541 resultados para piel
Resumo:
Este trabajo se enmarca en la temática principal acerca de los conceptos clásicos de racionalidad, emociones y felicidad así como de una revisión actual de ellos. El objetivo central es, pues, analizar las tres nociones. Para ello, la metodología será el análisis conceptual de los textos pertinentes referidos en la bibliografía. La conclusión se centrará en que hay un doble vínculo científico, psicológico-neurológico y económico viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad.La relación entre la racionalidad, las emociones y la felicidad constituye un problema de larga data. Básicamente, se pueden distinguir tres grupos de cuestiones. En primer lugar, podemos intentar determinar el 'impacto de las emociones en la racionalidad de la toma de decisiones'. (Elster 2002, IV) En segundo lugar, podemos preguntarnos si 'las propias emociones pueden ser valoradas como más o menos racionales, independientemente de su influencia en las elecciones que hacemos o en las creencias que nos formamos'. (Ibid. 2) Y, en tercer lugar, podemos preguntarnos si las emociones pueden ser objeto de una elección racional, es decir, 'si las personas pueden entrar en una deliberación racional acerca de cuáles son las emociones que han de inducirse en sí mismas o en los demás y si realmente lo hacen'. (Ibid. IV, 3, 300) Tradicionalmente, se ha aceptado que las emociones suponen una especie de 'traba' para la elección racional. Sin embargo, esta posición ha sido revisada, proponiéndose, en cambio, que las emociones no sólo no interfieren en la toma racional de decisiones sino que la favorecen. De este modo, se puede decir que las emociones nos ayudan a tomar decisiones funcionando como factores que deshacen el 'empate en los casos de indeterminación' y que, de manera más general, mejoran la calidad de la toma de decisiones al hacer posible que nos centremos en los rasgos mas destacados de la situación (Elster 2002, Apéndice) análogamente al análisis situacional de Popper. Contra la propuesta tradicional y la revisionista, se enuncia la tesis de que las emociones no afectan 'en lo más mínimo' la racionalidad de la elección misma. Si bien las emociones intervienen en las decisiones como costos y beneficios asociados a las diversas opciones no lo hacen en tanto fuerzas psíquicas 'distorsionantes' de los mecanismos de la elección. Se trata, en este contexto, de la capacidad (¿estado de ánimo?) de abordar una tarea llevándola al término propuesto. El resultado final complace -hace feliz- a la persona que la lleva a cabo. A partir de 1987, Ekman estableció las pruebas en relación con que la emoción tiene diferentes patrones en el sistema nervioso autónomo. 'Los actores representaban expresiones faciales mientras eran registrados con una serie de variables autónomas (ritmo cardiaco, conductancia de la piel)" (p. 49) Ekman y colaboradores propusieron patrones de la emoción diferentes para seis emociones biológicamente básicas: 1. Sorpresa. 2. Disgusto. 3. Tristeza. 4. Ira. 5. Miedo. 6. Alegría/Felicidad. Especialmente después del año 2004 las The Big Six de Prinz se convirtieron en la lista de emociones básicas ampliamente aceptadas. Se estableció así un primer vínculo de carácter psicológico y neurocientífico entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad. El segundo vínculo que propondremos en este trabajo se refiere al de la economía, más precisamente, la rama de la economía de la felicidad. Este vínculo manifiesta una relación donde las variables económico-sociológicas deben ser incluidas en el nexo entre la racionalidad, las emociones y la felicidad. La llamada 'paradoja de Easterlin' es un concepto clave en la economía de la felicidad: dentro de un país dado, la gente con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es más feliz. Sin embargo, cuando se comparan los resultados de varios países, el nivel medio de felicidad que los sujetos dicen poseer no varía prácticamente. (Maceri, S., García P. 2010). A través de Easterlin (2001), se advierte que aunque el resultado de sus estudios es paradojal, los contextos sociales deben ser contemplados en este segundo tipo de nexo. En síntesis, hay un doble vínculo viable entre las nociones de racionalidad, las emociones y la felicidad: el de la psicología y neurociencia, por una parte, y el de la ciencia económica, por otra, ambos interconectados con sus consabidas dificultades
