927 resultados para Archivos de la represión
Resumo:
El presente trabajo se centra fundamentalmente en indagar sobre las políticas municipales en la prevención del delito; tomando como institución de referencia a la Dirección de Relaciones con la Comunidad, de la municipalidad de Godoy Cruz, focalizando el análisis en el período comprendido en el año 2013. Generalmente se ha enfrentado a la violencia y delincuencia a través de lo punitivo, esto significa que el problema se ha abordado desde una perspectiva de policía, justicia, prisión, enfatizando el control y la represión y en menor medida la prevención. En los últimos años, existe la necesidad de enfrentar el problema con medidas integrales. El comprender la violencia delictiva como un fenómeno con múltiples dimensiones, promueve la implementación de estrategias que incidan en los distintos factores. Se diseñan así, políticas sociales, urbanas, descentralizadas que se orienten a proteger al ciudadano desde una perspectiva que da prioridad a la prevención del delito.
Resumo:
Este trabajo ha surgido como resultado de una clase de un Seminario dictado en el marco de la cátedra de Psicoterapia I de la Facultad de Psicología de la U.N.L.P. El mismo se tituló 'Los padecimientos actuales y sus abordajes terapéuticos', y tuvo como objetivo explicitar algunos modos de nominar y tratar a las formas en que se presentan actualmente el malestar humano en nuestra época. En lo que hace a nuestra presentación, nos referiremos específicamente al TOC y a la Neurosis Obsesiva. Nos interesa mostrar que no se trata del mismo fenómeno, como suele pensarse. El diagnóstico de TOC no autoriza a pensar que se trataría de una neurosis obsesiva tal como se plantea desde el psicoanálisis. Tampoco el diagnóstico de neurosis obsesiva supone uno de TOC. De ambas categorías se desprenden operaciones psicoterapéuticas diferentes, en la medida en que suponen distintas concepciones del sujeto a tratar, así como también posiciones diferentes en relación al diagnóstico psicopatológico (semiológico y estructural). El diagnóstico de neurosis obsesiva reviste una particularidad: la de ser realizado bajo transferencia en el marco de la oferta del dispositivo analítico, donde se pone en juego la realidad sexual del inconciente para cada sujeto, en relación a la cual tomarán lugar las intervenciones y la lógica del tratamiento. Ello a diferencia del diagnóstico de TOC, que dependería de la verificación o no de determinados signos (obsesiones, compulsiones, dudas, consideradas inútiles) a los cuales le subyacen creencias o cogniciones disfuncionales típicas a cuestionar o sustituir en el marco de la cura, valiéndose de determinados procedimientos técnicos. De aquí se desprende que otra diferencia estaría en relación a la concepción de la causa (etiología sexual y mecanismo psíquico, desde el psicoanálisis; las cogniciones desde las TCC) y las intervenciones que de ella se desprenden. La neurosis obsesiva es establecida como estructura clínica con una etiología y mecanismos particulares formalizados por Freud: la represión frente a lo sexual, mediante anulación y aislamiento. El corte en acto bajo transferencia es una maniobra propiamente analítica. La misma es vez a vez, no supone ninguna técnica o receta programada de antemano. Por su parte, el TOC es una categoría semiológica descriptiva del DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) usada tanto por psiquiatras y terapeutas cognitivo comportamentales. Estos últimos le adjudican al mencionado trastorno una serie de pensamientos y creencias que se reiterarían en la mayoría de los TOC. Las 'creencias disfuncionales', o 'errores cognitivos', serían la causa del padecimiento. Su cuestionamiento, problematización, cambio, eliminación o sustitución por otras con mayor funcionalidad, mediante diversas técnicas e instrumentos preestablecidos de antemano (principalmente el cuestionamiento socrático y el empiricismo colaborativo entendido, entre otras cosas, como un tipo de alianza terapéutica y común acuerdo), traería aparejados cambios en las emociones y en las conductas. Allí radicaría su eficacia. A tales fines, se maneja en esta práctica psicoterapéutica una concepción de la realidad diferente a la establecida desde la praxis psicoanalítica. Para las terapias cognitivo comportamentales, se trataría de una realidad no afectada por lo que la creencia que el cliente le adjudica, una realidad compartida, señalada por el terapeuta para brindar evidencia objetiva que contradiga dichas creencias. Desde el psicoanálisis, se considera la realidad fantasmática (psíquica y sexual) del sujeto como algo fundamental a dar lugar en el tratamiento
Resumo:
El presente trabajo aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva cierta actualidad que parecería serle inherente. no de los objetivos del trabajo es entonces indagar acerca de la actualidad de esta discusión. Para esto, es necesario partir de la diferenciación entre el diagnóstico psicoanalítico y el diagnóstico psiquiátrico. Al respecto, se toman como base los desarrollos de Colette Soler (2003-2004), quien articula el establecimiento del diagnóstico con el tipo de síntomas considerados por la perspectiva psicoanalítica y la perspectiva médica. Se introducen además las estructuras clínicas delimitadas por Jaques Lacan a partir de la relectura de los desarrollos freudianos: neurosis, psicosis y perversión; y se definen brevemente las dos primeras. Segúneste autor, tales estructuras se establecerán a partir del mecanismo psíquico en juego. Afirma a su vez, que el mecanismo sea la represión o la forclusión, tendrá consecuencias a nivel del leguaje y de los fenómenos de retorno. En relación al diagnóstico, se toma la discusión acerca del uso que se hace de éste dentro