumo directo del objeto y hacerlo entrar en la dialéctica del intercambio. A diferencia de la joven cultura griega, nuestra época de vieja cultura frita se inclina, cada vez más, por el consumo y, cada vez menos, por la ciudadanía. Cada vez más consumidores y menos ciudadanos, que son tiempos oscuros los nuestros y la felicidad se encuentra en una lata de gaseosa y no en el ágora discutiendo una política pública y mucho menos laborando la tierra. Hoy, más que antes, la cultura exige de nosotros el consumo, y su atontamiento, que hay que comprar un nuevo tacho de basura aunque el viejo tacho, todavía funcione! Es por eso que las toxicomanías se ofrecen como el símbolo privilegiado de nuestra época. En ellas, se lleva hasta las últimas consecuencias un rasgo común de nuestro siglo: el consumo. El toxicómano, desde este punto de vista, es un verdadero fundamentalista del mercado: se ha tomado muy en serio el slogan de que la felicidad se encuentra en los objetos que podemos incorporar. Sean lavarropas automáticos, detergentes biodegradables, pieles de zorros, cocaína o diacepam, solo se trata de ampliar el número de consumidores. Más allá del trabajo, cada vez más alienado de nuestra globalización, pero también más allá de la pereza del consumo directo y tosco de los objetos que la cultura de hoy nos propone, la obra freudiana pareciera disponer de ciertas claves para pensar la felicidad
Resumo:
El artículo hace hincapié en una relectura de los textos de Cortázar en una nueva contextualización. Esos textos habían sido bien acogidos en el momento de su publicación; leídos mucho más tarde, vienen a indicar la incidencia insoslayable de Cortázar en nuestras letras. Cortázar se muestra ahora, en efecto, como un inteligente lector de las enseñanzas borgeanas acerca del "escritor argentino y su tradición", al hacer suya con gran soltura la cultura del mundo, pero consustanciándose asimismo con el dolor de los condenados de la tierra. Esta consideración ética en la obra de Cortázar no ha sido, sin embargo, una aparición súbita de sus últimos textos, sino que ella puede apreciarse ya como componente en los relatos fantásticos más tempranos, donde lo alternativo se revelaba en forma de lo múltiple y simultáneo. Cortázar dio, en definitiva, otra vuelta de timón al curso de la literatura argentina presentando también el culto del coraje en algunos de sus textos, pero poniendo esto en relación con la responsabilidad de los hombres ante la historia. Como individuo de los 60, Cortázar, además, supo ver como nadie la relación entre el eros y el juego. Muchas de sus características más típicas así como su renovación del género novela con Rayuela, hacen que su aparición en el panorama literario argentino deba considerarse, por lo tanto, como "necesaria".
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El artículo hace hincapié en una relectura de los textos de Cortázar en una nueva contextualización. Esos textos habían sido bien acogidos en el momento de su publicación; leídos mucho más tarde, vienen a indicar la incidencia insoslayable de Cortázar en nuestras letras. Cortázar se muestra ahora, en efecto, como un inteligente lector de las enseñanzas borgeanas acerca del "escritor argentino y su tradición", al hacer suya con gran soltura la cultura del mundo, pero consustanciándose asimismo con el dolor de los condenados de la tierra. Esta consideración ética en la obra de Cortázar no ha sido, sin embargo, una aparición súbita de sus últimos textos, sino que ella puede apreciarse ya como componente en los relatos fantásticos más tempranos, donde lo alternativo se revelaba en forma de lo múltiple y simultáneo. Cortázar dio, en definitiva, otra vuelta de timón al curso de la literatura argentina presentando también el culto del coraje en algunos de sus textos, pero poniendo esto en relación con la responsabilidad de los hombres ante la historia. Como individuo de los 60, Cortázar, además, supo ver como nadie la relación entre el eros y el juego. Muchas de sus características más típicas así como su renovación del género novela con Rayuela, hacen que su aparición en el panorama literario argentino deba considerarse, por lo tanto, como "necesaria".
