Alfabetiza����o de jovens e adultos no estado do Rio de Janeiro, Brasil: o significado de um desafio para a inclus��o social

Tese de Doutoramento em Ci��ncias da Educa����o

Asociatividad y redes interorganizacionales. El caso de la Red Social de la 5ta

A partir de los resultados de las investigaciones realizadas sobre formas asociativas entre micro emprendedores y luego en cooperativas, surgi�� la inquietud de analizar formas asociativas de mayor envergadura tales como las redes interorganizacionales, que superan la asociatividad entre individuos e incluyen a diversas organizaciones (de la sociedad civil, actores estatales, instituciones educativas, cooperativas, etc.). El objetivo de nuestra investigaci��n es profundizar el estudio de la asociatividad en una de estas redes en la ciudad de C��rdoba a trav��s de un proceso de construcci��n conjunta, con los propios actores, de los problemas de investigaci��n para desde all�� reflexionar, comprender y sistematizar las pr��cticas propias de su funcionamiento asociativo con el objetivo de generar un conocimiento capaz de potenciar su propia din��mica y enriquecer la construcci��n te��rica en torno a estas formas organizacionales. La investigaci��n se propone tambi��n abordar las estrategias de incidencia en pol��ticas p��blica de la red. La red con la que trabajaremos es la Red Social de la 5ta, que incluye entre sus integrantes a una de las cooperativas estudiadas en la investigaci��n anterior y desarrolla su actividad en una de las zonas que concentra la poblaci��n con mayores indicadores de vulnerabilidad de la ciudad de C��rdoba.

Influencia de variables de cultura, estructura y redes de conversaciones organizacionales sobre el logro de resultados en procesos de cambio de Pymes de C��rdoba

Nos proponemos describir, desde las perspectivas de cultura, estructura y redes de conversaciones organizacionales, la influencia que tienen la competencia comunicativa, el equipo de comunicaci��n, la coherencia interna de la configuraci��n estructural, el tipo de liderazgo, los valores y las presunciones b��sicas, sobre los procesos de cambio desarrollados en Pymes de C��rdoba y con ello sobre el logro de los resultados esperados. El tipo de investigaci��n propuesto es descriptiva en una primera instancia, con la posibilidad (depende de la factibilidad determinada oportunamente) de an��lisis correlacionales. El objeto de estudio son PYMES de C��rdoba que hayan desarrollado alg��n proceso de cambio (organizacional, tecnol��gico, de equipamiento, etc.) en los ��ltimos tres a��os. El muestreo ser�� de tipo no probabil��stico. Para selecci��n de empresas, la t��cnica a aplicar ser�� por conveniencia y, luego, para seleccionar los directivos y operarios se aplicar�� el muestreo por cuotas. El dise��o de investigaci��n que se aplicar�� es no experimental, transversal. Siguiendo metodol��gicamente a T. Kinnear y J. Taylor, el m��todo de recolecci��n de datos ser�� la comunicaci��n (basado en la interrogaci��n de los miembros de la muestra seleccionada para el estudio) y la t��cnica que se aplicar�� ser�� la administraci��n de cuestionarios semi-estructurados, complementados con entrevistas semi-directivas.

S��ntesis, caracterizaci��n y aplicaciones espec��ficas de metalosilicatos cristalinos micro y mesoporosos con incorporaci��n de nanoestructuras. Synthesis, characterization and specific aplications of crystalline micro and mesoporous metallosilicates with nanostructures.