del psicoanálisis mismo en tanto, según Adriana Rubinstein (1999) para algunos constituye un momento fundamental de la práctica, mientras que para otros carece de valor. Durante el recorrido del trabajo, se introduce y problematiza además la cuestión de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Se subraya la necesidad de escuchar los dichos del paciente, intentando soportar la tensión entre no dejar de lado los aportes del supervisor ni investir sus palabras de un valor de significante amo. El lugar otorgado a la supervisión es entonces el de un espacio donde se elabora un saber sobre el caso que, no debería obturar la escucha de lo nuevo.profundidad una viñeta clínica, y se interroga el diagnóstico en juego. Luego del recorrido, se establece el diagnóstico de psicosis, a partir de criterios situados a la luz de la definición de esta estructura referida previamente. Se destacan como determinanten a la hora de establecer un diagnóstico, los efectos de las intervenciones de la analista; intervenciones que no son sino en transferencia. Se introduce, además, la pregunta acerca de por qué sería necesario determinar un diagnóstico. A respecto, se sitúa que en la viñeta analizada, lo que se evidencia como necesario es construir una orientación en la cura. La formalización del relato permitiría trazar una dirección posible. Es entonces de acuerdo a la posición del paciente en transferencia y de su respuesta a las intervenciones del analista, que se puede establecer un diagnóstico que permita proyectar un cálculo que a la vez deje lugar a lo incalculable. Se destaca que es la clínica la que genera las preguntas y la misma clínica la que da elementos para construir respuestas, aunque nunca acabadas. En este sentido, se propone considerar la relación teoría-práctica como dialéctica. Luego del recorrido realizado, se define al diagnóstico, como una conjetura que se construye a partir de lo que se escucha y que debe ser verificada también en lo que se escucha, vez a vez. Finalmente, este 'vez a vez', tan propio del psicoanálisis, arrima a una respuesta posible acerca de actualidad de la problemática. Introducción Este escrito aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva siempre cierta actualidad que parecería serle inherente. Se tratará de preguntarse entonces acerca del por qué de esta actualidad. Durante el recorrido del trabajo, se introducirá además el tema de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Se subraya la necesidad de escuchar los dichos del paciente, intentando soportar la tensión entre no dejar de lado los aportes del supervisor ni investir sus palabras de un valor de significante amo. El lugar otorgado a la supervisión es entonces el de un espacio donde se elabora un saber sobre el caso que, no debería obturar la escucha de lo nuevo.profundidad una viñeta clínica, y se interroga el diagnóstico en juego. Luego del recorrido, se establece el diagnóstico de psicosis, a partir de criterios situados a la luz de la definición de esta estructura referida previamente. Se destacan como determinanten a la hora de establecer un diagnóstico, los efectos de las intervenciones de la analista; intervenciones que no son sino en transferencia. Se introduce, además, la pregunta acerca de por qué sería necesario determinar un diagnóstico. A respecto, se sitúa que en la viñeta analizada, lo que se evidencia como necesario es construir una orientación en la cura. La formalización del relato permitiría trazar una dirección posible. Es entonces de acuerdo a la posición del paciente en transferencia y de su respuesta a las intervenciones del analista, que se puede establecer un diagnóstico que permita proyectar un cálculo que a la vez deje lugar a lo incalculable. Se destaca que es la clínica la que genera las preguntas y la misma clínica la que da elementos para construir respuestas, aunque nunca acabadas. En este sentido, se propone considerar la relación teoría-práctica como dialéctica. Luego del recorrido realizado, se define al diagnóstico, como una conjetura que se construye a partir de lo que se escucha y que debe ser verificada también en lo que se escucha, vez a vez. Finalmente, este 'vez a vez', tan propio del psicoanálisis, arrima a una respuesta posible acerca de actualidad de la problemática. Introducción: Este escrito aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva siempre cierta actualidad que parecería serle inherente. Se tratará de preguntarse entonces acerca del por qué de esta actualidad. Durante el recorrido del trabajo, se introducirá además el tema de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Para esto, se analizará en profundidad una viñeta clínica, interrogando el diagnóstico en juego, y problematizando la necesidad de determinarlo
Resumo:
Construir, estudiar y analizar el archivo de un escritor implica ponerlo en relación con la dispersión de su obra, entendida como un proceso y no como una suma de textos. En el caso de Wilcock, los desplazamientos provocados por el exilio trabajan más directamente con la dispersión ya que constantemente son leídos y escritos desde dos lugares a la vez. Esta desterritorialización quiebra las marcas nacionales y provoca la mezcla de elementos que desestabilizan el archivo. En este trabajo propongo analizar la irrupción de un elemento externo capaz de socavar la estabilidad de la norma a partir de la física
Resumo:
El presente trabajo forma parte del plan de tareas de los adscriptos y auxiliares en docencia e investigación de la cátedra de Teoría Psicoanalítica de la Facultad de Psicología de la UNLP. El propósito del mismo consiste en indagar la conceptualización freudiana de la pulsión en sus artículos sobre Metapsicología: 'Pulsiones y destinos de pulsión', 'La represión' y 'Lo inconsciente'. La pregunta que guiará el trabajo de investigación es: ¿qué es la pulsión?, la cual da lugar a los siguientes interrogantes: ¿es una energía, un quantum, un afecto, una representación, un representante? Se abordarán dichos textos a partir de tres definiciones de pulsión. para ello se tomarán dos ejes fundamentales: las nociones de representación y de afecto. A su vez, se introducirán los puntos de vista tópico, dinámico y económico que constituyen la apreciación metapsicológica. La pulsión, concepto fundamental y básico del Psicoanálisis, es definida en principio como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Se interrogará esta formulación freudiana al plantear la hipótesis de que no sólo es un concepto de deslinde, sino también de unión, de conexión. A esta primera formulación perteneciente a 'Pulsiones y destinos de pulsión' se suman las definiciones planteadas en 'La represión' y 'Lo inconsciente', que aluden a la pulsión en relación con la tópica y la dinámica psíquica, lo que podría leerse como el funcionamiento pulsional en el aparato psíquico y su relación con las diferentes instancias. Es en este contexto en que aparecen las nociones de agencia representante de pulsión, representación, monto de afecto y afectos. Con respecto a la representación, y a los modos en que la pulsión puede encontrar expresión o representación en el psiquismo, se examinarán las dos nociones que Freud utiliza: Representación (Vorstellung) para referirse a un contenido ideico, figural, y representante (Repräsentant) para referirse a lo que representa a algo en el sentido de la acción de delegar, de una presencia en lugar de una ausencia. La inscripción de la pulsión en el aparato anímico se produciría por una fijación de la agencia representante psíquica, en el marco de la represión primordial fundante del inconsciente. La represión propiamente dicha recaerá sobre los retoños o mociones pulsionales en los que dicha agencia se continúa. Esta represión que entra en juego en la dinámica psíquica consistirá en disociar aquellos componentes de la moción pulsional: representación (Vorstellung) y afecto, los cuales encontrarán destinos independientes. Respecto de la representación es posible indicar su ubicación en la tópica psíquica: inconsciente, preconsciente, conciencia. No tan claro se plantea la localización del afecto, como tal sólo puede ser consciente, pero: ¿qué ocurre con él cuando una moción es reprimida?. Freud planteará tres destinos posibles: ser sofocado, mudarse en otro afecto (en particular angustia) o permanecer en la conciencia. Sin embargo, Freud planteará que al divorciarse la representación y el afecto, éste último desligado de la representación corresponderá a una cantidad, una posibilidad de planteo, sólo pasible de ser leído en términos económicos. Es dicho planteo económico el que parece imponerse en la caracterización freudiana de la pulsión. Desde los primeros planteos, considera que su esencia consiste en una exigencia de trabajo, un esfuerzo (Drang), que lo corporal impone a lo psíquico; y luego establecerá que, desprendida de sus medios de expresión o sus representantes que son representación y afecto, sólo puede ser caracterizada económicamente. Sin embargo, son estos representantes (Vorstellung y afecto) los que constituyen el campo propio donde se despliega la cuestión de la pulsión. Permiten que la misma pueda entrar en la dinámica psíquica, ubicarse tópicamente, y por consiguiente, que algo de esta energía o cantidad pueda ser leída
Resumo:
En el presente trabajo se propone delimitar el hecho psicosomático en tanto fenómeno clínico, y mediante una explicación metapsicológica poder pensar su determinación, tanto como su abordaje terapéutico en el marco de la transferencia. Para ello se han escogido por un lado, algunos desarrollos teóricos de Kreisler, Fain y Soulé. Una segunda línea conceptual tenida en cuenta, comprende los aportes de Silvia Bleichmar, que en filiación teórica con Laplanche, posibilitan otra lectura de las manifestaciones psicosomáticas a partir del modo en que considera las relaciones entre psique y soma, como también las cualidades de la materialidad psíquica y sus enclaves dinámicos, tópicos y económicos.La explicación metapsicológica que ofrece Bleichmar constituye un aporte imprescindible para comprender la especificidad de estas manifestaciones y para implementar intervenciones clínicas adecuadas. Kreisler circunscribe el hecho psicosomático. Demuestra su existencia en el niño. Define como objeto de la clínica psicosomática a las enfermedades físicas en cuyo determinismo o evolución influyen factores psíquicos o conflictivos. Sustenta la concepción psicopatogénica de Fain elaboradas en colaboración con los psicosomatistas del Instituto Psicoanalítico de París, donde los trastornos somáticos son el resultado de situaciones conflictivas sin elaboración mental. Destaca la tendencia de ciertos psicoanalistas de asimilar los trastornos psicosomáticos a la neurosis, otorgándoles un sentido simbólico. Relaciona el stress con el trauma y a este con la falla de los mecanismos mentales de defensa. Desde la perspectiva teórica de Laplanche y Silvia Bleichmar, se sustenta el concepto de freudiano de pulsión, por considerarlo fundamental para situar las relaciones entre lo somático y lo psíquico. Silvia Bleichmar, destaca la importancia de rescatar lo pulsional como materialidad representacional, en sus nexos con la excitabilidad somática. Las relaciones entre lo psíquico y lo somático, parecen organizarse en tanto el ser biológico es condición de posibilidad para la materialidad psíquica, pero quepor si solo no garantiza la vida representacional. Entender las relaciones entre la materialidad biológica y la representacional de este modo, quiebra