Resumo:
El presente trabajo pretende dar cuenta de la Eutonía como práctica corporal dando cuenta de sus objetivos y principios. La Eutonía fue creada por Gerda Alexander.El término, del griego, Eu: bueno, óptimo -Tonus: tensión; expresa la idea de una tonicidad armoniosamente equilibrada en adaptación constante al estado o actividad del momento. Es una disciplina basada en la experiencia del propio cuerpo, que conduce a la persona hacia una toma de conciencia de si misma y propone un aprendizaje para la fluctuación de los tonos neuromuscular, neurovegetativo y psíquico, con su adecuación a las distintas situaciones de la vida, a través de sus Principios. Promueve el desarrollo de la conciencia observadora, del "yo observador", posibilitándole la expansión de la conciencia hacia los distintos dominios del ser y la interacción con el entorno. Los principios son: - conciencia de la piel, el tacto conciente, - experiencia del volumen del cuerpo (espacio interno, tridimensionalidad), - desarrollo conciente de la presencia de los huesos y su orientación en el espacio, - contacto conciente, - experiencia del transporte (reflejo conciente de enderezamiento), - repousser (uso de la fuerza), - vibraciones óseas, - vibraciones vocales, - micromovimientos, microdeslizamientos, - movimientos activos y pasivos, - posiciones de control, - movimiento eutónico.
Resumo:
El objetivo de este trabajo de investigación fue describir y analizar las características antropométricas del plantel sub 15 del Club Atlético Juventud de Las Piedras y relacionarlas con sus posiciones dentro del campo de juego. Para llevar adelante este estudio se tomó una muestra de 24 jugadores de entre 14 y 15 años, ésta estuvo compuesta por 1 arquero, 9 defensas, 10 volantes y 5 delanteros. Las características antropométricas descritas y analizadas fueron las 5 masas del cuerpo: masa muscular, masa de tejido adiposo, masa ósea, masa residual y piel (protocolo de Kerr y Ross), el somatotipo (protocolo de Heat y Carter), además del peso y la talla. Para llevar adelante estos protocolos se necesitó recolectar datos de pliegues, perímetros, diámetros, peso y talla. El paradigma que sustenta esta investigación es el positivista y el modelo de investigación es el cuantitativo. El nivel que alcanza este trabajo es de tipo exploratorio. El somatotipo medio del equipo fue 2,5 - 3,9 - 2,9, que corresponde a la categoría mesomorfo balanceado. Para el puesto de arquero el somatotipo fue 4,3 - 5 - 2,5, endo mesomorfico. Para los defensas 2,6 - 4,1 - 3,2, meso ectomorfico. Para los volantes 2,5 - 3,9 - 3,8, ectomorfo mesomorfo y para los delanteros 2,6 - 4,6 - 2,7, mesomorfo balanceado. El porcentaje de tejido adiposo medio del equipo fue del 29,8 , para el puesto de arquero 34,1, para los defensas 29,1, para los volantes 30,18 y para los delanteros 26,65 . El tejido muscular medio fue de 40, para el puesto de arquero 39,2, para los defensas 41,6, para los volantes 39,4 y para los delanteros 43,1. El peso y la talla media del plantel fueron 58,1 kg. Y 169,1 cm. respectivamente. Para el puesto de arquero 58,8 kg. y 165 cm., para los defensas 61,5 kg. Y 171,3 cm., para los volantes 56,4 kg. Y 169,6 cm. y por último para los delanteros 55,6 kg. Y 163,3 cm. Como conclusiones podemos afirmar que el porcentaje de masa muscular encontrado en el plantel estuvo por debajo de la media si los comparamos con equipos de igual edad de la República Argentina, no se encontraron grandes diferencias en cuanto al peso y la talla entre las distintas 3 posiciones dentro del campo de juego, a no ser por los defensas que presenta mayor estatura y mayor peso. El puesto de arquero presenta mayor porcentaje de masa grasa. Como recomendaciones finales para futuras investigaciones se proponen entre otras indagar acerca de posibles causas que influyen en el perfil antropométrico actual de los deportistas evaluados y plantear aspectos dirigidos a optimizar el mismo, realizar un perfil completo de los deportistas y llevar adelante un estudio acerca del estado nutricional de los deportistas