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El precario desarrollo urbano de las ciudades periféricas de América del Sur es hasta hoy evidente para cualquier viajante que recorra el pampa gaucho brasileño y percibe la pobreza y la existencia miserable del gaucho, que resiste y lucha por su sobrevivencia en paisajes de conflicto constante. El objetivo de este trabajo es analizar cuatro cuentos del escritor brasileño Sergio Faraco, para intentar comprender como el contexto histórico de violencia y autoritarismo en la frontera sur de Brasil influenció la sociedad y el comportamiento de las personas que viven en esta región, y como la relación con la frontera interfiere en sus conceptos de vida y muerte. Para este análisis, trabajaremos con los conceptos de "entrelugar" y frontera desde la perspectiva de autores como Silviano Santiago, Eduardo Coutinho, Angel Rama y Simon Schwartzman. Pensar en fronteras significa entender los distintos modos de resistir en la vida y distintas sensibilidades. En el análisis de estos cuentos, lo que sobresale es la condición de miseria cultural y económica de los protagonistas que, ignorantes de su condición, se vuelven víctimas de un sistema autoritario no posible de contestar y, sobretodo, de lo cual no se puede escapar
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En occidente, el verdadero elogio del trabajo comienza con Hesíodo en Los trabajos y los días. Han transcurrido al menos dos siglos y ya han quedado a un lado los temas clásicos de Homero. El culto del heroísmo, la nobleza del coraje, la gloria en la batalla, la honra de morir en el combate, todavía están vigentes, por supuesto; pero la joven cultura griega ya se ha abierto camino, ha definido algunas de sus fronteras y ahora, Grecia exige de sus habitantes una vida de trabajo. El poema didáctico y campesino de Hesíodo viene a decir, después de Homero, que no sólo de heroísmo vive el hombre o, lo que es aún mejor, que elheroísmo no se encuentra únicamente en los ruidosos combates de los caballeros nobles frente a Troya. También es heroica la lucha tenaz y silenciosa de los trabajadores con la dura tierra. En este sentido, sitúa en lo más alto la estimación del trabajo. Se trata de la areté del trabajador y, su contraparte, la condena de la pereza: Por otra parte, la Odisea de Homero es una hermosa metáfora del retorno de la conciencia occidental sobre sí misma. Las aventuras de Odiseo son, en este sentido, las peligrosas tentaciones que pueden desviar al sujeto de su lógica. Y, como los héroes de todas las novelas que le siguieron, Odiseo se abandona una y otra vez a las aventuras; se deja llevar, se zambulle, se pierde en ellas para reencontrarse. Si se trata de las toxicomanías, la aventura que nos interesa es una de las primeras de la Odisea, el encuentro del héroe con los lotófagos, los comedores de la flor de loto. Aquellos que prueban ese 'florido manjar' están perdidos. Para Hegel, son los animales quienes están fijados a una repetición sin cambio. Puesto que no pueden hacer otra cosa con el objeto que consumirlo directamente, están condenados a lo mismo. La sabiduría humana, en cambio, se encuentra en rechazar la inmediatez; esto es lo que lo hace hombre: el hecho de poder inhibir ese movimiento, poder rechazar el consumo directo del objeto y hacerlo entrar en la dialéctica del intercambio. A diferencia de la joven cultura griega, nuestra época de vieja cultura frita se inclina, cada vez más, por el consumo y, cada vez menos, por la ciudadanía. Cada vez más consumidores y menos ciudadanos, que son tiempos oscuros los nuestros y la felicidad se encuentra en una lata de gaseosa y no en el ágora discutiendo una política pública y mucho menos laborando la tierra. Hoy, más que antes, la cultura exige de nosotros el consumo, y su atontamiento, que hay que comprar un nuevo tacho de basura aunque el viejo tacho, todavía funcione! Es por eso que las toxicomanías se ofrecen como el símbolo privilegiado de nuestra época. En ellas, se lleva hasta las últimas consecuencias un rasgo común de nuestro siglo: el consumo. El toxicómano, desde este punto de vista, es un verdadero fundamentalista del mercado: se ha tomado muy en serio el slogan de que la felicidad se encuentra en los objetos que podemos incorporar. Sean lavarropas automáticos, detergentes biodegradables, pieles de zorros, cocaína o diacepam, solo se trata de ampliar el número de consumidores. Más allá del trabajo, cada vez más alienado de nuestra globalización, pero también más allá de la pereza del consumo directo y tosco de los objetos que la cultura de hoy nos propone, la obra freudiana pareciera disponer de ciertas claves para pensar la felicidad