todo monismo y se inscribe en una concepción epistemológica de la discontinuidad entre dichas materialidades. De este modo los intercambios directos y simétricos entre psique y soma se hallan imposibilitados. Silvia Bleichmar caracteriza lo traumático como aquello que en el momento de su ingreso en el psiquismo, no encuentra modos de simbolización. Sostiene que el aparato psíquico se encuentra abierto a lo real, que se constituye a partir de inscripciones provenientes del exterior al sujeto, a partir de la decodificación de la lengua, y de inscripciones no lenguajeras. Las inscripciones no son todas del mismo orden, ni ingresan al psiquismo de la misma manera, ya que pueden hacerlo en momentos de diversas potencialidades simbólicas. Diferencia lo arcaico de originario, lo arcaico sehallaría inscripto pero no articulado a ninguno de los dos sistemas de la tópica inaugurada por la represión originaria. Se trataría de inscripciones que no están fijadas a ningún sistema psíquico, que conservan su carga energética puesto que la represión no ha operado sobre ellas. Diferencia entonces el síntoma neurótico en sentido estricto del trastorno. Este último correspondería a manifestaciones sintomáticas en sentido amplio relacionadas con una falla en la instalación de la represión originaria, serían manifestaciones psíquicas que no derivan de un conflicto intersistémico. Lo psicosomático se emplazaría en este orden de fenómenos, diferentes del síntoma neurótico. Los trastornos psicosomáticos carecerían de un sentido inconciente; responderían a una dificultad de mentalización del afecto, de darle curso a la angustia y a la trasmutación en descarga corporal. Bleichmar lo caracteriza como un exceso no significable. Considera que son el resultado de una incapacidad de simbolización limitada a ciertas problemáticas angustiosas y no una incapacidad general en la simbolización del sujeto. Respecto al modo de intervención clínica frente a materialidad psíquica del orden de lo arcaico, las simbolizaciones de transición son intervenciones capaces de capturar restos de lo real que insiste en formaciones sintomáticas en sentido amplio (trastornos), que promueven la apropiación representacional de aquello que no puede ser capturado por la libre asociación. Mediante este modo de intervención se ofrece una trama simbólica que posibilite articular las simbolizaciones faltantes. Postula un funcionamiento del psiquismo a dominancias estructurales y no como una homogeneidad. Será en función de la dominancia que esté operando, la elección de las intervenciones en el marco de la transferencia
Resumo:
El presente artículo busca dar cuenta de la articulación entre la última etapa del trabajo crítico de Jaime Rest y su labor en el proyecto editorial de Centro Editor de América Latina y en el diseño del catálogo 'Novela y Cuento' de Ediciones Librerías Fausto. Se examina la producción crítica de Rest entre mediados de la década del 60 y fines de los 70 y se presenta una descripción pormenorizada de su trabajo como editor en el periodo delimitado por esas fechas. El objeto de dicho cotejo apunta a establecer relaciones de contigüidad e interferencias entre ambas esferas laborales en el contexto de un campo cultural e intelectual signado por la represión y la censura
Resumo:
En este artículo analizaremos la trayectoria de un grupo de agricultores que fundó en el interior de la provincia de Misiones el Movimiento Agrario Misionero (MAM). Al principio, igual que en las demás provincias del Nordeste, los agricultores participaron juntos en las movilizaciones de protesta y fueron apoyados por el obispo católico del lugar. Los dirigentes se vincularon tempranamente con los líderes de la Tendencia de nivel nacional - creada por Montoneros- y de la capital provincial, y construyeron un discurso adonde afirmaban que el MAM debía representar, tanto a los medianos y pequeños propietarios como a la "clase trabajadora" del sector rural, lo que generó un creciente malestar entre sus filas. Con la llegada del peronismo al poder, se abrió otra etapa adonde quedaron expuestas las diferencias al interior del Movimiento. En 1974 se produjeron dos grandes rupturas: a principios de ese año, un grupo de agricultores formó la Asociación Misionera de Agricultores (AMA) y a mediados, otro sector decidió expulsar a los agricultores que integraban la conducción del MAM. Los expulsados formaron las Ligas Agrarias Misioneras (LAM) y en el medio de la escalada de la violencia armada y el pase a la clandestinidad de Montoneros, crearon junto a los dirigentes capitalinos, el Partido Descamisado primero y el Partido Auténtico después. Participaron de las elecciones de abril de 1975, ganaron dos bancas y en la Cámara Legislativa siguieron defendiendo los intereses de los "obreros rurales" y la instauración de la "patria socialista". Esta historia se vio violentamente interrumpida con la llegada del golpe militar del 24 de marzo de 1976, cuando los militantes del MAM, las LAM y del Partido Auténtico fueron el blanco de la represión en la provincia, aunque ésta se había iniciado unos meses antes. Pretendemos mostrar, a partir del microanálisis, cómo se fue organizando y consolidando desde 1972, este grupo de militantes locales provenientes de la capital provincial y del interior, que pretendió encuadrar al MAM en la Tendencia y fue perdiendo apoyos avanzada la década. Aún después de la expulsión, veremos de qué manera continuaron considerándose la "vanguardia" de los "agricultores" y de la "clase trabajadora rural". Todo esto en un clima adonde la cúpula de Montoneros ordenaba el pase a la clandestinidad y privilegiaba la lucha armada. En suma, trataremos de rescatar la complejidad que envolvió a estos grupos y que fue característica de esos años.
