383 resultados para Angustia


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Inscripto en el marco de la investigación 'Vicisitudes del lazo amoroso en la época (en el gran La Plata)' que se esta llevando a cabo desde la cátedra de psicología clínica de adultos y gerontes de la facultad de psicología, UNLP, el presente trabajo se propone indagar sobre el efecto de cura que produce un nuevo encuentro amoroso en aquellos sujetos cuya decepción o ruptura amorosa es lo que los condujo inicialmente al encuentro con un analista. En estos casos, la angustia motiva la demanda. Es frecuente escuchar que ese afecto, que no engaña, los invade y los 'invalida' en lo cotidiano; de ella quieren deshacerse. Este trabajo se centrara en lo trabajado con aquellos pacientes que se presentan sufriendo por la ausencia del partenaire con quien creían mantener un perfecto y verdadero amor desde hacia muchos años; ilusión que estaba acompañada por otra: la completud, la complementariedad -hasta ahora- era posible. Gran parte de las sesiones transcurren recordando lo vivido en esa relación, muchos interrogantes sin respuestas o algunas respuestas desde lo imaginario, reproches, autorreproches. Hasta aquí es lo esperable escuchar en este tipo de presentaciones: la libido permanece ligada a ese objeto perdido, a ese partenaire que eligió no elegirlo. El sujeto amaba a ese objeto y no esperaba otra cosa que ser correspondido y por ello, como señala Freud, ha resignado el interés por el mundo exterior, excepto a aquello que tiene que ver con su amor. El énfasis estará puesto en el hecho que de repente nos encontramos con un giro inesperado en el tratamiento de esos pacientes. La contingencia propia de un nuevo encuentro amoroso los sorprendió y se presentan 'curados de esa angustia' que emergió por la pérdida de aquel amor: 'un amor que cura o cura analítica', hablamos de curación por amor, que como señala Freud en introducción del narcisismo (Freud, 1914, p.97). 'el paciente por regla general prefiere a la analítica' Un nuevo encuentro amoroso precipita la salida del análisis pues de la angustia ya no se habla, se habla del amor. Punto de suspensión, del análisis en este caso, que el amor posibilita y con ello 'la ilusión de que algo no sólo se articula sino que se inscribe, se inscribe en el destino de cada uno, por lo cual durante un tiempo, tiempo de suspensión, lo que sería la relación sexual encuentra en el ser que habla su huella y su vía de espejismo. El desplazamiento de la negación, del cesa de no escribirse al no cesa de inscribirse, de contingencia a necesidad, este es el punto de suspensión del que se ata todo amor' (Lacan, 2010, p. 175). Freud nos advierte sobre la relación entre el amor y la curación: 'un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo, y por fuerza enfermara si a consecuencia de una frustración no puede amar' (Freud, 1914, p. 82,). Objetivos: explorar como influye el encuentro amoroso con un partenaire, un 'nuevo amor' en el análisis del paciente. Metodología: para este trabajo, se utilizara el material obtenido a partir de las entrevistas con pacientes que llegan sufriendo por temas relacionados con los avatares del amor y su ausencia. Dicho material, será recolectado con la utilización del método clínico y analizado desde una perspectiva lacaniana, tomando como eje algunas puntualizaciones de la noción de amor en lacan que aparecen en el seminario VII, VIII, XI Y XX entre otros; sin dejar de tener en cuenta la referencia freudiana que se extraen de introducción al narcisismo, duelo y melancolía; pulsiones y sus destinos

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La esencial discordancia entre lo que sucedió pero que jamás será visto hacen nuestra primera imagen: la imagen que falta (Quignard, El sexo y el espanto, 2007) La aporía de nuestro origen sexual no sólo funda el mito, las prohibiciones elementales, la diferencia de los sexos y de las generaciones, sino que nos reenvía a la angustia de la noche y sustituye una imagen por otra: crea el fantasma (Agamben, Estancias, 1995) Tanto la poesía de Marosa di Giorgio (Druida, 1959; Historial de las violetas, 1965) como la de Blanca Varela (El libro de barro, 1993) entretejen figuraciones de un cuerpo para siempre desconocido haciendo del poema una suerte de huella fósil que interroga, en su materialidad desarticulada, una totalidad supuesta, intuida, inescrutable. La vertebra recuperada del barro o el borroso vestigio de la estirpe se convierten en el signo vacío a partir del cual reconstruir la totalidad de ese cuerpo significante, el cual librado a la imaginación involuntaria deja la imagen fantasmática abierta a su infinita posibilidad: la vuelta a la desnudez original como fragilidad de la especie (Agamben, Desnudez, 2011), la pregunta por el cuerpo como límite de la significación (Nancy, 58 indicios sobre el cuerpo, 2007) y su destino inescrutable. Una suerte de indagación arqueológica presente en el poema pone en escena una falla del lenguaje, su vacío, su extimidad desbordada ante lo conjetural: la pregunta por el origen y la permanencia en el no-saber del cuerpo que funda la fantasía poética (Quignard, La nuit sexuelle, 2007)

