777 resultados para Bienes y usos comunales
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La producción de shale gas o gas natural de lutita en los Estados Unidos ha sorprendido al mundo por su rápido desarrollo y repercusión en la disminución del precio del combustible y el aumento de reservas de hidrocarburos. Este desarrollo ha crecido junto con la oferta de petróleo y de condensados de gas natural. Se estima que los Estados Unidos serían autosuficientes en petróleo y superavitarios en gas natural en menos de 30 años. El renovado impulso de los hidrocarburos no-convencionales empieza a ser visto como una "revolución energética" que dará nuevo dinamismo a la economía de ese país. Por su novedad, la evaluación completa de estos desarrollos confronta dificultades metodológicas, estadísticas y de conocimiento científico, tecnológico, social y económico. Las regiones de los Estados Unidos y Canadá con yacimientos de shale gas comprobados son muchas. Sin embargo, dado lo novedoso de su explotación, no existe historial suficientemente largo para sacar conclusiones sobre procesos de exploración, picos y declives de producción y técnicas de recuperación de los recursos. Las analogías y extrapolaciones de las experiencias varían entre plays o conglomerados de yacimientos. Las dudas crecen ante la discordancia entre la creciente producción de gas y precios de mercado inferiores a los costos. También se escuchan advertencias sobre los potenciales efectos nocivos de su explotación en el medio ambiente y comunidades aledañas. Hay dudas sobre los posibles efectos de la técnica de "fracturamiento hidráulico" (fracking) y los disolventes químicos empleados en mantos freáticos y agua potable. Este documento se compone de cinco capítulos. En el primero se aborda el tema de la explotación de shale gas, desde el origen, la producción, la economía y los impactos de la exploración y producción de shale gas, hasta algunas peculiaridades del entorno de negocios y de los sistemas legal, financiero e impositivo. Dada su vasta experiencia en producción de hidrocarburos, los Estados Unidos cuentan con numerosas empresas proveedoras de bienes y servicios para la exploración y explotación de shale gas. Legisladores y autoridades de todos los niveles aplican instrumentos legales y procesan debates y opiniones para ir encontrando soluciones a los retos y cuestionamientos relacionados. En el capítulo II se presenta un análisis de escenarios y proyecciones al año 2035. Se discuten las dinámicas que pueden convertir a los Estados Unidos en exportador neto de gas natural. Se asume que el energético menos costoso termina dominado el mercado. Sin embargo, el shale gas tiene un largo proceso por recorrer antes de desbancar a las grandes industrias de energía con muchas décadas en el mercado. Se revisa el crecimiento de reservas y producción en abasto a una demanda creciente, que a su vez requerirá que los sistemas de transporte, almacenamiento y distribución de combustible se sigan expandiendo y que los precios de mercado continúen bajos o aumenten lentamente, mientras los del crudo serían sustancialmente mayores. Esta diferencia de precios está motivando la sustitución de combustibles. Las tecnologías de "gas a líquidos", "gas comprimido", "celdas de gas metano" y otras seguirán abriendo espacio, hasta sustituir las tecnologías basadas en hidrocarburos líquidos que han dominado el desarrollo energético por más de un siglo. La etapa de transición hacia lo que los teóricos consideran que será la era de los energéticos renovables se está volviendo realidad. Pero no hay indicios de que los combustibles tradicionales simplemente desaparecerán para dar paso a los energéticos renovables. Más bien, el shale gas se desarrolla como una nueva capa tendiente a envolver todo el mercado, sobre la cual se irá acomodando gradualmente el resto de los energéticos renovables. Así está sucediendo ya en la industria eléctrica debido a la flexibilidad de los ciclos combinados basados en gas natural, en especial su capacidad de reducir e incrementar su carga, conservando altos rendimientos térmicos. Esta flexibilidad permitirá que el resto de las fuentes alternativas (eólica, solar, mareomotriz y las que se vayan incorporando), cuya capacidad de generación es variable, se acomoden en forma combinada. En el III capítulo se describe la situación del gas natural en México, donde los bajos precios del combustible, el avance tecnológico, el manejo político del marco legal ambiental y social, además de la expansión de las redes de transporte, almacenamiento y distribución, también están cambiando. Se espera que el shale gas sea una nueva fuente de riqueza y de energía a bajo costo, pero, el proceso tomará varios años o décadas antes de que las expectativas se hagan realidad. Existen dudas sobre la forma de materializar este potencial en el país. Un primer problema para México es su propia definición constitucional de la propiedad y explotación de los hidrocarburos por un monopolio de Estado, Pemex. Este modelo resulta inadecuado para explotar shale gas a gran escala. Otro problema está representado por los altos costos de logística presionados por la rapidez del ciclo de producción, cuyos picos y declives se alcanzan a pocas semanas de iniciada la perforación. El declive puede ser tan rápido hasta volver incosteable mantener los equipos en un solo lugar por demasiado tiempo. Pemex no parece adaptada para trabajar en una dinámica logística de gran velocidad, en la que los equipos de perforación y de trabajadores deben desplazarse entre numerosas operaciones. Por estas razones, México parece destinado a experimentar una primera etapa consumiendo shale gas barato importado de los Estados Unidos. Para ello se construyen redes de gasoductos a lo largo de la frontera, por donde se irá recibiendo el gas y acostumbrándose a él. Después vendrán los grandes debates nacionales para decidir quiénes serán los protagonistas de este nuevo desarrollo, si Pemex o