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El presente artículo busca dar cuenta de la articulación entre la última etapa del trabajo crítico de Jaime Rest y su labor en el proyecto editorial de Centro Editor de América Latina y en el diseño del catálogo 'Novela y Cuento' de Ediciones Librerías Fausto. Se examina la producción crítica de Rest entre mediados de la década del 60 y fines de los 70 y se presenta una descripción pormenorizada de su trabajo como editor en el periodo delimitado por esas fechas. El objeto de dicho cotejo apunta a establecer relaciones de contigüidad e interferencias entre ambas esferas laborales en el contexto de un campo cultural e intelectual signado por la represión y la censura
Resumo:
En este artículo analizaremos la trayectoria de un grupo de agricultores que fundó en el interior de la provincia de Misiones el Movimiento Agrario Misionero (MAM). Al principio, igual que en las demás provincias del Nordeste, los agricultores participaron juntos en las movilizaciones de protesta y fueron apoyados por el obispo católico del lugar. Los dirigentes se vincularon tempranamente con los líderes de la Tendencia de nivel nacional - creada por Montoneros- y de la capital provincial, y construyeron un discurso adonde afirmaban que el MAM debía representar, tanto a los medianos y pequeños propietarios como a la "clase trabajadora" del sector rural, lo que generó un creciente malestar entre sus filas. Con la llegada del peronismo al poder, se abrió otra etapa adonde quedaron expuestas las diferencias al interior del Movimiento. En 1974 se produjeron dos grandes rupturas: a principios de ese año, un grupo de agricultores formó la Asociación Misionera de Agricultores (AMA) y a mediados, otro sector decidió expulsar a los agricultores que integraban la conducción del MAM. Los expulsados formaron las Ligas Agrarias Misioneras (LAM) y en el medio de la escalada de la violencia armada y el pase a la clandestinidad de Montoneros, crearon junto a los dirigentes capitalinos, el Partido Descamisado primero y el Partido Auténtico después. Participaron de las elecciones de abril de 1975, ganaron dos bancas y en la Cámara Legislativa siguieron defendiendo los intereses de los "obreros rurales" y la instauración de la "patria socialista". Esta historia se vio violentamente interrumpida con la llegada del golpe militar del 24 de marzo de 1976, cuando los militantes del MAM, las LAM y del Partido Auténtico fueron el blanco de la represión en la provincia, aunque ésta se había iniciado unos meses antes. Pretendemos mostrar, a partir del microanálisis, cómo se fue organizando y consolidando desde 1972, este grupo de militantes locales provenientes de la capital provincial y del interior, que pretendió encuadrar al MAM en la Tendencia y fue perdiendo apoyos avanzada la década. Aún después de la expulsión, veremos de qué manera continuaron considerándose la "vanguardia" de los "agricultores" y de la "clase trabajadora rural". Todo esto en un clima adonde la cúpula de Montoneros ordenaba el pase a la clandestinidad y privilegiaba la lucha armada. En suma, trataremos de rescatar la complejidad que envolvió a estos grupos y que fue característica de esos años.
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Este trabajo ha surgido como resultado de una clase de un Seminario dictado en el marco de la cátedra de Psicoterapia I de la Facultad de Psicología de la U.N.L.P. El mismo se tituló 'Los padecimientos actuales y sus abordajes terapéuticos', y tuvo como objetivo explicitar algunos modos de nominar y tratar a las formas en que se presentan actualmente el malestar humano en nuestra época. En lo que hace a nuestra presentación, nos referiremos específicamente al TOC y a la Neurosis Obsesiva. Nos interesa mostrar que no se trata del mismo fenómeno, como suele pensarse. El diagnóstico de TOC no autoriza a pensar que se trataría de una neurosis obsesiva tal como se plantea desde el psicoanálisis. Tampoco el diagnóstico de neurosis obsesiva supone uno de TOC. De ambas categorías se desprenden operaciones psicoterapéuticas diferentes, en la medida en que suponen distintas concepciones del sujeto a tratar, así como también posiciones diferentes en relación al diagnóstico psicopatológico (semiológico y estructural). El diagnóstico de neurosis obsesiva reviste una particularidad: la de ser realizado bajo transferencia en el marco de la oferta del dispositivo analítico, donde se pone en juego la realidad sexual del inconciente para cada sujeto, en relación a la cual tomarán lugar las intervenciones y la lógica del tratamiento. Ello a diferencia del diagnóstico de TOC, que dependería de la verificación o no de determinados signos (obsesiones, compulsiones, dudas, consideradas inútiles) a los cuales le subyacen creencias o cogniciones disfuncionales típicas a cuestionar o sustituir en el marco de la cura, valiéndose de determinados procedimientos técnicos. De aquí se desprende que otra diferencia estaría en relación a la concepción de la causa (etiología sexual y mecanismo psíquico, desde el psicoanálisis; las cogniciones desde las TCC) y las intervenciones que de ella se desprenden. La neurosis obsesiva es establecida como estructura clínica con una etiología y mecanismos particulares formalizados por Freud: la represión frente a lo sexual, mediante anulación y aislamiento. El corte en acto bajo transferencia es una maniobra propiamente analítica. La misma es vez a vez, no supone ninguna técnica o receta programada de antemano. Por su parte, el TOC es una categoría semiológica descriptiva del DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) usada