La s��ntesis de materiales cristalinos micro y mesoporosos con incorporaci��n de micro/nano part��culas/clusters de especies formadas con entidades propias interaccionando con las redes, como ��xidos de metales, cationes de neutralizaci��n, especies met��licas, etc., pueden potencialmente ser utilizados como "materiales hospedaje" en ��ptica, electr��nica, sensores, como materiales magn��ticos, en estrategias ambientales de control de la contaminaci��n, cat��lisis en general y procesos de separaci��n. Se sintetizaran y caracterizaran por diversas t��cnicas fisicoqu��micas, zeolitas microporosas de poro medio (ZSM) y poro grande (Y), y materiales mesoporosos (MCM-41). La aplicaci��n de los mismos se orientara, por una parte, a procesos catal��ticos tecnol��gicamente innovadores relacionados con los siguientes campos: a)cat��lisis ambiental: transformaci��n de desechos pl��sticos (polietileno, polipropileno, poliestireno o mezclas de los mismos) a hidrocarburos de mayor valor agregado (gasolinas, gasoil, gases licuados de petr��leo, hidrocarburos arom��ticos); b)qu��mica fina: oxidaci��n parcial de hidrocarburos arom��ticos hacia la obtenci��n de commodities, f��rmacos, etc. Por otra parte, se evaluaran las propiedades magn��ticas (ferromagnetismo, paramagnetismo, superparamagnetismo, diamagnetismo) que algunos de estos materiales presentan, en busca de su correlaci��n con sus propiedades catal��ticas, cuando sea factible. Se estudiaran las condiciones ��ptimas de s��ntesis de los materiales, aplicando t��cnicas hidrotermicas o sol gel, controlando variables como temperaturas y tiempos de s��ntesis, pH de geles iniciales-intermedios-finales, tipo de fuentes precursoras, etc. La modificaci��n de las matrices con Co, Cr, Mn, H, o Zn, se realizara mediante diversos tratamientos qu��micos (intercambio, impregnaci��n) a partir de las sales correspondientes, con el objeto de incorporar elementos activos al estado i��nico, met��lico, clusters, etc.; y la influencia de distintos tratamientos t��rmicos (oxidantes, inertes o reductores; atm��sferas din��micas o est��ticas; temperaturas). La caracterizaci��n estructural de los materiales ser�� por: AA (cuantificaci��n elemental de bulk); XRD (determinacion de presencia de especies oxidos o metalicas de Zn, Co, Cr, o Mn; determinacion de cristalinidad y estructura); BET (determinacion de area superficial); DSC-TG-DTA (determinacion de estabilidad de las matrices sintetizadas); FTIR de piridina (determinacion de tipo-fuerza-cantidad de sitios activos); Raman y UV-reflectancia difusa (determinacion de especies ionicas interacturando o depositadas sobre las matrices); TPR (identificacion de especies reducibles); SEM-EDAX (determinacion de tama��o de particulas de especies activas y de las matrices y cuanfiticacion superficial); Magnet��metros SQUID y de muestra vibrante (medici��n de magnetizaci��n y susceptibilidad magn��tica a temperatura ambiente con variaci��n de campo externo aplicado, y variaci��n de temperaturas (4 a 300 K) con campo externo fijo). En s��ntesis, se plantean tres grandes ��reas de trabajo: No1)S��ntesis y caracterizaci��n de materiales micro y mesoporosos nanoestructurados; No2) Evaluaci��n de las propiedades catal��ticas; No3) Evaluaci��n de las propiedades magn��ticas. Estos lineamientos nos permitir��n generar nuevos conocimientos cient��ficos-tecnol��gicos, formando recursos humanos (dos becarios posdoctorales; un becario doctoral; tres becarios alumnos de investigaci��n; aproximadamente 15 pasantes de grado al a��o) aptos para emprender tales desaf��os. Los conocimientos originados son constantemente trabajados en las actividades docentes de grado y posgrado que los integrantes del proyecto poseen. Finalmente ser��n transmitidos y puestos a consideraci��n de pares evaluadores en presentaciones a congresos nacionales e internacionales y revistas especializadas.

Asociatividad y redes interorganizacionales. El caso de la Red Social de la 5ta. Associativity and interorganizational networks. The case of the Social Network of "la 5ta".

En investigaciones anteriores el equipo trabaj�� sobre el concepto de asociatividad en las pr��cticas de emprendimientos socioecon��micos y cooperativas surgidos luego de la crisis del 2001 en Argentina. Las conclusiones de dichas investigaciones se agrupan en dos categor��as. La primera identifica como un obst��culo importante para generar y sostener la asociatividad, al elevado grado de desconfianza y fragmentaci��n del tejido social, que dificulta la conformaci��n de formas organizacionales asociativas m��s all�� de las emprendidas por personas vinculadas por lazos afectivos previos. La segunda categor��a de conclusiones corresponde a las dificultadas asociadas a los niveles de formalidad requeridos por las pol��ticas p��blicas que promueven la constituci��n de formas asociativas.Sobre estos antecedentes se propone el an��lisis otras formas asociativas de mayor envergadura tales como las redes interorganizacionales, que superan la asociatividad entre individuos e incluyen a diversas organizaciones (de la sociedad civil, actores estatales, instituciones educativas, cooperativas, etc.). Estas redes, que incluyen a las formas asociativas estudiadas anteriormente por el equipo, se diferencian de ellas en que los v��nculos trascienden el contexto primario de los actores, no necesariamente se asientan sobre estructuras de coordinaci��n formales y cuentan con una cierta trayectoria de construcci��n colectiva que sirve de base y sustento a proyectos sociales en sectores de alta vulnerabilidad. El objetivo de la investigaci��n es describir y analizar las caracter��sticas de la asociatividad en una de estas redes existente en la ciudad de C��rdoba, en especial en lo que hace al dise��o organizacional y funcionamiento asociativo, identificando el proceso de incidencia de la misma en pol��ticas p��blicas y los factores que favorecen y obstaculizan ese proceso. La metodolog��a consiste en la construcci��n conjunta, con los propios actores, de los problemas de investigaci��n para desde all�� comprender y sistematizar sus propias pr��cticas con el objetivo de generar un conocimiento capaz de potenciar su din��mica y enriquecer la construcci��n te��rica en torno a estas formas organizacionales. La red elegida es la Red Social de la 5ta, compuesta por alrededor de 30 organizaciones entre las que se cuentan OSC y organismos p��blicos de distintos niveles (provincial y municipal). Funciona desde el a��o 1998 en la zona sudeste de la ciudad de C��rdoba uno de los sectores que concentra los ��ndices m��s altos de pobreza y morbilidad y mortalidad materno infantil de la ciudad. El deterioro de la situaci��n econ��mica y el progresivo abandono del Estado han convertido gran parte de la zona donde se articula la Red en una zona marginal, adjudicataria en el imaginario p��blico del estigma de peligrosidad. En este marco, el objetivo de la Red es mejorar a calidad de vida de la comunidad a trav��s de acciones conjuntas y del establecimiento de acuerdos con otros actores institucionales.