Resumo:
En occidente, el verdadero elogio del trabajo comienza con Hesíodo en Los trabajos y los días. Han transcurrido al menos dos siglos y ya han quedado a un lado los temas clásicos de Homero. El culto del heroísmo, la nobleza del coraje, la gloria en la batalla, la honra de morir en el combate, todavía están vigentes, por supuesto; pero la joven cultura griega ya se ha abierto camino, ha definido algunas de sus fronteras y ahora, Grecia exige de sus habitantes una vida de trabajo. El poema didáctico y campesino de Hesíodo viene a decir, después de Homero, que no sólo de heroísmo vive el hombre o, lo que es aún mejor, que elheroísmo no se encuentra únicamente en los ruidosos combates de los caballeros nobles frente a Troya. También es heroica la lucha tenaz y silenciosa de los trabajadores con la dura tierra. En este sentido, sitúa en lo más alto la estimación del trabajo. Se trata de la areté del trabajador y, su contraparte, la condena de la pereza: Por otra parte, la Odisea de Homero es una hermosa metáfora del retorno de la conciencia occidental sobre sí misma. Las aventuras de Odiseo son, en este sentido, las peligrosas tentaciones que pueden desviar al sujeto de su lógica. Y, como los héroes de todas las novelas que le siguieron, Odiseo se abandona una y otra vez a las aventuras; se deja llevar, se zambulle, se pierde en ellas para reencontrarse. Si se trata de las toxicomanías, la aventura que nos interesa es una de las primeras de la Odisea, el encuentro del héroe con los lotófagos, los comedores de la flor de loto. Aquellos que prueban ese 'florido manjar' están perdidos. Para Hegel, son los animales quienes están fijados a una repetición sin cambio. Puesto que no pueden hacer otra cosa con el objeto que consumirlo directamente, están condenados a lo mismo. La sabiduría humana, en cambio, se encuentra en rechazar la inmediatez; esto es lo que lo hace hombre: el hecho de poder inhibir ese movimiento, poder rechazar el consumo directo del objeto y hacerlo entrar en la dialéctica del intercambio. A diferencia de la joven cultura griega, nuestra época de vieja cultura frita se inclina, cada vez más, por el consumo y, cada vez menos, por la ciudadanía. Cada vez más consumidores y menos ciudadanos, que son tiempos oscuros los nuestros y la felicidad se encuentra en una lata de gaseosa y no en el ágora discutiendo una política pública y mucho menos laborando la tierra. Hoy, más que antes, la cultura exige de nosotros el consumo, y su atontamiento, que hay que comprar un nuevo tacho de basura aunque el viejo tacho, todavía funcione! Es por eso que las toxicomanías se ofrecen como el símbolo privilegiado de nuestra época. En ellas, se lleva hasta las últimas consecuencias un rasgo común de nuestro siglo: el consumo. El toxicómano, desde este punto de vista, es un verdadero fundamentalista del mercado: se ha tomado muy en serio el slogan de que la felicidad se encuentra en los objetos que podemos incorporar. Sean lavarropas automáticos, detergentes biodegradables, pieles de zorros, cocaína o diacepam, solo se trata de ampliar el número de consumidores. Más allá del trabajo, cada vez más alienado de nuestra globalización, pero también más allá de la pereza del consumo directo y tosco de los objetos que la cultura de hoy nos propone, la obra freudiana pareciera disponer de ciertas claves para pensar la felicidad