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Ansgar Nünning y Astrid Erll (2003; 2005) y Astrid Erll (2005) han desarrollado las relaciones entre memoria y literatura introduciendo los conceptos de "memoria en la literatura: puestas en escena", "memoria de la literatura I: topoi e intertextualidad", "memoria de la literatura II: canon e historia de la literatura" y "literatura como medio de la memoria colectiva". Adoptando esta cuádruple distinción, la presente tesis doctoral se propone dar cuenta de la producción narrativa de la auto denominada "generación ausente" -conformada por autores nacidos alrededor del año 1960-, que tuvo entre sus preocupaciones principales tematizar el decenio 1973-1983, eligiendo para hacerlo la forma novela. Algunos de los escritores del corpus son: Carlos Gamerro, Matilde Sánchez, Daniel Guebel, Luis Chitarroni, Alan Pauls, Sergio Chejfec, Miguel Vitagliano, Gustavo Nielsen, Juan Forn, Carlos E. Feiling, Sergio Bizzio, Daniel Link, Martín Kohan, Damián Tabarovsky, Marcelo Figueras, Rodrigo Fresán y Ricardo Strafacce. Al respecto, el primer capítulo de este trabajo está dedicado a debatir las diversas utilizaciones del concepto de "generación" en la sociología de la literatura argentina, concepto que, a partir de la década del ochenta cayera en general descrédito. En efecto: luego del triunfo de lo que Miguel Dalmaroni entiende como la "'operación Raymond Williams' en Punto de Vista", se privilegiaron los conceptos de "grupo cultural" o "formación" de Raymond Williams para pensar colectivos culturales frente al de "generación". En nuestro trabajo, redefinimos "generación" como "construcción identitaria" (Cf. Jureit/ Wildt 2005) y "categoría de memoria" (Cf. Weigel 2005), esto es: entendida siempre como un constructo y en clave memorial, y en las antípodas de las formulaciones de matriz biologicista o embebidas de un afán matemático cercanas a la primitiva definición del concepto dada por José Ortega y Gasset. En un contexto de publicación de sus primeras novelas donde las llamadas "narrativas sobre los años setenta" comienzan a proliferar y con un marco de "crisis del mercado editorial" (1976-1989) y "concentración y polarización de la industrial editorial" (1990- 2000), los escritores estudiados se proponen volver a narrar la última dictadura, cuando la literatura ya no llenaría -como sí lo habría hecho en 1980- "un vacío de discurso" (Cf. Sarlo 2006). Sobre dicho contexto de publicación y numerosos análisis de la "memoria en la literatura" y la "memoria de la literatura I" observables en las novelas reseñadas versan los capítulos dos y tres de la presente tesis. Una de las hipótesis fundamentales de nuestro trabajo es que los novelistas del corpus no sólo intervinieron en el campo literario en calidad de escritores, sino que fueron "críticos estrategas" (en el sentido de Walter Benjamin) y "productores culturales" (en el sentido de Raymond Williams). Así, fueron miembros del staff de diversas revistas literarias, empleados de sellos ya existentes y/ o fundadores de las llamadas "editoriales independientes" y "editoriales artesanales", firmantes de textos de intervención -tanto en la prensa como en las dos últimas "historias de la literatura argentina" dirigidas, respectivamente, por Noé Jitrik y David Viñas-, pero también autores únicos de ambiciosos ensayos interpretativos donde se propone una determinada política de la literatura (en términos de Jacques Rancière), o bien un nuevo "canon" argentino. Por lo mismo, el capítulo cuatro de la presente tesis reseña estas intervenciones y las pone en diálogo con, por un lado, la producción estrictamente literaria de los novelistas del corpus, y, por el otro, con los que hemos hipotetizado como "cuatro grandes ciclos de canonización" ocurridos a partir de 1985, una vez mitigada la angustia de las influencias suscitada por Jorge Luis Borges. El recorrido planteado en esta tesis doctoral permite arribar a la conclusión general de que los autores del corpus, a partir de una muy acertada lectura del estado del campo literario argentino de fines de la década del ochenta del siglo XX (momento de triunfo de la operación crítica que hiciera de Juan José Saer, Manuel Puig y Ricardo Piglia los tres "nombres del consenso"), lograron en tiempo récord revertir su lugar inicial de carencia. Lo hicieron percibiendo el lugar central que, tanto en términos de memoria colectiva como de "memoria en la literatura", "memoria de la literatura I" y "memoria de la literatura II" ostentaba el decenio 1973-1983, con un alto nivel de consciencia del potencial estratégico que tenía el comparecer como "generación ausente", y haciendo un uso deliberadamente ambiguo de la etiqueta de la "nueva narrativa", que continua circulando hasta el día de hoy como contraseña en nuestro alicaído mercado de libros