Efectos de Territorio y Estrategias Familiares de Reproducci��n Social. El caso del Barrio Las playas de la ciudad de Villa Mar��a - C��rdoba. Effects of Land and family strategies of social reproduction. The case of the neighborhood ��Las Playas�� in the city of Villa Mar��a - C��rdoba.

Nuestro proyecto plantea analizar los recursos materiales y simb��licos que ponen en juego las familias pobres, en el marco de su reproducci��n social, a fin de evaluar en qu�� medida sus estrategias contribuyen a superar o reproducir las condiciones de pobreza hipotetizando que las pr��cticas sociales de las agentes en situaci��n de pobreza, incluyen limitaciones conformadas por la estructura patrimonial disponible, como potencialidades inscriptas en la trayectoria colectiva y el estado de los instrumentos de reproducci��n del barrio, considerado como parte del sistema de estrategias de reproducci��n de sus unidades dom��sticas. En ese sentido la comprensi��n de las estrategias materiales y simb��licas que ponen en juego las familias pobres, nos ofrecer�� una comprensi��n acabada de la problem��tica en cuesti��n a los efectos de lograr una incidencia mayor a la hora de la implementaci��n de pol��ticas p��blicas destinadas a este grupo poblacional, y grupos poblacionales similares. La inteligibilidad de este escenario social, puede ser aprehendida fundamentalmente, desde las posibilidades abiertas por las herramientas de tipo cualitativas, sin embargo la metodolog��a utilizada en este proyecto de investigaci��n considera la triangulaci��n de inter-metodol��gica como recurso fundamental a fin de dar cuenta tanto de la dimensi��n explicativa como comprensiva de los problemas sociales a estudiar. La muestra es te��rica intencional, sus alcances se definen por criterio de saturaci��n te��rica. Unidades de recolecci��n: unidades familiares en situaci��n de pobreza que viven en el barrio Las Playas, instituciones formales y no formales que conforman los instrumentos de reproducci��n social. En el trabajo de campo se profundizar��n las estrategias de: 1- Observaci��n a partir de la construcci��n de gu��as para la mayor precisi��n de un registro de tipo etnogr��fico; 2- Entrevistas semi-estructuradas y abiertas a diferentes familias del barrio seleccionadas a partir de la t��cnica denominada "Bola de Nieve" la cual provee un alcance exhaustivo en el territorio determinado; 3- Entrevista a informantes clave relacionados con ONGs e Instituciones Estatales actuantes en el barrio, referentes barriales y sindicales, punteros pol��ticos, etc. Los datos obtenidos en el trabajo de campo deben relevar informaci��n que garantice el registro de las diversas miradas de los participantes y controlar la diferenciaci��n entre los datos originales y las propias interpretaciones (Mendiz��bal, 2006). por lo cual la triangulaci��n inter-metodol��gica, posibilitar�� articular reflexivamente los resultados cuantitavos y cualitativos. Se prev�� la transferencia de resultados a trav��s de publicaciones individuales o colectivas sobre los resultados obtenidos as�� como la presentaci��n preliminar de los mismos en congresos y conferencias. Asimismo, se organizar��n seminarios con los sectores de la sociedad civil que se trabaje en los que se espera discutir los resultados obtenidos.