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El artículo hace hincapié en una relectura de los textos de Cortázar en una nueva contextualización. Esos textos habían sido bien acogidos en el momento de su publicación; leídos mucho más tarde, vienen a indicar la incidencia insoslayable de Cortázar en nuestras letras. Cortázar se muestra ahora, en efecto, como un inteligente lector de las enseñanzas borgeanas acerca del "escritor argentino y su tradición", al hacer suya con gran soltura la cultura del mundo, pero consustanciándose asimismo con el dolor de los condenados de la tierra. Esta consideración ética en la obra de Cortázar no ha sido, sin embargo, una aparición súbita de sus últimos textos, sino que ella puede apreciarse ya como componente en los relatos fantásticos más tempranos, donde lo alternativo se revelaba en forma de lo múltiple y simultáneo. Cortázar dio, en definitiva, otra vuelta de timón al curso de la literatura argentina presentando también el culto del coraje en algunos de sus textos, pero poniendo esto en relación con la responsabilidad de los hombres ante la historia. Como individuo de los 60, Cortázar, además, supo ver como nadie la relación entre el eros y el juego. Muchas de sus características más típicas así como su renovación del género novela con Rayuela, hacen que su aparición en el panorama literario argentino deba considerarse, por lo tanto, como "necesaria".
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El precario desarrollo urbano de las ciudades periféricas de América del Sur es hasta hoy evidente para cualquier viajante que recorra el pampa gaucho brasileño y percibe la pobreza y la existencia miserable del gaucho, que resiste y lucha por su sobrevivencia en paisajes de conflicto constante. El objetivo de este trabajo es analizar cuatro cuentos del escritor brasileño Sergio Faraco, para intentar comprender como el contexto histórico de violencia y autoritarismo en la frontera sur de Brasil influenció la sociedad y el comportamiento de las personas que viven en esta región, y como la relación con la frontera interfiere en sus conceptos de vida y muerte. Para este análisis, trabajaremos con los conceptos de "entrelugar" y frontera desde la perspectiva de autores como Silviano Santiago, Eduardo Coutinho, Angel Rama y Simon Schwartzman. Pensar en fronteras significa entender los distintos modos de resistir en la vida y distintas sensibilidades. En el análisis de estos cuentos, lo que sobresale es la condición de miseria cultural y económica de los protagonistas que, ignorantes de su condición, se vuelven víctimas de un sistema autoritario no posible de contestar y, sobretodo, de lo cual no se puede escapar
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Este artículo analiza la imagen que el noticiario cinematográfico Luce presentó de las mujeres del mundo del deporte entre 1928 y 1943. Se utiliza como fuente los noticiarios Luce porque constituyó uno de los instrumentos fundamentales de la propaganda fascista. Se estudia la evolución de la representación de la mujer en diferentes ámbitos del deporte, así como la política fascista relacionada con el deporte femenino y el culto del cuerpo.
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At head of title: Octavio R. Amadeo.
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A travers l’étude de la Correspondance Jules Supervielle-Etiemble et sa confrontation avec les manifestes du poète que sont « Eléments d’une poétique » et « En songeant à un art poétique », notre article tente de définir la spécificité de la conception supervilienne de la poésie tout en évoquant les difficultés du poète à extérioriser, dans les premières années de sa jeunesse, les images inhérentes à son univers intérieur, et en faisant l’inventaire de quelques principes qui régissent son activité poétique : le refus de toutes les esthétiques et de toutes les techniques qui régissent préalablement la création poétique, l’adoption d’une technique a posteriori ou d’une « technique mouvante qui ne se fixe qu’à chaque poème », le travail de corrections, de retouches et de ratures, et le culte de l’oubli considéré moins comme une défaillance de la mémoire que comme le catalyseur des associations et images inattendues.
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Fecha: 29-12-1937 original (>1970 copia) / Unidad de instalación: Carpeta 48 - Expediente 8-9 / Nº de pág.: 3 (mecanografiadas)
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