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Ansgar Nünning y Astrid Erll (2003; 2005) y Astrid Erll (2005) han desarrollado las relaciones entre memoria y literatura introduciendo los conceptos de "memoria en la literatura: puestas en escena", "memoria de la literatura I: topoi e intertextualidad", "memoria de la literatura II: canon e historia de la literatura" y "literatura como medio de la memoria colectiva". Adoptando esta cuádruple distinción, la presente tesis doctoral se propone dar cuenta de la producción narrativa de la auto denominada "generación ausente" -conformada por autores nacidos alrededor del año 1960-, que tuvo entre sus preocupaciones principales tematizar el decenio 1973-1983, eligiendo para hacerlo la forma novela. Algunos de los escritores del corpus son: Carlos Gamerro, Matilde Sánchez, Daniel Guebel, Luis Chitarroni, Alan Pauls, Sergio Chejfec, Miguel Vitagliano, Gustavo Nielsen, Juan Forn, Carlos E. Feiling, Sergio Bizzio, Daniel Link, Martín Kohan, Damián Tabarovsky, Marcelo Figueras, Rodrigo Fresán y Ricardo Strafacce. Al respecto, el primer capítulo de este trabajo está dedicado a debatir las diversas utilizaciones del concepto de "generación" en la sociología de la literatura argentina, concepto que, a partir de la década del ochenta cayera en general descrédito. En efecto: luego del triunfo de lo que Miguel Dalmaroni entiende como la "'operación Raymond Williams' en Punto de Vista", se privilegiaron los conceptos de "grupo cultural" o "formación" de Raymond Williams para pensar colectivos culturales frente al de "generación". En nuestro trabajo, redefinimos "generación" como "construcción identitaria" (Cf. Jureit/ Wildt 2005) y "categoría de memoria" (Cf. Weigel 2005), esto es: entendida siempre como un constructo y en clave memorial, y en las antípodas de las formulaciones de matriz biologicista o embebidas de un afán matemático cercanas a la primitiva definición del concepto dada por José Ortega y Gasset. En un contexto de publicación de sus primeras novelas donde las llamadas "narrativas sobre los años setenta" comienzan a proliferar y con un marco de "crisis del mercado editorial" (1976-1989) y "concentración y polarización de la industrial editorial" (1990- 2000), los escritores estudiados se proponen volver a narrar la última dictadura, cuando la literatura ya no llenaría -como sí lo habría hecho en 1980- "un vacío de discurso" (Cf. Sarlo 2006). Sobre dicho contexto de publicación y numerosos análisis de la "memoria en la literatura" y la "memoria de la literatura I" observables en las novelas reseñadas versan los capítulos dos y tres de la presente tesis. Una de las hipótesis fundamentales de nuestro trabajo es que los novelistas del corpus no sólo intervinieron en el campo literario en calidad de escritores, sino que fueron "críticos estrategas" (en el sentido de Walter Benjamin) y "productores culturales" (en el sentido de Raymond Williams). Así, fueron miembros del staff de diversas revistas literarias, empleados de sellos ya existentes y/ o fundadores de las llamadas "editoriales independientes" y "editoriales artesanales", firmantes de textos de intervención -tanto en la prensa como en las dos últimas "historias de la literatura argentina" dirigidas, respectivamente, por Noé Jitrik y David Viñas-, pero también autores únicos de ambiciosos ensayos interpretativos donde se propone una determinada política de la literatura (en términos de Jacques Rancière), o bien un nuevo "canon" argentino. Por lo mismo, el capítulo cuatro de la presente tesis reseña estas intervenciones y las pone en diálogo con, por un lado, la producción estrictamente literaria de los novelistas del corpus, y, por el otro, con los que hemos hipotetizado como "cuatro grandes ciclos de canonización" ocurridos a partir de 1985, una vez mitigada la angustia de las influencias suscitada por Jorge Luis Borges. El recorrido planteado en esta tesis doctoral permite arribar a la conclusión general de que los autores del corpus, a partir de una muy acertada lectura del estado del campo literario argentino de fines de la década del ochenta del siglo XX (momento de triunfo de la operación crítica que hiciera de Juan José Saer, Manuel Puig y Ricardo Piglia los tres "nombres del consenso"), lograron en tiempo récord revertir su lugar inicial de carencia. Lo hicieron percibiendo el lugar central que, tanto en términos de memoria colectiva como de "memoria en la literatura", "memoria de la literatura I" y "memoria de la literatura II" ostentaba el decenio 1973-1983, con un alto nivel de consciencia del potencial estratégico que tenía el comparecer como "generación ausente", y haciendo un uso deliberadamente ambiguo de la etiqueta de la "nueva narrativa", que continua circulando hasta el día de hoy como contraseña en nuestro alicaído mercado de libros

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El trabajo esta titulado 'La presentación del síntoma en la demanda asistencial', correspondiente al tema de beca de investigacion de la Universidad Nacional de La Plata, por ahora en tiempos preliminares, de observación y tiempos de recabar información, en 'el instante de ver', hablando en función a los tiempos lógicos planteados por Lacan. La problemática de la inserción del psicoanálisis en este tipo particular de dispositivo asistencial, la demanda terapéutica no seleccionada que arriba a la consulta, la relación de los pacientes con el Centro y el necesario proceso de rectificación subjetiva que implicaría posibles intervenciones analíticas, son algunos de los temas que se plantearían, entre otros, al hablar de la demanda de atención psicológica en los Centros de Salud de la Municipalidad de La Plata. De la sistematización de algunos de los datos se han podido extraer e incluso se esperan extraer, importantes consecuencias que permitan una aproximación al entendimiento de los principales motivos de consulta en este tipo de servicio salud, vinculados en parte con síntomas de los que podría conceptualizarse como manifestaciones del malestar en la cultura contemporáneo. En ese sentido, ha sido posible escuchar en el relato de algunos pacientes una sensación de tedio, una suerte de llamado a esquemas de referencia imperativos, por lo general ausentes. Para la obtener cierta informacion pertinente para elaborar la casuistica resultó de suma importancia el recurso de la entrevista de admision, crucial para la entrada al dispositivo asistencial denominado de atencion primaria. Por consiguiente, sera esto ultimo, el campo de la llamada de la atencion primaria en psicologia uno de los campos mas importantes de interrogar, cuestionando la asimilacion de nuestro campo a la de la medicina. Si bien la noción y denominación de 'entrevista de admisión' remite fundamentalmente a criterios institucionales, su orientación desde una perspectiva psicoanalítica no difiere del dispositivo específico de tratamiento. Cabe aclarar, en palabras de Miller, que en nuestro enfoque todo abordaje de la demanda debe suponer el objetivo de llegar a lo más profundo de las determinaciones subjetivas A partir de la entrevista inicial se podrán establecer las primeras hipótesis respecto a las características diagnósticas del caso y en función de ello, las líneas directrices del tratamiento. Sin embargo es necesario precisar que el lugar al que se dirige la demanda no es ajeno a la forma y al cotenido al que esta se presenta. Es uno de los objetivos de la investigacion centrarnos en este condicionamiento y en las transformaciones que se pueden operar. Además, resulta de vital importancia delimitar la configuración de al menos dos momentos: aquel en el que el sujeto consulta, por un lado, y aquel en que refiere haber comenzado a padecer. Cuando hablamos de configuración nos referimos al ordenamiento particular que brinda el sujeto de su vida y de su historia; qué aspectos destaca y qué aspectos minimiza; qué hechos se presentan como sobresalientes; de qué modo todos ellos inciden en su sufrimiento y hasta que punto la situacion actual ha conmovido las identificaciones que lo han sostenido en su existencia. En ese sentido, el motivo de consulta da cuenta de los aspectos manifiestos de un caso y constituyen un punto de partida cuya formalización se hace ineludible en función del tratamiento, por un lado, y en función de la elaboracion de intervenciones posibles, por otro. Es necesario tener en cuenta, las variadas modalidades de presentación, condicionadas por las características particulares de la cultura de la época, como es el caso de las toxicomanías, ludopatías, anorexias, bulimias, depresiones, inhibiciones, crisis de angustia, violencia familiar que otorgan cualidades especiales a la demanda de asistencia en un momento dado y que se encuentran inscriptas sin fijeza alguna, dentro de los 3 grandes grupos diagnosticos que estan delimitados en el campo freudiano. Nuestra investigacion tendra en cuenta la insercion del psicoanalisis en la oferta social, donde cobra una especial importancial el analisis del contexto de la epoca en la que el Otro, como sistema de normas, referencias identificatorias, roles y garantias que ofrece la sociedad se ha ido progresivamente desvaneciendo, y todo esto servira para atender a la articulacion de la demanda de asistencia que se presenta en estos dispositivos asistenciales