Pesquisas sobre nemat��ides da fam��lia Mononchidae encontrados no Brasil

A fam��lia Mononchidae de nemat��ides predadores encerra presentemente 16 g��neros, dos quais 7 foram encontrados no Pa��s. T��das as esp��cies referidas para a nossa fauna s��o alistadas, com observa����es sobre sua morfologia, h��bitos, etc. �� descrita uma esp��cie nova - Sporonchulus paucidentatus, e redescritas varias outras com base em esp��cimes brasileiros. O autor discute ainda a morfologia e o papel dos nematoides da fam��lia em causa como membros do complexo bi��tico do solo e d�� chaves para auxiliar o reconhecimento dos g��neros e especies constatados no Pa��s.

Aves de fragmentos florestais em ��rea de cultivo de cana-de-a����car no sudeste do Brasil

Foi estudada a avifauna de quatro fragmentos florestais em uma ��rea de cultivo de cana-de-a����car na regi��o de Campos dos Goytacazes, norte do estado do Rio de Janeiro. A dieta b��sica e a estrutura das guildas tr��ficas foi determinada. O estudo foi realizado de outubro de 2000 a julho de 2001, utilizando-se capturas com redes ornitol��gicas, registros visuais e auditivos e an��lise de fezes. Quarenta e quatro esp��cies foram registradas e agrupadas em oito guildas tr��ficas (inset��voros, gran��voros, carn��voros, frug��voros, pisc��voros, nectar��voros, on��voros e detrit��voros). Estas esp��cies foram tamb��m subdivididas em guildas mais espec��ficas, associadas a seus h��bitats. Algumas esp��cies apenas sobrevoaram os fragmentos, como Egretta thula (Molina, 1782), enquanto outras foram consideradas residentes, como Manacus manacus (Linnaeus, 1766). Algumas, como Amazona amazonica (Linnaeus, 1766), somente utilizaram os fragmentos para repouso noturno. Esp��cies pequenas de sub-bosque provavelmente n��o se deslocaram entre fragmentos, dada a relativa grande dist��ncia entre eles. Predadores como Rupornis magnirostris (Gmelin, 1789) utilizaram tanto os fragmentos quando as ��reas abertas e canaviais em seu entorno. Estes fragmentos est��o em situa����o cr��tica, abrigando principalmente esp��cies generalistas e/ou especialistas de bordas; por��m ainda s��o utilizados de alguma forma por esp��cies de interesse ecol��gico, como Rhynchocyclus olivaceus (Temminck, 1820) e A. amazonica.

Ocorr��ncia e ecologia tr��fica de quatro esp��cies de Astyanax (Characidae) em diferentes rios da bacia do rio Tibagi, Paran��, Brasil

Na bacia do rio Tibagi, trechos dos rios Fortaleza, Iap�� e Tibagi foram amostrados mensalmente, de maio de 2001 a abril de 2002, com tarrafas e redes de espera de diferentes malhagens. Foram capturados indiv��duos de quatro esp��cies de Astyanax. Para conhecer como essas esp��cies utilizam o h��bitat desses rios, foi calculada a const��ncia, e as freq����ncias em n��mero de exemplares foram comparadas pela an��lise de similaridade Bray-Curtis. A composi����o percentual dos alimentos consumidos foi ordenada usando-se a An��lise de Componentes Principais (ACP). As propor����es dos recursos alimentares foram avaliadas e classificadas quanto �� natureza (animal ou material vegetal) e origem (al��ctone e aut��ctone). A const��ncia e a baixa similaridade na abund��ncia revelaram que as esp��cies t��m prefer��ncias quanto ao porte do rio ou por determinado h��bitat. Astyanax altiparanae Garutti & Britski, 2000 e A. fasciatus (Cuvier, 1819) ocorreram nos de maior porte, mas foram constantes somente no rio Tibagi. Astyanax eigenmanniorum (Cope, 1894) ocorreu em todos os rios, mas prefere h��bitats pr��ximos ��s desembocaduras de afluentes de grandes rios. Astyanax scabripinnis (Jenyns, 1842) esteve restrita ao Fortaleza, o rio de menor porte, subafluente do rio Tibagi. O n��mero de itens alimentares consumidos variou de 11 a 23. Entre os alimentos principais, tr��s itens foram comuns para as quatro esp��cies: restos de plantas (folhas e sementes de plantas terrestres), restos de insetos (de diferentes origens e n��o identificados) e plantas aqu��ticas. Os vegetais e os insetos foram os principais alimentos para todas as esp��cies. A maior distin����o na composi����o da dieta foi constatada para A. eigenmaniorum, devido �� sua habilidade em explorar as plantas aqu��ticas, presentes em abund��ncia, consumidas junto com carv��o/sedimento, que estavam nas margens rochosas do rio Iap��. A similaridade quanto �� origem e ao tipo de alimento consumido pelas quatro esp��cies e as diferen��as em termos de h��bitat ocupado podem explicar por que apenas uma delas se mant��m em abund��ncia e const��ncia em cada trecho estudado.

