1000 resultados para Trabajo-Productividad-México
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Tesis (Maestro en Ciencias de la Administración con Especialidad en Investigación de Operaciones) UANL, 1997
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Tesis (Maestría en Ciencias de la Administración con Especialidad en Producción y Calidad) U.A.N.L.
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Tesis (Maestría en Ciencias de la Administración con Especialidad en Producción y Calidad) - U.A.N.L, 2001
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Tesis (Maestro en Ciencias de la Administración con Especialidad en Producción y Calidad) UANL, 2001
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Tesis ( Maestría en Formación y Capacitación de Recursos Humanos ) U.A.N.L.
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Tesis (Maestría en Ciencias de la Administración con Especialidad en Relaciones Industriales) UANL
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Tesis (Maestría en Salud Pública con Especialidad en Salud en el Trabajo) UANL.
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Tesis (Maestría en Ciencias de la Administración) U.A.N.L. FIME, 1978.
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Tesis (Maestría en Ciencias de la Administración con la Especialidad en Relaciones Industriales) - UANL, 1997
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Tesis (Maestría en Derecho Fiscal) U.A.N.L.
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UANL
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Realizar un estudio crítico para cuestionar la visión del proceso de 'proletarización' como un proceso que tiene una especial implicación en la adscripción de clase del profesorado. Los autores que defienden esta corriente, M.W. Apple, M. Lawn, J. Ozga, C. Buswell y otros, tienden a forzar analogías entre la educación y la producción, pero no siempre pueden abarcar en toda su complejidad el fenómeno educativo y la propia situación de los enseñantes. Es un trabajo teórico estructurado en dos partes: la primera abarca el capítulo I, donde se hace una exposición de la tesis de los autores citados, distinguiendo un primer apartado dedicado a los análisis del trabajo educativo y su racionalización, y un segundo en el cual se ha tratado la relación que se establece entre proletarización y adscripción de clase, donde se exponen las críticas a los análisis de estos autores. 1. Los distintos autores estudiados coinciden en considerar el trabajo educativo como un trabajo racionalizado que alude a una lógica racionalizadora del capital pues no sólo se ha gestado en la producción del material, sino que se ha extendido a otras áreas implicadas en la realización del capital, los servicios y los apartados del Estado. Esta lógica racionalizadora se caracteriza por su naturaleza política: distribución entre el saber y el poder, empleados y patronos. Esta racionalización tiene un efecto proletarizador entre los enseñantes, aunque estos autores difieren en el grado de aproximación que existe entre los enseñantes y el proletario. 2. Pensamos que el trabajo educativo presenta diferencias esenciales respecto del trabajo que realizan los obreros en la producción. Estas diferencias se ponen de manifiesto tanto en el campo de las relaciones de explotación como de las de dominación político-ideológica. Estas diferencias actúan como condicionantes en el proceso racionalizador introducido en las escuelas. Tampoco son equivalentes las condiciones de trabajo de los enseñantes y las de la clase obrera. Al constatar diferencias sustanciales entre el trabajo docente y el trabajo en la producción, se ha podido concluir que es erróneo interpretar la proletarización de los enseñantes como un proceso que convierte a estos agentes en miembros de la clase obrera. La relacion entre proletarización y adscripción de clase no parece tan obvia como en un principio se pretendía. El proceso racionalizador es, por tanto, tanto para los autores estudiados como para nosotros, un proceso intrínsecamente contradictorio que es posible subvertir y utilizar para, a su vez, forzar contradicciones en el seno del aparato educativo. Los análisis de racionalización ofrecen un camino que es preciso explotar para lograr una transformación de la escuela y sociedad.