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Nuestro trabajo lleva por título el "epígrafe" que Arturo Ripstein eligió para su película Las razones del corazón, a partir del cual nos acercaremos a ella. La obra más reciente de este director mexicano puede interpretarse como una adaptación de los últimos días de Emma Bovary, uno de los personajes más conocidos y a la vez desconocidos de la literatura occidental. El guión fue escrito por Paz Alicia Garcíadiego a partir de lo que recordaba de su lectura durante su juventud de la novela de Gustave Flaubert. ¿Cómo se reinterpreta esta historia en blanco y negro que narra la tristeza y angustia permanentes en la que está sumida Em(ili)a, su insatisfacción perpetua, su fracaso como esposa y madre ejemplar, su sentirse desdichada cuando aparentemente no hay motivo para ello, todo eso que la lleva al adulterio y que la conduce inexorablemente al suicidio cuando la vida ya carece de sentido para ella? ¿Cómo se (re)construye en este melodrama el peso de la culpa en relación con los valores de una sociedad en la que la infidelidad ha dejado de tener el peso moral que conservaba en la Francia del Siglo XIX?

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En uno de los cuentos que integran Historia Argentina (1991) de Rodrigo Fresán, el lector encuentra representado el desarrollo de la vocación literaria en un niño, atravesando la experiencia traumática de ser un adolescente durante la última dictadura militar. El personaje, un escritor novel, termina su primer "cuento profesional" y experimenta con la última palabra que escribe una especie de angustia, a la vez que se pregunta, "¿Y ahora?". La pregunta refiere la suerte que puede tener un texto luego de ser escrito. Lo mismo puede decirse de la representación del escritor en algunos textos de los últimos veinte años en la literatura argentina. La pregunta se repite, se multiplica y encuentra renovadas respuestas gracias a las nuevas tecnologías. La pregunta "¿Y ahora?" está caracterizando una nueva forma de concebir el oficio de escritor, preocupado ya por el destino de sus textos inmediatamente después que éstos han sido acabados. La instantaneidad y la capacidad de reproducción de un texto han alterado las relaciones del campo. Hay puntos en la historia de la cultura en los que el paradigma del escritor varía, pues el texto literario adquiere nuevas posibilidades. Un momento determinante fue la creación de la imprenta, las reglas del arte y la literatura se alteraron. Siglos después hubo otro cambio radical, como la creación de la fotografía y el cine. La tecnología digital plantea nuevos desafíos e implica nuevas preguntas. Esta concepción renovada del oficio de escribir en la literatura argentina es lo que este trabajo propone estudiar, tomando a Historia Argentina de Rodrigo Fresán como ejemplo. El cambio de concepción, influenciado fuertemente por las nuevas tecnologías, implica además una relación con el pasado y la memoria que trazan un mapa cultural globalizado, con direcciones que aún hoy se están formulando

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Hay ciertos puntos en los que la apropiación de Novalis de la tradición clásica resalta por algunos aspectos originales: frente a la angustia generada por la huida del tiempo, por ejemplo, las claras referencias de Novalis a la más reconocida tradición antigua superan, como sus referencias respecto de otros problemas, la recuperación de una imagen ilustrativa, o la cita, la apelación a la autoridad de la sabiduría de los antiguos, etc., y asumen el desafío de renovar su fuerza para un período distinto de la Historia y de explorar potencialidades novedosas de antiguas reflexiones. El experimento de este trabajo consiste en restablecer la conversación de Novalis con fuentes de la literatura clásica, fundamentalmente respecto del problema del envejecimiento, de la angustia del paso del tiempo, etc., y reflexionar en torno de las operaciones mediante las cuales esta herencia adopta en la poesía de Novalis un nuevo rumbo y nuevas potencialidades