tanto por psiquiatras y terapeutas cognitivo comportamentales. Estos últimos le adjudican al mencionado trastorno una serie de pensamientos y creencias que se reiterarían en la mayoría de los TOC. Las 'creencias disfuncionales', o 'errores cognitivos', serían la causa del padecimiento. Su cuestionamiento, problematización, cambio, eliminación o sustitución por otras con mayor funcionalidad, mediante diversas técnicas e instrumentos preestablecidos de antemano (principalmente el cuestionamiento socrático y el empiricismo colaborativo entendido, entre otras cosas, como un tipo de alianza terapéutica y común acuerdo), traería aparejados cambios en las emociones y en las conductas. Allí radicaría su eficacia. A tales fines, se maneja en esta práctica psicoterapéutica una concepción de la realidad diferente a la establecida desde la praxis psicoanalítica. Para las terapias cognitivo comportamentales, se trataría de una realidad no afectada por lo que la creencia que el cliente le adjudica, una realidad compartida, señalada por el terapeuta para brindar evidencia objetiva que contradiga dichas creencias. Desde el psicoanálisis, se considera la realidad fantasmática (psíquica y sexual) del sujeto como algo fundamental a dar lugar en el tratamiento
Resumo:
El presente trabajo aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva cierta actualidad que parecería serle inherente. no de los objetivos del trabajo es entonces indagar acerca de la actualidad de esta discusión. Para esto, es necesario partir de la diferenciación entre el diagnóstico psicoanalítico y el diagnóstico psiquiátrico. Al respecto, se toman como base los desarrollos de Colette Soler (2003-2004), quien articula el establecimiento del diagnóstico con el tipo de síntomas considerados por la perspectiva psicoanalítica y la perspectiva médica. Se introducen además las estructuras clínicas delimitadas por Jaques Lacan a partir de la relectura de los desarrollos freudianos: neurosis, psicosis y perversión; y se definen brevemente las dos primeras. Segúneste autor, tales estructuras se establecerán a partir del mecanismo psíquico en juego. Afirma a su vez, que el mecanismo sea la represión o la forclusión, tendrá consecuencias a nivel del leguaje y de los fenómenos de retorno. En relación al diagnóstico, se toma la discusión acerca del uso que se hace de éste dentro del psicoanálisis mismo en tanto, según Adriana Rubinstein (1999) para algunos constituye un momento fundamental de la práctica, mientras que para otros carece de valor. Durante el recorrido del trabajo, se introduce y problematiza además la cuestión de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Se subraya la necesidad de escuchar los dichos del paciente, intentando soportar la tensión entre no dejar de lado los aportes del supervisor ni investir sus palabras de un valor de significante amo. El lugar otorgado a la supervisión es entonces el de un espacio donde se elabora un saber sobre el caso que, no debería obturar la escucha de lo nuevo.profundidad una viñeta clínica, y se interroga el diagnóstico en juego. Luego del recorrido, se establece el diagnóstico de psicosis, a partir de criterios situados a la luz de la definición de esta estructura referida previamente. Se destacan como determinanten a la hora de establecer un diagnóstico, los efectos de las intervenciones de la analista; intervenciones que no son sino en transferencia. Se introduce, además, la pregunta acerca de por qué sería necesario determinar un diagnóstico. A respecto, se sitúa que en la viñeta analizada, lo que se evidencia como necesario es construir una orientación en la cura. La formalización del relato permitiría trazar una dirección posible. Es entonces de acuerdo a la posición del paciente en transferencia y de su respuesta a las intervenciones del analista, que se puede establecer un diagnóstico que permita proyectar un cálculo que a la vez deje lugar a lo incalculable. Se destaca que es la clínica la que genera las preguntas y la misma clínica la que da elementos para construir respuestas, aunque nunca acabadas. En este sentido, se propone considerar la relación teoría-práctica como dialéctica. Luego del recorrido realizado, se define al diagnóstico, como una conjetura que se construye a partir de lo que se escucha y que debe ser verificada también en lo que se escucha, vez a vez. Finalmente, este 'vez a vez', tan propio del psicoanálisis, arrima a una respuesta posible acerca de actualidad de la problemática. Introducción Este escrito aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva siempre cierta actualidad que parecería serle inherente. Se tratará de preguntarse entonces acerca del por qué de esta actualidad. Durante el recorrido del trabajo, se introducirá además el tema de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Se subraya la necesidad de escuchar los dichos del paciente, intentando soportar la tensión entre no dejar de lado los aportes del supervisor ni investir sus palabras de un valor de significante amo. El lugar otorgado a la supervisión es entonces el de un espacio donde se elabora un saber sobre el caso que, no debería obturar la escucha de lo nuevo.profundidad una viñeta clínica, y se interroga el diagnóstico en juego. Luego del recorrido, se establece el diagnóstico de psicosis, a partir de criterios situados a la luz de la definición de esta estructura referida previamente. Se destacan como determinanten a la hora de establecer un diagnóstico, los efectos de las intervenciones de la analista; intervenciones que no son sino en transferencia. Se