Ictiofauna do Ribeir��o do P��ntano, afluente do Rio Mogi-Gua��u, Bacia do Alto Rio Paran��, S��o Paulo, Brasil

As assembl��ias de peixes do ribeir��o do P��ntano, S��o Paulo, Brasil foram estudadas mensalmente entre os meses de maio de 2000 e junho de 2001. Estudos sobre sua composi����o, distribui����o longitudinal e const��ncia das esp��cies de peixes foram realizados. Foram feitas coletas da ictiofauna com auxilio de redes de espera, peneiras, tarrafas e redes de arrasto em tr��s diferentes pontos do ribeir��o. Sessenta e tr��s esp��cies pertencentes a 46 g��neros de 18 fam��lias foram identificadas. As ordens Characiformes (com 30 esp��cies registradas, representando 47,62% da ictiofauna) e Siluriformes com 22 esp��cies, (34,92% do total), foram as ordens melhor representadas no elenco das esp��cies do ribeir��o do P��ntano. Cinco esp��cies pertencentes a ordem Perciformes, tr��s a ordem Gymnotiformes, duas a Cyprinondontiformes e uma de Synbranchiformes tamb��m foram encontradas.

An��lise comparativa da estrutura populacional do ermit��o end��mico do Atl��ntico Ocidental Loxopagurus loxochelis (Decapoda, Anomura) em duas regi��es do estado de S��o Paulo, Brasil

A estrutura populacional do ermit��o Loxopagurus loxochelis (Moreira, 1901) foi analisada por meio da distribui����o de freq����ncia dos animais em classes de tamanho e da raz��o sexual. Esp��cimes foram coletados mensalmente no per��odo de um ano (julho de 2002 a junho de 2003), em sete transectos (5 aos 35 m de profundidade), usando barco equipado com duas redes do tipo double-rig, nas enseadas de Caraguatatuba e de Ubatuba (Estado de S��o Paulo, Brasil). Em Caraguatatuba foram coletados 366 animais, sendo 222 machos (60,65%), 114 f��meas n��o-ov��geras (31,15%) e 30 f��meas ov��geras (8,20%) e, em Ubatuba, 126 ermit��es, dos quais 81 machos (64,28%), 38 f��meas n��o-ov��geras (30,16%) e sete f��meas ov��geras (5,56%). Em Caraguatatuba, a alta incid��ncia de f��meas ov��geras ocorreu durante o inverno (julho de 2002), enquanto em Ubatuba, o n��mero foi incipiente. O comprimento do escudo cefalotor��cico variou de 2,0 a 7,9mm (5,29 ± 0,96mm) em Caraguatatuba, e em Ubatuba, de 2,7 a 7,5 mm (5,32 ± 0,95mm). A m��dia de tamanho dos machos foi significativamente maior do que das f��meas em ambas as ��reas. A raz��o sexual total foi favor��vel aos machos (1,54:1 em Caraguatatuba e 1,9:1 em Ubatuba). Houve maior freq����ncia de machos nas ��ltimas classes de tamanho, acompanhando os padr��es observados em dec��podes e evidenciando a exist��ncia de dimorfismo sexual em L. loxochelis. A distribui����o de freq����ncia total foi unimodal para ambos os sexos, nas duas ��reas. A presen��a de um n��mero maior de machos em rela����o a f��meas pode ser ind��cio de que existam diferentes taxas de crescimento e de mortalidade entre os sexos, al��m de distribui����o espacial diferencial entre estes. Apesar das diferentes caracter��sticas geomorfol��gicas entre as regi��es de Caraguatatuba e Ubatuba, foi observada uma din��mica de desenvolvimento similar para ambas as popula����es.

D��pteros ectoparasitas (Insecta, Diptera) em morcegos (Chiroptera, Mammalia) na Reserva Biol��gica das Perobas Paran��, Brasil

Streblidae e Nycteribiidae s��o encontradas exclusivamente em associa����o com morcegos. Este trabalho teve como objetivo investigar a diversidade de insetos ectoparasitas encontrados em morcegos da Reserva Biol��gica das Perobas, Estado do Paran��, Brasil. O trabalho foi realizado nos meses de maio, junho e agosto de 2008 e fevereiro, mar��o e abril de 2009. Para a captura dos morcegos, foram utilizadas 32 redes-de-neblina, totalizando esfor��o de captura de 43.520m��.h. A coleta de ectoparasitas foi feita manualmente ou com aux��lio de pin��a reta de ponta fina. Os esp��cimes foram conservados em ��lcool 70% e identificados com aux��lio de microsc��pio estereosc��pico. Os dados foram analisados por meio do estimador n��o param��trico Bootstrap e estat��stica descritiva. As esp��cies de ectoparasitas identificadas foram: Aspidoptera falcata Wenzel, 1976, Megistopoda proxima (S��guy, 1926), Megistopoda aranea (Coquillett, 1899), Paratrichobius longicrus (Miranda Ribeiro, 1907), Trichobius tiptoni Wenzel, 1976 e Basilia quadrosae Graciolli & Moura, 2005. A curva de riqueza estimada indicou tend��ncia �� ocorr��ncia de outras esp��cies de ectoparasitas na unidade de conserva����o, haja vista que n��o foi alcan��ada a ass��ntota horizontal. Os dados obtidos corroboram com os verificados em outras regi��es do Brasil e contribuem com as informa����es sobre a diversidade do grupo no bioma Mata Atl��ntica do noroeste do Paran��.