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El presente trabajo forma parte del plan de tareas de los adscriptos y auxiliares en docencia e investigación de la cátedra de Teoría Psicoanalítica de la Facultad de Psicología de la UNLP. El propósito del mismo consiste en indagar la conceptualización freudiana de la pulsión en sus artículos sobre Metapsicología: 'Pulsiones y destinos de pulsión', 'La represión' y 'Lo inconsciente'. La pregunta que guiará el trabajo de investigación es: ¿qué es la pulsión?, la cual da lugar a los siguientes interrogantes: ¿es una energía, un quantum, un afecto, una representación, un representante? Se abordarán dichos textos a partir de tres definiciones de pulsión. para ello se tomarán dos ejes fundamentales: las nociones de representación y de afecto. A su vez, se introducirán los puntos de vista tópico, dinámico y económico que constituyen la apreciación metapsicológica. La pulsión, concepto fundamental y básico del Psicoanálisis, es definida en principio como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Se interrogará esta formulación freudiana al plantear la hipótesis de que no sólo es un concepto de deslinde, sino también de unión, de conexión. A esta primera formulación perteneciente a 'Pulsiones y destinos de pulsión' se suman las definiciones planteadas en 'La represión' y 'Lo inconsciente', que aluden a la pulsión en relación con la tópica y la dinámica psíquica, lo que podría leerse como el funcionamiento pulsional en el aparato psíquico y su relación con las diferentes instancias. Es en este contexto en que aparecen las nociones de agencia representante de pulsión, representación, monto de afecto y afectos. Con respecto a la representación, y a los modos en que la pulsión puede encontrar expresión o representación en el psiquismo, se examinarán las dos nociones que Freud utiliza: Representación (Vorstellung) para referirse a un contenido ideico, figural, y representante (Repräsentant) para referirse a lo que representa a algo en el sentido de la acción de delegar, de una presencia en lugar de una ausencia. La inscripción de la pulsión en el aparato anímico se produciría por una fijación de la agencia representante psíquica, en el marco de la represión primordial fundante del inconsciente. La represión propiamente dicha recaerá sobre los retoños o mociones pulsionales en los que dicha agencia se continúa. Esta represión que entra en juego en la dinámica psíquica consistirá en disociar aquellos componentes de la moción pulsional: representación (Vorstellung) y afecto, los cuales encontrarán destinos independientes. Respecto de la representación es posible indicar su ubicación en la tópica psíquica: inconsciente, preconsciente, conciencia. No tan claro se plantea la localización del afecto, como tal sólo puede ser consciente, pero: ¿qué ocurre con él cuando una moción es reprimida?. Freud planteará tres destinos posibles: ser sofocado, mudarse en otro afecto (en particular angustia) o permanecer en la conciencia. Sin embargo, Freud planteará que al divorciarse la representación y el afecto, éste último desligado de la representación corresponderá a una cantidad, una posibilidad de planteo, sólo pasible de ser leído en términos económicos. Es dicho planteo económico el que parece imponerse en la caracterización freudiana de la pulsión. Desde los primeros planteos, considera que su esencia consiste en una exigencia de trabajo, un esfuerzo (Drang), que lo corporal impone a lo psíquico; y luego establecerá que, desprendida de sus medios de expresión o sus representantes que son representación y afecto, sólo puede ser caracterizada económicamente. Sin embargo, son estos representantes (Vorstellung y afecto) los que constituyen el campo propio donde se despliega la cuestión de la pulsión. Permiten que la misma pueda entrar en la dinámica psíquica, ubicarse tópicamente, y por consiguiente, que algo de esta energía o cantidad pueda ser leída

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La noción de trauma psíquico ha adquirido especial importancia como categoría diagnóstica en el campo de la Salud Mental contemporánea, en una extensión cada vez mayor que permite vincularlo con distintos tipos de acontecimientos ante los que el sujeto agota su capacidad de respuesta y dificulta la elaboración psíquica. Este trabajo intenta establecer la pertinencia psicoanalítica de este concepto, así como sus límites. Intentaremos vislumbrar de qué manera el trauma, analizado por Freud, pese a haber sido cuestionado en su realidad fáctica y redefinido en sus características principales, permaneció siempre vigente en su obra hasta el final de la misma. En esta perspectiva interrogaremos las razones de su permanencia. El concepto de trauma aparece en la obra mencionada desde sus inicios. íntimamente ligada a un factor cuantitativo, esta noción se inserta en el marco teórico propuesto por Freud, coherente con su contexto histórico y científico, el positivismo. Nociones como pulsión, diques anímicos, represión y libido, nos hablan de la importancia de lo económico, de la idea de una fuerza y energía en juego que recorren, de modo permanente, las definiciones freudianas. A medida que el padre del psicoanálisis fue avanzando en el estudio de las neurosis, este término fue modificándose, variando su estatuto e importancia. Sin embargo, el trauma siguió jugando un factor fundamental en sus escritos, no llegando nunca a eliminarlo de sus tesis. El concepto que nos convoca será abordado desde un criterio que permitirá ordenar nuestra propuesta, diferenciando su aparición en determinados períodos de la obra freudiana. Ésta puede ser dividida en tres momentos diferenciados por el modo en el que Freud articula los dos órdenes heterogéneos de la causa de los síntomas neuróticos: etiología sexual y mecanismo psíquico (momentos causales). En un primer momento Freud se sirve de la Teoría de la Seducción para desde allí dar cuenta de la cuestión etiológica. En ese período, el trauma era entendido como un hecho realmente acaecido, hallándose en el origen de toda neurosis. En un segundo momento, tras definir las psiconeurosis a partir de la defensa y de la idea de conflicto, vislumbra que el acontecimiento traumático que las pacientes le relataban correspondía en verdad a una realidad psíquica, perteneciente al plano de la fantasía. Es así que Freud introduce la sexualidad infantil y junto con ella la función de las fantasías en la formación de síntomas. Es hacia 1920, en el último momento de su obra, cuando se produce un giro radical: reformula la teoría de la angustia y redefine la etiología sexual y su articulación con la represión a la luz del complejo de castración. Allí el trauma será definido a partir de los nuevos descubrimientos clínicos con los que se encuentra. Para lograr nuestro objetivo, retomaremos los textos freudianos pertenecientes a cada momento causal, delimitando el concepto referido. Nos orientarán en este recorrido dos ejes fundamentales: el etiológico y el terapéutico, es decir, cómo a partir del valor causal que Freud atribuyó al trauma, propuso desde allí una determinada concepción y dirección de la cura analítica. Esta articulación apunta a la relación intrínseca entre la teoría y la clínica que atraviesa toda la obra del fundador del psicoanálisis