introduce, además, la pregunta acerca de por qué sería necesario determinar un diagnóstico. A respecto, se sitúa que en la viñeta analizada, lo que se evidencia como necesario es construir una orientación en la cura. La formalización del relato permitiría trazar una dirección posible. Es entonces de acuerdo a la posición del paciente en transferencia y de su respuesta a las intervenciones del analista, que se puede establecer un diagnóstico que permita proyectar un cálculo que a la vez deje lugar a lo incalculable. Se destaca que es la clínica la que genera las preguntas y la misma clínica la que da elementos para construir respuestas, aunque nunca acabadas. En este sentido, se propone considerar la relación teoría-práctica como dialéctica. Luego del recorrido realizado, se define al diagnóstico, como una conjetura que se construye a partir de lo que se escucha y que debe ser verificada también en lo que se escucha, vez a vez. Finalmente, este 'vez a vez', tan propio del psicoanálisis, arrima a una respuesta posible acerca de actualidad de la problemática. Introducción: Este escrito aborda un tema que ha sido y continúa siendo controvertido en el campo psicoanalítico: el diagnóstico. Problemática trabajada, analizada y discutida por muchos, que sin embargo conlleva siempre cierta actualidad que parecería serle inherente. Se tratará de preguntarse entonces acerca del por qué de esta actualidad. Durante el recorrido del trabajo, se introducirá además el tema de la supervisión en psicoanálisis, su relación con el establecimiento de un diagnóstico, así como los posibles usos que pueden hacerse de la lectura propuesta por el supervisor. Para esto, se analizará en profundidad una viñeta clínica, interrogando el diagnóstico en juego, y problematizando la necesidad de determinarlo
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Construir, estudiar y analizar el archivo de un escritor implica ponerlo en relación con la dispersión de su obra, entendida como un proceso y no como una suma de textos. En el caso de Wilcock, los desplazamientos provocados por el exilio trabajan más directamente con la dispersión ya que constantemente son leídos y escritos desde dos lugares a la vez. Esta desterritorialización quiebra las marcas nacionales y provoca la mezcla de elementos que desestabilizan el archivo. En este trabajo propongo analizar la irrupción de un elemento externo capaz de socavar la estabilidad de la norma a partir de la física
Resumo:
El presente trabajo forma parte del plan de tareas de los adscriptos y auxiliares en docencia e investigación de la cátedra de Teoría Psicoanalítica de la Facultad de Psicología de la UNLP. El propósito del mismo consiste en indagar la conceptualización freudiana de la pulsión en sus artículos sobre Metapsicología: 'Pulsiones y destinos de pulsión', 'La represión' y 'Lo inconsciente'. La pregunta que guiará el trabajo de investigación es: ¿qué es la pulsión?, la cual da lugar a los siguientes interrogantes: ¿es una energía, un quantum, un afecto, una representación, un representante? Se abordarán dichos textos a partir de tres definiciones de pulsión. para ello se tomarán dos ejes fundamentales: las nociones de representación y de afecto. A su vez, se introducirán los puntos de vista tópico, dinámico y económico que constituyen la apreciación metapsicológica. La pulsión, concepto fundamental y básico del Psicoanálisis, es definida en principio como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático. Se interrogará esta formulación freudiana al plantear la hipótesis de que no sólo es un concepto de deslinde, sino también de unión, de conexión. A esta primera formulación perteneciente a 'Pulsiones y destinos de pulsión' se suman las definiciones planteadas en 'La represión' y 'Lo inconsciente', que aluden a la pulsión en relación con la tópica y la dinámica psíquica, lo que podría leerse como el funcionamiento pulsional en el aparato psíquico y su relación con las diferentes instancias. Es en este contexto en que aparecen las nociones de agencia representante de pulsión, representación, monto de afecto y afectos. Con respecto a la representación, y a los modos en que la pulsión puede encontrar expresión o representación en el psiquismo, se examinarán las dos nociones que Freud utiliza: Representación (Vorstellung) para referirse a un contenido ideico, figural, y representante (Repräsentant) para referirse a lo que representa a algo en el sentido de la acción de delegar, de una presencia en lugar de una ausencia. La inscripción de la pulsión en el aparato anímico se produciría por una fijación de la agencia representante psíquica, en el marco de la represión primordial fundante del inconsciente. La represión propiamente dicha recaerá sobre los retoños o mociones pulsionales en los que dicha agencia se continúa. Esta represión que entra en juego en la dinámica psíquica consistirá en disociar aquellos componentes de la moción pulsional: representación (Vorstellung) y afecto, los cuales encontrarán destinos independientes. Respecto de la representación es posible indicar su ubicación en la tópica psíquica: inconsciente, preconsciente, conciencia. No tan claro se plantea la localización del afecto, como tal sólo puede ser consciente, pero: ¿qué ocurre con él cuando una moción es reprimida?. Freud planteará tres destinos posibles: ser sofocado, mudarse en otro afecto (en particular angustia) o permanecer en la conciencia. Sin embargo, Freud planteará que al divorciarse la representación y el afecto, éste último desligado de la representación corresponderá a una cantidad, una posibilidad de planteo, sólo pasible de ser leído en términos económicos. Es dicho planteo económico el que parece imponerse en la caracterización freudiana de la pulsión. Desde los primeros planteos, considera que su esencia consiste en una exigencia de trabajo, un esfuerzo (Drang), que lo corporal impone a lo psíquico; y luego establecerá que, desprendida de sus medios de expresión o sus representantes que son representación y afecto, sólo puede ser caracterizada económicamente. Sin embargo, son estos representantes (Vorstellung y afecto) los que constituyen el campo propio donde se despliega la cuestión de la pulsión. Permiten que la misma pueda entrar en la dinámica psíquica, ubicarse tópicamente, y por consiguiente, que algo de esta energía o cantidad pueda ser leída