Estudo da alimenta����o dos peixes no rio Grande �� jusante da usina hidrel��trica de Itutinga, Minas Gerais, Brasil

A biota aqu��tica da bacia do rio Paran�� tem sido impactada por v��rias barragens. Este estudo teve como objetivo caracterizar e comparar sazonalmente a alimenta����o dos peixes do rio Grande, �� jusante da usina de Itutinga. Neste trecho de rio �� esperada a redu����o do efeito sazonal devido �� regula����o do fluxo. A coleta foi realizada em janeiro e julho de 2010, com redes de emalhar e de arrasto. Os peixes foram fixados em formol e conservados em ��lcool para a an��lise dos conte��dos estomacais. A dieta foi caracterizada pelo ��ndice alimentar (IA) e a guilda a que cada esp��cie pertence foi determinado pelo teste de χ��. A alimenta����o de cada esp��cie e a ocorr��ncia dos itens alimentares foram comparadas nos per��odos de seca e chuva utilizando-se as an��lises de nMDS e SIMPER. Foram analisados 809 est��magos de 32 esp��cies de peixes categorizadas nas guildas pisc��vora, herb��vora, ili��faga/detrit��vora, alg��vora, frug��vora, invert��vora e generalista, sendo esta a guilda de maior riqueza de esp��cies. O nMDS indicou menor diversifica����o na dieta em julho, quando foi observado um aumento na ocorr��ncia de vegetal, invertebrados e sedimento. Este estudo ampliou o conhecimento dos h��bitos alimentares dos peixes e o efeito do barramento local sobre a dieta das esp��cies em virtude da regulariza����o do fluxo.

O puru-puru da Amaz��nia (Pinta, Carate, Mal del Pinto etc)