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Es conocido el hecho de que Proust se debate entre ser filósofo o artista (Proust, 1976), de allí que en la lectura de la obra artística proustiana puedan reconocerse y verse expresados diversas teorías filosóficas. En este trabajo proponemos tomar el problema de la identidad personal y la identidad social en la novela En busca del Tiempo Perdido en relación al problema del Kitsch. Como lectores de la novela podemos observar que la identidad que adquieren los personajes de Proust no es más que ilusoria, carente de esencia, lo cual a nuestro modo de ver lleva a la necesidad de los individuos -tanto en relación a sí mismos como en relación a los otros- a construirse personalidades cerradas, inamovibles, en fin a intentar a fijarse una esencia. Esto último según Poulet, por la angustia que encierra la nada. Sugerimos por último, que este procedimiento es análogo a aspectos del Kitsch, según lo entiende Hermann Broch. En efecto para Broch, la existencia de un sistema de valores del Kitsch depende en parte de la angustia de la muerte, la nada por excelencia, que lleva a los hombres a refugiarse en "la seguridad del ser"

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El trauma es un concepto que aparece tempranamente en los primeros escritos de Freud. Es una noción que reviste gran importancia teórica y a la que el fundador del psicoanálisis fue modificando a través de la elaboración y profundización de otros conceptos y en relación con la clínica. Si bien el trauma mantiene su vigencia a lo largo de toda la obra freudiana, nuestro trabajo se enmarcará en el llamado 'giro de los años 20'. Es en este momento cuando Freud plantea un viraje fundamental en su esquema teórico y clínico, asociado a los hallazgos en su práctica, en los cuales cabe destacar los conceptos que formalizan este descubrimiento, a saber: la reacción terapéutica negativa, la pulsión de muerte y la compulsión de repetición, entre otros. En este contexto, nuestra atención se dirigirá a entrever qué relación puede formularse entre el trauma tal como es planteado en este momento de la obra freudiana, las neurosis en general y el análisis que establece de las neurosis traumáticas. Con este objetivo y a partir de la relectura de los textos freudianos, intentaremos responder a los siguientes interrogantes: Si entendemos al trauma como constitutivo y estructural ligado a la irrupción de la sexualidad en el sujeto ¿qué diferencia a una neurosis deuna neurosis traumática? ¿Cuáles son las diferencias estructurales y fenomenológicas (envoltura formal del síntoma) que podemos establecer entre neurosis y neurosis traumática? ¿y en cuanto al factor etiológico? ¿Cuál es el lugar y función de la angustia y el síntoma en los dos tipos de afecciones? Si bien el estatuto que Freud le otorga al trauma en relación a la causalidad varía, la definición de éste como 'un exceso de energía incapaz de ser dominado por el yo', se mantendrá constante a través de los diferentes momentos de su teoría. Como veremos las neurosis traumáticas pueden presentarfenomenológicamente características semejantes a la neurosis pero al mismo tiempo, tanto desde la envoltura formal del síntoma como etiológicamente tienen peculiaridades que le son propias. También podemos diferenciar la neurosis y neurosis traumática de acuerdo al lugar y función que ocupa la angustia en cada caso. Al respecto Freud nos dice que la angustia en juego en la neurosis traumática es la angustia automática, mientras que la angustia señal estaría en juego en la neurosis general. En relación al pronóstico considera que éste es más favorable en el caso de las neurosis traumáticas, ya que éstas lograrían mejor tramitación mediante el tratamiento psicoanalítico. Finalmente concluiremos que lo traumático es la sexualidad misma. Esta última aparece como un exceso que plantea una exigencia al psiquismo, una exigencia que hace a un para todos, es decir, que hace a la misma hechura de la neurosis. El trauma es estructural y causal del sujeto, es la efracción inicial que hace a las neurosis. Consideramos que la neurosis traumática se inscribe como una categoría transclínica, transnosográfica, en la medida en que cualquier estructura clínica puede presentar una neurosis traumática. De este modo, esta última no sería una entidad clínica de la cual se ocupe el psicoanálisis en sí misma sino por su vinculación intrínseca y estructural con las neurosis y el resto de las estructuras que son el verdadero foco de atención y análisis de la teoría y práctica psicoanalítica. A lo largo de todo este trabajo, si bien pudimos observar ciertas cuestiones interesantesen relación a la temática abordada, para dar respuestas a los interrogantes que inicialmente nos planteamos, nos parece importante señalar que varios interrogantes continúan abiertos para su posterior profundización y elaboración