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Atmospheric trace element concentrations were measured from March 1999 through December 2003 at the Air Chemistry Observatory of the German Antarctic station Neumayer by inductively coupled plasma - quadrupol mass spectrometry (ICP-QMS) and ion chromatogra-phy (IC). This continuous five year long record derived from weekly aerosol sampling re-vealed a distinct seasonal summer maximum for elements linked with mineral dust entry (Al, La, Ce, Nd) and a winter maximum for the mostly sea salt derived elements Li, Na, K, Mg, Ca, and Sr. The relative seasonal amplitude was around 1.7 and 1.4 for mineral dust (La) and sea salt aerosol (Na), respectively. On average a significant deviation regarding mean ocean water composition was apparent for Li, Mg, and Sr which could hardly be explained by mir-abilite precipitation on freshly formed sea ice. In addition we observed all over the year a not clarified high variability of element ratios Li/Na, K/Na, Mg/Na, Ca/Na, and Sr/Na. We found an intriguing co-variation of Se concentrations with biogenic sulfur aerosols (methane sul-fonate and non-sea salt sulfate), indicating a dominant marine biogenic source for this element linked with the marine biogenic sulfur source.
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Independent measurements of radiation, sensible and latent heat fluxes and the ground heat flux are used to describe the annual cycle of the surface energy budget at a high-arctic permafrost site on Svalbard. During summer, the net short-wave radiation is the dominant energy source, while well developed turbulent processes and the heat flux in the ground lead to a cooling of the surface. About 15% of the net radiation is consumed by the seasonal thawing of the active layer in July and August. The Bowen ratio is found to vary between 0.25 and 2, depending on water content of the uppermost soil layer. During the polar night in winter, the net long-wave radiation is the dominant energy loss channel for the surface, which is mainly compensated by the sensible heat flux and, to a lesser extent, by the ground heat flux, which originates from the refreezing of the active layer. The average annual sensible heat flux of -6.9 W/m**2 is composed of strong positive fluxes in July and August, while negative fluxes dominate during the rest of the year. With 6.8 W/m**2, the latent heat flux more or less compensates the sensible heat flux in the annual average. Strong evaporation occurs during the snow melt period and particularly during the snow-free period in summer and fall. When the ground is covered by snow, latent heat fluxes through sublimation of snow are recorded, but are insignificant for the average surface energy budget. The near-surface atmospheric stratification is found to be predominantly unstable to neutral, when the ground is snow-free, and stable to neutral for snow-covered ground. Due to long-lasting near-surface inversions in winter, an average temperature difference of approximately 3 K exists between the air temperature at 10 m height and the surface temperature of the snow.
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In this article, we present a study on the surface energy balance of a polygonal tundra landscape in northeast Siberia. The study was performed during half-year periods from April to September in each of 2007 and 2008. The surface energy balance is obtained from independent measurements of the net radiation, the turbulent heat fluxes, and the ground heat flux at several sites. Short-wave radiation is the dominant factor controlling the magnitude of all the other components of the surface energy balance during the entire observation period. About 50% of the available net radiation is consumed by the latent heat flux, while the sensible and the ground heat flux are each around 20 to 30%. The ground heat flux is mainly consumed by active layer thawing. About 60% of the energy storage in the ground is attributed to the phase change of soil water. The remainder is used for soil warming down to a depth of 15 m. In particular, the controlling factors for the surface energy partitioning are snow cover, cloud cover, and the temperature gradient in the soil. The thin snow cover melts within a few days, during which the equivalent of about 20% of the snow-water evaporates or sublimates. Surface temperature differences of the heterogeneous landscape indicate spatial variabilities of sensible and latent heat fluxes, which are verified by measurements. However, spatial differences in the partitioning between sensible and latent heat flux are only measured during conditions of high radiative forcing, which only occur occasionally.