1) "Pur��-pur��" �� uma palavra ind��gena que quer dizer "pintado" ou "manchado", peculiar �� Amazonia Brasileira. Com ��sse nome �� designada uma dermatose referida entre os selvicolas desde 1774, por Ribeiro Sampaio. Certas tribus, com alta incid��ncia da mol��stia passaram a ser cahamadas tamb��m "Pur��-pur��s", o mesmo acontecendo com o rio onde habitavam - Rio Pur��s. 2) A doen��a existe na bacia do Rio Solim��es e seus principais afluentes: Javari, Juru��, Pur��s, I����, Japur��, e Negro. Por esses rios, o f��co da dermatose se continua nos pa��ses limitrofes com o Brasil: Guianas, Venezuela, Colombia, Per�� (Equador) e Bolivia. 3) Desde 1890 essa dermatose foi relacionada �� pinta (carate ou mal del pinto) por P. S. de Magalh��es, id��a essa depois defendida por Juliano Moreira, Carlos Chagas, Roquete Pinto, Wappeus, O. da Fonseca Filho, Da Matta, Brumpt e outros, baseados na semelhan��a cl��nica e na terap��utica. Recentemente (1945), essa provavel identidade das duas dermatoses, recebeu fundamento sorol��gico de Biocca (que verificou a positividade das rea����es de Kline e Kahn em doentes de pur��-pur��), e, pelo presente trabalho, recebe base cl��nico-epidemio-anatomo-patol��gica. 4) Sob o ponto de vista cl��nico, as les��es cutaneas discromicas da mol��stia, s��o de 3 ��rdens: a) les��es papulo-eritemato-escamosas, isoladas ou n��o, arredondadas, pruriginosas e de bordos nitidos; b) les��es maculo-escamosas, maiores mais p��lidas, ��s vezes j�� mostrando altera����es pigmentares na parte central; c) m��culas discromod��rmicas, lisas ou ligeiramente escamosas, com maior ou menor altera����o pigmentar, as quais assumem diferentes asp��ctos, consequentes �� hipo - ou hiperpigmenta����o, variaveis tamb��m com a c��r do paciente. As colora����es predominantes nas manchas, s��o o branco, o preto e o vermelho, com tonalidades eminentemente variaveis. Embora raramente, nessas extensas dermodiscromias, observa-se superposi����o de les��es papulo-eritemato-escamosas. O aparecimento dos 3 tipos de le��es acima citados, obedece seguramente a um processo evolutivo da dermatose, dando-se na ��rdem exposta e de acordo com o tempo de doen��a. Al��m das les��es discromicas, caracter��sticas da enfermidade, foi observado purido, e infartamento ganglionar. O estado geral dos doentes era bom. A avalia����o de anemia e eosinofilia, foi prejudicada pela ocurr��ncia de outros processos m��rbidos (malaria e helmintiases). Em 2 pacientes pretos e adultos, havia avan��ada hiperqueratose palmo-plantar. 5) Sob o ponto de vista epidemiol��gico, foram feitas as seguintes observa����es: a) Idade. A dermtose ocorre em t��das as idades, mais incide principalmente dos 15 aos 29 anos. Tomando um grupo relativamente homog��neo de do��ntes de um mesmo local, 53% t��m 15 e mais anos de idade. De 36 doentes que deram informa����es seguras ou aproximadas quanto �� idade em que lhes apareceu a doen��a, verifica-se que 77% j�� estavam infectados antes dos 15 anos. Em 5 casos, a infec����o se deu antes dos 2 anos de idade. b) Sexo. Nos doentes em conjunto, existiam 34 homens e 35 mulheres. Mas, no grupo homogeneo acima citado, havia ligeira predomin��ncia do sexo feminino (60.7%). c) C��r ou ra��a. Foram encontradas as seguintes percentagens: Pretos - 34.8%, brancos - 27.5% ��ndios - 23.2% e mulatos - 14.5%. Essas diferen��as n��o indicam predile����o racial. d) Fam��lia. A A dermatose �� eminentemente familial. Em grupo de 41 doentes, 34 pertenciam a 8 familias. e) Les��o inicial. Cont��gio. Em 6 casos ainda existia a les��o inicial, chamada "empigem", isolada ou acompanhada de outras les��es semelhantes. De 33 doentes, 26 (78.8%) referiam a les��o inicial nas partes descobertas do corpo (rosto, bra��os e m��os, pernas e p��s), isto �� regi��es mais sujeitas a pequenos traumas, que servem como "porta de entrada" do treponema. Os AA n��o acreditam na exist��ncia de um vetor. Pensam que o cont��gio �� direto, as condi����es eficientes e predisponentes do mesmo, coexistindo no dom��cilio, onde vivem em promiscuidade e falta de higiene, doentes e sadios. Os autores n��o encontraram treponemas em c��rtes impregnados de ��pur��-pur����, tanto de ��les��o recente�� como de ��les��o tardia��. Atribuem o fracasso ao prov��vel uso de antitreponemicos pelos doentes, uma vez que a terapeutica emp��rica pelo ars��nico e merc��rio �� muito espalhada na Amaz��nia. Histopatol��gicamente, encontraram na ��les��o recente��: hiperqueratose, hiperacantose, exocitose, exoserose e espongiose na epiderme; e infiltra����o de c��lulas redondas, edema e dilta����o dos capilares no derma papilar e subpapilar; pela impregna����o, acharam irregularidade na distribui����o do pigmento melanico, assim como melan��foros entre as c��lulas inflamat��rias do derma. Na ��les��o tardia�� observaram: not��vel atrofia do epiderme, reduzida ��s vezes , a 3 a 5 camadas celulares, havendo desaparecimento das papilas d��rmicas; no derma, havia discreta infiltra����o de c��lulas redondas, relacionadas aos vasos sanguineos, ao lado de macr��fagos melaniferos mais ou menos abundantes; pela impregna����o, quanto ��s altera����es pigmentares, foram observadas todas as gradua����es, desde a completa aus��ncia de pigmento na basal, at�� um ac��mulo not��vel de melanina, atingindo as pr��prias c��lulas de Malpighi. 7) Com o tratamento pelo ��neo-salvarsan�� os AA observaram grandes melhoras e mesmo cura aparente, com 6 a 8 inje����es. Certas manifesta����es acromicas vitiligoides, antigas, n��o mostraram modifica����es apreci��veis com a terap��utica. 8) No Brasil, fora da Amaz��nia, tem sido descrito casos isolados de pur��-pur��, por��m, na opini��o dos autores, todos ou quase todos, s��o provavelmente, manifesta����es discromicas tardias de s��filis ou bouba, semelhantes aos publicados por um deles (F. N. G). Pensam do mesmo modo, quanto aos casos de pinta descritos fora da Am��rica: ��frica, Egito, Argeria, Sahara, Tr��poli, Turquest��o, Filipinas, Iraque, ��ndia, Ceil��o, etc. Ainda nesta mesma ordem de id��as, os autores negam validade ao conceito epidemiol��gico da exist��ncia de ��casos isolados��, a n��o ser procedentes das ��zonas pintogenas��. 9) Um dos autores (F. N. G.) emite a seguinte hip��tese, que considera sugestiva, embora dificilmente demonstr��vel: Os treis treponemas (T. pallidum, T. pertenue e T. carateum), oriundos de um ancestral comum. tornaram-se peculiares respectivamente ao branco, ao preto e ao ��ndio, mantendo-se assim isolados. Secundariamente, com as correntes migrat��rias, misturaram-se as doen��as...