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En El Malestar en la Cultura, S. Freud afirma que el sufrimiento acecha al ser humano desde tres fuentes: los lazos con el prójimo, la relación con la naturaleza y el vínculo con el propio cuerpo. Si nos detenemos a pensar en este último punto, acaso el dolor se nos presente como la experiencia paradigmática que ilustra la relación con el propio cuerpo como fuente de malestar. El contexto de realización del presente trabajo involucra la participación de su autor en un equipo interdisciplinario perteneciente a un hospital público que atiende pacientes que padecen enfermedades orgánicas graves. Su objetivo es abordar la problemática del dolor, acontecimiento central en la vida cotidiana de dichos pacientes, como experiencia subjetiva. Esto supone poner en tensión la concepción biomédica tradicional del dolor (que lo reduce a una mera sensación derivada mecánicamente de una lesión orgánica) con desarrollos basados en disciplinas varias, que conceptualizan el dolor como percepción compleja anclada en variables subjetivas, culturales y sociales. A estos fines se discuten las concepciones biomédicas que abordan el dolor como mero epifenómeno de lo orgánico, acorde con la reducción del cuerpo a la dimensión de organismo biológico. Someramente, dichas concepciones tratan el dolor como un simple suceso bioquímico, basándose en los supuestos mecanicistas de la medicina tradicional moderna. Como contrapartida, se trabajan referencias bibliográficas provenientes de diversas disciplinas que cuestionan dicha concepción mecanicista, heredera de la partición cartesiana entre cuerpo y espíritu, considerando especialmente algunos aportes provenientes del psicoanálisis, que permiten pensar la articulación entre dolor, sujeto, cuerpo y demanda. El dolor y la angustia constituyen experiencias fundamentales de la existencia humana, que involucran al cuerpo de manera radical, y establecen relaciones complejas entre sí. Así, la referencia al dolor físico impresiona en algunos pacientes como una manera de darle una forma nombrable a su malestar. El dolor es sin duda algo que se percibe bajo modalidades de relación con el cuerpo que son propios de cada sujeto, de allí la preservación de una cierta marca de intimidad 'década quien con su dolor'; pero el propio dolor entra a la vez en un circuito de relaciones intersubjetivas, donde se plasman demandas dediversa índole. Se dirige al otro, al médico por caso, como un pedido de alivio. Pero los sujetos establecen con su dolor relaciones que no siempre resultan tan lineales, de allí que el dolor pueda cobrar valores disímiles, y jugar en las relaciones con los otros de modos variados. Desde 'aguantarse el dolor', hasta 'hacerse el que le duele' (el dolor como demanda al Otro, tal como atestigua con frecuencia la queja somática en los niños). Incluso que alguien llegue a 'querer (y pedir) que le duela un poco'. La situación de enfermedad grave y la experiencia de dolor colocan al sujeto en una posición de radical dependencia del otro, actualizando la estructura de la situación original bajo la que venimos al mundo. Se intenta demostrar que todo intento de abordaje interdisciplinario del dolor nos instala indefectiblemente en el terreno de la subjetividad, más allá de los impasses del organismo. '(...) que una patología esté ligada o no a una causalidad orgánica, es la cuestión del sujeto lo que está en juego para el psicoanálisis. Aún cuando una patología orgánica priva de ciertos medios, se trata de estar atentos a los que se manifiesta del lado del sujeto, la elección que puede operar el sujeto más allá de los impasses de su organismo' F. Ansermet, Medicina y psicoanálisis en interfase, (en revista Quarto, no 59. ECF (1996))

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En el contexto de una economía competitiva, signada por el énfasis en la productividad, la eficacia y el control, las organizaciones enfrentan nuevos desafíos. Estos, comprenden desde tecnologías innovadoras hasta una fuerza laboral cada vez más diversificada, pasando por importantes transiciones de las cuales las privatizaciones, reestructuraciones y reducciones de personal son las más significativas, dadas sus implicaciones humanas. La nueva realidad organizacional ha impactado negativamente en los trabajadores, provocando una disminución de la confianza en el empleador, una renuencia a invertir en la relación laboral, y un incremento de las actitudes negativas; entre ellas, el cinismo organizacional. Se trata de una variable recientemente introducida en el mundo científico, que describe una actitud conformada por sentimientos negativos (ira, angustia, vergüenza), comportamientos despectivos y creencias acerca de la falta de integridad de la organización empleadora. El objetivo del presente trabajo es presentar algunas precisiones teórico-conceptuales en torno a este constructo. En primer lugar, comparado con el cinismo ocupacional, el cinismo organizacional no se limita a una profesión en particular, y en relación a otras actitudes laborales, presenta un alcance mucho mayor, pudiendo dirigirse a la organización en general, o a sus directivos, políticas y prácticas. Del mismo modo, se trata de un constructo amplio que subsume a otros y del cual éstos pueden derivarse. Ejemplo de ello es el concepto de cinismo hacia el cambio organizacional. Por otra parte, si bien la mayor parte de las investigaciones concuerdan en que el cinismo representa un freno para las iniciativas de la organización y por ello debe ser combatido, algunos autores sostienen que el cinismo puede proporcionar un modo estratégico de conceptualizar una amplia gama de dinámicas organizacionales, constituyendo una fuerza impulsora para los cambios y ofreciendo una mirada realista de los problemas y desafíos que enfrenta la organización. De acuerdo a estos hallazgos, se concede que, además de su faceta obstructiva y peligrosa, el cinismo organizacional también presenta una orientación constructiva y positiva, cuyo objetivo último consiste en señalar a la organización su incoherencia, insuficiencia o fracaso. No obstante, los estudios en esta línea son escasos, y la mayoría de las investigaciones conceptualiza al cinismo como un fenómeno con el potencial de ejercer una influencia perjudicial sobre los resultados organizacionales y sobre los individuos. Mientras que para la organización las posibles consecuencias incluyen menor productividad y baja moral, traduciéndose esto en una pérdida de ingresos; para los empleados, el cinismo comporta menores niveles de satisfacción laboral y compromiso organizacional, mayor reticencia a cooperar con los esfuerzos corporativos de cambio y mayor predisposición a experimentar emociones negativas. A esto se agrega el hecho de que los empleados cínicos se encuentran emocionalmente alienados de su entorno de trabajo y a menudo exhiben actitudes malévolas, hostiles y excesivamente críticas hacia la organización y sus compañeros. Entre los principales antecedentes, se citan las expectativas insatisfechas de los empleados producto de la percepción de que el contrato psicológico ha sido violado por la organización, experiencias de injusticia, sentimientos de desconfianza hacia la gestión, ausencia de un clima de comunicación abierta, conflicto y ambigüedad de rol. Entre las variables disposicionales, se destaca la afectividad negativa, las evaluaciones pesimistas de la dignidad, eficacia y lealtad, así como la falta de adaptabilidad personal