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Resumen basado en el de la publicación
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Prólogo de Alicia Bárcena
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Si bien las economías de América Latina y el Caribe crecieron menos en 2011 que en 2010, se lograron algunos avances en el ámbito laboral y los trabajadores se beneficiaron de un desempeño económico satisfactorio, en un contexto externo cada vez más complejo.La tasa de desempleo descendió de un 7,3% en 2010 a un 6,7% en 2011, debido a un aumento de medio punto porcentual de la tasa de ocupación urbana. Ambas tasas están en niveles inéditos desde hace mucho tiempo. También aumentó la proporción de los puestos de trabajo formales que cuentan con protección social y bajó el subempleo. Los salarios, tanto medios como mínimos, aumentaron en términos reales, aunque moderadamente.El desempeño económico y los resultados laborales fueron muy diferentes entre las subregiones. En América del Sur la tasa de desempleo cayó 0,6 puntos porcentuales, mientras en los países del norte de América Latina cedió 0,4 puntos porcentuales y en los países del Caribe subió 0,2 puntos porcentuales.Por otra parte, los datos muestran que en los mercados laborales persisten importantes brechas y graves problemas de inserción laboral, sobre todo para las mujeres y los jóvenes, que continúan padeciendo niveles desfavorables en cuanto a la tasa de desempleo y a otros indicadores laborales.En la segunda parte de este informe se revisa si los frutos del crecimiento económico y de los aumentos de productividad han sido distribuidos en forma equitativa entre trabajadores y empresas.Entre 2002 y 2008, el período del ciclo económico expansivo más reciente, de los 21 países de la región cuyos datos están disponibles, disminuyó la participación de las remuneraciones en el PIB en 13 de ellos, mientras que solo aumentó en 8. Esto indicaría una redistribución desfavorable a los trabajadores, que resulta preocupante en una región que se caracteriza por tener la distribución de ingreso más desigual del mundo.Esta evolución se explica porque a nivel mundial los salarios han crecido menos que la productividad. Más allá de la dimensión ética del tema, esto pone en peligro la sostenibilidad social y económica del crecimiento. Por ejemplo, una de las raíces de la reciente crisis financiera fue que, ante las pérdidas de ingresos de los asalariados estadounidenses, los hogares financiaron su consumo y su vivienda con un mayor endeudamiento, lo cual demostró no ser sostenible en el largo plazo. La persistencia de este fenómeno debilita tanto la contribución del mercado laboral a la asignación eficiente de los recursos como su función distributiva, con consecuencias negativas para la gobernabilidad democrática.En el debate a nivel global, entre las causas atribuibles a dicho empeoramiento distributivo se destacan la desregulación de los mercados y su impacto en la globalización financiera, un cambio tecnológico que favorece el capital frente al trabajo, así como el debilitamiento de las instituciones laborales. Se requiere, en consecuencia, un esfuerzo de políticas públicas que contribuyan a que los aumentos salariales no queden rezagados frente a los aumentos de productividad. En algunos países de la región, especialmente en América del Sur, se observan progresos interesantes durante la segunda mitad de la década pasada, reflejados en un positivo cambio de tendencia en la participación de las remuneraciones en el producto. Por ejemplo, en el Brasil se aprecia una recuperación de la participación de las remuneraciones en el PIB y se estima que la política de salarios mínimos orientada a la dinámica del mercado interno es una de las razones de este aumento.La región necesita crecer más y mejor. Se requiere incrementar continuamente su productividad como base de mejoras sostenidas del bienestar de la población y para reducir la brecha externa que separa a las economías de América Latina y el Caribe de las más avanzadas. También es imperativo reducir la desigualdad, lo que podría lograrse mediante una reducción de la brecha de productividad entre las empresas más modernas y la gran cantidad de empresas de baja productividad.Como se expone en este informe, durante el período entre 2002 y 2010 la región logró algunos avances, con un incremento anual de la productividad laboral del 1,5%. Estos progresos, sin embargo, están por debajo de los logros de otras regiones, como África subsahariana (2,1%); y, sobre todo, Asia oriental (8,3%, excluidos el Japón y la República de Corea);. Además, en muchos países de la región estas ganancias no se han distribuido de manera equitativa. De ahí la relevancia de asumir este doble reto: avanzar en los incrementos de la productividad y fortalecer los mecanismos para una distribución de las ganancias correspondientes que estimule la inversión y fortalezca los ingresos de los trabajadores y sus hogares.En 2012, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); y la Organización Internacional del Trabajo (OIT); estiman que habrá un crecimiento económico regional levemente más bajo que en 2011, en el contexto de una economía mundial caracterizada por el enfriamiento de varios de sus principales motores económicos y una elevada incertidumbre relacionada, sobre todo, con las perspectivas de la zona del euro. Se prevé que la región continúe resistiendo bien en este contexto más adverso, gracias a las políticas que aprovecharon los períodos de un entorno más favorable. Esto se expresaría también en los mercados laborales, por lo que proyectamos un leve descenso de la tasa de desempleo, en un rango de hasta dos décimas de un punto porcentual, hasta alcanzar un 6,5%.