Subs��dio ao melhor conhecimento do tifo exantem��tico neotr��pico no Brasil: presen��a do virus no leite

In articles, already published, we have proved that the strain V. B. of Brazilian virus, goes through the placenta (Macacus rhesus) (1) and the apparently normal gastro-intestinal tube (1934-1937) (Canis familiaris) (2). Today we present the idea that the Brazilian virus can reach the milk of an animal even when the latter has only the unapparent disease. In former articles (**), we have shown that the goat (Capra hircus) can be an excellent reservoir of Brazilian virus, having the strain V. B. in its blood and presenting a Weil Felix reaction high and in ��group��, with the disease unapparent. When the goats are bred in the laboratory, and even in some foci of the disease, they give a negative Weil Felix, being zero for all the nine strains of Proteus. In the interior of Brazil, in many localities, goats substitute cows, in supplying milk for children and adults, and in some districts goat��s milk is considered superior to cow��s milk, possessing marvellous qualities for men, women an children. Having proved, now, that goat��s milk can contain the virus even when the animal presents nothing clinically, and having also shown that this virus goes through the digestive tube apparently sound, it is easy to understand how infants-in-arms, that is, only a few months old, living in strictly domestic surroundings, can contract the disease; we have many such cases on record. Protocol of the experiments: Goat n�� 2, white, January 1948. This animal had been inoculated with the V. B. strain of the Brazilian virus in June 1947, via intra-peritoneal, presenting nothing then, not even a feverish reaction. On that occasion it was not possible to isolate the virus of the blood, although the Weil Felix reaction was positive, high and in ��group��. Now January 17, 1948, seven months later, the same animal was reinoculated with a semple of virus V. B. in the same manner (intra-peritoneal) two days after bringing forth two sturdy kids. The virus V. B. was obtained from guinea-pig n. 7170 whose thermic graph was as follows: Temperatura �� 38,8 �� 39,1 �� 39,5 �� 39,4 ��39,8 �� 40,4 �� 40,2 �� 40,1 - + Necropsy �� Typical lesions. The spleen weighed 5 grammes. With 3c.c. of emulsion from the nervous system of this guinea-pig, we inoculated not only the goat, as also two guineapigs, number 14 and number 5. The following is the thermic graph of one: - Guinea-pig n. 14 �� 38,9 �� 39,1 �� 39,2 �� 39.2 �� 40,7 �� 41,0 �� 40,5 �� 40,4 �� 40,1 - + Typical lesions. Guinea-pig n. 2 presented the following thermic graph after the infective inoculation: - 39,5 �� 39,7 �� 39,7 �� 39,7 �� 39,5 �� 39,3 �� 39,5 �� 39,5 �� 39,5 �� etc. Clinically, this animal presented nothing unusual, feeding well and suckling the kids normally. The Weil Felix reaction was positive, in ��group�� high very similar to the reaction obtained in June 1947, with the first infective inoculation. On the third, fourth, fifth, sixth and seventh day after the infective inoculation, we took milk from the goat and inoculated male guinea-pigs via intra-celular and via intra-peritoneal, giving 5 c.c. to each animal. Guinea-pig n. 4663, inoculated with 5 c.c. of milk, via intra-muscular, taken on the third day of the infectaive inoculation, presented the following thermic graph: - 38.8 (*) �� 39,1 �� 39,0 �� 39,1 �� 40,1 �� 40,1 �� 40,8 (**) �� 40,8 �� Killed �� Typical deisions (***). The virus V. B. of this goat, circulated naturally in the blood up to the third day, having passed into the milk, producing nothing in the kids, on account of the natural resistance of these animals to the disease. The Weil Felix reaction and that of Widal for the Burcellas suis, abortus and militensis were negative for the goat and the kids. It is remarkable that, even with inoculation of the living virus after a period of seven months we cannot get a real and absolute immunity of sensitive animals. We shall return to this subject later. The hart Mazama simplicicornis may be a carrier of the virus in Brasil. The experimental serum against the virus of Exanthematic neotropical typhus has not protected guinea-pigs.