empresas privadas. Las reformas resultantes deberán plasmarse en la Constitución y reglamentarse en leyes secundarias; se diseñarán nuevos modelos impositivos y regulatorios. A esto se agregará la preocupación por los impactos sociales y ambientales de esta industria, la escasez de proveedores especializados y la necesidad de capacitar gran número de trabajadores, los cuales podrían ser contratados por Pemex o por el sector privado, dependiendo del modelo que se adopte en las reformas. El ritmo de aprovechamiento del shale gas mexicano será lento. Este reto no ha sido discutido en México. Se habla de los reacomodos del mercado de gas natural como fenómeno de corto plazo, referido a los precios presentes. Mientras tanto, el desabasto de gas natural se convierte en tema central de la política industrial. ¿Quién pagará el sobreprecio del gas natural licuado (LNG) en las escasas terminales de regasificación del país? En el capítulo IV se presenta el balance de exportaciones e importaciones de gas natural de América del norte. El reto de México a mediano plazo se perfila como la necesidad de desarrollar su propia industria gasera y extender las redes de gasoductos y de electricidad, hasta unir el sur y el norte del país, desarrollando simultáneamente la región oeste en la costa del Pacífico. Con el gas natural como punta de lanza, la industria energética irá configurando una nueva geografía industrial. Ahora corresponde al sistema político crear las condiciones institucionales para que esa dinámica se extienda por todo el territorio nacional. En el capítulo V se abordan algunas implicaciones y retos para los países de Centroamérica. Se discute la posibilidad de consolidar consorcios regionales sólidos, capaces de negociar contratos con México para abastecer gas natural a largo plazo, además de financiar los gasoductos necesarios. También se analizan algunos escenarios favorables en el caso de la negociación de suministros de gas natural en el marco de los tratados de libre comercio que los países de dicha subregión tienen con los Estados Unidos.
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La presente edición del Boletín revisa las principales tendencias del comercio de bienes y servicios en los países de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) en el 2004. Se destaca la fuerte recuperación del comercio de bienes y la robusta expansión del comercio de servicios, subrayándose el aumento del peso de los servicios en las exportaciones totales de las economías menores del Caribe, hasta más de un 80%.Un análisis detallado del comportamiento del componente turismo, especialmente en los viajes, indicó que en el 2004 se produjo un auge en la llegada de cruceros, situación que plantea en algunas islas un verdadero desafío para garantizar la permanencia del flujo de turistas y para aprovechar las principales ventajas comparativas - sol, mar y playas-, y los encadenamientos posibles con el resto de la economía como el turismo hotelero, los restaurantes, los centros de negocios y diversión, las excursiones guiadas, el transporte, yates, entre otros. En algunas islas, la proporción de pasajeros de crucero por habitantes es particularmente elevada, llegando a representar un factor importante de cerca de 11 turistas por cada habitante para Bahamas, 8 para Aruba, 7 para Antigua y Barbuda y 5 para Dominica, y alrededor de 4 para una muestra de once países.Uno de los principales retos para varias islas caribeñas es capitalizar en dichos encadenamientos mediante el desarrollo de un turismo sustentable que minimice los posibles impactos adversos sobre el medioambiente y la normalidad ciudadana.
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La presente edición del Boletín se basa en un estudio desarrollado por la CEPAL en cual se formula una aproximación provisional a la estimación de los efectos que sobre las exportaciones de América Latina han tenido los aumentos de los fletes marítimos verificados en los últimos trimestres. Se entiende que el costo total de las exportaciones de la región representa la sumatoria de los aumentos de tres orígenes diferentes: las cantidades exportadas, los precios de los bienes y el precio del transporte marítimo. La influencia de cada uno de ellos es estimada. Las bases de información utilizadas corresponden a datos de la OMC, UNCTAD, CEPAL (Base de Datos de Transporte Internacional) y recolección directa de los autores. Se concluye que el primer semestre de 2004 comparado con el primero de 2002, presenta una variación del total de las exportaciones de América Latina de 5720 millones de dólares, de los cuales 2105 millones corresponden a la variación de precio y cantidad, y 3615 millones son por el aumento de los fletes de exportación.
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Para los países del Caribe, el comercio internacional de bienes y su transporte son más relevantes que para muchos otros en la región (véase Boletín FAL No. 136http://www.eclac.cl/transporte/noticias/bolfall/3/4993/fal136~1.htm) y la subregión está fuertemente afectada por los cambios estructurales en el transporte marítimo (véase Boletín FAL No. 142http://www.eclac.cl/transporte/noticias/bolfall/0/5000/fal142.htm).Para analizar estos temas, la Unidad de Transporte y la subsede de la CEPAL (Trinidad y Tobago), organizaron conjuntamente una Reunión de Expertos, que tuvo lugar en Puerto España, Trinidad y Tobago, entre el 14 y el 15 de septiembre de 2000. Participaron 26 representantes de diferentes instituciones y organizaciones académicas, intergubernamentales, financieras, y empresariales.La presente edición del Boletín FAL informa sobre algunos de los resultados de esa reunión. El informe completo de la reunión se publicó bajo la sigla ECLAC LC/CAR/G.621; para solicitarlo en formato electrónico o impreso, sírvase contactar a Lance Busby,LBusby@ECLACPOS.org. Para mayor información sobre el transporte marítimo en el Caribe, sírvase contactar a Jan Hoffmann, JHoffmann@ECLAC.cl.