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En el presente trabajo se propone delimitar el hecho psicosomático en tanto fenómeno clínico, y mediante una explicación metapsicológica poder pensar su determinación, tanto como su abordaje terapéutico en el marco de la transferencia. Para ello se han escogido por un lado, algunos desarrollos teóricos de Kreisler, Fain y Soulé. Una segunda línea conceptual tenida en cuenta, comprende los aportes de Silvia Bleichmar, que en filiación teórica con Laplanche, posibilitan otra lectura de las manifestaciones psicosomáticas a partir del modo en que considera las relaciones entre psique y soma, como también las cualidades de la materialidad psíquica y sus enclaves dinámicos, tópicos y económicos.La explicación metapsicológica que ofrece Bleichmar constituye un aporte imprescindible para comprender la especificidad de estas manifestaciones y para implementar intervenciones clínicas adecuadas. Kreisler circunscribe el hecho psicosomático. Demuestra su existencia en el niño. Define como objeto de la clínica psicosomática a las enfermedades físicas en cuyo determinismo o evolución influyen factores psíquicos o conflictivos. Sustenta la concepción psicopatogénica de Fain elaboradas en colaboración con los psicosomatistas del Instituto Psicoanalítico de París, donde los trastornos somáticos son el resultado de situaciones conflictivas sin elaboración mental. Destaca la tendencia de ciertos psicoanalistas de asimilar los trastornos psicosomáticos a la neurosis, otorgándoles un sentido simbólico. Relaciona el stress con el trauma y a este con la falla de los mecanismos mentales de defensa. Desde la perspectiva teórica de Laplanche y Silvia Bleichmar, se sustenta el concepto de freudiano de pulsión, por considerarlo fundamental para situar las relaciones entre lo somático y lo psíquico. Silvia Bleichmar, destaca la importancia de rescatar lo pulsional como materialidad representacional, en sus nexos con la excitabilidad somática. Las relaciones entre lo psíquico y lo somático, parecen organizarse en tanto el ser biológico es condición de posibilidad para la materialidad psíquica, pero quepor si solo no garantiza la vida representacional. Entender las relaciones entre la materialidad biológica y la representacional de este modo, quiebra todo monismo y se inscribe en una concepción epistemológica de la discontinuidad entre dichas materialidades. De este modo los intercambios directos y simétricos entre psique y soma se hallan imposibilitados. Silvia Bleichmar caracteriza lo traumático como aquello que en el momento de su ingreso en el psiquismo, no encuentra modos de simbolización. Sostiene que el aparato psíquico se encuentra abierto a lo real, que se constituye a partir de inscripciones provenientes del exterior al sujeto, a partir de la decodificación de la lengua, y de inscripciones no lenguajeras. Las inscripciones no son todas del mismo orden, ni ingresan al psiquismo de la misma manera, ya que pueden hacerlo en momentos de diversas potencialidades simbólicas. Diferencia lo arcaico de originario, lo arcaico sehallaría inscripto pero no articulado a ninguno de los dos sistemas de la tópica inaugurada por la represión originaria. Se trataría de inscripciones que no están fijadas a ningún sistema psíquico, que conservan su carga energética puesto que la represión no ha operado sobre ellas. Diferencia entonces el síntoma neurótico en sentido estricto del trastorno. Este último correspondería a manifestaciones sintomáticas en sentido amplio relacionadas con una falla en la instalación de la represión originaria, serían manifestaciones psíquicas que no derivan de un conflicto intersistémico. Lo psicosomático se emplazaría en este orden de fenómenos, diferentes del síntoma neurótico. Los trastornos psicosomáticos carecerían de un sentido inconciente; responderían a una dificultad de mentalización del afecto, de darle curso a la angustia y a la trasmutación en descarga corporal. Bleichmar lo caracteriza como un exceso no significable. Considera que son el resultado de una incapacidad de simbolización limitada a ciertas problemáticas angustiosas y no una incapacidad general en la simbolización del sujeto. Respecto al modo de intervención clínica frente a materialidad psíquica del orden de lo arcaico, las simbolizaciones de transición son intervenciones capaces de capturar restos de lo real que insiste en formaciones sintomáticas en sentido amplio (trastornos), que promueven la apropiación representacional de aquello que no puede ser capturado por la libre asociación. Mediante este modo de intervención se ofrece una trama simbólica que posibilite articular las simbolizaciones faltantes. Postula un funcionamiento del psiquismo a dominancias estructurales y no como una homogeneidad. Será en función de la dominancia que esté operando, la elección de las intervenciones en el marco de la transferencia