Resumo:
En el presente trabajo se propone delimitar el hecho psicosomático en tanto fenómeno clínico, y mediante una explicación metapsicológica poder pensar su determinación, tanto como su abordaje terapéutico en el marco de la transferencia. Para ello se han escogido por un lado, algunos desarrollos teóricos de Kreisler, Fain y Soulé. Una segunda línea conceptual tenida en cuenta, comprende los aportes de Silvia Bleichmar, que en filiación teórica con Laplanche, posibilitan otra lectura de las manifestaciones psicosomáticas a partir del modo en que considera las relaciones entre psique y soma, como también las cualidades de la materialidad psíquica y sus enclaves dinámicos, tópicos y económicos.La explicación metapsicológica que ofrece Bleichmar constituye un aporte imprescindible para comprender la especificidad de estas manifestaciones y para implementar intervenciones clínicas adecuadas. Kreisler circunscribe el hecho psicosomático. Demuestra su existencia en el niño. Define como objeto de la clínica psicosomática a las enfermedades físicas en cuyo determinismo o evolución influyen factores psíquicos o conflictivos. Sustenta la concepción psicopatogénica de Fain elaboradas en colaboración con los psicosomatistas del Instituto Psicoanalítico de París, donde los trastornos somáticos son el resultado de situaciones conflictivas sin elaboración mental. Destaca la tendencia de ciertos psicoanalistas de asimilar los trastornos psicosomáticos a la neurosis, otorgándoles un sentido simbólico. Relaciona el stress con el trauma y a este con la falla de los mecanismos mentales de defensa. Desde la perspectiva teórica de Laplanche y Silvia Bleichmar, se sustenta el concepto de freudiano de pulsión, por considerarlo fundamental para situar las relaciones entre lo somático y lo psíquico. Silvia Bleichmar, destaca la importancia de rescatar lo pulsional como materialidad representacional, en sus nexos con la excitabilidad somática. Las relaciones entre lo psíquico y lo somático, parecen organizarse en tanto el ser biológico es condición de posibilidad para la materialidad psíquica, pero quepor si solo no garantiza la vida representacional. Entender las relaciones entre la materialidad biológica y la representacional de este modo, quiebra todo monismo y se inscribe en una concepción epistemológica de la discontinuidad entre dichas materialidades. De este modo los intercambios directos y simétricos entre psique y soma se hallan imposibilitados. Silvia Bleichmar caracteriza lo traumático como aquello que en el momento de su ingreso en el psiquismo, no encuentra modos de simbolización. Sostiene que el aparato psíquico se encuentra abierto a lo real, que se constituye a partir de inscripciones provenientes del exterior al sujeto, a partir de la decodificación de la lengua, y de inscripciones no lenguajeras. Las inscripciones no son todas del mismo orden, ni ingresan al psiquismo de la misma manera, ya que pueden hacerlo en momentos de diversas potencialidades simbólicas. Diferencia lo arcaico de originario, lo arcaico sehallaría inscripto pero no articulado a ninguno de los dos sistemas de la tópica inaugurada por la represión originaria. Se trataría de inscripciones que no están fijadas a ningún sistema psíquico, que conservan su carga energética puesto que la represión no ha operado sobre ellas. Diferencia entonces el síntoma neurótico en sentido estricto del trastorno. Este último correspondería a manifestaciones sintomáticas en sentido amplio relacionadas con una falla en la instalación de la represión originaria, serían manifestaciones psíquicas que no derivan de un conflicto intersistémico. Lo psicosomático se emplazaría en este orden de fenómenos, diferentes del síntoma neurótico. Los trastornos psicosomáticos carecerían de un sentido inconciente; responderían a una dificultad de mentalización del afecto, de darle curso a la angustia y a la trasmutación en descarga corporal. Bleichmar lo caracteriza como un exceso no significable. Considera que son el resultado de una incapacidad de simbolización limitada a ciertas problemáticas angustiosas y no una incapacidad general en la simbolización del sujeto. Respecto al modo de intervención clínica frente a materialidad psíquica del orden de lo arcaico, las simbolizaciones de transición son intervenciones capaces de capturar restos de lo real que insiste en formaciones sintomáticas en sentido amplio (trastornos), que promueven la apropiación representacional de aquello que no puede ser capturado por la libre asociación. Mediante este modo de intervención se ofrece una trama simbólica que posibilite articular las simbolizaciones faltantes. Postula un funcionamiento del psiquismo a dominancias estructurales y no como una homogeneidad. Será en función de la dominancia que esté operando, la elección de las intervenciones en el marco de la transferencia